Número 42

Viernes, 22
de abril
de 2011
El perseguidor
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EL BUEY SOBRE EL TEJADO MANUEL HERNÁNDEZ
En torno “Bolívar declara la guerra a
al himno de Riego muerte a los españoles y canarios
para potenciar la americanidad”
por por
SEVERO SERVANDO EDUARDO GARCÍA ROJAS

LOS ABORÍGENES CANARIOS EN EL CINE

Repaso urgente a las películas de ficción y documentales que
se han rodado sobre los primeros pobladores del archipiélago
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2 El perseguidor
MANUEL HERNÁNDEZ GONZÁLEZ/ Historiador
El profesor titular de Historia de América de la Universidad de La Laguna y coordinador del Centro de Documentación de Canarias y América
(Cedocam), Manuel Hernández González, es autor de dos interesantes trabajos de reciente publicación. Ambos estudios han sido editados en
la colección Desde América de Ediciones Idea, y llevan por título Los canarios en la independencia de Venezuela y En el vendaval de la revolución.
La trayectoria vital del ingeniero venezolano José de Pozo y Sucre (1740-1819). En esta entrevista, Hernández González habla sobre la notable
presencia de isleños y descendientes de isleños en los distintos procesos independentistas de la antigua colonia española, una “guerra civil” en
la que destacó, entre otros, el papel de canarios como Francisco Tomás Morales y Juan Domingo de Monteverde y Rivas en el bando realista y
Fernando Key y José Antonio Páez en la facción que luchaba en favor de la independencia.
“SIMÓN BOLÍVAR DECLARA LA
GUERRA A MUERTE PARA
POTENCIAR LA AMERICANIDAD”
EDUARDO GARCÍA ROJAS
- ¿Qué ha tratado de contar con Los cana-
rios en la independencia de Venezuela?
- El libro que se edita dentro de la colec-
ción Desde América estudia cuál fue el
papel de los canarios en la independencia
de Venezuela analizando primeros los orí-
genes, como la revuelta de San Felipe,
Yaracuy, 1741 y ese acto de reafirmación
de la identidad venezolana que fue la
rebelión encabeza por Juan Francisco
León contra la compañía Guipuzcoana en
1749. Tras la invasión napoleónica de la
península ibérica en 1808, el volumen
explica cómo afectó a Venezuela así como
los intentos de crear las primeras Juntas,
integradas por muchos canarios y en con-
creto la de Caracas que suscitará la inde-
pendencia de Venezuela de la Corona de
España el 19 de abril de 1810 al conver-
tirse en expresión de la soberanía y en
gobierno --no de hecho pero sí de dere-
cho-- que proclamará finalmente la inde-
pendencia de la que se conoce como pri-
mera república en 1811. En todo este pro-
ceso los canarios juegan un papel protago-
nista porque estaban integrados en la
sociedad venezolana y la mayoría de ellos
eran partidarios del libre comercio que el
monopolio español les había negado hasta
entonces aunque por razones de otras gue-
rras internacionales se podía comerciar en
lo que se conoció como comercios neutra-
les.
- ¿Qué canarios apoyan la independencia
de Venezuela?
- Los canarios que formaban parte de la
Junta. Entre los que destaca quien llegó a
ser primer ministro de Hacienda de la
república, Fernando Key Muñoz, natural
de Icod de los Vinos, y varios diputados en
el parlamento que se constituye y el Ayun-
tamiento de Caracas, donde la mayoría de
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sus miembros son naturales de las islas, servicio de los mantuanos, la oligarquía zos, excelentes jinetes y lanceros, se hacen
comenzando por su alcalde. El problema venezolana, porque en la misma solo los realistas porque identifican república con
surge porque todo este proceso, apoyado ricos tienen derecho al voto y a la privati- oligarquía. Los llaneros estaban dirigidos
por la oligarquía, degenerará en rupturas zación de las tierras de los llanos. Por esta por el asturiano Boves pero al morir será
con las clases menos favorecidas que con- y otras razones, el pueblo se pone del lado un grancanario natural de El Carrizal,
sideran que la primera República está al de la contrarrevolución, en la que también Francisco Tomás Morales, quien se con-
hubo muchos canarios, tantos que quien
los capitanea es el lagunero Juan
Domingo de Monteverde y Rivas, que
Los llaneros estaban había sido marinero y participado en la Los canarios
batalla de Trafalgar y primo hermano de
dirigidos por el varios dirigentes de la revolución y del continúan siendo
mismo Simón Bolívar porque hay que
asturiano Boves pero recordar que los Rivas se casaron con tres
ignorados en muchos
al morir, será un
hermanas de la madre del Libertador.
- ¿Qué es lo que hace Domingo de Monte-
aspectos. Incluso la
grancanario natural verde y Rivas?
- Lo primero que hace es proclamarse,
importancia decisiva
de El Carrizal, sin contar con el beneplácito de las autori- que tuvieron en la
dades españolas, capitán general de Vene-
Francisco Tomás zuela y derrotar a la primera república, a configuración de la
la que obligó a capitular. Este gobierno de
Morales, quien se Monteverde y Rivas se conoce en la histo- sociedad colonial
riografía venezolana como la conquista
convierta en su jefe y canaria, al estar la Junta integrada mayo- venezolana. Se
ritariamente por isleños lo que origina
ocupe Caracas y esté a resentimientos en el resto de la sociedad destaca más a los
venezolana. Resentimientos que ya esta-
punto de invadir la ban larvados desde la época de la inde- vascos, quizá porque
pendencia. Juan Manuel Cagigal llama a
isla de Margarita en los canarios “esos tales africanos” y el
un historiador
1814, año en el que
regente de la Audiencia, el dominicano
Heredia, define a los isleños en su diario
venezolano, Arístides
España, liberada ya como personas “zafias y cerriles, sinó-
nimo de la barbarie, la ignorancia y la rus-
Rojas, escribió sobre
de la ocupación ticidad”. Este gobierno tuvo pocas posibi- el elemento vasco en
lidades de subsistencia, por eso, cuando
francesa y con Bolívar declara la guerra a muerte a espa- Bolívar cuando
ñoles y canarios pretende potenciar la
Fernando VII en el americanidad. Es decir, a cuchillo con los Bolívar tuvo
que no se sientan americanos. Ya no vale
trono, envía tropas ser indiferente. Sin embargo, el proyecto antepasados vascos
de Bolívar es también un proyecto de la
profesionales oligarquía y los llaneros, blancos y mesti- como canarios
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MONTEVERDE Y RIVAS Y LA CONQUISTA CANARIA

Lo primero que hace es proclamarse, sin contar con el
beneplácito de las autoridades españolas, capitán general
de Venezuela y derrotar a la primera república, a la que
obligó a capitular. Este gobierno de Monteverde y Rivas se
conoce en la historiografía venezolana como la conquista
canaria, al estar la Junta integrada mayoritariamente por
isleños lo que origina resentimientos en el resto de la
sociedad venezolana. Resentimientos que ya estaban
larvados desde la época de la independencia. Juan Manuel
Cagigal llama a los canarios “esos tales africanos” y el
regente de la Audiencia, el dominicano Heredia, define a
los isleños en su diario como personas “zafias y cerriles,
sinónimo de la barbarie, la ignorancia y la rusticidad”. Este
gobierno tuvo pocas posibilidades de subsistencia, por eso,
cuando Bolívar declara la guerra a muerte a españoles y
canarios pretende potenciar la americanidad. Es decir, a
cuchillo con los que no se sientan americanos. Ya no vale
ser indiferente. Sin embargo, el proyecto de Bolívar es
también un proyecto de la oligarquía y los llaneros, blancos
y mestizos, excelentes jinetes y lanceros, se hacen realistas
porque identifican república con oligarquía. Los llaneros
estaban dirigidos por el asturiano Boves pero al morir será
un grancanario natural de El Carrizal, Francisco Tomás
Morales, quien se convierta en su jefe y ocupe Caracas y
esté a punto de invadir la isla de Margarita en 1814, año en
el que España, liberada ya de la ocupación francesa y con
Fernando VII en el trono, envía tropas profesionales
poniendo fin a un período hasta entonces que puede ser
descrito como de auténtica guerra civil.

vierta en su jefe y ocupe Caracas y esté a

punto de invadir la isla de Margarita en
1814, año en el que España, liberada ya de
la ocupación francesa y con Fernando VII
en el trono, envía tropas profesionales
poniendo fin a un período que puede ser
descrito como de auténtica guerra civil.
- ¿Cómo afecta la llegada de este ejército
profesional español al curso de la historia de
la independencia venezolana?
- Este ejército estaba formado por diez
mil hombres al mando de Pablo Morillo,
quien nada más desembarcar en tierras
venezolanas tiene que subsanar los pro-
blemas económicos que significa mante-
ner a esa tropa. Para ello, secuestra
haciendas y desprecia a los llaneros y esas
decisiones dividen una vez más a la socie-
dad venezolana. Se producen deserciones
entre los llaneros y Bolívar, que se había
dado cuenta que no podía ganar la guerra
con un ejército de la oligarquía manda a
transmitir a través de un descendiente de
canarios, José Antonio Páez, que todos los
llaneros desengañados con España tienen
un puesto en sus tropas. Para hacer más
atractiva su oferta, Bolívar pone fin a la
jerarquía de mandos por criterios étnicos
y promete tierras. En este sentido, cabe
destacar que Páez llegará a convertirse en
uno de los mayores terratenientes de la
América Latina, así como primer presi-
dente de Venezuela.
- Y muchos canarios se pasan al ejército
independentista.
- Entre otros, el grancanario Blas Cer-
deña, que será mariscal del ejército del
Perú y que contribuyó a aplastar al ejér-
cito realista en la batalla de Carabobo, en
1821. Ese ejército formado mayoritaria-
mente por llaneros conquistará también
Colombia, Ecuador y Bolivia. Lo que
explica, como llega a anotar un canario
partidario de la independencia, el cambio
y que se disolviera los odios hacia los cana-
rios en una guerra que fue brutal en Vene-
zuela.
- Hasta que punto se olvidan estos odios.
- Pues hasta el punto que muchos cana-
rios son aceptados y se nacionalizan.
Cuando Páez crea en 1830 la gran repú-
blica de Venezuela, poniendo fin al expe-
rimento bolivariano de la Gran Colombia, ral es Canarias. - ¿Qué canarios a favor del bando realista
lo primero que hace es promover en exclu- - ¿La independencia de Venezuela pudo y de la independencia destacaría en este
siva la emigración de los canarios a Vene- haber sido evitable? capítulo de la historia?
zuela. Su gobierno, además, está formado - América Latina se hubiera independi- - Hay muchos nombres como Fernando
por descendientes de canarios y por isle- zado de España tarde o temprano pero de Key, ministro de Hacienda y que siempre
ños que, como José Luis Cabrera, fue uno no haber sucedido lo que aconteció en defendió la independencia, y cuyo her-
de los firmantes del acta de independen- 1808 se hubiera demorado más en el mano Santiago llegó a ser diputado en las
cia; o Juan Antonio Pineda, editor del pri- tiempo y no sé yo si de manera tan uni- Cortes de Cádiz. También José Luis
mer periódico dominicano. forme. Esta es la diferencia con Brasil. Hay Cabrera, médico y el único canario fir-
- Creo que en Venezuela se conocía a los que entender que de la noche a la mañana mante del acta de independencia, aunque
canarios como godos. con la ocupación peninsular de los france- la misma está rubricada también por die-
- Así se denominó a los partidarios rea- ses y la abdicación de Carlos IV y Fernando cisiete hijos de canarios. Cito también a
listas y después a los conservadores, VII en favor de José I, lo que hasta enton- Antonio y Domingo Ascanio Franchy
muchos de los cuales eran canarios o des- ces era España desaparece y las colonias Alfaro, el segundo llegó a ser secretario
cendientes de canarios. Los tres primeros se quedan independientes de hecho por- personal de Simón Bolívar; el portuense
presidentes de la república fueron, de que se disuelve el aparato del Estado y en Eduardo Barry, cónsul en los Estados Uni-
hecho, canarios, como Páez, José María las colonias surge la necesidad de tomar dos. Y en el bando realista a Domingo
Vargas y Carlos Soublette. las riendas del poder. En Brasil, por el con- Monteverde y Rivas, que fue el artífice del
- Siempre me he preguntado porque Bolí- trario, cuando los franceses invaden Por- fin de la primera república, así como Fran-
var hace ese distingo entre españoles y cana- tugal, la armada británica traslada al rey cisco Tomás Morales, entre otros.
rios cuando llama a la guerra a muerte. y su corte a la colonia y no se produce un - Por lo que explica el papel de los canarios
- Pues porque en aquel tiempo Canarias vacío de poder. La paradoja es que en fue fundamental en la independencia de
es un territorio ultramarino y por eso se 1814, cuando Portugal deja de estar ocu- Venezuela. La pregunta es: ¿lo reconoce así
diferencia de la península. El mismo Hum- pada por Francia, el monarca decide que- la historiografía venezolana?
boldt en su correspondencia señala que darse en Brasil y por primera vez en la his- - Continúan siendo ignorados en
salvo La Habana, la única colonia espa- toria una colonia se convierte en capital muchos aspectos. Incluso la importancia
ñola que conoce con un cierto nivel cultu- de la metrópoli. decisiva que tuvieron en la configuración
de la sociedad colonial venezolana. Se
destaca más a los vascos, quizá porque un
historiador venezolano, Arístides Rojas,
escribió sobre el elemento vasco en Vene-
En el vendaval de la revolución zuela a raíz de los antepasados de Bolívar
cuando Bolívar tuvo antepasados vascos
como canarios. Lo vasco queda muy bien
El historiador Manuel Hernández es autor también del volumen En el vendaval de la como raza indómita y Rojas quiso así
revolución. La trayectoria vital del ingeniero venezolano José de Pozo y Sucre (1740- encarnarlo en Bolívar, mientras que lo
1819), protagonista que si bien apenas tiene vinculación con Canarias, es un perso- canarios se identificaban como persona
naje fundamental para entender el desarrollo de la ingeniería en este país latinoa- bruta, el campesino inculto y de raza
mericano. José de Pozo y Sucre cursó estudios en Segovia, Madrid y Barcelona y impura.
participó en la guerra de independencia de Estados Unidos, en la revolución fran- - Entiendo entonces que oficialmente
cesa y en el sitio a la ciudad de Cádiz por las tropas francesas, donde llegó a ser existe una cierta indiferencia al papel de los
director de su Academia de Matemáticas y ciudad falleció siendo jefe de ingenieros. canarios en la independencia de Venezuela.
Entre sus trabajos destaca el diseño en Caracas del mayor túmulo funerario erigido - Indiferencia, sí, pero que olvida que
en Venezuela y consciente de la postergación sufrida por los criollos en los cargos incluso la única mujer de Bolívar llevaba
públicos, se incorporó al proyecto independentista de Francisco de Miranda. sangre canaria.
4 El perseguidor
EN MEMORIA
UN CINEASTA LLAMADO
RICHARD LEACOCK
La primera película del llamado pionero del cinema verité
la rodó en Gran Canaria en 1935 siendo aún un adolescente
EDUARDO GARCÍA ROJAS
E
l pasado 23 de marzo falleció el
cineasta Richard Leacock. Algu-
nos lo consideran pionero del
cinema verité. También respon-
sable involuntario de movi-
mientos como el free cinema británico o la
nouvelle vague francesa.
Leacock dirigió en Gran Canaria su pri-
mera película con solo catorce años,
Canary Bananas (1935), realizada por
encargo del Sindicato Agrícola del Norte
del que su padre, David Leacock, era presi-
dente.
Con el cine que rodó Leacock se produce
un fenómeno interesante y quiero pensar
que de notable actualidad para un grupo
de cineastas canarios que apuesta con
rodar con lo puesto. Hay que destacar, no
obstante, que Leacock siempre despreció la
ficción en favor de registrar acontecimien-
tos en directo.
La mayoría de ellos rodados cámara en
mano y sin tener en cuenta las más elemen-
tales reglas narrativas porque lo que le inte-
resaba era el momento.
A mi me gusta pensar que se trató de un
cineasta libertario. Un ácrata que en vez de
espada tuvo una cámara con la que fue tes-
tigo de las tensiones entre cubanos y norte-
americanos en Yanquis no! (1960) y del
seguimiento de la campaña que emprendió
John Fitzgerald Kennedy para convertirse
en el trigésimo quinto presidente de los
Estados Unidos en Primary (también de
1960).
A continuación reproduzco una serie de
fragmentos de una entrevista que mantuve
con Richard Leacock cuando visitó Tene-
rife con motivo de un amplio ciclo que le
dedicó la Filmoteca Canaria en marzo de
1993 (1).
CANARY BANANAS
“Canary Bananas nació como una película
de promoción. También como una necesi-
dad para compartir con el público lo que
significaba estar en Canarias. Para mí, en
aquellos años, era como una especie de
paraíso perdido y quería explicar cómo era
la vida aquí. Cuatro generaciones de mi
familia paterna pertenecía a esta tierra, así
que los viajes de mi infancia fueron entre
Gran Canaria y Londres. Esta isla forma
parte de mi niñez y me trae recuerdos muy
entrañables, todo lo encontraba fascinante.
De la finca de mi padre me fascinaban las
RICHARD LEACOCK.
maquinarias y cortadoras de plátanos. Fue
aquí, además, donde aprendí a filmar.”
DOCUMENTAL SÍ, FICCIÓN NO
“Descubrí que podía rodarlos inmediata-
mente. No tenía que aprender. Creo que el
documental debe nacer espontáneamente
y Canary Bananas, mi primera experiencia
tras la cámara es una buena muestra de
ello a pesar de que hoy apenas se aprecie el
complejo proceso que tuve que hacer para
llevarlo a cabo. Las películas de ficción son
otro mundo y para mi muy aburrido. En
este tipo de cine no te sientes un cineasta
sino un técnico porque nunca hay sorpre-
sas. Los personajes lloran o no lloran pero
¿a quién le importa? La mayoría de los cine-
astas de mi generación empezaron como
cámaras e inmediatamente se convertían
en realizadores. El cámara era entonces un
técnico de segunda fila. La diferencia de
Robert Flaherty con todos ellos era que él
se sentía cámara antes que
director.”
ROBERT FLAHERTY
“Cada secuencia resultaba
una nueva experiencia.
No tenía reglas. Cada
plano era un misterio con
su solución. Con él
aprendí a rodar de esta
manera, a aprender a des-
cubrir las posibles solucio-
nes que una historia te
ofrece. Es probable que te
equivoques, pero tienes
que descubrir los errores.
En su Lousiana Story
(1948) hay un momento
en el que se observa a las
perforadoras sacando
petróleo. Recuerdo que
rodamos esa escena un
día con mucha luz, muy
hermoso, pero a él no le
gustó. Y a pesar de no con-
tar ya con dinero ni
tiempo se empeñó en
repetirla pero de noche. Y
como siempre, tuvo
razón. Como persona Fla-
herty era muy difícil pero
con él aprendí la función
real de la cámara, qué hay
que hacer con la cámara:
que trabaje como un ojo
inquieto.”
EL CINE ES IMAGEN EN MOVIMIENTO
“En mis películas doy prioridad a la imagen
así que las palabras son mínimas. Cuando
retrato a una persona quiero que el espec-
tador aprenda algo de ella. El texto de
apoyo de A Stravinsky Portrait (1965) es
mínimo. En Happy Mother’s Day (1963), lo
que se escucha de fondo es una parodia, un
texto muy estúpido.”
MONTAJE “Depende del tipo de
documental. En Jazz Dance (1954), por
ejemplo, estaba condicionado por el
montaje pero fue así por el mismo
rodaje. Hoy ya no ruedo así. En estos
momentos, mi mujer y yo rodamos una
película en la que ya hemos invertido
dos años y cada cosa que registramos
con la cámara lo montamos
inmediatamente después y acumulamos
material. El problema es seleccionar
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imágenes que no tienen lógica pero sí
son muy emocionales.”
RODAR
“Creo que hay que rodar al momento. Les
Oeufs a la Coque de Richard Leacock (1991)
cuenta con escenas filmadas en condicio-
nes de luz mínima pero a mi me parecen
maravillosas. En mis películas nunca se uti-
liza el trípode porque creo que ese arte-
facto siempre se coloca en el lugar equivo-
cado.”
NATURALIDAD
“Solo se consigue si la gente te tiene res-
peto. Y he filmado cosas terribles. Estuve
tres meses conviviendo con cabecillas de
Ku-Klux-Klan con el objeto de hacer un
documental y todo fue sobre ruedas a pesar
de que me repugnara su modo de pensar.
Lo importante no es entrar con la cámara,
que es siempre secundario, sino el contacto
con la gente que vas a filmar. Aprender a
entenderlos. Y aunque suene algo snob,
aprender a ser tú mismo. Por eso me inte-
resa mucho más la gente que no piensa
como yo.”
CENSURA
“La censura es un animal muy extraño.
Nunca habrá nadie que te diga que no rue-
des eso pero sí que no lo enseñes. Muchas
de mis películas no han sido exhibidas por
cuestiones tan peregrinas como que no lle-
gaban al nivel de la industria. Como si la
industria tuviese un estándar de exhibi-
ción.”
¿PRECURSOR DEL CINEMÁ VERITÉ?
“No, el cinema verité fue la versión francesa
del kino-pravda (cine verdad) ruso. El
cinema verité significa que la verdad del
cine no es la verdad. Yo prefiero en mi caso
el término de cine directo porque me limito
a observar y compartir. Fui muy mal estu-
diante de Física y Lógica, pero lo fui porque
se trataban de asignaturas con reglas muy
rígidas. Y esa manera de pensar a la contra
la he intentado trasladar al cine: lo mejor
es no seguir las reglas. Y si hay reglas, lo
mejor entonces es romperlas. Mi objetivo
ha sido siempre observar y hacer poesía.
Quiero pensar que cuando lo consigo se
debe a una simple cuestión de olfato.”
(1) La Gaceta de Canarias,
28 de marzo de 1993
 El perseguidor 5
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LOS ABORÍGENES
CANARIOS EN EL CINE
Repaso urgente a las películas de ficción y documentales que se han
rodado sobre los primeros pobladores del archipiélago
La edición reciente en dvd de la película Tirma (Paolo Moffa y Carlos Serrano de Osma, 1954), el primer título cinematográfico que intentó
explotar una historia que estuviera protagonizada por conquistadores castellanos y los primeros pobladores de las islas, ha suscitado la
redacción de este artículo que no pretende ser crítico ni analítico sobre el asunto sino un apunte informativo sobre aquellas películas que se
han rodado en las islas tomando a los aborígenes canarios como referencia. Como se observará, aún es escasa la filmografía de lo que
quisiéramos denominar como cine guanche (empleando guanche para identificar a los habitantes de las siete islas antes de la llegada de los
europeos) y su calidad bastante irregular, al apostar la mayoría de los títulos por la comedia desenfada. Ello no quita valor, sin embargo, a que
se traten de trabajos que merecen ocupar un puesto en la historia del cine rodado en el archipiélago.

Fotograma de Tirma.

EDUARDO GARCÍA ROJAS (1985), de Josep Vilageliú. Y como casi

todos los trabajos de su director puede

C
ontar historias de los primeros
aborígenes de las islas Cana-
rias se ha convertido en un
asunto igual de tabú que la
Guerra Civil en el cine espa-
ñol. Dejando de lado los ensayos recientes
y las antiguas crónicas sobre la conquista,
la representación cinematográfica que
uno encuentra en la mayoría de estos títu-
los no dejan de estar disfrazadas con el
manto de la leyenda, ya que ofrecen una
visión generalmente idealizada de aquel
pueblo que, siguen pensando muchos, se
caracterizó por su nobleza e ingenuidad.
El cine rodado en Canarias no ha sido
ajeno a este fenómeno aunque su aproxi-
mación a este universo (que a partir de
este momento denominaremos como
guanche, o los primeros pobladores de la
isla de Tenerife) resulte cuanto menos
estrafalario e ingenuamente desacraliza-
dor ya que en estas producciones se insiste
en representar al indígena como una espe-
cie de buen salvaje que fue sometido por
una poderosa civilización venida no del
espacio exterior sino allende los mares.
La primera cinta de la que tenemos noti-
cia que lo aborda es Tirma, producción
hispano-italiana de los años 50 dirigida
por Paolo Moffa y Carlos Serrano de Osma
y protagonizada por los italianos Silvana
Pampanini y un jovencísimo Marcello
Mastronianni, y el mexicano Gustavo
Rojo, hijo de la escritora tinerfeña Merce-
des Pinto, entre otros actores.
Tirma, cuya copia en color ha sido
recientemente editada en dvd por Filmo-
teca Canaria e Impulso Records, se rodó
en Gran Canaria y adapta la obra teatral
del mismo título Juan del Río Ayala.
Por razones obvias Tirma no pasará a la
historia del cine, y ni siquiera a la del
entretenimiento, y ello pese a que sus
directores --más Moffa que Serrano de
Osma-- pretendieran rodar un western sin
indios ni vaqueros pero sí con aborígenes
grancanarios y conquistadores castella-
nos.
El largometraje es una especie de adap-
tación de la leyenda de Pocahontas porque
cuenta la historia de amor que mantiene
la princesa Guayarmina con el capitán cas-
tellano Hernán. El filme cuenta con una
buena escenografía, algo fantasiosa es
verdad, e incluye batallas y un discurso
político insólito para la época como es
mostrar a los invasores como un pueblo
cruel que no duda en arrasar las aldeas de
los canarios mientras los canarios (algu-
nos de cuyos guerreros lleva cresta tipo
mohicano) se preparan para la guerra ani-
mados por el faycán, quien envenena a su
guanarteme por ser un hombre de paz.
Otra película que toma a los guanches
(está vez sí como guanches porque la his-
toria se desarrolla en Tenerife) es La isla
del infierno (1998), de Javier Fernández
Caldas.
Estamos ante una película que irá cre-
ciendo con el paso del tiempo para alcan-
zar la categoría de culto al renunciar a
cierta coherencia histórica en favor del
cine de aventuras palomitero.
El filme cuenta con planos muy elabora-
dos (soldados que aparecen en el bosque
entre la niebla y un personaje enfundado
en una armadura al que se denomina El
Hermético y que tiene la capacidad incluso
de caminar bajo el agua) pero su relato
resulta disperso pese a reunir una amplia
y atractiva galería de personajes estrafala-
rios.
En La isla del infierno hay un poco de
todo: templarios, guanches traidores, un
capitán que parece sacado de un tebeo y
que interpretó el actor José Conde, recien-
temente fallecido.
No se trata de un filme que se tome en
serio, y esa es una de sus grandes virtudes.
Otra cinta con guanches es Iballa
verse como una cinta experimental que, a
mi juicio, es de lo mejor que ha firmado su
director hasta la fecha.
Iballa es cine y teatro a la vez, un curioso
trabajo de un cineasta que, pese a todo,
continúa siendo fiel a sí mismo. Lo que no
es poco en estos tiempos de traiciones
varias. No he vuelto a verla, pero guardo
un grato recuerdo de ella.
UN DOCUMENTAL
El documental Los guanches (Teodoro y
Santiago Ríos, 1995) continúa siendo el
filme más serio que se ha rodado hasta la
fecha sobre los primeros pobladores del
archipiélago canario. Es verdad que un
nuevo visionado queda lastrado por las
recreaciones algo cursis que muestran los
Ríos sobre la vida y costumbres de los
guanches, a quienes vemos idealizados
mientras pastorean sus rebaños de cabras
o amasan gofio, pero visto con distancia,
Los guanches no ha perdido aún su capaci-
dad de producto con pretensiones didácti-
cas.
Otros títulos cinematográficos con abo-
rígenes canarios son Crónica histérica: la
conquista de Tenerife (1974), una comedia
gamberra firmada por el equipo Neura;
Los guanches y Tanausú (Roberto Rodrí-
guez, 1975); Vacaguaré (Luciano de
Armas, 1975); Creándose así el pueblo
guanche (Félix González de la Huerta,
1978); Aysouragan, lugar donde la gente se
heló (Jorge Lozano Van de Walle, 1981) y
La cantata del merncey loco, video clip del
grupo folclórico tinerferño Los Sabande-
ños.
Como rareza, merece ser también men-
cionada la película alemana La imagen de
Dorian Gray en la prensa amarilla (Ulrike
Ottinger, 1984). El filme, algunas de cuyas
escenas fueron rodadas en Fuerteventura
y que son precisamente donde aparecen
unos actores disfrazados de aborígenes,
pretende ser en palabras de su director
“una reflexión sobre el narcisismo y el
dandismo, el fin de siècle”.
6 El perseguidor
EL VUELO DE ÍCARO /
RADIOGRAFÍA
DEL DOLOR
M. CINTA MONTAGUT
Mary Jo Bang.-Elegía. Edición bilingüe. Traduc-
ción y prólogo Jaime Priede. Bartleby Editores.
Madrid 2010.
N
o es frecuente que llegue a las
librerías un poemario escrito
por alguna poeta norteameri-
cana. Sin duda conocemos la
obra de Marianne Moor o Eli-
sabeth Bishop de las que se han hecho mag-
níficas traducciones al castellano, pero no
nos es fácil adentrarnos en el mundo de la
poesía norteamericana, tal vez, porque
tiene que pasar irremediablemente por la
traducción por lo que es fundamental dispo-
ner de ediciones bilingües que nos permiten
comparar y contrastar las traducciones.
Mary Jo Bang es una poeta que nació en
el año 1946 en una pequeña ciudad de Mis-
souri, es profesora de inglés y dirige el pro-
grama de Escritura creativa de la Universi-
dad de Washington. Comenzó a escribir
poesía en el año 1991 y toda su obra se
recoge en seis títulos, el último de los cua-
les, Elegía, es el único traducido al caste-
llano. Por este poemario recibió el año 2007
el National Book Critics Circle Award, que
podría equipararse a nuestro Premio Nacio-
nal de Poesía.
Elegía fue compuesto entre junio de 2004
y junio de 2005. La primera fecha está mar-
cada por la muerte del hijo de la autora por
sobredosis, es pues, una elegía, un canto a la
muerte pero es mucho más, es un libro en el
que la desesperación por la muerte del hijo
deja paso a una reflexión serena sobre el
paso del tiempo, la culpa, la desolación del
mundo y también la esperanza.
Sabido es que los padres nunca deberían
enterrar a los hijos, es como ir en contra de
la ley natural que, sin estar escrita, sitúa
siempre a los hijos al pie de la tumba de los
padres y no al contrario.
Pero no debemos pensar, sin embargo,
que se trata de poemas amargos o previsi-
bles, nada más lejos de la realidad. Nos
encontramos ante una poesía directa que se
dirige al lector de una manera certera pero,
y esto es lo fundamental, sin mover nunca a
lástima, a compasión, sino al deseo de com-
partir y acompañar siempre de forma
serena.
Como no podía ser de otra forma, la sole-
dad es uno de los temas que aparecen de
manera más explícita en los poemas acom-
pañada por el tiempo que aparece de diver-
sos modos.”Tú/un niño, luego un hombre,
ahora una pluma/que atraviesa un fuego
fiero/llamado tiempo” o “Era junio. Ahora
Viernes, 22
de abril de 2011
NÚMERO:CXXVI
Coordinación: Coriolano González Montañez
RESEÑA
VOCES DE PAPEL
estamos en la cima/de octubre donde te
tambaleas/al borde de una fecha seña-
lando/más dolor en reserva”.
El mundo de los objetos aparece en
momentos en los que la voz poética parece
por un momento distanciarse del hecho
mismo de la muerte del hijo “El operario del
tanatorio se inclinó/sobre el joven dormido
en la plancha mortuoria del Leteo”. “Cómo
he podido fallarte así/pregunta el sujeto/al
objeto. El objeto es una urna de cenizas”.
“Siempre somos la deriva en marcha” dice
M.J. Bang en uno de sus versos, y en otros
muchos que no cito para que el lector sea
quien los encuentre y valore, lo que hace
que este poemario trascienda el hecho de la
muerte del hijo para convertirse en una
reflexión sobre la vida, la fragilidad y el ser.
Es un poemario denso, como dice el tra-
ductor en el prólogo, cargado de hallazgos
léxicos y de imágenes sorprendentes que,
en ningún caso, nos dejarán indiferentes.
VERÓNICA GARCÍA
V
oces de Papel, editado a finales del 2010 por el Instituto Cer-
vantes de Lyon, es un homenaje a Miguel Hernández y tiene
PORTADA DEL LIBRO. como prioridad dar a conocer y revalorizar su obra poética
fuera de España. El libro ha sido presentado en el Instituto
Cervantes de Lyon, en la fundación Martín Bodmer de Gine-
bra y en el IVAM de Valencia.
El proyecto es iniciativa de Rosana y Silvana Solivella y está dirigido
por Jesucristo Riquelme Catedrático de Lengua y Literatura y estudioso
de la obra de Miguel Hernández y su época.
Voces de Papel convoca a artistas plásticos y escritores de Europa y Amé-
rica para que respondan a los significativos versos del poema Carta:
“Aunque bajo la tierra,
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré”.
El libro cuenta con las voces de varios autores canarios: Elsa López,
Pedro Flores, Eduardo González Ascanio, Cecilia Domínguez Luis, Silvia
Rodríguez, Coriolano González Montañez, Paula Nogales Romero y
Verónica García. Y también poetas peninsulares como Jenaro Talens,
Juan Carlos Mestre, Javier Atienza, Vanesa Pérez Sauquillo, Francisco J.
Sevilla y Manuel Borrás entre otros.
Luces de Hiel, da cabida a los artistas plásticos: Yamandú Canosa, Daniel
Ybarra, Silvana Solivella y Carmen Pernin.
Luces de Hiel, Voces de Papel se funden en un bello coro polifónico para
dar respuesta a los versos de Miguel Hernández, desde la admiración y el
amor a su persona y su obra.

Viernes, 22
de abril de 2011
EL BUEY SOBRE EL TEJADO /
EN TORNO AL HIMNO DE RIEGO
SEVERO SERVANDO
H
ace apenas unos días se han
conmemorado los ochenta
años de la proclamación de
la Segunda República espa-
ñola, así que sin duda usted
habrá leído alguna mención -o incluso
escuchado al menos algunos compases- al
Himno de Riego, el que fuera himno oficial
del estado republicano. Me ha parecido
una ocasión idónea para reflexionar sobre
los orígenes y la historia de esta música,
tan ligada a momentos, desgraciadamente
breves, de cambio e ilusión en la España
contemporánea, de lo que fueron posibili-
dades de normalización de una sociedad y
de oportunidades de incorporación al con-
texto europeo sin tener que esperar a la
última restauración borbónica.
Naturalmente, el “Riego” del himno es
el teniente coronel Rafael del Riego (1785-
1823), figura referencial de la lucha por
las ideas progresistas en nuestro país.
Nacido en Asturias en el seno de una fami-
lia noble pero sin fortuna, se graduó en
Humanidades en la Universidad de
Oviedo y se alistó en la Guardia de Corps
de la casa real, destino entonces de
muchos jóvenes con apellido y sin dinero.
Durante la Guerra de la Independencia
fue hecho prisionero por las tropas napo-
leónicas y deportado a Francia. Allí, y pos-
teriormente en Gran Bretaña, se familia-
rizó con el Liberalismo –cuando tal nom-
bre significaba afinidad intelectual con la
libertad, el laicismo y el progreso, antes
del secuestro actual de la palabra por una
corriente ideológica internacional que
representa exactamente lo contrario- e
ingresó en la masonería, algo muy habi-
tual entre los liberales del momento. De
regreso en España en 1814, juró la Consti-
tución promulgada en Cádiz dos años
antes y se convirtió en uno de los líderes
de los movimientos contrarios al absolu-
tismo que se afianzaba sin disimulos. El
uno de enero 1820 encabezó el pronuncia-
miento de Las Cabezas de San Juan (Sevi-
lla), que triunfó obligando al rey a aceptar
la constitución y dio paso al llamado Trie-
nio Liberal. Odiado por los absolutistas, el
clero conservador y el propio monarca,
tras la entrada en España de las tropas de
la Santa Alianza reclamadas en secreto por
el rey -los Cien mil hijos de San Luis llega-
ron a la Península en abril de 1823- y la
restauración del absolutismo, Riego fue
detenido, condenado y ahorcado en la
Plaza de la Cebada de Madrid el siete de
noviembre de ese mismo año. Una mues-
tra de la mezquindad de los tribunales de
la corona es que a los condenados se les
EL TENIENTE CORONEL RAFAEL DE RIEGO (1785-1823).
trasladaba hasta el cadalso atados a un
serón (una especie de jergón) de esparto
arrastrado por un asno (de ahí la expre-
sión “ser un arrastrado”, todavía de uso
popular), con el fin de aumentar la igno-
minia del reo. Las clases más humildes de
Madrid celebraron el ajusticiamiento
como un gran logro para la nación. El pue-
blo llano español, en gran medida, se iden-
tificaba con las élites más poderosas y
detestaba y se burlaba de cualquier pos-
tura en favor de la educación, las ideas
ilustradas, la modernidad y las influencias
europeizantes; un sorprendente fenó-
meno de alienación que aún continúa.
Como botón de muestra del siniestro
ambiente que imperaba durante el reinado
de Fernando VII –con excepción del breve
intervalo del Trienio Liberal- baste con
mencionar que la vida cultural –teatros,
conciertos, publicaciones, etc.- estaba
sometida a una fuerte censura que la cer-
cenaba casi por completo. Las demostra-
ciones de devoción religiosa sustituían
cualquier otra manifestación de la socie-
dad civil. Cada noche, los hermanos de
Nuestra Señora de la Esperanza, miem-
bros siempre de familias distinguidas,
salían en parejas –uno por cada acera de la
Coordinación: Pompeyo Pérez Díaz
calle- demandando limosna al grito de
Piensa que has de morir, piensa que hay cielo
e infierno. Asimismo, se organizaban pro-
cesiones del Santo Rosario prácticamente
a diario, en las cuales los asistentes canta-
ban acompañados por un fagot y precedi-
dos por cuatro portadores de faroles col-
gados de largas varas. Todas las calles con
nombre de santo contaban con una ima-
gen de su titular, además de las tiendas,
cada una con su patrono, y los edificios
particulares, donde los vecinos se esmera-
ban en el culto hacia la imagen de turno
que veneraban y que reconocían como
protectora de la casa. Los frailes aborda-
ban a menudo a los transeúntes, o llama-
ban a las puertas de sus casas, y pedían
una contribución para la misa del conde-
nado a muerte de turno.
En las grandes ciudades europeas se
bromeaba sobre el ambiente beato y pue-
blerino de las capitales españolas, escasas
de vida ciudadana, de lugares de reunión
y ajenas en apariencia a las transformacio-
nes tecnológicas y sociales que tenían
lugar en el continente –parece claro que
durante los diez últimos años del reinado
de Fernando VII, la Década Ominosa,
España perdió el tren de la Revolución
El perseguidor 7
Industrial-. No es de extrañar que los años
del Trienio fueran recordados, al menos
por cierto porcentaje de ciudadanos con
ideas ilustradas, como un período de ebu-
llición cultural, vida en la calle y predomi-
nio de cierto espíritu lúdico, y que la figura
de Riego creciera en el recuerdo como la
de un héroe abatido injustamente por el
destino.
En 1820 el coronel Evaristo Fernández
de San Miguel (1765-1862), compañero
de estudios y de armas de Riego, escribió
unos versos en honor al líder del pronun-
ciamiento de Las Cabezas de San Juan que
constituyen el origen del himno –otras
letras se utilizaron después de manera oca-
sional, pero ninguna sustituyó oficial-
mente a la original-. La música que se aña-
dió a estos versos se debe probablemente
al compositor y militante liberal José Mel-
chor Gomis (1791-1836), quien pudo
haberse inspirado en algunas melodías
populares de su Onteniente natal y en el
espíritu de La Marsellesa, aunque la auto-
ría no está completamente demostrada -
otro de los nombres que se ha barajado es
el del compositor, guitarrista y también
reconocido liberal Fernando Sor (1778-
1839)-. Durante el Trienio la pieza fue
declarada himno nacional –a partir de
1823 sería prohibido- y asimismo fue la
melodía que cantaban las tropas liberales
durante la Primera Guerra Carlista (1833-
1840). Con la llegada de la Primera Repú-
blica (1873-1874) el Himno fue co-oficial
junto a la Marcha Granadera (o Marcha
Real, nombres por los que se conoce al
actual himno español) y, como ya dije al
principio, fue el himno de la Segunda
República, que lo adoptó como emblema
junto a la nueva bandera tricolor.
Creo que no hay que sobrevalorar los
símbolos nacionales en ningún caso, se
trata sólo de unas telas con unos colores,
unas melodías sencillas, unos versos a
menudo sin gran valor literario, no hay
que sacralizarlos como algo por encima
del respeto al pensamiento, a las personas,
a la vida.
Ello no se contradice, sin embargo, con
la idea de que algunos de estos símbolos
–como la propia Marsellesa antes mencio-
nada- tienen un valor que trasciende al de
ser sólo el emblema de un estado concreto
para convertirse en reflejo emocional de
un momento histórico o de una filosofía
vital, en algo familiar y amistoso para los
ciudadanos de muchos países. El Himno
de Riego no posee esa cualidad de símbolo
internacional, pero sí el de constituir un
referente sonoro a una aspiración espa-
ñola de sociedad libre, igualitaria, edu-
cada y tolerante.
8 El perseguidor Viernes, 22
de abril de 2011

PORTADA DEL LIBRO.

El libro de los doce
E.G.R.
Como en toda antología que se
precie no están todos los que
deberían de estar pero quién
sabe, igual el éxito de
Generación 21: nuevos novelistas
canarios obliga a Ediciones
Aguere --que publica este
volumen en colaboración con
Ediciones Idea-- a una segunda,
una tercera… o una cuarta
entrega con nuevos nombres
que ahora no aparecen
registrados.
El libro, de unas 260 páginas,
publica doce relatos y está
antologado por Ánghel Morales,
quien explica en la introducción
las razones que lo motivaron
para organizar la publicación de
Generación 21.
Se trata, en todo caso, del
primer título que compila en un
mismo volumen el trabajo
narrativo de una serie de
escritores nacidos la mayoría de
ellos en la década de los años
sesenta del pasado siglo XX, y
cuyos derroteros creativos en
contra de lo marcado por sus
padres, abuelos, bisabuelos y
tatarabuelos literarios, tantea
sin prejuicios y en ocasiones con
una estimable voz que sabe a
viento fresco la novela de
género.
En Generación 21: nuevos
novelistas canarios participan
David Galloway (Santa Cruz de
Tenerife, 1960), José Luis
Correa (Las Palmas de Gran
Canaria, 1962), Anelio
Rodríguez Concepción (Santa
Cruz de La Palma, 1963),
Álvaro Marcos Arvelo (Santa
Cruz de Tenerife, 1965),
Santiago Gil (Guía, Gran
Canaria, 1967), Cristo
Hernández Morales (La Laguna,
1968), Javier Hernández
Velázquez (Santa Cruz de
Tenerife, 1968), Víctor Álamo
de la Rosa (Santa Cruz de
Tenerife, 1969), Nicolás Melini
(Santa Cruz de La Palma,
1969), Pablo Martín Carbajal
(Algeciras, 1969), Alexis Ravelo
(Las Palmas de Gran Canaria,
1971) y Víctor Conde
(pseudónimo de Alfredo
Moreno Santana, Santa Cruz de
Tenerife, 1973).
En cuanto a los relatos incluidos
en Generación 21 todos ellos
ofrecen una variedad de estilos
y propuestas interesantes. Y en
algunos casos,
significativamente atractivas.
El libro, que será presentado el
próximo 29 de abril en la sede
la Mutua de Accidentes de
Canarias (MAC), en la capital
tinerfeña, a las 18.30 horas,
sirve además como excelente
carta de presentación para dar a
conocer el trabajo de cada uno
de ellos, así como para atisbar
por donde se mueven los estilos
y tendencias de este grupo
escogido de nuevos (aunque ya
también veteranos) narradores
canarios. Así que merece la
pena seguirles la pista a la
mayoría.
Generación 21: nuevos
novelistas canarios incluye los
cuentos relatos Vino el azúcar
(Víctor Álamo de la Rosa);
Isabel y los visionautas (Víctor
Conde); Vida, pasión y muerte
de Felipe Marqués (José Luis
Correa); Sin cara ni cruz (David
Galloway); El encargo (Santiago
Gil); Las seis caras del azar
(Cristo Hernández): Los ojos de
Henry Fonda (Javier Hernández
Velázquez); Huellas en el barro
(Álvaro Marcos Arvelo); La edad
de Cristo (Pablo Martín
Carbajal); Una superviviente, tal
vez eso lo explica todo (Nicolás
Melini); Otra vida (Alexis
Ravelo) y El perro (Anelio
Rodríguez Concepción).

XX CONGRESO INTERNACIONAL DIÁLOGO FE-CULTURA DEL 27 AL 29 DE ABRIL

ISTIC OFRECE UN La ponencia de clausura

del XX Congreso Inter-
nacional Fe-Cultura
ESPACIO PARA DEBATIR disertará sobre Ecología
humana y ecología de lo

SOBRE LA ECOLOGÍA humano, con la que el

catedrático de Teología
Moral en la Universidad

DE LO HUMANO Pontificia de Salamanca,

José Román Flecha, pro-
fundizará en torno a los
distintos aspectos que
distinguen y acercan a
los conceptos de “ecolo-
DOMINGO J. JORGE encargada de cerrar este primer día de gía humana” y “ecología
Congreso, con una selección de temas clá- de lo humano”.

E
l próximo miércoles 27, en el
pleno desarrollo de la semana
de Pascua, el Instituto Superior
de las Islas Canarias, ISTIC, en
colaboración con la Universi-
dad de La Laguna, ULL, iniciará su XX
Congreso Internacional Diálogo Fe-Cul-
tura, inmerso dentro del XII Encuentro en
la Cultura, bajo el título La ecología de lo
humano.
Esta edición de Fe-Cultura, a celebrar
en la sede del ISTIC, sita en el Seminario
de La Laguna, congregará en su programa
de tres días a especialistas de un amplio
elenco profesional. En esta lista de partici-
pantes, cabe citar al doctor Juan Arana,
Catedrático de Filosofía de la Universidad
de Sevilla y Director de la revista Themata,
quien inaugurará el miércoles 27, a las
19,00 horas este Congreso con su confe-
rencia: Entre el desafío de la racionalidad y
los límites de la libertad. Posteriormente, y
ese mismo día, a las 20,00 horas se pre-
sentará en Canarias, dentro de este evento
celebrado en Tenerife, el nuevo libro de
Benedicto XVI, Jesús, 2ª Parte, acto que será
presidido por el obispo de la Diócesis Niva-
riense, Bernardo Álvarez, a quien acom-
pañará el presidente del Cabildo de Tene-
rife, Ricardo Melchior, y el propio editor
de este nuevo texto del Santo Padre, José
Miguel Oriol, presidente de Ediciones
Encuentro. Camerata Lacunensis será la
sicos, bajo la dirección de Francisco José
Herrero.
El jueves será un día para aproximarse
al ser humano desde la salud, la psicolo-
gía, la medicina y los denostados Dere-
chos Humanos. Abrirá estas tardes de Diá-
logo Fe-Cultura, Sonia Plasencia, licen-
ciada en Psicología y máster de Interven-
ción y Mediación Familiar por la ULL, con
una visión actual sobre La Orientación y la
Mediación familiar. Le seguirá, dentro del
orden ofrecido por el programa previsto
por ISTIC, Rafael Beltrán, responsable del
Plan de Humanización de los Servicios
Sociales de Canarias, con su ponencia
Humanización de la Salud. Humanización
de la enfermedad.
Seguidamente, Fe-Cultura se adentrará
en la Crisis en los Derechos humanos, desde
la visión que propondrá la catedrática de
Didáctica y Organización Escolar de la
Universidad de La Laguna, María Lourdes
González-Luis. Continuará Carlos Díaz,
profesor titular de Historia y Fenomenolo-
gía de las Religiones en la Universidad
Complutense de Madrid, quien se acer-
cará a la Naturaleza humana y fundamen-
tos de la Democracia.
Carlos Díaz es un conocido impulsor del
Instituto Emmanuel Mounier y director de
la revista Acontecimiento. Finalmente,
cerrará la sesión de jueves una ponencia
sobre La persona, capaz de amor: el otro
humano, ofrecida por Xosé Manuel
Domínguez, doctor-profesor de Filosofía
de Enseñanza Media, profesor-tutor de
Historia de la Filosofía Antigua, Medieval,
Moderna y Contemporánea en la UNED
(Ourense).
Familia y educación
El colofón a esta semana de diálogo, pre-
parada por el Departamento de Fe-Cul-
tura del ISTIC, se desarrollará el viernes
29, último día de Congreso. La sesión ves-
pertina se iniciará con la participación del
director del ISTIC y profesor de Historia
de Teología, Juan Pedro Rivero, quien
hablará sobre Familia, educación y Siglo
XXI.
El ISTIC ha preparado
en esta 20 edición de Fe
y cultura una serie de
ponencias que ofrecerán
diferentes visiones en
torno a la problemática
actual de La ecología de
lo humano, término al
que ya se refería el Papa
Juan Pablo II en 1991,
dentro de su encíclica
Centessimus annus: “(...)
Mientras nos preocupa-
mos justamente, aunque
mucho menos de lo
necesario, de preservar
los habitat naturales de las diversas espe-
cies animales amenazadas de extinción,
porque nos damos cuenta de que cada una
de ellas aporta su propia contribución al
equilibrio general de la tierra, nos esforza-
mos muy poco por salvaguardar las condi-
ciones morales de una auténtica «ecología
humana». No sólo la tierra ha sido dada
por Dios al hombre, el cual debe usarla
respetando la intención originaria de que
es un bien, según la cual le ha sido dada;
incluso el hombre es para sí mismo un don
de Dios y, por tanto, debe respetar la
estructura natural y moral de la que ha
sido dotado. (...). (nº 38). Como aseguran
desde el ISTIC, “el espacio para dialogar
entre la Fe y la cultura está abierto”.