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Asociación Venezolana de Ejecutivos

Estados Financieros Ajustados por Inflación


Luis Brabo D.
Presidente
Asociación Venezolana de Ejecutivos

Introducción

Este evento forma parte del Ciclo de Actualización Gerencial que lleva adelante la Asociación
Venezolana de Ejecutivos. Es bien conocido que la inflación es un grave problema que
distorsiona la representación de los resultados financieros de las organizaciones de una forma
abrupta, fuerte e intensa.

El Método Histórico para la representación de los Estados Financieros se quedó obsoleto ante
esta situación. Por ello se inició una nueva metodología, de acuerdo con el Colegio de Contadores
Públicos, que es la Reexpresión. Esta última también ha traído confusión y dudas acerca de su
adecuación para la mejor representación de la actuación de una gerencia y la situación financiera
de una institución o empresa.

Los puntos de análisis que se tocarán a lo largo de este seminario son:

• ¿Por qué la reexpresión? Visión y responsabilidad del auditor externo.


• Efecto de la reexpresión en el inversor.
• Experiencias de la aplicación de la reexpresión en las empresas.
• Visión legal de la reexpresión.
Francisco Vázquez
Socio
KPMG, Alcaraz, Cabrera, Vázquez

¿Por qué la reexpresión? Visión y responsabilidad del auditor externo.

Venezuela está inmersa en un proceso inflacionario desde hace aproximadamente trece años.
Esto afecta todas las actividades de las empresas y de las personas naturales: la inflación tiene un
grave efecto sobre los precios, los costos, los sueldos y salarios, los valores de las propiedades, la
tasa de cambio, la tasa de interés y así sucesivamente sobre todas las actividades, ya sean
personales o empresariales. En consecuencia, si los estados financieros de una empresa recogen
el resultado de sus actividades y su situación financiera actuando en un ambiente económico,
deben reconocer ese efecto inflacionario, porque si no lo hacen es obvio que carecen de toda
utilidad.

En el caso venezolano, la profesión estableció como metodología para reconocer, aislar y


cuantificar ese efecto de la inflación en los estados financieros, dos procedimientos: el nivel
general de precios y el método mixto. Estas metodologías no son un invento de la profesión
venezolana, son universalmente aceptadas y reconocidas por la comunidad de negocios y los
organismos gremiales en diferentes países. En el caso de los Estados Unidos de América, donde
realmente en los últimos decenios no han estado sometidos a la inflación que puede haber
afectado a Venezuela, el Instituto Americano de Contadores Públicos ha emitido un documento
en el que recomienda a las empresas que presentan sus estados financieros en dólares, para la
economía americana, que presenten información ajustada por los cambios en los precios. Ellos
reconocen la necesidad de que los cambios que ocurren en el poder adquisitivo del dólar sean
reflejados en los estados financieros. Los canadienses han emitido sus pronunciamientos al
respecto; países como Argentina, Chile, Brasil y Perú, que han sufrido procesos inflacionarios
también se han manifestado al respecto; y todos coinciden al menos en un método: el nivel
general de precios. Así, la reexpresión de los estados financieros no es un invento venezolano, es
la única forma que Venezuela tiene para alinearse con el resto de la comunidad económica
mundial, para que su información pueda ser comparable con información emitida en otras
economías.

En el año 1.990 la Junta que establece los principios internacionales de contabilidad emitió una
norma que se conoce como NIC 29 (Normas Internacionales de Contabilidad), en la cual se
establece la necesidad de que las empresas que actúan en economías altamente inflacionarias
reexpresen sus estados financieros. La orientación de esa norma es el método del nivel general
de precios. En Julio del año 1.991 el Congreso de la República dictó la Reforma a la Ley de
Impuesto sobre la Renta, reconociendo —por insistencia del sector empresarial venezolano— que
el fenómeno inflacionario estaba erosionando el patrimonio de las empresas y que el impuesto
sobre la renta, calculado sobre la base histórica, era de hecho un impuesto casi confiscatorio, por
cuanto se estaba llevando el capital de las empresas. Esos mismos empresarios lograron que la
Ley estableciera que la renta fiscal se determine sobre bases ajustadas por inflación. En Agosto
de ese mismo año la Federación de Contadores Públicos emite la DPC 10, que recoge tanto el
Método General de Precios como el Método Mixto. De allí en adelante surge una serie de
actualizaciones, boletines y publicaciones técnicas, hasta Noviembre de 1.995. Es necesario
señalar que en Febrero de 1.994 la Comisión Nacional de Valores, también consciente del
impacto de la inflación sobre los estados financieros y el patrimonio de las empresas, emite las
normas que deberían seguir las empresas cuyos títulos están inscritos en dicha comisión para
preparar sus estados financieros.

Queda demostrado que éste no es un problema de los Contadores Públicos, sino un problema
nacional e internacional para aquellos países que viven el fenómeno inflacionario. Si Venezuela
quiere estar alineada, ir a un proceso de apertura económica y globalización, atraer capital del
exterior salir a invertir, tiene que ceñirse a las reglas que están impuestas en el ámbito
internacional. Lo principal es emitir información financiera que pueda ser comparable con
aquella generada en otros centros mundiales, de acuerdo a las Normas Internacionales de
Contabilidad. Hay un movimiento mundial que intenta lograr que los principios de contabilidad
lleguen a ser lo más armónicos posibles con relación a todos los países, a través de la creación de
unas normas únicas que puedan ser interpretadas por igual en cualquier ciudad del mundo. Estas
son las tendencias que obligan a reexpresar los estados financieros en Venezuela.

Para poder reexpresar los estados financieros se emplea el método de Nivel General de Precios,
ampliamente conocido y aceptado en el mundo, y el Método Mixto. Este último tuvo que ser
adaptado al caso venezolano porque en el año 1.991, cuando surge el pronunciamiento, la
mayoría de las empresas en Venezuela habían revaluado sus activos fijos como una forma de
proteger su patrimonio contra el fenómeno inflacionario. Con este método la mayoría de las
empresas habían generado lo que llamaban "superávit por revaluación", que era una forma de
reexpresar pero no completa.

La economía venezolana tiene una característica muy particular: la tasa de devaluación no sigue a
la tasa de inflación, cosa que si ocurre en otros sistemas económicos más desarrollados donde
esas dos líneas son casi paralelas. Esta particularidad es una consecuencia del uso de tasas de
cambio preferenciales y tasas de cambio controladas por mucho tiempo; la brecha entre la línea
de la inflación y la línea de devaluación en algunos casos llegó a ser bien significativa. Así, el
precio que podía asignársele a los bienes muebles e inmuebles no tenía nada que ver con el precio
que podían tener en el mercado esos mismos bienes, porque habían sido adquiridos con un dólar
que estaba subvaluado o sobrevaluado, dependiendo de cómo se quiera ver. Por todo lo anterior,
algunos de los activos que las empresas poseían estaban valorizados por encima de lo que les
correspondía si se tomaba su costo histórico y se aplicaba al índice de precios al consumidor,
porque estaban reflejados a valores del mercado basados en tasadores independientes.

Si el Nivel General de Precios hubiese sido el único método adoptado por las empresas en
Venezuela, se correría el riesgo de que al reexpresar los valores actualizados de los bienes
inmuebles —terrenos, por ejemplo— el valor obtenido fuese inferior al valor de mercado que les
habría sido asignado por los tasadores. En consecuencia, si esos valores estaban en un superávit,
que en muchas oportunidades había sido decretado como un dividendo en acciones a los
accionistas, habría que enfrentar la situación de que los capitales ajustados fueran menores que
los capitales legales. Esta situación presentaba una serie de problemas de orden práctico, lo que
obligó a buscar una alternativa y a considerar la aplicación de Método Mixto, que ya había sido
usado en economías con un comportamiento similar al venezolano —como era el caso de México
en aquel momento.
Los estados financieros ajustados por inflación no resuelven todos los problemas. Se ha tratado
de achacarle a la reexpresión una serie de deficiencias en algunas instancias; sin embargo, bajo
ningún método los estados financieros se pueden considerar exactos, no existe una contabilidad
exacta en el mundo. Cuando en los estados financieros históricos se estima el valor de la vida útil
de los activos para asignarles su depreciación, en muchos casos se encuentra que a un activo se le
asigna una vida útil de 10 años, por ejemplo, para efectos de depreciación, y resulta que ese
activo dura 50 años y sigue generando ingresos durante todo ese tiempo. La información
financiera intenta ser razonable, pero nunca llega a ser exacta; nunca van a haber principios de
contabilidad que resuelvan este problema de la exactitud o de la utilidad de la información
financiera. Definitivamente los estados financieros ajustados por inflación no resuelven todos los
problemas, pero de una cosa se puede estar seguro: reflejan más fielmente una situación como la
que vive Venezuela que los estados históricos.

Existen todavía asuntos que requieren mayor análisis o que deberían ser objeto de un
pronunciamiento por parte de la profesión contable. En primer término, los empresarios todavía
no tienen claro qué hacer con el superávit o con el patrimonio reexpresado, con esa ganancia o
esas utilidades no distribuidas que pueden resultar mayores o menores que las históricas. Las
preguntas más frecuentes en este caso son: ¿Se reparte como dividendos o debe dejarse allí?
¿Cuándo y hasta dónde se puede repartir como dividendo? Si esa utilidad es buena para pagar el
impuesto sobre la renta ¿por qué no va a ser buena para que los accionistas disfruten de ella?.

Existen también otras áreas. Por ejemplo, las empresas que mantienen una inversión alta en
monedas diferentes al bolívar enfrentan el fenómeno de la diferencia entre la devaluación y la
inflación. Eso genera algunas distorsiones al analizar los estados financieros ajustados a la
inflación, porque mientras algunos rubros se están ajustando por el índice de inflación —que en
el caso venezolano del año pasado fue del 103%—, aquellos rubros que están amarrados a
monedas extranjeras o que determinan su valor de reposición en base a monedas extranjeras sólo
pudieron ser ajustados en un 60% aproximadamente que fue el factor de devaluación. Eso crea
una distorsión y la profesión tiene que buscar una solución.

Estos y otros son asuntos de suma importancia que todavía quedan pendientes por resolver, sobre
los cuales tendrán que pronunciarse la Federación del Colegio de Contadores Públicos, la
Comisión Nacional de Valores y en general la comunidad empresarial y de negocios de
Venezuela.
José Alberto Yanes
Coordinador del Comité de Principios Contables
Federación de Contadores Públicos de Venezuela

¿Por qué la reexpresión? Visión y responsabilidad del auditor externo.

A partir del 31 de Diciembre de 1996, los Principios de Contabilidad de Aceptación General en


Venezuela requieren que los estados financieros se ajusten en forma integral para registrar los
efectos de la inflación en el patrimonio de las empresas. Estos Principios de Contabilidad son las
normas técnicas que rigen la profesión del contador público y son emitidas en Venezuela por la
Federación de Colegios de Contadores Públicos bajo publicaciones denominadas Declaraciones
de Principios de Contabilidad (DPC) y elaboradas por su Comité Permanente de Principios de
Contabilidad.

Este Comité está compuesto por trece miembros que, aunque actúan a título personal, provienen
de las siguientes instituciones:

• Universidad Central de Venezuela (2 miembros)


• Universidad de Oriente
• Universidad del Zulia
• Universidad de Los Andes
• Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado”
• Universidad de Carabobo
• Universidad Santa María
• Industria Petrolera
• Firmas de auditoría (2 miembros)
• Comisión Nacional de Valores
• Superintendencia de Bancos

Además, el Comité cuenta con asesores legales muy reconocidos y ha hecho un convenio con el
Instituto Mexicano de Contadores Públicos, en el cual se acuerda que los pronunciamientos
hechos por ambas partes van a ser discutidos y evaluados conjuntamente; se lleva a cabo un
proceso para hacer convenios similares con la FASB (normas estadounidenses) y con la IFAC
(normas internacionales), además de una discusión pública a través de Internet. Esta
conformación ha evitado que los principios aprobados en Venezuela se emitan bajo la influencia
de posiciones parcializadas o ajenas a los aspectos estrictamente técnicos y productos de serias
investigaciones.

En Agosto de 1991 la Federación aprobó la Declaración de Principios de Contabilidad Número


10 (DPC 10), la cual obliga a registrar en las empresas los efectos económicos producto de la
inflación. La necesidad de ajustar los estados financieros históricos en países con alta inflación,
prácticamente no tiene objeción de los diversos organismos que tienen influencia sobre la
profesión. Quizá en la solución es donde se presentan algunas divergencias, unas por
desconocimiento de la teoría de los ajustes y otras por demasiados conocimientos acerca de las
mismas. Así, la profesión, tanto a nivel nacional como internacional ha escogido dos métodos: el
de ajustes por Nivel General de Precios (NGP) y el método Mixto, que mezcla los avalúos con
los niveles generales de precios.

Según Florencio Escribano Martínez, profesor de la Universidad de Córdoba y ponente en la XXI


Conferencia Interamericana de Contabilidad, "el ajuste a los estados financieros debe requerirse,
aún con tasas de inflación bajas, para evitar las distorsiones que llevan a la inadecuada medición
de la rentabilidad y a los peligros de distribuir el capital en forma de dividendos o a la creación de
reservas ocultas. Esta realidad hasta ha llegado al cine, que ha demostrado cómo personas
inescrupulosas pueden hacerse ricas logrando el control de empresas con fuertes reservas ocultas,
cerrándolas y liquidando sus activos. Estas reservas han sido ocultadas en la contabilidad que
mantiene los activos al costo histórico en moneda nominal por décadas, sin reconocer la
desvalorización del dinero ni la valoración de los activos". En Venezuela esta situación no ha
sido llevada al cine, sino puesta en práctica en la realidad.

En esencia el ajuste por inflación permite al accionista y a los usuarios de los estados financieros
conocer la utilidad real, comparando los patrimonios inicial y final expresados en las mismas
unidades monetarias. Aún con inflación moderada, si no se hace la comparación convirtiendo los
patrimonios a la misma moneda, las distorsiones son enormes. En un estudio citado por el
profesor Antonio Vives del IESA, en su obra Evaluación Financiera de las Empresas, se
demostró que la inflación no afecta por igual a todas las empresas y que depende de su posición
monetaria neta y de la magnitud del "mark-up" histórico que cada una muestre, además de la
antigüedad de sus activos. Aún excluyendo los resultados por posición monetaria, las
distorsiones eran evidentes.

No son ciertos algunos análisis muy simplistas que llegan a la conclusión de que si una empresa
tiene posición monetaria pasiva va a mostrar grandes ganancias. Al contrario: la realidad ha
demostrado que, aún en este caso, la ganancia monetaria casi nunca compensa el efecto de la
inflación en los costos de los inventarios y en la "reexpresión reexpresada" en el balance hasta el
momento de su traslado a los resultados de un ejercicio determinado. Las estadísticas
internacionales muestran que el 95% de las empresas que se ajustan por inflación ven
disminuidas significativamente sus utilidades o incrementadas sus pérdidas, aún con posiciones
monetarias pasivas.

Al entrar en vigencia los estados financieros ajustados por los efectos de la inflación como únicos
a partir del 31 de Diciembre de 1996, de conformidad con las exigencias de la DPC 10, se han
presentado algunos problemas jurídicos y tributarios, como era de esperarse en una materia tan
novedosa, pero deben ir analizándose y corrigiéndose en la medida de lo posible. Estos ajustes
deben registrarse en los libros legales exigidos por el Código de Comercio, puesto que ésta es la
única contabilidad aprobada por los Principios de Contabilidad de Aceptación General. No
existen dos contabilidades, como muchos han pretendido decir: la ajustada por inflación es
también histórica ahora. Al respecto, el párrafo 37 de la DPC 0 define como costo histórico
original lo siguiente:

"Las transacciones y eventos económicos que la contabilidad cuantifica se registran según las
cantidades de efectivo que se afecten o su equivalente o la estimación razonable que de ellos se
haga al momento en que se consideren realizados contablemente. Estas cifras deberán ser
modificadas en el caso de ocurrir eventos posteriores que las hagan perder su significado,
aplicando los métodos de ajustes aceptados por los principios de contabilidad que en forma
sistemática preserven la equidad y la objetividad de la información contable. Si se ajustan las
cifras por cambios en el nivel general de precios (método NGP) y se aplican a todos los
conceptos que integran los estados financieros, susceptibles de ser modificados, se considerará
que no ha habido violación de este principio; si se ajustan las cifras de acuerdo con el método que
combina los cambios en el nivel general de precios con los cambios en el nivel específico de
precios (método Mixto), los resultados netos del período deben coincidir con los del método NGP
y sólo en este caso se considerará que no ha habido violación al principio de valor histórico
original".

El ajuste por inflación es en esencia una corrección monetaria, una traducción de una moneda a
otra, que no produce cambios en los valores de los bienes, sino los traduce a otra moneda más
estable. Entre las alternativas para corregir la situación de estados financieros históricos en
países con alta inflación se pueden mencionar:

• Convertir de bolívares históricos a dólares estadounidenses (DPC 12 - FAS 52).


• Convertir de bolívares históricos a otra moneda extranjera (DPC 12 - NIC 21)
• Convertir de bolívares históricos a bolívares constantes (DPC 10 - NIC 29)

En la práctica, las cifras producidas en los estados financieros en bolívares históricos son
equivalentes a las obtenidas en dólares estadounidenses u otra moneda extranjera en procesos de
conversión, y también a los reexpresados en bolívares constantes en procesos de reexpresión. El
procedimiento es el mismo: en un caso se usan factores de devaluación y en el otro de inflación;
sus efectos deben tratarse de igual forma.

La primera vez que los estados financieros se ajustan, el patrimonio presenta las diferentes
cuentas ajustadas desde las fechas de sus aportes, al igual que las partidas no monetarias. En ese
momento aparecen tres cuentas nuevas —aparte de los resultados por tenencia de activos no
monetarios—, a saber:

• Actualización del capital social


• Utilidad retenida actualizada
• Resultado por exposición a la inflación (REI).

Algunos piensan que en este instante se produce un aumento del capital con la cuenta de
actualización. Esta afirmación no es correcta. El ajuste por inflación es, en esencia, una
corrección monetaria que permite expresar los estados financieros elaborados originalmente en
una moneda inestable por los efectos de la inflación, en otra moneda más estable. Las soluciones
que la contabilidad ha producido a nivel internacional son:

• Reexpresar los estados financieros en una moneda extranjera (si la empresa actúa en el
ámbito de esa moneda).
• Reexpresarlos en moneda nacional de poder adquisitivo actual (bolívares constantes).

El procedimiento en ambos casos es similar: se toma un desembolso histórico y se traduce a la


nueva moneda (con la tabla de factores de devaluación) o a bolívares de hoy (con la tabla de
factores de inflación).
En la reexpresión inicial existen tres momentos:

1. Se convierten los aportes históricos en sus equivalentes en moneda actual.


Al hacerse el ajuste a los aportes de los accionistas, contenidos en su patrimonio (capital
social, utilidades retenidas o déficit y reservas), se multiplican por los factores
correspondientes —en el caso de bolívares constantes— y se convierten en:

• Capital social actualizado


• Utilidades retenidas actualizadas y
• Reservas actualizadas

Estas partidas son equivalentes a las anteriores, en perfecta correlación. Al respecto el


contador público Alfonso Pérez Reguera y Martínez de Escobar, en su obra Aplicación
Práctica del Boletín B-10, del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, determina lo
siguiente:

Valor equivalente = Valor histórico x IPC fecha actual


IPC fecha aporte

Esto significa que las tres cifras históricas y sus tres cifras equivalentes son indivisibles
individualmente consideradas, tanto técnica como legalmente. Es similar a la indexación de
demandas y prestaciones sociales en los tribunales.

2. En el segundo momento, y para mantener el capital social coincidiendo con el registrado, se


procede a dividir el capital social actualizado en dos partidas, el capital social nominal
histórico y su actualización. Esta es una división de forma y no significa que son conceptos
diferentes ni pueden separarse. La PT 19 permite la presentación de una sola partida como
capital social actualizado explicando, en una nota en el cuerpo de los estados financieros, que
es equivalente al capital social nominal.

La cuenta de actualización del capital es en realidad el ajuste al capital social nominal para
traducirlo a moneda constante. Es similar a cuando se convierte un capital social que está en
bolívares a liras italianas, por ejemplo. El monto obtenido del ajuste no corresponde ni a
bolívares ni a liras; es sólo eso, la diferencia entre ambas, inseparables en la comparación de
las dos monedas, mal podía utilizarse para modificar las cifras equivalentes de las otras dos
partidas estudiadas. La suma de la primera con el ajuste produce la segunda, no hay otra
forma lógica de proceder.

Esto no se trata de un aumento del capital; el código de comercio establece que los aportes de
bienes en el capital de la empresa son en efectivo, especies, créditos o valores. En ningún
momento la corrección monetaria se puede considerar dentro de esos conceptos. Este es uno
de los puntos que genera errores de interpretación entre los registradores mercantiles.

3. Hasta el tercer momento la contrapartida de la modificación por corrección monetaria de las


tres partidas del patrimonio no está en ningún sitio; simplemente, las cifras actualizadas de los
aportes constituyen el monto de la "riqueza" de los accionistas que debe estar representada en
la empresa, en sus activos y pasivos actualizados.

En ese momento se compara el total de las tres cuentas actualizadas con el total de los activos
y pasivos actualizados en la misma forma; si los activos y pasivos actualizados son superiores
al patrimonio actualizado, los accionistas no sólo han mantenido su patrimonio financiero,
sino que lo han incrementado: el REI acumulado será acreedor. Si por el contrario, la
inflación ha producido un deterioro del patrimonio de los accionistas, el REI será deudor o
déficit acumulado.

La inflación es una realidad económica que el derecho y la contabilidad no pueden ignorar. No


pueden seguirse mostrando capitales sociales históricos insignificantes, que no tienen ninguna
relación con el poder adquisitivo el bolívar de hoy y mucho menos con la responsabilidad que
los accionistas tienen sobre sus aportes a la hora de responder por las obligaciones de la empresa.
Al respecto, el numeral 3º del Artículo 201 del Código de Comercio establece:

"Las compañías de comercio son de las especies siguientes:


(...) 3º.— La compañía anónima, en la cual las obligaciones sociales están garantizadas
por un capital determinado y en las que los socios no están obligados sino por el
monto de su acción".

No parece ajustado a la equidad y al espíritu del legislador pretender que la responsabilidad de


los accionistas se mantenga sobre la cifra nominal del capital aportado años atrás, cuando el
poder adquisitivo era muy superior al actual. La actualización del capital representa además de
una realidad económica, una necesidad social y de seguridad para las transacciones económicas
de las empresas.

La corrección monetaria no es efectivo, ni aportes en valores, ni aporte alguno de los accionistas;


es sólo una traducción a otra moneda más estable, en este caso denominada bolívares constantes,
o de poder adquisitivo de la actualidad.

El artículo 213 insiste sobre el mismo asunto:

"El documento constitutivo y los estatutos de las sociedades anónimas y de las sociedades
en comandita por acciones, deberán expresar:
(...) 3º.— El importe del capital suscrito y del capital enterado en caja.
(...) 5º.— El valor de los créditos y demás bienes aportados".

Es evidente que la corrección monetaria o traducción no está enmarcada en ninguno de los


supuestos del código. La corrección monetaria no produce más riqueza, al contrario, aunque la
cifra tenga más dígitos la empresa puede tener un patrimonio de menor poder adquisitivo. Está
claro que no es lógico pensar que una simple corrección monetaria aumentará el capital de alguna
empresa.

El Diccionario de Contadores de Kohler contiene algunas definiciones técnicas que ayudarán a


aclarar los conceptos. La más significativa es:
• Capital aportado (contributed capital):
"Pagos hechos en efectivo o con otros bienes que hace una compañía a sus accionistas".

El problema se concreta en definir el significado de las palabras aumento de capital y si una


corrección monetaria o traducción a otra moneda —ya sea extranjera o bolívares constantes— es
o no un aumento del capital de la sociedad. Al respecto, el artículo 249 del Código de Comercio
expresa:

"Para la constitución definitiva de la compañía es necesario que esté suscrita la totalidad


del capital social y entregada en caja por cada accionista la quinta parte, por lo menos, del
monto de las acciones por él suscritas, si en el contrato social no se exige mayor entrega;
pero cuando se hicieran aportes que no consisten en numerario o se estipulen ventajas en
provecho particular de alguno o algunos socios, deberán cumplirse además las
prescripciones del artículo 253".

En este artículo se expresa que el aporte debe ser en efectivo y remite al 253 cuando no es así. El
artículo 253 dice:

"Enterada en caja la parte del capital social necesario para la constitución de la compañía,
los promotores deben convocar a los accionistas a Asamblea General, la cual:
1º.— Reconoce y aprueba la suscripción del capital social y la entrega en efectivo de las
cuotas sociales; el valor de las concesiones, patentes de invención o cualquier otro
valor aportado como capital, y las...".

Otro problema importante se plantea desde el punto de vista tributario con la cuenta de
actualización del capital, cuando la asamblea de accionistas decide incorporarla al capital social y
presentar una sola cifra como capital social actualizado. Algunos registros mercantiles estiman
que se trata de un aumento de capital y por lo tanto deben pagarse los correspondientes timbres
fiscales (1%), lo que representa cifras multimillonarias que en muchos casos descapitalizarían
completamente a las empresas.

Otra importante definición contenida en el Diccionario de Contadores de Kohler es la siguiente:

• Poder adquisitivo (purchasing power):


"Capacidad de compra; por tanto, a) la cantidad de una clase particular de mercancías o
servicios que pueden adquirirse por una suma determinada de dinero, tal como un dólar, un
peso, etc., o b) la relación porcentual entre esa cantidad y la adquirible en alguna fecha
precedente".

La corrección monetaria se basa en el cambio del poder adquisitivo de la moneda y no representa


ningún aporte de bienes a la empresa.

Es conveniente mencionar que el Código Orgánico Tributario, en su artículo 128, obliga a los
profesionales a emitir dictámenes técnicos o científicos que no estén en contradicción con los
principios que regulan su profesión o ciencia y, por lo tanto, todas estas definiciones se hacen en
realidad parte de las leyes.
En un estudio que la Federación de Contadores Públicos de Venezuela está enviando a la
Comisión Nacional de Valores, se sugiere solicitar a los ministerios de Justicia (registradores
mercantiles) y de Hacienda (SENIAT), que emitan resoluciones informando a sus instituciones
que la actualización del capital no es un aumento del mismo, puesto que no está dentro de las
previsiones del Código de Comercio ni de la Ley de Timbre Fiscal, ya que no se trata de aportes
de ningún tipo de bien.

Es obvio que las instituciones judiciales deben adaptarse a la realidad económica que produce la
inflación y no al revés, tal como se ha venido haciendo con las indexaciones en las instancias
judiciales de la República. Los requerimientos de Código de Comercio sobre valores y
beneficios reales no son satisfechos por la contabilidad histórica, mientras que la ajustada por
inflación —aunque todavía necesita investigación y profundización en muchos conceptos— es
una paso enorme en la búsqueda de mejor información financiera. De cualquier forma, los
principios de contabilidad deben guiarse por la esencia económica y no por la esencia legal.
Gustavo Antonetti
Consultor de Empresas
Especialista en la materia

Experiencias de la aplicación de la reexpresión en las empresas.

Una de las premisas fundamentales de cualquier información contable es precisamente que esta
información debe ser útil y caracterizada por su oportunidad, confiabilidad y verificabilidad. Así,
la utilidad es la característica según la cual la información contable debe adecuarse al propósito
del usuario; dada la diversidad de propósitos para los distintos usuarios de estados financieros,
entre ellos los administradores, gerentes, reguladores, accionistas e inversionistas extranjeros, la
información contable financiera debe orientarse al interés económico común de todos ellos. Es
por eso que la contabilidad no puede ser tan precisa, en cambio debe irse "más o menos por el
canal del centro" donde existe la información relevante para todo tipo de usuario. Es por esto que
se emiten los estados financieros básicos: balance general, estado de ganancias y pérdidas,
estado de movimiento de las cuentas patrimoniales y el estado de flujo de efectivo.

La respuesta a si la información ajustada por inflación es relevante está directamente relacionada


con la capacidad de responder si esa información es realmente útil a los distintos usuarios. Es
muy difícil establecer si un estado financiero en particular va a ser útil para todos los usuarios
pero resulta evidente que el estado financiero histórico ya no es de mucha utilidad. Existen
muchos casos que documentan las ventajas para las empresas que ajustan por inflación con
respecto a aquellas que no lo han hecho.

En primer lugar, en cuanto a los indicadores de rentabilidad —muchos administradores y


gerentes van directamente al estado de resultados para medir aquellos indicadores más comunes:
el margen bruto y el margen en operaciones— el estado financiero ajustado por inflación ha sido
muy útil, porque la reexpresión ha suministrado información mucho más relevante que los
estados financieros históricos. Muchas empresas ya habían revaluado sus activos fijos e incluso
tomado en cuenta la revalorización de inventarios con el fin de actualizar el costo de venta lo más
cercano posible al valor de reposición, sin embargo, muchas de esas empresas hacían esa
revaluación de sus activos fijos más como una forma de actualizar el valor patrimonial que como
una manera de reconocer un mayor costo de venta o un valor de reposición mayor al reflejado
históricamente. Por otro lado, las empresas que utilizaban el método de últimas entradas y
primeras salidas dejaban muy desactualizados los inventarios; actualizaban el costo de venta
como una forma de reducir el pago de impuestos al tener un mayor costo y una menor utilidad.
De lo anterior se deduce que la utilización de esas herramientas no le permitía a las empresas
conocer sus verdaderos márgenes.

Otra de las ventajas de la reexpresión se refiere a los indicadores financieros y operativos, como
los indicadores de venta sobre activos fijos y la capacidad generadora de recursos de esos activos,
por ejemplo. Cuando el activo fijo está muy desactualizado, ese indicador no es relevante; de la
misma forma, la relación deuda/patrimonio no era un índice muy relevante ya que no reflejaba la
verdadera situación de la empresa en ese sentido. Una de las mayores ventajas del nuevo método
ha sido el reconocimiento de un valor patrimonial mucho más cercano a la realidad, al incorporar
los valores actualizados y reales de los activos fijos, los inventarios y las inversiones —que son
los principales activos de las grandes empresas.

La ventaja que ofrece la reexpresión en cuanto al valor patrimonial ha sido la capacidad de medir
el retorno sobre la inversión. Cuando se comparaba el capital social invertido pagado por los
inversionistas con las cuentas de ganancias retenidas normalmente y las cuentas patrimoniales,
parecía verse un rendimiento positivo sobre el capital invertido, un retorno de la inversión;
muchas veces esto era un error. Cuando se hace eso con los estados financieros ajustados por
inflación, se compara el capital social actualizado por el índice de precios al consumidor, es decir
en moneda de poder adquisitivo, y se compara con las ganancias retenidas actualizadas con el
resultado por exposición acumulado; así, en aquellas empresas que aplican método mixto con el
resultado por tenencia de activos no monetarios, se tiene una visión mucho más clara: realmente
ese negocio está retornando lo que se refleja en los estados, considerando también que la
naturaleza del retorno está en las operaciones de la empresa y en la simple tenencia de activos no
monetarios que se están revalorizando. Sin embargo, uno de los puntos más álgidos del ajuste
por inflación es el resultado por tenencia de activos y pasivos monetarios, la ganancia o pérdida
monetaria. Existe un gran conocimiento y de cómo y por qué se calcula el resultado monetario,
pero se produce una gran discusión sobre lo que se debe hacer con esa ganancia o pérdida
monetaria para convertirla en efectivo.

Lamentablemente, son más los problemas que las empresas le atribuyen a la reexpresión que los
beneficios, probablemente porque no se han involucrado lo suficiente en la parte conceptual e
interpretativa. El primer problema que surge es el cambio de paradigmas: cuando la gerencia se
enfrenta al cambio de cifras históricas a cifras ajustadas por inflación, al principio encuentra
mucha resistencia. Inicialmente usan los estados financieros reexpresados sólo para ciertas
presentaciones de Junta Directiva o de algún Comité Ejecutivo, pero cuando soportan sus cifras
de operación se van a las históricas.

El siguiente problema que se presenta es a nivel operativo y de sistemas: para estas áreas es muy
difícil manejar información detallada en materia de ajustes por inflación, ya que la mayoría de los
sistemas que usan no están interconectados y limitan sus posibilidades de ver plasmado en sus
sistemas el día a día —esa información ajustada por inflación.

Otro de los problemas es la adecuada definición de funciones y de responsabilidades.


Generalmente cuando las empresas requieren ajustar sus estados financieros contratan personal
nuevo; esas personas están dedicadas a recibir estados financieros históricos y convertirlos en
ajustados por inflación. Lo curioso es que el ajuste por inflación es la información útil en teoría,
pero es tratada como un proceso extra-contable a nivel operativo. Esto tiene como consecuencia
que ese personal especializado requiera un tiempo de ajuste para adaptar sus conocimientos a la
realidad de las operaciones de la empresa.

El último problema que surge es el de los reportes. Las empresas tienen actualmente cuatro
sistemas: información contable histórica, información contable ajustada por inflación,
información para el fisco —el ajuste por inflación fiscal— e información municipal. Así, algunas
empresas han tratado de establecer sistemas paralelos: los ajustados para los sistemas de
información contable, y los históricos para los sistema de información para la toma de decisiones.
La única solución a estos problemas se logrará cuando se establezca un sistema que concilie los
dos intereses y sea verdaderamente útil para todas las empresas.
Ricardo Omar López
Director de Contraloría
VENCEMOS

Experiencias de la aplicación de la reexpresión en las empresas.

En los estados financieros históricos se ignoran los efectos de la inflación, el tipo de cambio
inestable y la comparatividad entre dos períodos, porque está hablando de bolívares cuyo valor es
dramáticamente diferente en cada período. Esto conlleva, dependiendo de la posición monetaria
de la compañía, a caer en un reparto de capital y no de utilidades retenidas una vez finalizado
cada ejercicio.

Hay algunas empresas que todavía —por desconocimiento o por ignorancia— siguen midiendo
su gestión sobre estados financieros históricos. Por ejemplo, una empresa cuya áreas Crédito y
Cobranzas no reconozca de los efectos de la inflación, verá que si la inflación durante un mes va
a ser del 2,6% y venden a 30 días, es igual a que vendan con un descuento del 2,6 %, en términos
de poder adquisitivo. Existen mejores cosas que hacer con esos fondos para que den una
rentabilidad superior durante esos 30 días.

El caso de los inventarios —sobre todo en el sector industrial— es dramático, pues muchas
compañías creen que es un buen negocio llenarse de inventario porque "el dólar está barato".
Este caso fue muy común durante 1996, cuando el dólar estaba a Bs. 170 y a Bs. 290, pero eso
tiene su precio también por el costo de inmovilización de ese inventario y la necesidad de
actualización para incorporarlo al costo de reposición dentro de las ganancias y pérdidas. Otro
punto interesante que debe ser considerado es el financiamiento: no es justo que una compañía
que tenga pasivos gane más que otra que no los tenga, pero es una realidad. No hay nada que
aporte más al flujo de caja que la ganancia monetaria de un pasivo.

Los fundamentos de la DPC 10 fueron importados de países como Brasil, Argentina y México,
que han sufrido este tipo de problemas antes que Venezuela. Sin embargo, sus “arquitectos” la
diseñaron sobre bases que reposan en un proceso muy básico: que el tipo de cambio y la inflación
estén en equilibrio. Fue sobre esa premisa que se levantó la “edificación” DPC 10, pero como en
la práctica no sucede, surgen los problemas. Es cierto que esta norma minimiza los problemas
que presentaban los históricos, pero presenta este tipo de distorsiones que no pueden dejar de
tomarse en cuenta.

En junio de 1996 la inflación y el tipo de cambio estaban en equilibrio, porque al mantener


represado el tipo de cambio la inflación lo alcanzó. Desde el año 1996 hasta Abril de 1997 la
inflación acumulada fue de un 36,7 % y la moneda se ha devaluado un 2,5 %. Las empresas que
exportan tienen productos subvaluados, porque los comercializan a un tipo de cambio que no está
en equilibrio; los consumos de los inventarios en el sector industrial (activos fijos e inventarios)
son en un 80% componente importado y sólo 20% componente nacional, produciendo un efecto
negativo en la empresa ya que sus costos de reposición están expresados en bolívares a un tipo de
cambio represado.
En el caso del resultado integral de financiamiento se ven impactos dramáticos. Para el cálculo
del costo integral de financiamiento se toman en cuenta tres aspectos: por el lado de la posición
de moneda extranjera hay un ingreso y un gasto financiero, una fluctuación cambiaria en ingresos
o gastos, y una ganancia por posición monetaria. Cuando estos tres factores no coexisten se
produce una distorsión, porque cada uno regula a los otros.

El resultado de tenencia de activos no monetarios (RETAM) también presenta sus


complicaciones, porque un perito realiza el avalúo de un activo fijo asignándole un índice
técnico, que es considerablemente inferior al índice de inflación; cuando se compara el NGP con
el avalúo todos los meses, el estado financiero va a reflejar que ese RETAM cada vez es menos
acreedor y se va a convertir en deudor.

Por efectos comparativos se va a establecer el siguiente ejemplo: el día 31 de Diciembre del año 0
se constituye una compañía con un capital de 100 millones de bolívares; compra un activo fijo
importado en 500 millones de bolívares y uno nacional en 200 millones; ambos activos fijos los
compra financiados; ese día 31 de Diciembre, agotado después de constituir la compañía, el
dueño toma vacaciones regresa el 31 de Diciembre del año próximo, es decir del año 1. Durante
ese tiempo, el cambio del dólar varió de Bs. 100 a Bs. 150 y la inflación fue del 100%, por lo
tanto el estado financiero que llega a manos del dueño al regreso de su viaje está calculado en
bolívares constantes de Diciembre del año 1.

Así, se pasa a constituir el estado de ganancias y pérdidas y el balance del año 1 de esta compañía
y se observa lo siguiente:
• En el banco sigue teniendo 100 millones de bolívares, porque lo dejó depositados en una
cuenta corriente
• El dólar se devaluó de 100 a 150: entonces, 5 millones de dólares por 150 son $750 millones;
por su parte el activo fijo nacional, que no se ajustó por inflación sino en un 50% por
cuestiones de mercado, subió a Bs. 300 millones.
• El valor de mercado de estos activos es de Bs. 1.050 millones y el valor del NGP es la
sumatoria de estos dos, que son Bs. 1.400 millones, por lo que se genera un RETAM de Bs.
350 millones.
• Después se calcula la ganancia monetaria, que es la sumatoria de la posición monetaria
pasiva de Bs. 700 millones menos la activa, lo que de un total de Bs. 600 millones.
• Como la inflación fue del 100 %, aparece una ganancia monetaria de Bs. 600 millones y la
fluctuación cambiaria que lleva a ganancias y pérdidas de ese pasivo son Bs. 250 millones.

Por lo tanto, si no se sabe de ajustes por inflación, parece que el dueño salió un año de vacaciones
y cuando regresó tenía una ganancia de 350 millones de bolívares. Eso sería una maravilla.
Ahora bien, como la compañía está inscrita en la Comisión Nacional de Valores tiene que
decretar el 50% de los resultados, porque los dividendos se deben decretar sobre ganancias y
pérdidas; así, esta compañía tiene que pedir un crédito por el 50% de 350 millones de bolívares
para pagárselo a los accionistas, porque no tiene con qué pagarlo.

Soluciones
Tomando como base la DPC 10, debe defenderse el principio de que en el Balance General los
activos no monetarios se presenten a su valor de reposición y a su valor en uso, no a su valor
NGP. También se debe reconocer dentro de la depreciación que los costos originados por activos
no monetarios (depreciación y consumo de los inventarios) vayan al costo de venta y a sus
valores de reposición, no a su valor NGP. Así se puede hacer el ajuste para llevarlos a NGP
posteriormente, de tal manera que en el ámbito operativo se reconozcan los resultados reales de la
gestión y aparte se reconozcan los efectos inflacionarios.

Una segunda propuesta tiene que ver con separar los activos no monetarios en importados y
nacionales, asumiendo a los activos en moneda extranjera activos monetarios —porque un activo
o pasivo en moneda extranjera, es un activo no monetario en realidad. Sin embargo, se les trata
como monetarios porque la fluctuación cambiaria que se está recogiendo de ese activo o pasivo
en dólares está siendo neutralizada en la ganancia por posición monetaria, siempre y cuando la
devaluación y el tipo de cambio se muevan juntas.

En el caso —mucho más frecuente— en que la devaluación y el tipo de cambio son diferentes, la
posición de moneda extranjera debe generar resultado por posición monetaria hasta la
concurrencia de la fluctuación cambiaria. Otra opción sería reserva de paridad técnica, para que
dentro de las ganancias y pérdidas entren en equilibrio el costo integral de financiamiento con el
resultado por posición monetaria. La posición en moneda extranjera no tiene por qué generar un
equilibrio, no tiene por qué generar un saldo en las ganancias y pérdidas entre la ganancia por
posición monetaria y la fluctuación cambiaria.

Una propuesta adicional sería recoger resultados por posición monetaria solamente, hasta la
concurrencia de la devaluación y no recoger paridad técnica. Así nuevamente entraría en
equilibrio el RETAM y el resultado por posición monetaria, dado que el neto sería igual a la
diferencia entre la parte nacional y la posición monetaria activa.

Lo esencial es buscar la manera de que en el balance general ganancias y pérdidas pueda


manejarse, dentro de la DPC 10, el efecto de ese divorcio entre el tipo de cambio y la inflación.
Alejandro Pascazi
Director de finanzas de la división Procesa
Empresas SIVENSA

Experiencias de la aplicación de la reexpresión en las empresas.

Sivensa es una de las corporaciones más grandes en Venezuela. Las ventas de esta compañía se
dividen en un 50% para el mercado local y el otro 50% en exportación. Se estima que para el año
1997 Sivensa venderá 780 millones de dólares, teniendo que reportar estos resultados a sus
accionistas locales y extranjeros.

Los precios de venta de los productos de Sivensa se fijan básicamente por los precios
internacionales de esos productos, afectados en su valor en bolívares por la paridad y el arancel.
Para Sivensa, el precio no lo determina la inflación en Venezuela sino los precios internacionales;
esto no quiere decir que la inflación no preocupe, por supuesto que sí: preocupa y se vigila de
cerca porque eso incrementa costos de los insumos no transables como electricidad, agua y
teléfono, por mencionar algunos.

Sivensa ha estado trabajando con estados financieros ajustados por inflación desde el año 1986,
dejándolos de lado durante un tiempo por incomprensibles, hasta que posteriormente se hicieron
obligatorios. Esto último a significado tener que realizar esfuerzos importantes en la utilización
de esos estados financieros ajustados por inflación, teniendo que prepararlos todos los meses
debido a su condición de compañía pública que presenta sus estados en la Bolsa de Valores. Sin
embargo, estos estados son de uso casi exclusivo del Departamento de Finanzas: nadie más los
ve. Una de las causas principales es la dislocación que hay en Venezuela hoy en día entre la
inflación y la devaluación, causando unas distorsiones grandes en la interpretación de los estados
financieros reexpresados que la gente no comprende y no acepta. Los estados financieros
deberían ser útiles y para Sivensa no lo son.

Fue por eso que en Sivensa se decidió finalmente la aplicación del método mixto, que le asigna al
activo un valor de mercado así como a los inventarios. Eso es más razonable porque el balance
muestra una cifra de activos fijos que es mucho más aproximada a la realidad que la obtenida en
los estados ajustados por inflación.

Sivensa ha sufrido los cambios en la inflación y la devaluación en su ejercicio económico: En


período 1995/1996 la inflación fue del 115% y la devaluación del 178%; en el período
1996/1997 se está previendo una inflación cercana al 40% con una devaluación del 4%. Se
realizó una comparación entre los informes de Sivensa, según el método mixto por supuesto, de
los activos fijos brutos a septiembre de l996 comparados con el año anterior. Con estas cifras, un
ejecutivo importante de la empresa fue a Nueva York a presentar los estados financieros
ajustados por inflación y lo llamaron estafador, con toda razón: según los cálculos, la empresa
compró 180 millones de dólares en activos. Le preguntaron si estaba loco. Evidentemente, la
empresa no compró eso. Esa cifra fue producto de la distorsión provocada por los índices de
inflación y devaluación.
Esto trae como consecuencia que las comparaciones no sirvan, bien sea por NGP, bien sea por el
método mixto. Esto no se debe a la técnica —porque la técnica que se utiliza para reexpresar
estados financieros es correcta—, sino al hecho de que no se puede estar separando dólares de
bolívares. El problema aquí es el IPC. Venezuela no maneja empresas en función de mejorar
resultados ajustados por inflación, porque eso puede ser desastroso, con el agravante de que el
gobierno venezolano, que vende 20 mil millones de dólares en petróleo, se puede dar el lujo de
mantener la economía como le da la gana.

El dólar no es un cambio técnico que se hace porque en Venezuela hay inflación. No. El dólar es
como el pan, como la leche, como un carro, es un bien y su precio depende de la demanda y la
oferta, depende de si la gente cree que va a subir o va a bajar. No se debe esperar que el gobierno
devalúe porque la inflación en Venezuela es más grande, porque no se gana nada haciendo
paridades técnicas y corrigiendo estados financieros por la diferencia.

Sivensa no usa para nada los estados financieros ajustados por inflación: los publica y saca el
informe pero ningún gerente de Sivensa sabe cuánto ha vendido por inflación; se usan dólares,
con las distorsiones que pueda haber, pero en los valores de los activos está lo que se paga por
ellos, no está incluido el elemento subjetivo de un tasador que incorpora el avalúo. En Sivensa se
eliminó el valorar empresas basados en estados financieros ajustados por inflación.

Existe una gran cantidad de personas e industrias en esta misma situación. Realizan la
reexpresión pero no la aceptan porque no la comprenden, porque no se ven reflejados en un
estado financiero ajustado por inflación. Esto se debe a la utilización del IPC, que es un elemento
altamente distorsionador. Ese es el problema: no hay que estar inventando paridades técnicas,
sino definir una inflación que sea “decente”. No puede haber diferencia entre un estado
financiero en dólares y un estado financiero ajustado por inflación, en donde uno gana y otro
pierde, porque uno de los dos debe estar malo; para Sivensa el que está malo es el ajustado por
inflación.

Se requiere con urgencia la búsqueda de una solución alterna para que los estados financieros
sean útiles. Si el estado financiero ajustado por inflación no es útil va a desaparecer porque la
gente no lo usa. En Sivensa no se usa, y lo que no se usa, no sirve.
Guillermo Trigo
Gerente Corporativo de Contraloría
Mavesa

Experiencias de la aplicación de la reexpresión en las empresas.

Mavesa comenzó a trabajar seriamente en los estados financieros ajustados por inflación en el
año 1992, con los siguientes antecedentes: los puntos claves de las normativas, la historia, los
procesos de cambios dentro de la compañía para el análisis y la situación que se está presentando
con la diversidad de metodologías para la utilización de los estados financieros ajustados por
inflación como información única.

A partir de la existencia de la inflación se presenta la necesidad de generar estados financieros


reexpresados, de cambiar la información dejando de presentar la información nominal tal como
es. Para esto surgió la normativa DPC 10, cuyas dos metodologías son: el nivel general de
precios (NGP), que consiste en ajustar por los índices de IPC, y el método mixto que utiliza los
valores de reposición para los activos fijos y los inventarios. Mavesa utiliza el Método Mixto,
con la presentación de estados reexpresados únicos a partir del año 1996, según la normativa.

Para el año 1992 Mavesa tenía un sistema contable nominal, soportado por un sistema contable
computarizado propio, basado en cuentas jerárquicas, bien estructurado y muy bien definido de
acuerdo a las necesidades de la compañía. En ese año también se instalaron sistemas de costos
estándar para las plantas, con toda la información necesaria. Así mismo, se efectuaron avalúos de
activos fijos y su revaluación. En el año 1993 la compañía se inscribe en la Bolsa de Valores y
hace una emisión de ADR en los Estados Unidos, viéndose en la necesidad de presentar los
estados financieros reexpresados; pero en ese año se hizo como un proceso anual y
posteriormente se comenzó a recabar información detallada sobre activos fijos. El hecho de ir a
estados financieros reexpresados tuvo mucha incidencia en el manejo de información, sobre todo
en el tema de activos fijos, ya que Mavesa es una compañía con activos fijos de 30 o 40 años, y
recabar la información sobre esos activos fijos no fue sencillo.

En lo referente al cálculo de costo de ventas, se utilizaba la fórmula de inventario inicial más


compras menos inventario inicial —la fórmula contable—; el sistema de costos no calcula el
costo de venta de esa manera, sino utilizando las fórmulas de producción en una escalera que va
desde los productos básicos, pasando por los intermedios, hasta llegar al producto final. Por eso
hubo que hacer así mismo los estados financieros reexpresados por NGP, ya que no existía la
información para reconstruir esa base. La información reexpresada era complementaria, se sentía
como una obligación y por eso se hizo.

En el año 1995 las distorsiones económicas obligaban a buscar alternativas y los valores de los
activos fijos debían estar al valor del mercado. Eso condujo a la utilización del método mixto, no
sólo para los activos fijos sino para los inventarios, y también para manejar los valores de
reposición con algún efecto en el costo de venta. Como Mavesa reporta a la Bolsa de Valores
hubo que presentar años comparables y reconstruir toda la información de tres años hacia atrás. A
partir de esta decisión se formaliza el proceso de avalúo anual, en el cual cada año corresponde a
un grupo de activos y el resto se actualizan por unos índices que los mismos evaluadores
proporcionan.

Por otra parte, al aumentar la frecuencia de información de valores de mercado para inventarios
en materia prima y material de empaque, junto con la aplicación del método mixto, hubo que
recalcular los costos de venta a partir del año 1995, siguiendo el mismo sistema de costos con
valores de reposición de la materia prima para producir los productos y corriendo todo el proceso
de costos desde la base hasta el final, llegando así a obtener el valor de reposición de los
productos terminados. Eso implica un esfuerzo importante porque hay que actualizar
constantemente los precios del mercado de esas materias primas, sabiendo que posiblemente un
20% de los productos signifique el 80% de los costos. Actualmente este proceso se hace
mensualmente. La información adicional obtenida gracias a la aplicación de este método a partir
del año 1995, sí ha sido útil para la gerencia porque se trabaja con los valores reales de mercado
de los productos.

En el año 1996 se tomó la decisión de presentar y utilizar una información única —la Comisión
Nacional de Valores lo estaba pidiendo y la DPC 10 así lo informaba— y, aunque Mavesa se
sintió un poco forzada en el proceso de inscripción en la Bolsa de Valores de Nueva York por
tener que preparar un prospecto bien extenso sobre la compañía que podía ser bien confuso, se
tomó la decisión de presentar toda esa cantidad de información nominal represada considerando
que podía ofrecer ventajas al ser comparable.

El irse hacia estados represados únicos tiene implicaciones operativas, informativas y legales.
Algunas de las implicaciones que ha tenido en Mavesa son:

Operativas
• En las informaciones operativas, implica anticipar cambios en los costos para ajustar precios;
un 60% de los costos son de origen importado, pero también hay otros costos nacionales que
se deben tener en cuenta. Esto ni es NGP ni es método mixto, sino anticipación de costos, es
estar pendiente del mercado.

• Mantener al día avalúos de activos fijos es saber cuál es su verdadero valor en el mercado.

• Disponer de activos ociosos —porque distorsionan los números en el balance— y salir de


ellos es un ejercicio que está haciendo constantemente.

• Vigilar la acción entre cuentas por cobrar y cuentas por pagar, partiendo de la base que todo
el mundo maneja la misma información en los mercados.

• Limitar cargos diferidos también es una práctica que Mavesa utiliza porque tiene proyectos
muy grandes que duran 20 o 30 años cada uno (una plantación de palmas, por ejemplo). Esos
proyectos se hicieron en base a cargos diferidos, los cuales van creciendo también por
inflación. La decisión gerencial de limitar los cargos diferidos tiene que ser muy bien pensada
y respaldada por el flujo de caja.

• Promover un endeudamiento cuyo costo real sea igual o menor a la realidad de los activos
correspondientes. El endeudamiento tiene que estar relacionado con activos no monetarios
que produzcan un rendimiento mayor que el costo que tienen, haciendo que crezcan los
pasivos monetarios empleándolos en algo productivo.

Informativas
• Actualizar las políticas y procedimientos contables (estados financieros, contribución por
contraloría, información pública, etc.) ha tenido gran repercusión en la forma en que Mavesa
presenta la información, tanto al público como a los inversionistas, analistas y público interno.

Legales
• Los dividendos y participaciones de junta se calculan con base a la utilidad neta menor
resultante de los estados financieros reexpresados e históricos y del aumento de capital.

• Respecto a las utilidades no distribuidas, la PT 14 habla de la revaluación del capital, pero la


PT 19 va a tocar ese tema también, por lo que están pendientes esas decisiones.

• Mantener los libros legales al día, porque al igual que el nominal ahora hay que mantener
además el reexpresado.

La reexpresión fiscal es distinta que la reexpresión financiera. Mavesa en la parte fiscal tiene una
renta gravable y después hace un ajuste por inflación, tomando en cuenta el aumento de los
activos fijos, la depreciación, la variación de inventarios —en unidades—, el aumento de las
inversiones y la variación del patrimonio, aplicando la tarifa que corresponde al resultado final.

La diversidad de tecnologías aplicables a la reexpresión de los estados financieros presenta la


necesidad de tener que tomar decisiones gerenciales muy bien planificadas. Mavesa ha hecho
ejercicios con NGP y ejercicios con el método mixto, obteniendo resultados diferentes a nivel
operativo; adicionalmente, se aplica la metodología FAS 52 para los montos en dólares, con una
gama de resultados completamente diferente. Mavesa pretende mejorar su información de
indicadores de negocio —porque todo lo que tiene que ver con información financiera,
reexpresada o no reexpresada, es importante—, pero se requiere de un sistema que dé seguridad
de que los números son correctos. Hasta ahora se ha logrado a través de indicadores de negocio,
específicos para cada área, que permiten hacer un seguimiento del desempeño. Lo esencial es la
búsqueda de un estándar aplicable a todas las empresas.
Carolina Zambrano Hurtado
Supervisora del área de Análisis y Estudios Financieros Especiales
Electricidad de Caracas

Experiencias de la aplicación de la reexpresión en las empresas.

La Electricidad de Caracas (EDC) es una empresa pública que presta servicios y está limitada por
las regulaciones del gobierno; sus tarifas están restringidas por normas gubernamentales y
mensualmente emite estados financieros ajustados por inflación, siguiendo las regulaciones
impuestas por esas mismas normas.

EDC comenzó a ajustar por inflación en el año 1992. Este trabajo inicialmente lo realizaron
auditores externos, con un paquete diseñado por ellos mismos, en vista de que en ese momento
no había contadores suficientemente técnicos y preparados en la elaboración de estados
financieros ajustados por inflación dentro de la empresa. Este paquete que EDC todavía está
utilizando ha servido de base para preparar los estados financieros ajustados por inflación, pero
tiene muchas limitaciones porque no se puede suministrar la información con el nivel de detalle
requerido. La Electricidad de Caracas está por implantar un sistema que pueda ser la solución
para este problema.

Posteriormente, pero la gerencia se dio cuenta de la importancia que se le estaba dando a estos
estados financieros ajustados y decide crear una Unidad Análisis de Estudios Especiales, en la
cual se comienza a preparar a ciertos contadores —escogiendo a los más técnicos entre el
personal— en el área de reexpresión de estados financieros.

EDC también reexpresa o ajusta según la normativa FAS 52, elabora la traducción de estados
financieros y hace diferentes cálculos técnicos contables, elaborando estados financieros de
acuerdo con principios americanos para la posible internacionalización de la empresa —todavía
no se ha incursionado en el exterior con la emisión de ADR, pero en un futuro no muy lejano se
espera que se pueda cristalizar esta colocación.

Inicialmente la Electricidad de Caracas —yendo en contra de la corriente— utiliza el método


mixto, presentando los estados financieros como complementarios hasta 1996, separando el
componente importado del componente local según las normas establecidas por la Comisión
Nacional de Valores. Realizar estos cálculos constituía una labor bastante compleja ya que se
tenían que manejar múltiples capas en una “hoja de loto” que llegó a tornarse inmanejable;
además, las tendencias que se obtenían con la reexpresión eran difíciles de explicar. Esta es una
de las razones por las cuales muchas compañías que utilizaban el método de nivel general de
precios (NGP) después se cambiaron al método mixto.

A pesar de todo lo anterior, actualmente la EDC prepara sus estados financieros de acuerdo con el
método NGP, pese a las críticas hechas por algunos entes que lo consideran un retroceso. Esta
decisión obedeció al hecho de que cuando la EDC analizaba los indicadores financieros con el
método mixto, aquellos que estaban relacionados con el patrimonio, por ejemplo, se tornaban
excesivamente favorables y los inversionistas se reían diciendo: “realmente ese rendimiento sobre
patrimonio no se lo cree nadie". Lo cierto es que desde que la Electricidad de Caracas retomó el
método NGP le ha ido mejor, porque los indicadores están resultando más lógicos —En el caso
de la Electricidad de Caracas, una empresa que tiene 100 años en el mercado y que está en plena
marcha, parece ilógico inflar tanto el patrimonio con los valores de los activos fijos, porque tiene
tres años para reexpresarlo, tiempo en el cual se seguiría inflando.

Así, en el año 1996 se comenzó a presentar como principales los estados financieros ajustados
por inflación y se registran en los libros legales. Actualmente se está en camino de mejorar la
interpretación de esos estados financieros, porque la gerencia no está interpretando
adecuadamente el ajuste por inflación.

Otro punto de interés es el producido por las nuevas actualizaciones y cambios que se dan en las
normas. Por ejemplo, respecto al tratamiento de los diferenciales cambiarios no hay como un
criterio definido y estándar que la compañía pueda aplicar para realizar ciertos registros.

Uno de los conceptos que ha generado más incertidumbre es el relacionado con el Valor de Uso
—flujos de caja futuros, escoltados con una tasa de descuento, que reflejan el riesgo del
negocio—, al punto que EDC ha creado un departamento que calcula ese valor. Todos los meses
se ruega para que ese valor no dé por debajo del NGP, porque se sabe que habrá que ajustar; esto
ha generado una situación crítica.

La Electricidad de Caracas está en pro de los estados financieros reexpresados y sabe que son
más lógicos, pero realmente considera que hay aspectos que aún no están bien definidos y que
deberían ser aclarados para evitar confusiones. EDC está implantando ahora una herramienta
integrada de información que a mediano plazo va a dar el ajustado por inflación de acuerdo con
principios venezolanos DPC 10. Esta es una herramienta que genera muchas expectativas y
esperanzas de que ayude a mecanizar este proceso que tantos problemas trae en la actualidad.
Emilio Pittier
Socio
Escritorio Araque, Reyna, De Jesús, Sosa, Viso & Pittier

Experiencias de la aplicación de la reexpresión en las empresas.

La Declaración de los Principios de Contabilidad está dando vueltas desde el año 1992 y ha sido
un asunto principalmente de Contadores, no de Abogados. Sin embargo, surgen estas dudas: ¿Va
ha haber un aumento de capital con base a los resultados reexpresados? ¿Se van a pagar
utilidades y dividendos con base a la reexpresión? ¿Cuáles son las normas legales que se deben
tomar en cuenta a la hora de analizar este tipo de problemas? Esto lleva a pensar cuál es el valor
legal que tienen los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PC).

Los PC no tienen un peso legal específico; son normas técnicas que recopila y formula la
Federación del Colegio de Contadores Públicos y, en muchos casos, son expresión de principios
que se vienen aplicando milenariamente. Sin embargo, estas normas adquieren fuerza legal
porque las Normas Legales se apoyan en los PC existentes en la Ley de Impuesto Sobre la Renta
que dice: “Los contribuyentes están en la obligación de llevar sus libros de contabilidad de
conforme a los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados, y a ordenar la información
de sus documentos conforme a dichos principios (...)”. Otro ejemplo se encuentra en el artículo 9
del Código de Comercio que dice: “La costumbre mercantil es una fuente de derecho y es
obligatoria cuando es uniforme, reiterada en el tiempo, pública (...)”. Así se transforman en
normas legales.

La Comisión Nacional de Valores que es el órgano competente encargado de fiscalizar el


Mercado de Valores, de establecer las reglas bajo las cuales la Ley de Mercado de Capitales debe
ser aplicada, con facultades de prescribir la forma en que las empresas que se encuentran
reguladas por ella deben presentar su información financiera, ha establecido que las empresas
sometidas al control de la Comisión Nacional de Valores deben presentar sus estados financieros
de conformidad con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados, entre ellos, los que
se refieren a los efectos de la inflación. También establece algunas limitaciones en cuanto a la
forma de presentación y a la incidencia que esas normas tienen en la Ley de Mercado de
Capitales. Por lo tanto, desde el punto de vista legal, una empresa inscrita en el Registro
Nacional de Valores y sometida a la fiscalización de la Comisión Nacional de Valores debe
ajustarse a estos principios porque el órgano legal los ha tomado y a ordenado su aplicación.

En contraposición, las empresas que no están inscritas en el Registro Nacional de Valores


escapan al control de la Comisión Nacional de Valores y no están sometidas a normas que las
obliguen a seguir esta metodología. Para ellas está distante que su aplicación llegue a tener el
valor de una costumbre, porque su uso reiterado en el tiempo no ha adquirido aún la consistencia
necesaria para darles el valor de una Norma Legal inexorable. Las sucesivas actualizaciones del
DPC 10 y las publicaciones técnicas de la Federación de Contadores se ha encontrado con
problemas que surgen de la aplicación práctica en el día a día de Principios de Contabilidad
Generalmente Aceptados. Así, se identifican problemas y se proponen soluciones, pero las
normas no llegarán a adquirir el carácter de costumbres hasta que se depuren las inconsistencias
que aún contienen.

Existen algunos problemas que puede generar la aplicación de los PC en materia de reexpresión
de los estados financieros. Uno de los principales tiene que ver con la valoración de las partidas
del Acervo Social: el Código de Comercio establece en el Artículo 304 que “el balance debe
formarse de manera tal que todas las partidas del Acervo Social, reflejen los valores que
realmente tengan o que se les presuman (...)”; una aplicación pura del NGP genera dudas respecto
a si se puede o no cumplir con ese requerimiento.

Otro problema crítico surge cuando se analizan las utilidades, por temor a que la aplicación del
DPC 10 pueda llevar a la situación de descapitalizar una empresa repartiendo el capital. Se cree
que la aplicación de los PC en materia de inflación, cuando pueda llevar a disminuir el Capital
Social de la empresa, conduciría a una violación del Artículo 307 del Código de Comercio, lo
cual además puede tener implicaciones gravísimas en el caso de quiebra.

Otro punto de reflexión sobre la aplicación de los PC es la forma en que se actualizaría el capital
social. De aceptarse la figura y empezar las empresas a actualizar el capital social como
resultado de la exposición a la inflación, se debe reflexionar sobre la posibilidad de ajustar el
valor nominal de la acción o repartirse una acción como consecuencia de la capitalización —que
no es capitalización de acuerdo a los Principios. Lo que parece más lógico es ajustar el valor
nominal de la acción, no repartir una acción adicional porque esto crearía una distorsión.
Luis Brabo D.
Presidente
Asociación Venezolana de Ejecutivos

Conclusiones

Este evento está enmarcado dentro de un ciclo denominado Discusión para la Actualización
Gerencial. Aquí se ha discutido sobre un tema de gran importancia, demandado al mas alto
nivel empresarial, porque existe un vacío en torno a él. El problema fundamental que pudo
apreciarse en la discusión es la falta de comunicación. La Asociación Venezolana de Ejecutivos
promueve la discusión ponderada y armónica para ir logrando consenso, y se ha hecho evidente
que en torno al tema de Reexpresión de los Estados Financieros Ajustados por Inflación no hay
comunicación entre el auditor y la empresa, dentro de la empresa no la hay entre el área de
finanzas y la alta gerencia, como tampoco se da entre la empresa y los accionistas.

Con esta publicación la AVE pretende contribuir a la difusión de esta problemática y propiciar un
intercambio de ideas que permitan establecer una metodología de ajuste por inflación que sea
aplicable y comprensible en forma generalizada. Aún queda una ardua labor por delante.
Tito Cabrera
Socio
KPMG Alcaraz Cabrera Vázquez

Palabras Finales

Ha sido un gran honor para KPMG Alcaraz Cabrera Vázquez el patrocinar este evento, cuyo
principal mérito es fomentar un gran debate sobre el tema de los ajustes por inflación. Sin duda
aquí han estado presentes los actores más importantes del tema. Es importante que las ideas y
conceptos emitidos sean recogidos en una publicación que permita someterlas a un estudio. La
Federación del Colegio de Contadores Públicos debe liderizar un cambio en el debate que
permita hallar soluciones a los problemas planteados.

La principal preocupación en cuanto a los estados financieros ajustados por inflación manifestada
por los diferentes sectores es devolverle a la contabilidad su capacidad de ser útil. Siendo tan
joven el problema en Venezuela, se debe tomar experiencias de otros países que han transitado un
camino largo, tortuoso, traumático, dramático y difícil sobre este mismo tema como Argentina,
México, Brasil y Chile. Lo ideal es aprovechar esas experiencias para no cometer los mismos
errores y poder conseguir las soluciones en menor tiempo. Venezuela cuenta con los recursos
humanos necesarios para lograr que las preocupaciones sobre el ajuste por inflación y su falta de
utilidad pasen a ser historia.

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