Está en la página 1de 2

Bautista Gabriel Mei Schlegel. DNI: 43.670.

823
Segundo Parcial, Filosofía CBC. Cat Abraham.

1. Comente, según Byung-Chul Han, a qué se denomina “sociedad del rendimiento”, y


explique por qué el ser humano actual es el animal laborans que se explota a sí mismo y
es, al mismo tiempo, verdugo y víctima.

Segun Han, ya no nos encontramos en una “Sociedad disciplinaria” o “Sociedad de


Control”, sino que hoy día nos encontramos en una “Sociedad de Rendimiento”.
El encierro de las instituciones y su concepto de “normalidad” se ven ya como algo
arcaico.
Esta transición entre ambas sociedades se lleva a cabo entre finales del siglo XX e
inicios del siglo XXI. La sociedad del rendimiento aún no tiene un final marcado, sino
que hasta hoy día y hacia un futuro cercano, seguimos viviendo bajo el mismo
paradigma.
Junto con este cambio de paradigma a nivel social, se ve también un marcado cambio a
nivel institucional. Mientras que en la Sociedad disciplinaria estábamos acostumbrados
a las llamadas “instituciones de control” (escuelas, hospitales, cárceles, fábricas),
durante esta transición comenzaron a aparecer nuevas instituciones, como centros
comerciales, oficinas informáticas, gimnasios, etc.
La antigua Sociedad disciplinaria es fuertemente conocida por ser una sociedad de
negatividad, prohibiciones, del “no-poder”. A diferencia de esta, la sociedad del
rendimiento se caracteriza por desprenderse de esa negatividad, basándose en el verbo
“poder”, el poder sin límites. Ya no predomina el encierro institucional como en la
sociedad del control, no nos vemos presionados por obligaciones y deberes a cumplir a
rajatabla, sino que se nos comienza a motivar y estimular para cumplir ciertos objetivos
externos y conseguir un pleno rendimiento.
En esta nueva sociedad, a diferencia de la del control, no hay límites. Si bien antes se
buscaba constantemente el rendimiento y productividad de los cuerpos, existían ciertos
límites, horarios de trabajo, de colegio, por ejemplo, que una vez cumplidos uno era
“libre” de explotación productiva. Pero actualmente esa moneda ya no corre. En la
sociedad del rendimiento se percibe una constante estimulación, que propone que nada
es imposible, que no hay límites ni horarios a cumplir y nos lleva a trabajar todo el día
bajo esa premisa de “rendir al máximo” sin llegar a notar esta sobreexplotación.
En consecuencia, a esto se llega a un punto en el que el sujeto se auto explota,
trabajando todo el día y todos los días. Y no es que estemos obligados, sino que en
cierto punto deseamos o incluso nosotros mismos nos explotamos y nos castigamos por
eso. Así es como Han denomina al hombre como el animal laborans. El hombre se
explota a si mismo y se castiga por no llegar a cumplir sus objetivos. Siempre se tiene la
sensación de que el tiempo no alcanza para todo lo que se tiene que hacer. Hay una
insatisfacción permanente que nos muestra que muy poco de lo que esperamos o
pretendemos termina cumpliéndose (culpa de la constante auto-sobreexplotación y la
imposición de miles de objetivos que no llegaremos a cumplir al plantearnos tantos al
mismo tiempo), llevando a sentirnos fracasados, a deprimirnos, todo por ese estímulo a
ser permanentemente productivos, llega a hacernos sentir Improductivos, sin saber la
cantidad de cosas que hacemos, cegados por solo ver lo que no podemos llegar a hacer y
debemos hacer. De aquí nace la idea de que el hombre, el animal laborans, es víctima y
su verdugo, que sin darse cuenta termina castigándose a sí mismo.
2. Según Cioran, explique qué vinculo establece entre las ideologías, las doctrinas y las
farsas sangrientas, su relación con el fanatismo, y por qué sostiene que los escépticos
con su espíritu dubitativo escapan al fanatismo.

Cioran nos explica según él, el concepto de doctrinas, ideología y a lo que llama “farsas
sangrientas”. El como el hombre puede llegar a intervenir ideas con sus sentimientos y
llegar a convertirse en un fanático, o un peligroso profeta.
Se nos explica la definición de Ideología. Según Cioran. Un sistema de conjuntos de
ideas articuladas con valoración personal, una forma de ver el mundo con una posición
personal.
En base a esto nace la doctrina. Una ideología que deja de ser una forma de ver el
mundo para alguien, y se convierte (según ese alguien) en la única forma de ver el
mundo. El sujeto considera su ideología como única verdad absoluta.
Esto llega a dar lugar a los fanáticos, sujetos que siguen ciegamente un ideal, o ya
doctrina, generalmente planteada por un “Profeta” (básicamente un fanático con ansias
de poder que se convierte en profeta y puede llegar a tener una cantidad de seguidores).
Este fanatismo puede llegar a niveles preocupantes, incluso al punto al que el nivel de
fanatismo llega a un extremo, haciendo capaz al sujeto de llegar a cometer crímenes en
pos de defender su doctrina. Dando lugar así a las dichas por el autor “Farsas
Sangrientas”, Crímenes cometidos por los fanáticos, quienes al creer que tienen la
verdad absoluta, llegan a deducir que quienes no coincidan con sus creencias están
completamente equivocados. Y en este punto ya no hay debate o discusión posible,
solamente la imposición de una doctrina por la fuerza.
Aún así hay una salvación. Una posibilidad de evitar caer en el fanatismo.
Quien puede escapar del fanatismo es aquel con espíritu dubitativo, aquel que duda,
cuestiona, y no solo cuestiona el pensar del resto, sino el de uno mismo. Estos
escépticos son capaces de analizar el delirio de los fanáticos, dudando de sus métodos e
ideologías retorcidas.
En resumen, nos encontramos con profetas, seguidos por fanáticos. Los primeros dan a
conocer sus ideales, que son apoyados por sus seguidores, pero a tal punto de que estos
ideales los convierten en doctrinas. Y en su afán de poder, dominación, con esta ansia
de primar (esto en el caso del profeta), llegan a llevar a sus seguidores a cometer
crímenes atroces, en nombre de divulgar, defender, o imponer su doctrina. Concretando
las nombradas Farsas Sangrientas.
Cioran dice que en todos nosotros duerme un fanático, y que en cualquier momento
puede llegar a despertarse. La forma de evitar esto, es ser escéptico, el Anti profeta que
pone en duda tanto sus ideales y pensamientos, como los externos. En caso de comenzar
a caer en el fanatismo, tiene la posibilidad de escapar del mismo, gracias a su
pensamiento dubitativo (el antídoto para el fanatismo). Gracias a dudar de casi todo, y
plantear el debate, se logra mantener al margen del fanático e impide que el mismo
logre imponer su doctrina por sobre él, aunque se expone al peligro de quienes llegan a
cometer crímenes con tal de imponer la misma.

También podría gustarte