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Génesis 1:26-2:3

Comenzamos nuestro programa de hoy con el pasaje Bíblico que


narra la creación del ser humano. Leemos en Génesis capítulo
1:26 y 27.
"Y dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar,
sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre la tierra, y
sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues,
Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón
y hembra los creó."
La primera pregunta que surge es, ¿cómo fue creado el
hombre? Esto nos lo relatará el capítulo siguiente. Aquí se le
dice que "Ejerza dominio". Dios le dio dominio sobre la tierra, y
no creo que ello signifique que Dios le hizo una especie de
jardinero ilustre del jardín del Edén. A Adán le fue dada una
gran autoridad. Un poco más adelante veremos que él iba a
tener que hacer ciertas cosas en relación con la creación que
Dios le había entregado.
Aquí tenemos sencillamente el simple hecho de la creación del
hombre. Esta es la tercera vez que encontramos la palabra
hebrea (bara) que significa crear a partir de la nada. Así que
tomamos nota que el hombre es creado; es algo nuevo. Es la
primera palabra que había aparecido en el primer versículo del
Génesis, en aquella expresión: "en el principio creó Dios los
cielos y la tierra". El creó el universo físico. Luego, El creó la
vida: dice aquí, "y creó Dios los grandes monstruos marinos, y
todo ser viviente que se mueve. . ." como leemos en este
capítulo 1:21, Y ahora, en este pasaje Bíblico, vemos que El
creó al hombre. El versículo 27 continúa diciendo: "creó, pues,
Dios al hombre a imagen suya". Dios nos dará los detalles sobre
su creación del hombre en el capítulo siguiente y, podremos
observar que El ha omitido mucho acerca de la creación del
universo. La frase "En el principio creó Dios los cielos y la tierra
"contiene toda la información que El nos ha dejado y es todo lo
que podemos conocer sobre este Tema. El podría haber incluido
detalles, pero no lo hizo. El sí ofreció más detalles, solamente
en lo referente a un hecho de su creación, como en el caso de la
creación del hombre. ¿Y sabes por qué? Porque este relato fue
escrito para el ser humano. Dios quiere que él conozca cual fue
su origen. Es como si Dios estuviese diciendo; "Me agradaría
mucho que prestases atención a tu propia creación y que no
especules sobre la creación del universo." Este versículo que
acabamos de leer nos dice algo extraordinario.
Consideremos la frase "Creó, pues, Dios al hombre a imagen
suya". Quisiera sugerirte que consideres a ésta como una de las
grandes declaraciones de la Palabra de Dios. No podría concebir
nada tan maravilloso como este hecho. ¿Qué significa? Bueno,
yo creo que el hombre es semejante a Dios, es como una
trinidad. Claro que alguien va a replicar inmediatamente que
quiero decir que el hombre es física, mental y espiritualmente
un ser. Pues sí, creo que eso es cierto. El apóstol Pablo, en su
primera carta a los Tesalonicenses, capítulo 5: 23, afirmó esto
mismo:
"... y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo sea preservado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo."
Aunque esto es cierto, cuando nos introduzcamos en el próximo
capítulo veremos que, en realidad, implica más que eso. Creo
que se refiere al hecho de que el hombre es una personalidad, y
que siendo una personalidad, es consciente de sí mismo y toma
sus propias decisiones. Es un agente moralmente libre.
Aparentemente, esto es único y exclusivo de los seres humanos.
Pienso que esto es lo que se quiere decir al afirmar que Dios
creó al hombre a imagen suya.
El versículo 27 añade la expresión: "varón y hembra los creó".
Esta frase no nos da los detalles sobre cómo fueron creados el
hombre y la mujer, detalles que no encontraremos hasta que
lleguemos al capítulo segundo. Esta es la razón por la que opino
que Dios no tuvo la intención de proporcionarnos los detalles
acerca de la creación de este magnífico universo en que nos
encontramos. De otra manera, nos habría dejado otro capítulo
dedicado a este asunto. El no ofrece otra explicación más allá de
que El es el Creador. Esto nos recuerda aquella verdad
sumamente importante que se halla en la epístola a los hebreos,
en el capítulo 11:3, que dice lo siguiente:
"Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la
palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de
cosas visibles."
Lo que hoy vemos fue hecho de cosas que ni siquiera existían
anteriormente. La creación fue hecha a partir de la nada. Si
alguien pidiese una explicación al respecto, respondería que no
puedo darla. Y la evolución tampoco puede explicarlo. La
evolución nunca ha respondido a la pregunta de cómo la nada
puede convertirse en algo. Como ya hemos comentado en
programas previos, siempre comienza con la pequeña ameba,
con los desechos, con un alga marina o con animales. Parece
como si nuestra mente necesitase algo concreto como punto de
partida, pero la Biblia comienza con la nada. Por ello, el hecho
de que Dios creó, constituye la extraordinaria revelación de este
capítulo.
Proseguimos leyendo este primer capítulo, en el versículo 28:
"Y los bendijo Dios, y les dijo: sed fecundos y multiplicaos, y
llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces
del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que
se mueve sobre la tierra."
Aquí podemos observar que Dios le ha dado a esta criatura algo
excepcional. En primer lugar le dice al hombre: "sed fecundos y
multiplicaos, y llenad la tierra". Y le oiremos repetirlo cuando
crea a la mujer. Dios parece ser el que introdujo el Tema del
sexo. Es realmente interesante considerar que nuestra
generación piensa haber realizado un descubrimiento en este
Tema del sexo. Dios ya presentó este asunto en el mismísimo
principio. En realidad, hay cuatro métodos que Dios ha utilizado
para introducir a los seres humanos en este universo. El primero
fue por creación directa, en el caso de Adán. Una segunda
manera consistió en la creación indirecta, en el caso de Eva. El
tercer método fue el nacimiento virginal, por medio del cual
Jesucristo llegó a la familia humana. Y el cuarto, la generación
natural, bastante bien conocida en la actualidad.
Ciertamente, hemos rebajado la generación natural a un nivel
que nunca estuvo presente en la intención de Dios. El creó al
hombre para reproducirse. Esta es una verdad maravillosa y
espléndida, que no debe convertirse en algo malo y obsceno,
como el ser humano lo está haciendo hoy en día. Se están
escribiendo libros indecentes, a los que se denomina literatura.
Se están produciendo obras de esa clase y se las denomina arte.
Algunos críticos están comenzando a hablar claro contra estos
abusos, por lo cual damos gracias a Dios. Tales críticos están
diciendo lo que yo he estado sosteniendo por mucho tiempo:
que mucho de lo que se llama arte, resulta repugnante y
repulsivo, y no merece considerarse obra artística en absoluto.
No es otra cosa que una obscenidad producida simplemente
para obtener sustanciales beneficios económicos. Dios nunca
tuvo el propósito de que el sexo fuese denigrado de esa
manera.
Dios creó al ser humano a su imagen. Dios es el Ser
esencialmente personal y al dar al hombre un alma inmortal, le
dotó también de una verdadera personalidad, El ser humano
tiene conciencia de sí mismo, posee la capacidad de elegir
libremente y tiene una responsabilidad moral bien determinada.
Está creado a imagen y semejanza de Dios.
Como vemos en el mandato "sed fecundos, y multiplicaos, y
llenad la tierra", Dios le dijo al ser humano que poblase la tierra
por medio de la reproducción. Observa que El utiliza la palabra
"llenad". Esta es una palabra interesante que parece indicar que
la tierra había estado habitada anteriormente por otras
criaturas. Cualesquiera hayan sido tales criaturas, habían
desaparecido cuando el hombre fue creado.
Dios le ordenó al hombre que "dominase" la tierra. Creo que
ésta es la base para el saber (conocimiento) y la exploración
científica de nuestro tiempo. Uno de los proverbios Bíblicos,
concretamente el que se encuentra en el libro de los Proverbios,
capítulo 25:2, dice lo siguiente:
"Es gloria de Dios encubrir una cosa, pero la gloria de los reyes
es investigar un asunto."
Dios esconde diamantes en lo más profundo de la tierra,
colocando allí los tesoros, donde el hombre tenga que cavar
para descubrirlos. Creo que en la actualidad lo mismo es verdad
en cuanto al conocimiento. Y es también cierto con respecto al
estudio de la Palabra de Dios. Dios desea que acudamos al
laboratorio para utilizar el tubo de ensayo y el microscopio,
aunque desafortunadamente lo que el hombre ha descubierto es
una bomba nuclear y otros medios con los que conseguiría
destruir la familia humana de nuestro tiempo.
El "ejercer dominio" forma parte las instrucciones de Dios. Adán
no era meramente un jardinero encargado de cortar la hierba
sino que fue creado para gobernar la tierra. Creo que Adán
podía controlar el tiempo de la misma forma que nosotros
controlamos el aire acondicionado en nuestras viviendas. El
gobernó esta tierra. Es lo que vemos en el Señor Jesús. Cuando
El estaba en la tierra, ejercía control sobre la naturaleza. Pudo
decirle a la tempestad, "cálmate". Pudo alimentar a la multitud
con cinco panes y dos peces. En mi opinión, Adán pudo haber
hecho todo eso hasta el momento de su caída. En la caída,
perdió el dominio que Dios le había concedido.
Continuemos con la lectura del versículo 29, que dice así:
"Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla
que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene
fruto que da semilla; esto os servirá de alimento."
De esta declaración, deduzco que al principio, el hombre era
vegetariano, y que no fue carnívoro hasta después del diluvio. Y
prosigue el texto Bíblico en los versículos 30 y 31 de este primer
capítulo, diciendo:
"Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo
que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda
planta verde para alimento. Y fue así. Y vio Dios todo lo que
había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la
tarde y fue la mañana: el sexto día."
Este párrafo nos conduce al final del capítulo, por lo que sería
conveniente hacer aquí un resumen, destacando algunos
puntos. Uno de ellos es el hecho de que Dios es mencionado 32
veces. La Biblia no realiza ningún intento de demostrar que hay
un Dios. ¿Por qué? Será porque en el Salmo 14.1, el poeta
inspirado dijo: "El necio ha dicho en su corazón: No hay Dios".
La Biblia es un Libro escrito para revelar la verdad espiritual,
religiosa y redentora, que viene a nosotros solamente por medio
de la fe. Así es que en este pasaje se nos presenta la realidad
de que Dios es El que creó.
En este primer capítulo, podemos observar la unidad y el poder
de la personalidad de Dios. Es exactamente lo que el apóstol
Pablo escribió en su carta a los Romanos 1:20, cuando dijo lo
siguiente: "Porque desde la creación del mundo, sus atributos
invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda
claridad. "Y nos preguntamos ¿cómo es que se han hecho
claramente visibles?, y el escritor nos responde; "siendo
entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen
excusa". Teniendo en cuenta estas palabras, puedo decirte con
toda sinceridad, que Dios no te ha dejado otra opción que tener
fe en El.
Debemos tomar nota de otras verdades incluidas en este
capítulo. Se rechaza al politeísmo. Un Dios, es el que crea. En
segundo lugar, se niega la eternidad de la materia. Las primeras
palabras eran: "en el principio", y todo tuvo un principio. Esto es
cierto a pesar del hecho de que hubo una época en que la
ciencia enseñaba la eternidad de la materia. En tercer lugar,
este capítulo rechaza el panteísmo. Dios está antes que todas
las cosas y existe separado de ellas. En cuarto lugar, se niega el
fatalismo. Dios actúa en la libertad de Su Voluntad.
Finalmente, permitidme enumerar las características notables
del capítulo 1, que son: (1) orden, (2) progreso, (3) prontitud y
(4) perfección.
Pasamos ahora a estudiar el
Capítulo 2
Tema: El día del reposo: resumen de los primeros cinco días de
la restauración; la creación del hombre; la condición impuesta al
hombre; la creación de la mujer.
Por primera vez en este capítulo, aparece un principio
importante de la revelación, aunque tal principio podrá
encontrarse aplicado una y otra vez en la Palabra de Dios. Es
como una de las huellas digitales de la inspiración. Se trata de
la ley de la repetición, o la ley de la recapitulación. En otras
palabras, el Espíritu de Dios, al transmitir la Palabra de Dios,
tiene la costumbre de expresar una serie de hechos y verdades
importantes. Luego, los reproduce, sacando a relucir aquello que
considera sumamente importante, aclarando y ampliando algún
Tema en particular. El va a llevar a cabo este procedimiento
ahora, en el capítulo 2, con los 6 días de la creación, que ya
expuso en el capítulo 1. Este mismo principio puede observarse
en el libro del Deuteronomio. El Deuteronomio fue la
interpretación de la Ley después de 40 años de experiencia con
ella en el desierto. El Deuteronomio no fue meramente una
repetición de la Ley, sino más bien una interpretación de la
misma. Del mismo modo, en el Nuevo Testamento, ha llegado a
nosotros no solo un Evangelio, sino que tenemos cuatro
Evangelios. Una y otra vez se sigue a través de toda la Palabra
de Dios este mismo procedimiento.
El día de reposo
En el capítulo 2, lo que se destaca de aquellos 6 días de la
creación es lo que se relaciona con el hombre. Comenzamos con
el día del reposo y leemos los versículos 1 al 3:
"Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y
en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho: y
reposó En el séptimo día de toda la obra que había hecho. Y
bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó
de toda la obra que Él había creado y hecho."
No disminuyamos la importancia del séptimo día. ¿Qué quiere
decir cuando se nos expresa que Dios descansó de su trabajo?
¿Significa que Dios se fatigó y se sentó a descansar en el
séptimo día, considerando que había tenido una semana muy
atareada y que como había trabajado muchísimas horas
anhelaba descansar? Sería absurdo interpretarlo de esa manera.
Dios descansó de su trabajo. Cuando el terminó sus 6 días de
trabajo, miró todo lo que había hecho y vio que era muy bueno,
que no había nada más que hacer. En el plano humano de mi
experiencia, cuando termino mi día de trabajo y salgo de mi
oficina, todavía queda trabajo sobre mi escritorio. Nunca he
podido sentarme y decir: "he terminado, lo he acabado". Pero
Dios sí pudo decirlo. Al final de aquellos 6 días, reposó en el
séptimo día porque su obra estaba completa. Y ésta es una de
las más importantes verdades espirituales que existe. La carta a
los Hebreos nos explica que, como creyentes, entramos en un
"reposo." Es decir, que entramos en el Reposo de Dios, que es
Su redención perfecta. El ha enviado a Jesucristo a morir en una
cruz por ti y por mí, y nos ofrece una redención en la que
podemos entrar y participar así de ella. Por eso el apóstol Pablo
escribió lo siguiente en su carta a los Romanos, capítulo 5:1:
"Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz
para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo."
Es decir, ni siquiera tengo que realizar el más mínimo esfuerzo
para ser salvo. Jesús ya lo hizo todo. Como dice una antigua y
sencilla canción, del poeta Mariano San León,
Uno hay que tomó mi lugar en la cruz
Aunque indigno yo fui de su amor
Anhelando mi negro pecado borrar
Ese cáliz de muerte bebió
Mi pecado en la cruz fue clavado con El
¡Con qué sed anheló mi perdón!
¡Con qué paz, con qué amor!
Hoy contemplo esa cruz
Donde El mi maldad expió

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