Escobedo Florez David Fernando Este muro “incaico” se encuentra dentro de un terreno de la
comunidad que quería ser donado para la construcción de un
¿Seguir conservando todo en el atraso, o identificar el
patrimonio que se puede demoler generar progreso?
Como sabemos actualmente en los artículos 2°, 17°, 21°, 88° y 89º,
de la Constitución Política del Perú se señala que el rol del Estado
en el Patrimonio Cultural de la Nación:
“Los yacimientos y restos arqueológicos, construcciones,
monumentos, lugares, documentos bibliográficos y de archivo,
objetos artísticos y testimonios de valor histórico, expresamente
declarados bienes culturales, y provisionalmente de los que se
presumen como tales, son Patrimonio Cultural de la Nación,
independientemente de su condición de propiedad privada o pública.
Están protegidas por el Estado”.
La institución encargada de fiscalizar que se respeten todos los
restos arqueológicos en el territorio peruano, es el Ministerio de
Cultura que tienes sedes en todas las ciudades.
En la otra cara de la moneda está la opinión que tienen los
pobladores de estas ciudades acerca de los restos arqueológicos.
Como pudimos apreciar en la imagen, hay lugares con restos
arqueológicos que a pesar de que fueron objetos de estudio de
arqueólogos, no se ha logrado comprobar que hayan tenido gran
importancia durante la época incaica. Es más debido a movimientos
sísmicos de décadas pasadas y el tardío accionar del ministerio de
cultura, este muro se ha ido deteriorando, tanto que para su proceso
de restauración no se tenía la información suficiente como para
lograr una restauración que mantenga la esencia del muro inicial.
instituto público que sirva para el progreso de la ciudad, al
presentarse el proyecto, paso por una evaluación exhaustica que
culmino considerando el proyecto como incompatible con las
características exigibles al entorno de un bien declarado Patrimonio
Nacional al repercutir negativamente la nueva planificación urbana
en los valores que le llevaron a inscribirlo como Patrimonio Nacional,
siendo necesario el establecimiento de criterios de integración,
estudio de las cuencas visuales próximas y lejanas, así como de
usos compatibles, salvaguardando los valores culturales y naturales
del paisaje desde una perspectiva de integración y desarrollo
sostenible.
Pese a que Urubamba, que es la ubicación del muro en cuestión,
está plagado de centro arqueológicos de mayor importancia
histórica, que a pesar de haber sido restauradas se ha podido
recuperar la información necesaria para que mantengan sus valores
culturales,
Urubamba no ha podido concretar este proyecto para salvaguardar
la integridad de un patrimonio nacional que no tiene significativa
importancia histórica, que no mantiene su valor cultural inicial, que
no percibe visitas de turistas y que no es objeto de ningún estudio
académico. Y este es un ejemplo de tantos casos donde pequeños
vestigios arqueológicos que no tienen gran relevancia histórica pero
son considerados Patrimonio, no permiten el progreso de ciudades
enteras. Entonces nos encontramos en una disyuntiva que nos
debería permitir elegir entre el progreso de una ciudad y el respeto a
un sitio arqueológico que es parte de nuestra herencia.