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A.

“UNUM IMPERIUM, UNUM IUS”

La conquista de España por los musulmanes impuso un restablecimiento de la unidad


peninsular, a mediados del siglo VIII, bajo un signo cultural nuevo.
En los siglos siguientes, sin embargo, se afianzaron las unidades políticas cristianas,
imperando la división y el fragmentarismo.
Al otro lado de los Pirineos, se fraguó la idea, la conciencia, la creación de Europa.
La creación del concepto de Europa surge como réplica al imperio islámico y cristaliza
en la estructura política del imperio carolingio.
Romanismo, cristianismo y germanismo actuaron como agentes catalizadores de un
proceso de unidad cuyo cauce fue el latín y cuyo trazo fue el cristianismo. Así, el
imperium christianum será una ambiciosa empresa político-religiosa sobre fundamentos
económicos sociales.

A finales del siglo VIII el papa León III colocará la diadema imperial sobre la frente de
Carlomagno convirtiéndole en padre o rey de Europa.
El imperio carolingio fue grandioso, pero a la vez de poca duración. Sin embargo su
sentido unitario fue patente. El único imperio debía ser sostenido por un único derecho
(unum ius). Así, en aquella centuria se descubre varios manuscritos de la magna
recopilación de Justinianeo, reapareciendo así el Digesto que capta inmediatamente la
atención de los estudiosos, los cuales de cara a su utilización práctica, lo adecuarán a los
preceptos del derecho canónico y feudal.
Como consecuencia, se sientan así la bases del derecho único o común (ius commune),
que constituirá el gran factor de unificación ideológica de Europa.

El estudio de este derecho se traduce en la redacción de colecciones jurídicas como la


llamada Exceptiones Petri legum romanorum (compendio (exceptio) hecho por un
jurista llamado Pedro base de refundir 2 obras sobre derecho justinianeo).

B. DERECHO COMÚN ROMANO CANÓNICO

El derecho común estará constituido sobre 2 elementos: ordenamiento romano y


ordenamiento canónico, a los que los glosadores incorporan un tercer ordenamiento
basado en textos del derecho feudal (en concreto el derecho feudal de Lombardía).
1. Derecho romano
Entre la escuelas jurídicas, destaca desde el principio Bolonia.
La escuela de Bolonia, de origen oscuro, fue una escuela de artes que acogió el estudio
del derecho. En esta academia enseñó como magister artium Irnerio, el cual fundó una
escuela científica de la que surgirán eminentes discípulos conocidos como glosadores
(expertos en la glosa).

Estos autores estudiarán el Corpus iuris Civilis (Código justinianeo) y muy


especialmente el Digesto, manifestándose estos como un especie de “revelación del
derecho” en la que el propio texto representa el papel de la Biblia.
Los glosadores  glosarla: aclarar o vulgarizar el sentido de los preceptos.
 sintetizar: resumir glosas en compendios llamados sumas.
Glosas fueron objeto de recopilaciones. Ej: Glossa ordinaria o Glossa magna elaborada
por Accursio.
Elaboración de sumas. Ej: Summa Codicis, redactada por Azio de Bolonia.
Gracias a las glosas y las sumas, hubo una gran divulgación del derecho romano.
2. Derecho canónico
Junto al ius civile, el ius canonicum.
Ius canónicum:
Elaboración doctrinal a partir del siglo XII gracias a las reformas de Gregorio VII. Esta
reformas consistieron en la afirmación del derecho canónico universal, reglado desde
Roma (derecho canónico común).
A la luz de estos principios, un monje llamado Graciano realiza una monumental obra
conocida como Decretum. Graciano se enfrenta con el primer milenio de historia de la
Iglesia, dando lugar a una versión global y armónica del sistema eclesiástico. El “padre
del derecho canónico” separa la teología del derecho canónico, a la vez con los concilia.
Esta obra genera una escuela: los decretistas (glosan y sintetizan el Decreto).
Tras el Decreto se recogieron una serie de disposiciones pontificias denominadas
decretales, cuya recopilación se dio en el Liber decretalium.
El Liber decretalium, estudiada por los decretalistas, y el Decreto de Graciano,
estudiado por los decretistas, serán 2 grandes fuentes del derecho eclesiástico.

C. TRIUNFO DEL DERECHO COMÚN


1. La escuelas de los Comentaristas
El sistema elaborado por los glosadores apuntó desde un principio a una finalidad
práctica. Sus sucesores, los postglosadores o comentaristas, acentuaron esa
preocupación pragmática, habiendo de compaginar el derecho justinianeo con el
canónico, el feudal y el estatutario (de los municipios italianos).
Los comentarista crearon la verdadera técnica de elaboración del derecho.
Los “comentarios” se dirigieron tanto al “ius commune”(justinianeo y canónico) como
al “ius proprium”(feudal y estatutario), surgiendo así un derecho nuevo “ius novum”
que relegó a un segundo plano al derecho justinianeo.
Este derecho común nuevo o derecho de juristas (mos italicus) tuvo mucho éxito debido
a que los comentaristas hicieron del derecho justinianeo un esquema flexible
anteponiendo el pragmatismo y el apego a la realidad de la época. Los comentaristas
convirtieron la sabiduría jurídica de roma en elemento aplicable a su época.
Comentaristas: Bártolo de Sassoferrato y su gran discípulo Baldo de Ubaldi.
2. Proceso de difusión: papel de las universidades
El derecho común pudo proyectarse merced a la enseñanza de los centros universitarios.
El epicentro del despliegue uinversitario estuvo en Bolonia, pero enseguida se extendió.
Primero por las comunidades estudiantiles (ej: Colegio de San Clemente para dar cobijo
a hispanos estudiosos), luego los escolares estudiaban ese derecho común en códices,
que luego llevaban condigo a sus países de origen,… así, finalmente los expertos en el
ius commune ocupaban cátedras universitarias, además de tribunales de justicia y
distintos órganos de la administración bajomedieval.
Difusión:
- práctica: estos espíritus ilustrados convertidos en jueces, abogados o
consejeros proponían aplicaciones brillantes de ese ius commune.
- teórica: el monarca favorecía la expansión de un ius commune que, por su
raíz romana, favorecía el absolutismo del príncipe.
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