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¿Somos los seres humanos animales racionales?

En el presente, podríamos decir que la mejor conclusión de las investigaciones


comportamentales es que las personas frecuentemente no logran alcanzar los estándares de la
racionalidad teórica especificados por la lógica, la teoría de la probabilidad y otras similares. Sin
embargo, el campo sigue aún abierto a respuestas referentes a la racionalidad práctica
(racional para algunos contextos y objetivos). Nuestro mejor juicio es que la evolución y la
cultura nos han preparado para hacer las cosas casi del mejor modo posible en muchos
contextos.

4.3. Efectos de encuadre y teorıa prospectiva

La teoría prospectiva propone que la primera etapa en la toma de decisiones es discernir las
probabilidades que se tiene enfrente encuadrando los términos de la decisión. El hecho de
encuadrar implica simplificar y combinar ciertas cantidades y evaluar las pérdidas y ganancias
probables comparándolas con un punto de referencia. Este punto de referencia, o ancla, suele
ser la situación actual, antes de que se tome la decisión.
Así pues, la teoría prospectiva explica el efecto de donación (el valor añadido que conferimos a
algo que tenemos al compararlo con algo que todavía no tenemos mediante la puesta al día de
nuestro punto de referencia cuando se obtiene una nueva posesión).

Pensemos en un viaje de una semana a Las Vegas. Cuando entramos en el casino el primer
día, nuestro punto de referencia es la suma que hemos decidido jugar. Supongamos que
ganamos 250 Euros ese día. Al día siguiente, cuando volvemos a las mesas, es probable que
nuestro nuevo punto de referencia sea 250 Euros mayor, la suma de nuestra apuesta inicial
más los 250 e de ganancia. Por supuesto, después de las alzas y bajas de una semana de
juego, en nuestro último día en Las Vegas nuestro punto de referencia puede haber vuelto a ser
la cantidad de la apuesta inicial del primer día y podemos aceptar riesgos con la esperanza de
volver a ganar o, al menos, quedar a la par cuando dejemos la ciudad.

4.4. Papel de las emociones en la valoración: la paradoja de Allais

La emoción también ha jugado un papel en la teoría de las decisiones desde los primeros días
de la disciplina: los economistas comenzaron asumiendo que la toma de decisiones se realiza
con el fin de conseguir objetivos, y que los objetivos son, o bien esencialmente emocionales.

Existía, también, una noción general de que en las emociones suele interferir la toma racional
de decisiones. Puede que decidamos ahorrar dinero para la jubilación, pero nos distraemos por
impulsos momentáneos y gastamos nuestros ahorros en entretenimientos frívolos; podemos
decidir hacer dieta o resistir la seducción sexual, pero sucumbimos a tentaciones en momentos
de antojo o de pasión.
La paradoja de Allais es la contradicción aparente que se observa cuando añadir un
acontecimiento idéntico a cada alternativa tiene el efecto de cambiar las preferencias de quien
toma una decisión. ¿Qué haríamos en la siguiente situación?:

Situación . Elegir entre:


Juego 1. Una ganancia cierta de 500.000 e
Juego 2. Una probabilidad de 0,10 de ganar 2.500.000 e, una probabilidad de 0,89 de ganar
500.000 e y una probabilidad de 0,01 de no ganar nada.

La mayoría de los sujetos prefieren el juego 1 al juego 2. Aun cuando la probabilidad en el


juego 2 de hacerse rico o de conseguir una cantidad sustancial de dinero es muy pequeña
(0,01), el arrepentimiento potencial por la pérdida de la cantidad mayor se hace tan grande que
la mayoría de las personas eligen la seguridad de los 500.000 Euros.

4.5. Papel de las emociones en la valoración: descuento temporal e inconsistencia


dinámica

aunque las personas son bastante eficaces actuando prudentemente al planificar el futuro, los
planes mejor concebidos pueden caer presa de conductas impulsivas e irracionales cuando nos
enfrentamos a tentaciones inmediatas. Tenemos tendencia a devaluar los resultados que
ocurrirán en un futuro remoto y esta tendencia se conoce como descuento temporal.

Una interpretación de la inconsistencia dinámica es que cuando un resultado es inmediato,


nuestro sistema emocional controla nuestra conducta y nos conduce a elegir la gratificación
que se encuentra disponible con carácter inmediato. Sin embargo, cuando la gratificación no
está disponible de inmediato, nuestro sistema racional, más frío, toma el control y elegimos
sabiamente

Esta interpretación es consistente con nuestra experiencia subjetiva cuando tenemos delante
un apetitoso postre, la oportunidad de holgazanear durante el ejercicio físico, una ocasión para
un encuentro sexual o dinero fácil (como en la elección experimental que se ha descrito
anteriormente). También tiene sentido en la experiencia común de tener dos mentes en
competencia cuando hay que elegir entre la tentación y una línea prudente de acción. También
nos ayuda a entender por qué en ocasiones recurrimos a estrategias de adquirir compromisos
previos para (hacer lo que es mejor para nosotros), por ejemplo, unirse a un «club de Navidad»
para ahorrar.

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