Óscar Mazeres Ferrer
Diplomado en enfermería. ABS Pujol i Capçada. El Prat del Llobregat. Barcelona. España.
D esde siempre se han utilizado los vendajes compresivos
en pacientes con edemas postraumáticos y en pacientes
con trastornos venosos y/o linfáticos con o sin úlceras veno-
sas. La compresión externa mediante cualquier tipo de ven-
daje compresivo resulta esencial para aumentar el gradiente
de presión en la zona de aplicación, lo que reduce el edema,
evita la estasis venosa y mejora el retorno venoso. El venda-
je compresivo contrarresta la pérdida de fluidos capilares in-
crementando la presión local, además de reforzar la reabsor-
ción al empujar el fluido hacia capilares y vasos linfáticos1.
Para realizarlo correctamente debemos tener en cuenta los
siguientes aspectos:
– Se debe valorar que no exista compromiso arterial. Es
primordial la determinación de los pulsos arteriales distales
antes de la realización del vendaje, que está totalmente con-
traindicado en casos de ausencia de aquéllos o bien cuando,
al realizar una oscilometría, ésta aparece negativa o dismi-
nuida. En general se descartaría la opción de vendaje com-
presivo fuerte en pacientes cuyo índice de presión tobillo-
brazo es menor de 0,8, si bien es cierto que este índice no es
siempre fiable en pacientes diabéticos por el problema de
calcificación arterial y microcirculación alterada1.
– También estaría contraindicado su uso en pacientes con
procesos alérgicos al material. Especialmente cuando el ven-
daje es adhesivo, algunos autores lo desaconsejan en pacien-
tes con edema blando importante, ya que puede originar flic-
tenas.
Grados de compresión
y material
El grado de compresión de un vendaje vendrá determinado
por 4 factores: a) las propiedades del material a utilizar;
b) el tamaño y la forma de la extremidad; c) la técnica de re-
alización, y d) las actividades que realiza el paciente2.
La presión óptima internacionalmente aceptada1 es de 35
a 40 mmHg, si bien ha de ir disminuyendo gradualmente a
medida que se asciende por la pierna para favorecer la ac-
ción del bombeo de sus músculos posteriores. En la pierna,
296 FMC. 2006;13(6):296-8
por tanto, la zona de mayor compresión
la maleolar. Se deben rellenar con trozo
las zonas de concavidad de la extremidad
gurar también ahí la uniformidad de la pr
El material que puede utilizarse es el s
1. Vendajes elásticos de compresión fu
dad. Se expanden o se contraen para adap
de volumen de la pierna al caminar; ad
períodos.
2. Vendajes inelásticos de compresión
tan a los cambios de circunferencia de la
tensión en reposo y alta en la actividad. R
tución más frecuente.
3. Vendajes multicapas, que suelen te
pas. Son de elección debido al éxito com
piedades de los diferentes tipos de vend
mulación, una presión correcta. Habitu
cluir:
– Prevendaje o subvendaje. Protege
evitar al máximo el deslizamiento de la
sión (material específico, o bien venda tu
– Capa de almohadillado. De carácter
posible aumento del edema (venda de a
sa).
– Venda elástica no adhesiva. Fundam
la compresión sobre la capa anterior de
cohesiva. No se pega a la piel, pero sí se
individuales; debido a esta adherencia,
venda es escasa.
– Venda elástica adhesiva. Completa
vendaje.
Técnica de realización
del vendaje
Escogemos como ejemplo un vendaje de
en paciente postraumático. A poder ser,
la extremidad afectada en elevación, deb