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2.

2 Consecuencias de la Crisis Moral Peruana

La sociedad presenta una crisis moral, es decir

- Se han quebrantado los valores.

- Se han agravado en extremo la destructividad, la violencia, el odio y el estado de


guerra.

Es por esto que el hombre día con día pierde de vista sus metas y se envuelve con lo
mundano, y con ello se obtiene un vacío moral en la sociedad. Cuando la teoría y la
práctica se contraponen generan tensión, insatisfacción y crisis. En otras palabras, no es
fácil promover valores si en la cotidianidad prevalecen otros principios o “anti-valores”

Es lamentable como la falta de valores y los antivalores se han posesionado en la


familia, en lo social, lo político, lo económico, lo cultural, generando conductas nocivas
y confusión. Conductas como la falta de respeto y violencia entre la pareja y miembros
de la familia, que actualmente se traducen en 168 feminicidios; la ausencia de civismo,
colaboración y orden en el ámbito educativo, así como de modelos de formación que
promuevan el respeto y la honradez.

Además, la saturación en los medios de comunicación de programación que promueve


antivalores; el reconocimiento que grupos familiares y sociales le brindan al que se
aprovecha de los otros, al más “vivo”, al que le saca la vuelta a la norma, al que abusa
del más débil; la inacción o indiferencia frente a estos actos de injusticia o al que se
cuela en la cola, son identificadas por muy pocos con la falta de ética y la corrupción,
que es una de las grandes consecuencias que genera la falta de valores.

Vemos también esta falta de valores en el ámbito político, plagado de casos de


aprovechamiento indebido, falta de compromiso con la ciudadanía e innumerables actos
de corrupción, que es un cáncer social que agudiza la pobreza y socava la
institucionalidad en el país. Nuestra historia nos ha demostrado de qué manera este mal
se ha enraizado en el Perú.

2.3 La Educación frente a la crisis Moral

2.3.1 La educación de Padres

La pérdida de valores se puede combatir con educación y ética. La educación y los


hábitos hacen al hombre bueno y, por tanto, al “ciudadano del bicentenario” que
necesitamos. Es aquí donde la familia tiene un rol primario y de gran importancia, pues
es la parte germinal y medular de la sociedad; luego seguirán la escuela y otros
espacios. En una familia donde se cultivan los valores y conductas positivas será difícil
que los hijos incorporen inconductas o violenten a sus semejantes y a la sociedad.

Como ejemplo tenemos lo que menciona el Papa Francisco, ¡la familia está llamada a
transformar el mundo!, ante la situación de pandemia y de crisis moral, La familia
peruana tiene hoy una tarea excepcional: Asumir la responsabilidad moral de acatar las
disposiciones gubernamentales para proteger la salud de todos. No debemos permitir
que este compromiso social, termine siendo arrasado por conveniencias
circunstanciales, caprichos de la insensibilidad, falta de criterio de algunos que no
acatan las normas de conducta social dispuestas por el Estado que debe crear
condiciones legislativas, laborales y sociales para garantizar la vida y la salud de todos.
Esta tarea debemos asumirla con respeto y compromiso.

2.3.2 Educación por parte de los centros educativos

Se debe crear formadores en educación en valores, es decir, preparar a los profesionales


de la educación de los distintos niveles y proveerles los recursos necesarios para atender
el desarrollo moral de los estudiantes. Para ello se requiere del compromiso moral de los
docentes para formar personas libres, que sean capaces de dirigir su propia vida con
principios y valores como la justicia, solidaridad, tolerancia y respeto que les permitan
integrarse en la sociedad. Tanto la educación pública como privada necesitan de una
transformación en la plana docente: pasar de ser simples instructores y difusores de
conocimientos a promover el desarrollo e interiorización de valores en sus alumnos.

La integridad es la consistencia entre las acciones de una persona y sus valores. Las
personas íntegras se reconocen en pequeñas cosas: no mienten, no hacen trampa y, en
consecuencia, difícilmente son corrompidos. Se considera que es uno de los principales
atributos para el éxito, no entendiendo este como acumulación de bienes o posición,
sino como el estado de paz y tranquilidad emocional que genera felicidad, y hacia eso
apuntamos como sociedad. La integridad es una tremenda ventaja competitiva y es el
eje de la cultura corporativa, porque genera confianza, base fundamental de los
negocios. Esta es nuestra tarea de cara al Bicentenario, construir un Perú íntegro.

Si realmente queremos que la educación responda a lo que son nuestras necesidades


como sociedad, necesitamos reforzar una educación en ciudadanía y derechos humanos
que nos permita reconocer nuestra propia dignidad y la de los demás en su diversidad de
géneros, colores de piel, culturas, idiomas, clase social, religiones y orígenes, y que,
además, confronte sin temor a la corrupción.

3.-Prohibiciones morales

3.1- La Corrupción

La corrupción es, hasta la actualidad, uno de los problemas más preocupantes para la
población peruana y afecta directamente la legitimidad de las instituciones públicas.
Una manera de medir la incidencia de la corrupción en un país es a través del índice de
percepción.

Un acto de corrupción pública es, un acto de deslealtad frente a las reglas que deberían
regir un comportamiento social honrado. En términos prácticos, es el aprovechamiento
deshonesto de lo público en provecho privado, lo cual se hace más grave cuando ese
acto es realizado por sujetos en posición de autoridad. Ahora bien, esa deslealtad
significa la tergiversación general del pacto ciudadano, la vigencia de una asimetría en
las relaciones entre gobernantes y gobernados y el deterioro de la confianza en la ley
hasta despojarla de credibilidad, todo lo cual hace posible que nazca, en su lugar, un
“sentido común” de resignación, de escepticismo y, por último, de cinismo frente a la
ley, el Estado de Derecho y la simple idea de la honradez como valor indispensable para
la función pública.

Debemos preguntarnos. ¿Hemos aceptado a la corrupción como ingrediente de nuestro


pacto social? ¿Es ella la causa o más bien reflejo de un cierto colapso ético de nuestra
sociedad? La respuesta se halla en la segunda opción: es manifestación de un problema
moral que tendría que ser asociado con la crisis de ciudadanía que vivimos, desde
antiguo, en el Perú.

De acuerdo a la Defensoría del Pueblo (2021), afirma que la corrupción es el mal uso
del poder público en procura de obtener una ventaja o beneficio indebido para quien
actúa, o para terceros, que genera restricciones para el ejercicio de los derechos
fundamentales.
Un ejemplo de corrupción durante esta pandemia es que ocho de los 57 procesos
emblemáticos pendientes en Lima, fueron iniciados durante la pandemia, y están
vinculadas a compras irregulares o uso indebido de insumos para luchar contra la
Covid-19. Aquí se encuentran dos expedientes del denominado caso Vacunagate, que
estalló en febrero de 2020, tras conocerse la vacunación secreta de políticos y
funcionarios. Los abogados del Estado tienen a su cargo el seguimiento del expediente
060-2021 por negociación incompatible o aprovechamiento indebido del cargo que tiene
la Segunda Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Corrupción. Los
denunciados son siete integrantes de la Comisión Multisectorial encargada de la cadena
de desarrollo y distribución de la vacuna y que, a su vez, fueron inoculados con dosis de
Sinopharm. Estos son Germán Málaga Rodríguez, exjefe del ensayo clínico de dicha
vacuna en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), Carlos Julio Castillo
Solórzano, Mario Rodolfo Tavera Salazar, Alejandro Joaquín Bussaleu Rivera, Orestes
Cachay Boza, Jorge Arturo Jarama Alván, Oscar Rafael Suárez Peña y los que resulten
responsables. También por la vacunación irregular está en curso la denuncia por
colusión, negociación incompatible y aprovechamiento del cargo contra el expresidente
de la República, Martín Vizcarra; la exministra de Salud, Pilar Mazzetti, y la excanciller
Elizabeth Astete. La carpeta 021-2021 se encuentra en diligencia preliminar, en la
Fiscalía de la Nación por la investidura que ostentaba.

3.2 Robar

De acuerdo a la RAE (2021), robar se refiere a quitar o tomar para sí con violencia o
con fuerza lo ajeno o tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea.

La palabra robar es utilizada, para definir la acción de apoderarse de algo que no le


pertenece; que le pertenece a otra persona y que por lo general, se recurre a la violencia
física para intimidar al dueño del bien. Robar es un delito que está penado por la ley, ya
que al robar, además de apropiarse de algo que no es suyo, se está atentando contra la
vida de la víctima, en el sentido de que todo robo implica la utilización de algún tipo de
arma, ya sea de fuego o arma blanca. Las personas que asumen este tipo de actividades
delictivas se les conocen como ladrones. Hay quienes lo hacen por necesidad, porque no
tienen que comer y se ven obligados a robar, sin embargo muchos opinan que esta es
una manera fácil y poco aceptable de conseguir las cosas, ya que al final puede costarle
la vida o la libertad a quien se atreva a hacerlo. Hay otras personas que roban, pero es
porque sufren de un trastorno psicológico llamado “cleptomanía”.

Lo cierto es que robar ya sea por necesidad o por enfermedad, es un acto muy mal visto
por la sociedad en general, es por esto que existen leyes que se encargan de penalizar
estas acciones.

No se justifica por nada, que alguien le arrebate sus cosas a otra persona que ha
trabajado duro para conseguir lo que tiene. Es importante que los padres inculquen a
sus hijos desde pequeños el valor de la honestidad, decirles que es incorrecto tomar
cosas que no le pertenecen y que si se desea obtener algo se debe trabajar por ello.

Un ejemplo en nuestro país,

3.3 Matar
De acuerdo a la RAE (2021), matar es quitar la vida a un ser vivo o hacer que algo deje
de estar presente.

3.4. Infidelidad

La infidelidad implica en gran parte de los casos un drama personal de gran


trascendencia. Es la vulneración de la confianza en la pareja, ahí donde se socava el
compromiso, los anhelos, los pactos, la intimidad.

“La infidelidad no solo es engañar o quebrantar un código moral, es lastimar, herir y


destruir al semejante”-Walter Riso.

De acuerdo a Rondón (2015), la infidelidad en el Perú se genera por las presiones que
existen en el entorno social y por ser una sociedad machista “muchos varones se jactan
de tener varias mujeres, lo cual no siempre es verdad, pero estas presiones en el hombre
provocan que busque la infidelidad.

El director de investigación del Instituto Nacional de Salud Mental, Javier Saavedra,


señaló que la pandemia nos ha impedido salir como antes y nos ha dado oportunidad
para valorar más a quienes nos rodean. Por ello, la infidelidad disminuyó de 18.3 % a
1.1 % en Lima Metropolitana durante la pandemia. Asimismo, señaló que la infidelidad
tiene "muchas causas y son distintas circunstancias" dependiendo de cada pareja, pero
principalmente tiene que ver con la personalidad y los valores que la persona adquirió
desde temprana edad, así como el compromiso y la madurez. Otro punto es que
situaciones como la monotonía o el maltrato predisponen a que exista una infidelidad.

4.3 CASO ODEBRECHT


En 2016, Odebrecht reconoció el pago en Perú de sobornos por 29 millones de dólares
entre 2005 y 2014, lo que provocó una profunda crisis política en la nación.

El caso Odebrecht ha generado gran impacto en muchos países, principalmente de


América Latina, en los que el accionar de varios dirigentes y políticas propiciaron crisis
y conflictos en la política latinoamericana en tiempos recientes.

Perú fue el primer país en el que el caso Odebrecht ha ocasionado la renuncia de un


presidente: En 2018, Pedro pablo Kuczynski dimitió tras presiones de la oposición.
Perú también es el primer país en registrar una muerte aparentemente vinculada de
forma directa con el caso Odebrecht; el expresidente Alan García se suicidó este
miércoles cuando iba a ser detenido de manera preventiva por la investigación de
recepción de sobornos para adjudicar a la constructora obras públicas en Perú.

El 21 de diciembre de 2016, una corte de Nueva York anunció que Odebrecht reconoció
el pagó en Perú de sobornos por 29 millones de dólares entre 2005 y 2014.
Posteriormente, se revelaron donaciones no declaradas con las que financiaron
irregularmente a las campañas electorales de gran parte de los líderes políticos del país.

Este caso provocó una profunda crisis política en Perú, que incluso llevó a la renuncia
del exmandatario Pedro Pablo Kuczynski. Actualmente, la Fiscalía investiga a todos los
presidentes que han gobernado el país desde 2001 hasta inicios de 2018 por presuntos
delitos de corrupción y lavado de activos.

Por estos casos quedan bajo investigación los exmandatarios Alejandro Toledo (2001-
2006), quien huyó a EE.UU. y ahora enfrenta un pedido de extradición; Ollanta Humala
(2011-2016), que estuvo preso nueve meses con su esposa Nadine; el citado García
(1985-1990, 2006-2011) quien buscó asilo en la embajada de Uruguay y le fue
denegada; y Kuczynski (2016-2018), quien renunció en marzo de 2018, agobiado por
denuncias de corrupción.

También está siendo investigada Keiko Fujimori, quien cumplió prisión preventiva de
36 meses acusada de recibir aportes ilegales de la constructora brasileña Odebrecht en
su campaña de 2011.

Referencias
Defensoria del Pueblo. (2021). Un país sin corrupción.

Equipo Anticorrupción Idehpucp . (2021). La percepción de la corrupción en el Perú en los


últimos años . Idehpucp.

Redaccion RPP. (2021). INSM: La infidelidad disminuyó de 18.3 % a 1.1 % en Lima


Metropolitana durante la pandemia. RPP noticias.

Tele Sur Tv. (2019). Lo que debe saber del caso Odebrecht en Perú.

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