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Nos acompañan en todo momento, ya que forman parte de nuestra rutina diaria.
Hablamos por tanto de un elemento visual casi omnipresente del que podemos hacer uso
desde el diseño gráfico.
Además, las tipografías son una herramienta clave a la hora de diseñar la identidad de
marca o branding de un proyecto. Junto con el logo, la paleta de colores y otros recursos,
forman parte del branding visual que diseñamos estratégicamente para reforzar el
mensaje que queremos enviar desde la empresa.
Podemos definir la tipografía como “el arte de diseñar las letras”. Se denomina así a la
disciplina que estudia la representación gráfica de las letras para que el lenguaje escrito
sea efectivo.
Al igual que ocurre con las formas, los colores o las imágenes, las tipografías también
pueden llegar a evocarnos conceptos o emociones. A esto se le denomina psicología
tipográfica o personalidad de la tipografía.
Tipos de Tipografías
Sin profundizar demasiado dentro de cada categoría de tipografías, lo cierto es que
podemos clasificar a las fuentes tipográficas por su morfología (forma) en 4 grandes
grupos:
Serif (romanas)
Sans Serif (palo seco)
Cursivas (manuscritas)
Decorativas (exposición)
Vamos a conocerlas una por una para que puedas aprender a diferenciarlas por su forma.
Las tipografías Serif suelen ser concebidas como serias y tradicionales. Cuentan con un
aire académico o institucional. Son tipografías idóneas para párrafos o textos largos, ya
que los pequeños terminales o serifas contribuyen a que se cree una línea imaginaria bajo
el texto que facilita mucho lectura a nuestro ojo.
Algunos ejemplos de fuentes tipográficas Serif son: Times New Roman, Garamond o
Book Antigua.
Las tipografías Sans Serif suelen asociarse con la tipografía comercial, ya que ofrecen un
resultado muy bueno para la impresión de titulares o poco texto, en carteles y publicidad.
Este estilo de fuente evoca modernidad, seguridad, neutralidad y minimalismo.
Aunque este tipo de fuente tipográfica no cuente con la línea invisible que consiguen las
tipografías Serif para los textos largos, es muy recurrida también para textos en pantalla y
textos en tamaños pequeños. Gracias precisamente a la ausencia de terminales y remates,
esta tipografía puede resultar más legible en textos de pequeño tamaño.
Algunos ejemplos de tipografías San Serif son: Futura, Helvética, Arial, Gotham o Avenir.
Generalmente este tipo de tipografías cuentan con una tendencia itálica o cursiva. Las
letras se ligan entre sí y encontramos curvas más pronunciadas que en las tipografías Serif
o Sans Serif.
Como se ligan con la caligrafía, cuentan con una personalidad algo más humana y cercana.
Algunas tipografías cursivas podrían ser Beckham Script o Parisienne.
También se les denomina como tipografías display. Están consideradas como tipografías
divertidas, más desenfadadas, pero pueden transmitir una gran variedad de sensaciones.
Gracias a estas variables tipográficas vamos a poder establecer una jerarquía visual en
nuestras composiciones. También nos ayudan a satisfacer las necesidades que nos pueden
surgir a la hora de comunicar visualmente con tipografías.
La tipografía bold o negrita presenta un grosor de trazo mayor, mientras que la tipografía
light presenta un grosor del trazo menor.
Somos seres bastante visuales, pues tenemos una gran facilidad de entender y asimilar
por medio visual.
Dicho esto, queda claro el poder de la unión de la imagen y escritura como recurso
didáctico. Desde niños, preferimos la lectura de textos que son acompañados de figuras.
Pero, antes de entrar en materia y hablar sobre los tipos de imágenes que se pueden usar
como contenidos, vamos a ver cuáles son los tipos de imágenes teóricamente hablando:
1. Imágenes vectoriales
Un vector es un segmento de recta con una dirección establecida, un punto de inicio y un
punto final determinado y su característica principal es que tiene un sentido.
El módulo del vector es la longitud entre el punto de inicio y el punto final del segmento.
De esta forma, con vectores, se puede realizar un dibujo en un plano, y redimensionarlo
sin perder la calidad.
El uso más frecuente es para los logos de una empresa, pues al definir matemáticamente
el diseño siempre será replicado con exactitud y máxima nitidez.
En este tipo de sistema, el gran problema será la calidad a la hora de reproducir, pues no
existe, como en el anterior, una precisión matemática que pueda ser convertible.
3. Captura de pantalla
Este recurso es mucho más simple pero también puede ser interactivo. En lugar de hacer
un relato de algo para tus lectores, se los puedes mostrar por medio del screenshot.
Este tipo de imagen, cuando contiene toda la información necesaria al entendimiento del
lector, pueden sustituir al texto entero. Puede ser screenshot de una lista, un folder, un
email, etc.
A diferencia de los gráficos comunes, los infográficos permiten el uso de artículos más
didácticos, como diseños, mapas y símbolos para representar un contenido.
Utilizando este recurso para explicar temas que serían de mucho más complicados de
forma escrita, atraerás al lector sin mucho esfuerzo, ya que facilitarán su comprensión de
la información dada y harás su lectura mucho más agradable.
5. Tablas y gráficas
Los gráficos y tablas facilitan la unión de una gran cantidad de datos y estadísticas en una
sola imagen, facilitando así la comprensión de los contenidos que difícilmente serían
aprendidos de forma escrita.
Recuerda utilizar varios colores para diferenciar los puntos contenidos en la tabla o
gráfico, así facilitar el entendimiento del lector.
6. Fotos personales
Textos narrados sin imágenes abren camino para la imaginación del lector y eso es
perfecto en caso de cuentos y fantasías.
Pero, en acompañamiento de una vida real, un lector espera conocer un poco más del
mundo del autor a través de sus fotos personales.
Dependiendo del tema tratado, el acompañamiento de una foto de celular puede hasta
aumentar la proximidad con su público por la proximidad de tu simplicidad.
El uso de este tipo de imagen llama la atención del lector casi instantáneamente y sería de
lo mejor si puedes encontrar una foto de algún personaje haciendo algo relacionado con
tu texto.
8. Imágenes personalizadas
Podrá llegar el día en que no puedas encontrar la imagen que represente el tema que
tratas de comunicar con tus lectores.
Las historietas o dibujos en cuadritos son óptimas para crear una conexión con el lector
por tres motivos: primero, son imágenes llamativas; segundo, son graciosas; por último
pero no menos importante, porque son fáciles de entender.
10. GIFs
Los GIFs consisten en una serie de fotogramas que se suceden entre sí, creando una
animación sin sonido que se repite en forma de bucle entre 5 y 10 segundos.
Estos cuentan con un máximo de 256 colores, por lo que son más livianos que los videos
pero más dinámicos que las imágenes convencionales, tomando lo mejor de ambos
formatos.
Las imágenes son muy importantes para darle ese valor agregado que tanto buscamos a
nuestros contenidos, pero, ¡ten cuidado! manéjalas con cautela.