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Un panel es una reunión entre varias personas que hablan sobre un tema específico. Los
miembros del panel, que suelen recibir el nombre de «panelistas», exponen su opinión y punto
de vista sobre el tema que se va a plantear.
Cada uno de los expositores presenta un punto del mismo, completando o ampliando, si es
necesario el punto de vista de los demás.
Algunas veces en la medición de un panel se diferencia entre las personas, como
observadores, a personas ajenas al panel; este público puede realizar preguntas para aclarar
el contenido o la posición de algún miembro del panel. El panel tiene el sentido de una
consulta a los expertos mundiales en un tema.
Si todos los presentes en la reunión debaten entre sí los diferentes enfoques, ya no se trata de
un panel sino de una mesa redonda. Otra diferencia entre «panel» y «mesa redonda» es que
en un panel los expertos conocen el tema en profundidad, mientras que en una mesa redonda
tanto la gente que debate como los que oyen y preguntan conocen el tema de forma suficiente
para participar en el debate. La mesa redonda suele conducir a discusiones a seguir para
poder hacer el cambio de conducta.
Índice
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1Objetivo
2Estructura básica de un panel
3Participantes
4Preparación del panel
5Realización del panel
6Véase también
Objetivo[editar]
Describir las metodologías y materiales usados; el estado ex-ante del comportamiento y la
demanda de la misma como resultado de la introducción del proyecto, dando un nuevo
enfoque del tema elegido.
Participantes[editar]
Un moderador que:
Anuncia el tema y el problema en forma concreta.
Determina el tiempo de la discusión y el de la realización de las preguntas.
Debe permanecer neutral a la información o ideas de los expertos.
Mantiene activa la discusión. Un secretario relator.
Resume los aspectos más importantes del tema expuesto.
Los expertos o panelistas , de tres a siete especialistas en el tema, que desean
participar como consultores de un determinado tema tratado
Cada panelista explica su punto de vista respecto al tema
Deben de conocer bien el tema para que la discusión beneficie al público
Desarrollan un intercambio de ideas formulando preguntas.
Muerte de la pena
Por Sebastián Plut *
Existen numerosos estudios que se han dedicado a objetar la efectividad y la legitimidad de la pena
de muerte. Los primeros han mostrado que, en los hechos, la tasa de criminalidad no disminuye
por efecto de la aplicación de la pena máxima. Los autores que cuestionan su legitimidad, a su vez,
sostienen que la ley no puede, en ningún caso, avalar un asesinato.
Koestler (Reflexiones sobre la horca, 1960) y Camus (Reflexiones sobre la guillotina, 1960)
plantean cuestionamientos de distinta naturaleza, los cuales comprenden los dos tipos de
objeciones: eficacia y legitimidad. Koestler señala que con la pena de muerte la “barbarie legal se
convierte en barbarie común”. El autor no desconoce que todo ser humano abrigue impulsos
vengativos, pero éstos no deben ser ratificados por la ley aun cuando formen parte de nuestra
herencia biológica.
Camus recuerda que, frecuentemente, las legislaciones consideran más grave el crimen
premeditado que el crimen por impulso. Así, con fina ironía, afirma que la pena de muerte no sería
otra cosa que un crimen premeditado. El autor también se ocupa del fundamento que justificaría la
pena de muerte en función de la ejemplaridad de la misma y lo refuta en virtud de que tal “ejemplo”
no amedrenta a ningún criminal. Puedo agregar que el “asesinato legal” no se traduce en una
reflexión sobre lo que podría ocurrirle a quien comete un crimen. Más bien, se transforma en un
ejemplo del grado de violencia del que es capaz un ser humano o la sociedad. La “mano dura”
quizá logre reducir a los delincuentes, pero dudosamente cumpla con la meta de reducir la
inseguridad.
La ficción de un joven que, luego de asesinar a sus padres, pide clemencia al tribunal por ser un
pobre huérfano, presenta una maniobra discursiva que a través del cinismo logra concordar con los
hechos, y nos conduce a pensar que la pena de muerte no es otra cosa que la muerte de la pena.
Que la pena muera es una afirmación de doble sentido, ya sea que tomemos el término “pena”
como expresión de un sentimiento, ya sea que lo tomemos en su vertiente legal, como castigo.
En efecto, cuando muere la pena, tendemos a eliminar todo sentimiento que permita captar la
subjetividad ajena, tendemos a refutar el imperativo que exige darle cabida a la vitalidad del otro.
Asimismo, la pena de muerte consume (agota) el castigo posible, pero no logra eliminar el
sentimiento de culpa. Quiero decir, si un crimen da paso al castigo necesario para un sentimiento
de culpa, el castigo absoluto libera la culpabilidad para que sean necesarios otros actos delictivos.
¿No se trata en esos casos de que la sociedad ya está “resarcida por completo” y con ello
promueve un reinicio del circuito culpa-delito? Quizá tengamos que admitir (soportar) la
conveniencia de dejar que una porción (simbólica) del delito siga ocurriendo.
Pena de muerte
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Índice
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1Usos
2Regulación jurídica
3Aplicación
4¿Por qué en el Perú no se puede aplicar la pena de muerte?
5Referencias
6Enlaces externos
Usos[editar]
La pena capital es legal solo durante tiempos de guerra internacional o terrorismo, con
numerosas restricciones. Las sentencias de muerte durante este tiempo se les permite por
delitos específicos, y solo pueden ser impuestas por los tribunales militares durante los
estados de guerra. La ejecución se lleva a cabo por un pelotón de fusilamiento y se permite
por seis delitos específicos (si es cometido en tiempo de guerra):
Regulación jurídica[editar]
La pena de muerte está en el ordenamiento jurídico peruano, se encuentra en el artículo 140
de la Constitución Política del Perú de 1993.
{{cita|Capítulo VIII: Poder Judicial
Artículo 140°.- La pena de muerte sólo puede aplicarse por el delito de traición a la patria en
tiempos de guerra, y el de terrorismo, conforme a las leyes y tratados de los que el Perú es
parte obligada.4}
Caso indignante
¿Qué persona podría decir que no comparte la absoluta indignación de la ciudadanía tras la
terrible muerte de Jimena, de 11 años, en San Juan de Lurigancho?
A un nivel muy humano, la depravación y crueldad del crimen escapan cualquier intento de
tolerancia o contemplación con el violador y asesino confeso. El asesinato de Jimena ha sido,
además, un catalizador de la indignación social acumulada por años ante los horrendos
crímenes de naturaleza similar que se ven todas las semanas en el país.Si bien la enorme
frustración de la ciudadanía y su demanda por justicia son perfectamente razonables, el
aprovechamiento político que se pretende nutrir de esta movilización social es lamentable. Y
más aun si este viene cargado de soluciones para la tribuna difíciles de implementar en la
práctica y de eficacia incierta.En particular, no deja de llamar la atención la constante
recurrencia al pedido de restitución de la pena de muerte para este tipo de delitos. A través del
congresista Modesto Figueroa, y con la firma de Daniel Salaverry, Clayton Galván, Úrsula
Letona, entre otros, Fuerza Popular presentó en enero un nuevo proyecto de ley para
modificar el artículo 140 de la Constitución y extender el rango de delitos que serían
sancionados con la pena capital. Esta semana, la idea de implementar la pena capital a
violadores de menores fue apoyada por parlamentarios de diversas bancadas.
Representantes de Acción Popular y del Apra, por ejemplo, se han mostrado dispuestos a
abrir el debate. Pero este es tan solo el último de varios proyectos de ley en similar sentido
presentados en los últimos años. La propuesta es inadecuada desde distintos frentes: legal,
institucional y práctico. En primer lugar, desde el punto de vista legal, la modificación de la
Constitución es un proceso complejo en el Congreso y además obligaría al país a apartarse
de tratados y compromisos internacionales ya asumidos. Si el Perú aspira a ser un país líder
en materia de democracia, derechos humanos e integración regional, desligarse del sistema
internacional de justicia es un error y juega en contra de nuestros propios intereses.
Desde el punto de vista institucional, no debe hacer falta recordar la fragilidad de nuestro
sistema de justicia tal cual es. Cargarle además la responsabilidad de administrar penas que
son irreversibles sería un despropósito. El año pasado, el presidente del Poder Judicial,
Duberlí Rodríguez, informó que revisarían la condena de Jorge Villanueva, llamado el
‘Monstruo de Armendáriz’, para otorgarle una absolución póstuma. Villanueva fue
injustamente ejecutado por homicidio y violación de un menor en 1957, un error que ya no
puede ser corregido. ¿Cuántos de estos errores podría cometer nuestro sistema de justicia y
cómo los justificamos? Finalmente, desde el punto de vista práctico, no ha sido demostrado
que la pena de muerte sea realmente disuasiva respecto de los crímenes más graves. El
trabajo de investigación más exhaustivo sobre el asunto –llevado a cabo por el Consejo
Nacional de Investigación de Estados Unidos en el 2012– concluyó que “los estudios a la
fecha sobre el efecto de la pena capital en los homicidios no son informativos respecto a si la
pena de muerte reduce, incrementa o no tiene efectos sobre los homicidios”.
La agenda de combate en contra de crímenes de esta naturaleza no es fácil ni para la tribuna,
y ciertamente no pasa, pues, por el debate sobre la pena capital. Si se quiere hacer la
diferencia en serio, se debe comenzar por mejorar la legislación actual a través de una
revisión sistemática del Código Penal para que, por lo menos, la severidad de las penas
efectivas guarde relación con la gravedad del delito. Se debe también fortalecer el sistema de
atención de denuncias y respuesta temprana (el homicida de la niña de 11 años tenía dos
denuncias previas por delitos sexuales). Aquí la fiscalía parece estar largamente saturada. La
apertura y fortalecimiento de espacios escolares seguros para que los niños o jóvenes puedan
reportar abusos domésticos también es clave, en vista de que la mayoría de sucesos de este
tipo toman lugar en contextos familiares. Ninguna de estas acciones conlleva tantos aplausos
efímeros como la propuesta de la pena de muerte, pero abordar el debate seriamente es lo
mínimo que les debemos a las víctimas y a sus familiares.
fuente:diario el comercio 5
Aplicación[editar]
Entre 1957-1979 fueron ejecutados 7 hombres. En la mayoría de los casos por asesinar a
policías y niños. En el año 1956 la condena fue para Guillermo Lavalle por violación y
asesinato a un niño. En 1957 fue condenado a pena de muerte Jorge Villanueva conocido
también como "El Monstruo de Armendáriz" por violación y asesinato a un menor de 3 años de
edad.
En 1973 dos fueron los condenados: Alejandro Lastra y Gerardo Pinto por haber matado a un
policía y a un empleado de un banco, durante un asalto. En 1974 fue condenado Juan
Marache por haber matado a un policía. En 1976 se condenaron a otros dos sujetos: Miguel
Salazar Valdivia por haber matado a un policía durante un asalto y a Luis Uscuvilca por haber
asesinado a un guardia civil, durante un asalto.
La última ejecución fue aplicada en 1979,6en el gobierno de Francisco Morales
Bermúdez donde se fusiló a Julio Alfonso Vargas Garayar, exsuboficial de la FAP, por traición
a la patria pues se le acusaba de realizar espionaje a favor de Chile. Este hombre fue fusilado
a las 6 de la mañana el 20 de enero de 1979, convirtiéndose así en la última persona en quién
se aplicó la pena de muerte en el Perú, hasta el momento.
Jupiterimages/Photos.com/Getty Images
Un panel de discusión es uno de varios enfoques para la enseñanza de temas
específicos. Otros métodos incluyen conferencias, discusiones en grupo,
presentaciones multimedia (incluyendo diapositivas y películas) e incluso juegos
de rol. Cada método tiene ventajas y desventajas, dependiendo del tema en
cuestión, el tamaño y la composición de la audiencia (o clase), y los recursos
disponibles.
Planificando un panel
Los paneles están compuestos generalmente por personas con amplio
conocimiento de un tema en particular. Por lo general, están organizados de
manera tal que cada miembro del jurado tiene una cantidad fija de tiempo para
hacer observaciones introductorias, seguidas por una sesión de preguntas y
respuestas. Un moderador es responsable de presentar a los panelistas y
controlar el proceso para no perder de vista el tiempo asignado mientras se
asegura una discusión ordenada. Los paneles no son fáciles de organizar.
Encontrar a los expertos adecuados y llevarlos al lugar puede implicar una gran
cantidad de coordinación logística incluyendo viajes y alojamiento. A menudo se
les paga una pequeña cuota u "honorarios" por su participación.
Paneles dinámicos
Cuando los participantes son eficientes y agradables, la mesa redonda es una
forma efectiva de exponer a una audiencia una materia compleja. Aún así, el
riesgo asociado con una animada sesión es que una personalidad puede dominar
la discusión. Además, todos los expertos no son necesariamente oradores
eficaces. Alguien que tiene una mejor perspectiva sobre un tema puede
encontrarse siendo eclipsado por un miembro de la comisión, que es encantador y
tiene buen humor, incluso si ese miembro del panel tiene puntos de vista
cuestionables.
Joseph Myers, "Mira que no hay más metafísica en el mundo sino chocolates"
Actualizado hace 20 Jul. 2017 · El autor tiene 261 respuestas y 226,2k vistas de respuestas
Aunque no estoy por la pena de muerte, se me ocurren 5, pero cabe destacar que
también hay buenos y válidos argumentos en contra de esos mismos puntos:
En este sentido, aunque aquella acaba con las vidas de los reos, es singular
destacar el caso que se produjo en Estados Unidos en el año 2009 y es que
un condenado a muerte sobrevivió a su ejecución después de que recibiera
casi veinte pinchazos.
Además de todo lo expuesto podemos señalar que el cine estadounidense ha
realizado un amplio número de películas que giran en torno a la citada pena
capital. No obstante, entre todas ellas habría que destacar a la que lleva por
título “Pena de muerte” (1995), dirigida por Tim Robbins.
Panel de discusiones a menudo presentes los miembros de la audiencia con la variante de puntos de
vista sobre el tema seleccionado. Si los miembros de la audiencia están bien versados en el tema, puede
sopesar los méritos de cada perspectiva que ofrece. Como tal, la diversidad de opinión es una ventaja. Sin
embargo, Si la audiencia incluye a personas que no están familiarizadas con el tema & una clase de
introducción a la universidad curso, por ejemplo, el grupo de discusión puede presentar información más
allá de su alcance. Se puede salir de la discusión sensación más confundidos de lo informado.
Panel de Dinámica
Cuando los participantes tienen el conocimiento y la participación, el debate es una forma efectiva
para exponer a la audiencia a un tema complejo. Aún así, el riesgo asociado con una animada sesión es
que una personalidad puede dominar la discusión. Además, todos los expertos, no es necesariamente una
efectiva del altavoz. Alguien que tenga más conocimiento sobre un tema puede encontrarse a sí mismo de
ser eclipsado por un miembro de un panel que es encantador y gracioso, incluso si ese miembro del panel
cuestionables vistas.
Diversos puntos de vista Dibujar los Diversos Públicos
Si el objetivo es la educación pública, un panel que ofrece puntos de vista divergentes puede ser
ventajoso. Si el tema es la intervención militar extranjera, por ejemplo, es una buena idea tener un experto
que cree que tal curso de acción nunca es apropiado, otro miembro del grupo que apoya la intervención
sólo en circunstancias limitadas, y un miembro que es más parecido a un halcón sobre el tema. Como
resultado, los miembros de la audiencia son propensos a sentir que el panel haya alguien que representa su
punto de vista sobre el tema
Panel de investigación
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Un panel (de investigación) es una técnica de investigación de mercados cuantitativa que
obtiene información periódica de una muestra de población. La muestra está formada por
personas (físicas o jurídicas) que colaboran libre y voluntariamente en el estudio; se
comprometen a permanecer en el panel durante un tiempo mínimo (variable según el tipo de
panel de que se trate).
El vocablo «panel» proviene del inglés. En el contexto de la investigación de mercados, tiene
el sentido que ofrece el Diccionario de la lengua española de:1
Grupo de personas seleccionado para tratar en público un asunto.
Índice
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1Tipos de paneles
2Frecuencia de los paneles de investigación
3Ventajas e inconvenientes de un panel de investigación
4Funcionamiento de un panel de investigación
5Los paneles y la Ley de Protección de Datos
6Véase también
7Referencias
Tipos de paneles[editar]
Por su naturaleza, se pueden distinguir dos tipos de paneles de investigación:
Véase también[editar]
Panel
Panel de consumidores
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española (2014). «panel». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7. Consultado el 27 de julio de 2009.
2. Volver arriba↑ Alonso Leache, Belén (2003). «Capítulo 4: Análisis del
consumidor». Animación del Punto de Venta. Pozuelo de Alarcón (Madrid, España): Editrial
EDITEX, S.A. ISBN 84-9771-177-7