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“HOMO SAPIENS”
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INDICE
Introducción……………………………………………………………………………….3
Vivo en la Tierra………………………………………………………………………….6
Mi nombre es Lucy……………………………………………………………………17
Seguimos inventando………………………………………..……………………....27
En el país de la magia………………………………………………..……………....31
Me llamo Atauallpa…………………………………………………………………...43
Pequeña cronología………………………………………….…………………….…55
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INTRODUCCIÓN
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SOY UNA PEQUEÑA PARTÍCULA
punto donde estábamos, todas no tiene nada que ver con Dios.
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Poco a poco he ido enfriándome ligeramente y he seguido
alejándome del resto de las que eran mis compañeras: ahora soy una
partícula de energía que flota sola en el espacio. Pero al perder
temperatura algo mágico ha ocurrido, ya no soy sólo energía,
empiezo a ser materia gaseosa incandescente.
Vuelvo a sentir que algo está cambiando. Ahora, debido a una
infalible ley que llamarán “gravedad”, comienza a sentirse una gran
fuerza que hace que las partículas otra vez nos agrupemos: al
unirnos millones de partículas de gas incandescente hemos formado
masas muy grandes y hermosas que brillan en la oscuridad ¡Somos
estrellas!
Se han creado muchos conjuntos de estrellas; el grupo al que yo
pertenezco es uno de los tantos que existen, sin embargo, a mí me
parece el más bonito: arroja una luz blanca muy especial, tan blanca,
que más bien parece leche. Por tal motivo, a este grupo de estrellas lo
llamarán Vía Láctea, pero lo más importante es que esta galaxia será
algún día la cuna del "pensante".
Hay otro detalle que debo contarte: aunque las estrellas se han
agrupado en galaxias, estas últimas se alejarán por siempre unas de
otras para que nuestro maravilloso universo nunca deje de existir;
por eso dirán que el universo está en expansión. Si por alguna causa
o casualidad, el universo se detuviera, inmediatamente se produciría
una contracción, o lo que es igual, el viaje a la inversa: todas las
partículas volveríamos a unirnos en un punto de energía y todo lo
que ha comenzado volvería a su inicio, es decir, a la nada.
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VIVO EN LA TIERRA
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distribuyó en pequeños pedazos, creándose así los planetas y el
restos de los cuerpos celestes, que debido a
la misma fuerza de gravedad comenzaron a girar alrededor del Sol.
Ahora vivo en la Tierra, uno de los planetas que se está enfriando.
Como te habrás dado cuenta provengo de una estrella, es decir, de
muchas estrellas que se desintegraron. Soy un minúsculo cuerpo
indivisible de materia con propiedades únicas: los "pensantes" dirán
que soy un átomo.
Millones de átomos hemos formado la Tierra, yo pertenezco al grupo
de los más livianos y me he quedado con otros, también livianos, en
la superficie; los más pesados se fueron a vivir al centro y a las capas
más profundas del planeta, donde la temperatura es muchísimo más
alta.
Soy un átomo de Carbono y debo decirte que soy casi perfecto: puedo
combinarme con la mayoría de los demás tipos de átomos que
existen y de esta unión surgirá la vida en la Tierra.
Mientras te revelaba mi personalidad han transcurrido algunos
millones de años más; ahora la Tierra, que en sus principios era una
especie de gelatina ardiente, ha perdido calor por la parte de afuera
aunque adentro todavía hierve: el enfriamiento de la capa externa ha
formado lo que llamarán “corteza terrestre”. Todavía no hay ningún
indicio de vida.
Parece que el calor que hay debajo de la corteza terrestre quiere
escapar: se ven muchos volcanes en erupción que arrojan grandes
cantidades de lava, o sea, rocas que salen derretidas del fondo de la
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Tierra. Igualmente, los volcanes expulsan vapor como si fueran
grandes chimeneas: se está haciendo una gran nube que envuelve a
todo el planeta. Además, la corteza terrestre se está acomodando y
hay fuertes terremotos.
Luego se ha producido un gran diluvio. Llueve y llueve sin parar
debido a la gran nube que se formó con el vapor de los volcanes y el
agua ha comenzado a cubrir grandes superficies: están naciendo los
océanos.
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YA SOY UNA CÉLULA
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cuando la arena sea arrastrada hacia afuera del mar y el agua se
evapore por el calor.
Luego, los movimientos de tierra y las excavaciones, dejarán al
descubierto las capas más antiguas de la roca y así se encontrarán los
restos de esta vida antigua.
Mientras te hablaba han seguido pasando miles de millones de años
más y la vida ha seguido su curso: han nacido algas, peces, y
también están creciendo algunas plantas; por ahora aparecen en las
zonas fangosas y sus raíces permanecen debajo del agua.
Como te mencioné anteriormente, todo lo que tiene vida está hecho
de células iguales a mí: por ejemplo, una bacteria es una sola célula,
mientras que los peces y las plantas tienen muchísimas más.
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TODO SIGUE EVOLUCIONANDO
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observará será la existencia de muchos tipos de plantas y de
animales; verá que algunos son muy parecidos a otros, pero, sin
embargo, no pueden tener hijos entre sí:
por caso, un lagarto y una iguana. Para diferenciar a cada uno de los
grupos de animales que sí pueden reproducirse, los llamará
"especie". Así, los lagartos serán una especie y las iguanas
serán otra. Sin embargo, los "pensantes" serán todos de la misma
especie: aunque tengan características diferentes como el tono de su
piel, rasgos de su rostro o tipo de cabello, siempre podrán tener
hijos que se parecerán en algunas cosas a su padre y en otras a su
madre.
Otro detalle del que Darwin se dará cuenta es que las plantas y los
animales cambian para amoldarse al ambiente que los rodea, es
decir, se adaptan: un cactus será una planta que ha cambiado sus
hojas por espinas para evitar que el agua se le evapore, ya que el
agua se evapora a través de las hojas y ellos vivirán en lugares donde
habrá poca agua y mucho calor.
Darwin también escribirá en su diario que, aun siendo de la misma
especie, algunos individuos son diferentes, por ejemplo, en su color:
esta diferencia les permitirá sobrevivir en el medio donde se
encuentran, siendo un caso el de las serpientes de color oscuro en un
ambiente selvático, o de color claro en un ambiente desértico, que al
confundirse con el entorno llamarán menos la atención de otros
animales que se alimentan de ellas.
Hasta aquí más o menos todo el mundo estará contento con las
explicaciones de Darwin, pero a continuación dirá algo que por siglos
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mantendrá a los "pensantes" en serias discusiones. Afirmará que, al
irse adaptando a condiciones diferentes, una misma especie puede
llegar a convertirse en dos especies distintas. Es decir, se crearán dos
grupos que ya no podrán tener hijos entre sí porque han cambiado
demasiado. En otras palabras que, por ejemplo un pez, podría llegar
a convertirse en reptil a través de algunas generaciones.
Algunos "pensantes" dirán que esto no es posible y, si así hubiera
ocurrido, deberían de aparecer los fósiles intermedios. Si fuera cierto
que al pez le salen patas y cola para convertirse en un reptil, tendría
que ser muy poco a poco y entonces debería de aparecer toda la
cadena de estos fósiles: uno con las patitas y la colita apenas
notorias, otro con las patitas y la colita más largas y así
sucesivamente.
Pero más tarde vendrá otro grupo de científicos que dirá que la
evolución, por caso el paso de pez a reptil, no fue tan lentamente.
Ellos argumentarán que, al pasar de un medio a otro muy diferente o
por la necesidad de adaptarse a nuevas condiciones de vida, se podrá
producir un cambio bastante rápido en las especies.
Charles Darwin
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SOY UN PEQUEÑO MAMÍFERO
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MI NOMBRE ES LUCY
árboles alimentándose
únicamente de hojas y frutos, a
la que llamarán cariñosamente
“Ardi”.
Nosotros también nos
alimentamos de frutos
silvestres pero además
comemos carne. Todavía no
hemos desarrollado el arte de
la caza y te diré, aunque te
cause un poquito de asco, que
Soy un “homínido”, cuya
nos encantan los restos de las
palabra significa “con cierto
presas que quedan por ahí
parecido a lo que será el
abandonadas luego de que
hombre y la mujer del futuro”.
otros animales las han
Hay otra especie de homínidos
destrozado, quiero decir que
más vieja, que vivió más o
somos carroñeros.
menos un millón de años antes
Ardi, al igual que yo, aparecerá
que nosotros, pero mi fósil será
en este continente al que
encontrado primero y quizás
llamarán África y por eso se
por eso seré tan famosa. Luego
pensará que aquí se produjo el
aparecerán los restos de una
salto, es decir, donde a partir
chica de aquella remota
de un antepasado común: los
especie que habitaba entre los
primates, se originó una
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separación de especies que dio lugar por una parte a nosotros los
homínidos y por la otra a los gorilas y chimpancés que andan por ahí.
Tengo una estatura pequeña: a pesar de que ya soy adulta mido sólo
1,20 metros de altura y peso un poco menos de treinta kilogramos.
Mi cara, aunque no es totalmente de mona, todavía recuerda a la de
un chimpancé, De hecho, mi nombre científico será australopithecus,
que quiere decir “mono del sur”.
Lo que me diferencia totalmente de todos mis antecesores es que
tengo notoriamente las piernas más largas que los brazos y una
postura totalmente erguida, por lo tanto he aprendido a usar mis
manos para cosas más útiles que apoyarme en el suelo, por ejemplo,
llevarme la comida a la boca y cargar en brazos a mis pequeñas crías.
Que ¿Por qué me llamo Lucy?... al parecer seré bautizada así por una
melodía del grupo de rock que revolucionará la música: Los Beatles.
Esta canción, que estarán escuchando por esas noches en que me
descubrirán, se llamará "Lucy en el cielo con diamantes".
Me distinguiré de otros fósiles de esta época porque seré uno de los
más antiguos y el más completo de todos: podrán reconstruir mi
cuerpo sin que falte casi ningún hueso.
Al igual que las muchas otras que ya se han extinguido, mi especie
desaparecerá dando otro paso en el fascinante proceso de la
evolución.
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ME CONOCEN COMO "EL HOMBRE DE LAS NIEVES"
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SOY EL "HOMO SAPIENS"
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Por ejemplo, el color de la piel obedecerá a la presencia de una
sustancia, destinada a impedir el paso de los rayos solares, por lo
tanto, los que vivan en lugares donde los rayos del sol sean muy
intensos, tendrán, como defensa, mayor cantidad de esta sustancia;
en consecuencia, el color de su piel será más oscuro. Sin embargo, en
las zonas de poca luz solar, la piel no tendrá este ingrediente para así
permitir el paso de los necesarios rayos solares.
Pero habrá muchas otras variantes que conformarán a gran cantidad
de poblaciones diversas: forma del cuerpo, tipo de cabeza, cara, ojos,
nariz y cabello, cantidad de vello en la piel, estatura y hasta tipo de
sangre.
En esta época también han sucedido muchas cosas nuevas. Hemos
evolucionado muchísimo gracias al esfuerzo de todos nuestros
antepasados y vamos a tener una gran responsabilidad en el devenir
de la Historia.
Lo más importante que haremos será "domesticar" a la naturaleza, es
decir, no sólo nos adaptaremos al medio sino que haremos que el
medio se adapte a nosotros. Éste será nuestro mayor aporte.
Aprenderemos a sacar frutos de la tierra: observaremos que los
frutos tienen semillas y que donde cae una semilla nace una nueva
planta; después, nos daremos cuenta de cuál es el momento más
adecuado para sembrar esas semillas y así nuestra alimentación
estará garantizada. Cultivaremos plantas como el lino y el algodón –
de los que haremos nuestros vestidos- y domesticaremos a los
animales para obtener de ellos productos como la leche y la lana.
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Al tener las tierras sembradas y los animales domesticados,
construiremos nuestras viviendas cerca del lugar donde ellos se
encuentren y ya no andaremos por todas partes buscando el
sustento: dejaremos de ser nómadas y nos volveremos sedentarios.
Preferiremos las cercanías a los grandes ríos o lagos, para tener el
agua asegurada y poder pescar.
Teniendo la comida asegurada, nos quedará más tiempo para
dedicarnos al arte: puliremos la piedra, haremos esculturas y vasijas
y utilizaremos el barro para fabricar piezas de cerámica. Por nuestra
nueva forma de trabajar la piedra a esta época la llamarán
"Neolítico", que quiere decir “nueva piedra”. También aprenderemos
a disfrutar de la música y desarrollaremos la habilidad de elaborar
diversos instrumentos musicales.
Pero no todos los grupos de "Homo Sapiens" que vivimos en este
período hemos dejado de ser nómadas; algunos siguen
alimentándose de la caza, de la pesca y de la recolección de frutos
silvestres. Se dirá que los grupos enfrententados al trabajo
evolucionarán más que aquellos que permanezcan dependientes de
la naturaleza.
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SEGUIMOS INVENTANDO
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documentos con escritos acerca de esta época.
Entonces se darán cuenta de que la Biblia tenía razón y que era cierta
la existencia de esta majestuosa urbe, la más antigua de todas en la
Historia.
Nuestros inicios fueron los de un pueblo agricultor y ganadero, pero
como éramos muy inquietos y nos gustaba inventar creamos muchas
cosas nuevas. Por ejemplo, aprendimos a canalizar el agua para
traerla desde el río más cercano y no tener que depender de la lluvia
para sembrar y fuimos capaces de diseñar y fabricar importantes
implementos para la agricultura como la rueda y el arado: así,
nuestras cosechas de uvas, cebada, aceitunas y dátiles se tornaron
prodigiosas. Igualmente, desarrollamos la técnica de producir
diferentes y riquísimos tipos de quesos, a partir de la leche de cabra
y oveja de nuestros rebaños, cosa en lo que también seremos los
primeros de la Historia.
Al contar con una gran abundancia de muchos productos, logramos
abastecernos y con el sobrante dedicarnos al comercio: los
intercambiamos por otros que no tenemos, especialmente la madera
que traemos de un pueblo que está en la costa de lo que se llamará
“mar Mediterráneo”.
Nuestra cultura ha inventado la escritura. Al principio hacíamos
dibujos o pictogramas que expresaban una idea simple: un pez
quería decir "pez", un sol quería decir "sol" y así sucesivamente. Pero
este sistema resultó insuficiente para comunicar conceptos más
complejos porque no permitía conjugar verbos, ni se sabía de quién
estábamos hablando, por eso creamos lo que llamarán escritura
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cuneiforme, que consiste también en dibujos, pero con símbolos
abstractos y dándole a cada uno su sonido específico. Este nuevo
invento nos permitirá dejar testimonio de todo lo que hemos
descubierto en el campo de la Astronomía, la Ciencia y la Matemática,
porque grabamos nuestros textos sobre tablas de arcilla húmeda y
después las secarmos al sol o en hornos a fin de que se preserve lo
que hemos escrito.
Tenemos montones de dioses. De ellos, los más importantes, el dios
del Cielo y la diosa de la Tierra, quienes fueron procreados por una
pareja de serpientes nacidas de las olas del océano: lo único existente
en el principio de los principios. Luego nacieron otros grandes dioses
como Anu “el poderoso”; Bel Marduk que creó a los humanos y Ea,
dios de la inteligencia, así como otros que se repartieron entre el
cielo, la Tierra y los infiernos.
Para todos ellos construimos hermosos templos, llamados “zigurats”,
que casi siempre tienen siete pisos. Pero lo más bonito es que
pintamos cada piso con uno de los colores del arcoiris, para así
poder escalar a través de ellos hasta el cielo. Cada ciudad tiene su
propio zigurat, dedicado a su dios particular y, al ser nuestro
territorio totalmente plano, pueden ser divisados desde muy lejos
creando un paisaje espectacular.
En la parte más alta del zigurat o templo se encuentra la capilla real y
el observatorio astronómico donde los sacerdotes, que llevan una
vida de total recogimiento y son un puente entre nosotros y las
fuerzas cósmicas del universo, se dedican a estudiar los movimientos
de los astros. Ellos, observando el comportamiento de la luna y sus
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fases, fueron los creadores del primer calendario de la humanidad,
además de que aprendieron a conocer perfectamente cada
constelación y su planeta regente. Igualmente, mediante la
observación del movimiento aparente del Sol alrededor de la tierra y
su paso por las constelaciones, inventaron el Zodíaco, de donde
surgió el concepto de circunferencia y, dividiendo ésta en trescientos
sesenta grados, que es más o menos los días que tiene un año, se
originó nuestro sistema numérico llamado sexagesimal.
Otro gran legado de nuestra cultura será el primer conjunto de leyes
esculpido en piedra: el “Código de Hammurabi”, cuyos preceptos
divinos recibirá el rey del mismo nombre a través de los dioses.
Hammurabi reinará en otra fabulosa ciudad que se llamará Babilonia
y cuya fama se deberá principalmente a sus jardines colgantes,
regalo de otro monarca para su amada esposa.
Y habría miles de cosas más que te asombrarían, pero ahora me voy
corriendo para Egipto, la segunda gran cultura apoteósica de la
humanidad, para contarte lo que allí sucede.
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EN EL PAIS DE LA MAGIA
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En un futuro, el nombre de la estrella azulada será Sirio, pero los
egipcios la bautizaron como Isis y la hicieron su diosa más
importante. Desde ese entonces Isis es la gran diosa madre,
protectora de la maternidad y los nacimientos y la “gran maga y
señora de los hechizos”, quien viaja acompañada por siete
escorpiones que obedecen todas sus órdenes.
Aquí también han inventado la escritura. Cuentan que al principio
ésta consistía en dibujos muy simples, que luego se transformaron en
símbolos abstractos, los cuales serán conocidos como “jeroglíficos”, a
los que asociaron sonidos. Igualmente, a partir de una planta
acuática que aquí abunda, han aprendido a fabricar una especie de
papel que se llama “papiro”, donde dejarán un vasto testimonio de su
impresionante cultura.
Me han impresionado especialmente las monumentales pirámides,
hechas con impresionantes cálculos matemáticos y astronómicos a
partir de la aparición de alguna estrella, la cual cada cierta cantidad
de años apuntará al lugar exacto por donde debe salir el alma del
faraón que mandó a construir la pirámide para guardar su cuerpo
embalsamado por toda la eternidad.
Estas majestuosas construcciones, que maravillarán por siempre a
todos los futuros pobladores de la Tierra, se levantan del lado
occidental del Nilo, por donde se oculta el sol, porque allí está
ubicada la entrada al inframundo que es por donde el difunto inicia
su viaje al más allá, a bordo de una barca y en cuyo trayecto tendrá
que enfrentarse a seres macabros que intentarán impedir su
renacimiento.
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Si logra superar todas las pruebas, llegará a la “sala de la doble
verdad” donde deberá confesarse y su corazón será pesado en una
balanza; aquí lo espera Osiris, el esposo de la diosa Isis, quien preside
el tribunal y decide si el difunto merece vivir con los dioses o deberá
vagar por el inframundo para pagar por sus culpas.
Por cierto que, recorriendo algunos peligrosos caminos de esta
mágica tierra, me ha picado un desagradable bicho que casi me lleva
ante Osiris, pero me he salvado gracias al gran desarrollo que tienen
los egipcios en Medicina. Este accidente me ha dado la oportunidad
de observar su gran conocimiento sobre el cuerpo humano,
maravillándome la gran cantidad de especialistas que existen:
cirujanos, oftalmólogos, pediatras y hasta obstetras que, a través de
ciertas pruebas, pueden saber cuál es el sexo del bebé.
Aquí la Medicina es una larga carrera que se estudia en “la casa de la
vida” durante más o menos diez años; en ella aprenden a conocer las
enfermedades, diferenciando muy bien las del cuerpo y las del
espíritu, así como a preparar sustancias que provienen de ciertos
minerales, plantas curativas y derivados de los animales como por
ejemplo miel, cera, leche de burra y vísceras de cerdo, utilizándose
también la música para el tratamiento de algunos males.
Y me encantaría quedarme aquí por un largo tiempo, pero debo
seguir mi viaje hacia otras lejanas regiones.
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NOS HACEMOS PODEROSOS
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Pero el cobre resultó ser bastante imperfecto porque se
oxidaba y además era muy débil, por lo que se probó a mezclarlo con
otro metal: el estaño, y el resultado fue magnífico. Se obtuvo así el
bronce, que proporcionó un material muy duro y resistente para
elaborar herramientas destinadas a labrar la tierra, así como para la
caza y la pesca y también para fabricar lanzas y espadas.
Pero la cosa no paró aquí. Luego se consiguió algo mejor todavía: se
encontró el hierro, en primera instancia procedente de viejos
meteoritos que habían caído en la Tierra, hasta que luego se
descubrió que también estaba mezclado con las propias rocas de
nuestro planeta. Este metal fue tan importante que pasó a ser
muchísimo más valioso que el oro y que la plata.
A esta época, en la que se comenzó a fabricar objetos de metal, se
llamará Edad de los Metales. Puedo predecir que, a pesar de haberse
hecho importantísimos descubrimientos en ella, será terrible para la
paz de este planeta.
Ahora estoy en una hermosa península que llamarán de muchas
formas, una de ellas, mi preferida, es “la tierra de los conejos”. Vivo
específicamente al Sur y en el Oeste, en un reino del que otras
civilizaciones hablarán como “la tierra del metal”; contarán que las
naves que por aquí vienen, retornan hacia el oriente cargadas con
toneladas de oro, plata, cobre, estaño y bronce, convirtiendo esta
zona en el principal proveedor de metales de todas las poblaciones
que están sobre “el gran verde”, como dirían los egipcios.
Aquí el clima es templado y la tierra muy fértil, lo que hace que el
olivo, el trigo y la vid se den muy fácilmente. Pero lo más importante,
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lo que hará que este lugar sea muy codiciado por otras civilizaciones,
es su riqueza mineral.
Ésta será una cultura perdida en los tiempos, sobre la que se
discutirá si de verdad existió, hasta que los desenterramientos den
con los vestigios únicos de su rica herencia y descubran que sabían
escribir, que habían redactado leyes en forma de poema sobre tablas
de bronce, que adoraban al Sol, al que simbolizan mediante una
estrella de ocho puntas: sus ocho rayos y que levantaron muchas
ciudades a lo largo del río que ha dado el nombre a su reino: el río
Tartessos.
Por esta época ha llegado hasta aquí un pueblo que viene del otro
extremo del mar que llamarán Mediterráneo, que conoce muy bien la
ciencia de la navegación y tienen unas maravillosas embarcaciones
fabricadas con la excelente madera que se produce en su suelo. Por
lo que he podido enterarme, se han tenido que echar al mar porque
su territorio es bastante montañoso y no tienen buenas condiciones
para la agricultura. Pero fabrican hermosos tejidos de lana que tiñen
con la púrpura que sacan de un caracol marino, diseñan hermosas
joyas y elaboran costosos perfumes, que intercambian por otros
productos, entre los que prefieren el oro, la plata, el cobre y el estaño,
que aquí se encuentran de sobra.
Como viajan a lugares muy remotos, para ponerse a buen resguardo
de las tormentas y protegerse de algunos que pudieran estar
interesados en robar sus mercancías, han ido creando asentamientos
y almacenes amurallados en muchos puertos; eso es lo que también
han hecho en Tartessos.
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Este pueblo viajero del que te hablo son los fenicios y es el único que
por ahora ha tenido la osadía de venir hasta este remoto lugar del
occidente que, como luego dirán los griegos, se encuentra a dos días
de viaje más allá de “las columnas de Hércules”, nombre que por
cierto tiene una interesante historia que te quiero contar.
Los griegos serán unas personas muy cultas y estudiosas de todas las
ramas del conocimiento; a través de ellos es que se conocerá sobre
Tartessos porque los fenicios no dejarán nada escrito al respecto.
Pero los griegos, aparte de muy buenos astrónomos, matemáticos,
geógrafos, filósofos y conocedores de la Medicina, serán también
poetas y dramaturgos, por lo que a veces parecerá que mezclan la
poesía y el teatro con la Historia y la Geografía, dando como
resultado una mezcla entre la realidad y la imaginación.
Pues bien, entrando en el tema, Hércules era un semidiós, hijo del
dios Zeus, padre de todos los dioses, y de una reina mortal. Como era
muy impulsivo, un día Hércules cometió un gran pecado y acudió
arrepentido al oráculo del dios Apolo para que éste le dijera qué
debía hacer para espiar su culpa, recibiendo la orden de ponerse bajo
el mando de un rey, quien, muy preocupado por la posibilidad de que
Hércules quisiera quitarle el trono, se las ingenió para mandarlo bien
lejos. Entonces le encomendó llevar a cabo doce tareas, a cual más
complicada y peligrosa, siendo una de ellas visitar el reino de
Tartessos, donde reinaba Gerión, un terrible monstruo que tenía tres
cuerpos, con sus respectivas extremidades, así como un perro con
dos cabezas y cola de serpiente.
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La misión era arrebatar el rebaño de toros a Gerión, quien tenía fama
de ser un monarca muy cruel ya que le quitaba los hijos a sus
súbditos, tarea que Hércules cumplió a la perfección disparando una
flecha que mató simultáneamente a los tres cuerpos de Gerión y de
paso al perro.
Como monumento a su viaje, Hércules levantó una columna en África
y otra en Tartessos, a la altura del estrecho que en el futuro se
conocerá como “Gibraltar”, y es por eso que este estrecho se
comenzó a llamar “las columnas de Hércules”.
De Tartessos quedará documentada la existencia de su último rey,
Argantonio, cuyo nombre significa “hombre de plata”, conocido por
su inconmensurable riqueza, sabiduría y generosidad. Igualmente
quedará el testimonio escrito de que éste fue un pueblo culto y
especialmente muy alegre, lo que heredarán todas las futuras
generaciones que nazcan en esta región, así como las pruebas de que
en esta península, que luego se conocerá como Península Ibérica,
vivió la primera gran civilización de occidente.
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SOY EL "PENSANTE" AMERICANO
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plantas extrañísimas y animales que no conocían; como eran muy
buenos cazadores y no venían pendiente de establecerse en ningún
lado, porque eran nómadas, cometieron un grave error: extinguieron
a muchas especies. Pero nosotros, sus descendientes, ya hemos
aprendido a convivir con la fauna y las maravillosas plantas
venenosas, medicinales y comestibles que sólo aquí se encuentran y
sembramos especies vegetales autóctonas como el tomate, el maíz,
la papa, el cacao y la yuca, que resultarán muy agradables al paladar
de los invasores.
Esto que se llamará América es lo más parecido a un paraíso:
tenemos una tierra pródiga que nos proporciona los más ricos y
exóticos frutos, selvas inmensas que se convertirán en el mayor
pulmón vegetal que exista en el futuro, grandes cantidades de agua
dulce que constituirán las mayores reservas del planeta y también
muchas riquezas: oro, plata y piedras preciosas, que serán la causa
de la destrucción de nuestras grandes civilizaciones.
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ME LLAMO ATAHUALLPA
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En mis peores momentos de tristeza pienso en mi infancia y
en lo que me contaba mi madre, la palla Tocto Ocllo Coca, sobre mi
nacimiento. Mi padre, el Sapa Inca Huaina Cápac, regresaba
victorioso de su largo viaje por las provincias del imperio cuando
recibió la noticia de que mi madre había dado a luz. Puedo
imaginarlo, como si lo estuviera viendo ahora, con su hermoso manto
de vicuña y su cetro de oro, trasladado en litera por ocho hombres,
como corresponde a un hijo directo del Sol. Decidió entonces darme
el nombre de Atahuallpa, que significa algo así como “gallo fuerte”, y
las fiestas se prolongaron por muchas días.
Ya por esta época, a través de los largos caminos empedrados,
llegaban los chasquis con sus penachos de plumas blancas y la
caracola que soplan con fuerza para indicar que se están
aproximando, con la noticia de que hombres extraños, que procedían
del mar, habían sido avistados. Pero ellos aún estaban muy lejos, muy
al norte de nuestras tierras.
Mientras esperan que terminen de llegar todos los cargamentos de
oro y plata nos distraemos con el ajedrez, un juego muy interesante
que me han enseñado, y en el intermedio converso con mis captores
ya que también he aprendido a entender su lengua: el español, que es
lo que se habla en el lejano país de donde proceden. A través de ellos
me he enterado de muchas cosas y ellos también están ávidos por
conocer más sobre nosotros. He intimidado especialmente con uno
de ellos: el principal de mis captores llamado Francisco Pizarro,
quien a diario visita mis aposentos.
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Nuestro sistema de información a través de los chasquis ha llamado
poderosamente la atención de los españoles y han llegado a decir
que, ni con los caballos más veloces, sería posible que las noticias
llegaran más rápido. Yo les cuento que es algo muy sencillo, que se
logra entrenando a los jóvenes desde muy niños para recorrer largas
distancias. Los chasquis tienen asignada una cuota diaria de
kilómetros: van de un tambo a otro, donde lo espera el próximo
emisario que recibe la información y sigue corriendo hasta la
próxima parada; así sucesivamente hasta el destino final. El tambo
es una especie de refugio que los vecinos del lugar se encargan de
mantener abastecido para que siempre haya leña, carne seca, agua,
papas y maíz, de manera que el chasqui que llega pueda comer,
descansar y luego volver a casa.
Tenía yo sólo trece años cuando partí a la Casa del Saber, la escuela
donde los hijos de la nobleza reciben la educación de acuerdo a su
rango; evoco esa época en la que me sentía muy inquieto por conocer
a los sabios y aprender las materias cuyos nombre me sonaban muy
extraños: Astronomía, Aritmética, Geometría, Medicina, Religión,
Historia y Formación Militar. Luego, al terminar mis estudios,
vendría la ceremonia para recibir mi huara -taparrabos como dirían
los españoles– señal de madurez y virilidad, pero cuando llegó ese
momento ya mi madre no estaba en este mundo.
Entonces partí con mi padre hacia el norte, en una campaña
destinada a apaciguar a algunos grupos de esa región, que se
extendió por muchos años; allí fue que me hice hombre y aprendí a
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gobernar como es debido y también allí fue donde mi padre falleció a
raíz de una terrible enfermedad.
Me han preguntado varias veces sobre la forma en que los chasquis
transportan las noticias, porque los españoles ya conocen que
nosotros, los incas, no conocemos la escritura. No entienden muy
bien como esto puede lograrse a través del quipu: instrumento
formado por una cuerda larga, de la cual cuelgan otras más cortas
con diferentes colores para diferenciar el asunto. Por ejemplo: negro
para el tiempo, rojo para la guerra, amarillo para el oro, blanco para
la plata, y así. En cada una de las cuerdas se hacen nudos, que
representan las cantidades, y de esa forma se transmite la idea con
absoluta exactitud.
Amanece un nuevo día. Anoche estuve soñando con mi bella coya, la
princesa Cuxirimay Ocllo; ahora vienen a mi mente los momentos
felices que pasé junto a ella, especialmente aquel día en que la tomé
como esposa principal.
Cuxirimay Ocllo era una “virgen del sol” y, como era debido por su
rango de princesa, fue criada en la “casa de las mujeres escogidas”.
Allí fue que aprendió a hilar primorosamente el fino tejido que sólo
puede usar la realeza, a preparar la chicha especial que se utiliza en
las ceremonias, a cocinar la comida destinada al palacio y también
recibió todos los conocimientos sobre religión que luego guiaron su
vida.
Francisco interrumpe mis ensueños. Me pregunta en qué pienso y le
hablo sobre las “vírgenes del sol”:
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-Desde que tienen diez años de edad, todas las descendientes del
linaje de los Sapa Incas que han gobernado, que son las princesas,
viven en la “casa de las mujeres escogidas” con otras “vírgenes del
sol”. Entre ellas está la destinada a ser la esposa del Sol, es decir la
esposa principal del nuevo Sapa Inca, y también las que serán
distinguidas como esposas secundarias. Igualmente, hay otras niñas
que son seleccionadas anualmente entre las más perfectas de cada
pueblo y que se casarán con otros notables de menor rango o, si esto
no sucede, servirán a la familia real hasta el final de sus días. Este
grupo se dedica también a elaborar tejidos, pero no con el hilo noble
que sólo puede ser usado por las princesas, y son las encargadas de
todos los quehaceres domésticos en la “casa de las mujeres
escogidas”.
Por último, le digo que sólo el Sapa Inca, la coya y sus hijas pueden
ver a las “vírgenes del sol”, ya que ellas no pueden tener ningún
contacto con el mundo exterior, y cambio de tema porque comienzo
a ver un brillo extraño en su mirada. Entonces Francisco, que se da
cuenta de que prefiero hablar de otra cosa, me comienza a relatar
anécdotas sobre conquistas de lejanas regiones en esto que ellos
llaman América.
Dice que una vez, cuando sus barcos navegaban por la zona central
de las tierras recién descubiertas, los agarró una terrible tormenta
que los arrastró hasta una costa donde, según luego contaron los que
sobrevivieron, se encontraron con tribus salvajes que mataron a
varios de los tripulantes, mientras que otros lograron profanar un
templo y robando, entre otras cosas, algunas prendas de oro,
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huyeron hacia una isla cercana ya dominada por los españoles. Así
supieron que los habitantes de aquella zona se llamaban mayas y que
aquellos lugares eran adecuados para ser saqueados, cosa que
hicieron años más tarde.
Esta segunda vez viajaron apertrechados y penetraron por uno de los
ríos, donde volvieron a encontrarse con los mayas que
intercambiaron algunos objetos de oro por otros de su interés que
llevaban los españoles. Además, los indios les contaron que en
dirección a la puesta del sol existía un fabuloso y rico imperio
dominado por un grupo llamado aztecas o mexica, lugar hacia el que
los conquistadores se dirigieron de inmediato.
Y tras algunos días de navegación subiendo por el cauce del río,
comprobaron la veracidad de lo dicho por los mayas: encontraron
una majestuosa ciudad y una civilización que los sorprendió
muchísimo, ya que hasta ese momento los españoles sólo habían
tenido contacto con tribus de organización muy simple y éste era un
pueblo culto y estructurado.
Los aztecas, o mexicas como preferían llamarse, decían que
provenían del norte, de un país de tierra colorada y poco fértil. Pero
su dios Huitzilopochtli, uno de los creadores y dios de la guerra y del
sol, quien adornaba su cabeza con plumas de colibrí, les ordenó
conseguir un lugar más apropiado; así emprendieron un largo viaje
hacia el sur, que duró más de siete siglos. Fueron tratando de
quedarse en varios lugares pero tenían un gran defecto: eran muy
belicosos, entonces siempre terminaban peleándose con los vecinos
y se marchaban.
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Un día apareció otra vez Huitzilopochtli, para indicarles que
siguieran en la búsqueda y que encontrarían un lugar donde un
águila estaría devorando a una serpiente, lo que significaría que ese
era el sitio adecuado para establecerse definitivamente. Fue así que
llegaron a un lago al que llamaron Texcoco, cuyo nombre en su
idioma significa “corazón de la Tierra”, y en su centro construyeron
su capital, que bautizaron como Tenochtitlan.
Llenaron el lago, que era poco profundo, de islas artificiales hechas
con cañas y plantas tejidas, donde sembraron verduras y flores y
comenzaron a criar aves domésticas. También hicieron puentes y
caminos para conectar la ciudad con tierra firme, y grandes canales
para trasladar los víveres más fácilmente.
A partir de aquel enclave fueron conquistando otros pueblos,
formando un gran imperio que comprendía un área muy extensa y
desarrollando una gran cultura que dominaba la escritura y poseía
su sistema de numeración. También se destacaron por su sofisticada
arquitectura, construyendo gigantescas pirámides sobre las que
ubicaban sus templos y tenían tres calendarios, uno de los cuales
comenzaba cada cincuenta y dos años, momento en el que se volvía a
encender el fuego sagrado.
Los mexicas tenían varios dioses. Además de Huitzilopochtli, otro de
los principales era Quetzalcóatl, dios del viento, de la vida, de la
mañana y del planeta Venus. Quetzalcóatl se representa como una
serpiente emplumada y su nombre proviene del ave quetzalt, que
tiene hermosas plumas de color verde, azul y rojo y vive en la selva, y
de la palabra “coalt” que significa serpiente, simbolizando así la
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dualidad del ser humano que se arrastra con el cuerpo y vuela con el
espíritu.
Este fabuloso imperio tenía un gran jefe llamado Moctezuma, quien
antes de la llegada de los conquistadores, según le contaron los
traductores a los españoles, recibió varias señales que le anunciaron
el declive de su reino: una estela de fuego apareció en el cielo
nocturno, el templo del dios Huitzilopochtli se incendió, parte de
Tenochtitlan se hundió y Moctezuma veía gente con un cuerpo y dos
cabezas que aparecían y luego desaparecían; posteriormente
entendió que eran los hombres montados a caballo.
Pues poco más tarde llegaron los invasores con muchos soldados y
cañones. Junto a miles de aliados indígenas que odiaban a los
aztecas, conquistaron en dos años aquel hasta entonces temible
imperio. Entonces los españoles mataron a Moctezuma y saquearon
todos sus tesoros llevándose grandes cantidades de oro, plata y
piedras preciosas.
A veces cierro los ojos y mi alma se escapa a recorrer esos lugares
que probablemente ya más nunca volveré a ver. Vuelo como un
cóndor por encima de la cordillera nevada que los españoles llaman
Andes, quizás porque han escuchado mal su nombre en quechua:
“Anti”, que significa “oriente”. Me siento sobre las terrazas
sembradas en las laderas de las montañas y le doy gracias a la
Pachamama –nuestra madre tierra- por tanta abundancia. Subo
cientos de escalones de piedra y llego a la alta cúspide de mi “waca”
preferida -que los españoles llaman pirámide- saludo al dios que allí
vive y luego me voy al sur, al alto lago azul, tan ancho como el mar y
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el más precioso de cuantos puedan existir, morada de Wiracocha y
de cuya espuma surgieron Manco Cápac y Mama Ocllo para fundar el
imperio inca.
Por aquellos días en que murió mi padre ya los hombres blancos se
estaban acercando a nuestras costas; todos comentaban extrañados
que eran barbudos, de pelo rubio y ojos claros, iguales al creador del
mundo, Wiracocha ¿Sería que Wiracocha ya regresaba?
La historia de Wiracocha es una de las preferidas de Francisco y he
tenido que narrársela varias veces; entiendo que le agrada pensar en
que los hayamos confundido con dioses. Le vuelvo a repetir que
Wiracocha apareció en el gran lago Titicaca creando al hombre, a la
mujer, a los animales y a las plantas. Sus primeros hijos fueron
Manco Cápac y Mamá Ocllo, a los que advirtió que deberían buscar
un lugar adecuado donde multiplicarse, que sería aquel donde la vara
de oro que les entregó se hundiera en la tierra, lo cual sucedió en
Cuzco. Entonces Manco Cápac enseñó a los hombres a construir
casas, a sembrar el maíz y a fabricar canales de riego para que la
Pachamama fuera pródiga. Por su parte Mamá Ocllo enseñó a las
mujeres a hilar, a tejer, a cocinar y a educar correctamente a sus
hijos. Posteriormente Wiracocha, quien era un hombre blanco de
larga barba y siempre andaba acompañado de un pequeño pajarito
llamado “Inti” -que significa “Sol”- desapareció misteriosamente en el
mar diciendo que algún día volvería.
Suenan caracolas a lo lejos y yo recuerdo a mi padre en el momento
de su muerte. Fue un día muy triste, como hoy. Me llamó a su lado y
me dijo lo que luego dejó escrito en su testamento: que yo debía ser
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el soberano de las tierras del norte, mientras que mi hermano
Huáscar, hijo de la coya Rahua Ocllo, su esposa principal, debía
gobernar en el Cuzco. Luego, muchos malos entendidos, cuyo origen
no atino a determinar, hicieron que al poco tiempo comenzara una
sangrienta y larga guerra entre nosotros. Ahora mi hermano ha sido
víctima de un cruel asesinato y muchos dicen que ha sucedido por
instrucciones mías.
Hoy Francisco está muy silencioso, lo noto bastante preocupado pero
no quiero preguntarle al respecto; para buscarle tema de
conversación le pido que me vuelva a contar sobre esos otros
pueblos que los españoles han conquistado.
Entonces parece animarse un poco y me dice que aquel pueblo maya,
con el que se encontraron cuando sus naves perdieron el rumbo por
la tormenta y que luego les indicó donde estaban los aztecas, todavía
lucha contra ellos en un lugar que llaman Yucatán: han resultado
demasiado aguerridos y no ha habido manera de dominarlos. Los
españoles tienen una extraña mezcla de aversión y admiración hacia
nosotros los indios.
Por lo que han averiguado a través de los traductores, los mayas
tienen una misteriosa y fascinante historia, que narra la existencia de
la cultura más avanzada de las que se han conocido en este
continente, aunque ésta ha quedado escondida en su pasado. Por
alguna razón ignorada hasta ahora, tuvieron que abandonar sus
esplendorosas ciudades -que mayormente se encontraban en zonas
selváticas- y huir en la búsqueda de nuevos horizontes. Ahora viven
agrupados en poblaciones donde siembran maíz, hacen hermosas
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piezas de cerámica, confeccionan bellos tejidos, siguen practicando
sus ceremonias y manteniendo su cultura ancestral, y combaten
ferozmente contra los conquistadores. Dicen los mayas que sus
antepasados escribieron libros en una especie de papel que
fabricaban a partir de la corteza de los árboles y rememoran sus
profundos conocimientos sobre Medicina, Astronomía y
Matemática.
Por lo visto todos los pueblos de esa zona tienen mucho en común; lo
que me cuenta hoy Francisco me recuerda la historia de los aztecas o
mexicas, especialmente por sus dios emplumado, que los mayas
llaman Kukulkan, por sus pirámides y por sus calendarios.
La forma como los mayas miden el tiempo me ha cautivado,
especialmente su concepto de que el tiempo es como una rueda, que
al girar hace repetir eventos que sucedieron hace miles de años.
Hablan de que existen tres calendarios: uno normal que se guía por
el ciclo solar y tiene que ver con las estaciones del año. Otro, el
calendario sagrado, usado para festividades religiosas, que cada
cincuenta y dos años coincide con el anterior, y un tercero: el
calendario cósmico, que marca acontecimientos estelares y se
denomina “de cuenta larga” porque cada ciclo dura más de siglo y
medio. A través de éste han legado varias profecías que se
encuentran escritas en sus libros.
Ahora Francisco se queda en silencio y me mira de una forma
diferente; pone su mano en mi hombro y se marcha sin decir palabra.
Me inquieta de sobremanera su actitud y presiento que algo no muy
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bueno está por suceder. Creo que mi padre, el dios Sol, está por
llamarme a su lado.
Me entero de que han llegado españoles nuevos que no habían
estado antes por aquí, se siente mucha tensión en el ambiente. Creo
escuchar que discuten sobre la conveniencia de matarme; están muy
asustados porque dicen que grupos de incas armados viene del
norte.
Tal y como mi instinto me lo advertía, aparece el cura a comunicarme
que he sido juzgado y encontrado culpable de asesinar a mi hermano,
así como de alta traición porque he conspirado organizado ataques
en su contra.
Hoy muero, pero mi cultura se mantendrá viva por los siglos de los
siglos. La Historia retumbará para siempre por las calles empedradas
de Cuzco y de todo el imperio, y llegará el día en que nuestra raza
volverá a gobernar esta tierra que nos pertenece por derecho.
Fin
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PEQUEÑA CRONOLOGÍA
(Tiempos estimados: existen diversas teorías)
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Lucy: se asume que vivió hace 3.2 millones de años.
Final de la última glaciación: hace 12.000 años
El nearthental: vivió en el período de tiempo comprendido
entre 280.000 y 28.000 mil años atrás.
Homo Sapiens africano: el fósil más viejo encontrado vivió
hace 36.000 años.
Migración del homo sapiens hacia el continente americano: se
cree que sucedió hace unos 15.000 años.
Edad de los Metales: comienzo hace aproximadamente 6.000
años.
Civilización sumeria (Mesopotamia): data de la primera ciudad
estado, se estima su comienzo hace 5.500 años.
Civilización egipcia: fundación de la Dinastía I por Menes. Se
supone que sucedió hace aproximadamente 5.150 años.
Final del Reino de Tartessos: se asume que sucedió en el año
500 a.C., hace más o menos 2.500 años.
Decadencia de la Cultura Maya: se cree que ocurrió en el año
1.200 de nuestra era, hace aproximadamente 800 años.
Final del Imperio Azteca: sucedió en el año 1.521 de nuestra
era. Hace 493 años.
Muerte de Atahuallpa: ejecutado el 26 de julio de 1.533. Hace
481 años.
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