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LAS PLANTAS MÁGICAS SEGÚN PARACELSO por Rodolfo Putz

Editorial Pons, 2006


316 páginas

Antes de comenzar a hablar del libro en sí vale la pena resaltar que, como el
propio autor indica en varias ocasiones, este ensayo es una síntesis de las ideas
fundamentales de Paracelso, no su obra completa. Por lo tanto se obviarán o
resumirán muchos puntos con la premisa de hacer más simple la comprensión de
ciertos aspectos de su trabajo.

Una vez aclarado esto, el autor dedica un primer capítulo a hablarnos sobre la
biografía de Paracelso, la cual es fundamental para la comprensión de ciertos
puntos. Su nombre completo fue Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus
von Hohenheim (no usando nunca el sobrenombre de Paracelso) y nació en
Einsielden, una pequeña villa de Suiza el día 10 de noviembre del año 1498.

Se cuenta, en palabras del autor que Paracelso “era un niño bajito y enclenque”
por lo cual su padre, el doctor Hohenheim le daba mucha importancia al aire
fresco. Esto le llevo a hacer muchas excursiones junto a su hijo, lo cual hizo que
este se familiarizara con la naturaleza de su alrededor y aprendiese de las plantas
y los tóxicos.

Comenzó sus estudios a los 16 años en la Universidad de Basilea, y aunque no se


sabe mucho de su estancia allí (solo se sabe que fue sobre el 1510), salió con los
conocimientos de operaciones quirúrgicas ayudando a su padre en las curaciones
de heridos. Luego de esto continuó sus viajes por Europa estudiando las Ciencias
Ocultas, pero su profunda religiosidad hizo que renunciara a ellas por creerlas
contrarias.

Entonces decidió dedicarse a la Alquimia, campo en el que destacaría en poco


tiempo. No voy a entrar mucho en este campo, pero una vez Paracelso había
alcanzado un par de doctrinas rechazó seguir estudiándolas para entrar en el
campo de la Medicina.

Su principal motivación por la Medicina surgió en el estudio de la Alquímia,


pues descubrió que al someter a ciertos materiales a diferentes tratamientos estos
adquirían un carácter curativo. Esto le llevo a introducir medicamentos y sobre
todo el término “sinovial” del cual procede el líquido sinovial, que sirve para
lubricar las extremidades.

Tras esto siguió interesándose por muchos más campos, sobre todo por las
botánica, pero de esto hablaremos en la totalidad del libro. Falleció el día 24 de
septiembre de 1541, a los 47 años de edad.
Luego de esta pequeña biografía, el autor hace un exordio para explicarnos que
el libro de va a dividir en tres capítulos: Botanogenia, del hombre y su relación
con las plantas y por último un poco sobre principios básicos de la astrología.

PRIMERA PARTE: EL REINO VEGETAL (Botanogenia)

En este capítulo el autor nos habla de la Botanogenia, que es el estudio de las


plantas pero de forma astrológica. También nos habla de los principio de las
teorías herméticas o hermetismo, y sobre todo de los elementos de la planta tales
como el tallo, raíces, hojas… . También deduce la teoría de que las plantas tienen
un “alma” y consciencia.

He decidido no hacer mucho hincapié en este capitulo puesto que no lo


considero el más relevante dentro de la obra y tampoco le relaciono mucha
importancia con el Análisis Integrado del Medio Ambiente.

SEGUNDA PARTE: EL HOMBRE Y LA PLANTA

En esta segunda parte del libro, se nos comienza a hablar sobre el uso de las
plantas de una forma más rutinaria y práctica para el día a día, y para comprobar
esto solo tenemos que fijarnos en su primer apartado: alimentación.

Aquí Paracelso nos da instrucciones sobre las comidas, y sobre que pasos seguir
por ejemplo para ser vegetariano (no lo defiende, pero si lo apoya). Sigue
dándonos indicaciones para realizar unas comidas más provechosas.

Tras todo esto entramos quizás en el punto más interesante y fructífero del libro,
las terapias curativas y medicinales del reino vegetal. Paracelso defendía que las
plantas pueden sernos útiles en tres estados: vivas, muertas o “resucitadas”.

Hablando sobre las plantas vivas, nos dice que “sirven de modificadores del
centro o cuerpo interior, sobre todo cuando es aromática”. Paracelso también
decía que si sufres de una enfermedad puedes “transportar” dicha enfermedad a
la planta viva, refiriéndose a sus propiedades curativas, las cuales consideraba
un arte esotérico. (En este punto se intercalan con los conocimientos del libro
ejemplos de plantas curativas y como usarlas, como la Senecio vulgaris que sirve
para el mal de dientes si se frota contra las encías).

Nos habla a continuación sobre tinturas, decocciones , polvos, etc. Tomamos


para esto el ejemplo de tres plantas: el eléboro, la brea y la cicuta.

Comenzando con el eléboro, Paracelso indica que no solo sirve para el


tratamiento de la locura, si no que también para el tratamiento y la cura de
diferentes enfermedades. Nos relata también como tratarlo para su uso, que
eléboro es el mejor,… Incluso nos recomienda una dosis para tomarlo.
Luego tratamos la brea (que es un árbol), la cual usa para generar agua de brea.
Tras explicarnos el proceso para su fabricación, nos indica que se usa sobre todo
para el tratamiento de enfermedades dermatológicas, aunque también para
calmar los síntomas de enfermedades respiratorias como el asma.

Por último, nos enseñará como preparar el extracto de cicuta. Al igual que en las
dos anteriores aprendemos el proceso para realizarlo, cantidades, dosis, etc. Esta
servía para dolores físicos y se aplicaba en compresas sobre la parte afectada.

A pesar de su innegable habilidad y su amplio conocimiento, Paracelso sufría


una serie de prohibiciones canónicas, pues este como he comentado antes tenía
fuertes convicciones religiosas. La medicina de los antiguos tiene en cuenta las
condiciones astrológicas a la hora de la siembra o recogida de las plantas, y la
Iglesia estaba fuertemente en contra de esto. Esto limitaba en gran parte el
trabajo de Paracelso.

Aún así el libro nos habla sobre estos cánones astrológicos, pero como he
comentado antes no voy a darle importancia a este tema, que aunque interesante,
no lleva al tema principal que queremos tratar.

PRIMUM ENS MELISSAE es la siguiente parte del capítulo. Investigando un


poco fuera de los temas del libro, este concepto hace referencia a las medicinas
naturales usadas para el rejuvenecimiento de las personas. Paracelso poseía un
método para llegar a este.

También tratamos la fabricación de unos de los contravenenos más potentes


contra los efectos de ciertos vegetales. Llegamos a la generación de un aceite
rojizo a través de alcohol y tártaro que se toma de forma intermitente y con
pequeños sorbos.

Ahora pasaremos a tratar uno de los experimentos de Ragón, que consiste en


tornar diferentes discos de colores usando plantas. Estos se los mostraba a cada
persona en estado de adormecimiento y tenía diferentes efectos en cada uno. Los
siete discos fueron:

1) Disco violeta (beleno-belladona-estramonio)→ Movimientos involuntarios y


gritos. La persona lo recordaba todo
2) Disco índigo ( pimienta, eléboro negro-Haschisch)→ fiebre y debilidad.
Despierta sudando copiosamente.
3)Disco azul (laurel cerezo-alcanfor-asafétida)→ excitación general. No recuerda
nada
4) Disco verde (estricina, belladona, acónito)→ lágrimas abundantes, hinchazón,
estado letárgico.
5) Disco amarillo ( opio, estricina, eléboro blanco)→ movimientos rítmicos de la
cabeza. Ningún recuerdo.
6) Disco anaranjado (valeriana, tabaco, adormidera) → alegría, hinchazón de los
miembros. Se levanta entorpecido.
7) Disco encarnado (ciruelo, lavanda, digital)→ miedo, se acurruca. Calambres y
tardanza de volver en si.

Este experimento se aconsejó no volver a ser repetido ya que fue un fracaso y


solo consiguió destrozar el sistema nervioso de los sujetos.

Luego habla de los denominados “ungüentos de los brujos”; de los cuales existen
tres tipos y se denominan así porque turban la razón del sujeto. Su uso se
atribuía a las brujas.

El libro dedica también una parte a hablar de la “Palingenesia”, que es el


renacimiento o la regeneración de un ser vivo después de su muerte real o
evidente. Paracelso hizo sus propias investigaciones y experimentos a cerca del
tema, pero sin llegar a una conclusión aparente. El libro se apoya en otros
autores como Maxvell y Fludd para explicar sus principios de una forma más
conveniente.

Con esta extensa explicación acaba la parte dos del libro.

TERCERA PARTE: ELEMENTOS DE LA ASTROLOGÍA

Esta es la parte más breve del libro y se basa en explicar de forma escueta
elementos básicos de la astrología como los signos del Zodiaco o los chacras.

Por último el libro pone un extenso diccionario de Botánica sobre usos,


medicamentos o simplemente curiosidades de diversas plantas. Algunos de los
más interesantes son:

Acanto (Acanthus mollis): sus hojas son útiles para tratar de forma conveniente las
quemaduras.

Acedera (Rumex acetosa): su raíz correctamente tratada y dejada reposar durante


48 horas es un remedio para las erupciones cutáneas.

Artemisa (Artemisa vulgaris): Surte un gran remedio contra la epilepsia.

Cañamo Indio (Cannabis indica): Se usa como sedante, pero siempre con
precaución y prescripción médica

Cicuta (Conium maculatum): Planta sumamente venenosa. Para combatir su


envenenamiento es preciso vomitar la sustancia y administrar los ácidos
vegetales debilitados como el jugo de limón y el vinagre.
Ciprés (Cupressus sempervirens): La decocción de sus estróbilos evita las canas
hasta edad muy avanzada

Enebro (Juniperus communis): Las bayas de este arbusto son un diurético


excelente

Lirio (Lilium chrynostates): El polen de esta flor es útil para curar las quemaduras.
Su agua destilada aminora los dolores del parto y cura los males de los ojos.

Musgo (Fucus purpureous): Se emplea contra las lombrices de los niños.

Palmera (Phoenyx datilifera): Se emplean sus frutos para combatir los catarros
bronquiales, enfermedades de la vejiga e inflamaciones.

Pino (Pinus sylvestris): Tiene propiedades tónicas, excitantes, diuréticas,


anticatarrales y sudoríficas. Se recomienda contra la hidropedía, retenciones de
orina…

Romero (Rosmarinus officinalis): Antiséptica. Buenos resultados contra la anemia.

Zarzaparrilla (Smilax medica): Su raíz es estimulante diaforética y depurativa.


Favorece la digestión.

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