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Curso

Psicología Forense
Especializada en niñas, niñas y adolescentes
Mod. III Tema III

La memoria y la atención en los niños y niñas


Analía Castañer
Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C.

I. INTRODUCCIÓN

Este documento resume características básicas de la memoria y la atención en la infancia. Tratándose


de herramientas cognitivas que afectan de manera directa la participación del niño o niña en una diligencia,
esta información resulta de gran valor práctico a la hora de sostener argumentos en el actuar del o la
psicóloga en contextos judiciales.

En general, suele ocurrir que la autoridad solicite acciones por parte del niño o niña, que no son
apropiadas para su edad y condición de acuerdo a la etapa de desarrollo en que se encuentran, y muchas de
ellas se vinculan con el desconocimiento sobre la memoria infantil. Por ejemplo, solicitar ampliaciones de
declaración mucho tiempo después de sucedidos los hechos, en lugar de considerar lo vertido en el
expediente en el momento en que sucedió el episodio de abuso (o lo más cercano posible a éste).

El texto retoma capítulos del libro de Griesbach, M. (coord..) El niño víctima del delito. Fundamentos y Orientaciones
para una Reforma Procesal Penal, Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C., México D.F., 2005, pp.
67-68

II. LA MEMORIA Y LA ATENCIÓN DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

La amplitud de la memoria va aumentando con la edad y, en general, es mejor en los adultos, cuando
llega al máximo de su desarrollo y se estabiliza1.

En el ser humano, pueden identificarse tres tipos de memoria:

- Memoria inmediata (información que permanece en nuestra memoria durante 10 segundos). Un


niño/a de cinco años posee y utiliza este tipo de memoria en forma equivalente a la de un adulto.

1 Delval, Julio (1983) Crecer y pensar. La construcción del conocimiento en la escuela. México: Editorial Paidós Mexicana, s.a.

1
- Memoria a corto plazo (información que permanecen en nuestra memoria durante alrededor de 30
segundos). Los niños pueden retener menos cantidad de objetos con este tipo de memoria, y la
velocidad con que pueden representar objetos y evocarlos es menor.

- Memoria a largo plazo (información que queda almacenada en nuestra memoria pasados 30
segundos, y puede recuperarse aunque haya transcurrido un periodo de tiempo). Este tipo de
memoria merece especial atención, ya que marca de manera más tajante la diferencia en la
capacidad de recordar de un adulto respecto de la de un niño/a:

La posibilidad de recordar un evento, detalle, concepto, etc. depende de múltiples factores.


Principalmente, depende de:

- La manera en que se codificó la información (cómo impactó el estímulo en los sentidos).


- La manera como se registró y almacenó la información (cómo se interpretó, si se asoció con
información existente, etc.).
- La manera como logra recuperarse la información.

Los adultos poseen las habilidades necesarias para explotar mejor que los niños/as estos dos últimos
aspectos. Por ejemplo, pueden utilizar estrategias para intentar recordar algún evento: pensar cómo se
suceden los acontecimientos de acuerdo con las rutinas diarias, asociar eventos nuevos con conocimientos
ya adquiridos y priorizarlos, incluso organizar voluntariamente en grupos o categorías la información para que
sea más sencillo evocarla.

Las estrategias memotéticas (aquellos artilugios que utilizamos voluntariamente para optimizar el
registro, almacenamiento y recuperación de información) sólo pueden desplegarse cuando se poseen las
habilidades cognitivas que se desprenden del pensamiento lógico formal2.

Además, la capacidad de memoria aumenta cuando se tiene un mayor bagaje de conocimientos e


información (un adulto posee más conocimiento general acerca de diversos temas, y ello le permite hacer
asociaciones entre la información nueva y la que ya posee, lo cual facilitará más tarde el recuerdo). Es decir,
recordamos mejor lo que es significativo para nosotros en función de otros conocimientos y experiencias que
ya existen en nuestra memoria, y recuperamos mejor de la memoria los eventos que llevamos a cabo con
cierta regularidad (puede seguirse la secuencia habitual de acciones para propiciar el recuerdo).

2
NYPTI New York Prosecutors Training Institute (2004) Interviewing Child Victims of Physical & Sexual Abuse: Best Practices, New York: College for
District Attorneys

2
En resumen, con mayor edad (y mayores recursos cognitivos), se aprende a desarrollar y utilizar
efectivamente estrategias para recordar mejor.

La manera en que logra registrarse la información está además íntimamente relacionada con la
capacidad de atención. Se recuerda mejor aquello que nos resulta significativo y agradable. Pero también se
quedan especialmente “fijadas” imágenes y detalles cuando se trata de eventos que nos han resultado
dolorosos.

En este aspecto, debemos recordar algunas características infantiles que tienen consecuencias en su
capacidad de retener y recuperar información:

- Un niño/a pequeño no puede prestar atención a más de un aspecto importante por vez y siempre
será él mismo/a el centro de atención (difícilmente recordará detalles que ocurrían a su alrededor
mientras a él le estaba sucediendo algo).

- Podrá registrar y evocar mejor aquello que asocie con placer (lo que aprende a través del juego,
por ejemplo, lo asocia con diversión y en su conciencia afectiva será algo positivo que recordará
con facilidad).

- Difícilmente podrá evocar algo que le resultó doloroso. La sensación de malestar tenderá a ser
reprimida, y si no se poseen otros mecanismos más complejos y “lógicos” que permitan dar
significado a la necesidad de recordar, difícilmente podrá recuperarse la información.

III. IMPLICACIONES DE LA MEMORIA INFANTIL VINCULADAS AL PROCESO DE JUSTICIA

Todo lo mencionado anteriormente hace que una característica de la memoria de un niño sea que se
pierde y/o tergiversa ,con el correr del tiempo, más fácilmente que la de un adulto3.

Esto no significa que un niño o niña no pueda dar un buen testimonio o que sus declaraciones no sean
válidas. Niños y niñas pequeños pueden ser muy precisos en recordar detalles de eventos, siempre y cuando
estos sean evocados desde el punto de vista subjetivo y vinculado a los sentidos (lo que vio, tocó, olió, etc.) y
acorde a la etapa de desarrollo cognitivo en que se encuentran. Por el contrario, significa que se requiere
atención especializada para que se le brinden las condiciones adecuadas para que pueda hacerlo. Y en ese
punto la labor de informar y proteger desde el conocimiento especializado del o la psicóloga es esencial.

3 Delval, Julio (1983) Crecer y pensar. La construcción del conocimiento en la escuela. México: Editorial Paidós Mexicana, s.a.

3
En resumen, será muy difícil para un niño o niña pequeña recordar detalles y relatar acontecimientos
cuando ha pasado tiempo desde que el hecho sucedió porque:

- Su capacidad de memoria a largo plazo no está desarrollada completamente.


- No posee un gran bagaje de información general con el cual asociar la información nueva y
organizarla.
- No posee la habilidad cognitiva para desplegar voluntariamente estrategias para favorecer el recuerdo.
- Si se trata de un evento que sólo le ocurrió una vez (un episodio de abuso sexual, por ejemplo), no
tendrá conocimientos previos relacionados que le ayuden a recordar.

En este sentido, debería cuidarse especialmente que no transcurra demasiado tiempo desde el hecho
(o desde que el niño o la niña haya contado lo sucedido), hasta el registro de la información que el niño o la
niña pueda aportar (cuanto más tiempo pase, mayor será la pérdida de información).

Debe tenerse en cuenta que no cuidar condiciones como ésta, que claramente dificultan la evocación
del recuerdo para un niño/a, resulta casi seguramente en una declaración pobre, con pocos detalles y/o
aparentemente incoherente. Y como consecuencia, posiblemente se vuelva a citar al niño o la niña para
recabar más datos, ampliar su declaración, o aclarar contradicciones. Todo ello implica extender
innecesariamente el proceso; si se tomara la declaración en condiciones apropiadas no sucedería.

El o la psicóloga puede dar sustento a pedidos específicos de no repetición de diligencias


fundamentando los efectos del paso del tiempo en la memoria infantil. Además, puede dar argumentos sobre
el impacto negativo del bienestar del niño o niña con la repetición de diligencias; se solicitan por parte de la
autoridad desconociendo la imposibilidad del niño o niña de trascender sus habilidades cognitivas y el
resultante último no es otra cosa que la revictimización.

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