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LA CONQUISTA INCA A LOS CHIMÚ

La última etapa prehispánica se caracterizó por una gran inestabilidad en el


mundo andino. Los continuos planteamientos incas de expansión se vieron
frenados primero por enfrentamientos sucesorios, que degeneraron en una guerra
civil entre el sector norte y el sector sur del Imperio, cada uno de ellos en
representación de algo mucho más complejo que un espacio geográfico distinto. Y
después, por la invasión española, que anuló cualquier intento de continuidad
establecida localmente y cuya trascendencia no pudo ser valorada en modo
alguno por los pueblos autóctonos en las fases iniciales del contacto.

Para referirnos a la conquista Inca sobe los Chimú debemos conocer primero
cuales fueron los mecanismos expansionistas de los incas y como estos llegaron a
tierras tan lejanas de su capital. Para ello recurrían a la introducción de cambios
que transformaban sustancialmente la organización tradicional del territorio,
muchas veces de manera imperceptible para la mayor parte de la población. Estos
cambios eran de tres tipos según Fauria (1989): Administrativos, religiosos,
lingüísticos.

Chimú fue uno de los grandes señoríos costeros conquistado por los incas. Sus
curacas, movidos por la necesidad de asegurar la producción agrícola para
alimentar a una población en continuo aumento, fueron ampliando su área de
influencia, eso pasaba comúnmente en los andes. Aun así, presenta algunas
características particulares, que permiten considerar la posibilidad de que en los
Andes se estuviera desarrollando un principio de cambio orientado hacia estados
absolutistas y centralizados, tal vez basado en el ejemplo expansivo de
Tiahuanaco-Huari, en el que estarían implicados otros pueblos además de los
incas.

Terminadas las campañas victoriosas del norte, Minchancaman hizo tributarios


algunos valles meridionales, pero ya no pudo consolidar sus conquistas a causa
del problema incaico. Tupac Yupanqui convirtió aquel rico territorio en parte del
Tawuantinsuyo y de inmediato se iniciaron los trabajos acostumbrados para
integrarlo al Imperio en todos los aspectos. Los problemas que encontró Tupac
Yupanqui para conquistar Chimú cedieron en bloque después de la rendición que
Rendición
los nobles aconsejaron o exigieron a Minchancaman. Para neutralizar a este Chimu
cacique, un hombre de armas que solamente aceptó la derrota por la presión de
los suyos, se le condujo al Cuzco en calidad de huésped y allí el lnca le favoreció
casándole con una dama de la elite incaica.

En realidad, se le mantenía alejado del centro del conflicto, en una situación de


prisionero de lujo. Mientras, uno de sus hijos aceptó el cargo de gobernador bajo
las pautas señaladas por los vencedores, manteniendo de esta forma la tan
cuidada continuidad legal en las esferas del poder

Por fin, hay también cronistas que dicen que sólo a la muerte de Pachacutec,
asumió el trono y aún en esto no hay unanimidad de criterio porque entre los dos
consideran a otro Inca reinante. Sea lo que fuere lo cierto es que Tupac Inca
Yupanqui fue el conquistador de los Chimús y del norte. Según el Padre Antonio
de la Calancha, en su “Crónica Moralizada de la Orden de San Agustín”, Tupac
Yupanqui, que estaba en Cajamarca, se mostró magnánimo y generoso con el jefe
Chimú que le fue presentado como prisionero, lo llamó Chimú-Capac, lo trató Captura
de
como igual y lo mandó a su pueblo para que siguiera gobernándolo como tributario Chimú-
Capac
suyo, pero el Imperio Chimú en realidad era sólo una federación de pueblos, y la
sujeción al poder central del Chimú-Capac era muy débil, como en el caso de los
tallanes.

Fue por tal motivo que caciques de muchos valles del Sur del Chimú y los vecinos
que tenían al norte de Chicama, no estuvieron muy conformes en obedecer al
vencido Chimú-Capac, ni someterse de buen grado al gobierno del Inca, lo que
obligó a éste a intervenir y desarraigar tribus enteras para trasladarlas como
mitimaes a la sierra y aún a las selvas del Marañón.

Rebelion de otros señorios


Chimu
En “La Crónica del Perú” de Cieza de León, no hay ninguna referencia a la
conquista del reino Chimú por los Incas, sólo dice: “Cuatro leguas más adelante
está el valle de Chimo, ancho y muy grande, y además está edificada la ciudad de
Trujillo. Cuenta algunos indios que antiguamente, antes que los Incas tuviesen
señoríos, hubo en este valle un poderoso señor a quien llamaban Chimo, como el
valle se nombra ahora, el cual hizo grandes cosas, venciendo muchas batallas, y
edificó (Chan-Chán) unos edificios que, auque son tan antiguos, se parecen haber
sido gran cosa. Como los Incas reyes del Cuzco se hicieron señores de estos
llanos tuvieron en mucha estimación a este valle de Chimo y mandaron hacer en
los grandes aposentos y casas de placer y el camino real que pasa de largo,
hecho con sus paredes”.

El cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, cuando trata de la conquista de los


Chimús, asegura que por esa época, el Inca Pachacutec se propuso conquistar
la rica provincia serrana de Cajamarca la que fue invadida por los ejércitos
imperiales comandados por el hermano del Inca, el valeroso General Cápac
Yupanqui. El reino de Cajamarca era gobernado por un poderoso curaca o
cinche al que se le conocía como Guzmán Cápac, el que viéndose en tan
Reino
comprometida situación, solicitó el apoyo de su tributario, el Chimo Cápac, el cajamarca y
aliados
cual acudió presto “con multitud de hombres de guerra y muchos pertrechos”.
Pese a todo, Cápac Yupanqui venció a los Cajamarquinos y también a los del
Chimú para lo cual “utilizó cierta celada y otros ardides y recogió para su Señor
(el Inca) innumerables riquezas de oro y plata y otras cosas preciosas, como
piedras preciosas y conchas coloradas, puestos naturales entonces estimaban
más que la plata ni el oro”.

La cierta celada que utilizó el General Cápac Yupanqui, a la que se refiere el


cronista Sarmiento, fue de cortar los canales que alimentaban a la ciudad de
Conquista
Chan-Chán y sus alrededores, y desviar los ríos de tal manera que la gran de Chan
Chan
metrópoli, fue sitiada no solo por los soldados del inca, sino también privada del
agua. El cronista considera tributario al Chimú y otros le dicen aliado.

Debate sobre si Chimu era aliado o tributario de Cajamarca


OCUPACIÓN INCA EN FARFÁN, PACATNAMÚ Y CHACHAN

Como ya se sabe el sitio


arqueológico Farfán tiene
una larga secuencia
ocupacional, siendo las
más resaltantes la
ocupación Chimú e Inca
pues la estrategia política
inca en el valle de
Jequetepeque era
desconocida hasta las
investigaciones
arqueológicas recientes.
Los resultados de estas
han mostrado los cambios
políticos, económicos e ideológicos iniciados por los incas después de su
conquista de este centro chimú. Los incas establecieron nuevos rangos de
burócratas, construyeron nuevas estructuras de almacenamiento e introdujeron la
producción.

Además, construyeron una plataforma funeraria que, como Túcume, al norte,


contenía los entierros de mujeres tipo aclla, las que estaban encargadas de la
producción textil. Bajo el dominio inca hubo un incremento en la población y la
complejidad, y el complejo de Farfán asumió un aspecto urbano que no existía
durante la ocupación anterior chimú.
Bajo el control inca hubo un incremento en la infraestructura del espacio dedicado
a aspectos ideológicos de la estructura social que había existido durante el
reinado chimú. Las actividades de banquetes que coincidían con el calendario
ritual inca y los rituales funerarios fueron parte importante en la integración de este
valle al sistema imperial.

En el caso del sitio de Pacatnamú según Jimenez (1997) “A partir de esta época
los restos de actividad del sitio son débiles, como también lo son a partir de la
conquista Inca de la Costa Norte, un siglo después, época en la que Pacatnamú
fue objeto de ofrendas que evidenciarían que, a pesar del abandono masivo,
seguiría poseyendo valor ceremonial como "huaca””. Son pocas o nulas las
evidencias existentes en el sitio para la época inca, sobresaliendo aquí los restos
que proporcionan información para la época Moche, incluso en el sitio se
encontraron evidencias Lambayeque y Chimú.

Para el sitio de Chan Chan ocurre algo similar ,lo único que se puede encontrar
sobre lo que ocurrió en el sitio para la época Inca, son las crónicas dejadas por el
Padre Antonio de la Calancha, en su “Crónica Moralizada de la Orden de San
Agustín”, en donde nos dice que “Tupac Yupanqui, que estaba en Cajamarca, se
mostró magnánimo y generoso con el jefe Chimú que le fue presentado como
prisionero, lo llamó Chimú-Capac, lo trató como igual y lo mandó a su pueblo para
que siguiera gobernándolo como tributario suyo, pero el Imperio Chimú en realidad
era sólo una federación de pueblos, y la sujeción al poder central del Chimú-
Capac era muy débil, como en el caso de los tallanes.

Fue por tal motivo que caciques de muchos valles del Sur del Chimú y los vecinos
que tenían al norte de Chicama, no estuvieron muy conformes en obedecer al
vencido Chimú-Capac, ni someterse de buen grado al gobierno del Inca, lo que
obligó a éste a intervenir y desarraigar tribus enteras para trasladarlas como
mitimaes a la sierra y aún a las selvas del Marañón. Esa es la causa por la cual
más tarde los españoles encontraron en esos lugares lenguas yungas.”
Es por eso que se postula, que tras la conquista Inca, Chan Chan fue saqueada y
destruida (aproximadamente en el año 1470) y cuando llegó Pizarro (1532) esta Posible
saqueo de
ciudad era sólo un pálido reflejo de su viejo esplendor, habitado por pocas Chan Chan
personas de escasa importancia política y económica.

DE LA CRUZ HERRERA LUIS FELIPE

Contexto zona de los sacrificios de huaca de la luna y


zona de entierros en sipán

Mostrando estos contexto se verán grandes diferencias a pesar de haber sido una
sola cultura, pero que se establecieron en diferentes lugares, en los dos lugares
tanto en sipán cono en huaca de la luna se realizaban sacrificios muy sangrientos
y entierros muy bien dotados de ofrendas, pero con una intensidad e importancia
diferente, sobresaliendo sipán en los entierros y en Trujillo los entierros
sangrientos, tal fue el caso que se realizaban enfrentamientos.

En Moche, en los trabajos arqueológicos realizados en las pirámides de Sipán, en


una tumba de un sacerdote mochica, junto con el sarcófago de madera que
contenía la momia del señor de Sipán, fueron encontrados 100 objetos de oro
macizo, un escudo de guerra, joyas finamente trabajadas y mil piezas de
cerámica. El cadáver embalsamado del señor de Sipán estaba rodeado de otros
cadáveres que, se supone, fueron de las esposas y los colaboradores más
cercanos y, también hallaron, los restos de un niño que bien pudo ser su hijo o un
infante sacrificado. Uno de los misterios que más intriga a los científicos y que
constituye un reto para sus investigaciones, es que las momias que rodeaban al
personaje, tienen uno de los pies amputados. El señor de Sipán medía 1.70
metros y tenía entre 35 a 40 años de edad. En una capa superior, uno de los
acompañantes fue colocado como "guardián" guerrero en actitud de alerta y tenía
amputados los dos pies. A ambos lados de la momia del personaje real, otros dos
hombres fueron colocados a manera de asistentes. Casi a los pies del guerrero
yacían los restos embalsamados y bien conservados de tres mujeres menores de
20 años y de un niño de aproximadamente 10 años de edad (Morote, 1998). Los
moches del norte fueron especializados en entierros, además esto tenían una
connotación religiosa ya que la muerte era algo importante para ellos es por eso
que daban un sepultura muy delicada, así hayan sido sacrificios.

Mientras que en moches del sur se realizaban sacrificios pero de una manera
diferente, se daban batallas, esta era una manifestación que predominaba en el
lugar. Pues en las pampas desérticas próximas se realizaba una batalla, los
prisioneros serán sacrificados. Los que caían capturados eran despojados por sus
captores de todas sus armas y ropa. Luego eran llevados desnudos y amarrados a
la gran plaza delantera donde eran presentados ante los sacerdotes y el soberano.

Subían a la cima de la pirámide y Luego eran llevados a una pequeña habitación


en el patio trasero, en la cima de la pirámide, allí eran preparados por mujeres
como para el sacrificio. Luego de varios días eran sacados al patio en donde
serán degollados. Hay patio que está decorado con frisos donde destaca, al
centro el rostro del dios de las montañas. En el nivel más alto de la fachada de la
pirámide está también la imagen, en cuerpo entero, del dios de la montaña:
aiapaec, también conocido como "el degollador" pues es frecuentemente
representado con un tumi en una mano y una cabeza cercenada en la otra.

La sangre vertida por el sacrificado era depositada en una copa, y presentada al


gobernante moche que esperaba de pie sobre un altar. El Curaca (gobernante)
moche ofrendaba esta sangre al dios de la montaña.

Por otro lado las diversas campañas arqueológicas dirigidas por el


arqueólogo Walter Alva dieron lugar a maravillosos hallazgos como el de las
tumbas reales de Sipán, estas contenían grandes cantidades de oro pero también
se resalta la gran dedicación que se dieron para hacer los entierros y con qué fin
lo hicieron, esto tenía una connotación religiosa y creencia sobre el otro mundo.
Los sacrificios en la cultura moche tenía muchos significados o lo representaban
como algo incluido en la iconografía y escultura, pero mayormente lo tomaban
como un ritual religioso. Los Mochica muchas veces para sus sacrificios humanos,
utilizaban a los prisioneros que obtenían de las guerras.

DE LA CRUZ HERRERA LUIS FELIPE

OPINION MUSEOGRAFICA

Con el viaje a Trujillo pudimos observar el maravilloso museo de huaca el sol y la


luna, cada museo que he visitado tiene una peculiaridad y pues este no fue la
excepción, digamos que es un museo ordenado que muestra poco pero que con
eso es suficiente para trasmitir la información y dar a conocer el patrimonio. Los
ambientes te dan un aire de frescura, con una iluminación natural y poco uso de
la artificial, el uso de pegatinas grandes mostrando la iconografía es un punto a
favor porque nos da algo atractivo así no sea arqueológico. Muy ordenado como
dije anteriormente, las piezas ubicadas digámoslo estratégicamente y colocados
en salones con demás objetos que guardan relación para así facilitar el
entendimiento de la gente. A mi parecer supera en algunos aspectos al museo
tumbas reales de Lambayeque, pues aunque sea un museo muy atractivo e
imponente por la gran arquitectura, además del enorme patrimonio por no decir el
más valioso, este tiene unas carencias en el tema museográfico, puntos en los
que el museo de huaca del sol y la luna lo supera.

Unos de estos puntos es la aglomeración de objetos en el museo lambayecano,


para mí no es necesario poner una gran cantidad de objetos en una vitrina y
mucho peor es que sean de la misma forma, creo que la cantidad no hace la
calidad. Es suficiente con poner los necesarios y dejar que se luzcan eso pocos
objetos, pues el museo trujillano hace eso, muestra unas vitrinas ordenadas y con
los objetos suficiente que llaman la atención. Otro punto a mencionar es su
ventilación, han sabido sacar provecho del clima del lugar y pues la ventilación es
natural, pocos saben de esto porque no hay un interés por el tema museográfico
en el Perú, y pues recalco que es algo que carece el tumbas reales, la ventilación
de este no es muy buena por mis experiencias en las cuales he visitado y por ser
un lugar cerrado no permite disfrutar el paseo al máximo, y aunque se cuente con
la ventilación artificial creo que no es suficiente.

No digo que Trujillo nos supere en el tema museográfico porque cada


departamento tiene museos particulares, un claro ejemplo es el museo de túcume,
uno en los cuales he tenido las mejores experiencias, y pues este sale a resaltar
en Lambayeque por características que no las tiene el museo de huaca el sol y la
luna, como los ambientes externos del museo, es decir la naturaleza que rodea al
museo, pues el de túcume lo sabido aprovechar mejor sabiendo que hay menos
recursos económicos para sembrar plantas y mejor las condiciones de las áreas
verdes, y pues lo otro más importante es que el museo de túcume, es un museo
interactivo, que da ganas de visitar, que la experiencia es muy divertida, que de te
da ganas de volver otras, es museo donde juegas, aprendes, te tomas fotos y que
esto último en los museos mencionados anteriormente lo prohíben, todo esto
llama la atención de los niños, ya que no es museo tradicional donde vas a ver las
piezas y donde no se tocan las vitrinas ni se toman fotos, por digo que este supera
en parte atractiva al museo trujillano, ya que este no cuenta con iniciativa ni
permiso para las fotos por lo que puede tornarse un poco aburrido para niños y
juventud.

La mueva museología y sus ramas como la Museografia está surgiendo el Perú y


es cuestión de tiempo que se comiencen a ver cambios, también la sociedad debe
participar de las iniciativas de inclusión por parte de estos lugares, sería un medio
de comunicación donde se pueda saber qué es lo que le gusta a la gente
adecuándolo al tema de los museos.

DE LA CRUZ HERRERA LUIS FELIPE.

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