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Según Bandler y Grinder la historia puede sugerir que: «el significado de cualquier suceso
depende del marco dentro del cual lo percibimos. Si cambia el marco, cambia también el
significado. Un ejemplo: Francesco golpea siempre a un niño llamado Gulio. Se asesoró al
profesor a ver una lectura diferente «Francesco, he comprendido la importancia y la utilidad
de tu comportamiento y de tus actos hostiles. Discúlpame si hasta hoy te he tratado mal, pero
no me había dado cuenta de que con tus comportamientos despreciativos en relación a Giulio,
conseguías que los profesores y todos los demás, alumnos, conserjes, etc., se ocuparan de él.
Eres un chico sensible y has visto que lo estábamos descuidando. Esto implica una
reestructuración con connotación positiva
Con la técnica del «como si», podemos construir una nueva realidad más útil que haga mover
y percibir los eventos en dirección al cambio, y hacer de modo que el sistema encuentre
aquello que queremos que encuentre. El trabajo del profesor, en este caso, consiste en hacer
de modo que los demás empiecen a comportarse «como si» las cosas estuviesen cambiando,
creando un cuadro nuevo a través del cual ver al alumno. O sea, «obligarles» a ver aquello que
es útil para que el alumno salga de la jaula de la estigmatización.
Estrategias y técnicas de comunicación para la solución del problema: Se le pide que continúe
siendo resistente y se le incita a seguir en esa postura porque solo así llegará a ser un niño
obediente y la manera de comportarte me ayuda a ser un mejor maestro aunque me gustaría
mucho que no hicieses esto (se dice qué cosa), pero si no lo consigues no importa». Otra
técnica es responder con pequeños sabotajes a cada negligencia o comportamiento negativo
del niño y después nos disculpamos por estar distraídos y torpes. Por ejemplo, si un niño
rechaza a menudo las demandas de tener ordenadas sus cosas, en lugar de reprenderlo y
continuar pidiéndoselo, se le dice que nos gustaría que él lo hiciera, pero en vista de que él no
logra hacerlo, lo haremos nosotros en su lugar. Se pasa a ordenar sus cosas, pero se empieza a
sabotear, por ejemplo, se esconde cualquier objeto con el cual se entretiene a menudo. Ante
las provocaciones del niño, en vez de responder con la irritación de los comportamientos
punitivos, utilizamos la técnica llamada de la monedita, o bien del beso en la nariz. La primera
consiste en abastecerse, precisamente, de moneditas, o de otras cosas similares que puedan
servir de reforzadores (caramelos, etc.) y ante cada comportamiento de desafío que se repite,
sin dar ninguna explicación, se da al niño una moneda, diciendo que «se tienen ganas de darle
una moneda» esto es una respuesta capaz de «desorientar» al otro. A través de continuas
desorientaciones se emite una serie de mensajes: 1) no caigo en el juego de la provocación; 2)
yo también soy capaz de provocarte; 3) jugamos a otro juego. Según la teoría de la disonancia
tendemos, cuando advertimos la existencia de una disonancia, sea en nosotros mismos o en
nuestras relaciones, a reducirla evitando activamente situaciones que aumentarían o harían
persistir la disonancia
TRASTORNO DE EVITACIÓN: En este trastorno se observa un excesivo retiro del contacto con
las personas no familiares. Un niño con este trastorno, cuando está en compañía de personas
no conocidas, estará turbado, tímido, con tendencia a retirarse y ansioso cuando sencillamente
se le pide entrar en contacto con extraños. Soluciones intentadas: empujar al alumno a
participar más y de modo activo. Aumento en general de las atenciones hacia el alumno, dar al
niño encargos que lo tengan ocupado, la creación del caso.
Ilusión de alternativas. Esta técnica consiste en presentar dos posibles opciones, de las cuales
una de las dos resulta, para la persona a quien se la presentan, más costosa o menos deseable.
A veces se suele utilizar para tantear el terreno en el cual se ha de trabajar.
Acuerdos: ejemplo de un niño que no quería dormir siesta: Este objetivo fue alcanzado a
través de un acuerdo que la profesora estipuló con él: el alumno debía conseguir estar quieto y
con los ojos cerrados durante, al menos, cinco minutos; durante estos cinco minutos le podía
suceder que se durmiera como le podía suceder que no se durmiera.
Comportamiento molesto en base de gestos, posturas y pantomima: Tenía que decir que:
«aquel particular modo de comportarse suyo, que al principio creía que molestaba su trabajo,
se estaba revelando como una válida ayuda para mantener la atención de la clase, algo que
últimamente había perdido y no conseguía recuperar. Gracias a él y a su manera de hacer el
mono, la clase, después de haber reído unos instantes, volvía a estar atenta y a seguir las
lecciones. Sería importante que continuara con el objetivo de seguir ayudándola. Tenían que
ponerse de acuerdo con señales secretas para comunicarse entre ellos cuando necesitaba que
él hiciese el Fantozzi»
NIÑO HIPERACTIVO: Los profesores comunicaron a Tonino que en lugar de participar en los
momentos dedicados a los cuentos y a las conversaciones comunes, él tenía que salir de la sala
y rodar por el suelo hasta el final de la historia y de las conversaciones.