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RESUMEN DE LA EVIDENCIA
Este comentario abarca tres revisiones individuales sobre el misoprostol vaginal (1), el misoprostol oral
(2) y el misoprostol bucal o sublingual (3); cada una de las cuales contiene 70, 13 y tres estudios
respectivamente.
Misoprostol versus placebo
En cinco estudios clínicos pequeños se utilizó misoprostol vaginal y en uno, misoprostol oral. Tanto el
misoprostol vaginal como el oral fueron más efectivos que el placebo para la maduración del cuello
uterino y la reducción del intervalo entre la inserción del misoprostol hasta el parto. Los datos no fueron
suficientes para evaluar el impacto del misoprostol en el manejo obstétrico y las complicaciones maternas
y neonatales.
Misoprostol versus oxitocina
El misoprostol vaginal fue más efectivo que la oxitocina para la inducción del trabajo de parto con
significancia estadística marginal (cinco estudios clínicos, riesgo relativo (RR) de fracaso de lograr un
parto vaginal en 24 horas: 0.66; intervalo de confianza del 95% (IC): 0.44–1.00). Sin embargo, la
hiperestimulación uterina sin cambios asociados con la frecuencia cardíaca fetal fue más frecuente con
misoprostol (9 estudios clínicos, RR: 2.22, IC 95%: 1.77-2.79, respectivamente). Hubo una tendencia
hacia la reducción de analgesia epidural con misoprostol (3 estudios clínicos, RR: 0.82, IC 95%: 0.67–
1.00). Los resultados del estudio clínico en relación con la cesárea no fueron uniformes. No hubo
diferencias entre el misoprostol vaginal y la oxitocina en cuanto a los resultados adversos perinatales o
maternos.
Dos estudios clínicos de escasa magnitud compararon el misoprostol oral y la oxitocina. En los resultados
previamente especificados, no se registraron diferencias significativas desde el punto de vista clínico y
estadístico.
Misoprostol versus otras prostaglandinas
Misoprostol vaginal versus prostaglandinas vaginales: Se incluyeron veinticinco estudios clínicos. El
misoprostol vaginal fue más efectivo que otras prostaglandinas para la inducción del trabajo de parto. En
general, la estimulación con oxitocina (25 estudios clínicos, RR: 0.65, IC 95%: 0.57-0.73) y la
imposibilidad de lograr un parto vaginal dentro de las 24 horas (13 estudios clínicos, RR: 0.80, IC 95%:
0.73-0.87) disminuyeron con el misoprostol vaginal. La hiperestimulación uterina, con cambios o sin ellos
en la frecuencia cardiaca fetal, y el líquido amniótico teñido de meconio fueron más frecuentes con el uso
de misoprostol. Los índices de cesáreas fueron variables entre los estudios clínicos, sin diferencias
significativas globales entre el misoprostol vaginal y las prostaglandinas vaginales.
Los resultados fueron similares para los subgrupos de mujeres con cuello uterino desfavorable y para
aquéllas con membranas intactas. Para los subgrupos de primíparas o multíparas, los tamaños muestrales
eran reducidos y no se observaron diferencias en ninguno de los resultados.
Misoprostol oral versus prostaglandinas vaginales: se incluyeron sólo dos estudios. En ambos estudios
clínicos, el intervalo desde la inducción al parto fue algo más breve en el grupo de prostaglandina vaginal
comparado con el grupo misoprostol oral (diferencia de medias ponderada: 2.7 horas, IC 95%: 0.72-4.84).
El índice agrupado de hiperestimulación con misoprostol fue de 4.3% comparado con 4.9% con
prostaglandinas vaginales. Los índices de cesárea para el misoprostol oral y las prostaglandinas vaginales
fueron del 18.3% y 20.3%, respectivamente. Ninguna de estas diferencias fue estadísticamente
significativa. No se informaron casos de morbilidad materna grave ni hubo diferencias en la
morbimortalidad neonatal con ninguno de los medicamentos.
Misoprostol versus prostaglandinas intracervicales
Misoprostol vaginal versus prostaglandina intracervical: Se incluyeron 17 estudios clínicos. La
imposibilidad de lograr un parto vaginal en 24 horas (5 estudios clínicos, RR: 0.68, IC 95%: 0.59–0.78) y
la estimulación con oxitocina se redujo con el misoprostol (13 estudios clínicos, RR 0.56, IC 95%: 0.51–
0.61). La hiperestimulación uterina, con cambios en la frecuencia cardiaca fetal o sin ellos, fue más
frecuente con el misoprostol que con la prostaglandina. No se observaron patrones constantes en el caso
de cesáreas y partos vaginales instrumentados.
El misoprostol aumentó la proporción de casos de líquido amniótico teñido con meconio (9 estudios, RR:
1.27, IC 95%: 1.00–1.61). No hubo diferencias estadísticamente significativas entre el misoprostol vaginal
y la prostaglandina intracervical en cuanto a los resultados perinatales o maternos.
Misoprostol oral versus prostaglandina intracervical: en un solo estudio clínico que incluía 200 mujeres
asignadas a una dosis oral única de 200 µg de misoprostol o dinoprostona intracervical (0.5 mg cada
cuatro horas), el misoprostol oral tuvo mayor efectividad para lograr un parto vaginal en el lapso de 24
horas que las prostaglandinas intracervicales (76% versus 50%), aunque la diferencia no fue
estadísticamente significativa.
Misoprostol: dosis más bajas versus dosis más altas
Los regímenes de dosis más bajas variaron de 12.5 mg cada 6 horas a 50 mg cada 6 horas en 13 estudios
clínicos. Estos regímenes no evidenciaron una imposibilidad significativamente mayor para lograr el parto
vaginal dentro de las 24 horas. Hubo un aumento significativo del uso de oxitocina en el grupo de dosis
bajas (doce estudios clínicos, RR: 1.23; IC 95%: 1.08–1.40), pero no hubo diferencias en cuanto a
modalidad de parto, líquido amniótico teñido de meconio o efectos secundarios maternos. Hubo menor
cantidad de casos de hiperestimulación uterina con cambios en la frecuencia cardiaca fetal o sin ellos.
Misoprostol oral versus misoprostol vaginal
El misoprostol oral pareció ser menos efectivo que el misoprostol vaginal de acuerdo con los resultados de
siete estudios clínicos. En el grupo misoprostol oral hubo más mujeres que no lograron el parto vaginal
dentro de las primeras 24 horas después de la aleatorización (50%), en comparación con el 39.7% del
grupo misoprostol vaginal (RR: 1.27; IC 95%: 1.09–1.47).
El índice de cesáreas en el grupo misoprostol oral fue de 16.7%; en comparación con el 21.7% del grupo
misoprostol vaginal (RR: 0.77, IC 95%: 0.61 - 0.97). No se observó diferencia en cuanto a
hiperestimulación uterina con cambios en la frecuencia cardiaca fetal (8.5% versus 7.4%, RR: 1.11, IC
95%: 0.78 - 1.59). No se informaron casos de morbilidad neonatal y materna graves con ninguna de las
vías de administración.
El análisis de subgrupo se realizó de acuerdo con el estado del cuello uterino (favorable, desfavorable), la
paridad (primípara, multípara) y el estado de las membranas amnióticas (intactas, rotas). En el subgrupo
con cuello uterino desfavorable, no se observaron diferencias significativas en los resultados informados.
Sin embargo, las mujeres en el grupo misoprostol oral (primíparas, multíparas, con membranas intactas)
tuvieron menos probabilidades de lograr el parto vaginal dentro de las 24 horas en comparación con el
subgrupo que recibió misoprostol vaginal.
En el análisis de subgrupos de acuerdo con la dosis de misoprostol, cuatro estudios clínicos compararon
50 µg de misoprostol oral con la administración vaginal. El régimen oral resultó menos efectivo que la
administración vaginal para lograr el parto vaginal dentro de las 24 horas.
El análisis de subgrupos planeado no pudo explicar la heterogeneidad estadísticamente significativa de los
resultados como la imposibilidad de lograr el parto vaginal después de 24 horas, la hiperestimulación
uterina, la taquisistolia uterina y el intervalo desde la aleatorización hasta el momento del parto,
heterogeneidad detectada en la mayoría de las comparaciones con tres estudios como mínimo.
Gel vaginal de misoprostol versus comprimidos
En un estudio clínico que incluyó 467 participantes, se observaron menos casos de hiperestimulación
uterina con cambios en la frecuencia cardiaca fetal con la preparación en gel. Sin embargo, se incrementó
el uso de oxitocina y analgesia epidural.
Los revisores concluyeron que el misoprostol parece ser un agente altamente efectivo, económico y
práctico para la inducción del trabajo de parto. No obstante, el evidente incremento de la
hiperestimulación uterina y las complicaciones poco frecuentes, pero graves, como por ejemplo, la rotura
uterina, son motivo de preocupación. Por consiguiente, no puede recomendarse su uso de rutina por el
momento. Existe una imperiosa necesidad de efectuar estudios clínicos a fin de establecer su seguridad.
Los riesgos de hiperestimulación uterina, rotura uterina y morbilidad neonatal y materna graves podrán
abordarse sólo mediante estudios clínicos con tamaños muestrales adecuados.
La revisión incluyó y analizó de manera apropiada todos los estudios clínicos adecuadamente controlados
que pudieron identificarse.
Misoprostol bucal versus vaginal (dosis iniciales de 200 µg versus 50 µg)
Sólo se incluyó un estudio con 152 mujeres. Comparada con la vía vaginal, la vía de administración bucal
se asoció con un número ligeramente menor de cesáreas (18/73 versus 28/79; riesgo relativo [RR]: 0.70,
intervalo de confianza [IC] del 95%: 0.42–1.15), pero esta diferencia no fue estadísticamente significativa.
No hubo diferencias significativas entre las dos vías en relación con cualquier otro resultado. El número
de pacientes con partos vaginales instrumentales y con puntajes de Apgar menores de siete a los cinco
minutos fue demasiado escaso para realizar un análisis estadístico significativo.
Misoprostol sublingual versus misoprostol oral
Se incluyeron dos estudios. Cuando se administró la misma dosis por ambas vías, la vía sublingual se
asoció con menos fracasos en lograr un parto vaginal dentro de las 24 horas (12/50 versus 19/50, RR:
0.63, IC 95%: 0.34–1.16), con una menor estimulación con oxitocina (17/50 versus 23/50, RR: 0.74, IC
95%: 0.45–1.21) y con menos cesáreas (8/50 versus 15/50, RR: 0.53, IC 95%: 0.25–1.14). Sin embargo,
ninguna de estas diferencias fue estadísticamente significativa. Cuando se usó una dosis por vía sublingual
más baja que por vía oral, no hubo diferencias entre las dos vías en relación con cualquier otro resultado.
En general, tampoco hubo diferencias significativas entre ambas vías. En ambos subgrupos, el número de
pacientes con hiperestimulación uterina con cambios en la frecuencia cardiaca fetal o sin ellos, y con
puntajes de Apgar menores de siete a los cinco minutos fue demasiado escaso para una interpretación
estadística confiable.
2. RELEVANCIA EN LUGARES DE ESCASOS RECURSOS
2.1. Magnitud del problema
La inducción del trabajo de parto es una práctica muy difundida en todo el mundo en aquellos casos en los
que la continuación del embarazo representa un peligro tanto para la madre como para el feto. En el
Hospital Universitario Assiut (Assiut University Hospital), en Assiut, Egipto, que es un centro de
referencia, en 1998 hubo un caso de inducción de trabajo de parto por día, lo que se tradujo en una tasa de
inducción anual de aproximadamente un 6%. Esta cifra se incrementó al 7.8% en 1999, al 13% en 2003 y
al 18% en 2005.
La inducción del trabajo de parto con cuello uterino maduro no es difícil, pero las complicaciones
aumentan significativamente cuando el cuello no está maduro. Existen numerosas técnicas disponibles
para inducir el trabajo de parto. Las prostaglandinas siguen siendo el medio más efectivo de maduración
cervical e inducción del trabajo de parto cuando se las combina con una amniotomía oportuna, ya que
brindan eficacia clínica y satisfacción a la paciente. No obstante, las prostaglandinas son costosas en
países en vías de desarrollo y se ven afectadas por los cambios de temperatura. En lugares con un alto
promedio de paridad, un régimen de inducción que utilice solamente oxitocina, sin prostaglandinas, es
potencialmente peligroso. En el Hospital Universitario Assiut, por ejemplo, la oxitocina seguía siendo el
método de inducción más utilizado (62.9 %) en 1999, mientras que la prostaglandina E2 se utilizaba en el
6.5% de los casos. En estos lugares, existe una necesidad urgente de contar con un fármaco costo-efectivo
que optimice los resultados de la inducción.
Por otra parte, podría ser factible el uso de misoprostol para la inducción del trabajo de parto. El estudio
clínico de la OMS en el que se administraron 600 µg de misoprostol oral en el alumbramiento confirmó su
seguridad desde el punto de vista de la morbilidad materna. El misoprostol es estable a temperatura
ambiente y no es costoso, además, sería un agente ideal para la inducción del trabajo de parto,
especialmente en aquellos lugares donde es difícil o imposible utilizar prostaglandina E2 debido a
limitaciones económicas y carencia de instalaciones adecuadas para su almacenamiento.
2.2. Aplicabilidad de los resultados
Los resultados de la Revisión Cochrane pueden aplicarse en lugares de escasos recursos.
Independientemente del tipo de lugar, los estudios clínicos probablemente arrojarán resultados similares.
Las revisiones incluyen estudios clínicos realizados en distintos lugares, entre los que se encuentran
Egipto y varios otros países en vías de desarrollo.
2.3. Implementación de la intervención
Las revisiones sugieren que la implementación del misoprostol para la inducción del trabajo de parto
debería estar precedida por estudios clínicos diseñados adecuadamente para determinar la dosis apropiada
y los planes de administración. Los estudios clínicos incluidos en estas revisiones presentan diferentes
dosis y planes de tratamiento. Las concentraciones plasmáticas máximas del ácido de misoprostol, el
metabolito activo del misoprostol, se reducen ante la presencia de alimentos, lo que puede constituir un
factor de confusión de los efectos del misoprostol oral (4).
El misoprostol es económico; por lo tanto, sería una intervención de bajo costo en ámbitos hospitalarios.
Para que esta intervención se pueda implementar en el hospital, es necesario que el medicamento esté
registrado para uso obstétrico. Recientemente, el Comité de Expertos de la OMS sobre Selección y Uso de
Medicinas Esenciales incluyó los comprimidos de misoprostol de 25 µg en su lista, lo que permitirá que
las listas nacionales de medicamentos esenciales incluyan una dosis baja de misoprostol para la inducción
del trabajo de parto.
3. INVESTIGACIÓN
Las revisiones sugieren que es necesario realizar estudios clínicos aleatorizados, diseñados
adecuadamente para responder los interrogantes sobre dosis y planes óptimos que garanticen la eficacia y
la seguridad. Se necesita más investigación clínica para establecer el régimen de dosis óptimo para la
administración por vía bucal o por vía sublingual, su efectividad y seguridad relativas en comparación con
otras vías y otros métodos de inducción del trabajo de parto, y su aceptabilidad en las mujeres.
Referencias
1. Hofmeyr GJ, Gülmezoglu AM. Vaginal misoprostol for cervical ripening and induction of
labour. Cochrane Database of Systematic Reviews 2007;Issue 4. Art. No.: CD000941, DOI:
10.1002/14651858.CD000941.
2. Muzonzini G, Hofmeyr GJ. Buccal or sublingual misoprostol for cervical ripening and induction
of labour. Cochrane Database of Systematic Reviews 2007;Issue 4. Art. No.: CD004221; DOI:
10.1002/14651858.CD004221.pub2.
3. Alfirevic Z, Weeks A. Oral misoprostol for induction of labour. Cochrane Database of
Systematic Reviews 2007;Issue 4. Art. No.: CD001338; DOI: 10.1002/14651858.CD001338.pub2.
4. Karim A, Rozek LF, Smith ME, Kowalaski KG. Effects of food and antacid on oral absorption of
misoprostol, a synthetic prostaglandin E1 analogue. J Clin Pharmacol 1989;29:439-43.
Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología
versión On-line ISSN 1561-3062
Resumen
Se realizó la maduración fetal del cuello uterino con misoprostol en dosis de 25 mcg
cada 6 horas, hasta llegar como máximo a 4 dosis, en 104 gestantes de más de 37
semanas de embarazo, con malas condiciones cervicales para la inducción del parto y
criterio de interrupción del embarazo, todas ingresadas en el hospital ginecoosbtétrico
docente "Eusebio Hernández", en el período comprendido entre julio del 2001 y mayo
del 2002. Se encontró en nuestro estudio un 95,1 % de éxito, dato similar a lo
reportado por otros autores quienes afirman que la administración del misoprostol es
el más eficaz de los métodos para la maduración cervical en los casos señalados.
Gran parte del arte de una buena atención obstétrica implica evitar la cesárea, con sus
complicaciones inherentes. Se requiere, en ocasiones, un método para iniciar el
proceso normal del trabajo de parto en algún momento antes de que se inicie
espontáneamente. Entre las indicaciones más frecuentes para la inducción del trabajo
están el embarazo postérmino, la hipertensión arterial y la diabetes.1
Desde hace siglos el hombre ha intentado descubrir los mecanismos que gobiernan el
desencadenamiento del parto, no sólo por el sano deseo de conocer, sino para a través
del mismo intentar dominar este fenómeno, es decir, inducir o detener el parto cuando
sea indispensable.
El desarrollo histórico de los métodos para la culminación del embarazo datan del siglo
2 D.C. en la antigua Grecia, cuando se empleaba la dilatación manual del cuello uterino
para provocar el trabajo del parto, pero no fue hasta el siglo XX que se dio el gran
paso en la inducción farmacológica del parto, cuando Watson comenzó a administrar
por vía oral a sus pacientes, aceite de castor y quinina, a lo que posteriormente
adicionó extracto de hipófisis. Pero el punto que marca el mayor avance de la
inducción del parto es a partir del año 1928, cuando Kamm y otros usan el extracto
purificado del lóbulo posterior de la hipófisis.
Después de la aceptación y el comercio de la oxitocina sintética2 en 1955, su
experiencia con la inducción permitió llegar a algunas conclusiones importantes.
Según Turnbull en Gran Bretaña y Bishop en Estados Unidos, la administración de
oxitocina produce un alto índice de fracasos en la inducción del parto si el cuello del
útero no está maduro.3
Se habla de la maduración cervical para referirse a la fase previa del trabajo del parto,
en la que cambian las características del cuello uterino (consistencia, posición,
borramiento, longitud y permeabilidad), en tanto inducción es, sobre todo, el intento
de producir contracciones uterinas regulares junto a cambios cervicales, para iniciar la
fase activa del trabajo de parto.
Otros métodos utilizados con este fin y que ofrecieron una alternativa razonable para
comenzar la maduración cervical fue la inserción de un balón o de diferentes
dilatadores higroscópicos en el endocervix cuando el cuello fuese sumamente
desfavorable, cerrado, largo y firme. Su empleó cayó en desuso pues estuvo
relacionado con casos de infección.6,7
Métodos farmacológicos: entre 1970 y 1980 se hicieron varios estudios sobre las
propiedades madurantes de los estrógenos sobre el cervix, gran parte de este interés
surgió del planteamiento de que los mismos provocaban un efecto favorable sobre la
contractilidad uterina; posteriormente no se encontraron diferencias estadísticamente
significativas que justificaran su uso.8
Otros estudios realizados desde el año 1973 hasta 1986 demostraron que la oxitocina
no mostró tener validez estadística para inducir la maduración cervical, puesto que no
se encontraron diferencias entre la pacientes sometidas a tratamiento con oxitocina y
aquéllas que no recibieron tratamiento o sólo placebo.
Otro fármaco utilizado fue la relaxina, una hormona polipeptídica similar a la insulina,
la cual se produce en el cuerpo luteo, la decidua y el corion. En la década de lo años 80
se realizaron estudios con la relaxina porcina purificada para promover la maduración
cervical y desencadenar contracciones; sin embargo, un estudio deRolla Pimentel bajo
la supervisión de Caldeyro Barcia no encontró beneficios en el uso de relaxina para
estimular la maduración cervical, a diferencia de los trabajos presentados en la
literatura internacional, en especial los trabajos de Mac Lennan.9
Las prostaglandinas pueden ser usadas por cualquiera de las vías habitualmente
usadas en medicina: parental, oral, vaginal, endocervical, o extramnióotica. Al iniciarse
los estudios la primera vía ensayada fue la parental, pero los importantes efectos
colaterales y el no encontrar ventajas con respecto a otras más inocuas, llevó a que
esta cayera en desuso. La aplicación endocervical es el método más estudiado en la
actualidad, por tener evidencias estadísticamente significativas a su favor, por otra
parte, los efectos colaterales son menores al ser comparados con otras vías de
administración de la droga, especialmente cuando se habla de hiperestimulación
uterina.
No hay dudas que la maduración cervical facilita enormemente el inicio del trabajo de
parto y que finalmente influencia el pronóstico del parto vaginal, especialmente en
nulíparas. Fallas en la maduración cervical aumentan significativamente el riesgo de
partos postérminos y de cesáreas, particularmente cuando la inducción del parto se
considera necesaria. Bajo estas circunstancias, si no se toman medidas del estado del
cuello antes de la inducción, la infusión de oxitocina solamente puede ser inefectiva,
dando como resultado inducciones prolongadas, fallas de inducción y una inaceptable
tasa de cesárea, lo cual aumenta la estadía hospitalaria, los costos por atención
medica, y el aumento en la morbilidad materna fetal.15
Pero, ¿qué tan lejos hemos llegado para proveer al obstetra de métodos seguros,
confiables y eficaces en cuanto a costo, para obtener mejores condiciones cervicales de
un parto vaginal subsiguiente?, ¿qué tan lejos hemos evolucionado, para evitar la
cesárea en mujeres que requieren el nacimiento antes que esté listo el cuello uterino?
Nuestro objetivo será estudiar los efectos del misoprostol administrado por vía vaginal
para la maduración cervical en embarazos a término (37 semanas o más) con criterio
obstétrico para su interrupción en el hospital ginecoobstétrico docente "Eusebio
Hernández "en el período comprendido de julio del 2001 a mayo del 2002.
Métodos
Paridad.
Edad materna (15- 40 años).
Edad gestacional (37 semanas o más).
Indicaciones para la interrupción del embarazo.
Condiciones cervicales según el test de Bishop modificado.
Causas de indicación de la cesárea.
Indicadores de asfixia fetal (meconio, alteraciones de la frecuencia cardiaca
fetal).
Efectos adversos
Criterios de inclusión
Criterios de exclusión
Contraindicaciones absolutas:
Hipersensibilidad al misoprostol.
Cicatriz uterina por cesárea, miomectomía, perforación uterina u otras.
Inserción baja placentaria.
Presentación anómala del feto.
Sospecha de desproporción cefalopélvica.
Multiparidad (4 partos o más).
Corioamnionitis.
Contraindicaciones relativas:
Asma bronquial.
Glaucoma.
Fiebre (igual o más de 38 °C).
Historia obstétrica de parto precipitado.
Alteraciones del líquido amniótico.
Mareos.
Náuseas.
Vómitos.
Diarrea.
Fiebre.
Sangramiento postparto.
Hipotensión postural.
Resultados
Indicaciones No. %
CIUR 45 43,3
Enfermedad hipertensiva inducida por la gestación 22 21,1
Embarazo postérmino 15 14,4
HTA crónica 11 10,6
Diabetes gestacional 8 7,6
Otros 3 2,9
Total 104 100
La tabla 5 muestra los resultados del test de Bishop modificado una vez evaluada la
gestante en un periodo de 24 horas. Los mejores resultados se obtuvieron en aquellos
casos que tuvieron una valoración cervical antes de aplicar el método entre 5 y 6
puntos, para un 100 % de éxito. En el total de los 54 casos que conformaron este
grupo, sólo el 25 % de los casos con valoración cervical menor de 3 puntos al inicio del
método lograron éxito. Estos resultados se corresponden con estudios realizados
internacionalmente.18 Es preciso especificar, que nosotros para este estudio,
consideramos que el método fue exitoso, pues se obtuvieron puntuaciones de 7 y más
a las 24 horas de reevaluada, y esto se logró en el 95,1 % de las gestantes. Sólo el
4,9 % no obtuvieron resultados favorables en este estudio.
Hubo 9 casos sometidos a partos por cesárea, 5 casos por fallo de método empleado,
que representan el 55,5 % de los mismos y los 4 casos restantes se correspondieron
con la incoordinación dinámica, y sufrimiento fetal agudo, que representó el 22,3 % de
los casos operados. Debemos señalar que en nuestro estudio se encontraron 19 casos
con alteraciones en el patrón contráctil, pero sólo 1 de los casos no respondió
adecuadamente al tratamiento establecido, por lo que fue necesario intervenir
quirúrgicamente con el diagnostico de disdinamia. Estos resultados coinciden con los
planteamientos conocidos acerca de las posibles complicaciones que pueden presentar
estos casos.
En nuestro estudio el indicador de asfixia fetal que mayor número de casos aportó (6
casos) fue la presencia de liquido amniótico meconial. En estudios realizados por Wig y
otros26,27 sugirieron la posibilidad de que el paso de meconio sea consecuencia de la
hiperestimulación uterina o un efecto directo del paso de metabolitos del misoprostol
absorbidos en el aparato digestivo fetal.
Discusión
El fallo del método está estrechamente relacionado con aquellas pacientes cuyas
condiciones cervicales eran muy desfavorables para la inducción (Bishop menor de 3
puntos) y el número de éxitos se logró con la administración de una sola dosis de
misoprostol. Treinta y dos pacientes desencadenaron trabajo de parto, sólo con la
acción del misoprostol, lo que constituye la cuarta parte del total de casos incluidos en
el estudio; el mayor número de nacimientos se registró por parto eutócico, seguido del
parto por cesárea. La causa más frecuente de cesárea fue el fallo del método, seguida
del sufrimiento fetal agudo. Dentro de los indicadores clínicos de asfixia fetal fue el
meconio el que con mas frecuencia se presentó. No hubo número significativo de
gestantes con efectos adversos al misoprostol, y predominó el vómito (19,2 %)
http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0138-600X2005000100008&script=sci_arttext
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Artículo
Comentarios (25)
El doctor José Andrés Poblete Lizana es médico cirujano de la Universidad Católica de Chile
(1991), en la que también se especializó en Obstetricia y Ginecología. Realizó estudios en Medicina
Materno-Fetal en la Universidad de Milán, Italia (2000). De su dilatada experiencia hablan sus ocho
libros sobre su especialidad (algunos en coautoría) y sus artículos publicados en revistas extranjeras
y nacionales, la mayoría ISI. Actualmente es jefe de la Unidad de Medicina Materno-Fetal del
Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital de la Universidad Católica.
Llegamos a su consulta para que nos diera una opinión autorizada del diagnóstico –mostrándole
también el video correspondiente- que el doctor Víctor Valverde escribió sobre la ecografía que le
hizo a su paciente Patricia Gómez, el 27 de noviembre, a las 09:30, y en el que se lee: “Placenta
alta ubicada en la pared posterior del útero. Grado III de Grannum. Liquido amniótico se
observa oligoamnios moderado. Inserción central del cordón umbilical” (LINK). Con ese
diagnótico, Valverde fundamentó frente a su paciente la necesidad de inducirle el parto, para lo cual
usó Misoprostol (CYTOTEC).
Para que todo fuera más transparente y objetivo, al doctor Poblete le omitimos dos datos: el nombre
del médico y el de la Clínica Alemana, establecimiento donde Valverde suministró Misoprostol
(CYTOTEC) a Patricia Gómez, sin dejar registro en la ficha clínica. La aplicación tuvo efectos
nefastos en su paciente (Ver reportaje “Mal uso de fármaco abortivo en la Clínica Alemana
provoca salida de uno de sus ginecólogos más reputados” ).
Desde un principio el consumo de Misoprostol (CYTOTEC) ha estado rodeado de polémica en la
comunidad médica chilena debido a su uso como agente abortivo. Al punto tal, que las farmacias
debieron suprimir su venta, incluso con receta médica. En la actualidad el ISP no permite su uso
más que para tratamientos de úlcera gástrica (un gastro-protector que evita la aparición de úlceras
en relación a tratamientos con antiinflamatorios no esteroideos). No obstante, en todos los
establecimientos hospitalarios se usa en el campo de la obstetricia, pero sujeto a un protocolo que
busca impedir que se utilice para abortos provocados.
El doctor Poblete, quien es un férreo partidario de que de una vez por todas el uso de Misoprostol se
autorice y se regule por sus excelentes resultados en la práctica de la obstetricia, explica que cuando
su uso excede las indicaciones médicas durante el embarazo, los efectos pueden ser muy graves, no
solo para el bebé en desarrollo, sino también para la mujer.
A pesar de ello, su venta no está fiscalizada ni penalizada en Chile. No así su uso. Con una simple
búsqueda por Internet cualquiera puede acceder a decenas de ofertas del fármaco a precios que
fluctúan entre los $50 mil y $160 mil. Un problema adicional es que muchos de esos fármacos a la
venta en el mercado clandestino son falsificados. No hay garantías de sus componentes ni de su
calidad.
-¿Qué efectos provoca en una mujer el
suministro de Misotrol (Misoprostol), un fármaco sintético?
La prostaglandina está involucrada en el mecanismo que produce dos cosas: contracciones y
modificaciones cervicales. Lo que cambia es la dosis. En los países donde está regularizado el
aborto, se utiliza en los hospitales para inducción de aborto en un protocolo determinado. Y para
ello se utiliza fundamentalmente la prostaglandina F2 Alfa. La sintética se llama Misotrol, que es
una prostaglandina E, que tiene el mismo efecto, y que es más estable en el ambiente. Los otros son
gel, entonces necesitan cadena de frío, son mucho más engorrosos.
El Misotrol simplificó y mejoró los resultados en obstetricia. Entonces, ahora, cuando se somete a
una inducción a una señora, utilizando análogos de prostaglandinas, el éxito del parto vaginal es de
un 80 % en general. La ventaja es que la prostaglandina permite que la paciente tenga su parto.
-¿Por qué el ISP no lo permite y sólo autoriza su uso para protección gástrica en uso de
antiinflamatorio no esteroideos?
También habría que preguntarse por qué el laboratorio que lo fabrica no se quiso meter en la
formalización del Misoprostol para uso obstétrico. Y eso tiene una respuesta: por el tema del aborto,
nada más que por eso, porque se presta para mal uso. ¿Cuáles son los datos en relación al mal uso?
Le voy a poner un ejemplo. En Fortaleza (Brasil), se hizo un gráfico donde se puso la venta de
Misoprostol en relación a la baja de pacientes con abortos provocados. Y el resultado fue que
mientras más Misoprostol se vende, menos abortos provocados llegan a los hospitales. Porque la
persona aborta en su casa. Si usted se mete a Internet, encuentra una múltiple oferta de Misoprostol.
Nosotros en 2006 o 2007 le mandamos una carta al ISP en la que le dijimos que el Misoprostol era
un buen medicamento, pero que debía ser vendido con receta para que no se prestara para el mal
uso. Nunca tuvimos respuesta. Y quedó entonces como un fármaco de uso fundamentalmente
hospitalario, para la paciente que tiene un aborto retenido.
-¿Cuál es la ventaja del Misoprostol en esos casos?
Antes, en esos casos, había que abrir el cuello del útero para luego sacar el saco y limpiar la
cavidad. Cuando uno está haciendo eso, que lo estás haciendo a contra fuerza, puedes romper el
útero y provocar otras complicaciones. En cambio, el Misoprostol permite primero que la paciente
tenga contracciones. Si usted utiliza una dosis de entre 600 y 800 mcg., que son entre tres a cuatro
tabletas, el 70 % de las pacientes aborta sola. Y no necesitas el procedimiento que detallaba antes. Y
si lo llegaras a necesitar, el cuello esta blando, no entras haciendo fuerza y presión. Ganaste
seguridad y eficacia en el procedimiento. Es por esta razón que hay que defender su uso, pero
hospitalario y formal según los protocolos. Por ejemplo, hay que establecer las dosis que se usan
para vaciar el útero si hay una guagua que se muere; para que la paciente tenga una parto vaginal y
no tenga una cesárea y también para la señora que tiene que interrumpir el embarazo.
-Para inducir el parto en una mujer con 39 semanas de embarazo, ¿también se usa el
Misoprostol?
También se usa, lo que pasa es que produce contracciones y dilatación del cuello. Por ello, la
inducción la tenemos establecida para pacientes que tengan necesidad de interrupción del embarazo
cuando le sube la presión, si la guagua no crece, si tiene poco líquido amniótico o si llega a las 40
semanas y media o 41 semanas y hay que apurar el parto.
-En caso de una circular (cordón umbilical alrededor del cuello del bebé), ¿es recomendado
inducir el parto con Misoprostol?
También se podría utilizar, porque es el mecanismo de interrupción. Está entre eso y una cesárea.
Lo que uno tiene que propender, es que la señora tenga una intención de parto vaginal, y la manera
de desencadenar ese parto es prostaglandina u oxitocina.
-¿No es contraproducente en una paciente con una circular, inducirle contracciones con
Misoprostol?
La pregunta ahí es diferente: ¿es peligroso para la guagua? Y yo le respondo que no. Porque el 20%
de las guaguas normales nace con una circular. Las señoras que están de parto, están monitorizadas,
y si la guagua tiene una circular que se empieza a apretar, con el monitoreo se interrumpe el
embarazo con una cesárea. El monitoreo es para que las pacientes puedan intentar el parto vaginal,
y por lo tanto, el mejor resultado es con prostaglandina.
-¿Se puede usar en esos casos una dosis de 200 mcg.?
En general, no se usa una dosis de esa magnitud. Para la inducción a término se utiliza una dosis de
entre 25 y 50 mcg. intra-vaginal, o sublingual con una dosis de entre 25 y 50 mcg. cada cuatro
horas. Hay hospitales en donde las farmacias locales hacen las tabletas porque no hay disponibles.
Y las hacen en medidas de 25 y 50 mcg.
El tema es aquí sincerar su uso. Actualmente se usa intrahospitalario, existe
evidencia científica que demuestra que es beneficioso, hay gente que lo está
usando mal, entonces, que lo empiecen a usar bien. Yo creo que si a raíz de este
problema suyo, el Ministerio de Salud decidiera suspender su uso, sería un
retroceso.
-¿Qué le sucede a una mujer embarazada de seis meses a la que se le receta una dosis de 200
mcg. de Misoprostol cada 12 horas?
Va a tener los efectos de los que estamos hablando: contracciones y va a dar a luz. El protocolo de
uso dice que se deben administrar 50 mcg. cada cuatro o seis horas, dependiendo de las
modificaciones cervicales, hasta que la paciente alcance dos centímetros de dilatación y el cuello
esté 80% borrado. Hay pacientes a las que usted les administra una dosis de 50 mcg. y la guagua
nace en dos horas.
-¿Provoca efectos colaterales?
Sí, efectos sobre el útero, y por eso uno parte con pequeñas dosis, porque uno no sabe cómo va a
reaccionar el útero. Y en intervalo: póngase dosis de 25 a 50 mcg. y en seis horas reevalúe si le
vuelve a poner una dosis. Cómo se revalúa: con el tacto vaginal. El tema es que las contracciones
deben ser no tan seguidas. Imagínese que usted está en la piscina y yo le hago una “china”, y luego
lo suelto y usted se recupera; pero si entre “china” y “china” no le doy tiempo, usted ya no se
recupera. Eso es lo que le pasa a la guagüita. Por eso el Misoprostol tiene que ser de uso
intrahospitalario. Porque yo debo estar monitoreando a la guagua cómo responde ya que le estoy
interrumpiendo el flujo placentario. La polisistolía, que es tener más de seis contracciones en un
minuto, es algo que puede producir a las guaguas un deterioro de la unidad feto placentaria. Qué
quiere decir eso en español: que la guagua puede ver interrumpida la cantidad de oxigeno que tiene,
porque la estás sometiendo a este estrés con intervalos muy cortos de recuperación.
-¿Qué efectos puede provocar el Misoprostol en una mujer embarazada que quiere
provocarse un aborto y finalmente no se interrumpe?
Por ejemplo, si se administra la prostaglandina en el primer trimestre de una persona embarazada
que se quiere hacer un aborto, y falla, puede después la guagua venir con deformaciones del sistema
nervioso central, del corazón… Por eso mismo creo que aquí en Chile lo que debería pasar es en
primer lugar que el ISP reconozca el uso del medicamento; y en segundo lugar, establecer su uso
intrahospitalario y que cada centro tenga definido sus protocolos de uso. El medicamento en Chile
no está prohibido, pero su utilización no incluye el uso obstétrico.
-¿Aquí en el Hospital de la UC se usa Misoprostol?
Sí. Hay una regulación de control interno como si fuera un estupefaciente. Así de estricto, porque
claro, en algunos hospitales yo he escuchado que se pierden los misoprostoles. Porque lo venden en
Internet. Se presta para un mal uso. Por ello me parece razonable que si usted descubrió que un
doctor emitió una receta que no corresponde, deba recurrir a la clínica donde él trabaja. Porque esa
clínica debe tener un sistema de regulación interna.
-Tengo aquí la ecografía en la que el médico fundamentó la necesidad de inducir el parto de
su paciente (le paso el informe y el video), luego de lo cual le suministró Misoprostol. Me
gustaría que me diera su opinión como ginecólogo.
A ver, tener una circular es sólo un factor de riesgo. Con este diagnóstico que dice aquí, y tomando
el liquido amniótico como parámetro único, aumenta 160 veces la mortalidad perinatal. Así que si
tiene poco líquido amniótico se tiene que inducir. Esto se llama perfil biofísico y tiene una relación
con la mortalidad perinatal, con la posibilidad de que la guagua se muera dentro del útero. Si una
guagua tiene cero liquido amniótico, tiene un riesgo de morirse 160 veces: ¿usted no sacaría una
guagua si tiene ese riesgo de morir? Ahora, el hecho de que aparezca o no aparezca da lo mismo,
porque en la práctica la circular puede estar puesta, ya que es sólo un factor de riesgo, no es
sinónimo de inducción. Aquí en este informe no está anotada la circular, y si él lo dijo y no anotó,
las palabras se las lleva el viento. Aquí, por ejemplo, él usa el término de “oligoamnio
moderado”,eso indica que le encontró un poco de líquido amniótico: no dice que no tenía líquido
amniótico. El perfil biofísico considera la medición de cuatro cuadrantes o bolsillos. El oligoamnio
absoluto es que no tenga.
-Aquí (mirando el video) es cuando el doctor nos dice que hay una circular (se escuchan los
latidos de la guagua)…
Tiene un dopio (latidos del corazón) normal, con eso no es posible decirlo, porque solo miraron el
dopio y el cordón lo miro 15 a 20 segundos. Aquí en lo que veo yo de la ecografía, él se dedicó a
mirarle la cara a la guagua. Aquí no hay mucho de donde sacar conclusiones. No se puede
determinar. Tal vez él vio otras cosas y no las grabó.
-Si esta ecografía mostrara claramente que hay una circular y que no tiene líquido amniótico,
¿por qué no registrar que usó Misoprostol para la inducción?
No lo sé, debería preguntarle a su médico. Aquí se ve una guagua de crecimiento normal, tiene un
dopio normal, la insuficiencia placentaria es normal y se le redujo el líquido, pero eso no está
cuantificado. Uno está obligado a registrar todo lo que hace con una paciente, por eso existe la ficha
clínica, que es un documento legal. Uno tiene la obligación de registrar todo, a menos que se te
olvide, pero debes regístrarlo después cuando te acuerdas o te das cuenta de que no lo hiciste.
¿Piensa llevar este caso a los tribunales?
-Sí, a tribunales y hacerlo público. Me gustaría que sirviera para un amplio debate porque si
el Misoprostol es un buen medicamento –como usted me dice- para algunos casos concretos, lo
que importa es que se regule y se elimine su uso clandestino. Con medicamentos traídos de
afuera hay además un enorme riesgo por el nulo control sanitario.
El tema es aquí sincerar su uso. Actualmente se usa intrahospitalario, existe evidencia científica que
demuestra que es beneficioso, hay gente que lo está usando mal, entonces, que lo empiecen a usar
bien. Yo creo que si a raíz de este problema suyo, el Ministerio de Salud decidiera suspender su
uso, sería un retroceso. Pero hay que sincerar que se está usando y poner los límites. Y apuntar a
que la gente cumpla la regulación y la definición para el uso de este medicamento, además de los
ámbitos para qué corresponde. No puede ser que necesites mandar a alguien a Perú para que te lo
compre.
-Hay además un problema ético involucrado y de confianza, un tema que para los médicos es
muy importante, ¿no es así?
Así es, porque en la práctica, cuando uno recibe la confianza de los pacientes, en esta especialidad
el 90 % de las veces sale bien. Pero hay un 10 % en que las cosas no salen bien y ahí los pacientes
agradecen la sinceridad y la transparencia y que tú estés al lado. Yo tuve un caso de una paciente
-colega suya con gran influencia en los medios- a la que se le infectó la herida operatoria. Y ella
tenía que tener claro que esto ocurre y que uno va a hacer todo lo posible por el óptimo resultado
para ella y su guagua. Eso es la confianza. Si a usted no le hubiera pasado que el doctor saca un
medicamento de su bolso, intentando que no se note, y después no figura en la ficha clínica, usted
no estaría haciendo esto. Porque cuando a uno lo engaña alguien en quien se ha depositado la
confianza… Mire, el acto médico pasa por la confianza, la transparencia y algo como lo que pasó,
pudre el amor y rompe la confianza
http://ciperchile.cl/2013/03/04/%E2%80%9Chay-que-sincerar-de-una-vez-por-todas-el-uso-de-
misoprostol%E2%80%9D/
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
Las prostaglandinas (PGs) son un grupo desustancias lipídicas que en su forma natural
se pueden encontrar en casi todas las células del organismo y tienen como precursor el
ácido araquidónico. En 1960, Bergstrom logró cristalizar las prostaglandinas E y F (1). El
misoprostol es un análogo de la prostaglandina E1 (PG E1), que comenzó a ser
vendido en las farmacias de América Latina desde fines de la década de los 80 con el
nombre comercial de Cytotec, indicado en el tratamiento de la úlcera péptica,
especialmente en aquellos casos provocados por el uso de antiinflamatorios no
esteroideos. Su uso con este fin se ha contraindicado en las mujeres embarazadas
porque puede causar aborto(2-4).
La primera publicación acerca del uso del misoprostol para la inducción del parto en
casos de feto muerto apareció en Brasil(5), la que fue seguida de otros reportes(6). Más
adelante, en los años 90, se comunicó la utilidad de esta droga en la inducción del
parto con feto vivo(7-9). Asimismo, los empleados de las farmacias advirtieron que
podían utilizar el efecto secundario del Cytotec y empezaron a venderlo como un
medicamento efectivo para el retraso menstrual(10), y fue después de esto que
aparecieron prontamente publicaciones del uso del misoprostol para inducir con éxito
el aborto en el primer y segundo trimestre del embarazo, especialmente en Brasil (11-16).
En 1993 se publicó el primer reporte sobre el uso del misoprostol en el manejo del
aborto incompleto(17) y en 1998 se publicó acerca de la administración rectal del
fármaco para el tratamiento de la hemorragia posparto que no respondía a los
oxitócicos convencionales(18).
A finales del año 2008, publicamos un trabajo sobre la disponibilidad del misoprostol
en América Latina y El Caribe (LAC), en donde encontramos que solo unos pocos
países tenían regulado el uso obstétrico del misoprostol(20). Sin embargo, hoy en día,
debido a la amplia investigación científica en el mundo, este medicamento es de
utilización cada vez más difundida y es aplicado en diferentes situaciones clínicas (21).
Para llevar a cabo este trabajo se diseñó una encuesta semiestructurada (Anexo 1), la
misma que fue enviada a los/as diferentes informantes clave en los 19 países de LAC,
cuyas sociedades científicas están afiliadas a la Federación Latinoamericana de
Obstetricia y Ginecología (FLASOG). Para responder la encuesta, cada informante clave
consultó a diferentes instituciones públicas y privadas en sus países, así como a
médicos ginecoobstetras que trabajaban a nivel de los servicios, y revisaron los
documentos oficiales que regulan el uso obstétrico del misoprostol. La información fue
recogida entre noviembre y diciembre del año 2012.
Variables estudiadas:
Con relación a los aspectos éticos, el formato de encuesta explica a los/as informantes
la naturaleza del documento y el hecho de haber recibido respuesta confirma su
aceptación voluntaria.
RESULTADOS
De los 19 países a los cuales se envió la encuesta, todos los integrantes de América
Central, México y El Caribe respondieron, mientras que de los 10 países de América del
Sur no respondió Paraguay. En el caso de México se utilizó dos formularios para la
encuesta, uno para México DF y otro para el resto del país, por ser realidades
diferentes.
Los 18 países que respondieron la encuesta cuentan con regulaciones oficiales para el
uso del misoprostol en Obstetricia. En el caso de México se incluye además el Distrito
Federal (DF).
Con relación a la naturaleza de la Norma que regula el uso del misoprostol, como se
puede apreciar en la tabla 1, la mayor parte de Normas que regulan el uso obstétrico
del misoprostol son de carácter de Resolución a Nivel de los Ministerios de Salud; en la
mayoría de países se requiere además de una Norma que proviene de la Agencia
Gubernamental de Medicamentos. En tres países se complementa la disposición
Ministerial con las Normas o Protocolos de nivel local, en los hospitales públicos. Solo
un país (Guatemala) comunicó que la regulación es dependiente de la ley y de la
resolución ministerial y, finalmente, en el caso del DF México registra una Norma
Estadual. Se puede entonces entender que el número total suma más de 19 y los
porcentajes suman más de 100% debido a que en algunos países existe más de una
regulación.
Respecto a las indicaciones para el uso obstétrico del misoprostol, las regulaciones
establecen mayoritariamente el uso del misoprostol para la inducción del parto con feto
vivo o muerto.
Claramente aparecen tres razones importantes por las cuales algunos médicos no
aplican el misoprostol en la práctica obstétrica, a pesar de lo establecido en la Norma:
la desinformación, la falta de capacitación y el temor. La objeción de conciencia
aparece solo en un tercio de los países.
DISCUSIÓN
Los organismos de Naciones Unidas (NU) han precisado que al año 2010 hubo en el
mundo 380 000 muertes maternas, que la razón de muerte materna (RMM) para los
países en desarrollo es 290 por 100 000 nacidos vivos, siendo 14 para los países
desarrollados y 85 para LAC(26). De otro lado, la OMS ha publicado en el 2010 que
anualmente en el mundo ocurren 42 millones de abortos inducidos; de ellos, 21,6
millones son abortos inseguros o de riesgo y en LAC ocurren 4 millones de estos
abortos; en tanto, como consecuencia de las complicaciones del aborto inseguro,
ocurren 47 000 muertes maternas a nivel global(27,28). La OMS publicó en el 2007 que la
mortalidad materna es causada en un 24% por las hemorragias, principalmente por la
HPP, y en un 13% por las complicaciones del aborto(29). Estas muertes por HPP y por
aborto son evitables si las mujeres tuvieran acceso oportuno a los servicios de salud
sexual y reproductiva, lo que necesariamente implica acceso al uso del misoprostol.
Es evidente también que desde la publicación del estudio del 2008(20), las Normas que
regulan el uso del misoprostol en Obstetricia ahora las podemos encontrar en todos los
países que contestaron la encuesta (18 más el DF de México), lo que representa un
avance importante. Si bien es cierto que desde la década de los 80 el medicamento fue
registrado en LAC para uso gastrointestinal, progresivamente las autoridades que
toman decisiones han entendido la utilidad del mismo en diferentes problemas
obstétricos. Puntualizamos que, a la fecha, 12 organismos reguladores de
medicamentos a nivel de países han precisado el uso obstétrico del medicamento, por
lo que mantenemos la expectativa que los demás países faltantes procedan al registro
regular. Sin embargo, también es cierto que las Normas Técnicas garantizan el uso
apropiado del misoprostol en salud reproductiva (23). La ausencia de registro del
misoprostol para uso obstétrico ha retrasado la información de los médicos sobre este
medicamento y esto se tradujo en una brecha que ha debido ser llenada por las
asociaciones profesionales(30), que en LAC han sido representadas por FLASOG.
Las Normas que se traducen en Guías y Protocolos permiten identificar las indicaciones
para el uso obstétrico del misoprostol, además de hacer precisiones de formas de uso
y vías de administración, importantes para una intervención ordenada(31).
Desde que Mariani Neto, en Brasil(5), utilizara el misoprostol para inducir el parto en
casos de feto muerto y retenido y Margulies, en Argentina (7),probara que es posible
inducir un parto a término con feto vivo, se han sucedido una gran cantidad de
investigaciones que han permitido extender el uso del misoprostol por vía vaginal en la
inducción del parto, motivada por diferentes causas(32-34). Estas propiedades del
medicamento han hecho posible resolver favorablemente el parto en casos de
complicaciones como hipertensión inducida por el embarazo, rotura prematura de
membranas, corioamnionitis, embarazo postérmino, condiciones médicas maternas
diversas, lo que determina una menor frecuencia de complicaciones y muertes
maternas y perinatales(35-37). Así mismo, el misoprostol por vía vaginal es muy efectivo
para reducir las inducciones fallidas y el número de cesáreas por esta causa(30), y para
lograr la evacuación del útero en caso de feto muerto y retenido, que ocurre
aproximadamente en 1% de los embarazos, lo que alivia a la mujer de la posibilidad
de un trastorno de coagulación(5,38,39). Debido a estos efectos beneficiosos, afirmamos
que el misoprostol es un medicamento que salva vidas.
El aborto provocado es una de las causas más importantes de muerte materna (MM)
en los países en donde no está legalizado y muchas mujeres, que no mueren, tienen
complicaciones graves, como hemorragia, peritonitis, sepsis y shock(49). En esta
investigación se ha podido verificar que 10 países + México DF utilizan el misoprostol
para interrumpir los embarazos dentro de su marco legal. Tal decisión tiene sustento
en evidencias científicas que muestran la eficacia de este medicamento para evacuar el
útero, liberando a las mujeres de severas complicaciones hemorrágicas e infecciosas
que las exponen a serias complicaciones y muerte materna(50-54). Estos estudios y
muchos otros llevados a cabo en el mundo han sustentado la decisión de la OMS para
recomendar el uso del misoprostol para la interrupción del embarazo en el primero y
segundo trimestre, pudiendo ser usado por vía vaginal, oral o sublingual(55). Existen
evidencias científicas que el uso del misoprostol en la inducción del aborto dentro de
un marco legal, y aún dentro de marcos legales restrictivos, es capaz de reducir
significativamente las complicaciones y las muertes maternas(22,30,49). El misoprostol
también ha sido estudiado en la inducción del aborto en adolescentes, pero se
recomienda un uso supervisado y con procedimientos claramente establecidos (56).
Del total de muertes maternas en el mundo, 99% ocurren en los países menos
desarrollados y la causa más importante es la HPP, por la cual se muere 1 mujer cada
7 minutos(57). Esta es una brecha que necesariamente debemos cerrar (58,59).
El grado de cumplimiento de lo que establece las Normas para el uso del misoprostol
en Obstetricia es relativamente alto en LAC, porque supera el 80% en el sector privado
y 90% en el sector público, lo cual traduce un fuerte compromiso de los profesionales
de la salud para otorgar a sus usuarias los beneficios que ofrece el uso del misoprostol.
Sin embargo, todavía existen médicos que se resisten al uso del misoprostol,
principalmente por desconocimiento, falta de información, falta de capacitación y
temor, aunque una tercera parte de esos colegas lo hacen por razones de objeción de
conciencia, a lo que FLASOG responde con la ejecución de talleres de discusión y
capacitación en esta temática(72).
Finalmente, debemos decir en este comentario que, no obstante que todos los países
tienen regulaciones para la administración del misoprostol en la práctica obstétrica,
también es cierto que se mantiene un control importante sobre su uso a través de la
retención de las recetas, probablemente derivada del temor a la posibilidad de uso de
este medicamento en la interrupción de embarazos fuera del marco legal.
COMENTARIO FINAL
Queda claro que el misoprostol es un fármaco que tiene un probado efecto favorable
en la producción de contracciones uterinas y ha popularizado su aplicación en
obstetricia y ginecología. Es claro también que su uso ha ido en aumento, de la mano
con una frondosa bibliografía, pero quedan aún algunas preocupaciones por resolver:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?pid=S2304-51322013000200002&script=sci_arttext