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FACULTAD DE TEOLOGÍA
El magisterio y la Trinidad
1
«Señor mío, si te he caído en gracia,
no pases de largo cerca de tu servidor».
Gen. 18, 3
2
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN i
APARTADO PRIMERO:
APARTADO SEGUNDO
2.1.1 Arrio 8
3
APARTADO TERCERO
CONCLUSIONES 14
REFERENCIAS 15
4
Introducción
El presente trabajo tiene la finalidad de dar a conocer algunos puntos de reflexión para
poder considerar el tema de la revelación trinitaria dentro del marco del Magisterio. El
Magisterio hoy en día es visto como aquel custodio de la fe y de que esa fe sea acogida e
interpretada de la mejor manera para que el pueblo fiel de Dios pueda conducirse por el
camino de la verdad. Es una labor importante que tiene el colegio episcopal para que todo
lo que la Iglesia profese pueda llegar de una buena manera a sus hijos, quienes cris y educa
como una madre para que sean conducidos por el buen camino de la fe
A lo largo de este tema podremos considerar algunos elementos que serán de gran
ayuda en la comprensión de este tema ya que han sido distintos los aportes que se han dado
en torno a la Santísima Trinidad, se han dado incluso opiniones filosóficas sobre este tema,
pero lo que nos interesa en este momento es el recorrido que la Iglesia ha hecho junto al
Magisterio. Es importante considerar que todo lo que hoy en día conocemos de la Trinidad
ha sido por la ardua lucha que se ha hecho por defenderla, por eso a los cristianos nos
corresponde acogerla con fe y amor
Este recorrido será de gran ayuda para entender que la labor del Magisterio es de
vital importancia dentro de la Iglesia, ya que gracias a él cristiano puede hablar de lo que
cree. Aquí sólo se ofrecerá un recorrido, pero es importante considerar que como cristianos
estemos en sintonía con lo que la Iglesia ha venido enseñando y defendiendo durante estos
siglos.
i
5
APARTADO PRIMERO
Para realizar este estudio es importante considerar algunos elementos que serán de gran
ayuda para poder entender los aportes que se ha hecho en torno al dogma de la Trinidad. Si
bien, a lo largo de los siglos este dogma de la Trinidad ha tenido grandes avances dentro de
lo que se enseña que es, también, ha tenido muchos retrocesos por algunas cuestiones que
necesitan irse resolviendo y que a través del Magisterio han ido resolviéndose, por ello, es
importante saber qué es el Magisterio, cuál es la función que tiene y porqué es primordial
dentro de la Iglesia
ya que la Iglesia, que predica la palabra divina, cree conservar íntegra la fe confiada a los
apóstoles, al abrigo de toda contaminación y de toda novedad (D 159-160), de todo
germen de error que podría sembrar el Espíritu maligno que no cesa de mezclar la cizaña
con el trigo (D 246).1
Es importante saber que al pueblo fiel de Dios se le ha dado revelado Dios junto a su plan
salvífico. Desde nuestros primeros padres se fue formando la conciencia de guardar y
defender estos tesoros entregados para ser acogidos y atendidos por el hombre de fe.
Explícitamente, en la Sagrada Escritura encontramos grandes beneficios entregados para el
provecho de la humanidad, por ello deben ser atendidos con verdad y claridez. Ante esta
exigencia, se puede considerar que “el Magisterio de la Iglesia determina los hitos del
camino,”2 este camino es el que lleva a conocer y comprender la veradad de lo que se
profesa, siendo el Magisterio el responsable de cuidar que se llegue al camino correcto y no
1
Latourelle, Rene, Teología de la Revelación, Sígueme, Salamanca, 1982, p. 281
2
Corodovilla Pérez, Ángel, El ejercicio de la teología, Sígueme, Salamanca, 2007, p. 171
6
caer en divagaciones, la Dei Verbum ayuda a clarificar cuando dice: “el oficio del
Magisterio consiste en interpretar auténticamente la Palabra de Dios escrita en la Sagrada
Escritura o transmitida en la Tradición”.3
3
Dei Verbum núm. 10
4
Cfr. Cordovilla, El ejercicio… op. cit. p. 171
5
Comisión teológica internacional, Magisterio y teología, tesis I en C. Pozo, 1975
6
Cfr. Cordovilla, El ejercicio… op. cit. p. 179
7
al arbitrio de cada receptor y corre el peligro de perder la esencia y quedaría como una
inconciencia.7
APARTADO SEGUNDO
2.1.1 Arrio
Desde la consideración arriana de que existe un solo Dios, el cual es ingénito, eterno, sin
principio se parte para poder esclarecer esta situación. Este Dios absoluto no puede
comunicar su sustancia ya que por semejante comunicación o generación supondría que es
compuesto, divisible, mudable, corpóreo; de ser así, se puede observar un Dios engendrado
o producido por comunicación de sustancia lo cual seria una contradicción porque Dios es
un ser ingénito. Esto ha llevado a gran disputa en la época, resultando inaceptable entre el
pueblo cristiano.8
8
como provenida del Padre, sólo era para Arrio un enviado más que vino a la tierra a explicar
el mensaje de Dios, no a hacer proezas divinas.
En torno al Padre considera que no siempre lo fue, más bien, comenzó a serlo en el
momento de crear al Hijo. Por ello, antes de existir el Hijo, el Padre era Dios; como Dios es
eterno, increado, ingénito. Le otorga como característica que no engendra ni es engendrado.
De este modo, la generación se entiende como comunicación de la propia sustancia porque
la generación supone composición e imperfección. 10
En torno al Hijo, argumenta que es el primero de las criaturas y, como todas las
demás, fue creado de la nada, considera que de él no se puede decir que es emanado de la
sustancia divina. Toma al Hijo como criatura superior, quien tuvo un tiempo de inexistencia
y que del amor y de la voluntad del Padre fue creado. En respuesta a la divinidad del el Hijo
se refiere a que es un dios de segundo orden. Es hijo de Dios no en sentido ontológico, más
bien, en un sentido moral, por consiguiente, de adopción.11
Este concilio fue convocado para hacer un estudio de las afirmaciones de Arrio en torno a la
naturaleza divina del Hijo. Fue Constantino quien lo convocó en Nicea, Bitinia, Asia Menor.
Se puede detallar asistieron 318 obispos de los cuales casi todos eran orientales. Asistieron
de Occidente Osio de Córdoba, dos representantes de Papa Silvestre y otros pocos. En este
concilio estuvo San Atanasio cuando aún era diácono, acompañó al obispo Alejandro.
Comenzados los debates, nació una fuerte discusión entre los arrianos y ortodoxos, fruto de
ello fue el surgimiento de un nuevo grupo llamado eusebiano porque lo encabezada Eusebio
10
Cfr. Fuster Perelló, Sebastián, Misterio Trinitario…op.cit., p. 166
11
Idem. p. 167
9
de Nicomedia, ello porque quería salvar el arrianismo suavizando formulas y evitando que el
concilio dirigiera tantas condenaciones.
Durante finales del siglo IV se van presentando más polémicas trinitarias, que fueron
reclamando cierta importancia ya que durante el tiempo fueron quedando olvidadas y no se
tocaron los temas hasta llegado este momento. Como protagonistas de ciertas discrepancias
podemos encontrar los anti-nicenos y el macedonismo; por otra parte, están los Padres
capadocios como Gregorio de Nicianzo, Gregorio de Nisa y finalmente San Atanasio.
El error frente al Espíritu Santo también puede ser considerado como una subordinación,
para llegar a ello basto que Aecio, Eunomio y Macedonio cometieran errores en su doctrina
para poder propagarla entre los cristianos. Aecio y Eunomio como arrianos radicales
mantienen la inferioridad del Hijo y del Espíritu. Macedonio mantiene que el Padre y el Hijo
12
Ibidem. p. 167
10
son de la misma naturaleza, pero niega la igualdad del Espíritu Santo. Lo común en ellos es
no aceptar la igualdad entre el Padre y el Espíritu Santo, sino que la consideran una simple
semejanza. 13
13
Cfr Arias Reyero Maximino, El Dios de nuestra fe, Dios uno y trino, CELAM, México, 1991, p. 266
14
Cfr Dezinger 58-86
11
APARTADO TERCERO
A finales del siglo XI y principios del XII el Magisterio de la Iglesia tiene que corregir
algunas cuestiones sobre las opiniones en torno a la trinidad. Por ello aquí se verá un breve
recorrido de estos momentos en los que la el Magisterio de la Iglesia ha intervenido.
Este Concilio contienen dos decisiones importantes, primero, aporta una definición sobre la
fe contra los Albigenses y los Cátaros, después, define entorno a los errores del Abad
Joaquín de Flore o Fiore. Estos textos van a mostrar que la Trinidad están en tranquila
posesión. Sólo buscará exponer la fe, en el primer texto, y de condenar y reprobar el error
del Abad Joaquín. Nace la necesidad de mantener el concepto de sustancia o esencia, para
no tener que afirmar entre las Personas divinas una unión exclusivamente moral. 15 La
fórmula más clara la aporta este concilio, por sus términos y por el equilibrio entre una
visión económica y una visión inmanente de la Trinidad.16
Ambientados en la época del Filioque. La diferente expresión de las relaciones entre el hijo
y el espiritusanto puede considerarse en tres épocas. Estas tres épocas pueden enunciarse
15
Cfr. Reyero Arias, Maximino, El Dios de nuestro… op. cit., p. 2271
16
Cfr. Fauster Perelló, Sebastián, Misterio Trinitario…op. cit., p. 181
12
como la época de la diversidad pacífica, época de confrontación y época de acercamiento.
Por su parte, el Concilio de Florencia intenta la unidad con otro acercamiento doctrinal en el
tema del Filioque. Sus intentos nuevamente fracasaron, sin embargo, cada vez más se hizo
conciencia en las Iglesias de Oriente y Occidente que la unión puede ser realizada. 17
17
Cfr. Arias Reyero, Maximino, El Dios de nuestro… op. cit., pp. 271-275
18
Ibidem
13
Conclusiones
Este trabajo realizado lleva a considerar algunas reflexiones que son importantes a tomar en
cuenta. Hoy en día el cristiano ve a la Trinidad únicamente como Un solo Dios en Tres
Personas, y es verdad, lo que pudiera quedar cortado es que no se ha ido comprendiendo
con mayor profundidad cuales han sido las dificultades por la que otros cristianos católicos
se han enfrentado para que nosotros podamos creer con seguridad y confianza esta verdad
de fe. Por eso, se considera imprescindible que nos acerquemos a la Historia de la Iglesia
para conocer mejor los sucesos por los que se ha ido atravesando.
14
Bibliografía
Arias Reyero Maximino, El Dios de nuestra fe, Dios uno y trino, CELAM, México, 1991
Dei Verbum
Dezinger
Fuster Perelló, Sebastián, Misterio Trinitario, San Esteban-Edibesa, Sígueme, Salamanca, 1997
González de Cardedal, Olegario, La recepción del Concilio en España, Reflexiones a los cuarenta
15