Está en la página 1de 7

MOS

Los Oligosacáridos, particularmente los manano oligosacáridos (MOS),


corresponden a azúcares complejos derivados de la pared celular externa
de la levadura Saccharomyces cerevisiae (Dildey et al., 1997 y Alltech,
1999a). Dichos carbohidratos cumplirían roles inmunológicos y nutricionales
en animales jóvenes (Dildey et al., 1997 y Franklin et al., 2005).
Las bacterias patógenas se unen a las manosas ubicadas en el exterior de
las células intestinales del huésped, siendo éstas fermentadas por los
patógenos. Un mecanismo de unión es a través de la Fimbria Tipo 1
manosa-sensitiva la que se encuentra en numerosas cepas de Escherichia
coli y Salmonella sp. (Dvorak et al., 1997 y Finucane et al., 1999). Los MOS
actúan previniendo la adherencia de las lectinas bacteriales a los
carbohidratos presentes en la superficie de las células intestinales. Esta
acción reduce la colonización del tracto digestivo con patógenos causantes
de la diarrea neonatal, los que son excretados en las heces. Así, los MOS
previenen infecciones bacteriales a través de mecanismos diferentes a los
utilizados por los antibióticos, impidiendo la habilidad de desarrollar
resistencia por parte de los patógenos (Newman et al., 1993; Dildey et al.,
1997 y Finucane et al., 1999).
Por otra parte, los MOS han demostrado modular el sistema inmune
reduciendo la incidencia de enfermedades respiratorias y otras infecciones
que se acentúan en períodos de estrés ambiental; efecto que se ha
manifestado en terneros lactantes y otros animales jóvenes alimentados con
este aditivo (Newman et al., 1993; Dildey et al., 1997 y Dvorak et al., 1997).
En relación a este tema, se consigna que alrededor de las tres cuartas
partes de todas las células inmunológicas en el cuerpo del animal están
localizadas dentro del intestino como parte del tejido linfoide;
proporcionando protección inmunológica, tanto específica como no
específica, de manera de proteger la superficie del tracto gastrointestinal
Adicionalmente, los MOS han demostrado mejorar la integridad de la
mucosa intestinal. Savage et al. (1996), reportaron una reducción en la
profundidad de las criptas y un incremento en la relación del largo de las
vellosidades con la profundidad de la cripta en pavos alimentados con MOS.
Según los autores, es probable que dichos cambios, se deban a la
capacidad de los MOS para mejorar la microflora intestinal y no a un efecto
directo de éstos sobre el tejido intestinal.
El bloqueo de la colonización de bacterias patógenas, la modulación del
sistema inmune y la mejora en la mucosa del intestino ha resultado
benéfico, tanto en terneros como en distintas especies animales. Su efecto
no sólo se expresa a través de una mejor salud, sino que además se
obtiene un mejor desempeño en el crecimiento del animal.
USO DE MOS EN OTRAS ESPECIES PRODUCTIVAS
La intensificación de la producción tanto avícola como porcina, y la difusión
del empleo de estirpes o líneas genéticas de alto rendimiento, han
condicionado el uso generalizado de sustancias químicas conocidas como
promotores de crecimiento. Este tipo de moléculas, se adicionan a la
formulación de los alimentos balanceados en un porcentaje relativamente
bajo, sin cambiar considerablemente la composición del alimento, además,
para ser efectivos, deben mantener su integridad y no debieran ser
absorbidos durante el proceso de digestión. Los problemas digestivos y las
enfermedades respiratorias son comunes en animales jóvenes durante su
etapa de crianza. Estos problemas conllevan a disminución en el
desempeño de las crías y al uso de antibióticos promotores de crecimiento
para mejorar dicho parámetr
El estado inmunológico de los potrillos es una preocupación primordial en
los haras dedicados a reproducción. La diarrea que aparece entre los 9 a 14
días, a menudo señala la presencia de patógenos en el tracto digestivo,
entre los que se incluyen Clostridium perfrigens, C. difficili, Salmonella
typhimurium y otros como por ejemplo Salmonella sp, Ehrlichia risticii y
rotavirus. Ante este problema, Ott (2002) realizó un estudio en busca de un
producto alternativo para potenciar la respuesta inmunológica y la población
microbial del tracto intestinal. En dicho ensayo se revisó 21 madres
Purasangre y Cuarto de Milla, las cuales fueron encerradas para la fecha de
parto y asignadas al azar a uno de tres grupos de tratamientos: un grupo
con una dieta control, un grupo suplementado con ribosa (75g/d) y un grupo
suplementado con MOS (10g/d). Las yeguas fueron pesadas desde 28 días
previos al parto y los potrillos desde el nacimiento, a intervalos de 28 días
hasta el destete (112 días), además se tomaron muestras de sangre,
calostro y leche desde las madres.
Según los resultados obtenidos en el ensayo antes mencionado, los potrillos
hijos de yeguas con MOS pesaron menos al nacimiento y durante todo el
periodo de lactancia. Sin embargo, al destete no hubo diferencias respecto
de los otros grupos. Los valores de IgG, IgA e IgM en el suero de las yeguas
no fueron influenciados por la dieta, a pesar de esto el grupo tratado con
MOS tuvieron valores más altos para estos parámetros en comparación a
los otros grupos, tendencia que se mantuvo en los potros. Ninguno de los
potros del grupo con MOS mostró diarrea severa. En el grupo de ribosa, tres
potros tuvieron una diarrea suficientemente severa que requirió tratamiento
y en el grupo control, cinco. Esto sugiere que la suplementación con MOS
pudo haber causado que las yeguas segregaran anticuerpos adicionales en
el calostro. A su vez, los potros que recibieron esos anticuerpos pueden
haber tenido mayor capacidad para enfrentar los desafíos bacterianos en
sus sistemas digestivos.
Aglutinación. Prevención de la colonización de patógenos
-Aglutinando patógenos fimbria tipo 1
-Promueve la diversidad bacteriana y eubiosis.
Efectos en la integridad intestinal
-mantiene la altura y el área de superficie de las vellosidades
-Regulación positiva de genes claves, que modulan la utilización de
nutrientes.
-Regulación positiva de genes tipomuc2- atenuando la producción mucina
Modulación de la función inmune.
-supresión de la respuesta pro-inflamatoria.
-cambios en la respuesta humoral.

FOS.
La función principal de los FOS es ser utilizados como sustitutos del azúcar,
proporcionan sabor dulce (tienen 30-50% de poder edulcorante de la sacarosa)
pero un contenido calórico menor debido a que los FOS no son hidrolizados a
monosacáridos en el intestino delgado humano. Aunque hay que tener en
cuenta que su valor calórico no es cero ya que los productos derivados de la
fermentación proporcionan un pequeño aporte calórico.

Sistema digestivo.
Los FOS no son degradados y es en el comienzo del intestino grueso donde
sirve de nutriente a las bacterias probióticas, contribuyendo al equilibrio de la
flora intestinal, incrementando la biomasa bacteriana y mejorando el tránsito
intestinal.

Los productos de la fermentación de los FOS sirven como fuente de energía


para las células del colon, estimulando su salud.
La reducción del pH como consecuencia de la producción de ácidos orgánicos
mejora la absorción de nutrientes como el cobre o el magnesio.

Los fructanos, incluidos los FOS, actúa como fibra dietética, contribuyendo a
mantener el tránsito intestinal normal y ayudando a modular la absorción de
la glucosa y grasa. 

Los fructooligosacáridos (FOS) son un tipo de fibra soluble compuesta de


unidades de fructosa. Al igual que ocurre con otros tipos de fibra, nuestro
cuerpo no es capaz de digerirlos ni de asimilarlos. No obstante, una porción
de esta fibra es fermentada por bacterias, en especial por las bífido
bacterias que colonizan el intestino grueso. Esta es la particularidad de la
que derivan los efectos positivos de los fructooligosacáridos sobre la salud.
Los FOS se encuentran en gran variedad de alimentos vegetales como la
achicoria, la alcachofa, el espárrago, el ajo, la cebolla, el puerro, el tomate o
el plátano entre otros, pero en cantidades más bien pequeñas. Por esta
razón se considera adecuado introducir en la dieta, además de los citados
alimentos, aquellos que presenten fructooligosacáridos como ingredientes
añadidos. Éste es el caso de algunos preparados lácteos, bebidas,
alimentos infantiles, productos de repostería y complementos dietéticos.
La inulina y los FOS son carbohidratos del grupo de los fructanos, que
son oligómeros o polímeros de fructosa con enlaces β-(2,1) y una molécula
de glucosa en su extremo. Estos carbohidratos están presente en el 15% de
las plantas Fanerógamas, localizándose en bulbos (cebolla, ajo), tubérculos
(pataca), raíces (achicoria) y hojas y tallos (trigo, cebada) En algunos
órganos vegetales, como los tallos de las gramíneas, los fructanos actúan
como carbohidratos de reserva. Con excepción del agave (Agave tequilana),
que se cultiva comercialmente en México para la producción de tequila, las
únicas plantas que se han utilizado industrialmente para la extracción de
fructanos pertenecen a la familia de las Compuestas: achicoria (Cichorium
intybus), pataca (Helianthus tuberosus) y dalia (Dahlia variabilis)
(Roberfroid, 2005). La mayoría de los productos comerciales actuales que
contienen inulina se obtienen de la raíz de la achicoria, siguiendo un método
de extracción análogo al de la obtención de sacarosa a partir de la
remolacha azucarera.
La inulina extraída es un polvo blanco, mezcla de oligómeros y polímeros
con grado de polimerización (GP) 2-60, una riqueza en fructanos del 16-
18%, relativamente insoluble y con sabor dulce debido a los
fructooligosacáridos que contiene. Lo que se conoce como
“fructooligosacáridos” u “oligofructosa” es una mezcla de cadenas de
fructosa con GP < 9, que puede obtenerse mediante hidrólisis enzimática
parcial a partir de la achicoria (Fructooligosacáridos, FOS, producto natural)
o a partir de la sacarosa (Oligofructosa, producto sintético). La oligofructosa
es un polvo relativamente dulce y soluble en agua (Roberfroid, 2005).
La inulina y los FOS pueden considerarse fibra dietética, ya que cumplen los
cinco atributos básicos de la definición de fibra dietética: son componentes
de plantas comestibles; son carbohidratos, mezcla de oligosacáridos y
polisacáridos; resisten la hidrólisis de las enzimas digestivas, ya que los
enlaces β-glicosídicos de su molécula son resistentes a la hidrólisis por las
enzimas digestivas de los mamíferos y las aves; no parecen ser absorbidos
en proporción significativa en el intestino delgado, excepto algunos di- y
trisacáridos; y son hidrolizados y fermentados parcial o completamente por
la microflora del intestino grueso y oxidados hasta producir AGCC y gases.
Los efectos de la inulina y los FOS sobre la función intestinal se atribuyen a
sus propiedades fermentativas específicas (Roberfroid, 2007a), pues en su
fermentación en el intestino grueso producen un aumento del número de
bacterias que potencialmente mejoran la salud y disminuyen el número de
especies potencialmente perjudiciales, alterando la microbiota hacia una
composición más saludable (Flickinger et. al., 2003; Verdonk et al., 2005).
Dependiendo de la longitud de la cadena, estos carbohidratos comienzan su
fermentación en diferentes zonas del intestino grueso (Niness, 1999;
Roberfroid et al., 1998).
En nutrición humana, la inulina y los fructooligosacáridos son considerados
alimentos funcionales, es decir, no sólo se utilizan debido a sus
características nutricionales, sino también porque mejoran la salud y
reducen el riesgo de contraer enfermedades. LA INULINA Y LOS FOS EN
EL GANADO PORCINO: PRINCIPALES EFECTOS La mayoría de los
estudios referentes a la utilización de inulina y FOS en el ganado porcino se
han llevado a cabo en lechones destetados y cerdos en crecimiento,
habiéndose realizado muy pocos ensayos antes del destete (Krueger et al.,
2002; Shim et al., 2005) y solo algunos en animales reproductores (Krueger
et al., 2002). En dichos estudios se ha investigado un gran número de
parámetros entre los que se incluyen la composición y metabolismo de la
microbiota intestinal, la morfología del intestino, las características de la
digesta y la respuesta inmune del animal. En la Tabla 3 se muestra un
resumen de los efectos de algunos carbohidratos no digestibles en el cerdo.
En el ganado porcino, los fructanos del tipo de la inulina afectan a los
índices productivos; a la disponibilidad, digestión y retención de nutrientes; a
la microbiota intestinal; y a la defensa e integridad intestinal (Flickinger et al.,
2003; Patterson y Burkholder (2003).
Muchas evidencias muestran que los FOS (DP<12) son prebióticos
rápidamente fermentados en el colon proximal, por lo que hoy en día están
siendo más estudiados que la misma inulina (DP>12), sin embargo, es
importante mencionar que las características estructurales de los fructanos
son de extrema relevancia para un problema específico de salud, y que no
siempre un solo tipo de prebiótico  proporciona una solución o un beneficio al
hospedero.
A través de varias investigaciones se ha demostrado que los prebióticos
pueden tener impacto en problemas relacionados con el síndrome
metabólicos (obesidad, diabetes, cardiovasculares, osteoporosis) y con un
gran número de problemas gastrointestinales. Reportes muy recientes
muestran evidencias de que el inicio de todas estas complicaciones, además
del cáncer de colon y algunos problemas neurodegenerativos, está
directamente relacionado con el sistema inmune, por lo cual es este último,
el principal centro de investigación por diferentes especialistas tanto en
prebióticos, probióticos como en microbiota.
En animales, los prebióticos han sido utilizados en aves, porcinos y ganado
por mencionar algunos, sin olvidar que los ratones son el modelo más
utilizados para la generación de nueva información o confirmación de otra.
Los estudios en animales son de gran impacto no solo para la nutrición del
animal per sesino también como modelos extrapolables a humanos,
principalmente los estudios en porcinos. Los estudios clínicos con personas
saludables y/o con algún problema de salud son menos frecuentes debido a
factores como el costo, la variabilidad de los sujetos, la intolerancia de
algunos a los prebióticos y heterogeneidad de otros, sin embargo, el camino
en el uso de prebióticos es ya irreversible.
Además se sabe y en base a su más reciente definición, que los beneficios
de los prebióticos en algún animal o humano no depende exclusivamente del
mismo, ya que es también necesario evaluar la composición de la microbiota
gastrointestinal (actividad de probióticos dentro de la microbiota de cada
sujeto o probióticos ingeridos), específicamente la del colon, lo que hace las
investigaciones en este tema aun más complejas, pero a la vez más
razonables. Los estudios realizados hasta hoy día, son contundentes en
cuanto a el beneficio o los beneficios que presenta el consumo de
prebióticos sin embargo, los mecanismos de acción son poco conocidos, en
este trabajo se presentarán algunos de los mecanismos que mejor explican
las posibles rutas de acción de los prebióticos tanto en la nutrición animal
como en la nutrición humana.

También podría gustarte