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Eder Alejandro Pérez Valerio

Microbiología de los
alimentos.
La contaminación alimentaria se define como la presencia de cualquier materia anormal
en el alimento que comprometa su calidad para el consumo humano. En el presente
trabajo, la autora aborda el origen y el desarrollo de las toxiinfecciones alimentarias,
las características de las principales de ellas, su prevención y tratamiento.

Cuando hablamos de contaminación alimentaria estamos hablando de contaminación


química, física o biológica. Esta última, causada por microorganismos, que incluye las
denominadas toxiinfecciones alimentarias, es la que origina un mayor número de casos
de enfermedades. En España, la media ponderada de brotes de toxiinfecciones
alimentarias (TIA) censadas por el Boletín Epidemiológico Semanal entre 1994 y 2003
fue de 927 por año, lo que representa el 96% de los casos registrados.

Las infecciones o intoxicaciones alimentarias de origen microbiano son procesos


morbosos de carácter principalmente gastroentérico agudo, con una sintomatología
tóxica característica e importante, que aparecen de modo radical después de la
ingestión de alimentos contaminados por microorganismos o metabolitos elaborados
por ellos, y tienen un período de incubación relativamente corto. Los datos
epidemiológicos muestran como Clostridium botulinum, Clostridium perfringens,
Staphilococcus aureus, Salmonella, Bacillus cereus y Escherichia coli, entre otros, se
convierten en la causa de una gran mayoría de los cuadros que se producen.

Intoxicación por Clostridium botulinum

Las infecciones o intoxicaciones alimentarias de origen microbiano son procesos


morbosos de carácter principalmente gastroentérico agudo, con una sintomatología
tóxica característica e importante, que aparecen de modo radical después de la
ingestión de alimentos contaminados por microorganismos o metabolitos elaborados
por ellos

Se trata de un bacilo anaeróbico que abunda en el suelo, tubo digestivo de animales,


humanos y en algunos pescados. Las toxinas botulínicas son la causa de la aparición del
cuadro.

Los alimentos causantes de la transmisión son las conservas con tratamiento


incorrecto (animales o vegetales), pescados envasados al vacío, ahumados, desecados,
adobados, centro de piezas de carne muy grandes, etc.
Eder Alejandro Pérez Valerio

La existencia de gas o hinchamiento en las conservas puede ser indicativa de la


actuación de toxinas proteolíticas y, por tanto, de contaminación.

Tras un período de incubación corto (18-36 h), aparece la sintomatología que incluye
cuadro intestinal (náuseas, vómitos, diarreas), síntomas neurológicos (debilidad,
laxitud, mareos, vértigo), problemas en la visión, dificultad al respirar que puede llevar
a muerte por insuficiencia o paro cardíaco.

Intoxicación por Salmonella

Se trata de un microorganismo aeróbico que se encuentra principalmente en el


intestino humano, de animales, en la superficie de huevos, piel, patas de ratones y
moscas.

Los alimentos contaminados más comunes son los huevos, carnes de aves y mamíferos,
productos lácteos, pescados, crustáceos y moluscos.

En España, según los datos del Centro Nacional de Epidemiología, entre el año 1995-
2003, el 87% de los brotes producidos por microorganismos tuvo como agente causal
la Salmonella.

El período de incubación es de 12-36 h y tras él se produce una sintomatología


intestinal típica que incluye dolores abdominales, náuseas, cefalea, fiebre, temblores y
diarrea fétida, que pueden durar 1-7 días y luego desaparecen.

Toxiinfección por Staphylococcus aureus

La causa es la enterotoxina producida por determinadas cepas toxigénicas de S.


aureus. Este germen se encuentra en piel, nariz, garganta, heridas, etc. También en
alimentos muy manipulados, contaminados durante su producción, transporte o servicio
(cremas, pastelería, carnes, natillas, salsas, patés). Son alimentos que se consumen sin
calentar y mucho después de su preparación.

Tras un período de incubación de 1-6 h, aparecen dolores abdominales, cefalea,


náuseas y diarrea. El período de recuperación es de 24 h, aproximadamente.

Se trata de una de las toxiinfecciones de mayor incidencia, pero en muchos casos no


se tiene constancia, ya que dada su corta duración no se notifica.

La mayoría de estas contaminaciones que acaban en cuadro toxiinfeccioso se podrían


evitar adoptando una serie de medidas preventivas

Se han estudiado a los probióticos del género Lactobacillus y Bifidobacterias por su


capacidad de unir metales pesados.
Eder Alejandro Pérez Valerio

Algunas cepas de Lactobacillus rhamnosus remueven hasta el 80 y 60% de plomo y


cadmio presentes en el agua, respectivamente.

Otros microorganismos que también han resultado efectivos son el Bifidobacterium


breve y algunas especies de Propionibacterium. Una de las desventajas que puede
presentarse para escalar su uso a nivel industrial es la generación de cantidad
suficiente de biomasa bacteriana. Esta desventaja no existiría al utilizar a la levadura
Saccharomyces cerevisiae. S. cerevisiae se usa en panadería y en la elaboración de
vinos y cerveza. Su producción es un proceso controlado y dominado desde hace mucho
tiempo por el humano.

Esta levadura es el microorganismo GRAS más utilizado en la industria alimentaria, su


manejo a gran escala es fácil y económico y, para remover metales, puede utilizarse
viva o inactiva.

S. cerevisiae interacciona con cromo, cadmio, plomo, arsénico y mercurio, entre otros
metales. Puede ponerse en taques en contacto con el agua contaminada, para retirar a
los metales pesados presentes.

Posteriormente habría que centrifugar y filtrar el agua, para retirar al


microorganismo. Una alternativa prometedora es la que se estudia en el Centro de
Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), que consiste en inmovilizar a la
levadura por diferentes técnicas para evitar que pase al agua, y poder reutilizarla.

Para proteger la calidad y seguridad del producto, es importante establecer un plan de


muestreo ambiental que incluya el control de los microorganismos que aceleran la
descomposición de los alimentos. Y este plan debería estructurarse alrededor de
diversos factores:

 La correcta identificación de los microbios objeto de control

 Escoger el método de detección más adecuado para los microorganismos diana

 La selección de zonas de muestreo apropiadas

 Determinar la frecuencia de muestreo

 Establecer unos niveles límite practicables

Por ejemplo, en instalaciones con mohos productores de esporas, que se aerosolizan


rápidamente, es adecuado el uso de métodos de muestreo del aire capaces de
monitorizar la carga de esporas.
Eder Alejandro Pérez Valerio

El monitoreo ambiental de las superficies se puede lograr mediante placas de recuento


por contacto directo, un método rápido y fácil de aplicar para la detección de niveles
bajos de microbios en superficies que no están en contacto con los alimentos. 

Sin embargo, si se requiere el muestreo de áreas de superficie más grandes, se


utilizan placas de contacto indirecto, utilizando hisopos o esponjas. Este método
permite un procesamiento adicional de la muestra, por ejemplo para seleccionar
organismos resistentes al calor, como algunos mohos, puede aplicarse calor a la
muestra para reducir la microbiota de fondo. 

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