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"La vivienda tiene que moverse pese al terremoto

porque permite que no se caiga"

 La Asociación de Constructores y Promotores de Granada


lanza un mensaje de "tranquilidad" respecto a la clara
fiabilidad de los edificios y viviendas
 El Colegio de Arquitectos de Granada también señala la
importancia de la Norma Sismoresistente que viene
adaptándose desde los años 60 del siglo XX

Un proceso de edificación en Granada / JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS


El gerente de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada
(ACP), Francisco Martínez-Cañavate, ha querido mandar un claro mensaje
de "tranquilidad" frente a la ola de terremotos basado en la
importante Norma de Construcción Sismorresistente, cuya última
modificación data de 2002. De la misma manera, unos protagonistas
principales como los arquitectos también han puesto el foco sobre esa
normativa que hace que se lleven décadas revisando los edificios y
viviendas en general.

"La norma es completa para todo el territorio nacional, pero trae unos
anexos municipio a municipio", apunta el presidente de la patronal
incidiendo en esa cuestión diferencial de Granada respecto a otras
provincias. Así, explica que es algo muy claro y que es prioritario cuando
se piensan y se proyectan los edificios. "Las viviendas se plantean con la
normativa sísmica en vena", ha señalado Martínez-Cañavate, quien ha
detallado que ya al inicio del proyecto se hace un planteamiento global
de la situación.

"La vivienda tiene que moverse porque el movimiento permite no caerse,


tiene que haber flexibilidad para evitar la rotura", ha destacado el gerente
de la ACP Granada, incidiendo en que "estamos tranquilos tras muchos
terremotos que evidentemente son desagradables y dan susto", pero en
los se ha demostrado la eficiencia, resistencia y solvencia de las
construcciones granadinas.

Evidentemente, cuanto más alta está la zona del edificio mayor es el


zarandeo y más parece moverse el suelo por la sensación de altitud, lo
que también lleva en casos como la noche de este martes al pánico. "Las
viviendas no se caen, no se destruyen", remarca Martínez-Cañavate,
quien apunta esa preparación en esta zona sísmica y la especial
sensibilidad que se ha tenido desde hace muchas décadas en Granada.
"La realidad es que pueden pasar pequeñas grietas, pequeñas fisuras,
molestias a nivel estructural pero no ha pasado nada importante",
subraya el gerente de los constructores granadinos, que ha hecho a su
vez un advertencia ante el peligro de salirse a la calle ya que si puede
haber cornisas, balcones, una maceta o tejas que por las inclemencias
meteorológicas estén sueltas. "Salirse a la calle tiene riesgos
inherentes", indica salvo en casos donde hay un espacio abierto muy
claro.

Los arquitectos defienden la Norma


Sismorresistente
Por su parte, el Colegio de Arquitectos de Granada ante la alarma
generada por la insistente actividad sísmica de estas pasadas semanas,
acentuada desde el pasado sábado día 23, ha querido informar de que
"desde finales de la década de los años 60 del pasado siglo XX, el parque
inmobiliario edificado en España y más concretamente en la provincia de
Granada, ha sido proyectado cumpliendo las exigencias y prescripciones
obligatorias de las diferentes Normas Sismorresistentes que se han ido
aprobando hasta nuestros días (PDS-1, NCSE-94, NCSE 02)".

Así, a lo largo de estos años cualquier edificio construido desde


entonces, sujeto a autorización administrativa (licencia de obras) previo
visado preceptivo por el Colegio Oficial de Arquitectos, ha tenido que
cumplir con las referidas normativas, cuyo fin principal es evitar el
colapso de las estructuras de los edificios y, en la medida de lo posible,
daños personales a sus habitantes.

Se trata, pues, que la estructura soporte el movimiento ocasionado por el


terremoto minimizando aquellos daños materiales que puedan
producirse en el resto de elementos constructivos de carácter secundario
(instalaciones, tabiques, fachadas, pretiles, cornisas, revestimientos, etc)
cuya rigidez a veces no es compatible con las oscilaciones sísmicas
provocando roturas o caídas a vía pública, con el consecuente peligro
para las personas que transitan junto a los edificios.

Por ello en el caso de abandonar el edificio se aconseja alejarse lo más


posible y permanecer en espacios abiertos y protegidos de caídas de los
citados elementos constructivos.

Ante una actividad sísmica moderada como la que viene sucediendo, con
origen según los expertos en geodinámica y geofísica, en las numerosas
y pequeñas fallas existentes en el territorio de Granada y su entorno, las
estructuras de los edificios, ejecutadas conforme a la normativa en vigor,
están diseñados para soportar dicha actividad. Los demás daños que
pudieran ocasionarse en otros elementos constructivos deberán ser
supervisados por técnicos en la materia, que evaluarán la envergadura
de los mismos e informarán sobra las actuaciones a seguir para
restablecer sus condiciones de servicio.

https://www.granadahoy.com/granada/edificios-viviendas-construccion-terremotos-

Granada_0_1541846300.html
Reseña
Es muy acertado apuntar estas contradicciones porque resulta más que evidente que las dos

realidades no pueden ser ciertas: o los edificios cumplen o no lo hacen. Dado que en el otro

artículo a personas con nombres y apellidos que avalan la información y que dicha

información surgió de un congreso de especialistas, tiendo a pensar que efectivamente gran

parte de la edificación no está preparada para un sismo de una magnitud sería.

"La vivienda tiene que moverse porque el movimiento permite no caerse, tiene que haber

flexibilidad para evitar la rotura", ha destacado el gerente de la ACP Granada, en base a esta

afirmación entendemos la importancia del diseño estructural a realizar, teniendo en cuenta

toda la normatividad actual, cumpliendo con todos los requerimientos necesarios para el

desarrollo de una edificación sismoresistente, con todo los estudios necesarios para avalar

dicha certificación.

Haciendo un paréntesis, la arquitectura debe adaptarse a su entorno, envolver y proteger al

usuario de las fuerzas externas, ya sean lluvia, nieve, uv, granizo entre otros, pero no solo

debe limitarse a ello, sino también soportar hechos naturales como un sismo, cuyo fin

principal es evitar el colapso de las estructuras de los edificios, minimizando aquellos daños

materiales que puedan producirse en el resto de elementos constructivos de carácter

secundario (instalaciones, tabiques, fachadas, pretiles, cornisas, revestimientos, etc) cuya


rigidez a veces no es compatible con las oscilaciones sísmicas provocando roturas o caídas a

vía pública no es un requisito que simplemente se deba cumplir, es una necesidad primaria

y para nosotros como arquitectos es un deber, ya que diseñamos espacios con un único

enfoque, siendo este el más primitivo que es el de proteger.

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