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Anatomía del cerebelo

El cerebelo está situado en la base del crá neo, en la denominada


fosa cerebelosa del
hueso occipital, detrá s de la protuberancia y el bulbo, y debajo
de la tienda del
cerebelo o tentorio, que lo separa de los hemisferios cerebrales.
Consta de una
corteza cerebelosa y una parte central de sustancia blanca, que
contiene los nú cleos
cerebelosos o profundos

Características del cerebelo


Las características má s notables del cerebelo son las siguientes:

Tiene forma ovoide y pesa aproximadamente entre 150 y 180 gr.


El cerebelo del hombre es má s pesado que el de una mujer.
Su tamañ o aproximado es de 8 cm x 5 cm x 5 cm.
Se encuentra cubierto por líquido cerebro espinal.
Está formado por dos hemisferios con una cavidad en el centro
que se llama Vermis.
En el cerebelo encontramos alrededor del 50 % de las neuronas
que hay en el encéfalo.

Histología
Está formado por un centro de sustancia blanca rodeado por la
sustancia gris. La sustancia gris está dividida en tres capas: la
capa molecular externa, la capa de células de Purkinje
intermedia y la capa granulosa interna. La capa molecular
presenta una distribució n dispersa de somas neuronales,
mientras que la capa granulosa tiene su origen en la gran
cantidad de nú cleos hipercromá ticos
En la imagen se observa la sustancia gris de cerebelo. En el
esquema se observa que hay neuropilo (Espacio intermedio que
se ve borroso y difuso) rodeando las diferentes células. La
sustancia gris se caracteriza por presentar neuronas (células con
nú cleo morado y presentan citoplasma de color rosa). El
cerebelo está dividido en tres capas muy identificables: 1) Capa
molecular que presenta pocas neuronas y mucho neuropilo; 2)
Capa compuesta por células de Purkinje (células grandes de
forma piriforme que está n fijadas a la tercera capa); 3) Capa
granular presenta muchas neuronas y poco neuropilo.

Las células de Purkinje son muy voluminosas y con técnicas


á rgenticas se aprecian sus dendritas muy desarrolladas y en
forma de abanico. Estas reciben los impulsos nerviosos
(inhibidores y excitadores) de las á reas motoras cerebrales
Función del cerebelo en el control motor global
El sistema nervioso recurre al cerebelo para coordinar las
funciones de control motor en los tres niveles siguientes:

1. El vestibulocerebelo. Este nivel consta bá sicamente de los


pequeñ os ló bulos cerebelosos floculonodulares (que se hallan
debajo del cerebelo posterior) y las porciones adyacentes del
vermis.
Aporta los circuitos nerviosos para la mayoría de los
movimientos relacionados con el equilibrio corporal.

2. El espinocerebelo. Este nivel está constituido por la mayor


parte del vermis del cerebelo posterior y anterior, ademá s de las
zonas intermedias adyacentes a sus dos lados. Proporciona el
circuito encargado de coordinar bá sicamente los movimientos
de las porciones distales de las extremidades, en especial los de
las manos y los dedos.

3. El cerebrocerebelo. Este nivel está compuesto por las grandes


zonas laterales de los hemisferios cerebelosos, que quedan a los
lados de las zonas intermedias. Recibe prá cticamente todas sus
conexiones desde la corteza cerebral motora y las cortezas
somatosensitiva y premotora adyacentes en el cerebro.
Transmite su informació n de salida en un sentido ascendente de
nuevo hacia el cerebro, actuando de un modo autorregulador
junto con el sistema sensitivomotor de la corteza cerebral para
planificar los movimientos voluntarios secuenciales del tronco y
las extremidades. Estos movimientos se planifican con una
antelació n hasta de décimas de segundo con respecto al
movimiento verdadero.
Este proceso se llama concepció n de la «imagen motora» de los
movimientos que se van a realizar.

AÉREAS FUNCIONALES

Desde el punto de vista anató mico, el cerebelo está dividido en


tres ló bulos por dos profundas cisuras, ló bulo anterior, 2) el
ló bulo posterior y 3) el ló bulo floculonodular.
En cambio, desde una perspectiva funcional, los ló bulos anterior
y posterior no está n organizados segú n esta divisió n sino a lo
largo de su eje longitudinal.
La imagen nos muestra una vista posterior del cerebelo humano
después de haber deslizado hacia abajo el extremo inferior del
cerebelo posterior desde su posició n normalmente oculta.
Observamos, en el centro del cerebelo, una banda estrecha
llamada vermis, separada del resto por surcos superficiales. En
esta zona radican la mayoría de las funciones de control
cerebelosas encargadas de los movimientos musculares del
tronco axial, el cuello, los hombros y las caderas.
A cada lado del vermis queda un hemisferio cerebeloso grande y
que sobresale en sentido lateral, o cada uno de ellos se divide en
una zona intermedia y otra zona lateral. La zona intermedia del
hemisferio se ocupa de controlar las contracciones musculares
en las porciones distales de las extremidades superiores e
inferiores, especialmente en las manos, los pies y los dedos. La
zona lateral del hemisferio opera a un nivel mucho má s remoto
porque esta á rea se suma a la corteza cerebral para la
planificació n general de las actividades motoras secuenciales.
Sin esta zona lateral, la mayoría de las actividades motoras
diferenciadas del cuerpo pierden su sincronizació n y ordenació n
adecuadas y, por tanto, se vuelven descoordinadas.

VÍAS DE ENTRADA AL CEREBELO


Vías aferentes desde otras porciones del encéfalo

Una vía aferente amplia e importante es la vía


corticopontocerebelosa, originada en las cortezas cerebrales
motora y premotora, y en la corteza cerebral somatosensitiva;
pasa por los nú cleos de la protuberancia y los fascículos
pontocerebelosos para llegar sobre todo a las divisiones
laterales de los hemisferios cerebelosos en el lado del encéfalo
opuesto a las á reas corticales

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Otros fascículos aferentes importantes nacen a cada lado del
tronco del encéfalo. Estos fascículos constan de: 1) un amplio
fascículo olivocerebeloso, que va desde la oliva inferior hasta
todas las porciones del cerebelo y se excita en la oliva por las
fibras procedentes de la corteza cerebral motora, los ganglios
basales, extensas regiones de la formació n reticular y la médula
espinal; 2) las fibras vestibulocerebelosas, algunas de las cuales
se originan en el mismo aparato vestibular y otras surgen en los
nú cleos vestibulares del tronco del encéfalo, de manera que casi
todas acaban en el ló bulo floculonodular y en el nú cleo del
fastigio del cerebelo, y 3) las fibras reticulocerebelosas, que
nacen en diversas porciones de la formació n reticular en el
tronco del encéfalo y finalizan en las regiones cerebelosas de la
línea media (sobre todo en el vermis).

VÍAS AFERENTES DESDE LA PERIFERIA

El cerebelo también recibe importantes señ ales sensitivas


directas desde las porciones periféricas del cuerpo bá sicamente
a través de cuatro fascículos a cada lado, dos que ocupan una
posició n dorsal en la médula y otros dos ventrales. El fascículo
espinocerebeloso dorsal y el fascículo espinocerebeloso ventral.
El fascículo dorsal entra en el cerebelo a través del pedículo
cerebeloso inferior y termina en el vermis y en las zonas
cerebelosas intermedias correspondientes al mismo lado de su
origen. El fascículo ventral penetra en el cerebelo por el pedículo
cerebeloso superior, pero acaba a ambos lados del cerebelo.
Las señ ales transmitidas por los fascículos espinocerebelosos
dorsales proceden sobre todo de los husos musculares y en
menor proporció n de otros receptores somá ticos repartidos por
todo el cuerpo, como los ó rganos tendinosos de Golgi, los
receptores tá ctiles grandes de la piel y los receptores articulares.
Todas estas señ ales informan al cerebelo sobre el estado en cada
momento de: 1) la contracció n muscular; 2) el grado de tensió n
en los tendones musculares; 3) la posició n y la velocidad de
movimiento de las diversas partes del cuerpo, y 4) las fuerzas
que actú an sobre las superficies corporales.

Los fascículos espinocerebelosos ventrales reciben mucha


menos informació n desde los receptores periféricos. En su lugar,
se activan bá sicamente por las señ ales motoras que llegan a las
astas anteriores de la médula espinal desde: 1) el encéfalo a
través de los fascículos corticoespinal y rubroespinal, y 2) los
generadores internos de patrones motores en la propia médula.
Por tanto, esta vía de fibras ventral comunica al cerebelo qué
señ ales motoras han llegado a las astas anteriores; dicha
retroalimentació n se llama copia de eferencia del impulso motor
en el asta anterior.
Las vías espinocerebelosas son capaces de transmitir impulsos a
una velocidad hasta de 120 m/s, que es la má s alta entre todas
las vías del sistema nervioso central. Esta velocidad resulta
importante para la comunicació n instantá nea al cerebelo de los
cambios ocurridos en las acciones musculares periféricas.
Ademá s de las señ ales derivadas de los fascículos
espinocerebelosos, el cerebelo recibe impulsos desde la periferia
del cuerpo por medio de las columnas dorsales de la médula
hasta los nú cleos de las columnas dorsales en el bulbo raquídeo
y a continuació n se envían al cerebelo. Aná logamente, las
señ ales ascienden por la médula espinal a través de la vía
espinorreticular hasta la formació n reticular en el tronco del
encéfalo y también a través de la vía espinoolivar hasta el nú cleo
olivar inferior. A continuació n hacen relevo en estas dos á reas
para seguir hacia el cerebelo. Por tanto, esta estructura reú ne
constantemente informació n sobre los movimientos y la
posició n de todas las partes del cuerpo aun cuando opera a un
nivel subconsciente.
La organizació n general de las principales vías eferentes que
parten del cerebelo:

1. Una vía que nace en las estructuras de la línea media del


cerebelo (el vermis) y a continuació n atraviesa los nú cleos del
fastigio en su camino hacia las regiones bulbares y pontinas del
tronco del encéfalo. Este circuito funciona en íntima asociació n
con el aparato del equilibrio y con los nú cleos vestibulares del
tronco del encéfalo para controlar el equilibrio, y también está
vinculado a la formació n reticular del tronco del encéfalo para
regular las actitudes posturales del cuerpo.

2. Una vía que recorre el siguiente trayecto: 1) se origina en


la zona intermedia del hemisferio cerebeloso, y a continuació n
atraviesa 2) el nú cleo interpuesto hacia 3) los nú cleos
ventrolateral y ventroanterior del tá lamo y después va hasta 4)
la corteza cerebral, 5) diversas estructuras talá micas de la línea
media y finalmente 6) a los ganglios basales y 7) el nú cleo rojo y
la formació n reticular en la porció n superior del tronco del
encéfalo. Este complejo circuito ayuda principalmente a
coordinar las contracciones recíprocas entre los mú sculos
agonistas y antagonistas en las porciones periféricas de las
extremidades, sobre todo en las manos, los dedos y los pulgares.

3. Una vía que comienza en la corteza cerebelosa de la zona


lateral del hemisferio cerebeloso y a continuació n se dirige al
nú cleo dentado, después a los nú cleos ventrolateral y
ventroanterior del tá lamo y, finalmente, a la corteza cerebral.
Esta vía cumple una funció n importante por su contribució n a la
coordinació n de las series de actividades motoras sucesivas
puestas en marcha por la corteza cerebral
Núcleos cerebelosos:
Ocupando una situació n profunda dentro de la masa cerebelosa
a cada lado hay tres nú cleos cerebelosos profundos:

 El dentado: Es el de mayor tamañ o y se ha calculado que tiene


unas 250 000 neuronas. Es de color gris amarillento y tiene
forma de bolsa con pliegues abierta hacia delante y hacia la
línea media. La abertura se denomina hilio del nú cleo dentado
y por él salen la mayor parte de las fibras que forman el
pedú nculo cerebeloso superior. En el nú cleo dentado se
distinguen al menos dos tipos de neuronas: las grandes o de
proyecció n y las pequeñ as o interneuronas. Pero los circuitos
siná pticos de este nú cleo no está n claramente establecidos.
Tanto las neuronas de proyecció n como las interneuronas
tienen prolongaciones no muy numerosas, largas y poco
ramificadas, que les dan un aspecto general estrellado.
 El interpuesto: Ubicado lateral al nú cleo fastigio. Se encuentra
formado por el nú cleo globoso (interpó sito posterior) y el
emboliforme (interpó sito anterior). Se relacionan
funcionalmente con la zona paravermiana.
El núcleo globoso es alargado en sentido anteroposterior y se
sitú a entre el nú cleo del fastigio y el emboliforme. El núcleo
emboliforme tiene forma de coma, con la parte gruesa dirigida
hacia delante y se sitú a junto al hilio del nú cleo dentado.

 El del fastigio: Es una masa gruesa con forma de cometa,


ubicada casi en la línea media, justo por encima del techo del
IV ventrículo del cual está separado por una delgada capa de
sustancia blanca.

De medial a lateral son: el núcleo del fastigio (o del techo),


el globoso, el emboliforme y el dentado.
(Los núcleos vestibulares del bulbo raquídeo también
funcionan en ciertos aspectos como si fueran núcleos
cerebelosos profundos debido a sus conexiones directas con
la corteza del lóbulo floculonodular.)

Todos estos nú cleos profundos del cerebelo reciben señ ales


desde dos fuentes:
1. La corteza cerebelosa.
2. Los fascículos aferentes sensitivos profundos dirigidos al
cerebelo.

Cada vez que llega una señ al de entrada al cerebelo, se divide


para seguir dos direcciones:

1) Directamente hacia uno de los nú cleos cerebelosos


profundos.
2) Hasta la zona correspondiente en la corteza cerebelosa que
cubre ha dicho nú cleo.

Una décima de segundo má s tarde, la corteza cerebelosa emite


una señ al de salida inhibidora dirigida hacia el nú cleo profundo.
Por tanto, todas las señ ales de entrada que penetran en el
cerebelo finalmente acaban en los nú cleos profundos adoptando
primero la forma de impulsos excitadores seguidos por impulsos
inhibidores una fracció n de segundo después. Desde los nú cleos
profundos, las señ ales de salida abandonan el cerebelo y se
distribuyen por otras zonas del encéfalo.
Equilibrio entre la excitación y la inhibición en los núcleos
cerebelosos profundos
La estimulació n directa de las células nucleares profundas a
cargo de las fibras trepadoras o de las musgosas sirve para
excitarlas. Por el contrario, las señ ales que llegan desde las
células de Purkinje las inhiben.
Normalmente, el equilibrio entre estos dos efectos resulta
ligeramente favorable a la excitació n, por lo que, en condiciones
de tranquilidad, la salida de la célula nuclear profunda
permanece relativamente constante a un nivel moderado de
estimulació n continua.
Durante la ejecució n de una actividad motora rá pida, la señ al
desencadenante originada en la corteza cerebral motora o en el
tronco del encéfalo al principio incrementa mucho la excitació n
de la célula nuclear profunda. Después, unos cuantos
milisegundos má s tarde, aparecen las señ ales inhibidoras de
retroalimentació n procedentes del circuito de la célula de
Purkinje. De esta forma, hay una primera señ al excitadora
rá pida enviada por las células nucleares profundas hacia la vía
de salida motora para potenciar la actividad motora, seguida por
una señ al inhibidora en cuestió n de una pequeñ a fracció n de
segundo. Esta ú ltima se parece a una señ al de retroalimentació n
negativa de
«línea de retardo», de una clase que resulte eficaz para
suministrar un mecanismo de amortiguació n
Pedúnculos Cerebelosos:

El cerebelo está relacionado con el resto del sistema nervioso


central por fibras eferentes y aferentes que se agrupan a cada
lado en tres grandes pedú nculos. Los pedú nculos siendo la ú nica
puerta de entrada y salida de la informació n tienen mú ltiples
conexiones con diferentes partes de la corteza cerebral. Estas
envían informació n sobre los movimientos del cuerpo.

La funció n de estos pedú nculos cerebelosos es la de conducir


impulsos nerviosos y junto con otras estructuras como los
ganglios basales interaccionan con el sistema sensorio motor,
coordinando y modulando su actividad. Cabe mencionar que
debido a que los pedú nculos cerebelosos son estructuras de
superficie estos se pueden ver fá cilmente mediante disecció n.

Adentrá ndonos en el tema, decimos entonces que los


pedú nculos cerebelosos se dividen en 3 pares: superiores,
medios e inferiores.

Tenemos 3 pedú nculos cerebelosos, tenemos el pedú nculo


cerebeloso superior que es este que se encuentra en morado,
tenemos también el pedú nculo cerebeloso medio que es el que
se encuentra de color amarillo de mayor tamañ o y también
tenemos al pedú nculo cerebeloso inferior en color verde que se
le denomina también cuerpo restiforme.

 Pedúnculo Cerebeloso Superior:

El pedú nculo cerebeloso superior, el morado, es una vía


totalmente eferente, esto quiere decir que esta vía
principalmente es para mandar señ ales que van desde el
cerebelo hacía otras partes del sistema nervioso central. Las
neuronas que dan lugar a esta vía principalmente está n
localizadas en los nú cleos cerebrales profundos.

Sus proyecciones son principalmente hacía el tá lamo y la corteza


y al colículo superior.

 Pedúnculo Cerebeloso Medio:

Tenemos también al pedú nculo cerebeloso medio, esta es una


vía aferente al cerebelo, es decir, que la informació n va desde el
sistema nervioso central hacía el cerebelo. La mayoría de los
cuerpos celulares que dan origen a esta vía se encuentran en la
base del puente contralateral, donde forman el nú cleo pontino.
 Pedúnculo Cerebeloso Inferior:

Es una vía un poco má s pequeñ a, sin embargo la má s compleja,


en el sentido de que es una vía aferente y eferente, aferente
principalmente de médula espinal y de nú cleos vestibulares y
eferente principalmente porque llega hacía la formació n
reticular y hacía los nú cleos vestibulares.

Cada uno de los pedú nculos cerebelosos contiene má s de 20


millones de axones, esto lo convierte en una de las vías má s
grandes del cerebro. Alguna lesió n en estos pedú nculos
cerebelosos provoca trastornos de la motilidad y del equilibrio
se presentan como lesiones hemisféricas extensas, sin embargo,
si la lesió n está limitada en una porció n de la corteza cerebelosa
y de la sustancia blanca subcortical hay pocas alteraciones de la
lesió n.

Un ejemplo de lesió n donde se ve afectado el pedú nculo


cerebeloso inferior es el síndrome de Wallenberg por ser una
lesió n a nivel de la regió n lateral del bulbo raquídeo, también
involucra los nú cleos vestibulares, nú cleo ambiguo, entre otros.
Cuya sintomatología comprende: vértigos, ná useas y vó mitos,
pará lisis del paladar, pérdida de sensaciones térmicas y
nociceptivas en el mismo lado de la cara y opuesto al cuerpo.
Otro cuadro que pueden presentar los pedú nculos son los
cavernomas los cuales son mal formaciones vasculares que con
frecuencia producen hemorragias.
Patologías:

¿Qué ocurre cuá ndo hay un dañ o en el cerebelo? Se produce un


síndrome cerebeloso, él comprende una serie de
manifestaciones clínicas, aquí tenemos una lista de esas
manifestaciones que se producen cuando hay un síndrome
cerebeloso.

 Disinergia.

 Disdiadococinesia.

 Dismetría.

 Temblor intencional.

 Disartria.

 Nistagmus.

 Hipotonía.

 Ataxia cerebelosa.

Disinergía: El cerebelo normal es capaz de prever la posició n


que ocupará una parte del cuerpo, así puede coordinar en el
tiempo los mú ltiples componentes de un complejo movimiento
tridimensional.

Pero cuando se altera el cerebelo, hay un fallo en la progresió n


suave de un movimiento a otro, lo que se conoce como
disinergia.

Disdiacocinesia: ¿A qué se refiere? A la dificultad para la


realizació n de movimientos rá pidos alternantes.

Dismetría: Falta de coordinació n entra la actividad de mú sculos


agonistas y antagonistas llevando a un trastorno en la
desaceleració n del movimiento impulsado y una extensió n
erró nea del movimiento.

Temblor intencional: Al buscar con el dedo un punto diana o


un punto blanco la mano no desacelera adecuadamente y
sobrepasa el objetivo. Se intenta corregir, pero de nuevo la
aceleració n y la deceleració n no resultan exactas, con lo que la
mano puede sobrepasar, esta vez en sentido contrario.

El resultado global es que el dedo oscila de un lado a otro del


objetivo hasta fijarse en él, dá ndose un temblor.
Disartría: Anomalía del habla por la falta de coordinació n de los
movimientos necesarios para articular el lenguaje.

Nistagmus: Falta de amortiguació n de los movimientos oculares


que consiste en una oscilació n de los ojos cuando se intentan
fijar en un punto lateral del campo visual.

Hipotonía: El cerebelo normal, globalmente parece ejercer una


funció n de facilitació n del tono muscular, por lo que en
alteraciones del cerebelo aparece hipotonía.

Ataxia cerebelosa: Que consiste en una falta de orden en el


movimiento. A esto se le llama ataxia cerebelosa, para poderle
distinguir de la ataxia vestibular y la ataxia sensitiva que
también existen.

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