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Centro de Armonización Integral

Curso: Cómo generar ingresos por Internet con las Disciplinas Alternativas
Prof.: Gustavo Fernández

Lección Nº 1: PROFUNDIZANDO ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS

En nuestra lección introductoria hemos analizado los siete grandes mitos que
campean en Internet, especialmente en función de quienes tienen a las disciplinas
Alternativas como su actividad profesional y —muy especialmente— para los
emprendimientos unipersonales, es decir, enfocándonos en aquellos que carecen del capital
y/o experiencia informática para gestionar, desarrollar, instalar y promover grandes sitios.
Obviamente, todos soñamos con el “gran portal”, con servicio de ventas automatizado,
cobranzas por tarjetas de crédito y un largo etcétera, pero la dificultad, la dedicación y
sobre todo, la inversión inicial que ello genera no se verán reflejados en resultados sino
muy tardíamente, sumado al punto que para la mayoría de los profesionales en Disciplinas
Alternativas el contacto personal con el consultante y/o alumno es fundamental, o tiene una
importancia de primer orden en sus actividades.

Por ello, es fundamental que en primer lugar definamos nuestras Estrategias y


Tácticas. “Estrategia” es qué queremos conseguir (obvio; incremento de nuestros ingresos)
y “Táctica” cómo vamos a hacerlo. Sin embargo, debemos profundizar un concepto. Es
cierto que parecería ser nuestra estrategia incrementar nuestros ingresos; pero pocas veces
esto es un fin en sí mismo, sino la consecuencia deseable y óptima de “otra cosa”. Esa
“otra cosa” en estos temas y en Internet se llama Credibilidad.

Como cualquiera de ustedes sabe, en la Web son miles, decenas de miles, los sitios
dedicados a estas disciplinas. Y, claro, cada una de ellas se presenta como lo mejor de lo
mejor. El navegante ya lo intuye, y salvo que se dirija a un sitio en particular motivado por
algo —ese algo sólo tiene que ver con dos puntos: o fue atraído por la “publicidad
exterior”, es decir, supo de la existencia de esa página por fuera de la web (publicidad en
televisión, revistas, etc.) o la buscó ex profeso porque sabía que allí encontraría lo que
deseaba— depende de un cierto margen de azar de que con el tiempo, llegue a la misma y,
mucho más azaroso aún, opte por volver a visitarla. Si ustedes ya tienen páginas y en ella
han incorporado “Libro de Visitas”, podrán sentirse incómodos y manifestar que, por
ejemplo, en su página particular diez, veinte o treinta visitantes han dejado conceptuosos
elogios sobre la misma. Muy bien, pero estamos hablando de números. ¿Saben ustedes, en
estas lides, cuál es el promedio de clientes (es decir y concretamente, gente que compre o
pague por algo) que se obtienen por Internet?. Inferior al 0,5 por ciento. Esto no sólo
significa que si el “contador” de su página informa de 10.000 visitas sólo menos de 50
serán clientes potenciales (pero no necesariamente reales); significa que si muchas de esas
visitas lo fueron allá lejos y hace tiempo, simplemente olvidarán volver a visitarles. Es
imperioso “refrescarles” la memoria, notificarles novedades, hacer que le tengan presente.

Y así entramos de lleno en esta primera herramienta táctica.


Los boletines electrónicos

La mayoría de los cursos —ignoro por qué— dejan para el final las mejores
recomendaciones, transcurriendo las lecciones estimulando la ansiedad del alumno/a con
que pronto se le revelará el verdadero aporte. En este curso, entonces, es casi como
comenzar por el final. Pero queremos que usted se anime a implementarlo ya. La mejor
herramienta si trabaja solo o apenas con la colaboración de alguien, si no tiene todo el día
para estar sentado frente a su computadora y si sus conocimientos son limitados, es el
boletín electrónico.

Reflejo la propia experiencia de “Al Filo de la Realidad”. Como usted sabe, en


Internet, muy fácilmente —de todas formas, ya le volveremos a explicar cómo— usted
puede crear dos clases de “listas”. Las listas (o “foros”) de discusión y debate, o las listas
de distribución.

Las listas de discusión son grupos donde usted podrá ser el Moderador y todos los
suscritos aportar sus mensajes. Hay dos configuraciones: listas Moderadas (donde usted
tendrá que leer cada mensaje antes de aprobar la publicación del mismo) y listas No
Moderadas (donde cualquiera puede escribir a las mismas sin que un Moderador tenga que
aprobar cada mensaje).

En las primeras, usted cuenta con la dificultad de verse obligado a estar pendiente
de los mensajes y si por alguna razón pasa algún tiempo sin usar la computadora, se le
amontonarán muchos mensajes y los participantes pueden verse molestos por la demora en
las publicaciones. La ventaja es que filtra, si lo desea, las “publicidades encubiertas”
(existen muchos individuos que se suscriben a las listas sólo para bombardearlas con
algunos “spam” y luego se desuscriben, una y otra vez), los insultos o agresiones
(absolutamente comunes al tiempo de crearse cualquier lista de la clase que fuere), etc. No
tanto para limitar el “peso” de los envíos, ya que al configurar su lista usted puede hacer
uso de la opción de limitar la cantidad de KB que no deberá sobrepasar cada mensaje. En
las listas “no moderadas”, pues usted deja que fluya libremente; pero esto suele traer
periódicamente problemas; se desvirtúa el tema central en debate en un determinado
momento, o permite que algún colistero “usurpe” el liderazgo, cuando menos intelectual, e
inclusive que alguien de la competencia se sume a la misma para boicotearle. Si a usted lo
único que le interesa es compartir conocimientos, experiencias y opiniones —pero no
encara la lista con el fin de generar ingresos— tal vez estos obstáculos le parezcan de poca
monta. Pero si su fin es precisamente ése, nada afecta tanto la respuesta comercial como el
“deslucido” de la imagen de quien trata de vender un producto o servicio.

Por consiguiente, hablemos de las “listas de distribución”. En las mismas, sólo el


Moderador está facultado para enviar mensajes a todos los suscritos. Éstos pueden
contactarle a un mail privado, y el Moderador decidirá en qué tiempo y forma redistribuye
ese mensaje —si es que desea hacerlo— pero todos los colisteros aceptan desde el alta la
regla de juego que la vía de comunicación es, fundamentalmente, unidireccional. Del
Moderador (propietario de la lista) a todos los demás.
Así que un Boletín Electrónico es, básicamente, una “lista de distribución” donde
los envíos, en vez de ser los simples e-mails, están presentados como... bueno, como un
amplio espectro de opciones que aquí analizaremos.

¿Volvemos a “Al Filo de la Realidad”?. Cuando concebimos, allá por mayo del
2000, esta publicación, los “newsletters” (como todavía se llamaba a los boletines
electrónicos) eran mensajes editados en “sólo texto”, con enlaces a páginas Web donde se
alojaban las imágenes —de haberlas— y siempre con un peso inferior a los 100 KB. Los
argumentos eran válidos: conexiones lentas y caras aún, poca lectura del público (todo un
tema sobre el que regresaremos). Recuerdo que mi idea era otra, y la desarrollo ahora con
alguna extensión, pues se trata de reflexiones que usted tendrá que hacerse si desea crear su
boletín electrónico.

En las Disciplinas Alternativas existen inicialmente dos grupos de público: (a)


quienes ya tienen firmes conocimientos de estas temáticas, y (b) quienes están comenzando.
A su vez, en cada grupo podemos establecer dos subdivisiones: (aa) quienes quieren
profundizar, afectos a la lectura, la investigación, la reflexión y el análisis; y (bb) el público
frívolo, pasatista, superficial, que sólo busca soluciones fáciles a problemas inmediatos.

Provengo del periodismo gráfico. Como tal, fui convocado en numerosas


oportunidades para participar en proyectos de revistas alternativas, o dedicadas al segmento
del público apasionado por los “enigmas y misterios”. Como colaborador freelance de las
mismas, sólo podía aportar material y hacer llegar a los responsables apenas mis opiniones.
Pero esos proyectos (cuatro, para ser exactos) fracasaron estrepitosamente; ninguno pasó
del tercer número en la calle. Y puesto a analizar las causas, en todos los casos eran las
mismas: se trataba al público potencial interesado como neófitos y primerizos. Así, tales
revistas incluían, siempre, artículos sobre “El triángulo de las Bermudas”, “Conozca las
velas de su signo”, “Descubra el amor de su vida por los números de su nombre” o “Las
casas embrujadas”. Es decir, apenas el ABC para los interesados en estos temas. Mis
observaciones eran siempre las mismas; al salir a la calle, hoy, con una publicación de estas
características, el potencial comprador generalmente ya hace años que lee sobre el
particular, acumula seguramente en su casa unos cuantos libros de estos temas y ha asistido
a varias conferencias, por no decir que ha visto todo documental que le ha sido posible en
televisión. En otras palabras: no le aportaban nada nuevo.

Pero había un público al que no se atendía. El grupo (a) + (aa) señalado más arriba.
Así que en vez de noticias breves, “Al Filo de la Realidad” dio cabida a extensas
investigaciones y reportes. En vez de no superar los tímidos 100 KB, los primeros números
pesaban más de 600 KB. Y comenzando con 13 suscritos en el número 1, hoy casi llegamos
a los 8.000, sin publicidad “por afuera”, sin invertir días y días dando el alta en
”buscadores”, casi prácticamente de “boca en boca” (el “reenviar” que está al tope de su
correo electrónico). Y lo que es mucho más importante: prácticamente todos (por no pecar
de exagerado y decir, simplemente, “todos” los suscritos de la primera hora siguen siéndolo
hoy). ¿Por qué a esa gente no le molestó el peso, aún en aquellas épocas de conexiones
onerosas?. Porque les interesó lo que se les enviaba.
Otra táctica que creo no muy conveniente de muchos boletines es incluir apenas un
párrafo del artículo y el resto alojarlo en una página donde se envía al lector con un enlace.
Recuerden: aún hay gente con conexiones lentas o caras. En muchos países, sólo se accede
al correo electrónico que no es lo mismo que acceder a Internet (el caso de Cuba, donde
tenemos numerosos lectores). Privilegiar dos conceptos: (1) artículos bien fundamentados
—aunque no compartiéramos la conclusión de sus autores— hechos con seriedad y (2) una
redacción correcta, en estilo y ortografía, son claves que nos han dado permanencia y
penetración. Constancia es la otra palabra: si encara en Internet un emprendimiento
esperando que en uno o dos meses le permita vivir de ello, está aviado. Seis años,
regularidad en los envíos, y generar muchos recursos paralelos son también factores
importantes a considerar.

Visite www.alfilodelarealidad.com.ar . Allí comprobará que están disponibles


varios recursos gratuitos. Esto es fundamental: al potencial cliente debe darle algo sin
esperar nada a cambio, de lo contrario, ¿por qué habría de preferirle a usted con todo el
material gratuito que circula por la Web?. Pero también, como comprobará, hay recursos
arancelados. Los unos atraen a los otros.

Generar contenidos

¿Recuerda que en la promoción de este curso le dijimos que lo que tendrá que
invertir es “sólo” tiempo y creatividad?. Esa es otra clave. Producir, producir y producir. Y
producir sin esperar todavía nada a cambio. Sólo cuando su potencial cliente a la distancia
—porque, para quienes le visiten en su consultorio o academia, contamos con usted
mismo/a para venderle— se vea literalmente “abrumado” por la cantidad y calidad del
material por usted generado, sólo entonces contemplará la posibilidad de abonar por más.
Sólo si ha accedido a algunos cursos gratuitos podrá interesarse por los pagos. Sólo si le ha
leído bastante estará pensando en comprar un libro, gráfico o e-book. Si bien la página —
que de todas formas, aunque sencilla, le convendrá disponer, como ya dijimos en la lección
introductoria— le servirá como “vitrina de exposición”, el cliente de Internet no es el
cliente real de todos los días. O tal vez sí; usted ya sabe que muchas veces éste querrá
conversar con usted antes de contratar sus servicios, escucharle en alguna charla radial,
televisiva o conferencia, leer algún trabajo suyo en algún lado.

Por esto, inclusive, es conveniente el boletín electrónico. Porque no dependerá de


que el potencial cliente se “acuerde” de usted y vaya a visitar su página; usted llegará a su
casilla de e-mail. Porque si usted tiene apenas 200 suscritos, son doscientos suscritos reales
y seguros que cuando menos echarán un vistazo a sus envíos cada vez que los realice.
Porque puede actualizar ofertas, promociones y novedades. Porque —si no abusa—
ninguno se sentirá incómodo por recibir periódicamente sus envíos. Porque (de cara a los
“clichés” mediáticos) NO es lo mismo tener una página en Internet que ser director de una
revista digital. Porque el boletín electrónico es sencillo de reenviar: es apenas un e-mail,
mientras que en muchos equipos hay problemas cuando hacemos clic en eso de “enviar esta
página a un amigo”, y se cuelga. Además, mi opinión personal es que es mucho más
molesta la publicidad impuesta por el servidor de Internet que le aloja gratuitamente la
página (en caso de no optar usted por una paga, lo cual desde el vamos incrementa los
costos) con todos esos “banners” centelleantes y “botones” que se prenden y se apagan y se
prenden y se apagan y se prenden y...¡¡¡¡basta!!!!, sin hablar de las ventanas con publicidad
que se van desplegando a medida que entramos en una y otra página gratuita, que nos hacen
perder tiempo y paciencia en ir cerrándolas. En los e-mails, usted ya sabe, va alguna
publicidad de tres o cuatro líneas del prestador del servicio, y nada más.

Pero recuerde que no vale la pena correr el riesgo de suscribir compulsivamente a


quien no lo solicite. Muchos, simplemente ignorarán su envío y lo suprimirán en la Bandeja
de Entrada. Otros, irán a las instrucciones al final del mail y se desuscribirán. Pero siempre
hay alguien por demás histérico que puede responderle de manera grosera por enviarle el
mismo sin autorización o —paranoicos hay por todas partes— denunciarle por Spam. Una
cordial invitación, girada a todos los contactos de su libreta de direcciones, es una manera
sencilla de comenzar, sumando, ahora sí, el darse el alta en listas de debate afines
temáticamente a la suya y por única vez y respetuosamente, invitar a los otros colisteros a
conocer su publicación.

En nuestra próxima lección veremos cómo crear nuestro propio boletín y qué
recursos alternativos podemos incluir en el mismo para incrementar nuestras ganancias.

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