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2017

DOCTRINA INSTITUCIONAL
PRIMERA UNIDAD
HISTORIA, VALOR Y PROFESIONALIZACIÓN DEL
SERVICIO DE POLICIA

La Policía Nacional de Colombia es una Institución centenaria que, debido a la


complejidad de un entorno cambiante, ha estado a la vanguardia de otros cuerpos
de policía del mundo, mediante la consolidación de su doctrina, filosofía y
naturaleza civil, que le ha permitido su reconocimiento como ciencia y profesión,
además de su posicionamiento, a través de un servicio en función de las múltiples
demandas relacionadas con la convivencia y seguridad ciudadana, a lo largo de la
historia moderna del país.

1.1 PILARES HISTÓRICOS DE LA POLICÍA NACIONAL


Para asumir los retos futuros del servicio policial, es necesario reconocer el legado
de la historia que ha marcado lo que fue, es y será la Policía Nacional como
Institución; por ello, a continuación se hará un breve ejercicio retrospectivo que
contextualiza su evolución.

Le correspondió al doctor Carlos Holguín, en su calidad de designado y encargado


de la Presidencia de la República, sancionar la Ley 90 del 7 de noviembre de
1888, mediante la cual se creó un cuerpo de Gendarmería destinado a prestar los
servicios de alta Policía Nacional y a desempeñar las comisiones que, en asuntos
nacionales, podría confiarle el Gobierno. Así mismo, sancionó la Ley 23 de octubre
de 1890, norma que permitió contratar en Francia los servicios del Comisario Juan
María Marcelino Gilibert.

El Gobierno Nacional dicta el Decreto 1000 del 5 de noviembre de 1891, por el


cual se organiza un cuerpo de Policía Nacional; norma y fecha, tomados como
puntos de referencia para el nacimiento de la Policía Nacional en Colombia. El
Decreto indicó que desde el momento en que empezara a funcionar el cuerpo de
Policía Nacional quedarían eliminados la policía departamental, la policía
municipal y el cuerpo de serenos.

El reglamento elaborado por el señor Marcelino Gilibert expresa lo siguiente: “La


Policía tiene por misión especial conservar la tranquilidad pública y en
consecuencia, le corresponde proteger a las personas y propiedades; hacer
efectivos los derechos y garantías que la Constitución o las leyes les reconocen;
velar por el cumplimiento de las leyes del país, las órdenes y disposiciones de las
autoridades constituidas; prevenir los delitos, faltas y contravenciones y, perseguir
y aprehender a los delincuentes y contraventores.

La Policía no reconoce privilegios ni distinciones y obliga por tanto a nacionales y


extranjeros, salvo las inmunidades reconocidas por la Constitución, las leyes, los
tratados públicos y el derecho internacional”.

Durante el gobierno del General Rafael Reyes, y en cumplimiento de la Ley 43 de


1904 se dispuso el establecimiento de una Comisaría de Policía Judicial,
dependiente de la Dirección General de la Policía Nacional, destinada a la
investigación de los delitos señalados en dicha norma.

El 4 de noviembre de 1915, la Ley 41 define que “la Policía Nacional tiene por
objeto primordial conservar la tranquilidad pública en la capital de la República y
en cualquier punto donde deba ejercer sus funciones; proteger las personas y
propiedades y prestar el auxilio que reclamen la ejecución de las leyes y las
decisiones del poder judicial".

El cuerpo de Policía nacional se distribuye en tres grupos, así: el primero


destinado a la vigilancia y seguridad; el segundo, a una Guardia civil de
Gendarmería, encargada de custodiar correos, colonias penales y la conducción
de reos, entre otras tareas, y el tercero, con funciones de Policía Judicial.
Por decreto 1143 de julio 3 de 1916, durante el gobierno de José Vicente concha,
se contrata la primera misión española, integrada por instructores pertenecientes a
la Guardia civil de España, quienes llegaron al país con el propósito de establecer
un servicio similar al de la Policía y Guardia civil, dejando como legado nuevos
métodos de investigación criminal para la formación de detectives.

En 1924 se crea la escuela de investigación criminal para la capacitación de


personal en esta rama del conocimiento policial. Por su parte, el 7 de julio de
1937, el Gobierno expide el decreto 1277 que crea la escuela General Santander,
la cual comienza a funcionar a partir del año 1940 como instituto de formación
general para todos los policías.

En 1929 fueron contratados con el gobierno argentino los servicios del doctor
Enrique Medina Artola, para asistir a la Policía colombiana en la capacitación de
técnicos en dactiloscopia; la labor quedó consignada con la implantación, en
nuestro medio, del sistema dactiloscópico ideado por el profesor Juan Vucetich, el
cual remplazó el antropométrico.

En 1939 se contratan los servicios de la primera misión norteamericana de policía,


presidida por el señor Edgar K. Thompson, funcionario del F.B.I., como aporte al
desarrollo de la investigación criminal.

Con el decreto 0446 del 14 de febrero de 1950 es creada la escuela Gonzalo


Jiménez de Quesada con el propósito de formar los mandos medios de la Policía
nacional.

Pese al crecimiento y fortalecimiento interno logrado por la institución, las


condiciones de seguridad que sobrevendrían durante la primera mitad del siglo XX
llevarían su paso del ministerio de Gobierno al ministerio de defensa (Guerra),
ante la exigencia de los gobiernos de aumentar la efectividad de sus acciones
contra el bandolerismo, la subversión comunista y la criminalidad; actuación que
resultó muy próxima con la asumida por los cuerpos policiales en el resto del
continente.

Posteriormente, durante el mandato presidencial del teniente General Gustavo


rojas Pinilla, se dictó el decreto 1814 del 13 de junio de 1953 que en su artículo
segundo preceptúa, "las Fuerzas armadas comprenden: el comando General de
las Fuerzas armadas, el ejército, la armada, la Fuerza aérea y las Fuerzas de
Policía"; así mismo, el artículo 3º indica: "la Policía nacional pasará, desde la fecha
de expedición de este decreto, a formar parte activa del ministerio de Guerra como
el cuarto componente del comando General de las Fuerzas armadas, con
presupuesto y organización propios, y prestará los servicios que por ley le
corresponde".

Con la reorganización del Ministerio de Guerra el 18 de julio de 1960, la Policía


salió de su condición de “Cuarta Fuerza” para convertirse de nuevo en Policía
Nacional, subordinada directamente a este Ministerio y definiéndola como:
“Institución de carácter civil, con régimen y disciplina especiales”. Desde esta
fecha hasta nuestros días, la Institución ha permanecido adscrita al Ministerio de
Defensa Nacional.

Sin embargo, la continuidad de la Policía Nacional en el Ministerio de Defensa,


bajo la Dirección de un oficial superior del Ejército, facilitó que esta Institución, en
medio del ascenso de las doctrinas de seguridad nacional, en las décadas 60 y 70,
quedara más allá de la adscripción, subordinada funcionalmente a este Ministerio.
En este sentido, la protección de la sociedad quedó supeditada a la defensa del
orden constitucional, lo cual desdibuja su función esencial como institución policial.

En 1966, a través del Decreto 1667, la Policía asume funciones de Policía Judicial
como órgano auxiliar de la Rama Jurisdiccional del Poder Público.
La necesidad de que la Policía retomara sus funciones, en concordancia con su
naturaleza civil, volverá a sucederse en medio de las discusiones de la Asamblea
Nacional Constituyente de 1991, cuando se presentaron los proyectos en los
cuales se proponía la desmilitarización de la Policía Nacional y la creación de
normas claras dirigidas a impedir que el manejo de la convivencia fuese
patrimonio exclusivo de un "establecimiento castrense, aislado de la ciudadanía".

De acuerdo con lo anterior, la redacción del Artículo 218 de la Constitución de


1991, “estuvo determinada por la voluntad constituyente de reconducir la Policía a
sus cauces tradicionales de civilidad y apoyo a la vida cotidiana del ciudadano. El
inciso primero del Artículo 218, le asigna a la ley la tarea de organizar el cuerpo de
policía. En su inciso segundo, se indica la naturaleza y la finalidad de la policía. En
cuanto a lo primero, se define como "cuerpo armado permanente de naturaleza
civil". En relación con el fin primordial, el texto constitucional lo señala, como "el
mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y
libertades públicas", aparte del aseguramiento de la paz para los habitantes de
Colombia. Naturaleza y fin, esencia y objetivo se encuentran estrechamente
vinculados, de tal manera que la consecución de lo segundo no puede lograrse en
ausencia de lo primero y el logro de este no basta para la realización de aquel”.

De esta forma, a partir de la expedición de la Constitución Política de 1991,


Colombia adoptó la figura del Estado Social y Democrático de Derecho, y para su
mantenimiento requiere de un cuerpo de policía con las más altas calidades
humanas y una gran profesionalización de sus integrantes, que le permita cumplir
su misión constitucional de preservar la convivencia pacífica en sus condiciones
de seguridad, salubridad, moralidad y tranquilidad, para brindar a los ciudadanos
el goce de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.

1.2 PROFESIONALIZACIÓN DEL SERVICIO

Con la expedición de la Ley 62 de 1993, la Policía nacional se proyecta como una


institución que busca el mejoramiento de la calidad en la prestación del servicio;
esta norma define como principios: la igualdad, imparcialidad, control ciudadano y
publicidad, a través de los cuales se da a la actividad policial un carácter
eminentemente comunitario, preventivo, educativo, ecológico, solidario y de apoyo
judicial, mediante la delegación y desconcentración de funciones.

De igual forma, la actividad policial se define como una profesión y en


consecuencia, todo miembro de la Policía nacional deberá recibir una formación
integral en academias y centros especializados en la cultura de los derechos
humanos, la instrucción ética, ecológica, el liderazgo y el servicio comunitario. en
este sentido, el profesionalismo en el servicio de Policía adquiere valor en la
medida en que se conozcan y apropien los siguientes conceptos básicos
doctrinales y filosóficos de la institución:

1.2.1 POLICÍA
El concepto de Policía surgió durante la evolución de las instituciones de Grecia y
Roma, la cual culmina con la constitución de la democracia en Atenas y la
república en roma. De esta época proviene el término policía derivado del griego
“POLITEIA” que para Platón y Aristóteles significaba: la constitución política, la
forma de gobierno, el gobierno mismo y la administración del estado. La raíz del
término “polis”, significaba la comunidad política y religiosa.

Los romanos emplearon la palabra “POLITIA” (policía) pero solo para traducir la
expresión griega “POLITEIA”, pues, cuando aludían a su propio régimen político
preferían la palabra “república” (la cosa pública). De esta forma, la palabra policía
se presenta ya desde el análisis de su etimología como inseparablemente
asociada a la idea de vida en sociedad, relacionada con todo lo que se refiere a la
Polis –ciudad, su organización y la función que procura una vida cómoda y
tranquila de las gentes. Posteriormente, la expresión pasó al latín bajo la forma de
“POLITIA”, de donde se derivó el término castellano de “policía”.
En el sentido histórico, puede observarse que se trata de un concepto muy
próximo al de gobierno, adscrito al poder ejecutivo, gestor de la autoridad
conferida de la comunidad con el fin de administrar los asuntos públicos y en
función del bien común. Igualmente, es un concepto afín con el de seguridad
pública, uno de los elementos constitucionales del contrato social y una de las
temáticas que de manera más directa une al concepto originario de policía con el
moderno y la política.

Desde una perspectiva más reciente, la función de policía se circunscribe al marco


de la convivencia y en particular la seguridad ciudadana. Esta se ejerce en dos
niveles: en primer plano, se trata de la regulación de conflictos entre la comunidad
y sus habitantes; la violencia intrafamiliar, las perturbaciones de la vida pública y
sobre todo a la atención de aquello que pueda atentar contra la seguridad de las
personas y sus bienes. En segunda instancia, todo lo referente a los conflictos
sociales; en estos casos, responde a una función que propende a hacer respetar
la vida en su sentido más amplio, con el propósito de garantizar la cohesión y el
funcionamiento de la convivencia pacífica.

1.2.2 NATURALEZA CIVIL DE LA POLICÍA


Además de ser un mandato constitucional y legal es un elemento central de la
cultura y la doctrina policial, plenamente acogida por todos sus integrantes. Dicha
naturaleza civil, como elemento cultural que va más allá de protocolos, símbolos y
de la misma organización, se refleja fundamentalmente en la manera de pensar,
en el actuar de cada policía y en la forma de percibir la realidad del entorno y su
misión.

La jurisprudencia constitucional establece claramente que “la naturaleza civil de la


Policía Nacional, deriva del hecho de ser una autoridad administrativa que cumple
funciones preventivas mas no represivas, salvo cuando actúa como colaboradora
de las autoridades judiciales, en ejercicio de la función de Policía judicial, también,
por la ausencia de disciplina castrense, lo cual implica que los inferiores son
responsables de la ejecución de las órdenes que reciban”.
Bajo esta concepción civilista, la Policía aparece arraigada a la sociedad al lado de
virtudes clásicas de ejemplaridad, honor, maestro de otros; como una institución
que vigila la vida colectiva con el ánimo que se desarrolle normalmente. En
consecuencia, el éxito del ejercicio de la autoridad recae en que las reglas sean
interiorizadas bajo la forma de comportamientos, por lo cual, reclama de ella
fundamentalmente una acción educadora y preventiva.

Desde este enfoque, no existe ninguna otra profesión que acumule tantas
características vinculadas a su definición: garante de la convivencia, protección del
ciudadano, protección de las libertades públicas y la estricta aplicación de las
leyes. La Policía es así expresión de la autoridad administrativa y política, al igual
que instrumento de la protección de la sociedad civil.

Es claro entonces, que la función policial es una necesidad de toda sociedad. En


efecto, históricamente la policía constituye la forma más clásica de la cristalización
de la reacción social contra la desviación. En las sociedades contemporáneas, el
policía tiene una tarea particularmente ardua. Símbolo de la autoridad, es la
encargada de mantener la convivencia pacífica, de proteger ciertos valores
comúnmente aceptados, de aplicar las leyes y los reglamentos, de investigar los
crímenes, de perseguir y detener a los criminales.

En este contexto, se define entonces la misión de los cuerpos de policía bajo la


orientación de garantizar y proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades
públicas, así como de contribuir a mejorar los niveles de convivencia y seguridad
ciudadana.

1.2.3 PRINCIPIOS DEONTOLÓGICOS, FILOSÓFICOS Y DOCTRINALES DE LA


INSTITUCIÓN POLICIAL

El cumplimiento de la misión asignada a la Policía se da como una función de


naturaleza social y exige necesariamente brindar un servicio de la más alta calidad
a su demandante, en este caso la comunidad; por lo tanto, existen valores y
principios que inspiran el ejercicio de esta actividad profesional.

En este sentido, la deontología policial busca orientar la labor policial


humanizándola, generando un puente entre valores objetivos y acciones
concretas; en consecuencia, la misión de una institución policial, como
organización de servicio público, tiene una dimensión ética fundamental que no
puede ni debe desconocer. Lo anterior, cimentado sobre el principio que la función
policial no está al margen de la sociedad a la cual le corresponde servir en los
ámbitos de la seguridad y la justicia, por el contrario, la organización policial es
parte de la comunidad, pues aquí nace y a ella se debe.

En consecuencia, la Policía actúa como prestadora de un servicio a la comunidad


y no a la inversa. Aquí radica la relevancia de la legitimidad social. La opinión y
valoración de la sociedad es, en última instancia, reflejo de la aceptabilidad de la
conducta policial, de sus esfuerzos y eficacia.

Hoy la efectividad policial no se puede medir solo por parámetros tradicionales,


como el logro de la verdad criminalística y la detención de imputados o prófugos.
Ello no basta. La deontología policial y la ética pública proporcionan un marco de
referencia que enfatiza en otros componentes necesarios en la construcción de
seguridad como la calidad de los servicios, la legitimidad social y la satisfacción
ciudadana.

De esta forma, cabe precisar que la deontología policial tiene como finalidad
orientar el comportamiento profesional de los policías, según los siguientes
criterios de acción a saber:

• En primer lugar: Una función pública. Una institución policial existe para servir a
todos los ciudadanos sin distinciones ni discriminaciones y contribuir al desarrollo
integral de la sociedad, en el marco de la democracia y del respeto al estado
social de derecho.

Para ello, los policías en su calidad de funcionarios públicos- nunca deben utilizar
sus cargos para lograr beneficios propios o particulares. Esta es la principal
cualidad de una ética pública y, consecuentemente, de la deontología policial.

• En segundo término: Una función social. Desde la ética profesional, la gestión


policial debe ser considerada como un medio que busca fines superiores, como la
justicia y la paz. Para ello, es necesario que la labor policial ayude a fortalecer la
confianza entre los integrantes de una sociedad, con el fin de contribuir a la
cohesión social, base de la democracia, de la participación ciudadana y de la
convivencia social.

El policía, al ejercer una función pública, adquiere la responsabilidad social que es


inherente a su misión, la cual debe estar orientada por los valores de la Ética
Social, como la veracidad, la honestidad, la solidaridad y la reciprocidad, entre
otros.

El policía no es un ser aislado, es parte activa de la sociedad. Debe entender,


entonces, que su actividad profesional tiene un marcado componente social,
directamente relacionado con el incremento de la calidad de vida de las personas,
a través de la promoción de la seguridad y la colaboración con el sistema de
administración de justicia.

• En tercer lugar: Un servicio que promueve el desarrollo humano. La deontología


policial debe promover la humanización de la sociedad. Esto sólo es posible si
cada persona es plenamente valorada y respetada en su dignidad y derechos, y
en la medida en que se reconoce su condición de ser social, que sólo logra su
realización más plena con el otro y a través del otro, en comunidad. Siguiendo la
clásica distinción de Kant, la ética policial considera que la persona y la sociedad
nunca deben ser entendidas como “medio”, sino siempre como “fin”.

• Por último: Una actividad que promueve la excelencia del servicio. La


deontología, al considerar la función policial como un servicio de carácter público,
asume que dicha misión debe realizarse de manera eficiente y eficaz. La sociedad
espera y exige a sus policías el desarrollo de una gestión de calidad y
transparencia, debido a que el progreso social y su continuidad pasan en gran
medida por la ejecución de un adecuado y oportuno servicio policial.

En síntesis, la ética y la deontología policial son el fundamento que debe orientar


todas las acciones de los policías, sus lineamientos o directrices centrales, sus
planes, programas y proyectos. Son, en definitiva, la fuente que inspira y otorga
sentido a la profesión, liberándola y protegiéndola de aquellas influencias y
tendencias que buscan desconocer la importancia central de la dignidad humana.

1.2.3.1 ALGUNOS PRINCIPIOS FILOSÓFICOS POLICIALES

• Principio de la juridicidad
El ente policía tiene como fundamento privativo el sometimiento a lo jurídico, pilar
de su actitud democrática.

• Principio de la limitación y control


El uso del poder de policía ha de obedecer al límite que le señala la razonabilidad
en su necesidad y ejercicio, y el poder político ha de ejercer sus facultades para
supervisarlo y controlar su régimen.

• Principio de la supremacía de lo nacional


La finalidad del derecho de Policía es mantener y restablecer la convivencia
ciudadana, como atributo del poder central del estado o poder de policía del
Presidente de la república. Las competencias descentralizadas no pueden
sustituirle.

• Principio de la convivencia ciudadana


La conservación, mantenimiento y restablecimiento de las categorías (seguridad,
tranquilidad, moralidad y ecología), que integran la convivencia ciudadana, son
exigencias que legitiman toda actuación policial necesaria a tal fin, a la prevención
y a la toma de medidas para evitar los motivos que la afectan, o cuando se
quebrante el bien jurídico tan definido y preponderante socialmente.

• Principio de la volición en el Cuerpo Institucional de la Policía Nacional


La asunción de cualquier cargo en la Policía nacional obedece, indefectiblemente,
un acto volitivo, libre y espontáneo de la persona que lo quiere o lo ostenta. (Las
profesiones no son obligatorias).

• Principio de la adaptabilidad al lugar de facción


Lo policial debe adaptarse al medio y respetar la idiosincrasia de las gentes y
comunidad en la cual actúa, sin detrimento de lo ético y en concordancia con el
principio de estabilidad.

• Principio de la flexibilidad policial


Es necesario que las organizaciones policiales tengan tal flexibilidad que permita,
sin detrimento de sus funciones básicas, en todo instante, una adecuación a las
circunstancias del momento, teniendo en cuenta los diversos factores sociales que
influyen en su actuación e intervención.

 Principio de la estabilidad
Mientras el hombre-policía mantenga su capacidad intelectual y espiritual para
responder con acierto y prontitud por sus deberes y responsabilidades, tanto
ciudadanas como profesionales, permanecerá en su cargo, puesto o quehacer,
indefinidamente.
• Principio de la no improvisación
El ente Policía, como universalidad y unidad, no admite sin consecuencias graves
las reformas, modificaciones o adherencias improvisadas y subjetivas, pues ellas
exigen siempre el análisis profundo de la realidad sociológica, cultural y jurídica de
lo policial.

• Principio de la intimidad
Si en lo doméstico o social surgiere una perturbación grave en cualesquiera de los
derechos mutuos, la autoridad policial podrá interponerse tan solo para dar a cada
uno lo suyo, proteger y asegurar los derechos de las personas, con la debida
prudencia.

• Principio de la coordinación
El ente Policía en su compleja gama de funciones y quehaceres, ha de
reglamentarse de tal manera que su quehacer se relacione con las funciones de
las autoridades del Estado en general, para lo cual realizará una labor de armonía
permanente, adecuada, eficiente y pronta, con miras a obtener una verdadera
convivencia ciudadana.

• Principio de la educación permanente


Los programas de formación, para los miembros de la Policía Nacional han de
obedecer a un proyecto y sistema educativo que se mantenga actualizado y así
mismo propicie y haga posible el avance constante del conocimiento general y
particular en sus integrantes.

1.2.4 DERECHO DE POLICÍA


Es el conjunto de normas establecidas por el Estado con el fin de garantizar la
seguridad, tranquilidad, moralidad y la ecología. Tiene su fundamento en leyes
especiales de Policía, que pertenecen a la esfera del derecho público.
1.2.5 LA POLICÍA COMO PODER
Es la facultad de dictar las normas de policía que regulan el comportamiento
ciudadano, garantizando la convivencia pacífica y el ejercicio de las libertades y
derechos ciudadanos.

Se trata, así, de un poder de índole normativo, con naturaleza limitativa de las


libertades personales en términos previos, impersonales y abstractos. Esta
facultad únicamente la ejercen el Congreso de la República y de forma subsidiaria
las asambleas departamentales y los concejos municipales; así mismo, el
presidente de la República en estados de excepción.

1.2.6 LA POLICÍA COMO FUNCIÓN


La función de policía es la "gestión administrativa concreta del poder de policía,
ejercida dentro de los marcos impuestos por este"; se trata de la concreción de los
mandatos elaborados por las autoridades que detentan el poder de policía, para
así aplicarlos a casos y situaciones concretas. La función de policía, que implica el
ejercicio de un determinado poder decisorio reglado -esto es, limitado por los
preceptos de la norma de policía, es ejercida por las autoridades administrativas,
no uniformadas, de policía, a quienes se les ha asignado tal competencia por parte
del poder de policía.

1.2.7 LA POLICÍA COMO ACTIVIDAD


La actividad de policía ejercida por el personal uniformado que integra la Policía
nacional, consiste en la simple ejecución material de las decisiones adoptadas por
los funcionarios que detentan la función de policía. en ese orden de ideas, los
agentes uniformados son meros ejecutores del poder y de la función de policía; no
expiden actos ni adoptan decisiones, sino que actúan. solo pueden cumplir sus
funciones constitucionales y legales frente a la existencia de un mandato u orden,
específico o general, ocasional o permanente, expedido por un funcionario de
policía dentro de los límites trazados por el poder normativo de policía.
1.2.8 LA POLICÍA COMO NORMA
Las normas que regulan el servicio de Policía, constituyen los medios para
prevenir la infracción a las leyes penales y las conductas perturbadoras del orden
ciudadano.

1.2.9 LA POLICÍA COMO PROFESIÓN


Los miembros de la institución son profesionales en policía, preparados con un
currículum íntegro, estructurado, sólido y con una gran dimensión en el campo
social, para desarrollar una abnegada labor en beneficio de la comunidad, cuyo
desempeño está regulado por reglamentos propios.

1.2.10 LA POLICÍA COMO INSTITUCIÓN


Es un cuerpo armado permanente y de naturaleza civil a cargo de la nación,
constituida con régimen y disciplina especiales, que hace parte de la Fuerza
Pública en los términos del artículo 218 de la constitución Política.

1.2.11 AUTORIDADES DE POLICÍA


El presidente de la república, los gobernadores y alcaldes son las primeras
autoridades y jefes de Policía a nivel nacional, departamental y local,
respectivamente. La Policía nacional, cumplirá con prontitud y diligencia las
órdenes que estas le impartan por conducto del respectivo comandante.

1.3 SERVICIO DE POLICÍA


Es un servicio público a cargo del Estado, encaminado a mantener y a garantizar
el libre ejercicio de las libertades públicas y la convivencia pacífica de todos los
habitantes del territorio nacional.

Este servicio propende a la armonía social, la convivencia ciudadana, el respeto


recíproco entre las personas y de estas hacia el Estado, da a la actividad policial
un carácter eminentemente comunitario, preventivo, educativo, ecológico, solidario
y de apoyo a las autoridades judiciales. Así mismo, se constituye en la base sobre
la que se asientan el resto de los servicios del Estado, en la medida en que estos
necesitan un entorno de respeto a la ley y al orden para funcionar
adecuadamente.

1.3.1 DE LOS FINES DEL SERVICIO


Son fines del servicio de policía:
• Mantener las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y
libertades públicas.
• Mantener la convivencia pacífica.
• Preservar y restablecer el orden público cuando es turbado.
• Prestar el auxilio que requiere la ejecución de las leyes y las providencias
judiciales y administrativas.
• Ejercer, de manera permanente, las funciones de investigación criminal, respecto
de los delitos.
• Facilitar la resolución de conflictos mediante el diálogo, la mediación y la
conciliación.

1.3.2 DE LA NATURALEZA DEL SERVICIO


El servicio de policía es predominantemente preventivo, e interviene sobre los
factores que favorecen o promueven el delito y los comportamientos que atentan
contra la convivencia ciudadana; este se prestará de manera continua e
ininterrumpida.

1.3.3 DEL CARÁCTER DEL SERVICIO


El servicio de policía es de carácter civil y profesional, el cual se manifiesta
funcionalmente en su mando, personal, dirección, estructura, cultura, estrategias,
planes, equipamiento y dotación.

1.3.4 CARACTERÍSTICAS DEL SERVICIO DE POLICÍA


El servicio que presta la policía es esencialmente:
 Público: las necesidades que satisface son esenciales para el desarrollo de
la vida en comunidad.
 Obligatorio: el estado está obligado a prestar este servicio.
 Monopolizado: se presta exclusivamente por parte del estado.
 Primario: satisface necesidades esenciales para el desarrollo de la vida
social.
 Directo: indelegable en su función y prestación. el estado no puede delegar
su prestación.
 Permanente: no se puede suspender.
 Inmediato: se debe prestar instantáneamente ante la perturbación del
orden.
 Indeclinable: no se puede rehusar ni retardar.

1.4 DOCTRINA POLICIAL


Entendida como el conjunto de ideas u opiniones, preceptos éticos, legales y
conceptos oficialmente aceptados y en los cuales se fundamenta todo el quehacer
policial, de manera que la institución tenga bien claro su destino a la luz de los
principios filosóficos y dogmáticos que le señalen su razón de ser en el ámbito de
las instituciones del estado.

La doctrina aporta los conocimientos y fundamentos necesarios para el correcto


empleo de los medios y recursos que requiere la institución, orientados al
cumplimiento de su misión constitucional. ella recoge las experiencias y se orienta
hacia el futuro para prevenir equivocaciones, con el fi n de mantener las
condiciones para el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos.
La doctrina policial es dinámica y día a día se va enriqueciendo con los aportes de
investigadores y tratadistas, facilitando a futuro el avance tecnológico y científico
de la institución.

1.4.1 NIVELES DE LA DOCTRINA POLICIAL


Al interior de la institución la doctrina policial se desarrolla en tres niveles a saber:

• DOCTRINA ESTRATÉGICA
Debido a su carácter fundamental y duradero, la doctrina estratégica proporciona
orientación amplia y continua en cómo está organizada la Policía nacional y cómo
se utiliza para el desempeño de su función primordial.

• DOCTRINA TÁCTICA
Describe la organización más detallada de la Policía nacional y aplica los
principios de la doctrina estratégica a las acciones u operaciones policiales, se
orienta en el uso apropiado del personal policial, en el contexto de objetivos
específicos, habilidades del personal, áreas funcionales y entornos operacionales.

 DOCTRINA OPERACIONAL
Esta describe el uso adecuado de grupos y elementos especializados y de
armamento específico, que individualmente o en conjunto deben utilizarse con
otros sistemas para lograr objetivos determinados.
La doctrina operacional define y enseña procedimientos, considera además
objetivos particulares y describe cómo se utilizan los sistemas de apoyo para
cumplir con el objetivo.
SEGUNDA UNIDAD
LINEAMIENTOS DE POLÍTICA ESTRATPEGICA
INSTITUCIONAL, ESTRATEGIAS Y DECÁLOGO DEL
DIRECTOR (LED)

En coherencia y adhesión a la política del sector de seguridad y defensa del


Estado, se aboca la tarea de definir la orientación estratégica de la Institución,
mediante la formulación de políticas que permitan la concentración de esfuerzos y
recursos en procura de garantizar una respuesta efectiva en el mejoramiento de
las condiciones de convivencia y seguridad ciudadana.

Es así que la Policía Nacional se alinea con los componentes de política pública
que en orden descendente son: la Política Gubernamental como marco general
que señala las líneas de acción básicas sobre las cuales se deben orientar los
esfuerzos y recursos del Estado; posteriormente, el Plan Nacional de Desarrollo
que fundamentalmente contiene los objetivos nacionales y sectoriales de la acción
estatal a mediano y largo plazo; los procedimientos y mecanismos generales para
lograrlos; seguidamente, se observan los Objetivos Sectoriales que son los que
determinan los procesos de planeación, estrategias, ejecución de acciones,
procesos administrativos y logísticos conjuntos para maximizar la eficiencia
administrativa y logística del sector. Finalmente, se encuentra el Plan Estratégico
Institucional, el cual permite la articulación entre los objetivos dados por la Política
Gubernamental, el Plan Nacional de Desarrollo y los objetivos formulados por el
Sector Defensa.

Este ejercicio de alineación estratégica se realiza cuatrienalmente, de acuerdo con


la política gubernamental planteada por el primer mandatario de la nación. Para el
caso de la Policía Nacional se desarrolla a través de la Gestión Estratégica
adoptada por la Institución.
Por consiguiente, en el marco del Sistema de Gestión Integral (SGI), la Policía
Nacional cuenta con un conjunto de políticas que guían y orientan la acción de
todos sus integrantes. Dentro de estas se tienen:

• Las políticas institucionales. Descritas como los mandatos de obligatorio


cumplimiento.

Se desarrollan mediante los objetivos institucionales identificados en el mapa


estratégico y sus despliegues en el segundo nivel. Estas tienen como propósito
brindar directrices de actuación para toda la Policía Nacional y son generadas por
la alta dirección con base en el método establecido en el proceso de
Direccionamiento Estratégico. Hacen parte de estas políticas la política de calidad

• Las políticas de operación. Tienen como propósito brindar directrices de


actuación para un proceso institucional determinado. Estas se establecen en el
proceso de Direccionamiento del Sistema de Gestión Integral.

• Política de Calidad. Son las intenciones y dirección global de la Institución


relativas a la calidad de su servicio, expresada formalmente por la alta dirección.
Esta tiene entre sus objetivos lograr la efectividad, confianza, el posicionamiento,
respeto y credibilidad de la Policía Nacional entre la comunidad, así como
garantizar la participación ciudadana como veedor institucional y su
corresponsabilidad en el aseguramiento de la convivencia pacífica.

Dentro de estas políticas se especifican los lineamientos generales, concebidos


como los criterios que orientan el cumplimiento de las políticas institucionales y de
operación.

Bajo este enfoque, los Lineamientos Generales de la Política institucional permiten


consolidar un estilo de dirección centrado en el humanismo, que a partir de su
implementación facilita la modernización y redireccionamiento de la administración
del talento humano y la prestación de un servicio con estándares de calidad en
beneficio de la comunidad y el país.

Dichos lineamientos son determinados por el nuevo escenario estratégico de


seguridad, las exigencias de la sociedad y los resultados alcanzados,
constituyéndose en la hoja de ruta para consolidar las metas y objetivos trazados
por la institución.

La orientación que permite cumplir las políticas institucionales y los objetivos de


los procesos se agrupa en siete (7) grandes lineamientos que comprenden: un
direccionamiento Basado en el Humanismo con responsabilidad, la Gestión del
servicio sobre resultados efectivos, el rediseño y Fortalecimiento de la estructura
administrativa, la Potenciación del conocimiento y Formación Policial, el desarrollo
científico y tecnológico Policial, el Liderazgo Policial y comunicaciones
estratégicas, así como el control institucional y Veeduría social para el
mejoramiento del servicio.

De esta forma, dichos lineamentos integran las necesidades prioritarias de la


Policía nacional para el cumplimiento de su misión y alcance de su visión con el fin
de garantizar un servicio efectivo y oportuno en todo el territorio nacional.

2.1 DIRECCIONAMIENTO POLICIAL BASADO EN EL HUMANISMO

El humanismo en la Institución se moviliza sobre la base del respeto, hacia uno


mismo y hacia el otro, y la dignidad para asegurar el reconocimiento del servidor
público policial como un ser humano, en donde se entienda que la libertad, valor
fundamental, debe ser utilizada responsablemente. Esto implica una construcción
para fortalecer valores y principios, y generar a su vez compromisos que resuelvan
problemas del ciudadano.
El lineamiento de política Direccionamiento Policial Basado en el Humanismo,
busca el fortalecimiento del servidor público policial en las dimensiones del ser, a
través de la calidad de vida y el desarrollo laboral, en total acoplamiento con el
proyecto de vida personal y de su efectivo gerenciamiento, asegurando la
significación de la dignidad en distintos ámbitos de la profesión de policía.

Desde esta perspectiva, uno de los grandes retos de la Policía Nacional radica en
determinar un enfoque humanístico del servicio de policía, que armonice con el
direccionamiento estratégico y la gerencia de procesos de la Institución. Al existir
esta alineación, se obtienen los resultados que se han planeado desde estos dos
componentes del Sistema de Gestión Integral SGI, en el cual la gestión humana
es el soporte para lograr la efectividad en el servicio.

La Dirección de la Policía Nacional consciente de los desafíos en su interior como


institución, asumió el compromiso de consolidar una organización altamente
competitiva a través de la adopción del Modelo de Gestión Humana. La valoración
del “ser” y la integración de los valores humanos están hoy llamados a articular el
fortalecimiento del cuerpo de la institución y consecuentemente la garantización de
un mejor servicio de policía.

La capacidad transformadora sobre la cual la Policía Nacional establece estos


nuevos lineamientos estratégicos, se fundamenta en la identificación de 5
dimensiones, desde las cuales personal uniformado y no uniformado fortalecen
sus capacidades. La dimensión ética, deontológica y valores; la dimensión
intelectual socio afectiva; la dimensión laboral y la dimensión física.

Llevar a la práctica el direccionamiento policial basado en el humanismo nace


desde uno de los procesos fundamentales. El proceso de selección e
incorporación evalúa la capacidad psicofísica, socio-familiar y de seguridad del
aspirante, para la búsqueda de los mejores talentos, en respuesta a las exigencias
institucionales y con el fin de prestar un servicio efectivo a la comunidad.
Lo anterior implica tener una proyección desde una visión humanista que resalte e
impacte la integralidad; la cual contempla el desarrollo intelectual; la continuidad y
estabilidad en los cursos; el fortalecimiento del espíritu del cuerpo policial para
mejorar la imagen institucional y la credibilidad ciudadana; así como el respeto de
los derechos humanos.

El humanismo y la efectividad desde esta perspectiva, se conciben la


estructuración del círculo virtuoso que integra el proyecto de vida personal con la
institución y permite el desarrollo integral del hombre y mujer policía y asegure la
prestación de un servicio con calidad humana.

2.2 GESTION DEL SERVICIO SOBRE RESULTADOS EFECTIVOS

Existen tres ámbitos clave de evaluación del servicio policial: el desempeño


individual de cada policía, la calidad de la organización en su conjunto y la
efectividad en el conocimiento y atención de los motivos de policía. en estos
ámbitos, es necesario delimitar la dimensión que se mide de la función policial, ya
se trate de actividades o medios que el policía emplea para desarrollar sus
procesos o del impacto final y los resultados de la actividad policial.

En el caso de la Policía nacional, se viene contemplando una variación en los


parámetros de seguimiento y evaluación a la gestión del servicio, los cuales
sobrepasan la medición de su efectividad en la “operatividad” (medida reactiva);
en este caso, la evaluación se centra en el cumplimiento de las metas que se
formulen en las unidades de acuerdo con su diagnóstico, así, el mejor resultado es
la satisfacción de la comunidad frente a un ambiente seguro. Bajo esta premisa,
los aspectos a evaluar son: la gestión policial, la reducción estadística delictiva y la
percepción ciudadana.
En concordancia con lo anterior, la dirección General de la Policía nacional, a
través del desarrollo de sus políticas institucionales, busca en el presente y hacia
el futuro garantizar, bajo los criterios de eficiencia, celeridad, economía,
oportunidad y transparencia, prestar un servicio asertivo y efectivo.

En este sentido, la institución ha formulado toda una política estratégica


operacional del servicio, cuyo desarrollo traerá consigo positivos cambios en el
panorama de la seguridad ciudadana. su despliegue e implementación se logrará
a través del desarrollo de las siguientes estrategias policiales:

• Estrategia de la inteligencia policial para la seguridad ciudadana.


• Estrategia en materia de investigación criminal.
• Estrategia contra toda la cadena del narcotráfico.
• Estrategia aplicada para la reducción de delitos de impacto.
• Estrategia para la participación, convivencia e integración ciudadana.
• Plan nacional de Vigilancia comunitaria por cuadrantes.
• Programa de departamentos y municipios seguros.
• Estrategia policial para la protección del medio ambiente.
• Estrategia policial para la prevención y atención de desastres.

Con este fin, la Policía nacional establece sus principios doctrinales de la línea de
política operacional, teniendo en cuenta el despliegue de sus procesos misionales
(prevención, seguridad y convivencia ciudadana, inteligencia e investigación
criminal), los cuales soportan el servicio de Policía consolidando la convivencia y
seguridad ciudadana en el territorio nacional.

De ahí que la Institución mantenga como propósito imperante la especialización,


consolidación y proyección del servicio de Policía, a partir de la definición de
criterios generales para su despliegue territorial en el marco del lineamiento de
Política Operacional Sobre Resultados Efectivos que contemplen, por un lado, la
definición y alcance de las modalidades y especialidades policiales, las cuales le
permiten cumplir su misión constitucional y adaptar su servicio a las nuevas
dinámicas de seguridad; y por otro, la organización, misionalidad, ámbito de
acción, funciones y alcance de las unidades desconcentradas, bajo criterios
básicos como la delegación, corresponsabilidad y la complementariedad de
funciones, acompañada por un sistema de dirección basado en un alto grado de
autonomía para hacerlas más operativas, flexibles y con capacidad de adaptación
a las necesidades propias de su jurisdicción, con la respectiva alineación a las
políticas generales emanadas de la Dirección General de la Policía Nacional.

En cuanto al despliegue del servicio de Policía en contextos rurales, la Institución


desarrollará su gestión operativa sobre resultados efectivos, apuntando de manera
acertada y efectiva a la estructuración de un servicio integral en el campo
colombiano, que permita llegar de manera oportuna y eficiente a la comunidad, a
través del liderazgo comunitario, la protección del ambiente, la flora, la fauna y la
prevención en la explotación de recursos naturales renovables y no renovables; de
igual forma, lograr el control de las zonas productivas, de frontera, resguardos
indígenas, parques nacionales y reservas naturales.

Adicionalmente al despliegue realizado por la Policía Nacional, la Constitución


Política concede funciones y competencias a las autoridades departamentales,
distritales y municipales para atender los fenómenos de violencia y delincuencia
que atentan contra la convivencia y seguridad ciudadana de sus jurisdicciones.
Por ello, con el transcurso del tiempo se han diseñado mediante la expedición de
leyes y decretos un conjunto de instrumentos para que las autoridades atiendan
de manera sistemática, organizada y dando cumplimiento a los principios de la
competencia (coordinación, concurrencia y responsabilidad) y a las problemáticas
que afectan la convivencia y la seguridad ciudadana.

Así mismo, fortalecerá su marco de acción a través de las sus representantes en


el exterior en las agregadurías de Policía, oficiales de enlace, misiones de paz y la
participación en eventos y mecanismos relativos a la política de seguridad común.
Del igual modo, continuará incrementando sus capacidades mediante el
intercambio de información, la asistencia técnica, la transferencia tecnológica y el
intercambio de experiencias en materia de investigación criminal y procesos de
formación policial.

Finalmente, la Policía Nacional avanzará en el fortalecimiento de las alianzas y


relaciones para la cooperación transnacional, mediante la consolidación de
instrumentos y mecanismos bilaterales y multilaterales que le permitan
posicionarse con liderazgo en la comunidad internacional.

2.3 REDISEÑO Y FORTALECIMIENTO DE LA ESTRUCTURA


ADMINISTRATIVA

El Gobierno Nacional en el Plan de Desarrollo establece con el fin de mejorar la


competitividad de las entidades públicas, que deben adoptarse sistemas de
calidad y eficiencia administrativa, razón por la cual se implementa el Sistema
Integral de la Gestión Pública compuesto por: Sistema de Desarrollo
Administrativo “SISTEDA”. Ley 489 de 1998 y el Decreto 3622 de 2005, Sistema
de Gestión de la Calidad: Ley 872 de 2003 con su norma técnica, NTC GP 1000
de 2004. y el Decreto 4110 de 2004, y Sistema de Control Interno, con el Modelo
Estándar de Control Interno, MECI 1000:2005. y el Decreto 1599 de 2005.

La Policía Nacional concibe su sistema administrativo bajo el enfoque provisto por


el Sistema de Gestión Integral, como el eje para dirigir, organizar, planear,
controlar y evaluar el accionar institucional, para ello, cuenta con un conjunto de
normas y procesos que regulan el análisis, rediseño, implantación y actualización
de la estructura administrativa organizacional, en coherencia con los objetivos
definidos en el Plan Estratégico Institucional.
Desde esta organización, se garantiza el manejo de todos los recursos existentes
en la Institución, constituyéndose en un reto para la Policía Nacional el determinar
un rediseño administrativo que le permita cumplir con su misión, considerando los
cambios de la normatividad y las necesidades del servicio.

El rediseño administrativo está encaminado a renovar y fortalecer la gestión, a


través de la ejecución de las mejores prácticas que aseguren la competitividad y
productividad de la Policía Nacional frente a las exigencias del Estado y la
comunidad.

2.4 POTENCIACIÓN DEL CONOCIMIENTO Y FORMACIÓN POLICIAL

La educación policial constituye la oportunidad de potenciar el conocimiento a


través de procesos de enseñanza-aprendizaje y la posibilidad de transformar al
ser humano, además de crear conocimiento para solucionar las necesidades del
entorno. el conocimiento fundamentado en la práctica, está directamente
relacionado con la producción de doctrina; en tal sentido, el quehacer policial a
nivel estratégico, táctico y operacional, es la fuente de conocimiento más
significativa, para consolidar la esencia y la proyección de la política educativa
institucional.

En este sentido, potenciar el conocimiento es desarrollar la capacidad de actuar


más allá de la tradición; es rescatar y valorar la diferencia para agregar valor a los
procesos organizacionales.

En la institución, la potenciación del conocimiento constituye una variable


estratégica a partir de tres factores claves: las personas, la tecnología y la
información.

Además de potenciar el conocimiento, el proceso educativo se entiende como la


posibilidad de desarrollar integralmente al ser humano desde todas sus
dimensiones, con el objetivo de formar profesionales de policía con un alto sentido
de la responsabilidad social. en este contexto, se exalta el verdadero valor
humano de la educación.

El conocimiento requiere aprendizaje; por ello, para la Policía nacional es


necesario desarrollar un proceso educativo con sentido pedagógico, que facilite a
los profesionales de policía pensar la institución en términos transformadores. en
consecuencia, la educación debe facilitar la adopción de un pensamiento
estratégico, crítico y analítico, es decir, preparar a los policías para asumir con
autoridad intelectual y moral, los retos del servicio.

Finalmente, potenciar el conocimiento es posicionar al hombre y mujer policía


como líderes de su comunidad, pues en el valor acumulado del conocimiento,
debe fundarse la fortaleza de la institución.

2.5 DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO POLICIAL

El conocimiento en todas sus manifestaciones es parte esencial de la misionalidad


institucional.

Por tal razón, es necesaria la consolidación de la cultura investigativa, tecnológica


y de innovación, en función de apoyar la búsqueda de lograr la convivencia y
seguridad ciudadana.

El sistema institucional de ciencia, tecnología e innovación de la Policía nacional


se proyecta como la alternativa para potenciar y aplicar el conocimiento que posee
el talento humano al servicio de la institución. Este sistema vincula a todas las
unidades de la policía nacional, tanto del nivel central como desconcentrado,
permitiendo el desarrollo de proyectos de investigación científica desde el campo
educativo, administrativo y operativo; todos ellos, bajo el liderazgo de la dirección
nacional de escuelas, a través de la Vicerrectoría de investigación.

De otra parte, es necesario considerar que los adelantos tecnológicos de última


generación deben referenciarse, adaptarse, incorporarse y desarrollarse a la
infraestructura, la logística y a la gestión del conocimiento institucional.

2.6 LIDERAZGO INSTITUCIONAL Y COMUNICACIONES ESTRATÉGICAS

Somos conscientes de que la institución comunica con todo su ser y hacer, a


través de los medios convencionales, a través de los rostros de su gente, a través
de su participación en la comunidad, con la calidad de su servicio, con su
presencia física, con sus edificios. Éstas y muchas otras acciones simples y
cotidianas están diciendo algo acerca de la institución.

Por esta razón, se concibe la gestión de la comunicación como un elemento


transversal, estratégico y fundamental para el éxito de la labor policial que permite
incrementar los índices de convivencia y seguridad ciudadana.

Los grandes objetivos de la gestión del sistema de comunicaciones estratégicas


son: fortalecer una cultura de servicio respetuoso, efectivo y cercano al ciudadano,
incrementar los niveles de credibilidad, confianza y posicionamiento de la
institución y gestionar las estrategias, canales y medios para garantizar
comunidades seguras, solidarias y en convivencia.

Para el cumplimiento de esta misión, se requiere de cuatro (4) ejes estratégicos


(componentes del sistema), que se convierten en los frentes de acción que
permitirán implementar la comunicación pública en la institución y ser la guía de
ejecución en todo el país.
Estos son:
 Relaciones estratégicas
 Comunicación organizativa
 Gestión de vínculos con la comunidad
 Plataforma integral de medios.

2.7 CONTROL INSTITUCIONAL Y VEEDURIA SOCIAL PARA EL


MEJORAMIENTO DEL SERVICIO

La integridad hace referencia al comportamiento recto, probo e intachable de los


hombres y mujeres policías en cumplimiento de los principios éticos y en el
desempeño de sus funciones, reflejados en el manejo honrado y pulcro de los
bienes públicos encomendados en razón de su función. La transparencia se
refiere a la claridad de sus actos, sin dejar ningún tipo de duda en sus
desempeños. se sitúa en el ámbito de la comunicación, del suministro de
información, y la rendición de cuentas a la sociedad.

El proceso de integridad policial es un conjunto de acciones comunicativas,


organizativas y pedagógicas desarrolladas desde el ámbito de la prevención y el
control, encaminadas a modelar el comportamiento ético de la mujer y el hombre
Policía, para que sus actos públicos y privados se enmarquen dentro de la
integridad y transparencia.

Requiere una adhesión firme a los referentes éticos policiales.

Es importante identificar que el Proceso de integridad Policial maneja dos


componentes, uno preventivo y otro de control los cuales contemplan una serie de
elementos que los definen así:
• Componente de Prevención: sistema ético policial, código de buen gobierno,
código de ética, fundamentos éticos, principios éticos, valores éticos, directrices
éticas, acuerdos y compromisos éticos y cultura de la legalidad.

• Componente de control: sistema de atención y seguimiento al ciudadano,


direccionamiento del ejercicio del mando y mantenimiento de la disciplina,
investigaciones disciplinarias, centros de conciliación, derechos humanos y
centros de reclusión.

2.8 ESTRATEGIAS DEL DIRECTOR

2.8.1 Estrategia Institucional de Seguridad y Convivencia Ciudadana


2.8.2 Estrategia de Intervención Integral Contra el Narcotráfico
2.8.3 Estrategia Institucional Contra las Bandas Criminales
2.8.4 Estrategia de Protección a las Poblaciones vulnerables
2.8.5 Estrategia Institucional de Seguridad Vial
2.8.6 Estrategia Contra el Tráfico de Estupefacientes en Menores Cantidades
2.8.7 Estrategia Contra el Hurto de Celulares
2.8.8 Estrategia Contra los Delitos Informáticos
2.8.9 Estrategia Nacional Contra el Secuestro y la Extorsión
2.8.10 Estrategia Integral contra la Micro-extorsión
2.8.11 Estrategia de Protección a la Infancia y la Adolescencia
2.8.12 Estrategia Contra el Contrabando
2.8.13 Estrategia Institucional de Acción Integral Contra el Terrorismo
2.8.14 Estrategia para la Restitución de Tierras
2.8.15 Sistema Integrado de Seguridad Rural
2.8.16 Estrategia Contra la Minería Ilegal
2.9 DECALOGO DEL DIRECTOR

2.9.1 Primero el ciudadano: Desde la Policía Nacional reconocemos los


derechos y deberes de los ciudadanos, y nuestra labor junto con las demás
instituciones del Estado es respetarlos, protegerlos y hacerlos cumplir. Liberar
al ciudadano de las problemáticas de inseguridad que lo aquejan, es nuestra
prioridad de trabajo y nuestro compromiso. Nuestra esencia es la comunidad, por
esa razón, sin temor a equivocarnos podemos decir que ésta es la Policía de
todos los colombianos.

2.9.2 Lucha frontal contra la delincuencia. Nuestro deber es liberar a la


ciudadanía del yugo que la delincuencia común quiere imponerle, por ello
vamos a fortalecer el Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes y
nuestro trabajo con las autoridades político administrativas y de justicia para la
desarticulación de las redes dedicadas al narcomenudeo, la micro-extorsión y el
tráfico de armas, en los ámbitos urbanos. Estas se han constituido en nuevas
formas de financiación para grupos emergentes dedicados al crimen.

2.9.3 Contribuir a la implementación de la Política Nacional de Seguridad y


Convivencia Ciudadana. Mejorar los niveles de civismo y participación de
nuestros ciudadanos es una tarea que implica no sólo ejercer el control y la
autoridad de la policía, sino que requiere mayores inversiones en prevención,
fortalecimiento de la justicia y, por supuesto, continua formación de nuestros
ciudadanos desde la cultura de la legalidad. Debemos lograr que delitos como el
hurto de teléfonos móviles, el hurto a personas, el hurto a residencias y el hurto al
comercio se reduzcan notablemente.

2.9.4 Combatir el crimen organizado. Actualmente este permea la


institucionalidad y atenta contra el desarrollo humano sostenible del país.
Debemos declarar un ataque frontal contra las economías criminales. Para tal
efecto, lucharemos contra aquellos que han encontrado en la exploración,
explotación y aprovechamiento ilícito de yacimientos mineros, un aliciente para
continuar derramando sangre y sufrimiento en nuestro territorio. Combatiremos a
todos aquellos que aún se movilizan libremente tratando de controlar las rutas del
narcotráfico y sembrando violencia para asegurar el dominio de corredores
estratégicos. Junto con las autoridades ambientales, de justicia y la sociedad,
construiremos una plataforma institucional que nos permita luchar de manera
efectiva contra toda forma de delito que se constituya en una amenaza para el
desarrollo del país, pero sobre todo para la supervivencia de la humanidad.

2.9.5 Asegurar las condiciones para todas las víctimas de la violencia que
hoy empiezan el largo camino de volver a sus tierras. Desde la Policía
Nacional lideraremos un modelo de seguridad rural integral cuya finalidad sea
garantizar a los ciudadanos la seguridad en el retorno a sus tierras. La seguridad
en el ámbito rural, implica un despliegue de nuestras capacidades institucionales,
puesto que necesitamos garantizar la cobertura efectiva de los territorios que hoy
retoman nuestros campesinos con la esperanza de hacer de nuestros campos
lugares productivos y prósperos.

2.9.6 Trabajo en equipo con las Fuerzas Militares, las autoridades


territoriales, de justicia y los organismos de control. Los colombianos no
tienen duda alguna, como bien lo recordaba el Señor Presidente de la República,
hace algunas semanas, que el trabajo coordinado con las fuerzas militares y el
diálogo que hoy existe entre los organismos de inteligencia, ha dado muestras de
ser una alianza efectiva, puesto que fue gracias a éste que se logró la senda de
triunfos en la lucha contra las FARC; las operaciones Fénix, Camaleón, Jaque,
Sodoma, Fortaleza I y II, Cazador, Alquimia, Libertad Cafetera y Berlín, son
hechos imborrables en la memoria de nuestros ciudadanos. Los logros
obtenidos son triunfos de la libertad y la ley. Seguiremos realizando
operaciones conjuntas y coordinadas con las Fuerzas Militares. La unión de
nuestras capacidades a partir de la diferencia de roles y misiones que tenemos es
una fortaleza para el Estado y un elemento fundamental en el camino hacia la
Prosperidad Democrática.

La seguridad de los ciudadanos no es posible sin la justicia, desde la Policía


continuaremos trabajando con las autoridades judiciales en el cumplimiento de
esta función prioritaria para el Estado.

Atender los retos y desafíos que se nos presentan requiere corresponsabilidad,


por esto invito al sector privado a vincularse en el fortalecimiento del Plan
Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, de tal forma, que a partir de
iniciativas de responsabilidad social empresarial se contribuya con la generación
de una cultura de convivencia pacífica, basada en el respeto por las normas y el
reconocimiento de los derechos de todos los ciudadanos.

También convoco a las universidades, centros de pensamiento y a la


academia a interesarse por desarrollar investigaciones sobre los fenómenos
sociales que generan actividades ilegales y criminales, para que desde la
producción de conocimiento contribuyan a la labor de la institución y a la
construcción de políticas públicas integrales.

La participación de la sociedad civil organizada es clave en este proceso, por lo


que espero que las organizaciones sociales y los ciudadanos continúen
acompañando de manera crítica y propositiva a la Policía Nacional de Colombia.

2.9.7 Alcanzar el humanismo responsable, estable, con compromiso efectivo


y comunitario. Los Policías debemos ser un ejemplo para la sociedad, nuestro
servicio oportuno y efectivo se constituye en la mejor carta de presentación del
Estado ante el ciudadano.

Trabajaremos en pro de las necesidades de los ciudadanos entendiendo las


particularidades que los rodean, sus expectativas y sus sueños. De esta forma,
tendremos como recompensa una sonrisa, acompañada de un profundo
sentimiento de gratitud.

Señor Presidente, otra de las máximas manifestaciones del humanismo es la


estabilidad y el bienestar de nuestro recurso humano, por esto, continuaremos
trabajando con los ministerios involucrados y bajo su liderazgo, en la búsqueda de
soluciones sostenibles a los ascensos del nivel ejecutivo, así como al
mejoramiento de las condiciones de salud y bienestar de todo el personal de la
Policía.

2.9.8 Lograr que las actuaciones de todos los policías se den en el ámbito de
la Ley, el respeto por los Derechos Humanos y el cumplimiento de los
principios del buen gobierno. Es claro, para todos los aquí presentes, que las
labores que cumplimos los policías y en general las Fuerzas Armadas de
Colombia, deben ser analizadas y juzgadas teniendo como referente las
particularidades del contexto, por esta razón continuaremos trabajando con el
Ministro de Defensa Nacional en la reforma a la justicia penal militar, para que
ésta, como bien lo ha dicho el Presidente, sea una justicia fuerte, creíble y
respetada nacional e internacionalmente, y que se constituya en una garantía
constitucional para todos los miembros de la Fuerza Pública.

2.9.9 Conquistar mayores niveles de conocimiento que nos permitan innovar


en la prestación del servicio de policía. El conocimiento se constituye en el
primer elemento para garantizar un uso proporcional de la fuerza ante los hechos
de violencia, delincuencia y crimen que debemos atender. Innovar en la prestación
del servicio de policía sólo es posible si nos inspiramos en los ideales de la
ciudadanía, si somos capaces de visualizar escenarios futuros y nos anticipamos a
hechos que atenten contra la sociedad.

2.9.10 Acrecentar el uso de las nuevas tecnologías de las comunicaciones y


la información en la prestación del servicio de policía. El uso adecuado de
sistemas de información nos permitirá llevar a cabo acciones de carácter
preventivo y al mismo tiempo focalizar nuestras actuaciones. El mundo está
cambiando, los ciudadanos de hoy más allá de ser digitales requieren de un
servicio de policía capaz de anticiparse a los hechos, pero sobre todo de un
servicio presente y efectivo en todo momento y lugar. Incorporar las nuevas
tecnologías en el servicio de policía debe permitirnos mayores niveles de
efectividad y cobertura, que deben reflejarse, a su vez, en un equilibrio frente al
aumento de efectivos.

2.10 NUESTRA CULTURA INSTITUCIONAL

PARA QUÉ CONSOLIDAR LA CULTURA INSTITUCIONAL

Usted es un integrante de la red de cultura institucional y por ello el punto de


partida para desempeñar su papel como parte activa de este equipo es tener
claridad del para qué de esta movilización. Iniciemos despejando 3 preguntas
básicas que son el argumento de la consolidación de la cultura de la Policía
Nacional:
1. ¿Qué es cultura institucional?
2. ¿Qué cultura queremos consolidar en nuestra Institución?
3. ¿Por qué gestionar la cultura institucional en la Policía Nacional?

QUÉ ES CULTURA INSTITUCIONAL


La cultura son los comportamientos, es lo que conocemos, en lo cual creemos,
por lo que nos movemos y nos despertamos cada día, es lo que nos mantiene
unidos y nos permite articularnos como Institución, lo que permite validar las
experiencias de los demás y sobre todo la experiencia de vida de cada uno de
nosotros.
QUÉ CULTURA QUEREMOS CONSOLIDAR EN NUESTRA INSTITUCIÓN

Una cultura basada en… el humanismo y en el fortalecimiento de la dignidad del


ser policía.
Que se exprese en… el uso responsable de la libertad, el respeto, el equilibrio del
rol personal y profesional, el sentido de compromiso, felicidad y de unidad de
servir a los colombianos.

Por qué es relevante gestionar la cultura institucional en la Policía Nacional


Existen varias razones y beneficios de consolidar nuestra cultura, algunas de ellas
son:

Fortalecer la credibilidad y confianza institucional


La credibilidad se construye en las interrelaciones que los miembros de la
Institución tienen con su equipo de trabajo, con la comunidad y en general con la
sociedad. Es por ello que las diferentes percepciones de los comportamientos de
los integrantes de la Institución al estar alineadas y ser coherentes con los
principios y valores de la Policía Nacional, soporta e incrementa los niveles de
confianza.

Integrar, articular esfuerzos y lograr unidad institucional.


Todos trabajamos por los mismos objetivos institucionales. La gestión estratégica
de la cultura permite integrar y articular los esfuerzos que hace nuestra Institución,
permitiendo coordinar acciones de manera integral, orientándolas hacia una
coherencia y operatividad para que se puedan materializar y llegar a todos los
niveles de la Institución.

Consolidar el Sistema de Gestión Integral SGI


Una vez implementado el Sistema de Gestión Integral con sus 3 componentes: el
direccionamiento estratégico, la gerencia de procesos y la gestión del talento
humano, ahora iniciaremos la consolidación de la cultura como elemento
articulador e integrador que permita continuar consolidando la implementación y
efectividad del SGI de la Policía Nacional.

Conocer y gestionar cómo somos


Conocer qué nos caracteriza como integrantes de la Institución permite gestionar
los aspectos que nos frenan y nos impulsan para tener una mejor gestión, lograr
una integración para una dignificación policial y como consecuencia un servicio
profesional, efectivo, cercano y respetuoso.

El modelo cuenta con focos de acción para movilizar la


cultura, estos se identifican cada cuatrienio y se validan en la
caracterización anual donde se determinan los aspectos que
frenan e impulsan a la Institución para alcanzar los objetivos
de la Policía Nacional.

Estos focos fueron definidos a partir del estudio e


investigación realizado en 2010 y serán movilizados de
manera permanente con el fin de lograr cambios concretos en
los comportamientos para así avanzar hacia la cultura
referente.
De acuerdo con los hallazgos en el estudio de una mirada conjunta de cómo
somos del año 2010, se priorizó y se estableció la secuencia de movilización
(indicada con los número en el icono de la estrella), sin esto indicar el nivel de
importancia y sin dejar de lado las acciones que adelantan los diferentes
programas y proyectos en la Institución, que aportan a cada foco y que
paulatinamente se irán articulando para unir esfuerzos y canalizar acciones que
permitan consolidar la cultura de forma integral y sistémica.

A continuación, se definen los 7 focos de acción asociados a las tres dimensiones


del modelo y que se están movilizando en la Institución entre el 2011 al 2013:

DIMENSIÓN SERVICIO

Significado, valoración y satisfacción de ser policía


al ofrecer un servicio profesional, respetuoso,
cercano y efectivo con su equipo de trabajo y con la
comunidad, a través de acciones cotidianas como el
saludar, escuchar y actuar con responsabilidad.

El sello de nuestros comportamientos


Conciencia del valor de la vida y del respeto como
persona a cada integrante de la Institución y de la
comunidad; a través de la vivencia de los derechos
humanos y de los 4 principios institucionales:
Vida
Excelencia
Dignidad
Equidad y coherencia
El eje de nuestros comportamientos

DIMENSIÓN INTEGRACIÓN

Estilo de liderazgo basado en el humanismo, la


transparencia y la disciplina con el fin de tomar
decisiones equitativas que armonicen los intereses de
la Institución, de sus integrantes y de la sociedad para
lograr confianza y credibilidad.

Coherencia del comportamiento cotidiano de los


integrantes de la Institución con los valores y
principios institucionales tanto en el ámbito personal
como en su labor policial.
Valoración de la familia de los integrantes de la
Institución como eje de motivación para el desarrollo,
equilibrio y balance de su vida personal y laboral.

DIMENSIÓN GESTIÓN

Unidad institucional a través del fortalecimiento del


trabajo en equipo, espacios y procesos de
articulación e integración de esfuerzos para lograr
efectividad y sinergia del talento humano y los
recursos en función del logro de los objetivos
institucionales.

Apropiación del conocimiento que los integrantes


de la Policía tienen sobre la Institución, su doctrina, la
legislación, el plan de gobierno, la realidad del país
y del contexto en el cual ejercen su servicio policial,
para facilitar y mejorar la gestión
TERCERA UNIDAD

DEFINICIÓN Y DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE SEGURIDAD


Y CONVIVENCIA CIUDADANA Y DE PREVENCIÓN “CORAZON
VERDE”

3.1 DEFINICIÓN Y DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE SEGURIDAD Y


CONVIVENCIA CIUDADANA (2SC) Y DE PREVENCIÓN (SP)

El concepto de sistema corresponde al conjunto de elementos que se relacionan


entre sí, caracterizándose por la flexibilidad, el dinamismo, la autorregulación y la
búsqueda del equilibrio cuando factores externos o internos afectan la
interrelación, lo cual permite avanzar a partir del enfoque sistémico en los
siguientes aspectos:

• Identificar la naturaleza de los vínculos entre los diferentes componentes del


sistema de acuerdo con su complejidad.

• Visualizar la dinámica organizacional como transformadora de insumos y


conocimientos en productos y servicios dentro de un entorno cambiante.

• Comprender los fenómenos de carácter social que afectan la seguridad y


convivencia ciudadana, con el propósito de construir nuevas realidades.

Bajo esta conceptualización se estructuraron los sistemas de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC) y el Sistema de Prevención (SP), los cuales están
constituidos por el conjunto de actores y factores que se interrelacionan entre si y
que requieren de una articulación efectiva, para garantizar la protección del
ciudadano frente a los riesgos y amenazas de su seguridad y convivencia.
Desde esta perspectiva, la dinamización de los sistemas en mención se encuentra
soportada en los siguientes ejes transversales:
• Gobernabilidad: responsabilidad del Estado de dirigir por medio de las
decisiones y de las acciones de sus entidades el logro de los propósitos y
aspiraciones de la comunidad política en el marco de la Constitución y la ley.

• Legitimidad: reconocimiento y aceptación de la autoridad del Estado, sus


agentes y representantes, producto del consenso social, la credibilidad y confianza
generada por sus acciones.

• Corresponsabilidad: relación que se establece entre los actores intervinientes


en el sistema y que bajo un criterio de responsabilidad compartida contribuyen con
la seguridad y convivencia.

• Coordinación: concertación de medios y esfuerzos para una acción común que


en cooperación armónica tiene como fi n utilizar conocimiento para la toma de
decisiones, que se traduzcan en acciones que impacten favorablemente las
expectativas y necesidades del ciudadano.

• Gestión del conocimiento: orientada a recolectar y utilizar información que les


permita realizar acciones integrales y coordinadas.

• Focalización: encaminada a establecer criterios de responsabilidad de cada


actor, para generar y consolidar mejores condiciones de seguridad y convivencia
ciudadana.

La implementación de los sistemas mediante estos seis (6) ejes garantiza el


desarrollo de iniciativas estratégicas y líneas de acción del Plan Integral Policial
para la Seguridad del Ciudadano (PIPSC-CV), soportadas en el fortalecimiento de
la Institución como elemento integrador del sistema y las interacciones necesarias
entre Estado y sociedad para alcanzar un escenario deseable de seguridad y
convivencia, así como contrarrestar las amenazas y factores criminales que
atentan contra ellas.
Así las cosas, el PIPSC-CV en el marco de los sistemas de Seguridad y
Convivencia Ciudadana (2SC) y el Sistema de Prevención (SP) se define a partir
de los siguientes criterios:

1. La articulación efectiva entre los actores y los factores de los sistemas


señalados, para que en el marco de la política gubernamental se promueva la
protección del ciudadano frente a los riesgos y amenazas a su seguridad.

2. La búsqueda del equilibrio en las relaciones entre los componentes que integran
los sistemas, ante los factores desestabilizantes de la seguridad y convivencia
ciudadana.

3. El liderazgo corresponsable frente a la seguridad y la convivencia ciudadana.

4. La gestión del conocimiento para la prevención, ante la constante mutación de


los fenómenos. 5. La sostenibilidad del desarrollo humano como elemento
fundamental de los Objetivos del Milenio propuestos por la Organización de
Naciones Unidas (ONU).

6. La garantía de atención oportuna frente a desastres naturales y catástrofes.

7. La obtención de resultados tras la implementación del PIPSC-CV.


3.2 SISTEMA DE SEGURIDAD Y CONVIVENCIA CIUDADANA (2SC)

La seguridad ciudadana se entiende como la “protección universal a los


ciudadanos frente a aquellos delitos y contravenciones que afecten su dignidad, su
seguridad personal y la de sus bienes, y ante el temor de la inseguridad”.

En tal sentido, la seguridad no solo se asume como la lucha contra la


delincuencia, sino que contempla además la creación de un ambiente propicio y
adecuado para la convivencia pacífica de las personas. Por ello, el concepto de
seguridad debe poner énfasis en el desarrollo de las labores de prevención y
control de los factores que generan la violencia e inseguridad, más que en tareas
específicamente represivas o reactivas ante hechos consumados. Asimismo, la
convivencia implica un conjunto de orientaciones y acciones institucionales,
ciudadanas y del sector privado orientadas a prevenir, disuadir, controlar y superar
las manifestaciones que afectan la tranquilidad, la sociabilidad, la salubridad, la
moralidad y el medio ambiente de los ciudadanos.

Bajo este entendido, el Sistema de Seguridad y Convivencia Ciudadana (2SC), se


encuentra integrado por los subsistemas social, estatal y criminal, cuya interacción
evidencia la relación y el impacto de los elementos que afectan la seguridad y
convivencia ciudadana, lo cual es condicionado por el entorno y el medio
ambiente.

De esta forma, el Subsistema Social se define como el conjunto de actores y


factores sociales que interactúan entre sí, a través de relaciones mediadas por
intereses. Estas interacciones buscan evitar el conflicto y garantizar la
subsistencia y convivencia de los individuos en un medio, manteniendo su
organización y armonía.

Por su parte, el Subsistema Estatal corresponde al conjunto de instituciones,


políticas, legislaciones y tratados internacionales que, articulados por la acción del
Estado, interactúan para producir una situación social libre de riesgos y conflictos
violentos. La acción del Subsistema Estatal se concreta especial, aunque no
exclusivamente, en la Policía Nacional.

Finalmente, se encuentra el Subsistema Criminal, entendido como atractor


negativo del sistema, conformado por estructuras criminales, delincuencia
organizada y delincuencia común, que amenazan e impactan la seguridad y
convivencia ciudadana por la comisión de delitos y contravenciones, con el
objetivo de fortalecer su economía criminal y/o generar control social y territorial,
afectando a los subsistemas Social y Estatal.

Adicionalmente, como elementos que determinan la dinámica de los tres


subsistemas, se identifican de forma complementaria el entorno y el ambiente,
entendiendo el primero como el escenario en el que se desenvuelve la
coordinación de los subsistemas social y estatal, en referencia a los ámbitos de
coordinación, relación y corresponsabilidad; y el segundo, como el eje de
articulación geográfico, cultural y geopolítico en el que se moviliza el sistema para
garantizar su funcionamiento.

De igual forma, el Sistema de Seguridad y Convivencia Ciudadana (2SC) se


soporta y fortalece en dos ejes: legitimidad y gobernabilidad. El primero, entendido
como el reconocimiento y aceptación de la autoridad del Estado; y el segundo,
como la capacidad del Estado para gobernar con el propósito de generar
condiciones de seguridad y convivencia ciudadana, necesarias para el ejercicio de
la autoridad.

Según lo descrito, el 2SC permite al Estado orientar las acciones pertinentes para
garantizar la protección de los individuos, las comunidades y las instituciones
democráticas frente a los desafíos internos y externos que los afectan, vinculando
los gobiernos nacional, regional y local, así como una visión amplia de la
seguridad para enfrentar las raíces que causan dichos fenómenos de violencia y
criminalidad.

Así, la gestión de la seguridad y convivencia mediante este sistema refleja lo


dispuesto en el artículo séptimo del Plan Nacional de Desarrollo, el cual señala
que “el Gobierno Nacional en desarrollo de los principios de coordinación,
concurrencia y subsidiariedad, podrá crear sistemas nacionales de coordinación
integrados por autoridades nacionales y territoriales, previa aceptación de éstas.
Las entidades conformarán un órgano de coordinación y fijación de parámetros
técnicos que serán vinculantes para los miembros del respectivo Sistema en la
adopción de las políticas concernientes. La información que posean los
organismos y entidades que lo integran, relacionada con la actividad del Sistema,
deberá ser entregada al órgano de dirección del mismo, en los términos que
establezca el Gobierno Nacional para tal efecto…”.

De esta manera, la construcción del Sistema de Seguridad y Convivencia


Ciudadana (2SC), como fundamento del Plan Integral Policial para la Seguridad
del Ciudadano “Corazón Verde”, contribuye al desarrollo de un concepto moderno
de seguridad pública que contempla todo el ámbito de la criminalidad y
conflictividad que amenaza la seguridad y convivencia. Su construcción se soporta
en un enfoque sistémico, que permitió la identificación de los siguientes aspectos
para cada subsistema:
a) Los procesos, entendidos como las problemáticas más importantes que surgen
en cada subsistema y que generan retos a intervenir para garantizar la seguridad y
convivencia ciudadana.
b) Los insumos, entendidos como las herramientas del Estado Social de Derecho
para enfrentar las dificultades que plantean los procesos identificados.
c) Los focos, que representan las instituciones y organizaciones que, de forma
prioritaria pero no excluyente, deben articular los esfuerzos necesarios para
generar acciones que contrarresten los procesos o problemáticas identificadas,
apoyándose en las herramientas del Estado, que se describen como insumos del
sistema.
d) Las salidas, entendidas como el impacto positivo que se generará como
resultado de la articulación de esfuerzos y capacidades de los actores
identificados en los focos.
En este Sistema de Seguridad y Convivencia Ciudadana (2SC), la Policía Nacional
se ubica como líder en la articulación de estrategias integrales para garantizar la
seguridad y la convivencia ciudadana, en razón de sus capacidades y cobertura.
3.2.1 DEFINICIÓN Y DESPLIEGUE DEL SUBSISTEMA SOCIAL DEL SISTEMA
DE SEGURIDAD Y CONVIVENCIA CIUDADANA (2SC)

El Subsistema Social en el contexto del 2SC se integra a partir de los siguientes


elementos:

3.2.1.1 Insumos del Subsistema Social del Sistema de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC)

Los procesos del Subsistema Social se atienden a partir de unos insumos,


entendidos como las herramientas del Estado para enfrentar y buscar la
estabilización de la situación social que se registra en el país.

Dentro de estos insumos se encuentran:

• La Constitución Política, que fija los límites y define las relaciones entre los
poderes del Estado (poderes que en los países occidentales modernos se definen
como poder legislativo, ejecutivo y judicial) y de estos con sus ciudadanos,
estableciendo así las bases para su gobierno y para la organización de las
instituciones en que tales poderes se asientan.

- Ley 418 de 1997 (Instrumentos para la búsqueda de la convivencia y la eficacia


de la justicia), que tiene por objeto dotar al Estado de instrumentos eficaces para
asegurar la garantía y plenitud de derechos y libertades consagrados en la
Constitución Política.

- Decreto 1355 de 1970, que establece el Código Nacional de Policía y define las
conductas contravencionales en que pueden incurrir los ciudadanos.
• Los códigos de ética civil, como los parámetros establecidos por las
corporaciones, gremios, organizaciones y sindicatos tendientes a regular la
conducta de sus asociados.
• La doctrina institucional de la Policía Nacional, que define los parámetros de la
actuación policial en el marco de los lineamientos de la Dirección General y las
políticas institucionales.
• El Departamento de Prosperidad Social (DPS), creado por el Gobierno nacional
con el propósito de unificar la atención a las problemáticas sociales.
• Los pronunciamientos de las cortes nacionales e internacionales en materia de
DD. HH, y DIH, especialmente la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
que establece como una prioridad para la Policía Nacional la población que es
vulnerable y que requiere medidas especiales de protección.
• Las encuestas y mediciones de opinión pública, como instrumentos para conocer
el nivel de satisfacción y percepción de la ciudadanía.

3.2.1.2 Procesos del Subsistema Social del Sistema de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC)

Los procesos, definidos como las problemáticas que surgen en el Subsistema


Social y que generan retos a intervenir para garantizar la seguridad y convivencia
ciudadana, están conformados por:

• Indiferencia social, entendida como la escasa o nula participación de los actores


sociales en los temas que impactan la seguridad y convivencia ciudadana.

En el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, se establece que la


participación ciudadana debe garantizarse en todo momento como requisito para
el desarrollo democrático y el pluralismo, soportada en el conocimiento, el
desarrollo en educación y tecnología, además del acceso a la información y al
conocimiento por parte de la sociedad civil, como elemento clave para el control
que ejerce la comunidad desde la veeduría social, para habilitar el funcionamiento
correcto del Estado.

• El cuerpo normativo, entendido como el conjunto de leyes, decretos, reglamentos


y normas emitidos por el Estado, constituido por -- El Plan Nacional de Desarrollo,
“Prosperidad para todos”, establecido mediante la Ley 1450 de 2010, que tiene
como objetivos consolidar la seguridad y alcanzar la paz, así como dar un gran
salto de progreso social y lograr un dinamismo económico regional que permita el
desarrollo y crecimiento sostenible, más empleo formal y menor pobreza; en
definitiva, mayor prosperidad para toda la población.

-- Ley 1448 del 10 de junio de 2011 (Ley de Víctimas y Restitución de Tierras), que
tiene como objeto establecer medidas judiciales, administrativas, sociales,
económicas, individuales y colectivas tendientes a la atención de víctimas en el
marco de un concepto de justicia transicional (reparación con garantía de no
repetición).

-- Ley 1454 de 2011 (Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial), que dicta la


norma para la organización político-administrativa del territorio colombiano y
establece los principios rectores del ordenamiento, definiendo el marco
institucional y los instrumentos para el desarrollo territorial.

• Los conceptos de comunidad, vulnerabilidad y delincuencia, en los que converge


todo lo concerniente a la población, generando énfasis en aquella vulnerable y
especialmente protegida, así como el ámbito delincuencial que la asedia.

• Los escenarios de violencia intrafamiliar y homicidios, que se generan producto


de la connivencia en entornos no seguros que existen en algunas ciudades del
país.
• Los cerca de 1.637 mitos de inseguridad5 que la Policía Nacional ha venido
identificando y derribando mediante una acción sistemática, orientada a brindar
garantías de seguridad, las cuales pasan por una gestión del conocimiento que
permite identificar las causas del delito, del crimen y de la inseguridad.

• La sobre explotación del medio ambiente, como uno de los componentes de


mayor atención por parte del Estado-Nación y que actualmente está siendo
afectado por diferentes fenómenos como el narcotráfico y la minería ilícita.

• La identificación de intereses, necesidades y conflictos, derivados de las


acciones de grupos armados ilegales.

• Las comunidades vulnerables y especialmente protegidas, susceptibles de ser


vinculadas por los grupos ilegales, con el fin de lograr sus intereses.

• La cultura de la ilegalidad como paradigma social, que facilita la interacción de la


delincuencia y el crimen, en espacios de connivencia social.

3.2.1.3 Focos del Subsistema Social del Sistema de Seguridad y Convivencia


Ciudadana (2SC)

Los focos del 2SC son definidos como actores entre los cuales se plantean
interacciones, articulaciones o corresponsabilidad para formular soluciones a los
problemas identificados y generar oportunidades para desarrollar estrategias
conjuntas, articuladas y focalizadas. En ellos se encuentran presentes las
siguientes entidades y organismos:

• Presidencia de la República, con sus altas consejerías, los ministerios y los


departamentos administrativos, encargados de dirigir y gerenciar la política pública
en materia de seguridad y convivencia.
• Gobernaciones y alcaldías, encargadas de dirección y gerenciamiento de la
seguridad y convivencia ciudadana en lo regional y local.

• Corporaciones públicas, como organismos colegiados que ejercen


representación de la ciudadanía en una jurisdicción.

• Organismos de control, encargados de velar por el cumplimiento de la


Constitución, las leyes, las decisiones judiciales y los actos administrativos.

• Rama judicial, por medio de las altas cortes, el sistema judicial y la Fiscalía
General de la Nación, responsables de la ejecución de las normas y la
administración de justicia.

• Representantes de la sociedad civil (gremios, juntas y sindicatos), sobre los


cuales se soporta gran parte de la opinión pública ciudadana.

• Organismos internacionales, entendidos como organizaciones que en


representación de los Estados, los gobiernos, o los intereses transnacionales,
promueven y dinamizan acuerdos de cooperación, convenios y mecanismos que
optimizan la prevención, persecución y control de los fenómenos y hechos que
afectan la seguridad y convivencia.

• Organizaciones no gubernamentales, que establecen control y realizan estudios


referentes a problemáticas de interés para la seguridad y convivencia,
manteniendo altos niveles de aceptación y participación.

3.2.1.4 Salidas del Subsistema Social del Sistema de Seguridad y Convivencia


Ciudadana (2SC) A partir de la intervención de los procesos en mención, se
plantean las salidas como aquellos resultados que pueden lograrse fruto de la
articulación de los esfuerzos y capacidades de los actores identificados en los
focos. Para el Subsistema Social del 2SC se identificaron las siguientes salidas:

• Generación de instrumentos que faciliten la denuncia con el fi n de promover la


participación corresponsable de la ciudadanía con el sistema judicial y
contravencional, a la vez que genera credibilidad y confianza.

• Eficiencia en la administración de justicia con la reforma a los procedimientos y la


celeridad procesal, producto que depende de la articulación de esfuerzos
interinstitucionales y ciudadanos.

• Articulación de observatorios de violencia intrafamiliar y de criminalidad como


fuentes para la gestión del conocimiento, orientada al análisis sistemático e
integral de las problemáticas sociales y la comprensión del Subsistema Criminal
para su abordaje.

• Disminución del campo de acción de las economías ilegales, fruto del creciente
compromiso de la ciudadanía en materia de cultura de la legalidad y de la
articulación de los actores y factores del sistema.

• Educación y acuerdos éticos con el sector privado, con base en el compromiso y


conciencia ciudadana hacia la seguridad y convivencia, que contribuye a la suma
de esfuerzos para promover las condiciones ideales para el desarrollo social y
económico del país.

• Mayor coordinación, cooperación y articulación en participación y control social,


mediante la generación de nuevos mecanismos de comunicación y respuesta
efectiva, enfocados al ciudadano.

• Aumento del compromiso de las comunidades en la lucha contra el crimen y la


violencia por medio de acciones que convocan y rescatan el rol ciudadano con la
seguridad, gracias a la credibilidad y confianza generada por la articulación de los
componentes del sistema.

3.2.2 DEFINICIÓN Y DESPLIEGUE DEL SUBSISTEMA ESTATAL DEL


SISTEMA DE SEGURIDAD Y CONVIVENCIA CIUDADANA (2SC)

El Subsistema Estatal del 2SC se entiende como el conjunto de instituciones,


políticas, legislaciones y tratados internacionales que, articulados por la acción del
Estado, interactúan para producir una situación social libre de riesgos y conflictos
violentos.

En este sentido, la dinamización del Subsistema Estatal propone el desarrollo de


acciones que se despliegan de forma interrelacionada desde las diferentes
instituciones y se concretan de manera especial pero no exclusiva de la Policía
Nacional. A continuación se definen los componentes del Subsistema Estatal del
2SC:

3.2.2.1 Insumos del Subsistema Estatal del Sistema de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC)

Los insumos o fuentes de información desde los cuales se fundamenta el


Subsistema Estatal del 2SC son:

• La Constitución Política, que fija los límites y define las relaciones entre los
poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial).

• La normativa y cooperación internacional de organismos multilaterales como la


Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos
(OEA), la Convención de Palermo y la Unión de Naciones Suramericanas
(UNASUR), entre otras.

• El cuerpo normativo que habilita a la Institución para mantener una dinámica de


coordinación con los fines del Estado. Dentro del cuerpo normativo del Subsistema
Estatal del 2SC se contemplan:

-- Ley 62 de 1993, “por la cual se expiden normas sobre la Policía Nacional, se


crea un establecimiento público de seguridad social y bienestar para la Policía
Nacional, se crea la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada y se
reviste de facultades extraordinarias al Presidente de la República”.
-- Ley 1453 del 24 de junio de 2011, “por medio de la cual se reforma el Código
Penal, el Código de Procedimiento Penal, el Código de Infancia y Adolescencia,
las reglas sobre extinción de dominio y se dictan otras disposiciones en materia de
seguridad”.
-- Ley 1448 del 10 de junio de 2011, “por la cual se dictan medidas de atención,
asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y se
dictan otras disposiciones”.
• El Plan Nacional de Desarrollo “Prosperidad para todos”, en materia de
seguridad, establece que el Estado definirá una nueva estrategia que responda a
las características que han tomado las amenazas y un dimensionamiento real de
la situación general de la seguridad y defensa en la actualidad.
• Política Integral de Seguridad y Defensa para la Prosperidad, la cual se
constituye en un marco de acción sectorial que apunta a la detención definitiva del
reloj de la violencia en Colombia y la neutralización oportuna de cualquier nueva
amenaza, con el propósito de alcanzar condiciones de seguridad óptimas para
garantizar la prosperidad democrática y el progreso nacional.
• Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, como resultado de un
proceso de construcción y diálogo interinstitucional que busca proteger a los
ciudadanos en su vida, integridad, libertad y patrimonio económico, mediante la
reducción y sanción del delito, el repudio a la violencia y la promoción de la
convivencia.
• Políticas públicas, políticas sectoriales, documento CONPES, Sistema General
de Participaciones, Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres, así
como políticas públicas departamentales y municipales.
• Documentos de la sociedad civil organizada, entendidos como las publicaciones,
revistas, artículos, documentos científicos, estudios, informes, encuestas u otro
tipo de documentos de origen no estatal.
• Medición de la opinión por medio de encuestas, sondeos, entrevistas y otros
recursos de consulta a la ciudadanía.
• Doctrina institucional: soportada en la normativa que enmarca la misión
institucional (Constitución Política, leyes y sentencias de las altas cortes); políticas
institucionales, formulación estratégica de la Institución y la reglamentación del
servicio de policía (reglamentos, manuales y procedimientos).

3.2.2.2 Procesos del Subsistema Estatal del Sistema de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC)

Dentro del Subsistema Estatal del 2SC se identifican las siguientes problemáticas:
• El empleo de los recursos como factor fundamental para garantizar el correcto
funcionamiento del Estado y lograr que los dineros públicos sean redistribuidos a
zonas alejadas o periféricas del país.

• Acceso a la justicia y aplicación de la ley, que son vistos como factores


fundamentales en el Subsistema Estatal, para que el ciudadano de a pie pueda
acceder a la aplicación de las normas que lo favorecen y protegen, a partir de una
articulación de esfuerzos interagenciales.

• El marco normativo que reglamenta los asuntos relacionados con las


responsabilidades de los organismos estatales en materia de seguridad, el cual se
caracteriza por la inestabilidad jurídica que genera diversidad de criterios en la
aplicación de las normas, reglas y/o leyes referidas a un mismo tema.

• Administración de la función pública, como un factor que debe mantenerse


cohesionado y articulado a partir de todos los instrumentos gubernamentales y
normativos, con el fi n de mejorar las condiciones de coordinación para optimizar
el logro de los fines del Estado.

• Ejercicio de los derechos y libertades como garantía para la participación,


privilegiando el papel del ciudadano en su interacción con el Estado y la ejecución
de las normas, además de constituirse en el marco de la función pública y la
actuación de los actores responsables de la seguridad y convivencia.

• Coordinación y corresponsabilidad de carácter institucional, que en concordancia


con el principio constitucional de cooperación armónica se constituye en el
elemento dinamizador a partir del cual es posible generar un mayor impacto en el
desarrollo del Subsistema Estatal, para proteger la sociedad.

3.2.2.3 Focos del Subsistema Estatal del Sistema de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC)

Los actores mediante los cuales el Subsistema Estatal del 2SC plantea
interacciones, articulaciones o corresponsabilidad con el propósito de formular
soluciones a los problemas anteriormente identificados (procesos) son:

• Presidencia de la República, altas consejerías, Ministerio del Interior, Ministerio


de Justicia y departamentos administrativos, encargados de dirección y
gerenciamiento de la seguridad y convivencia.
• Gobernaciones y alcaldías, responsables de la dirección y gerenciamiento de la
seguridad y convivencia ciudadana en lo regional y local.

• Rama judicial: altas cortes y Fiscalía General de la Nación, actores


fundamentales en el sistema penal que permiten dinamizar la seguridad y
convivencia.

• Policía Nacional, mediante el programa Departamentos y Municipios Seguros


(DMS), con el que se promueve la participación e integración de las autoridades
locales y la gestión territorial para apoyar los procesos de seguridad y convivencia.

• Consejo Superior de Política Criminal y Penitenciaria, Consejo Nacional de


Policía y Seguridad Ciudadana, Consejo Nacional de Conciliación y Acceso a la
Justicia, Consejo Superior de Seguridad y Defensa Nacional, Comisión
Intersectorial Permanente para la Coordinación y Seguimiento de la Política
Nacional en materia de DD. HH. y DIH.

• INTERPOL, EUROPOL y AMERIPOL, organizaciones de policía de carácter


internacional que definen estándares de actuación y prioridades misionales de
estos cuerpos, permitiendo además expandir y articular las estrategias contra la
criminalidad y la prevención de hechos que impactan la tranquilidad y seguridad
de los ciudadanos.

• Corporaciones públicas, como organismos colegiados que ejercen


representación de la ciudadanía en una jurisdicción.

• Cuerpos de apoyo a la tarea de seguridad y convivencia, como los bomberos,


Defensa Civil, Cruz Roja y ONG, los cuales constituyen oportunidades de
movilización de esfuerzos, tanto interinstitucionales como comunitarios y sociales.
• Organismos de control, encargados de velar por el cumplimiento de la
Constitución, las leyes, las decisiones judiciales y los actos administrativos.

3.2.2.4 Salidas del Subsistema Estatal del Sistema de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC)

Los escenarios definidos como las salidas deseables, planteados en el


Subsistema Estatal del (2SC), los cuales se espera que impacten en la seguridad
y convivencia ciudadana, son:

• Eficiencia en la aplicación de la justicia mediante la sinergia de las entidades


comprometidas en esta tarea.

• Efectividad en el marco jurídico, estableciendo mecanismos legales que


fortalecen la actuación estatal.

• Consolidación de un sistema de garantías, con el fi n de avanzar en la protección


de los derechos de todos los ciudadanos.

• Generación de mecanismos de coordinación interinstitucional que permitan la


innovación y complementariedad en la actuación pública.

• Focalización de políticas sobre determinados grupos de población o sobre


situaciones de seguridad específicas.

• Resultados efectivos en seguridad que comprometen y vinculan a los


responsables de la seguridad en los niveles nacional, regional y local.

En la actualidad no existen mecanismos legales orientados a promover que las


instituciones del Estado mantengan vínculos de coordinación con la Policía
Nacional de Colombia; por esto el compromiso que la Institución asume en la
articulación con el Subsistema Estatal del 2SC lo hace desde el principio
establecido en la Constitución Política y en cooperación armónica con las
instituciones del Estado. En definitiva, es un esfuerzo que implica el liderazgo y la
convocatoria de voluntades, que pasa por el querer hacer y que se espera
concretar en acciones contundentes.

La articulación de los subsistemas Estatal y Social del 2SC y el rol que cumple la
Policía Nacional en esta dinámica de armonización generarán significativos
impactos en el Subsistema Criminal, que se describe a continuación.

2.3 DEFINICIÓN Y DESPLIEGUE DEL SUBSISTEMA CRIMINAL DEL SISTEMA


DE SEGURIDAD Y CONVIVENCIA CIUDADANA (2SC)

El Subsistema Criminal actúa como un atractor negativo del 2SC y contra el cual
se movilizan los esfuerzos de los subsistemas Estatal y Social. Se encuentra
conformado por estructuras criminales, delincuencia organizada y delincuencia
común, que aprovechando las condiciones del entorno que les favorece y las
vulnerabilidades de las instituciones amenazan e impactan la seguridad y
convivencia ciudadana mediante la comisión de delitos y contravenciones, con el
objetivo de fortalecer su economía criminal, ampliar sus alcances y/o generar
control social o territorial.

3.2.3.1 Procesos del Subsistema Criminal del Sistema de Seguridad y


Convivencia Ciudadana (2SC)

Teniendo en cuenta que los fenómenos criminales obedecen a dinámicas


diferenciales, este subsistema se estructura teniendo en cuenta cinco (5)
categorías de crimen, definidas por la comunidad internacional, lideradas por
Interpol y Europol, las cuales deben ser contempladas en la operacionalización de
las estrategias para enfrentar y contrarrestar sus efectos en la seguridad y
convivencia. Estas categorías son:

1. Un crimen organizado serio, representado por aquellas estructuras criminales


que tienen una composición jerárquica definida, con políticas establecidas, y que
son visibles para el 2SC. En esta categoría se ubican estructuras criminales como
las FARC, el ELN, las bandas criminales narcotraficantes y el EPL.

2. Un crimen organizado no violento, representado por todas aquellas


manifestaciones de crimen que se estructuran en forma de red, sin acudir
directamente a una violencia espontánea, pero que representan un gran impacto
para la seguridad nacional y la seguridad ciudadana. En esta categoría se
registran fenómenos como el lavado de activos, el contrabando, el tráfico de
armas, órganos, especies y el crimen cibernético, entre otros.

3. Una delincuencia organizada sistémica, representada por aquellas estructuras


del crimen organizado que hacen uso de la violencia pero no con el objetivo de
desestabilizar la seguridad del Estado, sino con fines económicos y materiales. En
esta categoría se encuentran las bandas de delincuencia organizada como
pandillas, combos, “oficinas de cobro” al servicio del narcotráfico que se dedican a
actividades como la extorsión, el hurto en sus diversas modalidades, el “fleteo”,
entre otros. Este tipo de violencia es una de las prioridades de la Policía Nacional
de Colombia.

4. Una delincuencia común que se desprende de intereses particulares de quien la


ejecuta, pero concentra un impacto amplio en la percepción de seguridad, con
acciones que afectan de manera directa al ciudadano, a partir de fenómenos como
el hurto a residencias, vehículos y celulares.

5. Un crimen emergente que se registra de forma espontánea en una sociedad,


derivado de intereses pasionales y demás actos generados por la intolerancia y
contravenciones, que en la mayoría de los casos se manifiesta en homicidios y
lesiones personales.

Retomando lo planteado por la Organización de Estados Americanos, el crimen


tiene una naturaleza diversa y un alcance multidimensional, en la que se reconoce
una diversificación y expansión del modelo criminal a partir de la lógica “Marca,
Violencia y Territorio”. Según la OEA este principio sirve para interpretar cómo la
organización y estructura criminal asume una denominación y unas
manifestaciones de violencia para el control del territorio, que se evidencian no
solo en el accionar de las organizaciones criminales estructuradas, sino también
en las bandas delincuenciales y que se traducen en acciones de intimidación, de
hecho, persuasión y disuasión para dispersar la presencia de algún sector que no
es común a sus intereses.

Lo anterior se traduce en la comisión de delitos y contravenciones producto, no


solamente de esas expresiones sistemáticas de violencia, sino también de
manifestaciones de conflicto social o particular que llevan a que se desborden,
generando a su vez los últimos tres procesos del Subsistema Criminal: cultura de
la ilegalidad, situaciones de impunidad y percepción de inseguridad.

3.2.3.2 Insumos para afrontar el Subsistema Criminal del Sistema de


Seguridad y Convivencia Ciudadana (2SC)

Para hacer frente al Subsistema Criminal existen herramientas diseñadas por el


Estado como la Constitución Política, la Política Integral de Seguridad y Defensa
para la Prosperidad, la Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana
y el Plan Estratégico del Sector Defensa.

Además, está vigente un cuerpo normativo que habilita al Estado para enfrentar a
la criminalidad, integrado por la Ley 418 de 1997, la Ley Orgánica de
Ordenamiento Territorial, la de seguridad ciudadana, La Ley de Víctimas y
Restitución de Tierras, el Código Penal, el Código de Tránsito, entre otros.

Igualmente, el Estado cuenta con acuerdos de cooperación internacional que han


permitido fortalecer la acción integral contra las manifestaciones criminales, con un
alcance multidimensional que traspasa fronteras y se materializa en instancias
como AMERIPOL, INTERPOL, EUROPOL y cuerpos multinacionales de aplicación
de la ley.

3.2.3.3 Focos para contrarrestar el Subsistema Criminal del Sistema de


Seguridad y Convivencia Ciudadana (2SC)

Se requiere de una articulación desde diferentes perspectivas de las


corporaciones públicas que incluya a ministerios y consejerías, departamentos
administrativos, corporaciones públicas, rama judicial, consejos (Consejo Superior
de Política Criminal y Penitenciaria, Consejo Nacional de Policía y Seguridad
Ciudadana, Consejo Nacional de Conciliación y Acceso a la Justicia, Consejo
Superior de Seguridad y Defensa Nacional) y comisiones (Comisión Intersectorial
Permanente para la Coordinación y Seguimiento de la Política Nacional en materia
de DD. HH. y DIH), en conjunto con la Policía Nacional.

El programa de Departamentos y Municipios Seguros (DMS), liderado por la


Policía Nacional, contribuye a la consecución de recursos y la estructuración de
planes de desarrollo local, en función de fortalecer la acción en contra del crimen;
igualmente, el programa se ha venido fortaleciendo producto de la articulación de
la Policía y el Departamento de Prosperidad Social, convirtiéndose en una
instancia que focaliza la política de gobierno hacia la sociedad y que funciona
como mecanismo para la prevención del crimen.
Finalmente, los centros integrados de inteligencia, como instancias de
coordinación y como instrumentos de política pública, a través de los cuales se
está generando el primer esfuerzo en gestión del conocimiento en contra de la
criminalidad.

3.2.3.4 Salidas como impacto en el Subsistema Criminal del Sistema de


Seguridad y Convivencia Ciudadana (2SC)

Entendidas como el impacto deseado, las salidas requieren una articulación entre
focos, insumos y procesos, los cuales generan esfuerzos necesarios en la
utilización de las herramientas del Estado y producen resultados como
• La resocialización, definida a partir de la ejecución del sistema penitenciario y la
limitación a las posibilidades de reincidencia criminal.
• Reducción de los delitos de mayor impacto y afectación a la seguridad
ciudadana.
• Desarticulación de estructuras criminales, como producto de la acción estratégica
e integrada tanto de las capacidades institucionales como de la articulación con
los esfuerzos interinstitucionales.
• Fortalecimiento e integración de la investigación criminal y el sistema judicial.
• Integración de la capacidad y articulación institucional alrededor de la seguridad
y convivencia ciudadana.
• Fortalecimiento de las normas y de la estructura para su correcta aplicación.
• Interiorización de la ética social, lucha contra las apologías del delito y
compromiso con la cultura de la legalidad.

3.3 SISTEMA DE PREVENCIÓN (SP)

Desde la construcción sistémica de la Prevención para la Seguridad y Convivencia


Ciudadana, se entiende la prevención como un elemento inherente a la seguridad
humana que alude a la adopción de medidas (planificación, investigación, gestión
de la información). encaminadas a reducir la frecuencia de un hecho o un acto
considerado como no deseable.

El objetivo clave de la prevención es lograr que ningún riesgo o ninguna amenaza


se materialice, disminuyendo su probabilidad de ocurrencia o reduciendo el
impacto, o sus efectos, sobre una población ante su ocurrencia. Lo anterior, por
modificaciones de condiciones físicas, jurídicas o socioeconómicas del medio,
características psicológicas o biológicas de un grupo o de un particular, o por todo
cambio aportado a la forma jurídica u oficial de evaluar tal acontecimiento o tal
conducta.

En este sentido se contemplan dos tipos de prevención:


1. Prevención social: estrategias dirigidas a actuar en forma directa o indirecta
sobre las condiciones y los factores sociales que favorecen ciertas situaciones de
violencia, delitos o conflictos que afectan la seguridad y la convivencia ciudadana.
2. Prevención situacional: intervenciones orientadas a la recuperación y
mantenimiento de espacios y vías públicas deteriorados o que sirven para el
desarrollo de situaciones de desorden público, de violencia o delictivas.

De esta manera, el SP está conformado por el Subsistema Institucional


(organismos públicos y privados, nacionales y locales interactuando para la
prevención situacional y social de los factores que ponen en riesgo la seguridad y
para garantizar las condiciones para la convivencia ciudadana) y el Subsistema
Sociedad (ciudadanía y sociedad civil organizada, corresponsables en la
reducción y disminución de los riesgos que afectan la seguridad y convivencia
ciudadana).

Ambos subsistemas se relacionan entre sí actuando concertada y ordenadamente,


coordinados por una política, principios y normas de actuación, con el fin de
anticipar y reaccionar ante los problemas de inseguridad ciudadana y con el
objetivo de reducir sus causas y efectos, con instrumentos como estrategias,
planes y/o programas; recursos técnicos y humanos, logísticos y materiales en el
marco de la prevención social y situacional.

Así, el Sistema de Prevención (SP) tiene como alcance la gestión de la prevención


para la seguridad y convivencia ciudadana mediante la dinamización de los
subsistemas Institucional y Sociedad, que garantizan un liderazgo en cabeza de
las instituciones del Estado y las autoridades político-administrativas y, al mismo
tiempo, convocan la participación permanente de la sociedad civil organizada y los
ciudadanos no solo como beneficiarios de la labor de las autoridades, sino
también como corresponsables de su propia seguridad. Su dinamización se
soporta en cuatro (4) ejes:

• Coordinación: entendida como la concertación de medios y esfuerzos para una


acción común que tiene como propósito utilizar el conocimiento para la toma de
decisiones, que se traduzcan en acciones de prevención.
• Corresponsabilidad: se define como la relación que se establece entre los
actores intervinientes en el sistema y que, bajo un criterio de responsabilidad
compartida, contribuyen al desarrollo de actividades preventivas con la
comunidad.
• Gestión del conocimiento: acción conjunta entre los diferentes actores del
Sistema de Prevención orientada a recolectar, unificar y utilizar información que
les permita realizar acciones preventivas coordinadas, para optimizar los
resultados individuales o conjuntos, en procura de mejorar y mantener la
seguridad y convivencia ciudadana.
• Focalización: se refiere a la necesidad de centrar, concentrar y dirigir los
recursos y estrategias de acuerdo con las necesidades, prioridades y condiciones
regionales, que para el caso de Colombia requieren de una actuación particular
dependiendo del área donde se pretende desarrollar, considerando las diferencias
culturales, topográficas y geográficas, que ameritan de una atención diferencial
según la situación.
Por otra parte, para cada caso, la construcción del Sistema de Prevención (SP) se
soporta en el análisis sistémico de los subsistemas que lo conforman, en los
cuales se identificaron para cada uno los siguientes aspectos:

• Los procesos, entendidos como las dinámicas que se deben generar en el


Sistema para garantizar la Prevención para la Seguridad y Convivencia
Ciudadana.
• Los insumos, definidos como las herramientas del Estado Social de Derecho
para dinamizar los procesos identificados.
• Los focos, que representan las instituciones y organizaciones que, de forma
prioritaria pero no excluyente, deben articular los esfuerzos necesarios para
generar acciones que permitan el desarrollo y mantenimiento de los procesos
identificados, apoyándose en las herramientas del Estado identificadas en los
insumos.
• Las salidas, que representan el impacto positivo que se generará como resultado
de la articulación de esfuerzos y capacidades de los actores identificados en los
focos.

3.3.1 DEFINICIÓN Y DESPLIEGUE DEL SUBSISTEMA INSTITUCIONAL DEL


SISTEMA DE PREVENCIÓN (SP)

El Subsistema Institucional se entiende como la interacción de actores


institucionales encaminada a la prevención situacional y social de los factores que
ponen en riesgo la seguridad y la garantía de las condiciones para la convivencia
ciudadana. Los actores del Subsistema establecen entre sí relaciones de
coordinación y corresponsabilidad.

3.3.1.1 Insumos del Subsistema Institucional del Sistema de Prevención (SP)


Entendidos como las herramientas del Estado para dinamizar los procesos que
garantizan la prevención para la seguridad y convivencia ciudadana, de la
siguiente manera:

• Políticas públicas, dentro de las que se comprenden: el Plan Estratégico


Institucional de la Policía Nacional, el Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por
Cuadrantes y los planes de desarrollo departamentales y municipales.
• Cuerpo normativo, entendido como el conjunto de leyes, decretos, reglamentos y
normas emitidos por el Estado.
• Documentos de la sociedad civil organizada, que incluyen las publicaciones,
revistas, artículos, documentos científicos, estudios, informes, encuestas u otro
tipo de documentos.
• Medición de la opinión por medio de instrumentos como encuestas sondeos,
entrevistas para conocer la percepción ciudadana.
• Normativa internacional y cooperación internacional que regula y establece la
prioridad de la prevención frente a la reacción.
• Doctrina institucional que parte desde la Política Integral de Seguridad y Defensa
para la Prosperidad.

3.3.1.2 Procesos del Subsistema Institucional del Sistema de Prevención


(SP)

Entendidos como las acciones que generan opciones para garantizar la


prevención a partir de:
• Gestión de conocimiento y recursos como base esencial para la toma de
decisiones en materia de seguridad y prevención.
• Protección del bien público basada en la obligación de las instituciones del
Estado de anticiparse a las amenazas que pueden poner en riesgo la integridad de
los ciudadanos.
• Comunicación y participación ciudadana entendidas como la intervención
efectiva de la comunidad en la formulación de estrategias de prevención.
• Credibilidad y confianza como elementos sobre los cuales se soportan la
efectividad de una política de seguridad y la acción de las autoridades en materia
de prevención.
• Mitigación del riesgo en seguridad y convivencia, en el entendido de que el
riesgo cero no existe y que los esfuerzos institucionales siempre deben volcarse
hacia la generación de unas condiciones aceptables del riesgo, las cuales deben
mejorarse de manera continua.
• Sinergia de normas, políticas, programas y estrategias como motor de la
prevención, en cuanto generan una integración efectiva de las instituciones, la ley
y la sociedad.
• Integración, coordinación y corresponsabilidad en materia de prevención,
vinculando de forma activa todas las entidades y organismos del Estado, en
corresponsabilidad con las autoridades político-administrativas, la sociedad civil
organizada, las comunidades y el ciudadano.

3.3.1.3 Focos del Subsistema Institucional del Sistema de Prevención (SP)

Definidos como los actores que generan acciones para desarrollar y mantener las
dinámicas que permiten la prevención en seguridad y convivencia ciudadana:

• Presidencia de la República y los ministerios del Interior, Justicia, Protección


Social, Trabajo y Educación, al establecer lineamientos y políticas en torno a la
prevención en seguridad y convivencia.
• Gobernaciones y alcaldías, encargadas de la dirección y gerenciamiento de la
seguridad y convivencia ciudadana en lo regional y local.
• Congreso de la República, responsable desde la rama legislativa de generar
normas orientadas a regular la convivencia y preservar la seguridad ciudadana.
• La Policía Nacional, en su responsabilidad constitucional de garantizar las
condiciones para la paz, la seguridad y la convivencia, de acuerdo con su
naturaleza preventiva, lo cual le impone la obligación de liderar y promover las
acciones del Estado para evitar la comisión de hechos que impacten
negativamente tales condiciones.
• Superintendencias, vinculadas al sistema como entes responsables del control
administrativo y de la regulación de las actividades del sector privado, lo que las
convierte en un actor clave en la articulación de esfuerzos interinstitucionales y en
la armonización de los intereses privados con el bien público.
• Consejos y comités, los cuales congregan intereses de diverso orden, a la vez
que articulan las políticas y propósitos del Gobierno nacional y de la política
pública con el quehacer de las instituciones; así mismo, por ser instancias
decisivas por intermedio de las cuales se disponen las acciones orientadas a
responder de manera efectiva a las afectaciones de la seguridad y la convivencia.
• Organismos de control, encargados de velar por el cumplimiento de la
Constitución, las leyes, las decisiones judiciales y los actos administrativos.
• Cuerpos de apoyo a las tareas de seguridad y convivencia ciudadana como los
bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja y ONG.
• Corporaciones públicas, que corresponden a los organismos colegiados que
ejercen representación de la ciudadanía en una jurisdicción.

3.3.1.4 Salidas del Subsistema Institucional del Sistema de Prevención (SP)

Entendidas como los escenarios deseables, se definen en el SP como:


• Corresponsabilidad y focalización para la prevención, lo que requiere una acción
efectiva de las diferentes instituciones, de acuerdo con las necesidades y
características de cada región.
• Integración de capacidades en TIC, mediante la articulación de las tecnologías
de la información y las comunicaciones, así como de la experiencia en este campo
de los diferentes actores, al igual que la articulación e integración efectiva de
bases de datos que permitan una adecuada gestión del conocimiento para la
prevención.
• Gestión de conocimiento integral y efectivo, a partir de la articulación e
integración de las fuentes de información, estudios, bases de datos, observatorios,
experiencias, lecciones aprendidas y logros de los diferentes actores del sistema,
lo que permite la toma de decisiones concertadas y la unidad de criterio en la
ejecución de las acciones, constituyéndose en capital social y en el soporte de una
sociedad que aprende de los hechos para generar prevención.
• Fortalecimiento jurídico contra el crimen y el delito que permita garantizar que el
delincuente sea juzgado, pague su pena y pueda ser resocializado.
• Cultura, promoción y protección de los derechos humanos, como elemento
básico que garantice las libertades y las oportunidades de participación, desarrollo
individual y comunitario, al tiempo que exalta la dignidad y primacía del ciudadano
como objeto y destinatario de la función pública.
• Reducción de la deserción escolar, al comprender que la educación es un
instrumento importante para salvaguardar la integridad de la infancia y
adolescencia, frente a los intereses de la delincuencia y el crimen organizado.
• Una política pública integral para la prevención que dé respuesta no solo a la
anticipación ante delitos o crímenes, sino que también atienda factores sociales
que incentivan las problemáticas de seguridad como el consumo de alcohol, las
adicciones, descomposición familiar, violencia en las relaciones interpersonales,
connivencia con el crimen y cultura de la ilegalidad, entre otras.

3.3.2 DEFINICIÓN Y DESPLIEGUE DEL SUBSISTEMA SOCIEDAD DEL


SISTEMA DE PREVENCIÓN (SP)

El Subsistema Sociedad se define como el conjunto de actores (sociedad) que con


sus acciones construyen una red de interacciones (lo social) que afectan positiva y
negativamente su entorno, lo cual tiene incidencia directa en la reducción y
disminución de los riesgos que afectan la seguridad y convivencia ciudadana.
3.3.2.1 Insumos del Subsistema Sociedad del Sistema de Prevención (SP)

Entendidos como las herramientas de la sociedad para dinamizar los procesos


que garantizan la prevención; estos son:

• La Constitución Política, la cual fija los límites y define las relaciones entre los
poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial) y de estos con sus ciudadanos,
estableciendo así las bases para su gobierno y para la organización de las
instituciones en que tales poderes se asientan.

• Políticas, planes y programas que impactan los mecanismos y acciones de


prevención de las entidades públicas.
• Cuerpo normativo nacional e internacional que regula y fija parámetros de acción
en lo referente a la prevención.
• Documentos de la sociedad civil organizada que ilustran y señalan aspectos para
fortalecer la prevención en seguridad y convivencia.
• Documentos y declaraciones de organismos internacionales, los cuales plantean
alternativas y fijan parámetros de actuación, a la vez que definen criterios y
buenas prácticas para desarrollar acciones de prevención y establecer programas
considerados como exitosos frente a fenómenos similares en otros lugares del
mundo, además de facilitar la obtención de recursos de cooperación para financiar
proyectos locales.
• Doctrina institucional de la Policía Nacional, que reconoce la naturaleza
preventiva de la Institución, así como los procedimientos del proceso de
prevención y define los programas, proyectos, planes, acciones y tareas que
deben emprender las unidades en articulación con otros actores e instancias.
• Sistema Nacional de Información para la Educación Superior, con estadísticas y
datos referentes a la participación de las instituciones de educación superior, que
puede ser empleada como insumo para convocar su vinculación activa a los
procesos de prevención social y situacional, aprovechando su conocimiento y
capacidad de convocatoria, movilización y credibilidad.
3.3.2.2 Procesos del Subsistema Sociedad del Sistema de Prevención (SP)

Entendidos como las acciones que generan opciones para garantizar la


prevención en seguridad y convivencia ciudadana:

• Participación para la prevención y percepción de la inseguridad, como instancia


de integración de la sociedad y sus instituciones en función de la prevención, que
debe ser liderada por la Policía Nacional, con miras al fortalecimiento de la
seguridad del ciudadano.
• Cultura de la ilegalidad, como paradigma social que facilita la interacción de la
delincuencia y el crimen en espacios de connivencia social.
• Accesibilidad a la información para la calidad de vida, seguridad y convivencia,
para que la ciudadanía cuente con todas las garantías que establece el Estado
Social de Derecho, a partir del acceso al conocimiento de las normas, su
aplicación e impacto en sus entornos de desarrollo y convivencia.
• Configuración de entornos seguros, a partir de la acción corresponsable entre
autoridades, Policía y ciudadanía, para construir espacios de cooperación en
materia de prevención y seguridad.
• Cobertura y capacidad, dado que gran parte de las necesidades manifiestas que
justifican una política de prevención se derivan de las falencias del Estado en
cuanto a cobertura y capacidad económica, lo que limita las posibilidades de
atención a las necesidades básicas de la población y genera focos para el
asentamiento del delito al limitar la inclusión social.

3.3.2.3 Focos del Subsistema Sociedad del Sistema de Prevención (SP)

Los focos del Subsistema Sociedad se refieren a las entidades, organismos e


instituciones cuyos esfuerzos articulados permiten optimizar los recursos y
potenciar los alcances de las acciones emprendidas en materia de prevención,
como producto de la dinamización del sistema, dentro de los que se incluyen:
• Presidencia de la República, ministerios y departamentos administrativos,
responsables de fijar lineamientos y políticas que permitan la generación y
desarrollo de acciones preventivas que faciliten y promuevan la convivencia sana
y pacífica.
• Gobernaciones y alcaldías, encargadas de la dirección y gerenciamiento de la
seguridad y convivencia ciudadana en lo regional y local.
• Organismos de control, como responsables de velar por el cumplimiento de la
Constitución, las leyes, las decisiones judiciales, los actos administrativos y la
función pública.
• La Policía Nacional, como actor clave en materia de prevención en seguridad y
convivencia ciudadana, por medio de sus capacidades y cobertura, así como de
sus procesos, procedimientos, experiencias y el liderazgo que debe asumir para la
movilización del sistema.
• Representantes de la sociedad civil cuyos conocimientos, experiencia y criterios
contribuyen de manera significativa a orientar y focalizar los esfuerzos
promoviendo la participación corresponsable de los ciudadanos.
• Organismos internacionales con capacidad de movilización, generación de
recursos, cooperación, credibilidad y concentración de intereses y esfuerzos.
• Organizaciones no gubernamentales (ONG) que realizan estudios, análisis e
informes referentes a las condiciones de bienestar de la población y se
desempeñan como promotoras de la protección de los derechos humanos y el
acceso a las condiciones de bienestar en los sectores menos favorecidos de la
población, además de sus capacidades para gestionar y captar recursos.

3.3.2.4 Salidas del Subsistema Sociedad del Sistema de Prevención (SP)

Definidas para el Sistema de Prevención (SP), en términos de:


• Articulación y coordinación de partidos y movimientos políticos a partir de la
corresponsabilidad que deben asumir en la formulación de propuestas e iniciativas
proyectadas como insumo para la generación de políticas de gobierno y
actividades de control político.
• Marco legislativo para la prevención, el cual debe integrar y establecer
parámetros de cumplimiento que coadyuven al fortalecimiento de la prevención en
el entorno social.
• Garantías de seguridad para la población vulnerable y especialmente protegida,
frente a los factores de riesgo que pueden vulnerar sus derechos y libertades.
• Compromiso de la sociedad civil con la prevención y el desarrollo. A partir del
reconocimiento ciudadano de las instituciones se logran consolidar espacios de
cooperación, lo cual se verá reflejado en los resultados contra el delito y la
criminalidad.
• Promoción de la vinculación laboral mediante la gestión de convenios entre el
sector público y el privado, aspecto que impactará en la disminución de fuentes de
ingreso provenientes de la economía ilegal.
• Compromiso de la sociedad para la minimización en la manifestación de
conductas antiéticas. De la misma manera, el control a la gestión de las
instituciones por medio de las veedurías ciudadanas y de los espacios de
rendición de cuentas.

3.3.3 DESARROLLO DEL SISTEMA DE PREVENCIÓN (SP)

El SP busca dar una mayor dinámica al Sistema de Seguridad y Convivencia,


adelantándose a los conflictos que pueden surgir en el futuro, siendo posible
únicamente mediante la prevención social y situacional en concordancia con los
cuatro (4) ejes fundamentales: la corresponsabilidad, la coordinación, la gestión
del conocimiento y la focalización. En este sentido, la focalización de estos actos
delictivos, según las dinámicas territoriales que los envuelven, permitirá también
una mayor comprensión fenomenológica del crimen y del delito, lo que facilitará la
creación de mecanismos valiosos para la prevención, la reducción de impactos o
la eliminación del fenómeno en sí.
De acuerdo con lo anterior, es necesario poner en acción el SP mediante los
subsistemas Institucional y Sociedad definidos previamente.

En el Subsistema Institucional, además de todas las entidades de orden nacional,


se identifican dos (2) elementos determinantes para su dinamización:

1. La Policía Nacional de Colombia, la cual asume el papel de articulador y de


instrumentador para la prevención y anticipación del delito, la prevención del
riesgo y su mitigación.
2. Las autoridades territoriales en departamentos y municipios, corresponsables
en la generación de acciones para la prevención social y situacional del crimen y
el delito. Esta articulación con el sector territorial y público permitirá la cualificación
de los esfuerzos y su optimización diferencial.

Por ende, es necesario hacer una lectura del contexto actual, pues si bien la
Policía Nacional es considerada hoy como parte importante del Sistema de
Prevención, aún falta recorrer el camino bajo los parámetros de una planeación
concreta en lo territorial, lo cual solo se logrará a partir de la interacción con las
autoridades locales y su fortalecimiento.

Esto se traduce en un esfuerzo que demanda una adecuada coordinación


institucional, lo que implica la importancia de la focalización, ya que gracias a ella
se puede lograr que la coordinación esperada llegue a los niveles operativos y
tácticos requeridos, para generar impacto en términos de seguridad y convivencia.
Con respecto a la gestión del conocimiento se puede afirmar que mientras no
exista una comprensión de los fenómenos que afectan la seguridad o las
amenazas a la misma, la optimización y articulación de los recursos técnicos,
institucionales, financieros, humanos, políticos, entre otros, serán disfuncionales.

La gestión del conocimiento, entonces, debe ir de la mano con los recursos como
un componente para desarrollar el SP.
En relación con el Subsistema Sociedad, se entiende la necesidad de interactuar
con una sociedad organizada por medio de movimientos sociales, población
vulnerable y especialmente protegida, comunidades religiosas, comunidad
internacional, agremiaciones, cooperativas, veedurías ciudadanas, instituciones
educativas, organizaciones de tipo deportivo y la ciudadanía en general.

Estos componentes del Subsistema Sociedad juegan un papel determinante no


solo desde la veeduría social, sino también mediante la participación ciudadana
armonizada con las gestiones y acciones de la Policía Nacional y con las misiones
del Estado y las instituciones, lo que permite un escenario propicio para la
prevención situacional y social, que garantiza el ejercicio de los derechos y
libertades públicas.

Cuando se habla del Sistema de Prevención se pretende como fin último la


protección del bien público, la seguridad, la cual “expone elevados costos
económicos y se introduce en la vida política de un país”8. Esto se presenta en
consonancia con diversos estudios realizados por el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) que evidencian el impacto económico de la violencia en América
Latina, pues los gastos “fluctúan de un 2% al 15% del PIB, el costo de la seguridad
privada es del orden del 8% al 25% del PIB, los costos en materia de salud pública
se sitúan alrededor del 5% y en materia de justicia alrededor del 9% del PIB”.

Las anteriores cifras afectan directamente la seguridad política y jurídica, la


competitividad de las economías, el turismo, la productividad y por ende el
crecimiento y el desarrollo de los países que componen la región.

Con lo anterior se reafirma la importancia de establecer una sinergia entre la


Institución y la comunidad que optimice la prevención en seguridad y convivencia,
con mecanismos generales y específicos, buscando soluciones anticipadas a las
necesidades de la sociedad y sus instituciones, con articulación y liderazgo del
nivel estatal.
La seguridad ciudadana como bien público es responsabilidad primaria del Estado
y debe comprenderse desde una perspectiva integral, puesto que no solo es
permeada por un Subsistema Criminal que la afecta, sino también por la debilidad
de las fuerzas del orden público, del sistema judicial y de las otras instituciones
corresponsables en el Sistema de Prevención (SP).

Para hablar de la base fundamental del Sistema que aquí se describe, se hace
hincapié en la interacción entre las instituciones y la comunidad, que puede
impactar en diferentes ámbitos relacionados con la seguridad humana, individual,
económica, jurídica, financiera, ambiental, política, entre otras. Por consiguiente,
es importante evidenciar el esfuerzo que debe hacer la Policía Nacional para
lograr una comunicación estratégica y efectiva hacia la sociedad, como articulador
de todo el SP, así como el esfuerzo compartido con la sociedad y las instituciones
en función de lograr ese bien común.

Esta articulación de 165.000 policías con la comunidad y a su vez con las demás
entidades deberá proyectarse en la credibilidad y confianza hacia la Institución y
por ende hacia el Estado. En este sentido, tanto la credibilidad como la confianza
son valores que otorga la sociedad pero dependen también del servicio de policía
que se ofrece a la comunidad.

De otro lado, la mitigación del riesgo en seguridad para mantener un escenario de


convivencia es una de las prioridades a las cuales debe apuntar la sinergia de las
políticas públicas, las normas, programas, estrategias, planes de desarrollo y
demás herramientas del Estado, además de la adecuada integración con la
comunidad, coordinación institucional y corresponsabilidad.

Asimismo, la participación ciudadana contribuye a la articulación que debe existir


entre instituciones y comunidad, logrando con mecanismos como las TIC una
gestión integral del conocimiento que promueve la seguridad y aporte a la
prevención.
Con respecto al fortalecimiento jurídico y legal, es posible realizar gestiones
pertinentes coordinadas, integradas y corresponsables para una cultura de
promoción y protección de los derechos humanos que acompañe los esfuerzos
relacionados con la prevención de tipo social y situacional. Un ejemplo de esto:
algunos de los factores determinantes de una sociedad insegura son los niveles
de educación, medidos por la deserción escolar de los niños, niñas y
adolescentes.

En este sentido, es necesario contar con políticas claras e integrales de educación


e inclusión social para la protección de ese derecho fundamental, lo que traerá
consigo un componente implícito de seguridad y convivencia.

Por consiguiente, la visión del SP apunta a la articulación de esfuerzos, teniendo


en cuenta que a partir de la dinamización de las interacciones del SP es posible
reducir los factores de riesgo que favorecen la criminalidad, las contravenciones y
el delito. En este sentido, se lograría un impacto en términos de sostenibilidad y
desarrollo político y económico como lo busca la Política de Prosperidad
Democrática, que ubica a este como su fin principal: “este gobierno debe transitar
de la Prosperidad Democrática a la prosperidad para todos, para que se dé un
desarrollo sostenible y sustentable”.

No obstante, el principal desafío del SP se relaciona con el afianzamiento de una


cultura de la ilegalidad, la cual, infortunadamente, se ha convertido en un patrón
conductual de muchos ciudadanos colombianos. Es entonces cuando el (SP)
cobra mayor importancia, considerando que debe impactar sobre el atractor
negativo del 2SC.

En consecuencia, la acción coordinada, corresponsable entre los subsistemas del


SP, deberá ser el resignificar esta cultura hacia la legalidad, hacia la legitimación
de lo institucional, lo estatal, el acatamiento de normas y valores comunes, lo que
conlleva un mejoramiento sustancial de la percepción de seguridad por supuesto
no solo con la intervención coercitiva de los organismos del Estado, sino también
con prevención de tipo social y situacional.

Otro desafío importante para este SP es todo lo que hace referencia a las
comunidades especialmente protegidas, a la satisfacción de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) de una porción sustancial de la ciudadanía y a las situaciones
territoriales que están mediadas por una cultura específica. Si bien es cierto que
estas no dependen directamente de las acciones de este sistema, sí es preciso
identificar qué otras acciones y qué otras instituciones deben articularse para
brindar una atención estatal integral, para que el SP permee estos actores y se
reduzca el riesgo social.

Como se ha mencionado anteriormente, en el Estado colombiano existe un cuerpo


normativo que facilita el trabajo conjunto entre la Policía Nacional y la sociedad; es
aquí donde se retoman los conceptos de participación comunitaria que, articulados
al sistema por medio de sociedades organizadas, movimientos, o demás grupos
sociales, permiten la integración con diferentes instituciones y entidades del
Estado como lo son la Presidencia de la República, ministerios, organismos de
control, la Fiscalía, la Policía Nacional, el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar y con representantes de la sociedad civil, organismos internacionales
principalmente las organizaciones no gubernamentales, que juegan un papel
determinante en el plano nacional e internacional.

Por ende, se debe avanzar desde la integración, obtener garantías y compromisos


de la sociedad con la prevención y el desarrollo de la nación, una mayor
articulación y coordinación de partidos y movimientos políticos, un marco
legislativo para la prevención, mayor cooperación internacional en la lucha contra
la criminalidad, garantías de seguridad a poblaciones vulnerables y especialmente
protegidas; mejorar tanto la capacidad de los sindicatos como promotores en
prevención y desarrollo, como las garantías en la participación ciudadana en el
ejercicio de la democracia para poder desarrollar las cinco (5) locomotoras que
plantea el Gobierno nacional: infraestructura, minería, agricultura, innovación y
vivienda.

Todo esto exige un desarrollo en seguridad y convivencia, que por intermedio del
SP demanda unas interacciones con la Policía Nacional y, por último, una
coordinación y corresponsabilidad con instancias de control social.

En conclusión, el funcionamiento y el rol que desarrolla este Sistema de


Prevención en función de la seguridad ciudadana y convivencia como sistema
2SC se fundamenta en el artículo 7º de la Ley 145010 y en la consolidación del
Sistema de Gestión Institucional para la Seguridad.

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