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PLAN B

¿Qué hacer cuando Dios no se manifiesta de la manera que esperabas?

Para todos los que deciden creer,


en medio de su Plan B,
que un día la fe triunfará sobre la duda,
la luz triunfará sobre la oscuridad,
el amor triunfará sobre el odio,
y todas las cosas serán redimidas
y existirán de la manera
en que deben existir.

Material para Grupos de Cuidado y


Apoyo

Transcrito y adaptado por: Danny Carmona


CAPITULO 13: TRANSFORMACIÓN A TRAVÉS DE LA TRAGEDIA
(Parte II)

Despojado y purificado
Hace más de quinientos años, un español llamado San Juan de la Cruz escribió un
librito llamado La noche oscura del alma. Este corto libro, en realidad un poema largo con
comentario, tuvo un tremendo impacto en los cristianos durante siglos. San Juan de la Cruz
realmente describe la «noche oscura» (Plan B) como un regalo de Dios. Y él dice que
conlleva un proceso de purificación y de permitir que Dios revele y nos despoje de nuestras
imperfecciones espirituales.

Juan de la Cruz hace una lista de seis de ellas: el orgullo, la avaricia, la ostentación,
la ira, la glotonería espiritual, la envidia espiritual y la pereza. Son palabras chapadas a la
antigua, pero que resumen bastante bien los defectos espirituales que nos limitan. No
crecemos ni somos transformados porque somos orgullosos y arrogantes, porque somos
codiciosos y queremos cosas lindas más de lo que queremos a Dios, porque nos aferramos a
nuestra ira y envidia, y porque somos perezosos y nos permitimos excesos.

¿Es una crisis espiritual la única manera en la que Dios nos despoja de estas cosas?
Absolutamente no. Sin embargo, por lo que hemos visto, es la manera principal que usa para
hacer esta obra de transformación en nosotros y a través de nosotros.

Consideremos a Justin: A medida que transitaba su «jornada interna» a través de su


«noche oscura del alma», comenzó a examinarse y se dio cuenta que había vivido la mayor
parte de su vida apoyándose en su talento y encanto. Él dice: «Tenía muchos dones, fluidez
de palabra y era muy inteligente para mi edad, pero manipulaba todo con absoluta arrogancia.
Todo tenía que ver conmigo». Y añade: «Alguien me dijo en una ocasión que cuando tus
talentos superan tu carácter, la explosión interna es inminente. Bueno pues, me alcanzó y
reventé».

Justin comenzó a entender que si existía alguna esperanza para un futuro con su
familia, tendría que edificar un fundamento cimentado en el carácter de Cristo y permitir que
los talentos de él fluyeran de allí. Fue en su «noche oscura» que Dios comenzó a darle la
forma del hombre que él había imaginado cuando pensó y creó a Justin.

Justin recuerda: «Viví la mayor parte de mi vida cristiana creciendo aceleradamente.


Oraba y leía la Biblia, pero seguía dependiendo de mí mismo. Esta situación de la aventura
amorosa, mi separación de Trisha, y la pérdida de mi iglesia me llevaron a un
quebrantamiento total y absoluto. No había otra esperanza sino el poder redentor de Cristo.
No había manera de congraciarme con Dios. No podía congraciarme con Trisha. Estaba
desesperado por alcanzar gracia y me sentía totalmente incapaz de volverme bueno otra vez.
Ya antes había dependido de Dios cuando no podía solucionar algo, pero esto era diferente.
Y ahora soy diferente. No es que tenga baja autoestima. Es que tengo una estima más alta de
él. Dios es mi única esperanza».
¿Y fue diferente para Trisha? En su caso, como en muchos, el Plan B no llegó por
elección ni por un error de su parte. Aun así la llevó a confrontar sus limitaciones y a explorar
las maneras en las que pudo haber contribuido al problema. Ella recuerda: «Mi seguridad
desapareció. De la noche a la mañana, me convertí en madre soltera con dos trabajos. Fue un
proceso muy largo el permitir que Dios tirara al suelo las paredes que yo había estado
levantando durante casi toda mi vida adulta.
Ladrillo por ladrillo, Dios revelaría capas de disfunción que él quería que removiera.
Era completamente apropiado el que estuviera enojada. Estaba bien que me sintiera devastada
y destrozada. Nadie me culparía por estar amargada. Sin embargo, estaba comenzando a
aprender que si nos quedamos en esas etapas y vivimos siguiendo las pautas de la amargura,
se vuelve peligroso. Si te quedas en esa ira y en esa amargura demasiado tiempo, arruinarán
tu vida».

Verter por montones


Pero la transformación en la «noche oscura» va más allá que el que Dios esté
simplemente depurando nuestras vidas de pecados e imperfecciones. Él no quiere sólo
eliminar ciertas cosas de nuestras vidas, sino también verter por montones otras cosas
también. Dios siempre está buscando maneras de infundir en nosotros su amor y su gracia.
Y eso, también, requiere nuestra cooperación. Es siempre tentador para nosotros el querer
rendirnos o precipitarnos en este proceso de transformación. Pero si tan sólo «nos
quedáramos quietos, escuchando su voz, Dios insertará algo de sí mismo en nuestro carácter
que marcará el resto de nuestra jornada con él»

Justin experimentó justo eso cuando estaba luchando con su humillante Plan B. Dios
no sólo lo estaba despojando de su arrogancia y su autodependencia, sino que también se
estaba revelando a sí mismo de una forma totalmente nueva. Justin recuerda: «Estaba
desesperado. Había arruinado mi matrimonio. Había arruinado mi iglesia. No tenía a nadie a
quien recurrir excepto a Dios. Me sentía totalmente solo. Pero en el momento cuando más
gracia necesitaba, Dios estuvo allí para dármela».

Con la ayuda de mucha consejería, Esta pareja logró salvar su matrimonio. Han
trabajado juntos en las adicciones de Justin, y juntos han buscado nuevos canales de
ministerio. Sin embargo, lo más importante: el Dios con el que interactuaron durante su
«noche oscura», transformó su manera de vivir la vida. Transformó la forma en la que ellos
aman y sirven a los demás.

Él se encuentra contigo en el dolor


La historia de Justin y Trisha es sólo un ejemplo poderoso de las maneras en que los
Plan B en nuestras vidas pueden llevarnos a un cambio positivo. Nuestras tragedias encierran
la posibilidad de transformación. Las «noches oscuras» de nuestras almas pueden traer el
regalo de un cambio positivo y verdadero.
No obstante, es importante reconocer esto: no ocurre de forma automática. Es
perfectamente posible pasar por una circunstancia Plan B sin aprender nada, sin acercarnos
más a Dios, sin ningún tipo de transformación.
¿Qué marca la diferencia? Juan 15.1-5 nos da un indicio:

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano


que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la
palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo
en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

La clave aquí es permanecer en él. Si deseas desarrollar una verdadera


transformación a raíz de tu Plan B, tiene que existir este deseo de «permanecer» con el Señor.
Y eso, a su vez, conlleva creer que el Señor está con nosotros, que él entiende lo que estamos
pasando y sabe cómo nos sentimos y está con nosotros en nuestro dolor.

Trisha comenta: «Al principio oraba: “Dios, no tienes idea de lo que estoy pasando”.
Pero mientras más oraba, más comencé a pensar en la vida de Jesús. Él sabe lo que es sentirse
traicionado por los amigos. Él sabe lo que es sentirse despojado de una posición y ser
humillado. Comencé a darme cuenta que Jesús si experimentó cada uno de mis dolores y
mucho más. Mi perspectiva de Jesús cambió. Él puede y él es parte de cada dolor que
atravesamos. No existe nada tan devastador que él no pueda redimir».

¡Qué hermosa verdad! No existe un Plan B tan devastador que nuestro Señor no pueda
redimir. No existe ningún dolor que podamos experimentar que él no pueda comprender. Él
entiende la traición y la pérdida que sientes. Él entiende el dolor y la humillación. Él
comprende la desilusión y el desaliento. Él simplemente.... entiende. Después de todo, él ha
pasado por todo eso antes que nosotros. (¿Crees que exista un ejemplo más contundente de
transformación a través de la tragedia que la cruz?) Y él está ahí por nosotros en las más
devastadoras «noches oscuras» de nuestros Plan B.

Ya se trate de que tu Plan B sea auto infligido o algo que te ha ocurrido, es posible
que sientas que es tu pequeño infierno personal. Imagina entonces... aún allí, Dios está
complemente presente ofreciéndote su presencia. Y esa es una poderosa promesa para
cualquiera que esté atravesando una «noche oscura del alma». Es un poderoso recordatorio
para cualquiera caminando con gran esfuerzo a través de un Plan B. Y es la clave para la
transformación en la tragedia: podemos permanecer en él porque él permanece con nosotros.
¿Sabes cuál es la promesa que Dios afirma con más frecuencia en las Escrituras? Dios nos
promete una y otra vez: «Estoy contigo».

Dios sabe cuán difícil puede ser vivir en Plan B. (Debe de saberlo. En la persona de
Jesucristo, él lo experimentó.) Él sabe cuán confundidos, cuán frustrados, cuán solos y
aislados podemos sentirnos. Así que simplemente sigue susurrando a nuestras almas
lastimadas este dulce recordatorio: Tal vez no me sientes ni me percibes, pero, anímate
porque realmente estoy aquí. Él nos está invitando a entregarle nuestras preocupaciones, a
desbordar nuestros corazones ante él y a pedirle que se nos revele. Nos está pidiendo que le
permitamos usar las tragedias de nuestros Plan B para transformarnos... tal como Trisha y
Justin Davis permitieron ser transformados.

Más grande que...


A lo largo de la crisis en su matrimonio, los Davis descubrieron que Jesús era más
grande que aun la pesadilla que estaban viviendo. «Cuando te sientas en la sala para decirles
a tus tres hijos pequeños que papá no va a regresar a casa», dice Trisha, «entonces la verdad
de que “Jesús es más grande” es todo lo que tienes.» Y claro, sí hay días en los que deseo
que nunca hubiera ocurrido. Sin embargo, lo que somos hoy como familia y las relaciones
que tenemos uno con el otro y con Dios, han sido formadas a lo largo de este tiempo en una
forma que nunca hubiera podido ser sin el dolor ni la oscuridad».

Si recuerdas las etapas de las que hablamos antes, la familia Davis está ahora
fluctuando entre las etapas cinco y seis. Casi cuatro años después que la bomba estallase en
sus vidas, Dios ha comenzado a usarlos para contar su historia por todo el país, ayudando a
otras parejas atrapadas en telarañas de mentiras. Miles de parejas están dando un paso al
frente y encontrando ayuda y esperanza debido a la valiente decisión de Justin y Trisha de
compartir lo que Dios les enseñó a lo largo de la pesadilla de su Plan B.

Al igual que Justin y Trisha Davis, al igual que Juan de la Cruz, ellos están viviendo
la realidad transformadora descrita por Ronald Rolheiser:

El resultado final de esta travesía a través de la noche oscura... será


un cambio fundamental en nuestra motivación. En lugar de
interactuar con otros y con el mundo a cambio de la gratificación, de
la satisfacción y del placer que nos brindan, actuaremos según un
deseo parecido al de Cristo de ayudar a otros en su lucha por llegar a
una genuina comunidad de amor, belleza, verdad y bondad, y ver a
los demás en la plenitud de su propia unicidad, complejidad, belleza
y necesidad de salvación.
Para reflexionar, identificar y aplicar:

1. ¿Cuál dice este capítulo que es la clave para ser transformado en una situación Plan B?

2. ¿Qué piensas que Dios puede estar queriendo decirte en medio de tu Plan B en este
momento?

3. ¿Alguna vez te ha cruzado por la mente que quizás, sólo quizás, Dios está usando tu dolor
de hoy día para formar algo hermoso dentro de ti?

4. ¿Alguna vez te ha cruzado por la mente que tal vez este Plan B que ahora mismo te tiene
luchando podría ser una invitación a descansar en niveles más profundos de su presencia
transformadora?

5. ¿Es posible que Dios quiera usar tu Plan B como un megáfono que haga rechinar tu cueva
y evite que te conformes con una vida mediocre y sin examinar?

“Simplemente podrías descubrir que el cambio que Dios tiene en mente merece el
dolor de la noche oscura de tu alma. Ese cambio puede ser lo que redima tu Plan B.
Y eso es transformación a través de la tragedia.”

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