Posada Almayer

Julio 2020. Zihuatanejo, Guerrero

#9
 ÍNDICE
1…....................................................................................................... Rosa Elena Alvarado Álvarez. Semblanza.
2…..............................................................................Obra de Rosa Elena Alvarado Álvarez: Testimonio de vida.
3…....................................................................................................................... La mujer artista en Zihuatanejo.
6…...................................................................................................................... La Comala donde anidó mi alma.
7…..........................................................................................................................................El pájaro de colores.
9…...................................................................................................... ....................................La agonía de María.

11…......................................................................................................................................... Julio Wong Ortega.

14….............................................................................................................. Minificción/ Araceli Chávez Bustos.
15…....................................................................................El vals de las hojas otoñales/ Ramón Granados Juárez.
17….................................................................................. La distancia de las flores: tres poemas/ Aleqs Garrigoz.
18.....................................................................................................Cuerpo, mente y espíritu/ Juseif Nava Valdez.
19..........................................................................................................................Lo que quedó/ Ángeles Briseño.
20.....................................................................................................................El carretón/ Socorro López Núñez.
21.............................................................................................................Entre montañas/ Daniel Plaza Cárdenas.
22.......................................................................................................................Tú me gustas/ Carlos López Ortíz.
23.........................................................................................................................................................Joel Correa.
25.......................................................................................................................................El circo/ Abad Segovia.
26...............................................................................................................................................Baúl del recuerdo.

Maquetacion y diseno:
Jesus Baldovinos Romero
La Nopalera Ediciones

**Posada Almayer es una publicaión en pdf autómoma que pretende

difundir la obra literaria de Zihuatanejo y otros espacios creativos.
**Periodicidad: bimestral
**Registro ISSN en trámite.
**Cualquier reproducción total o parcial de los textos aquí publicados
requiere de autorización de su autor.
 Lo que nos faltó
Arnoldo Tapia
Entiendo de alguna manera a Gaby y Laura porque
también en las noches mi madre me pregunta en
sueños ¿A dónde vas?
Llegamos al diplomado en creación literaria a
enterarnos que el gobierno lo había implementado
para paliar la violencia que se desbordaba, con la
peregrina idea de que si se invertía en letras podrían
disminuir los muertos de bala.
Conocimos a grandes profesores del instituto nacional
de bellas artes, mismos que empezaron a escasear, se
nos fue Arturo Arredondo dejándonos su decálogo que
entre otras recomendaciones nos animaba a escribir
sin el miedo al ridículo. Carlos Santibáñez Andonegui
antes de irse, nos habló del personaje de Fosca, -el de
la novela Todos los hombres son mortales de Simone
de Beauvoir, príncipe cuyo mayor anhelo es ser
inmortal; Sus seres queridos van muriendo y él toma
conciencia que se va a quedar solo con la inmortalidad.
Así Rosy se va con el vínculo que con ella teníamos.
Asistíamos a clases viernes y sábado una vez cada
mes, la coordinadora nos encargó recibir a los
maestros, así que había que ir por ellos al aeropuerto y
darles hospedaje, situación que funcionó para de
alguna manera familiarizarnos con los docentes, a mí
me tocó ir por Luci Fer, Lucia Fernández, que prefería
llamarse a sí misma “La Mopet”. A ti Rosy te toco
atender a Magali Tercero y tu casa fue centro de
reunión de la crónica nacional y las ganas de leer todos
los libros de Magali y todas las crónicas que nos
recomendaba, siendo tu casa el centro donde nos
hicimos mas afectos a la crónica con tal de contarlo y
dejar testimonio.
Compartimos clases e incluso seguimos más allá
presentando libros de los profesores como el de
Beatriz Meyer, El mundo de aquí, que nos permitió
estar en la misma mesa mientras el público hacia
preguntas. Rosy llego con su tarea hecha cuatro o
cinco páginas alrededor de la novela, se tomó su
tiempo para leerla y reseñarla, eras dedicada y atenta
Rosy.
Volvimos a estar juntos en la feria del libro de
Zihuatanejo, Rosy presentó su crónica del maltrato
animal en la playa la ropa, mostrando su sensibilidad y
su descuerdo con el lado salvaje de los vecinos, dando
la batalla para no perder la lucha contra la violencia
que nos rodea.
Tuvimos varias clases juntos, hizo de mi mama en la
clase de teatro, hicimos una obra que después apareció
publicada, En “A” morados. La obra era de unos locos
que a veces eran lúcidos, en uno de esos momentos,
tenía que despedirme de ti porque iba a cruzar las vías
del tren, porque ya no quería ésta vida, tenía que verte
fijamente a los ojos y conmoverme porque eras la
única que iba a derramar una lágrima por mi cuerpo en
pedacitos en la vía, y tus ojos me enternecieron tanto
que lo dude porque podía volver a mirar tus ojos y
sentirme observado, atendiendo al fondo de mis
pupilas y que hacía yo allá en el fondo tan solito si
podía consolarme en la amplitud y ternura de tus ojos
y tu tenías que decirme: “no mi hijito no lo hagas”, y
en tus ojos estaba mi madre y mis tías y mis abuelas y
todas las mujeres que se compadecieron de un hombre
en su soldad. Eras la onda Rosy.
Deberíamos de estar juntos ensayando para presentar
esa obra, tú de mi madre y yo de tú hijo que se va al
pozo, con todos los compañeros del diplomado
evitando que haga una tontería y diciéndole al
personaje cosas inteligentes para convencerlo de que
es mejor que esté acá de este lado, mirando los ojos de
Rosy en una ridícula farsa de Edipo enamorado de
Yocasta.
Cada vez le doy más vueltas y creo que nos hubiera
estado bien empleado ir de gira por los asilos de
ancianos, aunque la hiciéramos con tapabocas en
patios o banquetas que nos permitieran estar
separados uno punto cinco metros los unos de los
otros, aunque mi Papá Tapia fuera refunfuñando, y los
demás con los gastos pagados por ser la compañía de
teatro del diplomado.
Teníamos en común haber llegado al pueblo por el
norte, tú por la costa tu desde Colima, yo de Michocán
haciendo trabajo social, apurados sacando para pagar
la educación de l@s hij@s, y ahí estábamos
departiendo la clase y más de una vez el pan y la sal,
gracias a los pretextos de lectura en voz alta que servía
para mantenernos más tiempo juntos hasta la hora de
las brujas no sea que mañana amanezcamos muy
golpeados para la siguiente clase del sábado por la
mañana, y fueron muy poquitas las comidas pero qué
bueno que las hicimos ahora están en la memoria y
Magali tercero nos manda saludos cada que nos ve en
un curso de crónica o comenta los post porque
también hicimos redes sociales para compartirnos
lecturas y estar preparando material para presentar en
la próxima feria si se ofreciera.
 
Rosa Elena Alvarado Álvarez
(30 de agosto de 1960, Manzanillo, Colima - 14 de mayo de 2020, Zihuatanejo, Guerrero)

Trabajadora social, de profesión, y empresaria, de

ocupación, se dedicó a la literatura con “íntima
pasión” como señalan sus hijas. Nació en Colima,
“tierra de volcanes, tlalchichis bailarnes, canto de
tzenzontles y el sutil aroma de naranjos”.
Realizó el Diplomado en Literatura Creativa en 2015
y dos posteriores talleres en 2016, de Narrativa y de
Cuento, con Mauricio Carrera y Elvira Liceaga,
respectivamente. Momentos en donde mostró su
trabajo, con aplomo y mucha entrega. Fue publicada
en revistas como: Intrínsecos, Destakados, Sinergia y
algunas otras.
En los últimos años, participó como gestora cultural.
Por citar solo algunas de las actividades:
Planificación, diseño y logística de la exposición
escultórica "Cultura Amuzga", del Escultor Mauricio
López Moctezuma, en el Museo Arqueológico de la
Costa Grande de Guerrero en la Exposición Colectiva
"De lo subjetivo a lo objetivo" en enero de 2013.
Se especializó en presentaciones de libros como
“Poemas… Todos tenemos algo que acariciar...", de P.
Víctor Hernández H., en diciembre de 2014;
"Cuadernos del Enjambre y del Espejo", de Daniel
Baruc Espinal Rivera, en abril de 2015; "Embrujo en
el Faro", de Roberto Ramírez Bravo, en noviembre de
2015, y "El Mundo de Aquí", de Beatriz Meyer, en
noviembre de 2015.
Logística y gestión de la primera Exposición López, en el Museo Arqueológico de la Costa Grande
Individual "Vita et Mors" de la artista plástica Carla de Guerrero, en febrero de 2016.

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
Testimonio de vida/Rosa Elena Alvarado
Conocí en mi infancia unas manos blancas, de piel tan
suave, que adoraba sentirlas en mi cuello cada vez que
me peinaban. En atardeceres calurosos, salíamos a
tomar aire fresco al patío de su casa, que era un
increíble jardín colgante, mientras tanto, tejían una
trenza con mí pelo que humectaban con jugo de limón.
Al final, lucía impecable, luminoso. Recuerdo sentir,
después de la fresca caricia, el deseo de acurrucarme y
reposar en sus brazos hasta dormir. Pero ellas eran
incansables. Quehacer terminado y apresuradas
gestaban otro.
Capaces de hacer maravillas con casi con todo lo que
tocaban, eran perfectas. De igual manera podían
dominar los misterios del Santo Rosario, pasando
perla tras perla entre sus dedos, al compás de sus
letanías, que cocinar la más deliciosa capirotada,
virtuosa en el arte del bordado en deshilado. Hábiles,
creativas, productivas, transformadoras esas
amorosas manos, hacían magia con lo que llegaba a
ellas.
Coleccionaba de su larga cabellera, aquellos que de
por sí, se desprendían cuando la peinaba. Un cepillo de
cerdas de pelo de jabalí, era su útil herramienta. Por
cierto, lo cuidaba celosamente y de vez en cuando lo
presumía discretamente, junto a una cajita musical de
metal azul cenizo que al abrirla, se escuchaba el lago
de los cisnes y mostraba una pequeña muñequita en
traje de ballet. Ésta giraba sobre una de sus piernas,
dando la ilusión de que bailaba. Con los hilos
naturales, plateados en verdad, bordaba finamente en
los pañuelos, las iníciales de los nombres de sus hijos
varones. Mientras hacía esa labor, la observaba
extasiada por horas, incrédula de tal hazaña.
Todo mueble en su casa, lucía vestido con manteles,
carpetas, fundas, colchas, sábanas, todo en telas
blancas de algodón, finamente bordadas. Podía
observar en los detalles de sus exquisitos diseños, una
pasión sorprendente, en dónde hacían notar su gusto
por las telas. El lino egipcio, fue el favorito siempre.
Conocieron a detalle las propiedades de esta antigua
fibra, las clases, las texturas que disfrutaba acariciar,
lentamente, con esmero. Los lienzos planchados y
almidonados, muestra innegable de su experimentada
técnica para bordar en deshilado, de esas manos que
lucían docenas de doradas pecas, huella indeleble del
paso del tiempo.
Sus delicados y largos dedos tejían con talento nato.
Parecían dibujar en el aire, mientras los ganchos
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subían y bajaban a la altura de su vientre. Con el
crochet remataba las orillas de sus incontables
diseños. Se ufanaban de usar los mejores hilos de seda
para tejer, encargados especialmente a los chinos Lao,
dueños de la tienda La Colorada, la única que vendía
ese tipo de artículos en la ciudad.
Esas bellas manos, adornadas con las huellas de sus
más de ocho décadas, eran de mi abuela, mi abuelita
Chagua, como de cariño acostumbramos a llamarle
sus nietos. Era una dama alta, de profunda e
inquietante mirada. Sus ojos azul cielo, en el invierno
o en tardes nubladas, podían ser de un bello tono gris
claro, muy dulces para mostrar su amor pero
determinantes para corregir. Poseedora de gran fuerza
espiritual, mostró a través de ellas, un carácter de gran
calado. Contaron una increíble historia de viuda
joven, entregada hasta su muerte a su misión de vida,
ser madre de cinco varones y una hermosa niña, María
del Socorro, quién al tiempo, me regaló el privilegio
de ser y estar en este universo.
Mi abuela casó con Lucio Álvarez, el amor de su vida.
Lo dejo claro en las cartas que se escribían, que aún
conservamos, en una larga y dura lucha por salvar su
vida, por cuidarlo y asumir su papel en el rol familiar,
hasta que su enfermedad lo condujo a la muerte a
temprana edad. Guardó luto para él, el resto de su vida.
Tuvo pretendientes formales a pesar de haber quedado
con hijos a su cargo, pero nadie pudo ocupar ese
espacio en su corazón, que nunca quedó vacío en
realidad, ahí reinó siempre mi abuelo. Tal vez esta
ausencia la alentó a pulir habilidades con sus manos...
Quizás mientras ellas trabajaban su mente acudía a su
memoria, posiblemente soñaba con encontrase de
nuevo con él, acaso encontraba fortaleza en su
recuerdo.
Guardo infinitas anécdotas, a pesar de tantas décadas
de ausencia. Aún ahora me cautivan, me sorprenden,
me revelan la materia de que estuvieron hechas.
Manos virtuosas, fascinantes, seductoras. Han
alimentado por siempre, el memorial de mis más
amadas evocaciones.
Este es un modesto y breve homenaje a Isaura Litter,
mi adorada y entrañable abuela.
Zihuatanejo, Guerrero. 20 de Enero de 2015.

La mujer artista en Zihuatanejo/Rosa Elena Alvarado
Estudios sugieren que en la antigüedad, la mujer
incursionó en el mundo del arte, creando y elaborando
objetos de cerámica, textiles, cestería y joyería,
considerada ésta como un “arte menor”, calificativo
que buscaba denostar el talento femenino. Por siglos
no se le permitió incursionar en otras áreas creativas
dominadas exclusivamente por el hombre.
En la Edad Media, la mujer incursiona en la Literatura,
campo cultural donde podemos encontrar su huella
más antigua en la poesía lírica. Un lenguaje que ofrece
una lectura distinta a lo que se escribía en el universo
masculino. Por mencionar un ejemplo, aderezó la
poesía lírica con sensibilidad y dulzura
imponderable. Con roles invariablemente estrictos,
sin acceso a la instrucción académica, encontró en esta
área del arte, una oportunidad de expresión. Se fue
revelando una lucha por acceder a una actividad que
no era parte de su rol, en una sociedad que defendía la
idea de que la mujer no debía aprender a leer y
tampoco debía saber más que el hombre, enfrentó
circunstancias adversas como la persecución. En
algunos países como España e Inglaterra, la iglesia
utilizó su obra para condenarla. Agravaba su
vulnerabilidad, en su condición de mujer, el hecho de
carecer de derechos jurídicos y políticos.
Nocturnos/ Furor © Francisco Solís Salas
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
A lo largo de la Historia del Arte, se construyó un
doble discurso; por un lado, se afirma la presencia de
la mujer en las obras de arte, casi siempre con
resultados negativos para ella en su condición
femenina, en virtud de que las imágenes eran la
expresión de estereotipos de su género. Por otro lado,
negándola, al desconocer su derecho a la
individualidad y autonomía.
Investigaciones hechas por la Universidad
Complutense de Madrid, apuntan que del Siglo XV al
XVII se inició la lucha de la mujer por el derecho a la
instrucción y el tema de la educación, se convirtió en
un debate que enfrentó los valores de un mundo
fuertemente masculinizado. Ganó terreno para
empezar a incursionar en la disciplina de la pintura
pero con graves y múltiples restricciones. Un ejemplo,
se le negaba el acceso al conocimiento o estudio del
cuerpo humano, que representó una barrera de peso a
su creatividad y crecimiento. Sus temas se limitaban
al paisajismo, la naturaleza, el retrato. Sin embargo,
acceder a una actividad que no era parte de su rol, fue
una gran conquista y a través de los años, esa
circunstancia ayudó a especialistas a construir la
historia social: Su obra se expresó en un lenguaje
distinto, en sus representaciones, en sus contextos. En

sus pinturas muestra información que omite el sistema
patriarcal en su producción artística.
En el siglo XVIII se generaron cambios en la
percepción cultural de la mujer. Poco a poco se amplía
su campo de acción y el de la enseñanza toma un lugar
importante. El profesorado femenino es demando en
las escuelas de niñas, especialmente de la clase
acomodada, que consideraba ya necesario el
conocimiento en ciertas áreas del arte como el dibujo,
la pintura, el canto, la música y la danza, por lo que
muchas mujeres artistas acogen la tarea de compartir
el conocimiento de manera profesional. A pesar de
estos avances, de que crece el número de mujeres
artistas y aumentan las disciplinas en las que
incursiona, la discriminación de una sociedad
prejuiciada y las prohibiciones a su género
representaban un enorme reto.
A mediados del siglo XIX, la lucha por espacios
apropiados para exhibir el arte, léase galerías,
estudios, talleres, seguía siendo un obstáculo. Así
como incursionar en las Academias de Arte asumidas
en absoluto por el hombre. De éstas eran descartadas
tan sólo por su condición de mujer.
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En nuestro país, predominaban las mismas reglas y la
mujer ocupaba un segundo plano. Sin embargo, en la
segunda mitad del siglo XIX, se genera una
revolución en muchos ámbitos y el de las bellas artes
no fue la excepción. Como resultado del arribo de
muchos artistas e intelectuales europeos, que
contribuyen con su experiencia y sumadas ambas, rica
cosecha resulta como producto. De ese movimiento
surgen talentosas mujeres que dejan su huella en la
historia moderna del arte. Con todo y estos avances, el
prejuicio y la discriminación continúan de manera
avasallante. Las pintoras y escultoras seguían siendo
excluidas de los manuales de historia del arte como
creadoras, a la vez que como objeto o tema de obras
artísticas eran ampliamente difundidas. No eran
consideradas como talentos relevantes o sus obras
dignas de ser conservadas. De igual manera sucedía
con el valor económico de su trabajo al incidir sobre
él, el hecho de ser producto de manos femeninas.
En la primera mitad del siglo XX, surgen una cantidad
importante de luchas sociales, cobran vida y en ese
devenir, logra posesionarse en el interés de la sociedad
artística. Obtiene entonces un objetivo largamente
 

buscado: Espacios, foros, galerías, talleres en donde

exhibir. Un florecimiento refrescante, la conduce a un
incipiente reconocimiento a su talento. La historia
empieza a cambiar para ella de manera profunda, en la
segunda mitad de ese siglo. Movimientos literarios en
la poesía y la novela de la posguerra y el inicio de la
lucha feminista, son un parte aguas en esta larga
batalla por alcanzar afirmarse como género en una
cultura hecha por y para hombres.
En el umbral del siglo XXI la mujer ha alcanzado un
nivel de calidad y producción de obra artística, en
todas las disciplinas de las bellas artes, que iguala en
calidad a la del hombre. Indiscutiblemente esto no
significa que la mujer ha alcanzado su derecho a la
individualidad y autonomía. La desigualdad y la
discriminación siguen cobrando enormes cuotas a su
desarrollo y calidad de vida.
Hoy, en este foro pensado para la mujer artista, están
reunidas muchas mujeres talentosas. Algunas con
largas y reconocidas trayectorias y otras emergiendo
con propuestas refrescantes y pasos firmes hacia el
futuro prometedor. Pareciera un hecho sin
trascendencia la posibilidad de que exista este
espacio, aquí y ahora, que brinda generosamente
Mezgalería. Sin embargo, atrás hay una historia que construir la historia social de los pueblos. En este
permite registrar este hecho como un privilegio de los momento se gesta una oportunidad que se debe
nuevos tiempos, como cosecha de una antigua batalla celebrar y buscar repetir, multiplicar, enriquecer con
de género que ha sido combatida sin tregua, que por más artistas mujeres. No olvidar que allá afuera, en
siglos ha dado la batalla a la barbarie e imposición, que este Zihuatanejo que transita recientemente este
seguirá en pié porque aún en estos tiempos de camino de la cultura en el arte, hay muchas otras
modernidad y de increíbles avances científicos y mujeres talentosas, que carecen de las condiciones
tecnológicos, la discriminación y la inequidad siguen necesarias para descubrirse y compartir su quehacer
siendo temas álgidos y enorme reto. en el arte, entre otras cosas. La solidaridad es
Es importante estar conscientes y dar fe de que en esta fundamental. Tender una o ambas manos de ser
lucha por el reconocimiento de género, no todos los posible, hará más loable la tarea creadora. Mención
hombres, de todos los tiempos, a través de la historia, especial para la mujer indígena que olvidada en casi
han sido detractores de la equidad y justicia en este todos los sentidos, ha logrado reconocimientos
tema. Estuvieron y están aquellos que han respaldado, increíbles, ejemplares, sin que éstos hayan sido
apoyado y luchado abrazando la misma causa. En la difundidos para un merecido reconocimiento.
actualidad, desde diferentes trincheras, las filosofías Agradezco a Mónica Gutiérrez y James Crespinel por
con respecto al género han cambiado y delicadas su labor para convocar a tanta mujer creadora. En lo
manifestaciones hacen eco a las necesidades de seguir personal, la oportunidad para expresar un poco de lo
creciendo juntos, sin las diferencias que generan mucho que hay que suscribir en pro de una sociedad
retrocesos inaceptables. con más equilibrio, más justa y solidaria. Gracias a
En el campo de las bellas artes, la inequidad limita el ustedes por la paciencia de escucharme estos minutos
acceso a la creación, la expresión, el crecimiento en los que celebro estar presente. Es un honor.
interno, el desarrollo de talentos y deja muda una voz,
un pincel, una pluma, que cuenta y contribuye a
Posada Almayer 9


La Comala donde anidó mi alma/ Rosa Elena Alvarado

Mi corazón dio un vuelco cuando vi de nuevo este
amado paisaje; techos con teja, muros blancos, calles
empedradas, fachadas antiguas de grandes portones,
un pueblo rodeado de cafetales, antiguas haciendas y
un volcán que sigue vigilante, el Volcán de Fuego, el
viejo guardián que tanta controversia ha generado por
su ubicación territorial entre Colima y Jalisco, que
regala maravillosos espectáculos naturales, increíbles
postales. Su espontánea fumarola fue como un cálido
recibimiento después de largos años de ausencia. Me
sentí bienvenida, de nuevo en casa, en el hogar. El
tiempo ha transcurrido pero el pueblo se conserva
absolutamente encantador, alegre, afable, como en los
viejos tiempos.
Guarda celosamente su magia, esa que tal vez Juan
Rulfo sintió al conocerle, y por lo que quizás, lo eligió
para ubicar en él su célebre obra literaria Pedro
Páramo. Es lo que me gustaría creer, aunque hay
quienes afirman que Rulfo nunca conoció Comala. Lo
cierto, lo que me tocó vivir en los viejos tiempos, fue
un ambiente simple, prístino, de gente cálida,
orgullosa de la belleza de su entorno, la riqueza de esas
tierras altamente productivas, de fascinación por el
privilegio que Pedro Páramo y su autor les regaló.
Sentada en Los Portales, mientras conversaba con
Ada, mi amiga y colega querida, sabores y olores
penetraban mi alma, afloraban sin tregua los caminábamos en grupos pequeños alrededor del
recuerdos de tantas circunstancias ahí vividas. La kiosco, en la explanada, y los muchachos hacían lo
vibración que produce el toque de las campanas de la mismo en sentido contrarios. En cada vuelta, que eran
antigua iglesia llamando a misa de seis, me hicieron incontables, estaba puesta la atención en la ronda
regresar al momento y las evocaciones se diluyeron. opuesta, en la oportunidad de observar, de cruzar
El ponche de granada sigue siendo mi favorito, pero miradas, de dar o recibir un piropo, de intercambiar
me sugirieron probar el de café y resultó ser una rica mensajes en pequeños pedazos de papel doblados, de
experiencia para mi paladar. Ahora los hacen de una hacer amigos o con suerte, una conquista amorosa…
cantidad enorme de sabores. Escuché de nuevo un ¡Que tiempos tan distintos, tan lejanos, tan
sonido que me une al lugar, la sinfonía que se produce entrañables!.
cuando los caballos tocan con sus cascos el Sigo extrañando, sin duda alguna a “Cañitas”, un
empedrado de las calles, que extrañamente me gusta comalteco de edad avanzada, vendedor de cacahuates,
mucho, me produce cierta exaltación y la piel se me de amena presencia, gran desparpajo con su lenguaje,
pone chinita… Sí, aún estilan los jinetes del pueblo imaginación ocurrente, todo un personaje… Sentí
recorrer los alrededores de la plaza principal, luciendo mucho no poder visitar de nuevo la Hacienda de San
sus regios caballos, de caderas anchas, de orgulloso Antonio y el Colegio de Trabajo Social “Vasco de
linaje, de magnífica estampa. Quiroga”, este último fundamental en mi crecimiento
El kiosco se conserva en el centro de la pequeña plaza, académico… El tiempo me atajó sin piedad y es el
rodeado de viejos naranjos e irremediablemente responsable… Sé que habrá otra oportunidad, lo
vienen a mí aquellos domingos, cuando era el lugar de murmura al oído mi corazón… Comala querida,
encuentro de nosotros los jóvenes. Aprendí en ese sigues siendo ese remanso para anidar el alma, para
entonces una especie de ritual: Las muchachas inspirar a la vida misma.
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El pájaro de colores/Rosa Elena Alvarado
Tienes cara de susto hijo y no creo que sea la luz de la
vela.
Es que ayer lo vi otra vez en el cielo apá y ahora sí llego
muy cerca a nuestra parcela.
Pues tengo ya muchos días mirando todo el tiempo pa'
arriba, buscando y buscando, pero nada. Sabes que no
me gustan las mentiras ¿verdad Demetrio?
Sí apá. Pero te juro que era un pájaro muy grande.
¡Más que un águila!
Hijo, tal vez era otra cosa. Mira, esta vez me iré muy
obscura la mañana, no vaya a ser que ese animal
perjudique mi ajonjolí. Aún está tierna la flor.
Sí apá, tal vez sea peligroso. ¡Vieras cómo tiene de
colores! Como los de las mariposas que nacen en los
matorrales del río. ¡Y vuela tan extraño!
Hummm, estoy pensando que mejor mañana me
acompañas y esperaremos a que aparezca. Pon el
petate, apaga la vela, vamos a dormir.
* Demetrio, Cuéntale también al señor cura lo que viste
Apá, ¿trajiste la escopeta?
Sí hijo. ¡Más vale! El cielo amaneció limpio. Llovió
toda la noche. Será más fácil ver ese pájaro. ¿O será
otra cosa?
¡No, no, no! Volaba tan alto que a veces que se veía
chiquito, chiquito… A luego bajaba tanto que corría yo
a esconderme cuesta abajo, de lo enorme que podía
verse.
¡Ah que caray! Pues no me acuerdo de ningún animal
así. Tampoco tu abuelo me habló nunca de un pájaro,
así como tú dices.
La primera vez que lo vi, allá en las nubes, parecía
tener una cola larga, larga.
¿Será que viste un quetzal?
Posada Almayer 9

No. Su cola no era de colores.
Entonces, ¿cómo era?
Muy delgada. Como el listón con que mi amá se
enreda la trenza.
¡Carajo, tengo que verlo!
Mira, mira… ¡Voltea, voltea apá!.. ¡Allá está!
¿Dónde? ¿Onde Demetrio?
¡Ve para el Cerro del Chiquihuite apá! …Allá donde
se ven las casas de Xochi.
¡Ya lo vi! ¡Parece un pájaro, pero eso no es un animal!
¡Que extraño se mueve! Regresemos cuanto antes al
pueblo. Tenemos que hablar con los vecinos y el
señor cura. ¡Esto no me gusta nada!
*
Todos nos van a acompañar hijo. Ojalá y aún esté
volando esa cosa porque no quiero que me tachen de
mitotero.
*
allá, cerca del pueblo de Xochi.
*
¡Señor cura, ese pájaro de colores se mueve en el aire
como furioso! A luego gira, gira y gira, como jugando
chistoso. A luego sube más, baja, baja, baja despacito
y a luego recio pero recio. Cuando lo veo más de
cerca, ¡hasta se me enchina el cuero!
Ya llegamos señor cura.
Sí, Demetrio, pero yo no veo nada. Espero y no sea un
chisme tuyo.
No señor cura. Mi apá ya lo vio también. ¿Verdad apá?
Sí, señor cura. Es algo extraño. Parece un pájaro, pero
no lo es. Es otra cosa, pero no estoy seguro que no sea
un animal porque de otra manera, ¿cómo puede volar,


subir, bajar, girar? Por eso pensé en avisar porque me subir al cielo. Se ve lejos aún.
parece peligroso. Ya, ya, ya. Déjame enfocar con mis lentes. ¡No puedo
Ya tenemos tres horas aquí y el “pájaro de colores” no creerlo! ¿Te refieres a esa cosa de colores que flota sin
aparece así que regresemos todos a la comuna. rumbo? ¡Pobre Demetrio!
Mira Delfino, si tu hijo y tú me están mintiendo no ¡Vamos a la comuna! ¡Ellos tienen que ver lo que este
habrá comunión para ustedes por cuatro domingos. niño vio! ¡A ver si así aprenden!
No señor cura, no es mentira. Yo vi esa cosa y estoy ¡Espero que haya un responsable por la vida de tu hijo!
preocupado ahora más porque ya escuché que algunos ¡Vamos, vamos! Es necesario que se conozca el
vecinos creen que mi hijo está trayendo la maldad para “pájaro de colores”. Demetrio nunca mintió, pero no
acá con sus “mitotes”. se le permitió que nos probara que decía la verdad.
Pues no sé cómo se te ocurrió avisar a todos. Habrá *
problemas estoy seguro. ¡Miren todos, desde aquí pueden verlo!
Estoy cansado Demetrio. Tu amá ya apagó el fogón y Pero, ¿ven ustedes lo que veo yo? ¡Ahora son más!
no hay tortilla hecha. ¡Mejor!, no cenaremos para ¿Los ve señor cura?
guardar vigilia y que todo salga bien mañana. ¡Ese Sí, y puedo imaginar la carita de Demetrio ante este
pájaro tiene que aparecer, carajo! espectáculo.
*
Despierta Demetrio. Está esclareciendo y necesitamos ¿Ya lo vieron todos? Lo que él vio él y ahora está
pasar de nuevo por el señor cura. frente a ustedes no es un pájaro. Tampoco un animal.
Despierta hijo… ¡Anda, apúrate! Tenemos que llevar ¿No?
algo de comer porque anoche no cenamos. *
¡Hijo, hijo, que pasa! ¡Hijo mío por favor abre tus ¡No, eso que flota en el aire es un hermoso papalote!
ojos! ¡¡Háblame por favor!! ¡¡¡Ay, Dios mío, que te Los hacen volar las manos de algún niño. Uno como
hicieron mi niño!!! ¡¡¡¡No por favor!!!! Demetrio. Sólo que él ya no podrá aprender a
* construirlos, a elevarlos al cielo, a jugar con ellos.
¡Le puedo jurar a usted y toda la gente que mi hijo dijo
la verdad! Hay un pájaro de colores o una cosa extraña
en el cielo de Xochi. Vuela hacia el Cerro del
Chiquihuite y en veces a nuestra comuna. ¡Yo lo vi!
¡Lo juro! Mi hijo no era ningún hereje como me
gritaron algunos. ¿Quién me lo mató?
*
¡Me temía esto! ¡Te lo dije! Este pueblo siempre con
sus creencias y esa manera de resolver sus temores. No
debiste hablar de esto con la comuna. Tenemos que
aclarar que fue lo que vio Demetrio. Después de su
entierro iremos tú y yo solamente. Allá esperaremos a
que aparezca.
*
No tengo ganas de vivir señor cura, mucho menos de
caminar… Pero de mi hijo no se tiene que hablar como
si él hubiera sido el responsable de esa maldición que
nos está cayendo encima. Mi hijo era bueno.
El sol está declinando y tal vez son las cuatro de la
tarde, pero seguiremos esperando.
Señor cura, mire por favor. Allá de nuevo arriba de
Xochi. Apunte sus ojos y verá que ese pájaro empieza a

Posada Almayer 9
 

La agonía de María/Rosa Elena Alvarado

María despertó al escuchar un ruido, parecía que algo
pesado se arrastraba hasta ella. El petróleo del candil
se había agotado y la choza estaba completamente a
obscuras. Abrió los ojos lo más que pudo pero no
alcanzó a distinguir nada, sólo sintió la fuerza y
tosquedad de una mano que en el intento de cubrir su
boca, atrapó casi todo su rostro. Esto dio inicio, sin
saberlo, a una desventurada agonía.
A ella la trajeron a vivir muy pequeña a Zihuatanejo.
Su papá pidió posada en casa de su hermana Eutolia
por algunos días, pero tan pronto consiguió trabajo en
una huerta en donde le permitirían vivir con su
familia, se mudaron a Barrio Viejo.
Han pasado casi diez años desde que llegaron y nunca
había conocido más parientes que su tía Eutolia. Hoy
por eso había sido un día especial. Jacinto el hermano
de su papá, Faustino o “Fausto”, como casi todos lo
conocen, vino desde Xochistlahuacán buscando
trabajo, con tanta suerte que llegando se encontró un
“paisano” en Zihuatanejo y lo invitó a trabajar en un
hotelito de Troncones como jardinero. Ya tenía trabajo
pero no en donde dormir.
María trató de quitarse la mano que le sujetaba
prácticamente toda la cabeza pero en segundos se
volvió algo imposible. El cuerpo de un hombre cayó
sobre el de ella aplastándola e impidiéndole cualquier
movimiento que no fuera el que él la obligaba hacer. llamaba la atención por su porte tan distinto al de su
El terror se apoderó de ella al mismo tiempo que las familia.
náuseas la invadían. Un olor fétido, como a letrina Inmovilizada, con los gritos ahogados en su garganta,
caía sobre su cara en bocanadas constantes que casi sin poder respirar, sintió un fuerte dolor
laceraban su olfato y le impedían respirar. acompañado de un escalofrío que estremeció su
Fausto estaba feliz de tener a un miembro de la familia cuerpo, cuando en un movimiento brusco la
tan cerca, y casi enseguida que Jacinto le platicó su despojaron de su ropa, de su niñez, de su dignidad.
propósito, le ofreció su casa para dormir esa noche. Juana se dispuso a mover la misma hamaca y la instaló
Juana, su esposa, le mostró en ese instante la hamaca dentro de la choza, que es realmente un solo espacio.
que colgaba en la ramada que tenían frente a la El mismo hace las veces de cocina, comedor y alcoba.
modesta casa que habitan, que les presta Don José, Fausto y Juana comparten una cama al fondo a un lado
dueño de las huertas de coco y de muchos negocios del horno de barro. Sus dos hermanas más pequeñas
más, para que él durmiera. Pero Fausto dispuso otra comparten una cama y María por ser la mayor tiene el
cosa, desatendiendo la propuesta de Juana. privilegio de dormir sola en un catre que les regaló la
No, de ninguna manera, mi hermano duerme adentro esposa de Don José a su llegada.
con la familia. Tan pronto quedo libre del apestoso y sudoroso cuerpo
Aún no cumplía los doce años María, pero había de ese hombre, María se levantó, adolorida más del
crecido mucho y su estatura, a diferencia de la de su alma que del cuerpo aún entumido, y sintiendo una
hermana Felipa, era superior al promedio de su etnia especie de agonía, despertó a sus padres.
que son genéticamente de estatura pequeña. Así que Llorando, casi desnuda y con la voz apagada, dijo: Un
medir 1.60 a esa edad es realmente fuera de lo común. hombre me tomó a la fuerza.
Morena, espigada, de ojos almendrados siempre Fausto saltó de la cama y casi de inmediato tomó el
Posada Almayer 9

machete. Juana en la obscuridad trataba de llenar el
candil de petróleo lo más rápido posible. Ambos
buscaron de inmediato dentro y fuera de la choza. A lo
lejos, se escuchaba el ladrido de un perro, era el de
Don José que anunciaba presencia humana por las
huertas.
Juana le preguntó a María: ¿Quién fue?
María contestó: No sé pero me quiero morir. Mientras
tanto algo caliente se deslizaba por sus piernas.
Juana viéndola seriamente le dijo. Te pones ropa y nos
vamos a Zihuatanejo ahora mismo.
¿Para qué mamá? Contestó María con el corazón
sobresaltado. Hay que ir al doctor. Necesitamos
pruebas.
¿Pruebas para qué? ¡No te hagas mensa María! ¡Te
acaban de violar!
María miraba a su madre con ojos de súplica. No
quiero. Quiero morirme mejor. Reiteró.
Juana se percató de un hilo de sangre que bajaba por
las piernas de María, le dio un trapo y ordenó: Sécate
con esto y date prisa.
Fausto regresó de su búsqueda con el rostro sudoroso
y rojo. Así se ponía cuando lo invadía la furia. No
podía entender como entró un hombre a su choza sin
que él se diera cuenta. El responsable había huido tan a
tiempo que no había forma de darle alcance entre tanto
monte y cercas con púas que limitan las colindancias
de las parcelas del área ejidal.
Le preguntó a Juana si tenía idea si María “traía
novio”. Juana le contestó: “No, estoy segura”.
Los tres estaban listos para salir a Zihuatanejo pero
Fausto recordó que su hermano Justino estaba
durmiendo y con el candil iluminó la hamaca. Se
sorprendieron al notar que estaba vacía. Fausto de
inmediato sintió un fuerte temblor que se apoderaba
de su cuerpo y buscó con la mirada las pertenencias de
su hermano. No estaban. Se había ido.
Sin mirarse, sin decir nada, empezaron a caminar por
la polvorosa vereda, en medio de la obscuridad y
sumidos en sus propios pensamientos.
El doctor pidió a Juana dejarlo solo con María para
“revisarla” y ella nuevamente miró a su madre
rogando con la mirada que no la dejara sola con él.
Juana salió y no regresó a verla. El proceso de
“revisión” hizo más lacerante su agonía entre la
vergüenza de mostrar su cuerpo a un hombre que sin
recato la miraba, la tocaba, preguntaba, y la sensación
Posada Almayer 9
de estar siendo cuestionada por lo sucedido, su
dolorosa experiencia.
A Juana le confirmo el doctor que su hija había sido
violada y recomendó intervenirla por posibles
desgarramientos internos debido al sangrado que no
cesaba. Sin embargo esa intervención no podía ser en
el Centro de Salud debido a la falta de equipamiento
adecuado. Es necesario que la lleve al Hospital Civil
comentó el doctor.
María no sentía ganas de caminar más. Tenía muchas
ganas de regresar a casa, de acostarse, de dormir, de no
despertar. Y así se lo dijo a Juana.
Juana le mostró el certificado a Fausto y le dijo que era
urgente levantar una demanda y sin explicarle a
María, caminaron rumbo a la Agencia del Ministerio
Público de la ciudad.
Ya en el Ministerio Público, empezó para Juana la
batalla de siempre, cada vez que enfrentaba a un
trámite gubernamental. Su español era muy limitado y
era realmente un esfuerzo titánico comunicarse o
entender ante cualquier gestión que no fuera en su
idioma natal. Después de varios intentos para que
alguien entendiera lo que quería, sin tener éxito, había
pasado más de una hora.
Fausto, tímido y callado no se movía del acceso
principal del edificio en donde entraba y salía gente a
tropel. Trataba de entender entre el enorme bullicio
algo pero era inútil. Su español era aún más limitado
que el de su esposa.
Finalmente Juana logró que una mujer que estaba
detrás de un escritorio la escuchara con paciencia,
leyera el certificado extendido por el doctor y obtuvo
una respuesta: Déjeme consultar.
La mujer tomo el certificado y se acercó a un hombre
al que llamó “licenciado”. Él contestó dirigiéndose a
Juana, hablando muy rápido, al mismo tiempo que
movía sus manos haciendo señas en el aire, dando
indicaciones. Pero Juana lo veía y escuchaba sin
entender nada. Con los ojos muy abiertos mira
directamente a la mujer que la atendió tratando de que
ella supiera que no estaba comprendiendo. Para su
fortuna la mujer se percató y conmovida la acompañó
a la salida del edificio, buscando un espacio en donde
el bullicio fuera menor. Con pocas palabras le explico
que había un lugar especializado en esos casos, que
tenía que ir a ese lugar y le anotó la dirección.
A la 28...
 
Julio Wong Ortega
Acerca de mi obra
Mi obra y yo, inseparables por derecho de ser y nacer
juntos. Dando pasitos ingenuos en el taller mental de
las ideas entre tormentas y caprichos adolescentes
sobrevivimos a críticos y buenos consejos.
Lienzo, cuadro, pintura, mi obra es a veces tan mala,
pero tan mala que me da pena dejarla ser, estar, seguir
siendo. Más ella me alega en su cordura, que si hay
lugar para ella en este mundo lleno de vacíos.
Lo que pinto, los lienzos, las ideas, quizá no pasen a la
historia museográfica trascendental. Sin embargo mi
pintura me ha mantenido a flote ya durante más años
de los que quisiera contar y eh llegado a querer y
estimar mi obra pictórica como si en realidad fuera
eterna, sublime, recontrachingona.
No me case con un estilo de pintar ni con una temática,
más bien vivo en unión libre con el óleo, antes con el
acrílico, tuve un noviazgo con la acuarela y la
escultura, me dejo vestido y alborotado.
No pinto de todo, qué más quisiera. Pinto lo que puedo
pintar de acuerdo a mis limitantes técnicas, mentales y
de material, y al pintar trato, trato de hacer arte.
Mis raíces como pintor están asentadas fuertemente
en la necedad en un porcentaje muy alto. No hay
manera de seguir en este oficio de pintor sin ser un
necio inquebrantable. Pintor Julio Wong
Soy original a veces, a veces robo ideas y también Iconoclasta, irreverente e incomprendido hasta para
robo ideas para ser original. Robar ideas es parte del sí mismo, en una constante búsqueda de la creación,
arte creo, ¿o no compañeros? Como sea hay que del placer, de la felicidad; curiosamente no hay una
permanecer activo pintando, en mi caso eso me separación entre el artista y la persona.
legitima conmigo mismo, me da la razón del día a día. Como buen iconoclasta va a contracorriente de
Tengo que pintar, soy pintor. Mi ecuación es sencilla dogmas y convenciones sociales, insconscientemente
1+1=PINTAR. irreverente.
Como cierre de texto pluma en mano, en el presente La experiencia estética es uno de los placeres más
veo a mi obra más carente de elementos y virtudes de extraños, algunas ocasiones podría decir que llega a la
las que contiene. Hay algo de terrible y sublime en locura, no lo creería si no hubiera estado presente, en
ello, me marca un nuevo inicio de cero, olvidando la el éxtasis de la experiencia estética una mujer se
cuenta de cuadros pintados y en esta etapa el lienzo en arrodilla ante Wong, en el clímax de dicha experiencia
blanco me reta cara a cara y me pide o como decirlo, para enorme sorpresa de nuestro artista y su galerista
me alinea a tener honestidad pictórica y artística al en aquel tiempo, con la mirada Wong pedía ayuda,
crear una obra nueva. No prometo que esto se cumpla regresamos a ver al esposo para entender la situación,
pero eso intento, perdonen me voy a pintar. Saludos él sonreía y se escogía de hombros.
con afecto Julio Wong. La temática que explora Wong es amplia, desde
elementos decorativos hasta un erotismo explícito,
siempre en búsqueda de un nuevo elemento de
belleza.
César Farías
Posada Almayer 9


Pequeño marinerito

Retrato al óleo

Amaneceres 5
Posada Almayer 9
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Gato rojo

Amy

Basquiat

Posada Almayer 9
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Minificción/ Araceli Chávez Bustos

-Podría decirse que me enamoré de una sirena...

-Eso es imposible, capitán, esos seres son demonios del mar, le

devorará.

-Diselo a mí corazón, que está dispuesto a ser su cena.

Se quitó los mocasines, la espada y la daga que ocultaba en el

brazo... Sin pensarlo mucho se tiró por la borda.

Juran haber escuchado un grito, y aunque eran hombres valientes y

rudos, nadie tuvo el valor de asomarse hasta pasados unos Araceli Chávez Bustos
minutos. Vieron las aguas color escarlata, justo ahí donde debería Nací el 2 de julio de 1987 en la
de estar su capitán una mano se veía flotar, a un lado de ella una ciudad y puerto de Lázaro
cabeza con dientes afilados les miraba atenta a sus movimientos. cárdenas, Michoacán.
Actualmente aquí radico, trabajo
Un chillido. como Apoyo Administrativo.
Me gusta la escritura, el
Un canto de diosas. Dos. Tres... muchos. imaginar pequeñas historias.

Posada Almayer 9
 

El vals de las hojas otoñales/Ramón Granados Juárez

"Que la vida sea bella como las flores de la primavera, y bella la muerte
como las hojas de otoño.”
Rabindranath Tagore

Somos hojas muertas cayendo de un árbol agónico.

La triste tonada de las hojas otoñales llena el paisaje,
transcurre lento el tiempo mientras el viento nos arrastra sin rumbo,
ásperas y con frío
somos hojas vagabundas resquebrajándose.
Tan lejos de la rama reseca que nos dio un hogar,
el viento nos agita,
el granizo nos sacude,
el otoño nos arranca la vida.
No podemos hacer
más que dejarnos llevar
por éste aire salvaje.
Somos hojas muertas
cayendo de un árbol agonizante.

La región de la eterna amargura

“Dios existe, pero a veces duerme: sus pesadillas son nuestra existencia.”
Ernesto Sábato

Tengo un pensamiento cansado.

Lo veo alejarse entre las nubes del ocaso,
perdiéndose lento entre los cerros.
Vi una carretera ennegrecida por los residuos del tiempo
y hombres aletargados durmiendo entre una tormenta inmensa.
Aquí, en la región de la eterna amargura, no hay nada:
solo los huesos polvorientos de la capital cadavérica.
Un instinto gruñe a lo lejos
es la esencia primitiva arrastrándose,
haciendo caminos.
Caserío de fantasmas,
morada de la quimera.
El pensamiento.
La carretera.
La tormenta.
El gruñido
Las casas de los fantasmas.
La esencia primitiva.
Me costó trabajo despertar.
Posada Almayer 9


Doña Violencia
Para poder hablar de ti
espinas necesito en los labios,
clavos en la voz,
navajas en la garganta.
Para hablar de ti:
madre bala
madre dolor
hay que gritarte en medio de esta noche interminable.
Para nombrarte a ti, las palabras no existen.
Es un hondo sufrimiento
mordiendo las raíces enfermas de nuestra tierra.
Eres un hedor corriendo libre en estas calles sin nombre.
Para mirar tus ojos
basta con asomarse
a las entrañas podridas de los niños abandonados.
Para hablar de ti
hay que entender la orfandad.
Eres una herida abierta en el alma de la patria.
Hoy te nombro, te enfrento.
Hay que hablar de ti.
Para no olvidar a nuestros muertos.
Hoy te escribo buscando alivio en mis palabras.
Nadie sabe cuánto tiempo tendrá que pasar,
ni cuánto ha pasado
desde que llegó el rio de sangre a inundarlo todo.
Ahogados los hijos murieron,
ahogadas las esperanzas y el mañana,
ahogado el grito de inconsolables madres,
ahogado el sol, teñido de carmín.
Nadie sabe cuánto…
Nadie, siquiera recuerda,
cómo fue que el rio de sangre nos arrastró hasta aquí:
Al vientre muerto
de Doña Violencia.

Ramón Granados Juárez es poeta y gestor cultural; nacido

en México D.F., radicó en Naucalpan, Estado de México
hasta el 2000, año en que cambia su residencia a la ciudad
de Apaseo el Alto, Guanajuato.
Ha publicado los libros: Campos casi infértiles (edición de
autor,2002), Arder (Edición de autor, 2008), Por los
caminos del eterno exilio (edición digital disponible en
iTunes, 2015) y Retazos (Ediciones Guananao, 2019);
además de participar en diversos proyectos editoriales en
el estado de Guanajuato y fuera de él.
Posada Almayer 9

La distancia de las flores: tres poemas
La visita del íncubo
Llega de súbito –mancha alada y furiosa–
rompiendo la frágil tela de tu sueño.
Lo has invitado a tu cama sin saberlo,
abriendo misteriosas rutas hacia tu espíritu.
Te encuentra siempre desnudo;
y es corta tu potencia
ante a su cuerpo de sombra.
Te toma en sus miembros: seduce, somete.
Algo te va robando. Intentas escapar,
pero su tacto parásito te asfixia y mantiene inmóvil,
electrizado. Ha adquirido las formas de tu placer
o tu miedo según su capricho:
un toro gigante que te embiste,
un fatídico muñeco que abraza tu carencia,
un diáfano y perfecto cuerpo que podría atravesarte.
Y porque la carne se ablanda: copulan.
Algo en ti responde con todo el nervio de lo real.
Y nunca recuerdas cómo se va. (Acaso nunca lo hace.)
No conocerás su rostro ni su nombre.
Despertarás extenuado, con un vacío inenarrable.
(Un olor a azufre en tu habitación.)
Y tú odiarías más tal violencia,
si no fuera buen amante.
En el parque
Narcisos neurasténicos inclinan su pesadumbre
sobre la tierra humedecida.
Cae de nuevo tenue llovizna
sobre el tenderete de periódicos.
Y los poetas que se han encontrado por accidente
se apartan con una carcajada falsa.
Caminas; y en la rotonda de hombres ilustres
está la Muerte, impasible,
erguida como un trofeo que nadie mira.
No hay bicicletas ahora.
El sol danza lento como un niño retozón,
escondiéndose tras la plata de las nubes.
Los jardines cercados.
La música se ha ido de aquí para siempre;
sólo queda, de otros siglos, el polvo detenido en el aire. desempeña como periodista cultural. Actualmente es
Posada Almayer 9

/Aleqs Garrigóz
Pero hay gente aún;
jovenzuelos intoxicados de ingenuidad
trepan las bancas como monos:
no buscan allí el vetusto recuerdo de las verbenas.
Y al fin me miras y me sonríes
con tu diente picado.
La última cena
A veces imagino: no, no imagino:
lo vivo fuera de este mundo:
yo y el hombre al que no he amado
repartiéndonos la poca vida en un par de copas
semivacías,
ya antes desbordadas por el rubor.
La mesa sin flores. Mas todo dispuesto y limpio
para saludar al amor apenas llegado,
trinchando la carne de un beso,
uvas aplastadas contra el vientre.
No más. El vino estaba agrio.
Y al fondo: el odio.
(Ya no era el miedo…)
Así nos conocimos. Así platicamos.
Tú darías otro rostro a la oscuridad esplendente
de mi juventud. Yo guardaría de ti
una imagen clásica, deformada,
en el pañuelo.
Algo sin mayor heroísmo. Sencillo.
Como lavar los trastos, un suspiro.
Como pasar la hoja de la agenda
y descubrir el día en que
antes de cualquier nuevo accidente insuperable
habíamos decidido al fin, con dureza,
acorazarnos cual armadillos, en la muerte.
Aleqs Garrigóz (Puerto Vallarta, 1986). Es autor de varios
títulos de poesía, entre los cuales figuran Abyección (2003)
y El niño que vendió su alma al Diablo (2017). También se
maestrante en Literatura Hispanoamericana por la
Universidad de Guanajuato, ciudad en la que reside.


Cuerpo, mente y espíritu/ Juseiff Nava Valadez

Juseiff Nava Valadez

Nació en San Francisco del Rincón, Guanajuato, el 17
de febrero de 1999. De la obra aquí expuesta dice el
autor: “En este cuadro represento tres caminos que se
unen en una sola luz primitiva, pura y sin prejuicios.
Este trabajo es parte de una colección llamada
“Esencias”, que terminé este mismo año, misma que
trabajé sobre tablones de madera y distintas técnicas
de pintura”.

Posada Almayer 9
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Lo que quedó/Ángeles Briseño

Lo que quedó

Me quedo en medio de esa habitación vacía,

Los recuerdos llegan y me vuelvo una niña,
corriendo a los brazos de su abuela.
Pero... ya nada es como antes,
ya no hay nada ahí.
No está su aroma,
No está su sonrisa,
No está todo aquello,
Que siempre llenó mi corazón.
Díganle que regrese,
que esa casa no es lo mismo sin ella; Angeles Briseño. Nació en San José Iturbide, Guanajuato.
“Desde los 18 años me he dedicado a escribir, poesía,
Sin su risa capaz de sanar corazones. pensamientos, relatos, entre otros; ya que, ha sido mi
Vuelve, medio de desahogo y transformación de mi realidad.
No me dejes aquí, Actualmente, trabajo en mi primera novela, así como
No la dejes, también me encuentro trabajando como docente de
Las dos aún te necesitamos, telesecundaria, donde busco a través del ejemplo
aún anhelamos verte volver. incentivar a mis alumnos el gusto por la literatura”.

Posada Almayer 9
 

El carretón/ Socorro López Nulñez

-Lo tengo grabado en la memoria; fue impresionante
verlo.
El hombre entrecerró los ojos y guardo silencio, como
si estuviera tratando de asimilar aquello que aún le
molestaba.
Hizo un gesto de amargura y continuó.
_Eran tiempos de hambre y enfermedad cuando la
*peste azotó a Moroleón.
Yo, era solo un niño, apenas ocho años. Ese día
acompañé a mi madre al centro del pueblo, ella, iba a
lavar a una casa rica (ahí por donde ahora es la cárcel),
yo me quedé en la calle jugando con otros niños.
Fue entonces cuando sucedió; lo vimos llegar, nos
acercamos con miedo y curiosidad; el conductor se
bajó y dejando sola su terrible carga entró a una casa
pasando la barranquilla.
En un arranque de audacia me subí a una de las ruedas
del carretón para poder ver el cargamento, no me di
cuenta que el conductor regresaba, me vio y dejando el
cuerpo con los otros, me cargó y me subió a su asiento
mientras me decía:
- ¿Quieres verlos? ¡Pues míralos bien!
_ Hizo caminar al caballo, mientras yo observaba
espantado aquel amontonadero de cuerpos, algunos,
todavía agonizantes.
Vi a un hombre que se esforzaba en vano tratando de
quitarse de encima los cadáveres que lo oprimían;
había otro que se quejaba y movía las piernas como
tratando de escapar de ese mar de cuerpos.
Cuando llegamos a la esquina, el carretonero, me bajó
y me dijo:
-Tú querías verlos ¡pues ya los viste!
-Y se alejó lentamente con su carga siniestra de dolor
y muerte
* Gripe española de 1918
Ma. Del Socorro Micaela López Núñez. (Moroleón, Gto.
México) Escritora y Narradora Oral. Parte de su obra ha
sido publicada en algunas Antologías como Hilvanando
Vuelos (Universidad Iberoamericana), Cuentos de magia
y Misterio, Imagicuentos (Ambos de Ediciones la Rana y
Conaculta), Mujeres Poetas en el País de las Nubes 25
Aniversario, Mujeres en la Palabra , Entre la Tierra y el
cielo y Letras interiores entre otras.

Montajes/maqueta © Francisco Solís Salas

Posada Almayer 9
 

Entre montañas/ Daniela Plaza Cárdenas

Cobrizo amanecer en aquellas tierras fértiles,
Dónde las nubes dibujan mi cuerpo y
Las montañas cobijan mi alma.

¡Únicas son tus calles, piedras bordadas por los dioses!

Lugar de historia, cantos celestiales,
Templos y paisajes.

En la búsqueda de mis sueños,

Recuerdo lo brillante de tus cielos,
Lo profundo de tus campos.

En la búsqueda de mis deseos,

Llevo a Aztlán entre las venas
El olor de su tierra, lo impresionante de su cerro.
Mientras sueño y deseo, jamás me despierten,
Pues naufragio en los túneles de mi bello estado,
Paseo con las momias y me embriago de
Su gastronomía.
Mientras sueño y deseo, me quedo siempre
En Guanajuato.
Daniela Plaza Cárdenas. Nació en
Ecatepec de Morelos, Estado de México
pero es Guanajuatense de corazón,
egresada de la Licenciatura en Derecho,
de veintiún años de edad, amante de la
poesía, transformando el mundo a través
de las letras, su mayor inspiración ha
sido el escritor novelista, maestro del
realismo mágico Gabriel García
Márquez, pues aspira a llegar a ser como
él.

Posada Almayer 9
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Tú me gustas/ Carlos López Ortíz

Tú me gustas.
Me gusta sentarme en el jardín y platicar contigo,
contigo expando mis pensamientos a nuevos horizontes.
Horizontes remotos de tapas, de hojas y letras,
letra por letra es como ir juntos tomados de la mano.

Me gusta ver tu semblante cuando comunicas cada palabra.

Palabras que afloran de esos rosados labios,
Labios que incitan a saborearlos, a comerlos.
Disfrutándolos lentamente beso tras beso, mordisco tras mordisco.
Me gusta cuando tus pupilas y las mías se encuentran
es ese encuentro un beso furtivo. Tan rápido, tan suave,
que va forjando en mis recuerdos un tatuaje de ti
Placer infinito que me lleva a escribirte
estos versos con la pluma de mi alma.
Así mi alma pinta en tu corazón, pinceladas de amor.
P.D Tú me gustas.
Carlos López Ortiz. Estudió la
licenciatura en filosofía. Fue miembro de
grupo cultural Andamnios. Aparece en
las antologías: las leyendas de la santa
muerte (2009) de Cal, EU., Elegidos 2010
de BA, Argentina, Mariposas de humo
(2014), Letras Interiores por la REEG. y
II antología de escritores de Moroleón,
ambas del (2020). Coautor del libro
Gastronomía y herbolaria de los valles
a b a j e ñ o s ( 2 0 11 ) . E n 2 0 1 9 f u e
seleccionado por el programa fondo de
las letras guanajuatenses.

Posada Almayer 9


... de la 9

María esperaba mientras tanto. Sentada en el borde de sucedido. Al mismo tiempo que ella lo escuchaba, su
una jardinera, con sus piernas firmemente apretadas y cara iba mostrando signos de profunda preocupación.
la mirada perdida en el suelo. Tenía mucha sed pero no Cuando Fausto terminó de contarle se paró y empezó a
quería hablar, no deseaba mirar a nadie, así que caminar rumbo a al edificio para buscar a Juana. Ya
permaneció en silencio hasta que Juana regresó y les había transcurrido mucho tiempo.
comentó que había necesidad de ir a otro lugar para Eutolia se sentó junto a María y se dio cuenta que ella
hacer la denuncia. María pareció no entender y sólo estaba muy pálida y desencajada. Con el cuerpo
pidió a Juana le diera otro trapo y la llevara a un baño. relajado, parecía dormir profundamente. La tocó en
Era urgente pues la cálida humedad nuevamente se un brazo aún tibio, pero ella no reaccionó. La observó
deslizaba por sus piernas. con más atención y preocupada notó la roja humedad
Juana le pidió que la siguiera y nuevamente se metió al que ya había permeado hasta el pasto y esto la alarmó.
edificio y después de otra lucha para encontrar el baño Se paró de un salto llamando a gritos a Fausto.
y una hora más, salieron todos a la calle buscando Fausto no la escuchó, ya había entrado al edificio. Así
orientarse para encontrar la Agencia Especializada en que Eutolia sin saber qué hacer, regresó hasta María y
Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar. trató de despertarla, de incorporarla, levantarla,
Caminaron por casi media hora y finalmente lograron abrazando y sacudiendo su cuerpo. Pero era inútil,
dar con el lugar. para María había terminado su agonía ese día a las
Cuando llegaron a la Agencia Especializada, María se quince horas con veinte minutos, según reveló la
sentía agotada y con la sensación de que sus fuerzas autopsia.
estaban al límite. Con voz suave y pausada le dijo a su
mamá: Ya no quiero seguir. Regresemos a Barrio
Viejo. No tiene caso te digo, yo me quiero morir.
Juana la escuchó con el entrecejo fruncido y le
contestó: Si a ti no te importa lo que te han hecho, a tu
padre y a mí sí. Necesitamos que se haga justicia y si
aquí no la encontramos tú padre la hará con su
machete. ¿Eso quieres?
María bajo la mirada en silencio. Sus labios lucían
muy pálidos, resecos y con una saliva pastosa en las
comisuras. El trapo estaba saturado nuevamente y ya
no tenía el deseo de cambiarlo. Se sentó sobre una
pequeña área de pasto y posó su espalda sobre un
muro. Se quedó en silencio nuevamente pero esta vez
cerró sus ojos y adoptó una actitud de resignación.
Mientras tanto, Juana entraba al edificio indicado a
librar nuevamente la batalla por darse a entender.
Fausto se sentó a un lado de María y le susurró al oído:
No te preocupes hija, esto no se va a quedar así. Se
acomodó el sombrero y dejó caer su cabeza hacia
abajo, mirando sus manos posadas sobre sus rodillas,
tratando de aclarar sus pensamientos, de entender por
qué estaban viviendo esa tragedia.
Dos horas después y Juana no salía del edificio. Pero
Eutolía, hermana de Fausto llegó hasta ellos con el
rostro cubierto de sudor y preguntó a Fausto
directamente. ¿Qué pasó?
Fausto le contó en amuzgo, su dialecto, a Eutolia lo

Posada Almayer 9
 

Joel Correa

Joel Correa, Nació en Ciudad de México en el año 1979.

Poeta, escritor y pintor radicado en Salvatierra
Guanajuato gran parte de su vida, lugar donde ha
encontrado la inspiración para acercarse el arte. En la
rama de la pintura se dedica a la representación de
haciendas y paisajes rurales.

Hacienda de Santo Tomás Huatzindeo,

de Salvatierra, Gto. Acuarela/ 23x33 cm.

Molino de trigo de la Hacienda del

Mayorazgo de Salvatierra, Gto. 29x21 cm

Posada Almayer 9
 

El circo/ Abad Segovia

Durante los días que el circo estuvo en la ciudad, recorrió las calles una
camioneta promocional con el perifoneo y una jaula. Dentro de ésta iba un
tigre, un tigre enorme. Lo extraño es que el animal iba dormido; siempre
que lo vi pasar, iba así. No entendí por qué; tal vez un somnífero, tal vez el
cansancio, tal vez el hartazgo de una vida al servicio del hombre. (Si fuera
esto último, ahora entiendo por qué a veces deseo tanto dormir)
Un circo de calidad, pero de verdadera calidad, llevaría en su jaula seres
humanos. Eso sí causaría asombro. Un hombre, una mujer en cautiverio,
¿qué harían? Un político, un líder religioso, la señora hipócrita, el
científico que lo sabe todo… ¡Vengan a conocer el Circo de los
fenómenos! ¡Todos a divertirse con el mayor logro de la cadena
evolutiva! Me quedé pensando en eso y de pronto supe cómo resolverlo:
me haré una jaula y pondré en frente un espejo porque quiero vivir
riéndome de todo lo que veo.
Abad Segovia es originario de Acámbaro Gto.
Mayormente ha escrito poesía, pero también ha
incursionado en el cuento corto, la crítica social y ha
construido algunas frases breves de tinte picante,
inspirado en los poemínimos de Efraín Huerta. Ha
participado en diversos encuentros de escritores en los
Estados de Guanajuato y Michoacán y ha publicado tanto
en antologías como de forma individual de manera física
así como a través de internet.

Posada Almayer 9


Baúl del recuerdo

Posada Almayer 9
Posada Almayer
Zihuatanejo, Guerrero
Diplomado de Creación Literaria
Taller de Creación Literaria Babel