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25) Visto el oficio del Director de la Penitenciaría, en que manifiesta la necesidad de que se
aumente cuatro guardas y un vigilantes para el servicio del Establecimiento; y teniendo en
consideracion: que según los informes que existen en el Ministerio del Ramo, asciende á
312 el número de reos que hay actualmente en el Panóptico, hallándose ocupadas todas
las celdas lo que origina notable recargo en el servicio de rondas que están obligados á
hacer esos empleados; que cuando se expidió el Presupuesto vigente en que se
determinaron los guardas y vigilantes de la Penitenciaría, los reos sólo eran 262, habiendo
aumentado 50 y tenido que ocuparse los cuatro departamentos del Establecimiento,
inclusive el que en otro tiempo, estaba destinado para mujeres: estando á lo dispuesto en
26) El artículo 3° de la ley de 13 de Diciembre de 1888; Se resuleve: con el voto del Consejo de
Ministros. Auméntase el personal de empleados de la Penitenciaría en cuatro guardas y un
vigilante con cargo de dar cuenta al Congreso; debiendo percibir los primeros, 40 soles
mensuales cada uno y 45 soles el vigilante, que son los sueldos asignados en el
Presupuesto General á los demás que desempeñan esos cargos. Pásese al Ministerio de
Hacienda para que se aplique el gasto al superávit que resulte en el Presupuesto.
27) Vistos los oficios que preceden del Ministerio de Hacienda en que se manifiesta que
durante el presente año ha habido un exceso de S. 526 76 centavos, en las partidas
votadas en el Presupuesto General de la Republica para los gastos extraordinarios de
Justicia, Culto, Instrucción y Beneficiencia; y atendiendo á que, este exceso proviene de
que se han aplicado á esas partidas, los gastos ocasionados por la traslación de reos, que
conforme á la ley de 6 de Octubre de 1888, deben hacerse con las rentas generales,
habiéndose omitido señalar la respectiva partida con tal objeto; que la ley de 13 de
Diciembre de ese año, solo prohibe en su articulo 11, disponer de cantidades
correspondientes á otro bienio, pero no de las que se señala para el año subsiguiente del
mismo bienio, y á que con fecha de ayer y á merito de aquellas consideraciones, se ha
pedido al Congreso vote la suma de 4. 000 soles, para atender á los gastos que demande la
traslación de reos y otra cantidad igual para los extraordinarios imprevistos de justicia; Se
dispone que mientras la actual Legislatura resuleve lo conveniente, la Tesorería General
aplique el valor de las órdenes de pago del Ministerio del Ramo y el de las que en adelante
se expídan, con cargo á las partidas correspondientes, al próximo año, siempre que no
exceda de la suma acordada para el bienio”.
ANEXOS: PENITENCIARÍA
Memoria presentada por el Presidente de la Junta Inspectora del Panóptico, Dr. D. Augusto
S. Albarracín al Ministerio de Justicia, Culto, Instrucción y Beneficiencia.
Lima, Junio 26 de 1890
S. M.
La Ley penal de los tiempos antiguos y de la Edad Media, ha dicho un insigne publicista,
“no reconoce otro principio que el de las luchas de la naturaleza con sus necesidades salvajes.
La Barbarie, el Fanatismo, la Ignorancia y el Feudalismo ofrecían, por todas partes, el triste
cuadro de las más tremendas crueldades y de la arbitraridad más inconcebible. El tormento, la
mutilación, las hogueras, cuanto podía inventar de doloroso y atróz la imaginación más
exaltada en el delirio de la venganza,
6) Era lo que constituía a la Legislacion positiva de todas las Naciones, lo mismo de Francia
que de España, de Alemania que de Inglaterra, de las Repúblicas de Italia que de los
Estados constituidos bajo el régimen monárquico”.
Tal era, Señor Ministro, el estado de las sociedades, cuando á fines del pasado siglo inició
el Marquez de Beccárea los estudios filosóficos sobre el Derecho Penal y sometió á la doble
prueba del raciocinio y del sentimiento, aquel espantoso engendro de la crueldad y la
ignorancia.
La voz enérgica del noble Milanés resomó por toda la Europa y sacó, por decirlo así, al
Derecho Penal, del letargo de muchos siglos; surgieron, en medio de aquella notable agitación,
mil teorías y sistemas que impulsaron su estudio y el Derecho Penal se elevó, desde aquel
momento, al rango de una interesante rama de la Ciencia Jurídica y constituyó uno de los mas
importantes aspectos de la Filosofia Social.
El régimen de las prisiones no podia ser desatendido en este movimiento triunfal de las
ideas, y hombres pensadores, conturbados ante el espectáculo de las horribles cárceles
antiguas, en cuyas mazmorras se consumían los cuerpos y se desesperaban las almas,
calcularon y propusieron la reforma.
Nació, entonces, la Penitenciaría, cuyo objeto es castigar el delito, reformando al
delincuente sin gravamen de la sociedad, y cuyo origen se encuentra desde antes de 1775 en
la Casa de Fuerza de Gante, fundada por los Estados de Flandes y en la Casa de Reforma de
Glócester (Inglaterra). En la primera se estableció el encierro celular nocturno con buenos
reglamentos de disciplina y de trabajo interior y un conjunto sistemático de construcciones; y
en la segunda, la prisión solitaria absoluta.
Treinta años más tarde vinieron al mundo de la Ciencia los sistemas conocidos con los
nombres de Auburn (11820) y de Pensilvania (1829), que son bien conocidos y consisten, el
primero, en tener reunidos á los presos durante las horas de trabajo y comida con prohibición
de hablar, y de noche en celdas solitarias; y el segundo, en encerrar al preso con los útiles
necesarios á su arte ú oficio sin permitirle relación externa de ninguna clase.
Europa seguía atentamente el progreso de la institución de las Penitenciarías de Estados
Unidos y envió á ellos comisiones oficiales encargadas de estudiar la reforma y de recoger los
documentos convenientes.
Asi la Francia comisionó, en 1831, á los Sres. G. de Beaumont y A. de Toqueville, y en 1836
á los Sres Demetz y A. Blonet.
Inglaterra siguió el ejemplo de Francia enviando en 1833 á M. W. Cranfort, y Prusia el de
Inglaterra, honrando con el mismo encargo al Dr. Julins, en 1836.
Cada uno de estos viajes dio lugar á obras é informes especiales, que fueron leidos con
avidez y aplauso.
Mencióneramos entre ellas por ser las más importantes, las siguientes: G. de Beaumont y
A. de Toqueville: Du systéme penitentiaire aux Estats Unis, et de son applicatión en France –
parís, 1833; Reporto f W. Cranfort, esq. on the penitentiaries of the United States – Londres,
1834; Du systeme penitentiare americain, por el D. Julins – parís, 1837; y
7) Raports sur les penitencíers des Estats – Unis, por Mr. Demetz y por M. G. Abel B’ouet,
Arquitecto Francés.
En 1846 se reunió un Congreso Penitenciario en Francfort, y en 1847 otro en Bruselas, que
formularon las reglas hoy casi generalmente aceptadas en las principales Naciones del Antiguo
Continente.
En Perú, en su noble anhelo de introducir en el régimen penal de la República los
progresos alcanzados por la Ciencia, encargó en 1853, al ilustrado Dr. D. Mariano Felipe Paz
Soldán, que visitara las Penitenciarías de los Estados Unidos del Norte de América, é
informase, en seguida, sobre la conveniencia de su implantación en el país.
El señor Paz Soldán cumplió satisfactoriamente su encargo y presentó al Supremo
Gobierno un luminoso informe que corre impreso con el titulo de “Examen de las
Penitenciarías de los Estados Unidos. Informe que presenta al Supremo Gobierno del Perú, su
comisionado Mariano Felipe Paz-Soldán, Juez de 1° Instancia de la Provincia Litoral del Callao y
Auditor de Marina – Nueva York, 1853”.
Después de describir minuciosamente las penitenciarías de Washington, Maryland,
Blackwell, Sing-Sing, Albany, Auburn y Massachussets, se ocupa en elocuentes frases del
estado que tenían antes las cárceles y presidios del Perú, y concluye exponiendo el sistema
aplicable que, en su concepto, es el de Auburn. El libro finaliza con un proyecto de Reglamento
que recibió modificaciones sustanciales en 1863, y posteriormente en 1870, época en que el
señor Paz-Soldán tenia á su cargo el Ministerio de Justicia.
La mala dirección del Panóptico puso al Gobierno en la necesidad de nombrar una Junta
Inspectora, bajo la Administración del señor Coronel Balta, y el egregio estadista señor Pardo,
en 1873, ocurrió á este mismo remedio para evitar la relajación de la disciplina y el olvido de
las prescripciones reglamentarias.
Otras Juntas funcionaron después; pero sea por que no tenían autoridad suficiente para
reprimir los abusos, ó por que carecieron de estabilidad, o por otras causas, el hecho es que
cuando nos hicimos cargo de la Inspección del Panóptico á mediados del año 1889 próximo
pasado, el Establecimiento se hallaba en plena decadencia; la disciplina se había relajado hasta
el extremo de hallarse los presos en diario contacto con personas de fuera; los contratistas de
los talleres, encargados de proveer á los presos, de alimentos y de vestido, los tenían, como
sucede hoy mismo, descalzos, cubiertos de harapos y sometidos á un sistema de alimentacion
insuficiente.
Sensible es decirlo, señor Ministro: la Penitenciaría de Lima no ha producido, en los 28
años que tiene de existencia, todos los saludables resultados que prometía su fundación.
Tres son, á nuestro juicio, las causas primarias del estado de desconcierto en que se la
primera cárcel de la República; á saber: la falta de observancia del Reglamento; la
incompetencia ó poco celo de los Directores y el aciago sistema de contratas que relaja la
disciplina y desvirtúa los efectos de la reforma penitenciaria.
La falta de observancia del Reglamento, que tiene por objeto conservar el orden y asegurar
los buenos resultados del sistema penal establecido, es, por sí sola, bastante para explicar la
decadencia de aquel Establecimiento.
8) Valdría más cerrar las puertas de esa casa de corrección y de reforma; preferible sería
quizá volver al antiguo y odioso régimen carcelario que tolerar el desorden en un
Establecimiento que fue el único de su genero en la América del Sur, y es hoy la única
cárcel que merece llevar este nombre en el vasto territorio del Perú.
Ya sería sensible que permaneciéramos estacionarios cuando el mundo civilizado y
cristiano se ocupa, con afán, de mejorar en lo posible el régimen de las penitenciarías.
Cuanto más debemos afligirnos en presencia de un estado de cosas que angustia el ánimo;
porque demuestra el desprecio con que se ven las cosas de mayor bulto y el progreso de
nuestras más bellas instituciones.
La Dirección de la Penitenciaría debe confiarse á una persona que reuna las variadas
cualidades y condiciones que se requieren para dirijir con firmeza y con acierto una verdadera
Penitenciaría. Conceptuamos, con un distinguido publicista francés, que esa persona debe
haber ocupado un puesto honroso en la sociedad, debe tener un conocimiento perfecto del
mundo y de los hombres, debe reunir las condiciones de energía, honradez, ilustración y
dignidad en las maneras, en las costumbres y en el carácter. Cualquiera puede obligar á los
presos á la obediencia y sujetarlos á una disciplina de fierro; pero son pocos los hombres que
saben llegar al mismo resultado inspirando sentimientos de confianza y de respeto.
Y llegando á la tercera causa del estado decadente de la Penitenciaría, debemos decir que
al obligar á los presos á que trabajen, n se ha tenido el pensamiento de hacer de estos infelices
objeto de lucro para el Estado, ni menos entregarlos como rico filón de oro á especuladores
ávidos de ganancia.
En la Penitenciaría de Lima, en la que se ha introducido el sistema funesto de las contratas
para el manejo de los talleres y la provisión del vestuario y alimento de los presos, se ha
desvirtuado el objeto de la reforma penitenciaria, haciendo ilusorio el aislamiento que es de
esencia en el sistema y engendrando abusos de difícil corrección.
En ocasiones se han introducido bebidas alcohólicas, en otras se les ha dado dinero á los
trabajadores, y por último, en ningún tiempo se ha logrado que los contratistas cumplan sus
obligaciones en armonía con las disposiciones reglamentarias.
II
Instalación de la Junta
En esta primera sesión quedó acordado distribuir las labores de la Junta en cuatro
inspecciones, á saber: de secretaría, contabilidad y edificio; de reglamento; de orden y
disciplina; y de talleres y alimentación de los presos y vigilancia de los contratistas.
9) Quedó igualmente acordado, la celebración de sesiones cada ocho días, la vigencia del
régimen disciplinario actual hasta que informada la Junta de las reformas indispensables
acuerde lo conveniente y la apertura inmediata de los libros de actas, de informes y de
correspondencia.
El primer acuerdo ha sido alterado después en el sentido de que las sesiones se celebren
cada quince días.
III
Contabilidad
A indicación del señor doctor Capelo, la Junta acordó, en sesión de 28 de Julio antes citado,
que el Secretario interino don Honorio Zavalaga, formulase un inventario de los libros de
Secretaría y Contabilidad, emitiendo, á la vez un informe detallado sobre ellos.
IV
Desde los primeros dias de su instalación la Junta pudo convencerse de que el contratista
no cumplía sus obligaciones para con los presos.
10) Por la cláusula primera del contrato de arrendamiento de los talleres de la Penitenciaría
celebrado en esta Capital entre el Supremo Gobierno y don Juan A. Urmeneta, de quienes
es cesionario don Pedro Pérez, con fecha 22 de Diciembre de 1888, por ante el Escribano
Público y de Hacienda don Cláudio José Suarez, el rematista se compromete á dar trabajo
diario, en las horas de Reglamento, á 150 presos pagando un jornal de 45 centavos plata
por cada preso, oficial. Se obliga así mismo á dar trabajo á los demás presos que tengan
aptitud para ello, con el jornal de oficial ó de aprendiz, según las calificaciones que con su
intervención haga el Visitador ó el Director de la Penitenciaría.
Ahora bien; al encargarse la Junta de sus labores no se había aún cumplido lo dispuesto en
la cláusula segunda, y el contratista aprovechaba del trabajo de muchos presos, sin retribución
alguna.
En una visita oficial practicada por el Jefe de la Seccion de Justicia D. Placido Garrido
Mendivil, en virtud de órdenes especiales del Señor Ministro del Ramo, se comprobó que en
los Talleres trabajaban 197 presos.
Para reprimir estos abusos la Junta acordó en sesión de 18 de Agosto del año próximo
pasado, que el Director del Establecimiento expidiera las órdenes convenientes para que los
vigilantes de turno considerasen en sus partes 150 presos en la categoría de oficiales de Taller,
y á los demás que se les apuntaba en las mismas partes como que estaban sin ocupación; sin
embargo de trabajar en los Talleres, en la calidad de aprendices mientras se calificaban sus
aptitudes; y que en consecuencia, en las planillas que deben pasarse al Supremo Gobierno
para el pago de los saldos semanales al rematista, se haga figurar el nuevo ingreso procedente
de esta disposición.
V.
En razón de que estas raciones no se daban completas, el Jefe de la Sección de Justicia hizo
un cargo contra el rematista por la cantidad de
11) 2, 502 soles durante el semestre corrido del 23 de Diciembre á 23 de Julio de 1889.
VI.
“Todos los miembros de la Junta han visto el deplorable estado en que se encuentra el
vestido de los penitenciados. Algunos conservan su antiguo uniforme; pero hechos girones;
otros tienen todavía el vestido con que ingresaron al Panóptico también en estado de
deterioro; algunos usan poncho y otros cubren su desnudéz con capotes y pantalones de
soldados.
Con excepción de algunos presos á quienes se les ha distribuido camisa en estos últimos
dias, los demás carecen de ellas. A ninguno se le ha dado calzoncillos; tampoco se les ha
proveído de zapatos en el semestre pasado”.
Por decreto Supremo de 11 de Octubre del año último se mandó descontar del saldo de
cuentas favorable al contratista el valor del vestuario del primer semestre del año indicado y
que se previniera al Director de la Penitenciaría la inmediata entrega de las piezas de ropa,
cama, mesa, cocina y demás que faltan.
A pesar de todo esto subsiste hoy, la misma necesidad que denunciara en términos tan
severos como justos el muy distinguido y lamentado compañero nuestro, Dr. D. Francisco E.
Velarde.
Convencidos estamos Señor Ministro, de que el mal servicio en este orden no cesará en
tanto que subsista el funesto sistema de contratas que desmoraliza á los presos, relaja la
disciplina del Establecimiento y dá ocasión á abusos graves con sacrificio de los mas elevados
intereses.
12) Que se sigue con respecto al trabajo de los presos, por otro que se halle mas en armonía
con la índole del castigo social á que están sujetos; y en el Proyecto de Reglamento
formulado por los doctores Chavez y Carvallo, en actual discusión, se ha insertado las
disposiciones conducentes al restablecimiento del antiguo sistema.
VII.
El rematista se obligó á rentar un profesor de instrucción primaria para los presos; pero no
ha cumplido este deber.
La Junta Inspectora creé que terminado el contrato que tan hondamente afecta la marcha
del Establecimiento, se debe rentar á un profesor idóneo que difunda entre los presos los
conocimientos de la Instrucción Primaria, de los que la mayor parte de ellos carece.
VIII.
Caja de Ahorros
Según la ley del Presupuesto General para el bienio de 1889 y 1890, debía existir una caja
de ahorros en la Penitenciaría, para depositar en ella las economías de los presos. La Junta, en
su sesión de 18 de Agosto tuvo á la vista la resolución Ministerial que suprimió dicha caja,
fundándose en que no se votaba en el Presupuesto general de 1887 y 1888 cantidad alguna
para establecerla; y en atencion á que en la actualidad no existe este motivo legal; por que en
la aprtida número 214 del Presupuesto se designa la cantidad con que debe contribuir cada
presos, se acordó que el señor Presidente se dirigiera á ese Ministerio comunicándole esta
circunstancia y pidiendo el restablecimiento de la mencionada Caja, ingresando sus fondos á la
de Ahorros establecida y sostenida por la Sociedad de Beneficiencia de esta Capital.
Para proponer esto último la Junta tuvo en consideracion: 1° que los fondos que
depositasen en la Caja de Ahorros de la Beneficiencia ganarían el respectivo interés,
aumentando de este modo las economías de los presos; y 2° que la tramitación que se diera á
la liquidación de las cuentas de los penitenciados sería más rápida y por consiguiente más
favorable á ellos cuando hubieran concluido su condena.
IX.
Departamento especial para los presos atacados de Enajenación Mental
El Supremo Gobierno comisionó al arquitecto San Martin á fines de 1889 para que,
poniéndose de acuerdo con el señor Presidente, levantara el plano y presupuestase la obra
para proyectarla.
A pesar del largo tiempo transcurrido, el Sr. San Martín no se ha ocupado de esta
importante comisión, y entre tanto el número 71 languidece y se desmejora visiblemente en el
aislamiento absoluto y en la estrecha clausura á que se le tiene sometido, por el natural temor
de que repita, en la Penitenciaría, las horrorosas escenas de que fue actor trájico y principal.
X.
Fábrica de la Penitenciaría
El mal estado de esta fábrica obligó á la Junta á pedir un reconocimiento técnico de ella; á
lo que se ha accedido por US. Es de desear que el Inspector encargado de esta comisión se
penetre de la importancia de ella y de su urgencia. En otras ocasiones, los Ingenieros del
Estado que por solicitud de la Junta han recibido el encargo de hacer algún reconocimiento en
la Penitenciaría, han procedido con censurable lentitud y desentendencia del servicio del
Estado.
XI.
El artículo 190 del Reglamento de la Penitenciaría previene que, recibido el preso, tal como
llega se le conducirá á la galería de fotografía para retratarlo; y el 191 ordena que se saquen de
cada preso dos retratos, uno de frente y otro de perfil el dia de su ingreso, y despues, cada dos
años para remitirlos á la policía en caso de fuga.
14) Habiendo caído en desuso estas prescripciones, y teniendo la Junta en consideración que
era conveniente restablecer el servicio fotográfico, ampliando el pensamiento previsor que
contienen los artículos citados acordó en sesión de 29 de Setiembre del año último, que se
procediese en el acto á retratar á los presos, en las dos posiciones indicadas; y que se
sacasen las cópias en el número de doce para distribuirlas en esta forma: cuatro para el
Archivo, cuatro para las autoridades de Policías, dos para la Prefectura del Departamento,
y dos para la Sub-prefectura de la Provincia de procedencia del reo.
Así se hizo, y para lo sucesivo se han considerado en el nuevo proyecto de reglamento las
disposiciones convenientes respecto al servicio fotográfico permanente
XII.
Posteriormente, la Junta comisionó á los doctores Chávez y Carvallo con el objeto de que
formaran el proyecto del nuevo Reglamento, cuya presentación hicieron dichos señores en las
sesiones correspondientes al 1° de Junio pasado.
En el mencionado Reglamento se han introducido todas las reformas que exije el estado
actual de la ciencia pena y las condiciones especiales del país.
XIII.
Teléfono
Con fecha 13 de setiembre última la Junta ofició al Señor Prefecto del Departamento,
indicándole la conveniencia de que se estableciera el aparato telefónico en la Penitenciaría,
haciéndose el gasto con aplicación a los sobrantes de las rentas de policía. El señor Prefecto
accedió al pedido y en consecuencia quedó instalado el servicio telefónico que pone al
Establecimiento en comunicación con la Junta Inspectora y las autoridades de Policía; á la vez
que con los centros de fuerza pública cuyo auxilio es necesario en los casos de fuga ó rebelión.
15) XIV
Talleres
Últimamente han ingresado al Panóptico varios reos que son tejedores y con los cuales se
podría crear un nuevo taller, pidiendo la paja á Guayaquil.
El sostenimiento del Panóptico importa mensualmente, 4,000 soles, más ó menos, en esta
forma.
Solo con proporcionar el calzado y vestuario para el Ejército, las Gendarmerías y las
Guardias Civiles de la República, se tendría lo suficiente para atender al servicio de nuestra
Penitenciaría, evitándose el doloroso espectáculo que ofrecen hoy los presos bajo el funesto
sistema de contratas.
XV.
Hospital
16) XVI.
Puede decirse que la desmoralización de los presos es general y profunda; y proviene, casi
exclusivamente, del contacto con personas de fuera del Establecimiento, cuya admisión y
tolerancia se han hecho forzosas por el respeto debido á los contratos de arrendamiento de los
talleres. Esos presos poseen dinero y animales domésticos; es casi imposible evitar la
introducción clandestina de bebidas alcohólicas; no hay un sistema prudentemente combinado
de castigos y recompensas y el servicio religioso es casi nulo.
Vanos son los esfuerzos de los empleados superiores de nuestra Penitenciaría para
detener los efectos de la creciente corrupción de los presos; porque todos ellos se embotan
contra la muralla de bronce que el interés y el egoísmo del contratista ha levantado entre los
presos y la posibilidad de su reforma.
XVII.
Escala de Sueldos
Los que hoy disfrutan los empleados son mezquinos. Basta con decir que al Director se le
ha asignado sólo 100 soles de renta al mes. Para que se comprenda la Justicia de nuestra
afirmación.
XVIII.
Es esta una necesidad que debe satisfacerse prontamente. Los empleados de una
Penitenciaría deben manejar bien las armas de fuego; y por eso, en todos los establecimientos
de este género, ó en casi todos ellos, existe hoy una galería de tiro al blanco. Los de la prisión
de Lima se ejercitan en un lugar inadecuado. Con un gasto que no exederá de 300 soles, podrá
arreglarse este lugar de una manera conveniente y sin que sufran, como hoy, perjuicio, las
paredes del Establecimiento.
17) XIX.
XX.
18) XXI.
XXII.
XXIII
Desde 1853, época en que el Gobierno del Gran Mariscal D. Ramón Castilla encomendó al
Dr. D. Felipe Paz Soldán que visitase las penitenciarías de los Estados Unidos de la América del
Norte, ha trascurrido cerca de medio siglo; en cuyo periodo deben haberse efectuado
reformas importantísimas en esos Establecimientos.