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Liderazgo en femenino
cuestiones.Así, se dirigieron en peregrinación, entre otros
lugares, a Santiago de Compostela, que atraía a cantidad
de creyentes de toda Europa. En esa ocasión, cuando se
encontraban en Arras (Francia), Ulf cayó enfermo.
Lourdes Molinero
Socia Directora de Agathos
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Cuando, a decir de los médicos, el único destino era
la muerte, San Dionisio se apareció a Brígida con la
Javier promesa de que su esposo no iba a fallecer en aquel
Fernández Aguado
Socio Director
momento. Efectivamente, así sucedió.
MindValue
www.mindvalue.com
www.toptenms.com Al regresar a su país, el matrimonio optó por establecerse
http://es.linkedin.
com/pub/javier- cerca del convento de Alvastra.Allí moriría Ulf en torno
fern%C3%A1ndez-agua-
do/12/b6b/869
al año 1344. Brígida aprovechó para repartir sus bienes,
dedicando también una parte a la gente más necesitada,
y se instaló, de forma muy sencilla, próxima al el cenobio.
Brígida Birgersdotter nació en Norrtälje
(entonces Skederid), en Suecia. Corría el Consecuencia de algunas visiones de carácter místico,
año 1303 y fallecería el 23 de julio, setenta Brígida se dirigió a Roma. Su meta era participar en el
años más tarde, en Roma. Su padre, Birger jubileo convocado para el año 1350. Pretendía, apro-
Persson, era juez de la región de Uppland, vechando aquella circunstancia, solicitar permiso del
enclave en el que había nacido Brígida. La Santo Padre para poner en marcha una fundación. En
tradición de la judicatura venía de lejos en concreto, una nueva orden femenina.
la familia, pues los abuelos, tanto el paterno
como el materno habían ejercido la misma Dos obstáculos se presentaban a sus pretensiones. De
profesión. Idénticos pasos seguiría un herma- un lado, había una norma no escrita en aquel momento
no de Brígida.A través de su madre, la familia histórico de no admitir nuevas órdenes religiosas. De
estaba emparentada con la familia real sueca. otro, el Romano Pontífice no se encontraba en la Urbe,
pues desde hacía más de cuarenta años la corte pontificia
Cuando contaba con solo diez años de había quedado aposentada en Avignon, en el sur de Francia.
edad, Brígida perdió a su madre. Su padre,
desbordado por la situación, se consideró Brígida se estableció en la Urbe, en un enclave junto a la
incapaz de atender a su formación. Optó basílica de San Lorenzo in Damaso. Se le hizo más patente
por enviarla a la ciudad de Aspanäs, a casa la situación en la que había quedado la ciudad desde lo que
de su cuñada, Catarina Bengtsdotter. vendría a denominarse el exilio de Babilonia de la Iglesia…

Pasarían solo tres años hasta que Brígida
fuese entregada en matrimonio a Ulf Gud-
marsson. Ella se resistió todo lo posible,
pero poco podía hacer en la vulnerable
situación en la que se encontraba, en una
época en el que los pactos matrimoniales
de esa naturaleza eran costumbre. Entre los
ocho hijos que llegarían de aquel matrimo-
nio se contaría Catalina de Suecia.
Brígida comenzó por ejercer el liderazgo en
su entorno más inmediato: su familia. Entre
los diversos ámbitos en los que se notó su
capacidad de señalar y conseguir objetivos
se encuentra la religión. Logró que su esposo
también vibrase, al igual que ella, con esas
Sin coordinación con Catalina de Siena, se dedicó a escribir
misivas al pontífice solicitándole que regresase a Roma
para establecer de nuevo allí el papado. En la medida de
sus posibilidades dedicó también tiempo y medios para
ayudar a las personas necesitadas con las que coincidía.
Dieciocho años más tarde, Urbano V entraba en Roma.
Brígida pudo presentarle su proyecto, que fue aprobado
aunque con notables modificaciones. Poco después, alegan-
do cuestiones de seguridad, el Papa volvería a abandonar
Roma camino de su exilio transalpino.
Ella proclamó formalmente que el Papa recibiría un
fuerte castigo de Dios por haber abandonado de nuevo
la Urbe. Dos meses más tarde, Urbano V entregaba su
alma a Dios.

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Tras regresar de un viaje a Tierra Santa, Brígida enfermó,
falleciendo en la actual Piazza Farnese. Había indicado
que deseaba que sus restos fueran trasladados a Suecia,
en concreto al convento de Vadstena. Así se hizo.
Tras su muerte, fueron divulgadas algunas de sus revelaciones.
Entre otras, una en la que se explica el misterio de la liber-
tad humana: “El demonio es realmente un ladrón porque,
debido a sus perversas tentaciones y falsas promesas, roba
para sí mismo al alma humana que Yo redimí con mi propia
sangre.Y aunque se lleva a las almas, esto no se debe a que
él sea más poderoso que Yo, pues Yo soy tan poderoso que
puedo hacer todo mediante una sola palabra, y soy tan
justo que no cometería la más mínima injusticia ni aunque
me lo pidieran todos los santos. Sin embargo, ya que el
hombre, al que se ha dado libre albedrío, desprecia vo-
luntariamente mis mandamientos y consiente al demonio,
entonces es justo que también experimente la tiranía del
Santa
Brígida de
Suecia
demonio. El demonio fue creado bueno, pero cayó debido
a su perversa voluntad y ha quedado como un verdugo
para infligir su retribución a los pecadores. Pese a que
ahora soy tan menospreciado, aún soy tan misericordioso
que perdonaré los pecados de cualquiera que pida mi
misericordia y se humille a sí mismo, y lo liberaré del
perverso ladrón. Pero aplicaré mi justicia sobre aquellos
que perseveren en menospreciarme, y los que la oigan
temblarán, mientras que los que la experimenten dirán:
¡Ay de nosotros, que fuimos nacidos o concebidos! ¡Ay, que
hemos provocado la ira del Señor de la majestad!”
La institución por ella creada fue denominada Orden del
Santo Salvador (Ordo Sancti Salvatoris), conocida en oca-
siones como Orden Brigidina. Tras múltiples vicisitudes
sigue actualmente presente en muchos países del mundo.
El eficaz trabajo de Brígida ha superado el exigente filtro
del paso del tiempo.  
Nº  Enero 2012 41
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