Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/329100999
CITATION READS
1 1,285
3 authors:
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Bosques de montaña y la gestión del Cambio climático en los Andes View project
All content following this page was uploaded by Julieta Carilla on 21 December 2018.
Figura 1. Ecorregiones del noroeste argentino, tomando como base Brown y Pacheco (2006),
ajustado en base a observaciones de campo durante la realización de este trabajo.
146 Serie Conservación de la Naturaleza 24: La Puna argentina: naturaleza y cultura (2018)
(1975). Cabrera (1957) publicó el primer tección, todavía se la sigue empleando como
trabajo extenso y clásico sobre la Puna, en leña (Figura 3C).
base a sus observaciones realizadas princi- En amplias zonas en la periferia de la
palmente en la Puna seca. laguna Pozuelos y a lo largo de la cuenca
del río Miraflores (Jujuy), se encuentran ex-
Comunidades edáficas: tolares, esporales y tensos pastizales dominados casi totalmente
salinas.— En las terrazas de río, fondos de por Cenchrus chilense (= Pennisetum chilense;
quebrada, o depresiones con napa freática espural), en los cuales los arbustos son poco
situada a pocos metros de profundidad, se importantes o desaparecen, en particular
desarrollan comunidades arbustivas densas, cuando la napa freática se acerca a la su-
en las cuales Parastrephia lucida (tola de río) perficie durante parte del año (Figura 3D).
es ampliamente dominante (Figura 3A y B). En las depresiones salinas se encuentran
Estos ambientes, denominados tolares, han comunidades dominadas por Frankenia
sido una fuente de combustible muy impor- trianda que forma cojines o tapetes compac-
tante y a veces el único disponible. Aunque tos, acompañada con frecuencia por Lycium
actualmente su uso como leña se ha limi- humile (ver más adelante Vegas) y por los
tado, por el mayor acceso a combustibles pastos Sporobolus rigens y Distichlis humilis
fósiles, medidas legales y policiales de pro- (Figura 3E y F).
Figura 2. Puna seca. A. Estepa arbustiva dominada por Fabiana densa y Baccharis bolivensis,
Suripugio, Jujuy 3700 msnm; B. Estepa arbustiva dominada por Baccharis boliviensis, Yavi,
Jujuy, 3600 msnm; C. Estepa arbustiva dominada por Adesmia horrida y Tetraglochin cris-
tatum, Tres Cruces, Jujuy, 3700 msnm; D. Estepa arbustiva dominada por Fabiana densa y
Adesmia horrida, Tres Cruces, Jujuy, 3700 msnm. 1A, B y C, fotografías tomadas en verano;
y 1D en invierno.
J. Carilla et al.: Vegetación de la Puna argentina 147
en el piso Altoandino del sector centro norte También penetran en la Puna, en los
de la provincia de Jujuy, en las serranías de sectores lindantes con quebradas que suben
Rachaite, volcán Granados y Lagunillas del desde el llano, bosques muy ralos de Prosopis
Farallón, entre 4300 y 4700 m (Figura 4B). ferox (churqui). Ejemplos de estos bosqueci-
Generalmente tiene porte arbustivo más que tos se encuentran en la quebrada del río Las
arbóreo, y con frecuencia crece parcialmen- Burras cerca de Susques y en la cuenca del
te enterrado en el suelo, ramificándose ya río San Juan de Oro, límite con Bolivia.
por debajo de la superficie. Se trata de la Los cardonales de Trichocereus atacamen-
especie arbórea que se desarrolla a mayor sis (cardón pasacana) son comunes en todas
altitud en el territorio argentino, y puede las quebradas de acceso a la Puna y en los
llegar hasta los 5200 msnm más al norte, ambientes de Monte de Sierras y Bolsones (o
en el volcán Sajama, Bolivia (Cuyckens et al., Prepuna según Cabrera, 1971). Pero acom-
2016). Polylepis tarapacana es una especie pañando a la Puna seca, los cardonales se
longeva (con ejemplares de hasta 600 años) extienden hasta 3900 m (Figura 4C), y en
que presenta anillos de crecimiento anuales, algunos casos, como en la quebrada de Ra-
permitiendo el desarrollo de reconstruccio- chaite, o la quebrada de Susques, crecen en
nes climáticas de varios siglos para la Puna laderas de mucha pendiente y con exposición
(Morales et al., 2015). norte o noreste en el mismo corazón de la
Puna jujeña. En el borde oriental de la Puna 5A), o Lycium chañar (acerillo) en el norte
seca, en los contrafuertes de la serranía de de las Pampas de San Guillermo, San Juan
Santa Victoria, aparecen cardonales, en algu- (Figura 5B), o comunidades dominadas por
nos casos extendidos y relativamente densos, pocas especies; Fabiana densa (tolilla), Ju-
de Oreocereus celsianus (Figura 4D). nelia seriphioides y Adesmia horrida, en la
cuenca de Laguna Blanca, Catamarca (Figura
Puna Desértica 5C). En varios bolsones con salares, Atriplex
Cabrera (1968) indica que las comuni- imbricata (cachiyuyo) forma un ancho halo,
dades de la Puna desértica son las mismas cientos de metros a kilómetros, rodeando
que las presentes en la Puna seca, solo que cada salar (Figura 5D). Esto se debe pro-
más empobrecidas, es decir mucho menos bablemente a la salinización de los suelos,
densas. Aunque esto parece ser el caso en causada, al menos en parte, por polvo salino
algunas áreas, con frecuencia se presentan que deriva a la periferia arrastrado por el
comunidades donde una sola especie es am- viento.
pliamente dominante, o casi la única, como Una serie de trabajos enfocados en distin-
por ejemplo Aloysia deserticola (=Acantho- tas cuencas han realizado descripciones muy
lippia desertícola, rica-rica) en la cuenca de detalladas de Puna desértica: Borgnia et al.
Antofagasta de la sierra, Catamarca (Figura (2006), Martinez Carretero (1997), Martinez
150 Serie Conservación de la Naturaleza 24: La Puna argentina: naturaleza y cultura (2018)
Carretero et al. (2010), Fabbroni (2015), Tá- presentarse en la zona del Paso de la Lagu-
lamo et al. (2010), Vervoorst (1951). na de Veladero en La Rioja (Figura 6D), en
Zonas sin vegetación.— Además de la co- niveles de la provincia Altoandina, pero por
bertura dominante de arbustos, en sectores debajo del límite altitudinal de vegetación.
que corresponderían a la Puna desértica, hay Se trata ciertamente de un fenómeno que
parches de cientos o aún miles de hectáreas, merece investigarse con más profundidad.
en los cuales no se observa absolutamente
ninguna planta vascular. Tampoco es eviden- P R O V I N C I A A LTA O A N D I N A
te que, en algún momento, fruto de precipi-
Pastizales Altoandinos
taciones extraordinarias, estas zonas tengan
al menos vegetación herbácea efímera. En Los pastizales son las formaciones más
algunos casos, como en el Desierto del Dia- extensas y dominantes en la provincia Al-
blo, Salta (Figura 6A), esta ausencia abso- toandina. Por arriba de 4000-4100 y hasta
luta de plantas vasculares parece atribuible 4600 msnm, aunque a veces tan alto como
a la combinación de textura arcillosa con 5000 m, la especie dominante por excelencia
elevada salinidad. En otros lugares, como es Festuca ortophylla (iro). Se trata de áreas
Carachipampa, Catamarca (Figura 6B y C), que, por su mayor altitud, y frecuencia de
la explicación podría ser que el suelo de gra- nubes y neblina, poseen un balance hídrico
va y arena pierde rápidamente en profundi- más favorable que los bolsones más depri-
dad cualquier agua que pudieran aportar las midos de la Puna. Festuca ortophylla forma
precipitaciones. Una situación similar parece matas densas, que adquieren forma circular,
Figura 6. Zonas sin vegetación. A. Desierto del Diablo, Salta, 3700 msnm; B-C. Carachipam-
pa, Catamarca, 3050 msnm; D. Paso Laguna de Veladero, La Rioja, 4400 msnm.
J. Carilla et al.: Vegetación de la Puna argentina 151
Figura 7. Pastizales altoandinos. A-B. Pastizal de iro (Festuca ortophylla), quebrada de Real
Grande, Antofagasta de la Sierra, Catamarca, 4300 msnm; C. Pastizal de Pappostipa frigi-
da, bajada de Tebenquincho a Arizaro, Catamarca, 4200 msnm; D. Pastizal de Deyeuxia cf.
crispa, ruta a paso San Francisco, 4100 msnm.
Figura 8. Cojines. A. Azorella compacta, Lagunillas del Farallón, Jujuy, 4300 msnm; B.
Adesmia nanolignea, salina del Leoncito, La Rioja, 3700 msnm; C. Maihueniopsis boliviana,
cuenca de Laguna Grande, Catamarca, 4300 m; D. Ephedra sp., El Peñon, Catamarca, 3600
msnm; E. Adesmia crassicaulis y F. Junellia aretioides, especies en cojín características de la
comunidad vegetal “cryptofruticetum”, Abra del Acay, Salta, 4500 msnm.
J. Carilla et al.: Vegetación de la Puna argentina 153
Figura 10. Efecto del pastoreo. A-B. Clausura experimental, Parque Nacional San Guillermo,
San Juan, 3500 msnm; C. Clausura tradicional, Viscachani, Jujuy, 4100 msnm. El pastizal
de Festuca es transformado localmente en arbustal de Baccharis tola; D. Arbustal puneño
con pastos intercaladas, en un área donde sería esperable pastizal altoandino, Lagunillas del
Farallón, Jujuy, 4300 msnm.
B). Están constituidas por un tapiz vegetal salinidad o están directamente asociadas a
denso y continuo, con predominio de plan- salares, hay predominio de especies halófitas,
tas tipo almohadilla o cojín y cespitosas, como Nitrophilla australis o Triglochin con-
entre las que predominan juncáceas, como cinna. Estos sistemas son la fuente de agua,
Oxychloë andina y Distichia muscoides, cipe- crítica en estas regiones, donde se concentra
ráceas, como Carex sp. y Zameoscirpus sp., y una porción sustancial de la productividad
poáceas como Deyeuxia hackelli. En los cur- vegetal y de la biodiversidad (Figura 9C y
sos o pozos de agua crecen especies acuáti- D). Las vegas presentan casi sin excepción,
cas, como Myriophyllum quitense y Stuckenia la mayor carga animal, tanto silvestre, como
filiformis. Por debajo de la alfombra verde domesticada, siendo el sobrepastoreo unas
superficial, suele existir una capa, a veces de sus principales amenazas.
profunda, de hasta algunos metros, de ma-
teria orgánica muerta (turba). E F E C T O D E L PA S T O R E O
Vegas como las descriptas más arriba es-
tán presentes en las nacientes de la mayoría En la Puna el pastoreo tiene caracterís-
de los arroyos, como un componente dentro ticas migratorias, con los arbustales y pas-
de la provincia Altoandina. Cuando estas for- tizales aprovechados de manera extensiva
maciones penetran en sectores más bajos, en durante el breve período estival húmedo y
la provincia puneña, y hay un aumento de la concentrándose en las vegas y tolares du-
J. Carilla et al.: Vegetación de la Puna argentina 155
rante el resto del ciclo anual, predominan- y correcciones realizadas y a Karina Buzza,
temente frío y seco (Halloy et al., 2008). de Fundación Proyungas, por la edición del
La diferencia entre los ambientes puneños mapa fitogeográfico de la Puna.
(arbustal) y los altoandinos (pastizal) está
dada según la mayoría de los autores por la L I T E R AT U R A C I TA D A
aridez y temperaturas bajas. Sin embargo, Borginia M., Maggi A., Arriaga M., Aued B.,
hay evidencia anecdótica y experimental que Vila B., Cassini M. 2006. Caracteriza-
sugiere que el pastoreo cumple también un ción de la vegetación de la Reserva de
rol determinante. En el PN San Guillermo, Biosfera Laguna Blanca (Catamarca, Ar-
gentina). Ecología Austral, 16: 29-45.
clausuras impuestas para controlar el pasto-
Bonaventura S. M, Tecchi R., Vignale D.
reo de vicuñas muestran un notable impacto 1998. La vegetación de la Reserva de
(Figura 10A y B). De estar las vicuñas más la Biosfera Laguna de Pozuelos. En: J
reducidas en número, los ambientes mostra- García Fernández y R. Tecchi (eds.), Ba-
rían claramente un paisaje donde los pasti- ses para la conservación y manejo de la
Puna y cordillera frontal de Argentina.
zales serían los dominantes, en lugar de un
El rol de las Reser vas de la Biosfera.
arbustal ralo dominado por Adesmia. De he- Unesco, Fucema, pp. 43-60.
cho, en los lugares donde el puma mantiene Cabrera A. L. 1957. La vegetación de la
alejadas las vicuñas, el pastizal es notable- Puna argentina. Revista de Investigacio-
mente más abundante (Donadio y Buskirk, nes Agrícolas, 11: 317-512
Cabrera A. L. 1968. Ecología vegetal de
2016). la Puna. Geo-Ecology of the Mountain
En la Puna y montañas del NOA los pas- Regions of the Tropical Americas. 91-
tores locales han manejado tradicionalmente 116.
clausuras, para mantener reservas de forraje Cabrera A. L. 1971. Fitogeografía de la Re-
a resguardo del ganado (Figura 10C). Con pública Argentina. Boletín de la Sociedad
Argentina de Botánica, 14: 1-50.
ellas se pone en manifiesto el efecto del pas- Cuello S. 2006. Guía ilustrada de la flora de
toreo doméstico, con frecuencia mucho más Antofagasta de la Sierra, Catamarca.
impactante que el pastoreo de los camélidos Tesina de Grado. Facultad de Ciencias
silvestres nativos, vicuñas y guanacos (Qui- Naturales-UNT, Tucumán, 165 pp.
roga Mendiola y Cladera, en este volumen). Cuyckens G. A. E., Christie D. A., Domic A.
I., Malizia L. R., Renison D. 2016. Cli-
La periferia de los puestos y centros pobla- mate change and the distribution and
dos presenta con mucha frecuencia proce- conservation of the world’s highest ele-
sos de arbustificación (Figura 10D). Cabe vation woodlands in the South American
preguntarse, en qué medida la dominancia Altiplano. Global and Planetary Change,
de arbustos en la Puna seca no es sino el 137: 79-87.
Donadio E., Buskirk S. W. 2016. Linking pre-
resultado artificial de siglos de pastoreo con dation risk, ungulate antipredator re-
ganado doméstico o aún del manejo de las sponses, and patterns of vegetation in
vicuñas silvestres, eliminando principalmen- the high Andes. Journal of Mammalogy,
te al puma, su mayor factor de control. El 97: 966-977.
fuego asociado a la ganadería cumple un rol Fabbroni M. 2015. Flora de Tocomar y Cam-
po Amarillo (Salta, Argentina). Boletín
muy importante en los pastizales de nebli- de la Sociedad Argentina de Botánica,
na del NOA, donde se lo usa extensamente 50: 171-192.
como herramienta de manejo. En la Puna, Halloy S. R. P. 2002. Variations in community
el espaciamiento grande entre las matas de structure and growth rates of high-An-
dean plants with climatic fluctuations. En
pasto y los arbustos hacen improbable que
C. Körner y E. M. Spehn (eds.), Moun-
haya tenido un uso similar. tain Biodiversity: a global assessment.
Parthenon Publishing, London, pp. 227-
AGRADECIMIENTOS 239.
Halloy S. R. P., Beck S. G., Ledezma J. C.
Los autores agradecen a Stephan Halloy 2008. South America – Central Andean
y dos revisores anónimos por las sugerencias Grasslands (Páramo, Puna) and High-An-
156 Serie Conservación de la Naturaleza 24: La Puna argentina: naturaleza y cultura (2018)
dean (central and southern Perú, west- reconstruction. Climate of the Past, 11:
ern Bolivia, nor thern Chile and nor th- 1139-1152.
western Argentina). En B. Peart (ed.), Quiroga Mendiola M., Cladera J. 2018. Ga-
A compendium of regional templates on nadería en la Puna argentina. En: H. R.
the status of temperate grasslands con- Grau, M. J. Babot, A. E. Izquierdo y A.
servation and protection. IUCN, Quito, Grau (eds.), Puna argentina: naturaleza
Ecuador, pp. 148-159. y cultura. Serie Conservación de la Na-
Izquierdo A. E., Aragón R., Navarro C., Ca- turaleza, 24: 387-402.
sagranda E. 2018. Humedales de la Ruthsatz B., Movia C. 1975. Relevamiento de
Puna: principales proveedores de servi- las estepas andinas del NO de Pcia. de
cios ecosistémicos de la región. En: H. Jujuy. FECYT, Argentina.
R. Grau, M. J. Babot, A. E. Izquierdo y Scott D. K. 2006. Age structure of the cush-
A. Grau (eds.), Puna argentina: natura- ion plant Azorella compacta on Nevado
leza y cultura. Serie Conservación de la Sajama, Bolivia. Humboldt State Univer-
Naturaleza, 24: 96-111. sity, Arcata, California.
Mar tínez Carretero E., Dalmasso A. D., Tálamo A., Tolaba J., Trucco C., Acuña E.
Márquez J., Martinelli M. 2010. Plant 2010. Unidades de vegetación y composi-
communities and phytogeographical units ción florística en sectores del Altiplano del
from NW San Juan Province (High Cen- noroeste de Argentina. I. Ambientes de
tral Andes of Argentina). Candollea, 65: estepas. Ecología en Bolivia, 45: 4-19.
69-93. Troll C. 1959. Die Tropischen Gebirge. Ihre
Mar tínez Carretero E. 1997. The Puna ve- dreidimensionale klimatische un pflan-
getation in the valley of Río Cazaderos, sengeographische Zonierung. Bonner
Catamarca Province, Argentina. Cando- Geographischer Heft 25, 23 pp.
llea, 52: 497-508. Vervoorst F. 1951. Resultados de un viaje a
Martínez Carretero E. 1995. La Puna argen- la cuenca de la laguna Verde (Tinogasta,
tina: delimitación general y división dis- Catamarca). XV Semana de Geografía
tritos florísticos. Boletín de la Sociedad (GAEA), Actas: 61-67.
Argentina de Botánica, 31: 27-40. Weberbauer A. 1922. Die Vegetationskarte
Morales M., Carilla J., Grau R., Villalba R. der peruanischen Anden. Petermanns
2015. Multi-century lake area changes Geographische Mitteilungen, 1922: 89-
in Southern Altiplano: a tree-ring-based 91.