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FACTORES SOMATICOS

Lo congénito

Dentro de los factores somáticos criminógenos, debemos mencionar en primer


lugar los CONGENITOS, sean estos actuantes antes de la concepción, o
durante el embarazo.

La heredosífilis es aún un problema grave, aunque ha disminuido


notablemente, gracias al uso de antibióticos y a la mayor atención médica. La
heredosífilis puede producir una amplia gama de anomalías, de la oligofrenia
profunda a la inestabilidad mental, de la epilepsia a la deformación del carácter.

El alcoholismo sigue siendo uno de nuestros serios problemas, no solo por su


nefasta influencia sobre los futuros hijos, sino por la precocidad con que se
principia a beber. Se ha encontrado que, de los menores que llegaban al ex
tribunal, hasta el 53% tiene al menos un ascendiente (padre) alcohólico, lo que
da una idea de la gravedad del problema.

La tuberculosis es otra enfermedad de los padres que repercute


hereditariamente en los hijos, ya que produce en los descendientes diversas
anomalías nerviosas (emotividad, impulsividad). La lucha antituberculosa ha
sido bastante importante en México, pero los índices son aun elevados. En la
herencia debemos mencionar también la frecuencia con que encontramos,
entre los menores delincuentes, hijos de psicópatas, enfermos mentales y
criminales. Existen algunos métodos preventivos prácticos en relación con las
enfermedades genéticas. Por ejemplo: 1.- Debe evitarse la exposición de la
población a los agentes mutagénicos. 3.-Se debe advertir acerca del riesgo de
que un miembro de la familia padezca algún trastorno genético a congénito.

Aberraciones cromosomáticas

Cada célula humana contiene en su núcleo un número fijo de cromosomas,


estos son 46, y se suponía que no podía haber variación. Sin embargo en 1959
se descubre que el exceso de un cromosoma en el par 21, es la causa del
llamado Síndrome de Down o idiotez mongoloide.

Por aberración cromosomáticas debe entenderse las malformaciones


cariotípicas por exceso o por defecto. Las aberraciones cromosomaticas traen
consigo problemas tanto problemas físicos como psíquicos.

Se busco la correlación entre aberración cromosomáticas y criminalidad, no


encontrándose en las mujeres con anomalías en el cariotipo mayor conducta
antisocial. Los hombre que han delinquido y presentan el factor “XYY”, son
delincuentes precoces, no tienen una significativa herencia criminal o
patológica, son de estatura alta y generalmente fuertes y agresivos, con un
“Yo” mal estructurado , escasa tolerancia a la frustración y alta reincidencia.

Embarazo y parto

Durante el embarazo múltiples causas pueden obrar para tarar al feto, entre
ellas las enfermedades infecciosas, las intoxicaciones, principalmente las
alcohólicas etc. Además los frecuentes traumas psíquicos, la contigua angustia
y las fuertes preocupaciones, pueden también ocasionar perturbaciones
posteriores.

Las glándulas endocrinas provocan serios cambios temperamentales, y que


son de especial cuidado el hipertiroidismo, que hace al niño particularmente
inestable e hiperactivo, y el hipotiroidismo, que lo hará abúlico y flojo. Las
glándulas endocrinas también llamadas glándulas de secreción interna,
secretan sustancias llamadas hormonas directamente al torrente sanguíneo
dependiendo de mas (híper) a menos (hipo) produciendo en ambos casos
trastornos físicos y psíquicos que pueden tener relevancia criminológica.

La epilepsia es ampliamente conocida como enfermedad criminógena. Puede


hablarse de una persona epiléptica, caracterizada por la excitabilidad, la
agresividad y la suspicacia, agravada en los menores por falta de inhibidores.

Las secuelas de meningitis o de meningoencefalitis, cuando afectan las


estructuras del sistema límbico, determinan conductas agresivas en los
menores.

Muchas parasitosis afectan al sistema nervioso central, siendo factores


criminógenos, entre ellas tenemos la cisticercosis cerebral, toxoplasmosis,
amibiasis etc.

Los defectos físicos, desde el labio leporino, estrabismo, deformaciones


congénitas etc... Hasta la simple obesidad o las cicatrices poco estéticas,
causan inhabilitaciones y traumas que llevan con gran frecuencia a conductas
antisociales; prueba de ello es que, en las escuelas primarias se encuentra un
9% de estos casos, en las secundarias un 14% y en las casas orientación para
menores antisociales, el índice es de 35% o sea que uno de cada tres menores
delincuentes tiene defectos físicos notables.

Las toxicomanías tienen también su lugar entre los factores de la criminalidad,


y de nuevo mencionaremos el alcohol, el que se principia a tomar desde
pequeña edad, en gran parte por imitación, por influencia de los padres y por
demostrar hombría.
De las causas fisiológicas que mayor importancia tienen en la delincuencia de
menores, es notable la crisis puberal, ya que en ella se producen las más
profundas modificaciones al sistema nervioso y endocrino.

HOGAR Y FAMILIA

La decisiva influencia de la familia es tan señalada en la delincuencia de


menores que es la única que puede tomarse en cuenta. Sin desconocer la
efectiva importancia que la familia tiene, nosotros crecemos en la multiplicidad
de factores, aceptando que uno de los más frecuentes es la familia
desorganizada o deformante.

En el caso de los hogares cuyo ambiente es moral o socialmente inadecuado,


la propia familia necesita ser rehabilitada, lo cual es una tarea delicada y difícil,
ya que en la mayoría de los casos supone mejorar tanto las condiciones
económicas como sociales que han conducido o

contribuido a descalificar a la familia y a la reducción de esta.

La familia puede tomarse en sentido extenso (todos los familiares) o en sentido


limitado (padre-madre-hijos) esta es la llamada familia nuclear. La familia
nuclear tiene un fuerte peso en el desarrollo infantil, ya que de la calidad de la
relación padres-hijos dependerá la cosmovisión del infante.

La familia mexicana tiene rasgos tan peculiares que es necesario estudiarla


detenidamente. Ya que en la formación del hogar vienen varias características
criminógenas notables. Es vital, en la formación de la personalidad de un
individuo, la primera etapa de la vida. La correcta formación del binomio madre-
hijo y del posterior trinomio padre-madre-hijo, será para el sujeto una buena
base para la formación de la personalidad. En México la principal característica
es la importancia preponderante de la madre.

Una vez formada la familia, la mujer, al no recibir todas las atenciones que
tenia del marido cuando era novio, se siente desplazada, menos amada,
rechazada y entonces se refugia en los hijos; si no puede poseer
absolutamente al marido, por lo menos poseerá a los hijos.

El niño mexicano en sus primeros meses de vida vivirá en un mundo


maravilloso, siempre al lado de la madre, que estará atenta a sus menores
caprichos pero al niño nunca le faltara la identificación femenina, y el binomio
madre-hijo se formara en forma extraordinariamente gratificadora y

placentera. El binomio viene roto generalmente con la llegada de un nuevo


hermano, el cual lo desplazara de su puesto de privilegio, y si, además se tiene
la desgracia de pertenecer a las clases pobres, la rica alimentación materna se
convertirá en la pobre e insuficiente comida de la familia. Aquí viene la parte
más difícil del desarrollo: la identificación con las figuras paternas y la
formación del súper-yo.

El mexicano crece y se educa en un ambiente exclusivamente masculino, todo


lo femenino es inferior, es malo; esto se vera primero en la familia y después en
la escuela con los compañeros de juego. El niño va así hacia una identificación
con el padre, y se volverá agresivo, cruel, y para demostrar que es “macho”
despreciara a las mujeres, se juntara siempre con hombres y al llegar a la
adolescencia tomara todas las actitudes masculinas como beber, fumar, pelear,
y en la primera oportunidad tener relaciones sexuales; todas estas actitudes
conllevan a actos antisociales, y en muchas ocasiones plenamente delictuosos.

La niña, por el contrario, es educada en el sentido de la virtud, de la absoluta


represión sexual, de la fidelidad, y sobre todo de la paciencia y de la
abnegación.

El ejemplo del padre, muy importante para el niño, lo es también para la niña,
pues la madre le hará ver que su misión como mujer es la de soportar y
perdonar. El niño aprenderá esto negativamente, pues introyectara la situación
de

que, por el hecho de ser hombre, todo le será perdonado y cuando se case,
hará ver a la mujer quien es el que manda en la casa. La niña aprenderá que
ha nacido para obedecer y para perdonar, en situaciones en las que, de incurrir
ella en el mismo error será asesinada por el marido. Esta es una de las razones
por las que la delincuencia femenina es tan extraordinariamente baja en
México, en relación con la masculina.

Actitudes de los padres

La creencia de algunos padres de ser superiores a los hijos, de que siempre


tienen razón, que imponen su criterio irracional, por el solo hecho de ser
mayores de edad y fuerza; el autoritario que se impone “porque si” los tiranos
que desahogan todas sus frustraciones agrediendo al hijo; los que educan a
golpes porque así fueron educados. No debemos olvidar que: “ante los padres
autoritarios los niños no se rebelan, sino hasta después, en la adolescencia o
en la juventud.

En contraste con estos padres están los del extremo contrario, los que siempre
dan la razón al hijo por ser pequeño; los padres blandos, incapaces de corregir;
los que dan a sus hijos en exceso, pues a ellos les fue negado todo.
Desde luego que se encuentran también los otros padres, los normales, los que
saben dosificar la bondad y la disciplina, los que comprenden el amor como
algo amplio, que implica perdonar, pero obliga también a corregir. Que tratan al
menor como un ser humano, al que hay que

respetar, y al que debe darse razón cuando la tiene, y al que se reconocen


derechos a la par de sus deberes. Los menores educados en esta última forma
difícilmente tienen problemas con la justicia.

La familia criminógena

Existe un tipo de familia que podríamos llamar “típicamente criminógena”; en


esta familia es casi imposible que el menor no llegue a delinquir, ya que
generalmente sus primeros delitos son dirigidos por los mismos padres. Estas
familias viven en una ambiente de absoluta promiscuidad, donde no es extraño
el incesto, donde impera la miseria y el hambre, donde los niños son,
mandados por los padres a delinquir o a pedir limosna, y cuando son mayores
a prostituirse.

El padre es alcohólico, y labora en los oficios más bajos y miserables, o es


delincuente habitual y de poca monta, su inteligencia es escasa, es un sujeto
instintivo y altamente agresivo. La madre por lo común esta viviendo en unión
libre, y los hijos que tiene provienen de diversas uniones, y en mas de una
ocasión no podría identificar ciertamente quien es el padre de sus hijos.

El menor que sale de estas familias es el de mayor peligrosidad, y es también


el e mas difícil tratamiento, pues tiene en contra todo, herencia, familia,
formación, ambiente etc.; además, en las instituciones de “reeducación”, será el
jefe y maestro de las demás.

La falta de los padres

La falta de la madre podría parecer muy grave en cuanto que, como hemos

visto, el papel de la madre en México es primordial. Sin embargo es menos


grave de lo que a primera vista parece, pues siempre hay alguien que se ocupe
del pequeño. Cuando se trata de un adolescente el caso se resuelve: en el
hombre, pues ya no depende tanto de la madre; en la mujer, pues se ve
obligada a ocupar el lugar de la madre en la organización y cuidado del hogar.

La falta del padre es bastante mas grave, en cuanto implica la necesidad de


trabajar de la mujer, con el material abandono del hogar. Cuando es el
adolescente el que se hace cargo de la familia, tendrá una carga que
difícilmente podrá resolver. Los menores no tendrán el patrón de identificación
masculina, ni la disciplina y orden que un padre puede imponer.

Una de las causas comunes de la falta de uno de los padres es el divorcio,


aunque en caso de haber hijos es mas difícil de obtener que cuando no los hay.
La mitad de los divorcios son por mutuo consentimiento, en segundo lugar esta
el abandono del hogar; es necesario hacer un estudio minucioso para encontrar
las causas y prevenir este mal social, que denota la falta de preparación y de
madurez de los cónyuges, y la falta de respeto de la familia al considerarla no
como una institución, sino como un contrato similar al de alquiler de una casa.

Finalmente, mencionaremos a los menores sin hogar. Este es un caso no muy


común en mexico, pues afortunadamente el amor a los niños hace que los

familiares mas cercanos se ocupen de ellos y los adopten y en caso de no


haberlos siempre hay alguien que se haga cargo. La solidaridad social en este
aspecto es notable, y los esfuerzos de las autoridades son plausibles.
Diverosos religiosos han fundado Casas y aun Ciudades del Niño, para afrontar
el problema. Podemos afirmar que muchos de estos niños sin familia son mas
afortunados que aquellos que viven con una familia “tipo criminógeno”.

En conclusión la falta de preparación es factor índice, y estamos de acuerdo


que “El primer enemigo de los niños es la ignorancia de los padres”.

CRIMINALIDAD INFANTIL Y JUVENIL

Introducción

La distinción es importante en cuanto a estudio en la teoría, y en cuanto a


prevención y tratamiento en la practica. Técnicamente la diferencia basada en
la edad adolece de varios defectos, en cuanto a que, a igual edad cronológica,
no corresponde igual desarrollo integral.

Para hacer una clara diferencia entre criminalidad infantil y juvenil, debemos
tomar como línea diferencial la adolescencia, tomando en consideración no
solamente los caracteres sexuales primarios y secundarios, sino también el
desarrollo psicosocial y el tipo de conducta, que tiene gran importancia en
función de la peligrosidad del sujeto.

Para los efectos de este capitulo consideraremos dos grupos:

a) Los mayores de seis años (edad minima para ser internado) pero menores
de catorce años (edad minima para
trabajar, y edad minima para poder casarse las mujeres, articulo 148 del
Codigo Civil).

b) Los mayores de catorce años, pero menores de dieciocho (edad minima


penal). Este grupo puede dividirse en dos: uno de 14 a 16 años, y otro de 17 y
18 años.

Niñez, adolescencia y juventud.

El problema de niñez, adolescencia y juventud depende no solamente de


factores biológicos, sino también del contexto socioeconómico en que estos
conceptos se manejan. No podemos olvidar que existe una ley de la
precocidad, que indica que todos los niños y adolescentes tratan de ser
mayores de lo que en realidad son; por el contrario, existe una ley del
retardamiento continuo por la cual los adultos persisten en continuar siendo
jóvenes.

Estas dos leyes tienen valor criminológico, ya que una forma de intentar ser
“grande” es agrediendo, demostrando fuerza y poder; por otra parte hay adultos
que realizan actos de vandalismo, como expresión de “juventud”.

Criminalidad infantil

La delincuencia infantil se dirige generalmente contra la propiedad en sus


formas mas simples: robo y daño en propiedad ajena. El monto de estos
pequeños robos es reducido, y raramente se comete fuera de la escuela o la
familia, el niño roba para satifacer pequeños deseos: holosinas, cine,
diversiones, etc. Los daños a la propiedad ajena son causados por juego o
como travesura. Por su escasa fuerza física no son comunes los delitos por
lesiones u homicidio ¡, y

los sexuales son escasos y han sido influenciados o provocados por los
mayores.

Sin embargo, se presentan cada vez con mayor frecuencia conductas


altamente preocupantes, como el uso de inhalantes, la prostitución infantil y la
violencia indiscriminada.

La delincuencia juvenil
La delincuencia juvenil es en todos aspectos socialmente mas peligrosa. En
ella encontramos ya toda la gama de criminalidad, desde el pequeño robo
hasta el homicidio agravado. Se tiene ya la fuerza para los delitos contra las
personas y la capacidad para los delitos sexuales, debemos señalar que el
adolescente es muy influenciable, y que su deseo de libertad y su prepotencia,
lo llevan a actividades extrañas y antisociales.

La imitación extralogica se hace cada vez mas preocupante, ya que no se


detiene tan solo en las formas de vestir, sino que llega a todo genero de
depravaciones.

Las características mas sobresalientes de la delincuencia juvenil son:

a) Objeto delictivo: objetos antes desconocidos por el Derecho Penal

b) Gravedad: son cada vez mas frecuentes los delitos graves

c) Metodo: la violencia generalmente efectuada en pandilla

d) Delincuencia: aumenta el numero de hijos de familias acomodadas

e) Ambiente: ha dejado de ser un fenómeno individual, para convertirse en uno


colectivo

f) Etiologia: hoy ya no se habla de causas, sino mas científicamente de factores


criminógenos de la delincuencia juvenil.

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