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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTA ROSA
PROGRAMA DE FORMACIÓN Y PROFESIONALIZACIÓN EN DERECHO
DERECHO DE AMPARO
SECCIÓN FS12”B”

LA ACCIÓN DE AMPARO
CONSTITUCIONAL

Profesor Integrantes:

Dr. José Ernesto Ivkovic Ronald Medina V- 19.507.653

Caracas, junio 2021


ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL

El amparo constitucional es la garantía o medio a través del cual se


protegen los derechos fundamentales que la Constitución reconoce a las
personas. Esta acción está destinada a restablecer a través de un
procedimiento breve los derechos lesionados o amenazados de violación,
siendo un instrumento para garantizar el pacífico disfrute de los derechos y
garantías inherentes a la persona, operando la misma según su carácter de
extraordinario, sólo cuando se dan las condiciones previamente expuestas y
aceptadas como necesarias de la institución de amparo de conformidad con
la ley que rige la materia.
Es un derecho constitucional, lo que implica que toda persona puede
ser amparada ante la violación de cualquier derecho que este consagrado en
la Carta Magna incluso cuando no lo esté, siempre y cuando sea un derecho
que se considere inherente a la persona. Lo característico de este derecho
es que comprende un procedimiento breve, público, oral, gratuito y sencillo lo
que garantiza una verdadera y urgente atención. Es por ello una garantía de
restablecimiento de la lesión actual o inminente.
Entonces, la situación que busca restituir el Amparo, es aquella cuya
garantía estaba resguardada por la Norma Fundamental, y fue lesionada con
ocasión de efectuada una situación o de dictado un acto, bien sea, porque
los agentes públicos o los particulares, debiendo conducirse de acuerdo con
un precepto de este rango, lo desconocieron o aplicaron mal.
Los derechos fundamentales de los ciudadanos en Venezuela, son los
más conocidos y garantizados, hay una efectiva tutela de los derechos y de
las garantías constitucionales, el amparo constitucional se convierte en una
figura importante, a consecuencia de la nueva constitución aprobada en
1999. La acción de amparo constitucional viene hacer el instrumento que nos
garantiza el derecho de solicitar el restablecimiento o reparación de la
situación jurídica lesionada, (Art. 49 C.R.B.V).
Toda persona natural o jurídica tiene el derecho a solicitar ante los
tribunales competentes la acción de amparo cuando crea que uno o más
derechos fundamentales estén siendo infringidos por algún hecho, acto u
omisión de algún ente del Poder Público Nacional, Estadal o Municipal, así
como por ciudadanos, persona jurídica, grupos u organizaciones. Para que
esta acción de amparo sea admisible se exige un número de exigencias
indispensable, estos requerimientos los estudiaremos en el presente escrito.
Los requisitos de procedencia de la acción de amparo son: la admisibilidad,
la procedencia, el hecho lesivo y los requisitos exigidos por la doctrina de la
Sala Constitucional del Tribunal supremo de Justicia.
La procedencia de la acción de amparo requiere, de modo esencial,
de la existencia de un "acto u omisión de autoridades públicas o de
particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o
amenace, con arbitrariedad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por
esta Constitución, un tratado o una ley" (art 43 de la C.R.B.V): el derecho a la
vida es inviolable.
La Acción de Amparo Constitucional como un remedio para proteger
los derechos fundamentales consagrados en la Constitución y Declaraciones
de Derechos Humanos, hablándose en la mayoría de las legislaciones de un
procedimiento breve, sumario, rápido y eficaz, que se da en la medida de la
inexistencia de otros medios ordinarios que puedan restablecer la lesión
sufrida, ya que el amparo es considerado como un medio de impugnación
extraordinario contra actos u omisiones que lesionen o amenacen con
lesionar los derechos fundamentales.
Los orígenes de la acción de amparo se remontan hasta la Carta
Magna del año 1215 mediante la cual Juan sin tierra se comprometía a no
privar a sus súbditos de su libertad ni de sus bienes, sino en virtud de una
orden del juez competente. En 1679 se dictaría el Acta de Habeas Corpus.
La acción de habeas data Se trata del derecho a la autodeterminación
informativa: derecho del individuo a decidir básicamente por sí mismo cuándo
y dentro de que límites procede revelar situaciones referentes a su propia
vida. (Tribunal Constitucional alemán).
El derecho y acción de Habeas Data ya existente en Suecia, Noruega,
Francia, Austria y Brasil constituye una novedad constitucional. Dispone la
Constitución que: "Toda persona tiene el derecho de acceder a la
información y los datos que sobre sí misma o sobre sus bienes consten en
registros oficiales o privados, con las excepciones que establezca la ley, así
como de conocer el uso que se haga de los mismos y su finalidad y de
solicitar ante el tribunal competente la actualización, la rectificación o la
destrucción de aquellos, si fuesen erróneos o afectasen ilegítimamente sus
derechos.
Igualmente, podrá acceder a documentos de cualquier naturaleza que
contengan información cuyo conocimiento sea de interés para las
comunidades o grupos de personas. Queda a salvo el secreto de las fuentes
de información periodística y de otras profesiones que determine la ley.

Evolución de la acción de amparo

La configuración político constitucional del Estado en Venezuela se ha


producido a través de un largo proceso, de más de siglo y medio, período
que separa a Venezuela de la ruptura política con España, durante el cual el
Estado venezolano ha estado regido formalmente por 25 textos
constitucionales, aunque este elevado número de textos constitucionales no
significa, sin embargo, que hayan existido, desde el punto de vista jurídico, y
estrictamente hablando, 25 Constituciones, puesto que la mayoría de estos
textos han sido enmiendas o reformas parciales de los precedentes,
provocadas, en su mayor parte, por factores circunstanciales del ejercicio del
poder, que no han tenido una especial incidencia sobre aspectos
sustanciales del hilo constitucional.
La evolución constitucional sufrida en Venezuela desde los albores
constitucionales pone de manifiesto el hecho de que los numerosos textos
constitucionales, desde la Carta de 1811, formularon solemnes y minuciosas
declaraciones de derechos y garantías para el gobernado, pero no hicieron
tanto hincapié en torno a dotar a estos derechos de instrumentos eficaces
que aseguraran su respeto por parte de las autoridades, o su
restablecimiento para el supuesto de que se hubiera producido su violación.
Curiosa resulta la observación de que, si en Venezuela no se instauró desde
un primer momento un proceso de amparo, en sentido amplio, como medio
de tutela de los derechos y garantías que sus textos constitucionales
reconocían al ciudadano, sí, por el contrario, podemos observar cómo ha
existido una profunda preocupación por el establecimiento de medios que
garantizaran el respeto y cumplimiento del derecho a la libertad y seguridad
personales.
El primer antecedente del actual amparo lo podemos observar en la
Constitución Federal de 21 de diciembre de 1811, texto que reconocía en su
artículo 165:
“La libertad de reclamar cada ciudadano su derecho ante los
depositarios de la autoridad pública con la moderación y respeto debido, no
podrá impedirse ni limitarse. Todos deberán hallar un remedio pronto y
seguro con arreglo a las leyes”.
Otro indicio del nacimiento de los mecanismos orientados a la
protección de los derechos en la historia venezolana lo podemos encontrar
en el texto constitucional del Estado de Venezuela de 24 de septiembre de
1830, en cuyo artículo 187 establecía que “serán culpables y castigados
conforme a la ley quienes expidieren, firmaren, ejecutaren o mandaren
ejecutar decretos, órdenes o resoluciones contrarias a la Constitución y leyes
que garantizaren los derechos individuales, así como los que las ejecutaren”,
aunque en ningún momento se procediera al desarrollo legislativo de ese
remedio, situación que se va a poner de manifiesto a lo largo del curso
constitucional venezolano y que ha producido una ausencia de tutela efectiva
de los derechos del ciudadano venezolano hasta tiempos recientes.
Otros dos intentos constitucionales de salvaguardia de los derechos
pueden ser estudiados: el primero lo establece el artículo 4 del Decreto de
Garantías del General Falcón de 16 de agosto de 1863, al reconocer que “los
principios, derechos y garantías reconocidas en los artículos anteriores no
podrán ser alterados...”; el segundo puede ser estudiado en el artículo 16 de
la Constitución Federal de 22 de abril de 1864, al establecer: “Las leyes del
Estado señalarán penas a los infractores de las garantías, y establecerán los
trámites para hacerlas efectiva”, hecho que, en este caso, tampoco tuvo
eficacia práctica. (Vegas, 1991, p.10).
A partir de la Constitución de 1864, el Estado dictatorial no entiende
de romper las fórmulas de la Constitución escrita para establecer en su lugar
normas empíricas y simples de los Gobiernos de facto. Por el contrario,
simula por ellas, y en todo momento, un casi reverencial respeto, pues que
de su observancia no puede resultar la menor limitación a su autoridad, todo
lo contrario, pues las modificaciones más importantes que se observan en los
textos constitucionales son las relativas al engrandecimiento de la autoridad
del gobernante, y para el caso que esto pudiera suceder, la docilidad del
Parlamento elimina tales acciones, de ahí las numerosas Constituciones
venezolanas desde 1864.
La evolución posterior de los textos constitucionales vuelve a hacer,
salvo excepciones, referencia al respeto de los derechos por parte de las
autoridades, pero sin variar en esencia el contenido de lo reproducido hasta
este momento, en los textos posteriores hasta la aprobación de la
Constitución de 16 de julio de 1936.
Con este nuevo texto se inicia un nuevo período constitucional en
Venezuela, que se corresponde con las Constituciones del período de
transición entre la autocracia y la democracia (1936-1945), cuyos textos
inspirarían luego la Constitución de la dictadura militar (1953) y en el cual
debe incluirse la Constitución del Estado Democrático y Social de 1947, de
corta vigencia, y que sería la base para la vigente Constitución de 1961.
Las disposiciones contenidas en el artículo 123, ordinal 11, de este
texto, establecieron un medio de impugnación ante la Corte Federal y de
Casación, que se dirigía en general contra todos los actos del poder público
violatorios de la Constitución, lo que abría la puerta a la jurisprudencia del
citado Tribunal para proteger a los ciudadanos contra cualquier acto
violatorio de la ley, y por tanto de sus derechos, pero esta disposición fue
aplicada aisladamente, tratándose de ciertos actos administrativos
atentatorios contra los derechos del hombre, y su eficacia fue limitada, sobre
todo por falta de una adecuada reglamentación.
Un nuevo intento se produciría en la redacción del Proyecto que
serviría de base para la Constitución de 1947, y que trató de incorporar al
texto la garantía de amparo con su denominación específica, pero
desgraciadamente esta disposición no pasó de los correspondientes debates
parlamentarios, limitándose los constituyentes, en sustitución del amparo, a
establecer el babeas corpus.
Posteriormente, la Constitución autoritaria de 15 de abril de 1953
significó un claro retroceso respecto de la evolución hasta aquí vista, puesto
que, aparte de no hacer ninguna referencia a la protección de los derechos y
garantías, eliminaba el babeas corpus, que hasta este momento había sido el
único remedio existente para la protección de los derechos, y además otorgó
al Presidente de la República facultades exorbitantes para la suspensión de
los derechos individuales.
La Constitución del 23 de Enero de 1.961 consagra el amparo
constitucional en los artículos 49 y 50, dentro de los llamados derechos o
disposiciones generales que engloban los artículos 43 al 50.
Base constitucional del amparo en la actualidad

En el título III, capítulo I, art. 27 se encuentra ubicada la acción de


amparo constitucional. En efecto establece el artículo:

Artículo 27. Toda persona tiene derecho a ser amparada por los
tribunales en el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales,
aun de aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente en
esta Constitución o en los instrumentos internacionales sobre derechos
humanos.
El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral,
público, breve, gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial
competente tendrá potestad para restablecer inmediatamente la situación
jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella. Todo tiempo será
hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro asunto.
La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta
por cualquier persona, y el detenido o detenida será puesto o puesta bajo la
custodia del tribunal de manera inmediata, sin dilación alguna.
El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno,
por la declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías
constitucionales.

Base legal de la acción de amparo

La encontramos en la ley orgánica de amparo sobre derechos y


garantías constitucionales publicadas en el año 1988, y que sirvió para
desarrollar el precepto constitucional sobre amparo que traía la antigua
constitución de 1.961 en su art. 49. En razón de que la vigente ley de amparo
es de 1.988 y la actual constitución es de 1999, muchos de sus preceptos no
se corresponden con la vigente carta magna razón por la cual la sala
constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ha hecho algunas
modificaciones de la actual ley de amparo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta


Oficial N° 5.453 extraordinario del viernes 24 de marzo de 2000.

Revista de Derecho Público, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, No. 85–


88, 2001.

Revista de Derecho Público, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, No. 55–


56, 1993, pp. 287 y 288

Revista de Derecho Público, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, No. 50,


1992, pp. 183 y 184.

BREWER–CARÍAS, ALLAN R. El derecho y la acción de amparo,


Instituciones políticas y constitucionales, Editorial Jurídica Venezolana–
Universidad Católica del Táchira, Caracas–San Cristóbal, 1998

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