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Diálogo: Obra “No me vuelvo a enamorar”

Renata: Dayana Ruiz


Narrador: Rolando Yabor
Hombre 1. Juan: Sebastián Constante
Hombre 2. Carlos: Jean Pierre Cedeño
Hombre 3. Diego: Daniel Zambrano
Hombre 4. Santiago: Jean Pierre Cedeño
Policías: Sebastián Constante
Daniel Zambrano
Hijo del H4: Niño de 1ro de Básica
Hola, ¿cómo están? Bienvenidos a mi rincón especial, es para relajarme y sentir un
poco de paz. Bueno también es el lugar perfecto para contar un buen chisme, y
se preguntarán que hace este muchacho con una copa de vino, pues porque como
decía mi nana “con una copita de vino el chisme sabe más rico”. Bueno que me
disocio del tema, les traigo un chisme que tiene de todo: amor, muerte, misterio,
tiene de todo, se les van a caer los pantalones solo de oírlo. Bueno no perdamos
tiempo; se trata de la amiga de una amiga de la prima de la hermana de la
cuñada de una amiga, su nombre era Renata, ella era una muchacha muy bella,
una de las más mamasotas que haya visto, pero mejor que se los cuente ella
misma. 1

Acto 1:

 Les voy a contar una parte de mi vida. Soy Renata, muy enamoradiza. Todos me
caen bien.
 Enamoradiza es poco, ella a todo lo que se moviera y fuera hombre, le gustaba.
Resulta que un día su mejor amiga le invitó a salir a una discoteca Llamada entre
Renata y su amiga Y les fue ¡¡¡rebien!!! Conoció a un hombre. Era camionero.
Trasladaba hacienda. Se conectaron sus miradas en la barra y hubo algo especial.
 Se acercó, me habló
 H1 Juan: Eres la cosa más hermosa que mis ojos hayan visto.
 y me encantó la forma en la que la observaba.
 Se sentía como Afrodita, iluminada y adorada por aquel hombre que acababa de
conocer. Se llamaba Juan, un nombre simple y común.
 ¡¡¡Desde ese día y por dos años, nunca nos separamos!!! Convivimos en mi casa.
 Él viajaba mucho, entenderán el por qué.
 Entonces me tengo que hacer cargo de absolutamente todo: Lavo, plancho,
cocino, limpio la casa, corto el pasto, cuido de los perros, los paseo, lavo los
autos y hasta su camión porque él llega muy cansado cada vez que retorna de sus
viajes. Con decirles que hasta le corto las uñas de los pies, lo depilo, le corto el
cabello, hago las compras, le preparo sus viandas, y todo lo que se les pueda
ocurrir que puede hacer un hombre y una mujer juntos en una casa.
 Cierto día él le comenta:
Elab. por Dayana Ruiz y Rolando Yabor
 H1 Juan: Debo viajar a Salta a visitar a mi madre que está enferma.
 Ella supuso que viajaría en avión, pues no. Decidió hacerlo en su camión.
 Obviamente no le creí ni una miserable palabra. Imaginé que se iría con alguna
mujer a pasar un fin de semana. Y francamente no le dije nada, pues nuestra
relación era muy buena. ¡¡¡Claro, no nos veíamos nunca!!!
 Entonces llegó el día y partió. Pasaron 3 días y ni una noticia. El celular apagado
y él no daba señales de vida. Al cuarto día tocan el timbre. ¡¡¡Salió y era la
policía!!! Venían a darle malas noticias.
 Su marido ha tenido un accidente. ¡¡¡Chocó de frente contra un camión y falleció
en el acto!!!
 ¡¡¡Oh, Dios mío!!! ¡¡¡Me quedé sola y sin pensión!!!
 Ella nunca trabajó, el ganaba muy buena plata. Pero, ni se casaron, ni siquiera
pasaron 3 años conviviendo.
 ¡¡¡Me repetí mil veces, yo no me enamoro más!!!

Después del fallecimiento de su primer marido, bueno ni marido, digamos que


era su amante. Ella le quiso hacer un velorio y un entierro dignos, pero ella se
dio cuenta que no tenía dinero ni para comprar la caja, así que lo mando a
incinerar; que era más barato. El día del velorio, ni velorio fue porque solamente
eran 4 velas aromáticas de $0.50 y un tocadiscos viejo con coros de iglesia
grabados malamente que tenían guardado en el sótano porque el día antes del
velorio a ella se le cayó de la mesita de noche el parlante y dejo de funcionar,
nadie de la familia de él fue y la de ella ni se molestaron en ir, de igual manera
fue en el entierro de las cenizas, solamente estaba con ella su amiga, se pueden
creer que ni siquiera el cura del pueblo fue a oficiar el entierro. Ella tuvo que
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improvisar una cruz con dos tablones de madera para que no se viera tan vacía la
tumba de aquel hombre. La pobre Renata, de la tristeza y la depresión empezó a
comer; cuando Juan estaba vivo el llenaba la despensa y el refrigerador de
comidas ricas y saludables, pero con lo que Renata se quedó, solamente le daba
para comprar helado pingüino y snacks baratos; así que ella engordo hasta
perder su delicada figura, en esto ella se pasó dos años.
Acto 2:

 Pasaron estos dos años y la amiga la invito a salir nuevamente.


 Yo gorda como estaba, alimentándome de frituras y helado, no tenía ni ropa para
ponerme.
 Pero accedió. Ella estaba horrible, con el pelo canoso y sin ningún atractivo, fue
a ese boliche y se escondió en un rincón. De repente aparece un señor, Carlos,
muy aseñorado, esbelto, rubio, ojos claros, con una voz que derretía los polos…
parecía un alemán.
 ¡¡¡Oh, que bueno está!!! ¡¡¡Que bien huele!!! ¡¡¡Acostumbrada al camionero con
olor a hacienda, su perfume me conquistó!!! Se acercó, me susurro al oído,
 H2 Carlos: Eres la cosa más hermosa que mis ojos hayan visto.
 Salimos a bailar y nos entendimos tanto que a la semana estábamos conviviendo.
Él era ingeniero.
 Él viajaba por todo el país. Él no tenía hijos y ella tampoco. Ya sabrán por qué
se entendían también.

Elab. por Dayana Ruiz y Rolando Yabor


 ¡¡¡Cuando estábamos juntos, disfrutábamos full!!! Entonces me tengo que hacer
cargo de absolutamente todo: Lavo, plancho, cocino, limpio la casa, corto el
pasto, cuido de los perros, los paseo, lavo los autos y hasta su camioneta porque
él llega muy cansado cada vez que retorna de sus viajes. Hasta le corto las uñas
de los pies, lo depilo, le corto el cabello, hago las compras, le preparo su comida,
y todo lo que se les pueda ocurrir que puede hacer un hombre y una mujer juntos
en una casa.
 Un buen día él le dice:
 H2 Carlos: Debo viajar a Santa Cruz.
 Ella le preguntó sí iría en avión y le respondió que no, que irá en su camioneta.
 Otra vez desconfié. Pensé que se iría con otra mujer, porque semejante viaje en
camioneta llegaría exhausto.
 Y llegó el día, y se largó. Pueden creer que pasaron 3 días y nada, ni noticias. Al
cuarto llaman a la puerta de la casa. Era la policía. Nuevamente con malas
noticias.
 Su marido falleció en la ruta. Volcó por un acantilado, el vehículo rodo, se
incendió, cayó a un rio y no pudimos encontrar el cuerpo.
 ¿Otra vez sola??? y saben qué??? Convivimos 2 años, no nos casamos, ergo sin
derecho a pensión. ¡¡¡Oh, mi Dios!!! ¡¡¡No me vuelvo a enamorar!!!

La pobre de Renata, paso por lo mismo que con el primero, otro amante debes
de marido. Menos mal que para este hombre le alcanzo para una caja decente,
aquel muchacho que parecía alemán tuvo un velorio y entierro dignos de él. En
este caso fueron los compañeros y amigos del trabajo, la amiga y la hermana
menor de Renata, que supuestamente fue a consolarla y fue solamente para
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tragarse la comida y pedirle plata para mantener a su novio bandolero, la pobre
no descansaba de la desgracia; dos maridos muertos y una familia malagradecida
con ella. Pasaron algunas semanas, y ella se vio que iba a caer en lo mismo, pero
ella decidió apuntarse a un gimnasio y a ponerse a dieta porque ella tenía que
salir de este desafortunado acontecimiento como una mujer fuerte y decidida de
su vida. Ella empezó a trabajar por las noches en un bar de la ciudad, le pagaban
bien por ser solo camarera y coctelera, así que ella se pudo comprar ropa,
maquillajes y cosas de importancia para la casa. Así ella salió de ese año
compuesta y lista parta salir a enfrentar el mundo.
Acto 3:

 Pasó ese año y otra vez la amiga le convence de salir. Estando en el boliche, se
le acerca alguien y le habla muy cerquita del oído.
 H3 Diego: Eres la cosa más hermosa que mis ojos hayan visto.
 Su voz me subyugó. No quería girar a observarlo, solo quería escucharlo. Yo ya
estaba en forma, divina, mamasota, flaca, atractiva, ¡¡¡una cabellera
espeluznante!!! ¡¡¡Claro, levantaba a cualquiera!!! Miro sus manos, enormes
manos y veo sus pies, ¡¡¡gigantescos!!! ¡¡¡Me volví loca!!! Era un fetiche.
 Su nombre era Diego.
 Giré la vista y me encontré con un señor como de 1.72 m de altura, morocho,
ojitos vivaces, muy simpático y al mes ya convivíamos. ¡¡¡Nos entendíamos de
maravillas!!! Era abogado. Mucho dinero. Un Lamborghini maravilloso,
paseábamos a donde se nos antojaba.

Elab. por Dayana Ruiz y Rolando Yabor


 Viajaba mucho. Ya saben cómo son los abogados
 Entonces me tengo que hacer cargo de absolutamente todo: Lavo, plancho,
cocino, limpio la casa, corto el pasto, cuido de los perros, los paseo, lavo los
autos y hasta su camión porque él llega muy cansado cada vez que retorna de sus
viajes. Hasta le corto las uñas de los pies, lo depilo, le corto el cabello, hago las
compras, le preparo sus viandas, y todo lo que se les pueda ocurrir que puede
hacer un hombre y una mujer juntos en una casa.
 Un buen día también vino con el cuento del viaje.
 H3 Diego: Voy a ir a Loja. Un amigo por una pensión alimenticia ha caído
preso.
 Pensé lo mismo, que iría en avión. Pues no, se fue en ese Lamborghini.
 A los 4 días sin noticias de su parte, llega una comunicación de la policía
 Que había tenido un accidente. Si, otro más.
 ¡¡¡Ya parecía la viuda negra la muchacha!!!
 Se quedó dormido señora, se fue de la ruta y se estrelló contra un árbol.
 ¡¡¡Oh Diosito!!! Otra vez sola. ¡¡¡No me enamoro más!!! Pero esta vez me había
casado. ¡¡¡Ni se imaginan la pensión que heredé!!!

En efecto señores, a pesar de haber dejado su trabajo de camarera y coctelera en


ese bar; le toco una maravillosa pensión de $20,000.00 mensuales. Con ese
primer pago y lo que tenia ahorrado de su trabajo, le pudo hacer un velorio y
entierro honorables para bese milagroso abogado; la caja era de una madera
preciosa con el nombre grabado de el en la tapa, la comida del velorio fue de
manjares exquisitos y buen vino. Esta vez fueron los hermanos de su marido,
unos amigos en común del club, 4 la hermana y cuñado bandolero de ella y
obviamente su amiga del alma que la acompaño en todo, fíjense que hasta fue un
obispo a oficiar el entierro ella lloró en esa tumba unas cuantas horas; por cierto,
la tumba que ella le mando hacer era con una cruz de mármol, grande y elegante.
Ella después de eso, se dedico a estar tranquila en casa y contenta con que su
marido fue tan generoso en dejarle tal maravillosa pensión, ella empezó a
remodelar su casita y rediseñarla al gusto de ella y contrato unos cuantos criados
para que le ayudaran con los quehaceres del hogar y las compras. Pero ella se
sentía un poco vacía, ya que no tenia a nadie con quien disfrutar esa pensión,
aparte de su amiga, obviamente. Así que ella decidió hacer las maletas para irse
de viaje a donde el viento le diga.
Acto 4:

 Comenzó una nueva vida sola, disfrutó de su pensión. Y ella empezó a viajar
mucho. En uno de sus tantos viajes, conoció al hombre de sus sueños, Santiago.
En un avión, sentado a su lado, charlaron todo el viaje. Se reentendieron. Era
político. Tenía un hijo de 3 años. Ella ninguno aún y ni quería.
 ¡¡¡Era divino!!! Alto, morocho, boca carnosa, musculoso, y muy buen pasar. Me
pidió matrimonio y acepte. A los 3 meses convivíamos y con su hijo. ¡¡¡Oh
Diosito!!! ¿¿¿Por qué me volví a enamorar???
 El mocoso era insoportable y maleducado, usaba pañales todavía. Tomaba
biberón.
 Lo único que me decía que yo no era su madre.
 ¡¡¡Tú no eres mi madre, Gorda!!!

Elab. por Dayana Ruiz y Rolando Yabor


 ¡¡¡Ay si lo hubiese sido!!!
 El niño dormía con su padre y ella con el perro en la otra habitación. De aquello
ni hablar.
 Estaba totalmente abandonada. Vivía diciéndome
 Cuídate más Renata, estás gorda.
 ¡¡¡Pero como iba a cuidarme si solo atendía la casa, a ese niño y no recibía
ningún aliciente para al menos cuidarme!!! Entonces me tengo que hacer cargo
de absolutamente todo nuevamente.
 Ya ustedes saben.
 Una noche estaba con el humor de Gozilla, me rebele y dije que no cocinaría.
 Cómo que no cocinarás Renata, te he dado todos los lujos que quieres.
 ¿¿Lujos?? ¡¡¡Lujos!!! Tú crees que pasarme todos los días ocupándome de todo
es un lujo.
 Sabes que, después hablamos, me llevaré al niño a comer afuera.
 ¡¡¡Sin mi animal!!! Renata agarra el periódico y le dá un golpe
 Entonces él tomó a su niño y se fueron al cine y luego cenaron hamburguesas,
tal como le gustaban a ese niño caprichoso.
 ¡¡¡Ay si fuera su madre!!!
 Se repetía constantemente Renata.
 Cuando me aseguré de que marcharan, tomé mis maletas, las llene con mis
cosas, agarré todo el dinero de mi caja fuerte secreta, cargue el mejor auto y
abandone ese hogar que por años me tuvo atrapada. Pero antes de salir, conecté
la cerca eléctrica.
 Consiguiendo así salir de su cuarto y último marido. Aún no se conoce si le
5 voluntad. Gozando así de dos pensiones,
decían la viuda negra por chiste o por
viviendo feliz, saliendo mucho con su amiga y viajando.
 Y saben que ¡¡¡no me he vuelto a enamorar.!!!
 Así se acaba nuestra feliz historia.

FIN
Elab. por Dayana Ruiz y Rolando Yabor

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