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Pensamientos Automáticos

¿Que son?

Todas las personas están, de forma automática y continua, describiéndose el mundo a sí


mismas, etiquetando cada suceso o experiencia. Hacen interpretaciones de lo que ven y oyen,
y juzgan los sucesos como temibles o agradables y predicen si pueden ocasionarles algún
peligro o una seguridad relativa.
Estas interpretaciones forman parte de un interminable dialogo interno, de cada persona
consigo misma. Raras veces nos damos cuenta de ese auto-diálogo interno, pues está
automatizado, pero es lo suficientemente poderoso como para crear las emociones más
intensas. Es a este auto-diálogo interno que denominamos “pensamientos automáticos”
porque “se experimentan como si fueran un reflejo, sin reflexión o razonamiento previo; y se
graban como plausibles y válidos”.

¿Cómo Son?

Son mensajes específicos.

Un joven que temía ser rechazado se decía a si mismo en una situación grupal: “ellos me desprecian,
me encuentran raro, me rechazarán”.
Frecuentemente, los pensamientos automáticos son muy breves y rápidos, compuestos por
muy pocas y esenciales palabras o una imagen visual breve.
No importa lo irracionales que sean, casi siempre son creídos. Otorgamos el mismo “valor de
verdad” a los pensamientos automáticos que a las percepciones sensoriales del mundo externo.
Los pensamientos automáticos son relativamente idiosincráticos. So particulares, propios de
cada sujeto, aprendidos en base a nuestra experiencia del mundo. Cada respuesta se basa en una
única forma de ver la situación estímulo, y causa una emoción diferente.
Los pensamientos automáticos son difíciles de desviar. Son irreflexivos y creíbles, luego, los
pensamientos automáticos se entretejen inadvertidamente a través del flujo del diálogo interno.
Parecen ir y venir con voluntad propia. También tienden a actuar como señales de otro pensamiento.
Todos hemos tenido la experiencia de un pensamiento negativo que dispara una larga cadena de
pensamientos negativos asociados.
Los pensamientos automáticos son aprendidos. Todas las personas han sido condicionadas por
el ambiente (padres, demás familia, profesores, amigos, medios de comunicación) para interpretar
los sucesos de cierta forma.
Los pensamientos automáticos tienden a "dramatizar". Estos pensamientos predicen catástrofes,
ven peligros en todas partes y siempre suponen lo peor. Las dramatizaciones constituyen la mayor
fuente de ansiedad.
Algunos tipos de pensamientos automáticos frecuentes en las crisis de ansiedad y pánico Las
más comunes son:

Ir en contra de la evidencia. Por ejemplo: “si me quedo encerrado en un ascensor, moriré asfixiado”.
En casos similares a este, conviene buscar pruebas a favor y en contra. Una forma eficaz es llevando
a cabo un experimento, en este caso ayudado por otra persona, se puede comprobar que si se echa
perfume dentro del ascensor, manteniendo la puerta cerrada, el olor pasa al otro lado, demostrando
que existe intercambio de aire entre el interior y el exterior del ascensor.
Exagerar la probabilidad de que ocurra lo que se teme. Por ejemplo: “si voy sola al
supermercado, seguro que me dará un ataque de pánico”. Conviene anotar las predicciones
negativas para luego comprobar que la mayoría de veces no se cumplen.
Exagerar las consecuencias negativas si ocurre lo que se teme. Por ejemplo: “Si me da un
ataque de pánico delante de alguien, me rechazará”. Si uno se suele preocupar por cuestiones de
ese tipo, conviene acostumbrarse a hacerse la siguiente pregunta: “¿y qué?”.
Minimizar la capacidad para hacer frente a lo que se teme. Si ocurre lo temido, es mejor
concentrarse en pensar cómo afrontarlo, poniendo en práctica estrategias previamente aprendidas.

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