Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Psicología Forense
Especializada en niñas, niñas y adolescentes
Mod. III Tema III
I. INTRODUCCIÓN
En general, suele ocurrir que la autoridad solicite acciones por parte del niño o niña, que no son
apropiadas para su edad y condición de acuerdo a la etapa de desarrollo en que se encuentran, y muchas de
ellas se vinculan con el desconocimiento sobre la memoria infantil. Por ejemplo, solicitar ampliaciones de
declaración mucho tiempo después de sucedidos los hechos, en lugar de considerar lo vertido en el
expediente en el momento en que sucedió el episodio de abuso (o lo más cercano posible a éste).
El texto retoma capítulos del libro de Griesbach, M. (coord..) El niño víctima del delito. Fundamentos y Orientaciones
para una Reforma Procesal Penal, Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C., México D.F., 2005, pp.
67-68
La amplitud de la memoria va aumentando con la edad y, en general, es mejor en los adultos, cuando
llega al máximo de su desarrollo y se estabiliza1.
1 Delval, Julio (1983) Crecer y pensar. La construcción del conocimiento en la escuela. México: Editorial Paidós Mexicana, s.a.
1
- Memoria a corto plazo (información que permanecen en nuestra memoria durante alrededor de 30
segundos). Los niños pueden retener menos cantidad de objetos con este tipo de memoria, y la
velocidad con que pueden representar objetos y evocarlos es menor.
- Memoria a largo plazo (información que queda almacenada en nuestra memoria pasados 30
segundos, y puede recuperarse aunque haya transcurrido un periodo de tiempo). Este tipo de
memoria merece especial atención, ya que marca de manera más tajante la diferencia en la
capacidad de recordar de un adulto respecto de la de un niño/a:
Los adultos poseen las habilidades necesarias para explotar mejor que los niños/as estos dos últimos
aspectos. Por ejemplo, pueden utilizar estrategias para intentar recordar algún evento: pensar cómo se
suceden los acontecimientos de acuerdo con las rutinas diarias, asociar eventos nuevos con conocimientos
ya adquiridos y priorizarlos, incluso organizar voluntariamente en grupos o categorías la información para que
sea más sencillo evocarla.
Las estrategias memotéticas (aquellos artilugios que utilizamos voluntariamente para optimizar el
registro, almacenamiento y recuperación de información) sólo pueden desplegarse cuando se poseen las
habilidades cognitivas que se desprenden del pensamiento lógico formal2.
2
NYPTI New York Prosecutors Training Institute (2004) Interviewing Child Victims of Physical & Sexual Abuse: Best Practices, New York: College for
District Attorneys
2
En resumen, con mayor edad (y mayores recursos cognitivos), se aprende a desarrollar y utilizar
efectivamente estrategias para recordar mejor.
La manera en que logra registrarse la información está además íntimamente relacionada con la
capacidad de atención. Se recuerda mejor aquello que nos resulta significativo y agradable. Pero también se
quedan especialmente “fijadas” imágenes y detalles cuando se trata de eventos que nos han resultado
dolorosos.
En este aspecto, debemos recordar algunas características infantiles que tienen consecuencias en su
capacidad de retener y recuperar información:
- Un niño/a pequeño no puede prestar atención a más de un aspecto importante por vez y siempre
será él mismo/a el centro de atención (difícilmente recordará detalles que ocurrían a su alrededor
mientras a él le estaba sucediendo algo).
- Podrá registrar y evocar mejor aquello que asocie con placer (lo que aprende a través del juego,
por ejemplo, lo asocia con diversión y en su conciencia afectiva será algo positivo que recordará
con facilidad).
- Difícilmente podrá evocar algo que le resultó doloroso. La sensación de malestar tenderá a ser
reprimida, y si no se poseen otros mecanismos más complejos y “lógicos” que permitan dar
significado a la necesidad de recordar, difícilmente podrá recuperarse la información.
Todo lo mencionado anteriormente hace que una característica de la memoria de un niño sea que se
pierde y/o tergiversa ,con el correr del tiempo, más fácilmente que la de un adulto3.
Esto no significa que un niño o niña no pueda dar un buen testimonio o que sus declaraciones no sean
válidas. Niños y niñas pequeños pueden ser muy precisos en recordar detalles de eventos, siempre y cuando
estos sean evocados desde el punto de vista subjetivo y vinculado a los sentidos (lo que vio, tocó, olió, etc.) y
acorde a la etapa de desarrollo cognitivo en que se encuentran. Por el contrario, significa que se requiere
atención especializada para que se le brinden las condiciones adecuadas para que pueda hacerlo. Y en ese
punto la labor de informar y proteger desde el conocimiento especializado del o la psicóloga es esencial.
3 Delval, Julio (1983) Crecer y pensar. La construcción del conocimiento en la escuela. México: Editorial Paidós Mexicana, s.a.
3
En resumen, será muy difícil para un niño o niña pequeña recordar detalles y relatar acontecimientos
cuando ha pasado tiempo desde que el hecho sucedió porque:
En este sentido, debería cuidarse especialmente que no transcurra demasiado tiempo desde el hecho
(o desde que el niño o la niña haya contado lo sucedido), hasta el registro de la información que el niño o la
niña pueda aportar (cuanto más tiempo pase, mayor será la pérdida de información).
Debe tenerse en cuenta que no cuidar condiciones como ésta, que claramente dificultan la evocación
del recuerdo para un niño/a, resulta casi seguramente en una declaración pobre, con pocos detalles y/o
aparentemente incoherente. Y como consecuencia, posiblemente se vuelva a citar al niño o la niña para
recabar más datos, ampliar su declaración, o aclarar contradicciones. Todo ello implica extender
innecesariamente el proceso; si se tomara la declaración en condiciones apropiadas no sucedería.