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CI: 29.510.452
El Atraso
Como primer punto, tenemos a la figura jurídica del atraso el cual, es el estado en
que se encuentra el deudor de buena fe solvente, que no tiene liquidez por
razones excusables, de retardar el pago de sus deudas. En sentido amplio, su
naturaleza jurídica viene determinada por la situación jurídica de gracia que la ley
otorga al comerciante no doloso para que pueda cumplir sus obligaciones libres
del apremio de los acreedores. En efecto, el atraso, puede ser solicitado por el
comerciante interesado y por tanto, no puede ser pedida por los acreedores ni por
el Juez. En este orden de ideas, el régimen jurídico y la definición del atraso, se
encuentra estipulado con fundamento y valor jurídico en el artículo 898 del Código
de Comercio Venezolano. De manera que, conviene subrayar los elementos
esenciales que conforman el atraso los cuales, son que el solicitante sea
comerciante, es necesario un balance comercial, es indispensable el inventario de
los 30 días antes de realizar dicha solicitud, las estimaciones prudenciales del
listado de los deudores, un estimado nominativo de sus acreedores donde
indiquen sus domicilios, el monto y la calidad de sus acreencias y, la opinión
favorable de la solicitud realizada, por al menos tres de los acreedores. En
consecuencia, el procedimiento para efectuar la solicitud del atraso se trata en
primer lugar que, el Juez convoca a una reunión de acreedores a los 8 días de la
publicación de la convocatoria; en segundo lugar, el Juez recaba información a los
tres días de la reunión anterior; en tercer lugar, se pronuncia inmediatamente
sobre la procedencia o improcedencia de la solicitud, tomando en consideración
que puede apelarse en un solo efecto esta decisión; como cuarto y último lugar, el
Juez podrá acordar terminado el primer año una prórroga que no exceda de un
año para terminar la liquidación. A tal efecto, conviene enmarcar el modus
operandi del atraso, en este caso, el Juez recibe la solicitud, los recaudos y los
verifican si están en orden; además, dicta las medidas de vigilancia, entre las
cuales, están: Nombrar a un síndico y a una comisión de tres acreedores (poseen
carácter temporal); convoca a una reunión de acreedores al octavo día y el sindico
y la comisión se constituyen para vigilar el cumplimiento de la obligación en que se
encuentra el solicitante.
La Quiebra