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SEMINARIO PONTIFICIO DE LA SANTA CRUZ

FACULTAD DE TEOLOGÍA

El magisterio y la Trinidad

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN PARA LOS ESTUDIOS DE TEOLOGÍA:

PRESENTA: JESÚS ALDAIR ZÁRATE ORTIZ

CATEDRÁTICO: PBRO. RICARDO VÁZQUEZ OJEDA

HACIENDA BLANCA, ETLA, OAX., 26 DE OCTUBRE DE 2021

1
«Señor mío, si te he caído en gracia,
no pases de largo cerca de tu servidor».
Gen. 18, 3

2
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN i

APARTADO PRIMERO:

1 Concepto “El Magisterio de la Iglesia Católica” 6

APARTADO SEGUNDO

2 Aportaciones del Magisterio al Dogma de la Trinidad 8

2.1 La disputa de la naturaleza divina del Hijo 8

2.1.1 Arrio 8

2.2 El Concilio de Nicea 9

2.3 Paso de la cuestión de Nicea a Constantinopla 10

2.4 El error contra el Espíritu Santo 10

2.5 La definición del I Concilio de Constantinopla 11

3
APARTADO TERCERO

3 Determinaciones magisteriales conciliares 12

3.1 El Concilio IV laterano 12

3.2 II Concilio de Lyon y el Concilio de Florencia 12

3.3 El Magisterio de la Iglesia desde el Concilio de Florencia hasta el Concilio


Vaticano II 13

CONCLUSIONES 14

REFERENCIAS 15

4
Introducción

El presente trabajo tiene la finalidad de dar a conocer algunos puntos de reflexión para
poder considerar el tema de la revelación trinitaria dentro del marco del Magisterio. El
Magisterio hoy en día es visto como aquel custodio de la fe y de que esa fe sea acogida e
interpretada de la mejor manera para que el pueblo fiel de Dios pueda conducirse por el
camino de la verdad. Es una labor importante que tiene el colegio episcopal para que todo
lo que la Iglesia profese pueda llegar de una buena manera a sus hijos, quienes cris y educa
como una madre para que sean conducidos por el buen camino de la fe

A lo largo de este tema podremos considerar algunos elementos que serán de gran
ayuda en la comprensión de este tema ya que han sido distintos los aportes que se han dado
en torno a la Santísima Trinidad, se han dado incluso opiniones filosóficas sobre este tema,
pero lo que nos interesa en este momento es el recorrido que la Iglesia ha hecho junto al
Magisterio. Es importante considerar que todo lo que hoy en día conocemos de la Trinidad
ha sido por la ardua lucha que se ha hecho por defenderla, por eso a los cristianos nos
corresponde acogerla con fe y amor

El texto estará dividido en tres partes. Primero, se proponen algunos elementos


introductorios que nos permitan comprender el qué es el Magisterio de la Iglesia, ya que en
la actualidad se puede ir confundiendo con otras labores, también se dirá sobre su labor. En
segundo lugar, se abordarán los problemas fundamentales que han hecho que el Magisterio
entre en labor, para ello, se abordaran los temas que dentro del siglo IV fueron los que
pusieron en peligro la doctrina católica, razón por la cual el Magisterio desarrolló su labor.
Finalmente, en el tercer apartado, se considerarán algunos aportes que se dieron en torno a
la Trinidad por parte del Magisterio.

Este recorrido será de gran ayuda para entender que la labor del Magisterio es de
vital importancia dentro de la Iglesia, ya que gracias a él cristiano puede hablar de lo que
cree. Aquí sólo se ofrecerá un recorrido, pero es importante considerar que como cristianos
estemos en sintonía con lo que la Iglesia ha venido enseñando y defendiendo durante estos
siglos.

i
5
APARTADO PRIMERO

CONCEPTO “EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA”

Para realizar este estudio es importante considerar algunos elementos que serán de gran
ayuda para poder entender los aportes que se ha hecho en torno al dogma de la Trinidad. Si
bien, a lo largo de los siglos este dogma de la Trinidad ha tenido grandes avances dentro de
lo que se enseña que es, también, ha tenido muchos retrocesos por algunas cuestiones que
necesitan irse resolviendo y que a través del Magisterio han ido resolviéndose, por ello, es
importante saber qué es el Magisterio, cuál es la función que tiene y porqué es primordial
dentro de la Iglesia

ya que la Iglesia, que predica la palabra divina, cree conservar íntegra la fe confiada a los
apóstoles, al abrigo de toda contaminación y de toda novedad (D 159-160), de todo
germen de error que podría sembrar el Espíritu maligno que no cesa de mezclar la cizaña
con el trigo (D 246).1

Es importante saber que al pueblo fiel de Dios se le ha dado revelado Dios junto a su plan
salvífico. Desde nuestros primeros padres se fue formando la conciencia de guardar y
defender estos tesoros entregados para ser acogidos y atendidos por el hombre de fe.
Explícitamente, en la Sagrada Escritura encontramos grandes beneficios entregados para el
provecho de la humanidad, por ello deben ser atendidos con verdad y claridez. Ante esta
exigencia, se puede considerar que “el Magisterio de la Iglesia determina los hitos del
camino,”2 este camino es el que lleva a conocer y comprender la veradad de lo que se
profesa, siendo el Magisterio el responsable de cuidar que se llegue al camino correcto y no

1
Latourelle, Rene, Teología de la Revelación, Sígueme, Salamanca, 1982, p. 281
2
Corodovilla Pérez, Ángel, El ejercicio de la teología, Sígueme, Salamanca, 2007, p. 171

6
caer en divagaciones, la Dei Verbum ayuda a clarificar cuando dice: “el oficio del
Magisterio consiste en interpretar auténticamente la Palabra de Dios escrita en la Sagrada
Escritura o transmitida en la Tradición”.3

A partir de lo planteado se pueden concebir algunas características para el


Magisterio4:

A) El Magisterio de la Iglesia no es la totalidad de la doctrina cristiana, menos la


realidad que representa a través de los conceptos que plantea. Con esto se quiere
explicitar que no se puede identificar al Magisterio y a la vida cristiana ya que la
teología n o es un simple explicación y justificación de las afirmaciones del
Magisterio.
B) El Magisterio no será un simple límite formal de la teología y de la vida cristiana,
más bien, el Magisterio cumple con la función de ser la ratificación del contenido
real de ambas. El Magisterio se relaciona de manera interna y connatural con el
objeto al que intenta servir, ya que guarda con exactitud y lo transmite con
fidelidad.

Aunado a ello, se puede considerar que el Magisterio consistirá en el acto de enseñar,


ampliamente, puede referirse a la gracia que Cristo otorga al pueblo de Dios en su conjunto
y que se ejerce de diversas formas, “se llama Magisterio eclesiástico a la tarea de enseñar,
que pertenece en propiedad, por institución de Cristo, al colegio episcopal o a cada uno de
los obispos en comunión jerárquica con el sumo Pontífice.” 5 La riqueza que se puede
encontrar dentro de esta fuente de la teología, es que necesita de la interpretación para poder
aducir los elementos que de él salen, por ellos una palabra interpretativa de la Tradición y de
la Escritura garantiza el correcto sentido de ambas en continuidad con la fe apostólica 6, en
ello consiste el Magisterio. El día de hoy es necesaria una hermenéutica que actúe contra el
sentido literal de una afirmación magisterial, la que sin ello, la interpretación quedaría sujeta

3
Dei Verbum núm. 10
4
Cfr. Cordovilla, El ejercicio… op. cit. p. 171
5
Comisión teológica internacional, Magisterio y teología, tesis I en C. Pozo, 1975
6
Cfr. Cordovilla, El ejercicio… op. cit. p. 179

7
al arbitrio de cada receptor y corre el peligro de perder la esencia y quedaría como una
inconciencia.7

APARTADO SEGUNDO

APORTACIONES DEL MAGISTERIO AL DOGMA DE LA TRINIDAD

2.1 La disputa de la naturaleza divina del Hijo

2.1.1 Arrio
Desde la consideración arriana de que existe un solo Dios, el cual es ingénito, eterno, sin
principio se parte para poder esclarecer esta situación. Este Dios absoluto no puede
comunicar su sustancia ya que por semejante comunicación o generación supondría que es
compuesto, divisible, mudable, corpóreo; de ser así, se puede observar un Dios engendrado
o producido por comunicación de sustancia lo cual seria una contradicción porque Dios es
un ser ingénito. Esto ha llevado a gran disputa en la época, resultando inaceptable entre el
pueblo cristiano.8

Desde la concepción arriana se puede hablar de la trinidad pero de una manera en la


que se comparte subordinadamente, las personas de la trinidad no comparten la misma
naturaleza “hay una trinidad, pero no con glorias iguales, sus subsistencia no se
entremezclan; una es infinitamente más gloriosa que la otra” 9, por eso, la disputa crecía y
crecía ya que esta doctrina no fue bien tomada porque cortaba con la divinidad de Cristo
7
Cfr. González de Cardedal, Olegario, La recepción del Concilio en España, Reflexiones a los cuarenta años
de su clausura, Ed. Comunnio, 2006, pp. 51-75
8
Cfr. Fuster Perelló, Sebastián, Misterio Trinitario, San Esteban-Edibesa, Sígueme, Salamanca, 1997, p. 166
9
Palabras de Arrio en su Thalia, citadas por san Atanasio

8
como provenida del Padre, sólo era para Arrio un enviado más que vino a la tierra a explicar
el mensaje de Dios, no a hacer proezas divinas.

En torno al Padre considera que no siempre lo fue, más bien, comenzó a serlo en el
momento de crear al Hijo. Por ello, antes de existir el Hijo, el Padre era Dios; como Dios es
eterno, increado, ingénito. Le otorga como característica que no engendra ni es engendrado.
De este modo, la generación se entiende como comunicación de la propia sustancia porque
la generación supone composición e imperfección. 10

En torno al Hijo, argumenta que es el primero de las criaturas y, como todas las
demás, fue creado de la nada, considera que de él no se puede decir que es emanado de la
sustancia divina. Toma al Hijo como criatura superior, quien tuvo un tiempo de inexistencia
y que del amor y de la voluntad del Padre fue creado. En respuesta a la divinidad del el Hijo
se refiere a que es un dios de segundo orden. Es hijo de Dios no en sentido ontológico, más
bien, en un sentido moral, por consiguiente, de adopción.11

La doctrina arriana no toma mucha importancia al hablar de la tercera persona de la


Santísima Trinidad, en este punto a decidido apartarse y no pronunciar muchas
consideraciones al respecto, puede decirse que no le dio importancia al tema de la doctrina
del Espíritu Santo. Solamente se puede decir que su pensamiento es oscuro en este aspecto y
que quedó en la sombra hasta ser puesto en evidencia por el macedonianismo.

2.2 El concilio de Nicea

Este concilio fue convocado para hacer un estudio de las afirmaciones de Arrio en torno a la
naturaleza divina del Hijo. Fue Constantino quien lo convocó en Nicea, Bitinia, Asia Menor.
Se puede detallar asistieron 318 obispos de los cuales casi todos eran orientales. Asistieron
de Occidente Osio de Córdoba, dos representantes de Papa Silvestre y otros pocos. En este
concilio estuvo San Atanasio cuando aún era diácono, acompañó al obispo Alejandro.
Comenzados los debates, nació una fuerte discusión entre los arrianos y ortodoxos, fruto de
ello fue el surgimiento de un nuevo grupo llamado eusebiano porque lo encabezada Eusebio

10
Cfr. Fuster Perelló, Sebastián, Misterio Trinitario…op.cit., p. 166
11
Idem. p. 167

9
de Nicomedia, ello porque quería salvar el arrianismo suavizando formulas y evitando que el
concilio dirigiera tantas condenaciones.

Es importante considerar que en el punto de partida Eusebio de Nicomedia propuso


un primer símbolo que rápidamente fue rechazado por ser muy apegado al arrianismo.
Después propuso otro como el símbolo bautismal de su Iglesia en Cesarea. Ante tales
discrepancias se llegó a al acuerdo de formular un símbolo que a la posterioridad sería
llamado ¨símbolo de Nicea¨, el cual es tal como hoy en día se conoce y se puede constatar en
Dezinger número 54. Es importante notar que en su estructura es una profesión de fe
trinitaria que va siguiendo un cierto esquema.

2.3 Paso de la cuestión de Nicea a Constantinopla

Durante finales del siglo IV se van presentando más polémicas trinitarias, que fueron
reclamando cierta importancia ya que durante el tiempo fueron quedando olvidadas y no se
tocaron los temas hasta llegado este momento. Como protagonistas de ciertas discrepancias
podemos encontrar los anti-nicenos y el macedonismo; por otra parte, están los Padres
capadocios como Gregorio de Nicianzo, Gregorio de Nisa y finalmente San Atanasio.

El macedonismo presenta una serie de tendencias diseminadas a lo largo del imperio,


hablaban del Espíritu como de alguien digno de ser venerado, pero de una naturaleza no
divina: no es que sea una mera criatura, sino incluso uno de los espíritus servidores y sólo
distinto de los ángeles en un grado. Por su parte, los macedonios se caracterizan por dos
dimensiones complementarias. Por un lado, el reconocimiento del misterio de Dios, ante el
que sienten la tentación de guardar silencio y, por otro lado, el intento de llegar a una
presión intelectual del misterio. 12

2.4 El error contra el Espíritu Santo

El error frente al Espíritu Santo también puede ser considerado como una subordinación,
para llegar a ello basto que Aecio, Eunomio y Macedonio cometieran errores en su doctrina
para poder propagarla entre los cristianos. Aecio y Eunomio como arrianos radicales
mantienen la inferioridad del Hijo y del Espíritu. Macedonio mantiene que el Padre y el Hijo
12
Ibidem. p. 167

10
son de la misma naturaleza, pero niega la igualdad del Espíritu Santo. Lo común en ellos es
no aceptar la igualdad entre el Padre y el Espíritu Santo, sino que la consideran una simple
semejanza. 13

2.5 La definición del I Concilio de Constantinopla

Los Padres convocados en este Concilio no han querido expresarse, en lo que va de su


afirmación alguna opinión o punto de vista sobre el Espíritu Santo. Las expresiones que se
usan han sido convenientemente elegidas para determinar, conforme a la polémica y para
evitar caer en dificultades y ambigüedades, claramente la divinidad del Espíritu Santo. De
este modo puede irse considerando una doctrina clara en el Espíritu Santo al afirmarlo así: 1)
creo también en el Espíritu Santo, 2) que es Señor, 3) dador de vida, 4) que procede del
Padre, 5) que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, 6) que habló por
los profetas. De esto puede decirse que trajo un tiempo en que fue aceptado y acogido de la
mejor manera pero después se abrió un fuerte cisma dentro de la Iglesia.14

13
Cfr Arias Reyero Maximino, El Dios de nuestra fe, Dios uno y trino, CELAM, México, 1991, p. 266
14
Cfr Dezinger 58-86

11
APARTADO TERCERO

DETERMINACIONES MAGISTERIALES CONCILIARES

A finales del siglo XI y principios del XII el Magisterio de la Iglesia tiene que corregir
algunas cuestiones sobre las opiniones en torno a la trinidad. Por ello aquí se verá un breve
recorrido de estos momentos en los que la el Magisterio de la Iglesia ha intervenido.

3.1 El Concilio IV laterano

Este Concilio contienen dos decisiones importantes, primero, aporta una definición sobre la
fe contra los Albigenses y los Cátaros, después, define entorno a los errores del Abad
Joaquín de Flore o Fiore. Estos textos van a mostrar que la Trinidad están en tranquila
posesión. Sólo buscará exponer la fe, en el primer texto, y de condenar y reprobar el error
del Abad Joaquín. Nace la necesidad de mantener el concepto de sustancia o esencia, para
no tener que afirmar entre las Personas divinas una unión exclusivamente moral. 15 La
fórmula más clara la aporta este concilio, por sus términos y por el equilibrio entre una
visión económica y una visión inmanente de la Trinidad.16

3.2 II Concilio de Lyon y el Concilio de Florencia

Ambientados en la época del Filioque. La diferente expresión de las relaciones entre el hijo
y el espiritusanto puede considerarse en tres épocas. Estas tres épocas pueden enunciarse

15
Cfr. Reyero Arias, Maximino, El Dios de nuestro… op. cit., p. 2271
16
Cfr. Fauster Perelló, Sebastián, Misterio Trinitario…op. cit., p. 181

12
como la época de la diversidad pacífica, época de confrontación y época de acercamiento.
Por su parte, el Concilio de Florencia intenta la unidad con otro acercamiento doctrinal en el
tema del Filioque. Sus intentos nuevamente fracasaron, sin embargo, cada vez más se hizo
conciencia en las Iglesias de Oriente y Occidente que la unión puede ser realizada. 17

3.3 El Magisterio de la Iglesia desde el Concilio de Florencia hasta el Concilio


Vaticano II

Sobre la doctrina trinitaria del Magisterio de la Iglesia se ha expresado en algunas ocasiones.


Pablo IV toma postura contra los Socionianos, error que se propagó por algunas regiones de
Europa y que negaban la Trinidad. Pio VI corrige una formulación trinitaria realizada en el
malogrado Sínodo de Pistoia. En los Concilios de París, Burdeos, y Colonia los errores
filosóficos llegan a afirmar un cierto panteísmo. Varios Papas tienen que defender el
misterio trinitario de excesos de racionalismo. Posteriormente, dos declaraciones a la
doctrina trinitaria surgieron de una comisión de cardenales. Pablo VI redacta el credo del
Pueblo de Dios, por su parte, Juan Pablo II con las encíclicas Redemptor homnis, Dives in
misericordia y Dominun et vivificantem.18

17
Cfr. Arias Reyero, Maximino, El Dios de nuestro… op. cit., pp. 271-275
18
Ibidem

13
Conclusiones

Este trabajo realizado lleva a considerar algunas reflexiones que son importantes a tomar en
cuenta. Hoy en día el cristiano ve a la Trinidad únicamente como Un solo Dios en Tres
Personas, y es verdad, lo que pudiera quedar cortado es que no se ha ido comprendiendo
con mayor profundidad cuales han sido las dificultades por la que otros cristianos católicos
se han enfrentado para que nosotros podamos creer con seguridad y confianza esta verdad
de fe. Por eso, se considera imprescindible que nos acerquemos a la Historia de la Iglesia
para conocer mejor los sucesos por los que se ha ido atravesando.

También, es importante puntualizar que el Magisterio de la Iglesia es una fuente


desde donde la Iglesia ha de realizar la labor teológica, si bien, en mano de la Sagrada
Escritura y la Tradición, lugares desde donde el cristiano puede ir realizando una mejor
comprensión de la fe. Lamentablemente, en nuestros días el Magisterio no es bien conocido
entre los fieles, no se ha dado la importancia que debería, hay un gran desconocimiento
sobre él, por eso es necesario que se propague este conocimiento para que no solamente se
quede con una reflexión fundamentalista o cortada, sino que desde los agentes de pastoral
puedan ir comprendiendo y asimilando la labor del Magisterio.

14
Bibliografía

 Arias Reyero Maximino, El Dios de nuestra fe, Dios uno y trino, CELAM, México, 1991

 Comisión teológica internacional, Magisterio y teología, tesis I en C. Pozo, 1975

 Cordovilla Pérez, Ángel, El ejercicio de la teología, Sígueme, Salamanca, 2007

 Dei Verbum

 Dezinger

 Fuster Perelló, Sebastián, Misterio Trinitario, San Esteban-Edibesa, Sígueme, Salamanca, 1997

 González de Cardedal, Olegario, La recepción del Concilio en España, Reflexiones a los cuarenta

años de su clausura, Ed. Comunnio, 2006

 Latourelle, Rene, Teología de la Revelación, Sígueme, Salamanca, 1982

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