Está en la página 1de 8

Lo “real maravilloso” del ciclo Mackandal en El reino de este mundo de

Alejo Carpentier

Jonathan Alberto Guzmán Díaz


guzmandiaz_jonathan@hotmail.com

Resumen: El objetivo de este ensayo es mostrar cómo se configura lo “real


maravilloso” en la primera parte de El reino de este mundo, es decir, en el ciclo de
Mackandal.
Palabras clave: “real maravilloso”, religión, revolución.

Abstract: This papers aims to expose how is the configuration of the “real maravilloso”
in the first part of the El reino de este mundo, that is, in the Mackandalʼs cycle.
Key words: “real maravilloso”, religión, revolución.

1. Carpentier y lo “real maravilloso” en Haití


El encuentro con lo “real maravilloso” se produce en el viaje que Alejo Carpentier
realizó a Haití en el año de 1942, donde observó la Ciudadela La Ferrière, que el rey
Henri Christophe construyó para evitar un nuevo intento de colonización por parte de
los franceses. Sin embargo, la Ciudadela representa toda una visión religiosa y política
que conlleva el anhelo del poder absoluto, en el enfrentarse con los antiguos dioses
africanos y del vudú.
Ahora bien, antes de encontrar los rastros de lo “real maravilloso” en el conjunto
de la vida y la historia de América, Carpentier estuvo en contacto con los surrealistas
franceses, movimiento vanguardista que se basa en la idea del inconsciente y la
yuxtaposición de objetos de índole diversa. Pero Carpentier (1990) comenta cómo el
surrealismo se tornó rápidamente en formulario, y perdió el impulso de lo maravilloso
que lo incitó en un principio:

1
Ahora bien, si el surrealismo perseguía lo maravilloso, hay que decir que el
surrealismo muy rara vez lo buscaba en la realidad. Es cierto que los surrealistas
supieron ver por primera vez la fuerza poética de una vitrina, la fuerza poética de un
letrero popular, de un cartel, de una fotografía, de una feria, pero más a menudo era
lo maravilloso fabricado premeditadamente; el pintor que se ponía frente a un cuadro
y decía: “Voy a hacer un cuadro con elementos insólitos que creen una visión
maravillosa”. (p. 187).

Así, el surrealismo fabrica lo maravilloso, y a fuerza de repetición, se torna en cadáver


exento de vida y arte. A partir de la crítica al surrealismo y a lo maravilloso literario,
Alejo Carpentier propone su visión de lo “real maravilloso”, como aquello que existe en
sí en la vida de los pueblos, en la cultura, la religión, el arte, los juegos, las costumbres,
las instituciones morales, etc.
Precisamente, en la concepción de lo “real maravilloso” como existente de modo
omnipresente en Latinoamérica, en oposición a lo maravilloso prefabricado, es que se
entiende la producción artística de la segunda novela de Carpentier El reino de este
mundo, fruto de un arduo trabajo de investigación histórica y etnográfica como ya
demostró la investigadora Emma Susana Speratti-Piñero en su libro Pasos hallados en
El reino de este mundo. Respecto a la creación de El reino de este mundo en su relación
con lo “real maravilloso” Alejo Carpentier (1990) comenta lo siguiente:

Por ello diré que una primera noción de lo real maravilloso me vino a la mente
cuando, a fines del año 1943, tuve la suerte de poder visitar el reino de Henri
Christophe –las ruinas, tan poéticas, de Sans-Souci; la mole, imponentemente intacta
a pesar de rayos y terremotos, de la Ciudadela La Ferrière – y de conocer la todavía
normanda Ciudad del Cabo, el Cap Français de la antigua Colonia, donde una casa
de larguísimos balcones conduce al palacio de cantería habitado por Paulina
Bonaparte (p. 111-112).

De esta manera, la intuición de lo “real maravilloso” en Carpentier es consecuencia del


contacto con la realidad americana, y en específico, por un primer acercamiento con las
formas de vida e historia de Haití. Precisamente, lo “real maravilloso” que descubre
Carpentier está anclado en la historia y la síntesis entre religión y revolución, que

2
implicó la liberación de los negros de Haití a la vez que el suicidio del dictador negro
Henri Christophe.
Un personaje histórico que llama la atención de Alejo Carpentier es el negro
Mackandal, que en El reino de este mundo funge como envenenador de los blancos,
principio de la revolución y maestro de Ti-Noel. Acerca del Mackandal histórico, es
conveniente atender a la siguiente información:

Concretamente, poco se sabe de François Mackandal, el hombre. Nació en Guinea y


fue vendido como esclavo en Saint-Domingue. Hacia 1750 se encontraba en la
hacienda que Lenormand de Mézy tenía en Limbé. Allí perdió una mano entre los
cilindros de un trapiche. A causa de su invalidez, se le dedicó a pastorear ganado;
pero pronto huyó a los montes y se convirtió en cimarrón alrededor de 1751. Desde
ese momento, si no antes, ejerció influencia sorprendente tanto sobre muchos de los
esclavos de la Llanura del Norte como sobre otros fugitivos. Con la cooperación de
los primeros inició una campaña de envenenamiento contra los ganados y las vidas
de los colonos. Del proceso que se le siguió a raíz de su captura (diciembre de 1757)
en la hacienda de Dufresne, también en Limbé, sólo se saca en limpio que fue
condenado a morir en la hoguera el 20 de enero de 1758 por seductor, profanador y
envenenador (Speratti-Piñero, 1981, p. 20-21).

El personaje histórico de Mackandal es, en última instancia, el mismo que Carpentier


utiliza en su novela; pero, considerando la fe que implica lo “real maravilloso”, la figura
histórica de Mackandal está permeada de una realidad mágica, dada por la religión de
los negros y las ansias, o anhelo, de la libertad. Así, Mackandal es el símbolo de la
religión y la revolución, en el cual se halla la noción de lo maravilloso del que habla
Carpentier, tanto en las leyendas de transformación alrededor de su materialidad, como
en la muerte y emblema de rebelión. A su vez, Mackandal funge como una memoria de
un pasado mítico, de reyes africanos, al relatar historias e instaurar la sabiduría de la
negritud en Ti-Noel, personaje estrictamente ficticio, y demás hombres que apoyarán su
campaña de envenenamiento.

2. Lo “real maravilloso” en el ciclo Mackandal

3
La noción de lo “real maravilloso” en el personaje Mackandal, se presenta por distintas
vías; si bien el ciclo Mackandal, dividido en ocho partes, no es precisamente un
esquema de las vías interpretativas en que se presenta lo “real maravilloso”, para efectos
de este ensayo se proponen cuatro líneas argumentales de lo maravilloso en el personaje
Mackandal. Una primera función de lo maravilloso es la íntima relación con lo mítico,
puesto que Mackandal narra historias míticas acerca de reyes negros del África en su
relación con lo divino, provocando el asombro en los oyentes y principalmente en Ti-
Noel:

Con voz fingidamente cansada para preparar mejor ciertos remates, el mandinga
solía referir hechos que habían ocurrido en los grandes reinos de Popo, de Arada, de
los Nagós, de los Fulas. Hablaba de vastas migraciones de pueblos, de guerras
seculares, de prodigiosas batallas en que animales habían ayudado a los hombres.
Conocía la historia de Adonhueso, del Rey de Angola, del Rey Dá, encarnación de la
Serpiente, que es eterno principio, nunca acabar, y que se holgaba místicamente con
una reina que era el Arcoíris, señora del agua y de todo parto (Carpentier, 1994, p.
23).

Los relatos míticos de Mackandal tienen la característica de lo “real maravilloso” pues


narran pasados míticos que instauran la necesidad de la rebelión, el ansia de libertad, y
el odio hacia los amos blancos. En cierto modo, funcionan como premonición del rey
negro Henri Christophe, que completa lo maravilloso en los relatos de Mackandal.
Asimismo, los relatos de Mackandal expresan una sabiduría que sólo le corresponde a
los negros, pues estos aprenden mediante la oralidad. Así, subyace una tensión entre la
civilización europea, representada en los amos blancos, y la civilización arcaica,
primitiva, mítica, representada por los reyes guerreros y divinos de territorios
inexplorados.
La siguiente lectura de lo “real maravilloso” en Mackandal es el veneno y la
anciana con la que mantiene comunicación. Después del accidente que lo deja manco,
Mackandal se aleja de la servidumbre de su amo y se convierte en cimarrón; entonces,
dedica todo su tiempo a estudiar y recolectar hierbas, entre estas, hongos venenosos que
prepara la anciana Mamán Loi, que vive en grutas profundas. En el trasfondo de esta
conexión de personajes, y el veneno que se esparce de formas extrañas e insospechadas
para los pobladores, hay un misticismo que involucra un saber acerca de los venenos

4
naturales, como las cobras, y un ritual en su preparación: “Respondiendo a una orden
misteriosa, corrió a la cocina, hundiendo los brazos en la olla llena de aceite”
(Carpentier, 1994, p. 29).
Del mismo modo, la manera en que se esparce el veneno involucra el comienzo
de la sacralización de Mackandal, que deja de ser sólo un hombre para devenir en
símbolo del vudú y la libertad. A propósito de la dinámica del personaje histórico y de
la leyenda, es conveniente puntualizar que para Carpentier lo “real maravilloso”
necesita de una fe, así: “[…] la sensación de lo maravilloso presupone una fe. Los que
no creen en santos no pueden curarse con milagros de santos, ni los que no son Quijotes
pueden meterse, en cuerpo, alma y bienes, en el mundo de Amadís de Gaula o Tirante
el Blanco” (Carpentier, 1994, p.15). Por ende, alrededor de Mackandal hay una
construcción colectiva acerca de sus poderes mágicos que llegará a la cúspide en las
metamorfosis y en la hoguera.
Es indudable que la nota característica del personaje Mackandal, en lo que
importa a la noción de lo “real maravilloso”, son las metamorfosis que sufre posterior al
descubrimiento de que él es la causa de las muertes por envenenamiento. Las
metamorfosis de Mackandal en diversos animales son sostenidas por las ideas religiosas
de los esclavos negros, y en este sentido, religión y revolución están indisociablemente
unidas. Así, la forma humana pasa a ser una apariencia de la esencia de Mackandal, que
en sus formas animales, vigila a los esclavos, a los amos blancos, y continúa así el
principio de una rebelión. Es definitivo que Mackandal, a partir de las metamorfosis y la
fe de la colectividad, ha superado lo humano y por lo tanto la muerte.
La muerte física de Mackandal, que es en verdad una fiesta para los esclavos –
pues Mackandal muere quemado en la hoguera en una plaza pública −, conlleva una
alegría íntima de los negros, que para la mente occidental no es más que fría
indiferencia, ya que aquellos saben de las capacidades mágicas del manco, muy
seguramente posándose junto a los justicieros en forma de mosquito. Sin embargo,
Alejo Carpentier pone en tela de juicio, de manera magistral, la realidad, al enfrentar lo
“real maravilloso” del imaginario negro con lo material o la visión occidental: “[…]
muy pocos vieron que Mackandal, agarrado por diez soldados, era metido de cabeza en
el fuego, y que una llama crecida por el pelo encendido ahogaba su último grito”
(Carpentier, 1994, p.43). Pero ante la muerte física, material del mandinga, subsiste la
otra vida, la verdadera, la de la fe del vudú: “Mackandal había cumplido su promesa,
permaneciendo en el reino de este mundo” (Carpentier, 1994, p. 43).

5
3. Mackandal, religión y revolución.
Mackandal es la síntesis entre religión y revolución, puesto que en él, el ansia de
libertad y la fe de los esclavos, es expresada en el envenenamiento y las metamorfosis.
En última instancia, lo que moviliza a los negros a la revolución es el pasado mítico, el
vudú, que es sincretismo entre catolicismo y religiones africanas, y los rituales que
entonan sonidos con los grandes tambores que Henri Christophe escuchará en la
postrimería de su derrocamiento y muerte. Lo “real maravilloso” de la independencia de
Haití, al menos una de sus manifestaciones, es la historia del negro Mackandal, de la
cual Carpentier (1990) habla con estas palabras: “Pisaba yo una tierra donde millares de
hombres ansiosos de libertad creyeron en los poderes licantrópicos de Mackandal, a
punto de que esa fe colectiva produjera un milagro el día de su ejecución” (p. 115). Así,
Mackandal es la fuerza de una colectividad unida por la libertad y la religiosidad.
La religión es un tema constante en la obra de Alejo Carpentier, y en el caso de
El reino de este mundo, sólo a partir del fenómeno religioso es que es posible
comprender la lucha de Mackandal, la degradación psicológica y moral de Henri
Christophe, y el final maravilloso de Ti-Noel. En El reino de este mundo el vudú no es
solamente un conjunto de creencias mágicas, es la unión de los negros con la vida, con
la naturaleza, la manera de empatía entre ellos, y en todo momento, la razón
fundamental de la revolución. Así, Volek (1970), hablando acerca del vudú en la obra
de Carpentier, comenta lo que sigue:

El contraste mismo (casi contrapunto) esclavizadores – “vaudou” no superaría los


límites de cierta ingenuidad de los intelectuales en la posición hacia la realidad, si
aquí el “vaudou” no fuera un amplio símbolo. Es no sólo una magia primitiva y un
sistema de creencias que expresan la concepción del universo en determinado grado
de la evolución del hombre, sino también una ideología secreta que une a los
esclavos y los alienta en la lucha por la libertad, llegando a ser símbolo de la raza
negra en opresión y en lucha, y hasta podríamos decir que es una expresión particular
del anhelo de libertad del hombre como tal. (p. 158).

En conclusión, el personaje Mackandal representa el símbolo de la lucha de los esclavos


negros en Haití; símbolo que se va gestando a través de elementos de lo maravilloso, ya

6
que recupera el pasado mítico en los relatos, el saber de la naturaleza –pues Mackandal
distingue entre hierbas buenas y malas −, las metamorfosis y al final una muerte
aparente que entusiasma a los negros. De esta manera, lo “real maravilloso” del ciclo
Mackandal está en la síntesis entre religión y revolución en un personaje que quebranta
los límites entre la historia y la leyenda.

7
Referencias

Carpentier, A. (1994). El reino de este mundo. Los pasos perdidos. México: siglo
veintiuno editores.

_____________ (1990). Ensayos. México: siglo veintiuno editores.

Speratti-Piñero E. (1981). Pasos hallados en El reino de este mundo. México:


COLMEX.

Volek, E. (1970). “Análisis e interpretación de El reino de este mundo de Alejo


Carpentier”, en: Giacoman, H. (comp. 1970). Homenaje a Alejo Carpentier:
Variaciones interpretativas en torno a su obra. New York: Adelphi University.

Bibliografía

Maturo, Graciela (1972). “Religiosidad y liberación en ¡Ecué-Yamba-Ó! y El reino de


este mundo”, en: Mazziotti, N. (comp.1972). Historia y mito en la obra de Alejo
Carpentier. Buenos Aires, Argentina: editorial Fernando García Cambeiro.

Noé, J. “Blanco, Negro, ¿Mulato? Una lectura de El reino de este mundo de Alejo
Carpentier”. Texto crítico, no. 1: p. 32-60.

Santander, C. (1970) “Lo maravilloso en la obra de Alejo Carpentier”, en: Giacoman, H.


(comp. 1970). Homenaje a Alejo Carpentier: Variaciones interpretativas en
torno a su obra. New York: Adelphi University.

También podría gustarte