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Primera Semana
Martes
Es confuso decir: “no son ellos, soy yo”. Son ellos en tanto otros con sus
diferencias, soy yo en tanto Otro en mi imaginario, pero a su vez es la pugna
absurda de encajar donde no me veo, no logro estar, acomodarme
(modelarme).
Hace unos minutos, mientras hablaba con un paciente, dijo: “Yo antes no me
hallaba. Me consumía la idea de morir. O sino, pretendía salvarlos a todos”.
Paradójicamente, escuché algo en mí, una intervención que se la dije: “Para
salvar a otros, habría que salvarse a uno como otro”.
Miércoles
Los afectos que surgen ante momentos de felicidad, pueden ser variados. La
alegría se hace presente cuando alguien encuentra la punta de un ovillo en su
discurso, frente a lo insoportable hay algo de luz… pero no siempre se está
preparado para percibirla.
Comparto esto porque algo de la pulsión de muerte pudo viabilizarse por las
palabras. Un puente comenzó a esbozarse en aquel que seis meses atrás
iniciaba su tratamiento. Fue fortuito, azaroso, siguiendo la lógica del
inconsciente. Eso no implica que todos los problemas se hayan resuelto, sería
utópico y absurdo, pero sí hubo algo que se pesquisó.
Segunda Semana
Martes
–Solo quiero caer presa de mis propias palabras, aun cuando ello implique la
muerte… pero la muerte entendida como un fin de algo. Conclusión, corte,
finalización de un duelo, poner un punto ahí donde creí no había final. Es
extraño, de hecho, me extraño en la alegría que tenía antes aun cuando la
tristeza aparecía; en la energía y radicalidad con la que me veía. Aquello era
una forma de “no verme ahí donde mis ojos existían, ni moverme aun cuando
quería”. Respuestas simples como: “porque gozo ahí”, solo encierran algo que
quizá no tiene cierre. Me culpo por mis acciones pasadas como cualquier
mortal. ¿Qué tiene eso de maravilloso? Nada… sin embargo, para escribir
esto, logré escucharme.
Las siluetas de los pacientes pasan por la puerta del consultorio, vista desde un
vidrio esmerilado que distorsiona lo real dando la ilusión de separación… al
fin y al cabo, es necesario protegerse de lo Real del mundo, siendo este in-
mundo, dentro del lenguaje, parte de él (como apropiación y extensión),
causando paradojas; alojándonos en la que más nos enturbie. No-todos… hay
quienes creen que la realidad es precisamente la del vidrio esmerilado. Ante
todo esto, no ceso de preguntarme y quizá con ello increparme. Sí… ¿por qué
no?
–Quien yo quiera ser. –me doy la respuesta más aburrida que he encontrado.