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INTRODUCCIÓN

La legalidad de la practica abortiva en el Perú a comparación de otros países vecinos como


argentina aún no se ha perfeccionado y eso se ve evidenciado en el contenido de nuestro
código penal, en el que solamente en su artículo 119 se reconoce que la gestante por
voluntad y cuando se encuentre en peligro su vida podrá optar por el aborto, aparte de ello
en el artículo 120 del mismo cuerpo legal establece que se reprimirá con tres meses de
pena privativa de libertad, cuando se provoque el aborto por violación sexual o cuando se
conozca mediante diagnóstico médico que el sujeto de derecho en futuro sufrirá graves
problemas físicos o psicológicos, partiendo de ello se evidencia que el aborto no se ha
despenalizado como quisieran los que defienden esta postura, pero tampoco se ha
restringido o prohibido a grandes rasgos como quisiera la otra parte opositora.
Aclarado ciertos matices en el presente trabajo, muy aparte de si todos los integrantes
estamos a favor o en contra de la despenalización, nos limitaremos en desarrollar
argumentos y postulados de los que están en contra, partiendo del enfoque biológico,
psicológico, salud pública e incluso desde el enfoque filosófico.
En primer lugar, como se ha evidenciado en el párrafo anterior partiremos por los
argumentos del enfoque biológico en donde se refutará aquella idea o postulado que
sostiene que el embrión es parte del cuerpo de la madre y se defenderá al embrión como
una realidad biológica única con genoma propia. En segundo lugar, desde lo psicológico
veremos al aborto como una experiencia que causa alivio a corto plazo pero que a largo
plazo se convierte en la peor experiencia que afecta la salud mental y que incluso induce al
suicidio. En tercer lugar, con lo que respecta salud pública veremos que el aborto ilegal o
clandestino como lo llaman algunos no es un problema de salud pública que el Estado debe
asumir, ello debido a que en su mayoría los efectos adversos se evidencian no cuando se
practica necesariamente el aborto sino también en otro tipo de falencias, por ejemplo; los
trastornos hipertensivos o la sepsis. Finalmente se dirá no a la despenalización partiendo de
la postura filosófica donde se evidenciará la diferencia entre hombre y persona, siendo
irrelevante para la protección de la vida y la dignidad del sujeto de derecho cualquier
distinción que pudiera surgir.
DESAROLLO
Muchos aseguran que el embrión es parte de la madre y por eso, ella es libre de decidir si
aborta o no, pero, en realidad, el embrión se presenta como una realidad biológica única y
definida ya como individuo totalmente humano en desarrollo desde la concepción, que, de
manera autónoma, momento tras momento, sin ninguna discontinuidad, actualiza su propia
forma realizando un designio presente en su mismo genoma. El embrión se demuestra
desde el inicio como protagonista de su propia existencia biológica. El embrión es un
individuo completa e integralmente humano desde la fecundación, aunque demore muchos
años en adquirir las características fenotípicas que reconocemos comúnmente en los
individuos de la especie humana. Otro de los puntos importantes que afecta el aborto es la
salud de la gestante, ya que estas al ser practicas muy riesgosas y fuertes pueden llegar a
ocasionar hasta la muerte.
Desde el punto de vista psicológico, muchos erradamente aseguran que el no abortar daña
emocionalmente a las mujeres que desean realizarse esta práctica, pero ello no es lo que
reflejan las cifras, ni la realidad, ya que el abortar es una fuerte ambivalencia entre el alivio
por haber podido ‘superar’ la dificultad y una serie de sensaciones negativas, tales como
desorientación vital, tristeza, pena y culpabilidad. En primer lugar, la experiencia misma
del aborto resulta ser tremendamente significativa. Tanto el aborto inducido químicamente
(misoprostol), por su afección corporal (malestar general, vómitos, mareos, etc.), como el
aborto quirúrgico, son reportados por las mujeres como indeseables y desagradables, como
experiencias traumáticas solitarias, sin posibilidad de contar con apoyo y contención de
terceros, incluso en las mismas clínicas abortivas. Se puede apreciar que el aborto no
resulta ser una experiencia que deje indiferente a la mujer que se lo realiza. Todo lo antes
mencionado se debe tener en cuenta a la hora de evaluar si es que el aborto en general
puede ser considerado como una medida terapéutica de salud mental.
La defensa del aborto inducido a través de medios adecuados y personas especializadas en
ello se ha presentado invocando un problema de salud pública. Pero ¿es realmente así?
¿Será posible que el aborto sea una medida de salud pública? Para ello debemos tener en
cuenta no solo el argumento de la tasa de mortalidad materna en casos de aborto, sino que
se debe partir por la definición o lo que se entiende por políticas públicas de tipo salud
pública, ya que las políticas de salud pública son tomadas en cuenta como políticas
públicas. Se puede decir que, el aborto como medida de salud pública, sería posible ante:
1.- Una elevada tasa de mortalidad materna, producto de la continuación de un embarazo
inviable.
2.- La seguridad de que hay cifras elevadas de mujeres que acuden a realizarse abortos
clandestinos, además de que estos últimos sean bajo condiciones inseguras o sin la
presencia del especialista requerido; o ambos.
3.- Si al recurrir al aborto de manera legal son también numerosas las complicaciones de
salud o aumenta la mortalidad materna.
¿Existen estos tres puntos mencionados en gran escala, para considerar al aborto como una
medida de salud pública?
Un factor que va de la mano para responder a esta pregunta es el cómo se priorizan los
problemas de salud pública. En esta interrogante más que las creencias y el dogma que
tengamos sobre el tema, entra a tallar la ciencia de la epidemiología, pues esta genera los
indicadores necesarios para poder priorizar un problema de salud pública. Según la OPS-
CENDES, los criterios para la priorización son:
a) Magnitud del problema. Referido a la evolución de los casos año con año y al tiempo que
permanecerá el problema, pudiendo ser determinado o indeterminado.
b) Severidad del problema. El grado de mortalidad, letalidad y los costos que supone su
atención.
c) Trascendencia del problema. El impacto que genera el problema en la sociedad.
d) Capacidad de atención. Referido a la capacidad y recursos disponibles para poder evitar
los daños o solucionarlos y si la intervención estatal podrá ser eficaz.
e) Análisis de costo y efectividad. De la mano con el punto anterior, se debe medir la
efectividad que tendrá la política de salud pública, en relación al costo que supone.
Si consideramos que el aborto legal y seguro es una medida viable porque los abortos
clandestinos causan muertes maternas, cabe revisar las cifras de muerte materna en el Perú.
Según el Ministerio de Salud, en el año 2018 se registraron 360 muertes maternas, en el año
2019 la cifra descendió a 302, en el 2020 la cifra ascendió 439 y, finalmente, en el año
2021 la cifra se reduce a 165 muertes maternas. Sabiendo esto, es necesario analizar las
causas y por qué en el año 2020 la cifra fue cuesta arriba. Primero, debemos saber que las
muertes maternas tienen distintas causas y aquí veremos si el aborto ocupa un lugar
relevante.
Durante el periodo 2019-2021, el 45.7 % de muertes maternas fue por causas directas; entre
las que resaltan los trastornos hipertensivos (15%) y las hemorragias obstétricas (19.3%),
siendo el aborto y sus complicaciones la última causa de muerte materna con un 1.4%.
Mientras que, las causas indirectas de aborto fueron un 54.3%, siendo la más relevante la
enfermedad por COVID-19 con un 38.6% de las muertes maternas, lo que explicaría por
qué en el 2020 la cifra de muertes maternas fue más alta que en otros años y no siguió la
tendencia de bajar.
Observando los datos del Ministerio de Salud, también se deduce que la mayoría de
muertes maternas ocurridas en el periodo 2019-2021, fue a mujeres entre los 20 y 34 años
(el 59% del total) e incluso las mujeres de 35 años a más ocuparon un 32%, mientras que
las mujeres con embarazo adolescente fueron el 9% del total de las muertes maternas. Así,
también, la mayoría de estas muertes fueron registradas en Lima Metropolitana y Piura.
Vemos pues, que las muertes por causa de aborto en las figuras y cifras estadísticas, son
muy mínimas, de lo que se deduce que no se podría tomar al aborto como medida de salud
pública para evitar la muerte materna a gran escala, ya que los casos de muerte materna han
tendido a la baja con el paso de los años y entre sus causas predominan los trastornos
hipertensivos y sepsis (infección obstétrica), mientras que el aborto ocupa un lugar mínimo.
El aborto es un atentado contra la dignidad de la persona y su derecho a la vida; la
discusión sobre la condición de persona del nascituo, brindarle toda la protección mediante
la ley si este es persona desde el momento de la concepción; si no lo es, será necesario
determinar un estatuto particular para cada etapa de su desarrollo.

Hay una distinción en el término “hombre” y “persona”, la primera designa un individuo


perteneciente a la especie humana y el segundo designa inmediatamente a aquel individuo
que en virtud de su misma naturaleza racional se constituye como único. Cada individuo de
su especie humana, sea cual sea la etapa de su desarrollo, es plenamente hombre, es persona
humana, posee toda su humanidad y su dignidad y hay que protegerlo.

El aborto es un método que acaba con un futuro doctor, docente, ingeniero, científico,
descubridor, etc. alguien que pueda ser el cambio del país o lo contrario, no lo sabremos.
En el aborto no solo se trunca el futuro del feto sino también de una mujer que al momento
de realizarse el aborto puede causar infecciones, trauma, depresión, ataque de pánico,
adicción a los cigarrillos, alcohol, estupefacientes para poder olvidar lo sucedido.

María del Valle González López, argentina, falleció luego de una interrupción voluntaria
del embarazo (IVE) y la justicia de ese país ya investiga el hecho para determinar si la
joven fue víctima de una “mala praxis” cuando le realizaron el aborto legal o si, en cambio,
lo que ocurrió fue una fatalidad. Al leer este caso nos damos cuenta que la decisión que
tomamos por alguien más nos puede afectar hasta al punto de nuestra propia vida.

CONCLUSIÓN

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