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Ministerio de Justicia, Instrucción Pública, Beneficencia y Culto. (1864).

Memoria que presenta


el Ministro de Estado en el despacho de Justicia, Instrucción Publica y Culto al Congreso
Nacional de 1864. Lima: Imprenta del Estado por E. Aranda.

4) Se ha mandado formar el Reglamento de cárceles por una comision compuesta de


personas competentes, y solo se espera que presente sus trabajos concluidos, para entrar
en los que requiere la construcción de cárceles de distrito, provincia y departamento en
toda la República, cuya falta se hace notar, hoy mas que nunca, por lo inaparentes que son
las actuales casas de seguridad, para llenar cumplidamente las disposiciones de los códigos
criminales.
La penitenciaría, a pesar del corto tiempo transcurrido, desde su inaguracion, ha hecho
progresos notables y corresponde á los altos fines para que fué instituida. Existen en ella
mas de doscientos rematados de ambos sexos, que se emplean en construir artefactos de
buena calidad, en talleres bien organizados, y que reciben diariamente lecciones de
religión, lectura y escritura. Se reciben diariamente lecciones de religión, lectura y
escritura. Se ha logrado cimentar la disciplina de los presos, arraigando en ellos los habitos
de obediencia y de trabajo, llamados á influir poderosamente en la obra de su
regeneracion moral. Funcionan á la vez cinco talleres, de carpintería, herrería, zapatería,
ojalatería y sombrerería, y sus productos, pequeños por ahora, tendrían
5) un fácil y estenso desarrollo, si se les asignara un capital para comprar por mayor en
Europa ó Norte-América los útiles y materiales que necesitan, reintegrable mas tarde con
el producto de los artefactos.
La Penitenciaría no tiene sino 206 celdas para presos, y es una necesidad imperiosa de ese
establecimiento, que se prepare el departamento de 52 celdas destinado á la correccion
de menores, para que ingresen en él los rematados, arreglando un órden especial de
servicio, por estar aislado del observatorio central de vigilancia, y aumentando cuatro
guardas, sobre el número existente en dichos empleados.
En el antiguo presidio del Callao, reformado, tanto en el orden material como en el moral,
y en el presidio del Cuzco, se hallan cumpliendo sus condenas los reos sentenciados antes
de la promulgación de los nuevos Códigos.
Las Municipalidades de la República con raras excepciones, carecen de fondos para
atender á la alimentacion de los presos. Esto ha dado lugar á que subprefecturas y
juzgados, hayan solicitado autorización para pagar de las rentas fiscales el socorro diario
de aquellos; pero el presupuesto general no designa sino pocas partidas para este gasto en
provincias determinadas; y el Gobierno se ha limitado á recomendar, que aquellas
corporaciones consideren en sus presupuestos mensuales de un modo preferente el valor
de la manutencion de los encarcelados, sin perjuicio de elevar proyectos para crearse
rentas, conforme á lo dispuesto en el articulo 44, inciso 26, de la ley de 9 de Mayo de 1861

Ministerio de Justicia, Culto, Instrucción y Beneficencia. (1890). Memoria que presenta el


Ministro de Justicia, Culto, Instrucción y Beneficencia al Congreso Ordinario de 1890.
Lima: Imprenta de Torres Aguirre.

JOSE GREGORIO GALINDO

9) Por ley de 22 de Octubre de 1889, se aumentó el haber de los Agentes Fiscales, y no


habiéndose considerado partida alguna para este nuevo gasto en los presupuestos
departamentales, vióse precisado el Ejecutivo á ordenar que la diferencia entre el sueldo
que antes disfrutaban esos funcionarios y el que últimamente se les había asignado, se
aplicase á los extraordinarios de Justicia, ó al superávit del presupuesto, si aquellos
estuviesen agotados. Sin esta disposicion, aquella ley no habría surtido sus efectos; y, por
lo mismo, el Gobierno no duda que tal procedimiento merecerá aprobación.
Agotadas las partidas de extraordinarios de Justicia é Instrucción, correspondientes al
bienio, fue de absoluta necesidad, con acuerdo del Consejo de Ministros, abrir una partida
suplementaria de cuatro mil soles (4, 000 S./) para cada uno de dichos ramos; y,
posteriormente, otra de diez mil (10, 000 S/) con el mismo objeto.
10) La causa de la mayor inversión de los extraordinarios, fue, la de tener que aplicarse á ellos
los gastos que ha demandado y demanda la traslación, de los distintos puntos de la
República á esta capital, de los reos condenados á Penitenciaría, cuyos gastos, como bien
sabéis, debe hacerse con las rentas generales; y á satisfacer otras necesidades urjentes del
servicio.
Aunque el Ejecutivo pidió á la anterior Legislatura votase la cantidad de S/. 8, 000 para
hacer frente á esos egresos, no llegó á verificarlo y he aquí justificado el procedimiento de
que os doy cuenta
11) La Penitenciaría se halla en condiciones poco satisfactorias, como lo veréis por el informe
que corre entre los anexos expedido por la Junta Inspectora.
El edificio se resiente de muy serios deterioros. Se mandó últimamente que un
Ingeniero del Estado levantase el respectivo presupuesto para las reparaciones que con
urgencia reclama y cuyo valor deberá considerarse en el proyecto de Presupuesto General
para el próximo bienio, pues en el que rige actualmente no existe partida alguna con ese
objeto.
Hay necesidad tambien de aumentar los departamentos para hombres, por no bastar
las celdas existentes, restablecer el de mujeres y construir uno especial para enagenados,
por no ser posible trasladar al Manicomio á los que se afectan de locura.
La mencionada Junta ha continuado prestando atencion esmerada á sus funciones.
Discute actualmente el proyecto de Reglamento que le encomendó el Gobierno y que
vendrá á introducir las reformas de que tanto ha menester ese establecimiento para que
llene sus importantes fines.
El aumento considerable de penitenciados hizo necesario aumentar también el
numero de empleados que cuidan del orden y disciplina de esa casa correccional; y por
resolución de 22 de Marzo del año en curso, se dispuso el restablecimiento
12) De cuatro plazas de guardas y una de vigilante, que antes de ahora habían sido suprimidas.
Para que los penitenciados puedan aprovechar de la pequeña ganancia que ofrece á
los imponentes la “Caja de Ahorros” se ha dispuesto, en 11 de Enero último, que el
Director del Panóptico haga los arreglos convenientes con el de la Sociedad de
Beneficiencia de esta capital, para depositar en dicha oficina, los ahorros que
corresponden á los reos. De esta manera podrán esos desgraciados, contar con mayor
suma al salir de su reclusión.
Al hablar de las cárceles, debo repetiros lo que mis antecesores expusieron en sus
respectivas Memorias – que ninguna llena las condiciones requeridas por la ley:
recomendándoos, con tal motivo, la pronta sanción del proyecto que presentó el Ministro
Dr. Villa García, que llena los objetos del sistema carcelario, de moralizar al preso por
medio del trabajo y de hacerlo útil, asi mismo, costeando los gastos inherentes á su
condición.
Há tiempo viénese sintiendo la necesidad de establecer una cárcel central en la Ciudad
de Puno, donde cumplan sus condenas los sentenciados á esa pena en ese Departamento
y de los de Arequipa, Cuzco, Apurímac, Moquegua y Tacna.

Documentos

Aumento de empleados en la Penitenciaría

Lima, Mayo 22 de 1890

25) Visto el oficio del Director de la Penitenciaría, en que manifiesta la necesidad de que se
aumente cuatro guardas y un vigilantes para el servicio del Establecimiento; y teniendo en
consideracion: que según los informes que existen en el Ministerio del Ramo, asciende á
312 el número de reos que hay actualmente en el Panóptico, hallándose ocupadas todas
las celdas lo que origina notable recargo en el servicio de rondas que están obligados á
hacer esos empleados; que cuando se expidió el Presupuesto vigente en que se
determinaron los guardas y vigilantes de la Penitenciaría, los reos sólo eran 262, habiendo
aumentado 50 y tenido que ocuparse los cuatro departamentos del Establecimiento,
inclusive el que en otro tiempo, estaba destinado para mujeres: estando á lo dispuesto en
26) El artículo 3° de la ley de 13 de Diciembre de 1888; Se resuleve: con el voto del Consejo de
Ministros. Auméntase el personal de empleados de la Penitenciaría en cuatro guardas y un
vigilante con cargo de dar cuenta al Congreso; debiendo percibir los primeros, 40 soles
mensuales cada uno y 45 soles el vigilante, que son los sueldos asignados en el
Presupuesto General á los demás que desempeñan esos cargos. Pásese al Ministerio de
Hacienda para que se aplique el gasto al superávit que resulte en el Presupuesto.

Gastos extraordinarios de Justicia

Lima, Agosto de 1889

27) Vistos los oficios que preceden del Ministerio de Hacienda en que se manifiesta que
durante el presente año ha habido un exceso de S. 526 76 centavos, en las partidas
votadas en el Presupuesto General de la Republica para los gastos extraordinarios de
Justicia, Culto, Instrucción y Beneficiencia; y atendiendo á que, este exceso proviene de
que se han aplicado á esas partidas, los gastos ocasionados por la traslación de reos, que
conforme á la ley de 6 de Octubre de 1888, deben hacerse con las rentas generales,
habiéndose omitido señalar la respectiva partida con tal objeto; que la ley de 13 de
Diciembre de ese año, solo prohibe en su articulo 11, disponer de cantidades
correspondientes á otro bienio, pero no de las que se señala para el año subsiguiente del
mismo bienio, y á que con fecha de ayer y á merito de aquellas consideraciones, se ha
pedido al Congreso vote la suma de 4. 000 soles, para atender á los gastos que demande la
traslación de reos y otra cantidad igual para los extraordinarios imprevistos de justicia; Se
dispone que mientras la actual Legislatura resuleve lo conveniente, la Tesorería General
aplique el valor de las órdenes de pago del Ministerio del Ramo y el de las que en adelante
se expídan, con cargo á las partidas correspondientes, al próximo año, siempre que no
exceda de la suma acordada para el bienio”.

ANEXOS: PENITENCIARÍA

Memoria presentada por el Presidente de la Junta Inspectora del Panóptico, Dr. D. Augusto
S. Albarracín al Ministerio de Justicia, Culto, Instrucción y Beneficiencia.
Lima, Junio 26 de 1890

Señor Ministro de Estado en el Despacho de Justicia, Culto, Instrucción Pública y Beneficiencia.

S. M.

La Ley penal de los tiempos antiguos y de la Edad Media, ha dicho un insigne publicista,
“no reconoce otro principio que el de las luchas de la naturaleza con sus necesidades salvajes.
La Barbarie, el Fanatismo, la Ignorancia y el Feudalismo ofrecían, por todas partes, el triste
cuadro de las más tremendas crueldades y de la arbitraridad más inconcebible. El tormento, la
mutilación, las hogueras, cuanto podía inventar de doloroso y atróz la imaginación más
exaltada en el delirio de la venganza,

6) Era lo que constituía a la Legislacion positiva de todas las Naciones, lo mismo de Francia
que de España, de Alemania que de Inglaterra, de las Repúblicas de Italia que de los
Estados constituidos bajo el régimen monárquico”.
Tal era, Señor Ministro, el estado de las sociedades, cuando á fines del pasado siglo inició
el Marquez de Beccárea los estudios filosóficos sobre el Derecho Penal y sometió á la doble
prueba del raciocinio y del sentimiento, aquel espantoso engendro de la crueldad y la
ignorancia.
La voz enérgica del noble Milanés resomó por toda la Europa y sacó, por decirlo así, al
Derecho Penal, del letargo de muchos siglos; surgieron, en medio de aquella notable agitación,
mil teorías y sistemas que impulsaron su estudio y el Derecho Penal se elevó, desde aquel
momento, al rango de una interesante rama de la Ciencia Jurídica y constituyó uno de los mas
importantes aspectos de la Filosofia Social.
El régimen de las prisiones no podia ser desatendido en este movimiento triunfal de las
ideas, y hombres pensadores, conturbados ante el espectáculo de las horribles cárceles
antiguas, en cuyas mazmorras se consumían los cuerpos y se desesperaban las almas,
calcularon y propusieron la reforma.
Nació, entonces, la Penitenciaría, cuyo objeto es castigar el delito, reformando al
delincuente sin gravamen de la sociedad, y cuyo origen se encuentra desde antes de 1775 en
la Casa de Fuerza de Gante, fundada por los Estados de Flandes y en la Casa de Reforma de
Glócester (Inglaterra). En la primera se estableció el encierro celular nocturno con buenos
reglamentos de disciplina y de trabajo interior y un conjunto sistemático de construcciones; y
en la segunda, la prisión solitaria absoluta.
Treinta años más tarde vinieron al mundo de la Ciencia los sistemas conocidos con los
nombres de Auburn (11820) y de Pensilvania (1829), que son bien conocidos y consisten, el
primero, en tener reunidos á los presos durante las horas de trabajo y comida con prohibición
de hablar, y de noche en celdas solitarias; y el segundo, en encerrar al preso con los útiles
necesarios á su arte ú oficio sin permitirle relación externa de ninguna clase.
Europa seguía atentamente el progreso de la institución de las Penitenciarías de Estados
Unidos y envió á ellos comisiones oficiales encargadas de estudiar la reforma y de recoger los
documentos convenientes.
Asi la Francia comisionó, en 1831, á los Sres. G. de Beaumont y A. de Toqueville, y en 1836
á los Sres Demetz y A. Blonet.
Inglaterra siguió el ejemplo de Francia enviando en 1833 á M. W. Cranfort, y Prusia el de
Inglaterra, honrando con el mismo encargo al Dr. Julins, en 1836.
Cada uno de estos viajes dio lugar á obras é informes especiales, que fueron leidos con
avidez y aplauso.
Mencióneramos entre ellas por ser las más importantes, las siguientes: G. de Beaumont y
A. de Toqueville: Du systéme penitentiaire aux Estats Unis, et de son applicatión en France –
parís, 1833; Reporto f W. Cranfort, esq. on the penitentiaries of the United States – Londres,
1834; Du systeme penitentiare americain, por el D. Julins – parís, 1837; y
7) Raports sur les penitencíers des Estats – Unis, por Mr. Demetz y por M. G. Abel B’ouet,
Arquitecto Francés.
En 1846 se reunió un Congreso Penitenciario en Francfort, y en 1847 otro en Bruselas, que
formularon las reglas hoy casi generalmente aceptadas en las principales Naciones del Antiguo
Continente.
En Perú, en su noble anhelo de introducir en el régimen penal de la República los
progresos alcanzados por la Ciencia, encargó en 1853, al ilustrado Dr. D. Mariano Felipe Paz
Soldán, que visitara las Penitenciarías de los Estados Unidos del Norte de América, é
informase, en seguida, sobre la conveniencia de su implantación en el país.
El señor Paz Soldán cumplió satisfactoriamente su encargo y presentó al Supremo
Gobierno un luminoso informe que corre impreso con el titulo de “Examen de las
Penitenciarías de los Estados Unidos. Informe que presenta al Supremo Gobierno del Perú, su
comisionado Mariano Felipe Paz-Soldán, Juez de 1° Instancia de la Provincia Litoral del Callao y
Auditor de Marina – Nueva York, 1853”.
Después de describir minuciosamente las penitenciarías de Washington, Maryland,
Blackwell, Sing-Sing, Albany, Auburn y Massachussets, se ocupa en elocuentes frases del
estado que tenían antes las cárceles y presidios del Perú, y concluye exponiendo el sistema
aplicable que, en su concepto, es el de Auburn. El libro finaliza con un proyecto de Reglamento
que recibió modificaciones sustanciales en 1863, y posteriormente en 1870, época en que el
señor Paz-Soldán tenia á su cargo el Ministerio de Justicia.
La mala dirección del Panóptico puso al Gobierno en la necesidad de nombrar una Junta
Inspectora, bajo la Administración del señor Coronel Balta, y el egregio estadista señor Pardo,
en 1873, ocurrió á este mismo remedio para evitar la relajación de la disciplina y el olvido de
las prescripciones reglamentarias.
Otras Juntas funcionaron después; pero sea por que no tenían autoridad suficiente para
reprimir los abusos, ó por que carecieron de estabilidad, o por otras causas, el hecho es que
cuando nos hicimos cargo de la Inspección del Panóptico á mediados del año 1889 próximo
pasado, el Establecimiento se hallaba en plena decadencia; la disciplina se había relajado hasta
el extremo de hallarse los presos en diario contacto con personas de fuera; los contratistas de
los talleres, encargados de proveer á los presos, de alimentos y de vestido, los tenían, como
sucede hoy mismo, descalzos, cubiertos de harapos y sometidos á un sistema de alimentacion
insuficiente.
Sensible es decirlo, señor Ministro: la Penitenciaría de Lima no ha producido, en los 28
años que tiene de existencia, todos los saludables resultados que prometía su fundación.
Tres son, á nuestro juicio, las causas primarias del estado de desconcierto en que se la
primera cárcel de la República; á saber: la falta de observancia del Reglamento; la
incompetencia ó poco celo de los Directores y el aciago sistema de contratas que relaja la
disciplina y desvirtúa los efectos de la reforma penitenciaria.
La falta de observancia del Reglamento, que tiene por objeto conservar el orden y asegurar
los buenos resultados del sistema penal establecido, es, por sí sola, bastante para explicar la
decadencia de aquel Establecimiento.
8) Valdría más cerrar las puertas de esa casa de corrección y de reforma; preferible sería
quizá volver al antiguo y odioso régimen carcelario que tolerar el desorden en un
Establecimiento que fue el único de su genero en la América del Sur, y es hoy la única
cárcel que merece llevar este nombre en el vasto territorio del Perú.
Ya sería sensible que permaneciéramos estacionarios cuando el mundo civilizado y
cristiano se ocupa, con afán, de mejorar en lo posible el régimen de las penitenciarías.
Cuanto más debemos afligirnos en presencia de un estado de cosas que angustia el ánimo;
porque demuestra el desprecio con que se ven las cosas de mayor bulto y el progreso de
nuestras más bellas instituciones.
La Dirección de la Penitenciaría debe confiarse á una persona que reuna las variadas
cualidades y condiciones que se requieren para dirijir con firmeza y con acierto una verdadera
Penitenciaría. Conceptuamos, con un distinguido publicista francés, que esa persona debe
haber ocupado un puesto honroso en la sociedad, debe tener un conocimiento perfecto del
mundo y de los hombres, debe reunir las condiciones de energía, honradez, ilustración y
dignidad en las maneras, en las costumbres y en el carácter. Cualquiera puede obligar á los
presos á la obediencia y sujetarlos á una disciplina de fierro; pero son pocos los hombres que
saben llegar al mismo resultado inspirando sentimientos de confianza y de respeto.
Y llegando á la tercera causa del estado decadente de la Penitenciaría, debemos decir que
al obligar á los presos á que trabajen, n se ha tenido el pensamiento de hacer de estos infelices
objeto de lucro para el Estado, ni menos entregarlos como rico filón de oro á especuladores
ávidos de ganancia.
En la Penitenciaría de Lima, en la que se ha introducido el sistema funesto de las contratas
para el manejo de los talleres y la provisión del vestuario y alimento de los presos, se ha
desvirtuado el objeto de la reforma penitenciaria, haciendo ilusorio el aislamiento que es de
esencia en el sistema y engendrando abusos de difícil corrección.
En ocasiones se han introducido bebidas alcohólicas, en otras se les ha dado dinero á los
trabajadores, y por último, en ningún tiempo se ha logrado que los contratistas cumplan sus
obligaciones en armonía con las disposiciones reglamentarias.

II

Instalación de la Junta

El 23 de Julio de 1889, proximo pasado, nos reunimos en el salón principal de la


Penitenciaría bajo la Presidencia del señor Dr. D. Augusto Severo Albarracín, quien declaró
instaladas las sesiones de la Junta Inspectora de la Penitenciaría, prévia lectura del Supremo
decreto de 15 del mismo mes citado, que detalla sus atribuciones.

En esta primera sesión quedó acordado distribuir las labores de la Junta en cuatro
inspecciones, á saber: de secretaría, contabilidad y edificio; de reglamento; de orden y
disciplina; y de talleres y alimentación de los presos y vigilancia de los contratistas.

9) Quedó igualmente acordado, la celebración de sesiones cada ocho días, la vigencia del
régimen disciplinario actual hasta que informada la Junta de las reformas indispensables
acuerde lo conveniente y la apertura inmediata de los libros de actas, de informes y de
correspondencia.
El primer acuerdo ha sido alterado después en el sentido de que las sesiones se celebren
cada quince días.

III

Contabilidad
A indicación del señor doctor Capelo, la Junta acordó, en sesión de 28 de Julio antes citado,
que el Secretario interino don Honorio Zavalaga, formulase un inventario de los libros de
Secretaría y Contabilidad, emitiendo, á la vez un informe detallado sobre ellos.

De este documento, presentado á la Junta el 25 de Agosto siguiente, resulta que desde la


fundación de la Penitenciaría no ha habido contabilidad bien llevada, excepción hecha de la
que empezó en Diciembre de 1867 y terminó en el mismo mes de 1869 y de la que se llevó en
juego de libros separados durante la época comprendida entre Junio 2 de 1882 y Octubre 31
de 1883.

El estado de desórden de la contabilidad de la Penitenciaría se hizo notar también durante


la Administracion del Excmo. Señor Don Manuel Pardo, según se comprueba en la parte
considerativa del Supremo decreto de Julio de 1873; hecho que la Junta rememora para que se
vea que el desórden revelado no es reciente y que son fundadas las apreciaciones del informe
á que antes se ha referido.

La Junta aceptando las conclusiones de su Inspector de contabilidad, elevó á conocimiento


del Supremo Gobierno el trabajo presentado por el Secretario interino del Panóptico y dispuso
que se procediera á establecer la contabilidad en forma abríendose un nuevo juego de libros,
con estricta sujeción al Reglamento vigente y en armonía con los principios comerciales y las
leyes que rijen en esta materia.

El nuevo plan de contabilidad fue presentado á la Junta el 27 de Octubre último, y con la


aprobación de esta y la del Supremo Gobierno, expresada en el decreto Supremo de 13 de
Diciembre siguiente, está en práctica desde el primer dia del año en curso.

IV

Trabajo de los Presos

Desde los primeros dias de su instalación la Junta pudo convencerse de que el contratista
no cumplía sus obligaciones para con los presos.

10) Por la cláusula primera del contrato de arrendamiento de los talleres de la Penitenciaría
celebrado en esta Capital entre el Supremo Gobierno y don Juan A. Urmeneta, de quienes
es cesionario don Pedro Pérez, con fecha 22 de Diciembre de 1888, por ante el Escribano
Público y de Hacienda don Cláudio José Suarez, el rematista se compromete á dar trabajo
diario, en las horas de Reglamento, á 150 presos pagando un jornal de 45 centavos plata
por cada preso, oficial. Se obliga así mismo á dar trabajo á los demás presos que tengan
aptitud para ello, con el jornal de oficial ó de aprendiz, según las calificaciones que con su
intervención haga el Visitador ó el Director de la Penitenciaría.

En la cláusula segunda se indica que de los 150 presos se considerarán 50 como


aprendices, durante 6 meses, pasados los cuales pasarán á la clase de oficiales.

Ahora bien; al encargarse la Junta de sus labores no se había aún cumplido lo dispuesto en
la cláusula segunda, y el contratista aprovechaba del trabajo de muchos presos, sin retribución
alguna.

En una visita oficial practicada por el Jefe de la Seccion de Justicia D. Placido Garrido
Mendivil, en virtud de órdenes especiales del Señor Ministro del Ramo, se comprobó que en
los Talleres trabajaban 197 presos.
Para reprimir estos abusos la Junta acordó en sesión de 18 de Agosto del año próximo
pasado, que el Director del Establecimiento expidiera las órdenes convenientes para que los
vigilantes de turno considerasen en sus partes 150 presos en la categoría de oficiales de Taller,
y á los demás que se les apuntaba en las mismas partes como que estaban sin ocupación; sin
embargo de trabajar en los Talleres, en la calidad de aprendices mientras se calificaban sus
aptitudes; y que en consecuencia, en las planillas que deben pasarse al Supremo Gobierno
para el pago de los saldos semanales al rematista, se haga figurar el nuevo ingreso procedente
de esta disposición.

El decreto Supremo de 11 de Octubre del año citado reconoció la justicia de este


procedimiento y previno a Director de la Penitenciaría que se diese razón exacta de los presos
que independientemente de los 150 indicados en el contrato, prestarán sus servicios al
rematista.

V.

Alimentación de los Presos

Según la cláusula tercera del contrato sobre alimentacion de los penitenciados, el


rematista debe suministrar esta en forma de raciones, de manera que contenga cada una lo
siguiente: 16 onzas de carne, 10 de arroz, 5 id de menestras, 8 id de raíces, 10 id de pan, 2 id
de fideos, 2 id de manteca, 1 id de especies y verduras, ¼ de id de aceite y vinagre, y 16 libras
de carbón de piedra para la cocina.

En razón de que estas raciones no se daban completas, el Jefe de la Sección de Justicia hizo
un cargo contra el rematista por la cantidad de

11) 2, 502 soles durante el semestre corrido del 23 de Diciembre á 23 de Julio de 1889.

VI.

Vestido de los Presos y Manejo de las Celdas

También está estipulado en el contrato, que el rematista debe proporcionar á los


penitenciados dos vestidos al año, uno de invierno y otro de verano, compuestos de las
siguientes piezas; pantalón, chaqueta, gorra, dos camisas, dos calzoncillos y un par de zapatos.

Como tampoco se hubiera cumplido esta cláusula, el señor Inspector Velarde, en un


luminoso informe que la Junta trasmitió al Supremo Gobierno, dijo lo siguiente:

“Todos los miembros de la Junta han visto el deplorable estado en que se encuentra el
vestido de los penitenciados. Algunos conservan su antiguo uniforme; pero hechos girones;
otros tienen todavía el vestido con que ingresaron al Panóptico también en estado de
deterioro; algunos usan poncho y otros cubren su desnudéz con capotes y pantalones de
soldados.

Con excepción de algunos presos á quienes se les ha distribuido camisa en estos últimos
dias, los demás carecen de ellas. A ninguno se le ha dado calzoncillos; tampoco se les ha
proveído de zapatos en el semestre pasado”.

Por decreto Supremo de 11 de Octubre del año último se mandó descontar del saldo de
cuentas favorable al contratista el valor del vestuario del primer semestre del año indicado y
que se previniera al Director de la Penitenciaría la inmediata entrega de las piezas de ropa,
cama, mesa, cocina y demás que faltan.
A pesar de todo esto subsiste hoy, la misma necesidad que denunciara en términos tan
severos como justos el muy distinguido y lamentado compañero nuestro, Dr. D. Francisco E.
Velarde.

Convencidos estamos Señor Ministro, de que el mal servicio en este orden no cesará en
tanto que subsista el funesto sistema de contratas que desmoraliza á los presos, relaja la
disciplina del Establecimiento y dá ocasión á abusos graves con sacrificio de los mas elevados
intereses.

La Junta Inspectora, en su sesión de 15 de Diciembre próximo pasado, aprobó, por


unanimidad de votos, un informe del Sr. D. Chavez sobre esta importante materia y acordó, en
consecuencia, que se solicitase de ese Ministerio la autorización conveniente para sustituir el
método

12) Que se sigue con respecto al trabajo de los presos, por otro que se halle mas en armonía
con la índole del castigo social á que están sujetos; y en el Proyecto de Reglamento
formulado por los doctores Chavez y Carvallo, en actual discusión, se ha insertado las
disposiciones conducentes al restablecimiento del antiguo sistema.

VII.

Instrucción de los presos

El rematista se obligó á rentar un profesor de instrucción primaria para los presos; pero no
ha cumplido este deber.

La Junta Inspectora creé que terminado el contrato que tan hondamente afecta la marcha
del Establecimiento, se debe rentar á un profesor idóneo que difunda entre los presos los
conocimientos de la Instrucción Primaria, de los que la mayor parte de ellos carece.

VIII.

Caja de Ahorros

Según la ley del Presupuesto General para el bienio de 1889 y 1890, debía existir una caja
de ahorros en la Penitenciaría, para depositar en ella las economías de los presos. La Junta, en
su sesión de 18 de Agosto tuvo á la vista la resolución Ministerial que suprimió dicha caja,
fundándose en que no se votaba en el Presupuesto general de 1887 y 1888 cantidad alguna
para establecerla; y en atencion á que en la actualidad no existe este motivo legal; por que en
la aprtida número 214 del Presupuesto se designa la cantidad con que debe contribuir cada
presos, se acordó que el señor Presidente se dirigiera á ese Ministerio comunicándole esta
circunstancia y pidiendo el restablecimiento de la mencionada Caja, ingresando sus fondos á la
de Ahorros establecida y sostenida por la Sociedad de Beneficiencia de esta Capital.

Para proponer esto último la Junta tuvo en consideracion: 1° que los fondos que
depositasen en la Caja de Ahorros de la Beneficiencia ganarían el respectivo interés,
aumentando de este modo las economías de los presos; y 2° que la tramitación que se diera á
la liquidación de las cuentas de los penitenciados sería más rápida y por consiguiente más
favorable á ellos cuando hubieran concluido su condena.

Aceptando la indicación de la Junta Inspectora el Supremo Gobierno ordenó el


restablecimiento de la caja en la forma que tuvimos el honor de ponerlo.

IX.
Departamento especial para los presos atacados de Enajenación Mental

13) A consecuencia de haber manifestado el número 71 sintomas inequívocos de enajenacion


mental, bajo la terrible forma de una monomanía homicida, la Junta acordó solicitar del
Supremo Gobierno la construcción de un departamento especialmente destinado á los
presos atacados de locura.

El Supremo Gobierno comisionó al arquitecto San Martin á fines de 1889 para que,
poniéndose de acuerdo con el señor Presidente, levantara el plano y presupuestase la obra
para proyectarla.

A pesar del largo tiempo transcurrido, el Sr. San Martín no se ha ocupado de esta
importante comisión, y entre tanto el número 71 languidece y se desmejora visiblemente en el
aislamiento absoluto y en la estrecha clausura á que se le tiene sometido, por el natural temor
de que repita, en la Penitenciaría, las horrorosas escenas de que fue actor trájico y principal.

X.

Fábrica de la Penitenciaría

El mal estado de esta fábrica obligó á la Junta á pedir un reconocimiento técnico de ella; á
lo que se ha accedido por US. Es de desear que el Inspector encargado de esta comisión se
penetre de la importancia de ella y de su urgencia. En otras ocasiones, los Ingenieros del
Estado que por solicitud de la Junta han recibido el encargo de hacer algún reconocimiento en
la Penitenciaría, han procedido con censurable lentitud y desentendencia del servicio del
Estado.

XI.

Retrato de los Presos

El artículo 190 del Reglamento de la Penitenciaría previene que, recibido el preso, tal como
llega se le conducirá á la galería de fotografía para retratarlo; y el 191 ordena que se saquen de
cada preso dos retratos, uno de frente y otro de perfil el dia de su ingreso, y despues, cada dos
años para remitirlos á la policía en caso de fuga.

14) Habiendo caído en desuso estas prescripciones, y teniendo la Junta en consideración que
era conveniente restablecer el servicio fotográfico, ampliando el pensamiento previsor que
contienen los artículos citados acordó en sesión de 29 de Setiembre del año último, que se
procediese en el acto á retratar á los presos, en las dos posiciones indicadas; y que se
sacasen las cópias en el número de doce para distribuirlas en esta forma: cuatro para el
Archivo, cuatro para las autoridades de Policías, dos para la Prefectura del Departamento,
y dos para la Sub-prefectura de la Provincia de procedencia del reo.

Así se hizo, y para lo sucesivo se han considerado en el nuevo proyecto de reglamento las
disposiciones convenientes respecto al servicio fotográfico permanente

XII.

Reglamento del Panóptico

En la primera de sus sesiones la Junta acordó que no se innovase en lo relativo al orden y


disciplina del Establecimiento; y en la segunda que se pusiese en inmediata vigencia el
Reglamento expedido en 1863, que data de la fundación del Panóptico, y que se cumpliera
estrictamente en cuando fuese adaptable á las actuales condiciones de la prisión.

Posteriormente, la Junta comisionó á los doctores Chávez y Carvallo con el objeto de que
formaran el proyecto del nuevo Reglamento, cuya presentación hicieron dichos señores en las
sesiones correspondientes al 1° de Junio pasado.

En el mencionado Reglamento se han introducido todas las reformas que exije el estado
actual de la ciencia pena y las condiciones especiales del país.

XIII.

Teléfono

Con fecha 13 de setiembre última la Junta ofició al Señor Prefecto del Departamento,
indicándole la conveniencia de que se estableciera el aparato telefónico en la Penitenciaría,
haciéndose el gasto con aplicación a los sobrantes de las rentas de policía. El señor Prefecto
accedió al pedido y en consecuencia quedó instalado el servicio telefónico que pone al
Establecimiento en comunicación con la Junta Inspectora y las autoridades de Policía; á la vez
que con los centros de fuerza pública cuyo auxilio es necesario en los casos de fuga ó rebelión.

15) XIV

Talleres

Hay establecidos en la Penitenciaría los siguientes talleres: zapatería, cerrajería,


talabartería, carpintería, sastrería, aparadores, trensaduría, panadería y platería.

Los talleres producen, al mes, poco mas ó menos, 1620 soles.

Con administración directa, implantación de nuevos talleres y mejorando la organización


de los existentes, es probable que la Penitenciaría se sostendría por si misma.

Últimamente han ingresado al Panóptico varios reos que son tejedores y con los cuales se
podría crear un nuevo taller, pidiendo la paja á Guayaquil.

El sostenimiento del Panóptico importa mensualmente, 4,000 soles, más ó menos, en esta
forma.

Raciones, gratificaciones y subsidio al Contratista 2,220


Empleados 1,740
Total 3,960

Solo con proporcionar el calzado y vestuario para el Ejército, las Gendarmerías y las
Guardias Civiles de la República, se tendría lo suficiente para atender al servicio de nuestra
Penitenciaría, evitándose el doloroso espectáculo que ofrecen hoy los presos bajo el funesto
sistema de contratas.

XV.

Hospital

La sala denominada enfermería, no reúne las condiciones elementales de los


establecimientos de su clase. Privada de luz y de ventilación suficiente, en el piso bajo del
Panóptico, que es excesivamente húmedo, urgen su traslación á los altos. Como medida
preliminar, la Junta, en su sesión de 29 de Junio antes citado, ha pedido al Supremo Gobierno
que comisione á un Ingeniero del Estado para que haga el presupuesto de la traslación, y
además, el de costo del menaje de que también carece la expresada sala.

16) XVI.

Moralidad de los Presos

Puede decirse que la desmoralización de los presos es general y profunda; y proviene, casi
exclusivamente, del contacto con personas de fuera del Establecimiento, cuya admisión y
tolerancia se han hecho forzosas por el respeto debido á los contratos de arrendamiento de los
talleres. Esos presos poseen dinero y animales domésticos; es casi imposible evitar la
introducción clandestina de bebidas alcohólicas; no hay un sistema prudentemente combinado
de castigos y recompensas y el servicio religioso es casi nulo.

Vanos son los esfuerzos de los empleados superiores de nuestra Penitenciaría para
detener los efectos de la creciente corrupción de los presos; porque todos ellos se embotan
contra la muralla de bronce que el interés y el egoísmo del contratista ha levantado entre los
presos y la posibilidad de su reforma.

XVII.

Escala de Sueldos

Los que hoy disfrutan los empleados son mezquinos. Basta con decir que al Director se le
ha asignado sólo 100 soles de renta al mes. Para que se comprenda la Justicia de nuestra
afirmación.

La Junta ha presentado un nuevo plan de sueldos inspirándose en el principio de que toda


buena administración consiste en tener el número suficiente de empleados, con rentas que
importen la legítima retribución de su trabajo y les permita vivir con dignidad é independencia.

XVIII.

Ejército de tiro al Blanco

Es esta una necesidad que debe satisfacerse prontamente. Los empleados de una
Penitenciaría deben manejar bien las armas de fuego; y por eso, en todos los establecimientos
de este género, ó en casi todos ellos, existe hoy una galería de tiro al blanco. Los de la prisión
de Lima se ejercitan en un lugar inadecuado. Con un gasto que no exederá de 300 soles, podrá
arreglarse este lugar de una manera conveniente y sin que sufran, como hoy, perjuicio, las
paredes del Establecimiento.

17) XIX.

Construcción de Nuevas Celdas

Consideramos de urgencia la construcción de un nuevo departamento en el que pueda


hacerse la aplicación del sistema del aislamiento absoluto en aquellos presos en que no haya
producido buen resultado la aplicación del sistema que está en uso; y que se aumente en
cincuenta celdas, por lo ménos, el número de existentes en los actuales departamentos.
Sabido es que por falta de celdas, hay muchos penitenciados en la Cárcel de Nuestra Señora de
Guadalupe, y las celdas destinadas á las mujeres están en su totalidad, ocupadas por varones;
lo que importa una infraccion manifiesta y continua del articulo 71 del Codigo Penal, que dice:
“La pena de penitenciaría se cumplirá en el establecimiento de este nombre, y con sujeción á
su Reglamento especial”.

En apoyo de la creación del nuevo departamento destinado al ensayo de la reclusión ó


aislamiento absoluto, podemos decir, que el sistema vigente de cuya bondad ó excelencia
teórica no se puede dudar, no ha surtido en la práctica todos los resultados que de él se
esperaba al tiempo de su implantación; que hay presos en quienes el sistema de comunicación
parcial no influye favorablemente á su corrección y que no es aventurado esperar que la
aplicación del sistema penitenciario en el Perú bajo el imperio de un sistema mixto, que deje á
la discreción del Director el ensayo del aislamiento absoluto con aquellos presos sobre quienes
no produzca eficaces resultados, la aplicación del sistema vigente producirá buenos efectos.

XX.

Creación de una Penitenciaría en la Sierra

Es de absoluta necesidad la creación de una Penitenciaría en la Sierra, que podría


establecerse en el Cuzco. No solo es esto necesario porque la Penitenciaría de Lima es, como
ya se ha dicho, insuficiente sino por razones de otro orden, que se relacionan con la vida y la
salud de los presos. La permanencia de los que proceden de la Sierra, en la Penitenciaría de
Lima, les abrevia la vida; porque están habituados á vivir en otros climas y á un sistema de
alimentación muy diferente.

18) XXI.

Fallecimiento del Sr. Dr. D. Francisco E. Velarde

XXII.

Amanuense para la Junta

XXIII

Comisión de Visita de Penitenciaría

Desde 1853, época en que el Gobierno del Gran Mariscal D. Ramón Castilla encomendó al
Dr. D. Felipe Paz Soldán que visitase las penitenciarías de los Estados Unidos de la América del
Norte, ha trascurrido cerca de medio siglo; en cuyo periodo deben haberse efectuado
reformas importantísimas en esos Establecimientos.

Oportuno juzgamos, pues, que se comisione á nuestro Ministro Plenipotenciario en


Washington, ó a un letrado de mérito, para que haga una nueva visita á esas penitenciarías y
presente al Supremo Gobierno un informe en el cual pueda inspirarse éste para levantar á la
de Lima al nivel de las mejores de su clase.

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