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El año 1689 comenzó la Guerra de los Nueve años, que enfrentó a Francia, por
Año 1691: Alicante es
entonces la principal potencia mundial, con la Liga de Augsburgo, formada por bombardeada y Almansa acude en
España, Inglaterra, Holanda, Austria, Baviera, Brandenburgo y Saboya. su ayuda
El mascarón de la puerta de la
Durante el verano de 1691 una escuadra francesa partió de su base en Tolón con
iglesia de la Asunción
Seguir
el objetivo de asolar la costa mediterránea española. Tras bombardear
Barcelona durante los días 11 y 12 de julio, la tarde del 21 se presentó frente al La Virgen de Belén, histórica
puerto de Alicante. protectora del pueblo almanseño:
el caso de los terremotos de
Montesa de 1748
Amenaza francesa y peticiones de ayuda
Orígenes de la Semana Santa
Lógicamente, la visión de la escuadra francesa provocó el terror entre los en Almansa
habitantes de la ciudad portuaria. Estaba compuesta por “…catorçe navíos,
veinte y cinco galeras, tres pontones (de bombardeo) y ocho embarcaciones
menores…”, como se comunicó al Duque de Gandía.
Al día siguiente 22, las galeras francesas acercaron los tres pontones para
amenazar la ciudad. Mientras, el almirante francés D’Estrées exigía el pago de
un tributo para evitar el bombardeo, lo cual fue rechazado por el Gobernador de
Alicante.
Eso no fue todo, pues en medio del caos, algunos desaprensivos habían
aprovechado el derribo de los muros de las casas para entrar en ellas y saquear
su contenido, abandonadas por sus propietarios en la huida.
Ayuda de Almansa
Es de destacar la rúbrica: “La muy noble y leal Villa de Almansa”, sin el título
de Felicísima, que no fue obtenido hasta la Batalla del 25 de abril de 1707.
Pero eso no fue todo, pues los vecinos almanseños acumularon metal durante
los días siguientes para enviar a Alicante y así poder elaborar proyectiles.
Finalizaban así ocho días de brutales bombardeos que habían arrasado casi por
completo la plaza alicantina. Solo quedaron en pie unas doscientas viviendas de
unas dos mil, y entre ellas fue destruida la casa del Gobernador. Otro edificio
arrasado fue el mismo Ayuntamiento, incluyendo su archivo que contenía las
actas capitulares, los privilegios y otros documentos ciudadanos, perdidos así
para siempre. Hoy en día, quedan muros que conservan los impactos del
bombardeo.
De bien nacidos es ser bien agradecidos, y el consell alicantino hizo gala de ello
en su informe al Rey del 5 de agosto. En él, se refiere la ayuda material recibida
de distintas localidades, como la de Almansa, que junto a la de Villena fue de las
más destacadas: “No menos ha devido esta ciudad para su defensa mucha
parte de socorros y de bastimentos a algunas destas comunidades y a otras
que no tenian esta obligacion. […] la villa de Almansa Reyno de Castilla con
250 arrovas de harina 80 carneros salados y 8 arrovas de polvora que todo
ha sido de no poco alivio…”
Finalmente desde Almansa habían llegado a Alicante 249 soldados, entre ellos
algunos provenientes de Alpera y Carcelén.[1]
Agradecimiento real
Con dicho informe, el rey Carlos II pudo conocer el gran auxilio proporcionado
por la villa de Almansa a la ciudad de Alicante. Y como agradecimiento envió
una carta al concejo almanseño que tampoco se conserva, aunque sí una copia
trasladada en el acta capitular del día 29 de septiembre. Dice así:
Yo el Rey
Conclusiones
Ílice Ilustrada de los padres jesuitas Maltés y López, de 1752, ofrece una
emotiva descripción de los hechos jornada tras jornada.
Para nuestra ciudad, se han consultado los Libros de Actas Capitulares, sitos en
el Archivo Histórico Municipal de Almansa (AHMA).
Una versión más amplia de este trabajo ya fue publicada hace un tiempo:
Arráez Tolosa, A. (2012). “Año 1691: Alicante es bombardeada y Almansa acude
en su ayuda”. Revista Gaceta de Almansa Histórica, nº 34 (octubre 2012).
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