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I .. ETICA. DEL ENCUENTRO


INTERPERSONAL

La intersubjetividad e~ elemento ne5:esario dentro de la historia humana. Todos sabemos


que el hombre se realiza en compan,a de sus semejar-ites y en función de ellos.

El encuentro con otro ser humano y las relaciones humanas en general, penetran
profundamente en la estructura de la persona humana y constituyen en gran parte el
camino de la realización.

La persona, además de tener una estructura de interioridad, es una realidad abierta y


consiguientemente abocada necesariamente al encuentro.

"El hombre se conoce por entero, sin mutilación ni desgarro,


en tanto se manifiesta en el encuentro con otro hombre"
ROF CARBALLO

Fuera de la sociedad, el hombre no se realiza como tal, ya que su ser no se agota en su


sola relación con la naturaleza. Necesita encontrarse con otros seres idénticos a él, otras
personas en quienes percibe su propio rostro, porque son continuación y prolongación
suya. Sólo en el encuentro con los otros adquiere el hombre plena conciencia de sí
mismo y consigue construir su propio ser.

La intersubjetividad es el fundamento de la solidaridad, que se cristaliza necesariamente


en socializaciones que son los puentes de la sociedad constituida. Por tanto, sin la
comunidad, resulta imposible comprender al ser humano.

Esta forma de ser del hombre, necesaria y única en el orden existencial, se traduce en
instituciones concretas de orden social. Son las sociedades, las asociaciones y en último
término la sociedad misma, que no es otra cosa que el trasfondo común de las diversas
instituciones de carácter colectivo y comunitario.

1. DESCUBRIMIENTO Y ACEPTACION DEL OTRO COMO UN "TU"

Para que pueda darse una comunicación verdadera es necesario que las personas
descubran en el otro un "Tú" y se relacionen entre sí como otros "Yo", como alguien,
como personas:

"Cada hombre puede decir tú y es entonces Yo"


BUBER

El hombre se constituye en persona en relación a otro individuo personal. La relación Yo-


Tú es fundamental en la caracterización de la persona. Esta relación no podemos
considerarla como un "agregado", sino como realidad presente en la misma condición
existencial del hombre; podemos afirmar que el hombre no solo vive, sino que convive, y
que, por tanto, la relación Yo-Tú le es constitutiva .

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Sólo a part!r, de esa convivencia, de esa relación en la que somos personas, es posible
entrar en dialogo, en colaboración, en contradicción y competencia con otros. Para el
bien o para el mal, el hombre se encuentra con los demás.

Sin embargo se puede contemplar al otro como un obstáculo en la carrera productiva,


en la lucha por el reconocimiento y en la competitividad. Se le puede vislumbrar como
un enemigo hostil, como un rival, como una amenaza, como en elemento distorsionador
de mi paz provisional. Entonces el otro es reducido, simplificado, es descartable.

En la vida pública, como en la vida privada el hombre queda a menudo reducido solo a
un instrumento manipulado para fines personales. Algunas formas más comunes son:

a) La esclavitud.

b} La prostitución. Entre las que hay muchos menores, además de esclavos y esclavas
sexuales.

e) Emigrantes que, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes Y


abusados.

d) La sociedad de consumo que hace del hombre sólo un "productor" o un


"consumidor".

e) El funcionario mecánico.

f) La instrumentalización del hombre en muchos sentidos.

Estas cinco formas de manipulación del hombre deben ser profundizadas analizando
cómo se dan en nuestra realidad y ampliando con diversas otras formas.

Cuando se convierte al otro en un objeto, se violenta su ser. Unicamente se lo acepta tal


cual es cuando se lo considera como una persona, como un "Tú".

La persona es un Yo-sujeto, inviolable, libre, creativo y responsable, más aún, el hombre es


persona encarnada en un cuerpo e inmersa en un proyecto histórico y constitu tivamente
comunitario.

El hombre es persona cuando hay un "Yo" que le trata como a un "Tú"; cuando aparece
una relación interpersonal.

2. RELACION INTERPERSONAL

Ya hemos afirmado que la relación interpersonal no es algo extrínseco a la persona, algo


sobreañadido sino que forma parte esencial de su ser. La persona es definida como
posibilidad de "ce-humanidad".

La categoría del encuentro es la base de la existencia personal. El encuentro revela que


no es el Yo lo que constituye al Tú, sino que el Tú abre al otro y antepone su absolutez e
independencia relacional.

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El otro que está enfrente, es el primer dato que determina y modifica el significado del yo
personal, y de esta manera orienta el ejercicio de la libertad. Ciertamente, en el
encuentro personal el yo es incitado a modificarse hasta el punto de aceptar la
originalidad, la libertad y la personalidad del "Tú".

3. MANIFESTACION DEL YO EN LA COMUNICACION INTERPERSONAL

Es necesario descubrir en el otro un "Tú" y relacionarse con él como alguien, para que
pueda existir una convivencia interpersonal. Pero no basta con eso. Es necesario,
además, que el Yo se manifieste en cuanto "Yo". Únicamente habrá un "Tú", si existe un
"Yo".

+ Papel Social

A veces el Yo se manifiesta en la convivencia como un papel social que se debe realizar


ya sea por presión externa o por convencimiento personal. Todos sentimos que estamos
llamados a realizar un papel en la sociedad, sea desde el punto de vista profesional,
como desde el psicológico.

Es necesario tener en cuenta que en la vida social todos nosotros tenemos un "status"
concreto, que corresponde a nuestro "rol social". Esto es necesario y bueno.

Lo malo es cuando el Yo nunca se manifiesta en la línea personal, sino que lo hace en la


línea del papel social; o, lo que es peor, cuando las formas personales asumen solo un
papel social, y pierden su autenticidad personal, su identidad propia.

Si los que forman parte de un grupo o comunidad no hacen más que desempeñar
papeles sociales, es difícil que se pueda dar una convivencia interpersonal. Será un
"drama", se carecerá de lo vital, de lo cordial, de lo íntimo.

+ La máscara

En ocasion_es e_l "Yo" se presenta delante de un Tú no de una manera real, sino como
mera aponen~~ª·, Es el .~omplejo del fariseísmo; esto es, una inautenticidad total; es lo
qu_e se ~lama Mascara que puede entenderse en un sentido físico O en un sentido
ex1stenc1al; aquella no es más que la consecuencia de ésta.

El Yo selamanifiesta
oculta ind· ºd como
1
máscara
• en cuan t o s1multoneamente
· •' se expresa y se oculta:
1v1 ua personalidad de cada uno y 1 , t de
aparentar ante los demás lo , expresa a voluntad de es e
que 1a mascara representa.

Cuando el Yo se manifiesta como m , . .


postura esencial ante él· en un aseara _en la convivencia, los "Tú" adoptan una
demás. ' enmascaramiento simultáneo, ser lo que él es para los
Como consecuencia de estas actitudes t d
máscara, una convivencia inauténtico e . 'h en remos una comunidad que .vive como
1n umana.

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4. FORMA AUTENTICA DE MANIFESTACION

El Yo se manifiesta auténticamente en la convivencia cuando se realiza la relación a


nivel de su Yo consciente. Para hacerlo se requieren:

a) Integración de todos los elementos de la persona, unidad del Yo.

b} Responsabilización: el Yo debe sentirse con la posibilidad de dar respuesta de sí


mismo frente a los demás.

e) Apertura: debe salir de su "Yoísmo". El hombre es un ser abierto, tiene que vivir en
la apertura.

d) Bajo la mirada del "Tú" divino. Toda relación del Yo con el Tú se hace a través de la
relación con el Tú divino. Si uno no se abre al otro (el prójimo), no podrá tampoco
encontrar al Otro (Dios).

5. CREACION DEL "NOSOTROS" COMO EJE DE LA CONVIVENCIA


INTERPERSONAL

No basta co_n el des~ubrimiento del otro como un "Tú". No basta con la manifestación
del Yo como auténtico "Yo". Para que exista una comunidad es necesaria la aparición
del "nosotros".

La alteridad es el fondo común del que emergen los otros, con quienes tenemos que
caminar en nuestra vida, pues son la concreta inmediatez.

Querámoslo o no, nos encontramos participando en un gran juego en el que unos y otros
disponemos del mismo espacio: el alimento, el puesto social, el lugar del trabajo, el mismo
aire que respiramos. Son elementos que pertenecen al "nosotros".

Este nosotros implica tener que aceptar los mismos derechos de cada uno a disfrutar de
la parcela de mundo que les corresponde.

Significa también la necesidad de la tolerancia y la delimitación de lo que corresponde a


cada uno.

Esta tolerancia supone el aceptar al otro tal cual es, asumiéndolo en su circunstancia
concreta. La delimitación del campo de cada uno permite asegurar al otro el ámbito de
libertad que le corresponde sin recurrir a la violencia, sino dando cauce a la fidelidad y
confianza.

El nosotros es necesario para el ejercicio de la propia libertad. Sin los otros sería imposible
la existencia humana sobre la tierra, puesto que todo cuanto poseemos -cuerpo,
educación, cultura, mundo- lo recibimos de ellos. La presencia del otro en nuestra vida,
lejos de destruirnos, nos realiza y nos libera.

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