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Ahora bien, con lo dicho, no se quiere decir, que el Derecho penal tenga que
intervenir ante todo ataque a la posesió n de un bien inmueble, pues para que
pueda garantizarse su legitimació n en esta esfera de la criminalidad, se requiere
identificar un plus de sustantividad, que ha de sostenerse sobre los medios
comisivos que emplea el agente para perpetrar el injusto, nos referimos a la
violencia, la amenaza y el abuso de confianza, tal como se desprende del artículo
202 del Có digo Penal, de no ser así estaríamos contraviniendo los principios de
subsidiariedad y de ultima ratio2.
1
FONTAN BALESTRA, CARLOS; Derecho Penal, Parte Especial, p.581
2
PEÑA CABREA FREYRE, RAUL; Derecho Penal, Parte Especial; p. 432.
1
se alteran los signos materiales de dominio, acció n de la que puede resultar una
invasió n parcial del inmueble ajeno, escribe Soler3.
Peñ a Cabrera señ ala que la usurpació n se caracteriza por incidir exclusivamente
sobre bienes inmuebles, resueltamente es una forma de ataque contra el
patrimonio inmobiliario, por lo que el bien jurídico es el tranquilo disfrute de los
bienes inmuebles, entendido éste como la ausencia de perturbació n en el ejercicio
de la posesió n o de cualquier derecho real sobre los mismos4.
3
SOLER, SEBASTIAN; Derecho Penal Argentino, T. IV, p. 484.
4
PEÑA CABRERA, RAUL; Tratado de Derecho Penal, Parte Especial; p. 496.
2
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................1
ÍNDICE..........................................................................................................................................3
USURPACIÓN EN EL DERECHO PENAL PERUANO Y LA CASACIÓN N° 56-2014 AYACUCHO........4
I. TIPO PENAL......................................................................................................................4
II. BIEN JURIDICO PROTEGIDO.............................................................................................4
A. BIEN INMUEBLE............................................................................................................5
B. DELITO PERMANENTE..................................................................................................6
III. TIPICIDAD OBJETIVA........................................................................................................8
A. SUJETO ACTIVO............................................................................................................8
B. SUJETO PASIVO............................................................................................................8
IV. TIPICIDAD SUBJETIVA......................................................................................................9
V. LA VIOLENCIA COMO MEDIO COMISIVO DEL DELITO DE USURPACIÓN.......................10
A. LA TURBACIÓN DE LA POSESIÓN MEDIANTE VIOLENCIA SOBRE LAS COSAS............11
B. AVANCE Y CONSOLIDACIÓN JURISPRUDENCIAL: CASACIÓN N° 56-2014- AYACUCHO
15
CONCLUSIONES..........................................................................................................................18
3
USURPACIÓN EN EL DERECHO PENAL PERUANO Y LA
CASACIÓN N° 56-2014 AYACUCHO
I. TIPO PENAL
Las conductas típicas que se comprenden en el artículo 202 del C.P., no tienden a
tutelar el patrimonio desde una acepció n universal, sino de forma concreta: el uso
y disfrute de los derechos reales 6, esencialmente la posesió n, que se ve mermada y
atacada cuando la víctima es desocupada del bien inmueble, mediante la alteració n
de linderos o la turbació n de la posesió n. Por ello, cuando a pesar de producirse
una ocupació n ilegítima en un bien mueble, má s no se desocupa a su poseedor, no
habrá Usurpació n, pero sí Allanamiento de domicilio.
5
Lo subrayado es la modificación realizada al Artículo 202° de Código Penal po el Art. 1° de la ley N°
30076 (19/08/2013)
6
CREUS, CARLOS; Derecho Penal, Parte Especial, T. I, p. 590.
4
En la ejecutoria recaída en el RN N° 3536-98-Junín, se señ ala lo siguiente: "Que,
de otro lado no sólo protege el dominio que se ejerce sobre un inmueble sino,
propiamente el ejercicio de las facultades que tiene su origen en derechos
reales que se ejercen sobre él, requiriendo, además, de parte del sujeto
activo una especial intención de despojar al sujeto pasivo de la posesión del
bien por alguno de los modos señalados en la descripción típica del artículo
doscientos dos del Código Penal, presupuestos que no concurren en el
presente caso"7.
A. BIEN INMUEBLE
Como se sostuvo en el estudio dogmá tico del delito de hurto, bienes muebles son
todos aquellos susceptibles de ser valorados econó micamente en el mercado, que
pueden ser trasladados de un lugar a otro, como los semovientes o animales,
objetos, muebles, etc. En oposició n a los anteriores, son inmuebles aquellos bienes
que no pueden transportarse de un lugar a otro sin que se destruyan (no tienen la
particularidad de los muebles). Generalmente se encuentran adheridos al suelo, o
en todo caso participan de la inamovilidad de éste. Por ejemplo, una casa, un
predio rú stico, las minas, etc9.
7
ROJAS VARGAS, FIDEL, Jurisprudencia Penal…, p. 624.
8
BUSTOS RAMIRES, JUAN, Manual de Derecho Penal. Parte Especial, p. 223.
9
RAMIREZ CRUZ, EUGENIO; Tratado de Derechos Reales, T. I; p. 127.
5
Segú n el artículo 885° del C.C., modificado por la Ley N° 28677 del 01 de junio del
2006, se consideran bienes inmuebles: el suelo, el subsuelo y el sobresuelo, el mar,
los lagos, los ríos, los manantiales, las corrientes de agua y las aguas vivas o
estanciales, las minas, canteras y depó sitos de hidrocarburos y las naves y
aeronaves.
B. DELITO PERMANENTE
6
usurpació n, pues, en su forma de despojo es un delito instantá neo pero que puede
tener efectos permanentes"12.
Por lo antes dicho, habrá que afirmar, que mientras el sujeto activo de la acció n
típica se mantenga en posesió n ilícita del objeto material del delito, se va a
configurar un estadio antijurídico, el cual se prolongará en el tiempo durante su
ilícita posesió n; este estadio, supone una afectació n de los derechos reales del
sujeto pasivo mientras dure ese estado antijurídico, por lo tanto, no vemos
objeció n para considerar al delito de usurpació n y actividades típica conexas, como
un delito permanente.
12
PADRO SALDARRIAGA, VICTOR; Todo sobre el Código Penal. Tomo I, p. 162.
13
MUÑOZ CONDE; Derecho Penal. Parte Especial, p. 352.
14
OCTAVIO TOLEDO Y UBIETO, EMILIO Y HUERTO TOCILDO, SUSANA; Derecho Penal. Parte
General: Teoría Jurídica del delito, p. 162.
7
quedarían fuera de la persecució n penal, puesto que se colmarían muchas veces los
plazos prescriptorios, contrario sensu, considerar esta figura delictiva como
"permanente" garantiza las funció n preventiva de la norma jurídico-penal, en tanto
la violencia que se ejerce para lograr la desocupació n del morador, debe ser
entendida como medio por el cual se vale el agente para lograr su
intencionalidad15, de ahí que se pueda ejercer la acció n penal en plazos temporales
idó neos. La temporalidad dilatada -argumenta Peñ a Cabrera- fundamentalmente,
aleja los posicionamientos de creer encontrar en este precepto exclusivamente el
delito instantá neo16.
A. SUJETO ACTIVO
Podrá ser cualquier persona, el tipo penal in comento no exige una cualidad
específica para poder ser considerado autor a efectos penales. Es un delito comú n,
donde los elementos en que se funda la punibilidad pueden ser trasladados sin
ningú n problema al hombre de atrá s, por lo que la auto ría mediata resulta
plenamente admisible. Segú n la descripció n del inc. 1), el agente puede ser un co-
posesionario.
B. SUJETO PASIVO
En este caso lo será todo aquel que ejercer la posesió n, la tenencia real del bien
inmueble al momento de la acció n punible (tempus comissi delictl), al margen del
título dominical que pueda presentar o, en cuanto al derecho por el cual asienta su
posesió n sobre el inmueble; lo que no obsta a que se pueda incluir al propietario
poseedor. Puede tratarse, entonces, de un tenedor legítimo o ilegítimo, inclusive el
precario es objeto de protecció n por el derecho punitivo.
15
PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General; ps. 1107 - 1108
16
PEÑA CABRERA, RAUL; El delito de Usurpación, p. 54.
8
dolo, conciencia y voluntad de realizació n típica; el autor dirige de forma
consciente su accionar delictivo, ora destruir, modificar y/o alterar los linderos del
predio contiguo, ora a despojar al sujeto pasivo de la posesió n del bien inmueble,
mediante el empleo de la violencia o de la amenaza que recae sobre los
poseedores, ora turbando la posesió n mediante violencia o amenaza. A nuestro
entender cabe admitir el dolo eventual: «conciencia del riesgo típico»; puede
darse un error de tipo en el caso de que agente yerre sobre la propiedad del
inmueble, en el cual modifico los lineros, pensando que era suyo 17.
17
PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial; T. II, p. 437.
18
SALINAS SICCHIA, RAMIRO; Delitos contra el Patrimonio, p. 391.
19
CREUS, CARLOS; Derecho Penal. Parte Especial; T. I, p. 598.
9
V. LA VIOLENCIA COMO MEDIO COMISIVO DEL DELITO DE
USURPACIÓN.
El elemento violencia constitutivo del tipo debe ser usado como un medio para
lograr el despojo (acto inmediato) y no como acto posterior al despojo puesto que
el delito de usurpació n es un delito instantá neo. Es así como debemos aclarar que
no existe un despojo en donde no concurre ninguno de los medios mencionados,
por lo tanto, el delito de usurpació n no se configura 22. Así lo entiende la
jurisprudencia penal concretizada en el R.N. N° 5041-98 al decirnos que: “El
despojo total o parcial de la posesió n o tenencia de un derecho real (…) debe
producirse bajo los supuestos de violencia, amenaza, engañ o o abuso de confianza;
consecuentemente, al no haberse probado el nú cleo central de la configuració n del
delito de usurpació n, el despojo en los supuestos antes mencionados; de ninguna
manera cabe imponerse una sentencia condenatoria (…)”23.
20
GÁLVEZ VILLEGAS/ROJAS LEÓN, Derecho Penal. Parte Especial, t. II, p. 1156.
21
REÁTEGUI SÁNCHEZ/ESPEJO BASUALDO, El delito de usurpación inmobiliaria en el
Código penal peruano, p. 47 y ss.
22
Ibídem, p. 50.
23
Ídem.
10
La amenaza o violencia moral, por su parte, consiste en obligar a una persona a
hacer algo, para obtener para sí o para otro la posesió n, tenencia de un inmueble,
se dan aquí con mayor intensidad que en la física, las características señ aladas con
referencia a la violencia en general: acció n tendiente a limitar la libertad de
disposició n del ocupante de un inmueble, en cuanto a su posesió n, tenencia y
voluntad contraria del atacado por ese proceder, exteriorizada mediante la
resistencia24.
11
pleno de la posesió n o tenencia, pero sin importar una ocupació n total o parcial del
inmueble por parte de aquel, ni ello constituye su finalidad inmediata 27.
Antes de la Ley N° 30076, señ alaba Reá tegui Sá nchez que donde mayor
problemá tica se suscita es en el inciso 3 del artículo 202 del Có digo Penal que
prescribe: “El que, con violencia o amenaza; turba la posesión de un inmueble”, y se
preguntaba si la turbació n de la posesió n, que es realizada por medio de
“violencia” o “amenaza” puede recaer en ¿personas físicas o en bienes inmuebles?
A decir de Reá tegui Sá nchez, como el concepto de posesió n está ligado en funció n a
que “alguien” realice precisamente el ejercicio del citado derecho real,
necesariamente debemos de concluir que la violencia tendrá que recaer en una
persona determinada o en varias personas pero que puedan ser factible de
individualizació n, claro está , que estén ligadas al ejercicio de posesió n sobre un
bien inmueble. Ademá s, si concluyéramos que la violencia se podría dar sobre un
bien inmueble, este sería reconducido en el delito de dañ os del artículo 205 del
Có digo Penal que prescribe: “El que daña, destruye o inutiliza un bien, mueble o
inmueble, total o parcialmente ajeno…”29.
Sin embargo, este razonamiento de Reá tegui Sá nchez resultaba desde ya erró neo.
El delito de dañ os, a diferencia de la usurpació n, es un delito contra la propiedad
en el cual no es posible castigar al propietario que atenta contra el bien inmueble
del poseedor que cuenta con legítimo derecho, y ello se debe al término “ajeno”
que contempla el artículo 205 del Có digo Penal.
12
involucra un riesgo, una amenaza en caso de resistencia, que obliga a ceder a pesar
de la voluntad contraria para evitar una incidencia mayor 30. Las molestias
puramente personales, por su parte, no constituyen turbació n de la posesió n o
tenencia31.
30
Ibídem, p. 240.
31
NÚÑEZ, Manual de Derecho Penal. Parte especial, 4° ed., 2009, p. 353 y ss.
32
REÁTEGUI SÁNCHEZ/ESPEJO BASUALDO, Ob.Cit., p. 241.
33
NÚÑEZ, Manual de Derecho Penal. Parte especial, 4° ed., 2009, p. 353 y ss.
34
REÁTEGUI SÁNCHEZ/ESPEJO BASUALDO, Ob.Cit., p. 241.
13
Concluimos afirmando que el simple impedimento, en las condiciones indicadas
que es mucho má s notoria en las invasiones que se ha podido verificar en los
terrenos privados y del Estado, constituye violencia involucrá ndose la conducta
dentro de la moral, que esbozamos, pues obliga a la víctima a tolerar la ocupació n
tenencia o cuasi posesió n. La acció n de impedir la entrada debe guardar relació n
de causa a efecto con el despojo, es decir, que sea precisamente esa actitud la que
determine el desapoderamiento real y material del inmueble 35.
Lo expuesto resulta ló gico, si nos detenemos a pensar que en muchos casos los
actos má s claros de turbació n, son los que se presentan sin que se dé la presencia
de la víctima en el inmueble afectado, en un sentido físico, como puede ser por
ejemplo el hecho de cortar cables de energía eléctrica, romper los vidrios de la
casa, cuando el posesionario ha salido del inmueble momentá neamente (ir de
compras, salir a pasear, etc.)37.
14
vinculante el sentido de los fundamentos decimo y décimo primero de la parte
considerativa de su ejecutoria, los cuales rezan de la siguiente manera:
15
posesión, el restringir el medio comisivo a la persona física que posee el bien
inmueble no se condeciría con la finalidad de la norma pues permitiría que aquel que
destruye los accesos o seguros para el acceso del inmueble para turbar la posesión
del mismo quede fuera del alcance punitivo de la norma penal, cayendo en el absurdo
de no considerar como turbador de la posesión a quien destruye la puerta de ingreso,
el candado, las cerraduras, etc. So pretexto de que la violencia que turba la posesión
sólo puede ser ejercida contra las personas. Consecuentemente, debe entenderse que
aún antes de la modificatoria por vía legislativa, la violencia a la que hace referencia
el inciso tres del artículo doscientos dos del Código Penal puede ser ejercida tanto
contra personas como contra objetos o cosas integrantes del inmueble de modo que
se turbe la posesión del mismo”. Por lo tanto, conviene señ alar que en la presente
casació n se ha seguido con el desarrollo jurisprudencial que ya se había ordenado
en la casació n mencionada, siendo que en el punto III de su decisió n, se ordenó que
se considere ineludiblemente como doctrina jurisprudencial vinculante lo señ alado
en el considerando 4.9 de su ejecutoria, el cual ha sido plasmado en el fundamento
décimo primero de la parte considerativa de la Sentencia Casatoria 56-2014-
Ayacucho.
16
Suprema, ademá s, evitará diferentes interpretaciones respecto al tratamiento
judicial de dicho delito38.
38
Vid., en Línea: http://www.elperuano.com.pe/noticia-uniformizan-lineamientosjudiciales-sobre-
usurpacion-38138.aspx
17
CONCLUSIONES
1. El bien jurídico tutelado en el delito de usurpació n es la intangibilidad de la
relació n fá ctica o jurídica entre el titular del bien jurídico –la persona- y la
cosa –inmueble-. En otras palabras, se protege el tranquilo disfrute de los
bienes inmuebles, entendido éste como ausencia de perturbació n en el
ejercicio de la posesió n o de cualquier derecho real sobre los mismos, que
sea valorable econó micamente y protegido no só lo por el ordenamiento
jurídico civil, sino también por el constitucional. Será esta concepció n la
que, desde la funció n interpretativa que se le viene otorgando al bien
jurídico, deberá orientar la interpretació n de estos tipos penales.
2. El hecho de que sea punible la violencia sobre las cosas consolida el
concepto de usurpació n, pues permite que se considere típico el hecho por
el cual una persona, para ingresar a un inmueble, venza las resistencias
predispuestas por el propietario o poseedor. En ese sentido, teniendo en
cuenta que en este ilícito se tutela el patrimonio, es razonable que se proteja
también el patrimonio de las personas de dichos ataques.
3. La interpretació n que sostenía que la violencia debía haber sido ejercida
ú nicamente sobre las personas, generaba una brecha de impunidad a favor
de aquellos que perturbaban la posesió n de la víctima ejerciendo violencia
directamente sobre las cosas, quedando, por tanto, la victima desprotegida
por el Derecho Penal. Razó n por la cual no se puede compartir dicho punto
de vista, y por el contrario debe considerarse que aquella postura que
sostiene que la violencia puede recaer tanto sobre las personas como sobre
las cosas, es la má s correcta en términos de eficacia protectora del derecho
de posesió n a través del ius punendi.
4. Cuando la violencia tiene por objeto una cosa (lo que sucede normalmente
cuando el poseedor se encuentra ausente), el ejercicio de la fuerza puede
recaer sobre dicho bien, para vencer su resistencia. En tal sentido,
constituirá violencia y, por lo tanto, estar ante el delito de usurpació n-el
derrumbar una pared, romper un candado o un cerco, cambiar una
cerradura, poner un pestillo por la parte interior de la puerta. etc. Pues con
ello se está perturbando el normal desarrollo del ejercicio del derecho de
posesió n por parte de la victima de este delito
18