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Al fundar el Museo Pedagójico También es profesor de Geografía

desplegó la mayor actividad; en la Universidad,


y en varias ocasiones ha mostrado y todos sus discípulos lo estiman,
IMP. LIT LA RAZÓN, CALLÉ CERRO N° 57 ser un hombre de gran capacidad. porque á todos los trata con bondad.
(Y'dígalo, sino, el padre Lasagna
que bien puede decirnos si es verdad )
186 GARAS Y CARETAS
SUMARIO Pero, qué! Está tan arraigada, que hasta alcanzan á distinguir la isla de Flores, Cía-
el Gobierno, enemigo declarado de dar nada, vasco y Mayní.)
TEXTO-'-«Z¡g-Zag», por Arturo A. Giménez—«Donde las
dan. .», por Antonio Liminiana—«El do postu- á no ser malos ejemplos y muchas otras co- ¡Ah! ¡Si fuera cierto que el año nuevo hace
mo», por Max—«Tal para cual», por Ángel C. sas peores, nos ha presentado este año su vivir nueva vida! Si el pais obtuviese vida
Ozores—«Lo que no se mira», por Pizzicato— aguinaldo; una buena cantidad de ascensos!
«Soneto», por Áster de Anflpolis—«¡A volar!..., nueva!
por B. M.—«Para ellas», por Madame Polisson— Es este un regalo que pagamos muy ca- Porque por ahora, no la tiene ni nueva ni
«Fin», por R, T. S.—Menudencias—Corresponden- ro, pero, la costumbre de ver cometer bar- vieja.
cia particular—Avisos.
GRABAÍOS—Alberto Gómez Ruano—Lo de siempre—En baridades aún en año nuevo, nos lo hace ¡Si los hombres del Gobierno, empezaran
la arena—T varios, intercalados en el texto y pasar mas ó menos fácilmente ¡Dios le otor- ahora nueva vida!
avisos, por Schütz. gue su perdón! Pero no hay cuidado. Seguro estoy de que
¡Porque sí espera el nuestro...! en cuanto á eso, resultará falso el dicho.
El dia de año nuevo es un dia estraordi- Apesar de lo cual, queridos lectores, deseo
nario; reina en todas partes una actividad á Vds. mil felicidades en el año que empieza,
inusitada; en las casas de familia no se des- y pueden estar seguros de que, si por deseos
cansa y fuera de las casas, menos. fuese, serían Vds. (y yó) los hombres mas
Desde por la mañana empiezan á llover felices de la tierra.
felicitaciones y saludos. En tales momentos, se es jeneroso. Ya
«El oficial de limpiesa púvlica (vulgo, ven Vds.; j^o puedo suponer que va á leer esto
barrendero) zaluda á uzte, y le decea en el algún acreedor mío y apesar de ello, por hoy,
año que comiensa felisidá, y le decea que aú- le deseo felicidad y hasta salud esperando
llente el polbo de su calle.» que perdone nuestras deudas así como noso-
Por supuesto, que el. billete es llevado á su tros perdonamos á nuestros deudores.
destino (que debiera ser el fuego) por el au- (¡Si fuera capaz de hacerlo!)
tor en persona, que espera la contestación á la
puerta. Y no hay tu tia, dará Vd. cinco reales «•
si los tiene, fomentando de esa manera los Después de lo ho}' tratado, el acontecimien-
atentados contra la ortografía. to mas notable será el Carnaval. Sí es que
algo tiene de notable el Carnaval de esíe año.
Otros hay peores; en verso (sic).
Arona anuncia ya bailes en su teatro.
«El celador de la esquina Pero tiene tal desgracia, que estoy por creer
con el respeto mayor que si ofrece dinero á los que concurran, no
saluda a usted señor se lo van á aceptar.
con su gratitud mas fina Por lo pronto, ya cuenta con numerosos
Y desea en el año nuevo enemigos; los de rostro algo oscuro.
á usted mil felicidades Oía yo ayer á dos morochos que hablando
espera sus genprosidades de la prohibición de asistir á los bailes,—im-
y le desea salud. puesta por Arona á los de su clase,—decían:
El ct'ladoi"» —Ese Arona, debía estar entre rejas.
Este hombre, por ejemplo, merecía como —¿Porqué?
aguinaldo un tiro. Bien dicen que la justicia —Porque es enemigo del Gobierno.
de Dios es siempre manifiesta ¡Qué no haría —¿Sí, cómo lo sabes?
ese celador si comiera algo más que porotos! —¿No ves que proteje solo á los blancos:'
Buenos dias te den, lector, Dios, los hom-
bres y las mujeres. Por supuesto que estas cosas están hechas ARTURO A. GIMÉNEZ
Si no es un contrasentido desear á alguien solo para nosotros, los ínfimos. Los grandes,
buen dia en este tiempo, en que se suceden son mas felices, en cuestión regalos. Como
siempre, los del Gobierno han sido los mas
con asombrosa rapidez, sin transición, el ca-
lor mas terrible y el frió mas.... idem, porque favorecidos. Donde las dan
he aquí dos estados perfectamente distintos y El Presidente de la República, por ejemplo,
que, sin embargo sirven para un mismo ob- recibió entre otros una soberbia estatua de
objeto. La mortiftcacion del hombre. Terpsicore en la que ha mostrado el escultor «Aurora; Como he sabido,
su caprichosa fantasía; figúrense Vds. que ó, mejor, como he notado
Si tenemos en cuenta que á esto se agre- tiene en la mano izquierda unas riendas, que que Ricardo, su marido,
gan los desaciertos del Gobierno, podremos según los comentaristas íntimos, quieren ser nuestro amor ha comprendido
decir cQrf'v^érdad que es una irrisión desear á y se encuentra algo escamado,
las del Gobierno; sus lijeros pies, apenas pi- he resuello terminar
alguien buen dia- Pero, por si acaso, se de- san la Constitución; ia Cuenta especial, trata de una vez las relaciomes,
sea siempre; como que el desearlo no cuesta de cubrir ciertas desnudeces. La mano dere- y, por lo mismo, dejar
dinero.... cha sostiene un gato. de ir, venir y pasear
Pasando á otra cosa. por bajo de sus balcone-;.
Por la postura, deducen los entendidos que Pues soy todo un caballero,
Lector, ya estamos en el año noventa el escultor ha querido representarla bailando y no quiero que la gente
y dos! candombe. juzgue de un modo severo
El noventa y uno huye avergonzado; cor- El doctor Ramírez ha sido obsequiado con el amor puro y sincero
rido. El diablo se lo lleve. un soberbio faro, reproducción exacta del de que por usted mi alma siente;
Esa transición de un año á otro, es siem- ni quiero dar ocasión
Polonia, que contiene en su interior los retra- á que sepa mis deslices
pre terrible. tos de todos los miembros de su familia. el Ricardiío en cuestión
En primer lugar, como es ya sabido, se El jeneral Callorda, con un magnífico ra- Y me rompa el esternón
efectúa á fin de mes y el fin de mes, es algo ó me aplaste las narices.
mo á&flores cuyo cabo es un garrote, y una Así, pues, bella señora,
que produce escalofríos. A fin de mes, ha\' colección de medallas. olvide usted lo que fui
que pagar Jo que se deba. Por ejemplo; el Por fin, Chucarro, con una estatua repre- y ponga su amor ahora
casero, (no siendo Obispo); la pensión en el sentando la Ortografía y una pluma en forma en su esposo, que la adora
restaurant, dado el caso que alguien coma y está celoso.
de macana. Martí.
aún en restaurant ó fuera de él; el almacén, "Vodo esto para despedir el año noventa y 'Poiiií!í¿!—Por Dios le pido
si es que se ha conseguido que fíe hasta ese
dia y muchas otras cosas de que no quiero
acordarme, porque, como dice Dante, no hay
un(>, el peor de cuantos hemos pasado.
Es decir; el año, ha sido muj^ calumniado,
aue esta misiva no deje
onde la vea el marido,
pues, si sabe lo ocurrido,
porque nada tuvo de malo él, sino los que du- me divide por el e'¡e.y>
mayor dolor, que recordar lo pasado. rante sus trescientos sesenta y cinco días go- 11
Luego, á las deudas se añaden los agui- bernaron.
«Por una coincidencia,
naldos ¡Los aguinaldos! Yo, por -mi parte, Ya se fué! Al mirar como se aleja, pueden ha caldo en mi poder
jamás he recibido uno. PerOj según dicen, vislumbrarse muchas cosas. Un banco que- la extraña correspondencia
hay algunos que los reciben. ¡Dichosos ellos! brado; una revolución sofocada sin efusión de que usted, falto de prudencia,
sostuvo con mi mujer.
Es una costumbre esta de regalar algo á fin sangre (j!); un millón de' medallas conmemo-
Y aunque motivo sobrado
de año, que debía desterrarse, entre nosotros, rativas; una porción de faros apagados; la tenia con ello para
rd menos. * '^ olla policial la mar! (entre cuyas olas se dejarle perniquebrado
CARAS Y CARETAS 187
después de haberme gozado El empresario hizo un gesto como diciendo: dini, obtuvo su colección de fonógrafos, y para d e d i -
escupiéndole á la cara, —De todos modos.... car un recuerdo al pseudo tenor, hizo oír en las
juzgando que es usté un necio, — Pero, á las primeras frases, «abrió seriamente la exequias de éste un De pro/undis de Gounod, de modo
ni la badana le zurro, oreja», á las últimas, se precipitó hacia Pscheeds, ex- que Pscheeds, se encontró así cantante en su
ni hago de su insulto aprecio; clamando: entierro.
como á necio, le desprecio, —¿Cuánto quiero usted por función? MAX
conque, siga haciendo el burro. —Mil francos.
Pero tenga muy presente —¡Santa Madonna! para un debutante no son pe- •i^;tf—+«
que si sigue usté á mi esposa, queñas pretensiones
cual hasta aquí, solamente
para que tenga la gente
—Es cuestión de aceptar ó rechazar. ¥al para cual
Tengo la voz de Caserini, tengo su método
cierta idea deshonrosa, —Muy bien. Acepto ¿Cómo se llama usted?
ó escribe cartitas como —¿Te casas?
—Pscheeds.
»la que contesto ahora mismo,
—Eso no es un nombre. Es necesario que se haga —Me caso, Juana.
sin pensar que es usté romo
usted llamar Pchedini. —¿Conozco al novio?
de inteligencia, le tomo
—Es igual Pero le prevengo que no cantaré sino —Es Teodoro
por m/ cuenta y le descrismo.
ciertos trozos elejidos por mí. —¡Chica, pues vaya un tesoro!
Asi, pues, procure ser
—Entonces, son conciertos los que usted quiere —Yo no me caso con gana;
un poco mas caballero,
dar?
y no escriba á mi mu)or, Pero cuando no hay un peso
si no quiere usté perder —Justamente.
y se encuentra un novio rico
la vida. —Vaya por los conciertos. Quedamos arreglados.
aunque feo cual un mico
Ricardo Otero III y calavera, en exceso ....
Posdata.—Tenga cuidado —Tu madre estará contenta
no halle esta carta su esposa, Cuando un mes después se anunció al público que
el ilustre Caserini tenia un sucesor, que el método, —¡Ya lo creo! De ese modo,
porque si indaga mi estado la ocasión de pagar todo „
y sabe que soy casado.... la voz, el dn del incomparable tenor revivían en el
pecho de su discípulo, Pchedini dió su primer con- desde luego se presenta.
se me va á poner furiosa.»
cierto Los ingleses al saber
ANTONIO LIMINIANA Fue un éxito jigaiitesco. Al dia siguiente, Pchedi- mí enlace, pronto se han ido ^^
ni era célebre confiando en que el marido
Después del segundo concierto, el empresario les ha de satisfacer;
gritó:
—¡Partamos á América! Teodoro no es un bendito
Dos semanas después, partían para el país de los harto lo sé, pero hacia
doUars. gran falta, pues cada dia
Washington, Filadelfia, New-York, hicieron al —Comprendo y te felicito.
tenor ovaciones entusiastas. En Boston, al salir del
teatro, la portera le entregó un billete escrito con l á -
—¿Y, que tal va tu marido?
piz en el cual le daba cierta dama una cita en una
—Desesperada estoy ¡calla!
quinta de les alrededores
Y mi madre en furia estalla
No hesitó; saltó en un carruaje y se hizo conducir por Teodoro; es un bandido.
cerca de la quinta indicada. Habia en el^ jardín una
forma blanca que parecía esperar, como diría Ponson Finjió con tanta destreza
du Terrail. Era ella. que con gran fé me adoraba,
€1 do postumo IV
¡y solo plata buscaba
creyendo en nuestra riqueza! \
La siguiente noche, Pchedini volvió á la quinta y, Tirando el oro á montones
como la víspera, desapareció antes'que el mas m a - ¡quién suponerlo pudiera!
De los siete hijos de la señora Caserini, uno solo drugador de los criados estuviese en pié. En cuanto ni un peso tiene y cualquiera
fué tenor. al marido, estaba de viaje. le creería con millones.
Dotado de un do de pecho, y de un físico agrada- Pero, una nube oscurecía el cielo de su felicidad
He pasado muy mal rato
ble, aprovechó de ellos para exigir á los empresarios Mary—ella se llamaba Mary—le había espresado su
al ver mí ilusión perdida
exajeradas retribuciones y para seducir algunas damas deseo de oírle cantar el aria de Faust «Lasse-moi
—¡Cómo que has dado, querida,
del gran mundo. (Esto, lector, sucede en Paris, ya lo contempler ton vísage.»
con la horma de tu zapato!
sabes, porque aqui no hay gran mando ni cosa pare- Y cosa extraña' este pedido tan esplicable,parecía
confundir mucho á Pchedini. ÁNGEL C . OZORES
cida). Después de convertirse en celebridad y propie-
tario, Caserini perdió de repente su ¿o de pecho. Esto Por fin consintió en cantar, cuando pudo obtener
sucedió una. tarde de otoño, mientras comia tran- que Mary le oyese desde la o;ra pieza, y con la con-
quilamente macaroni. Cuando algunas horas mas tarde, aícion de no interrumpirle bajo ningún ¡jrttesto.
el tenor quiso emitir su do, no pudo encontrarle. Y mientras las notas salían claras, cristalinas, ad-
Caserini aterrado, acudió á los medidos predesti- mirables, sintiéronse pasos en la escalera.
nados, que le dieron consejos absurdos, pero de —¡Cielos! Viene! gritó Mary aterrada.
efecto. Pchedini seguía cantando.
Como él era italiano, y por ende, supersticioso, los —¡Pero, calla!... Apaga las bujías!....
tales consejos le impresionaron vivamente, pero no Pchedini paüdecíenao, trataba de apagarlas, pero
hicieron volver el do. cantaba siempre.
Entretanto, los buenos amigos de Caserini, los p r i - —¡Calla, por Dios, te lo ruego! te lo suplico! ¡Me
meros tenores, los segundos tenores, los tenores li- pierdes!
jeros, el todo Paris de los tenores, conocedores de La puerta se abrió y entró un hombre.
la desgracia de Caserini, esclamaban: Era el marido de Mary. Este marido tenia un re-
«¡Qué pérdida para el arte!» cuando alguien les vólver en la mano Apuntó con él á Pchedini, y sim-
oia, y se frotaban enérjicamente las manos cuando
estaban solos. Un do áe pecho de menos en la circu-
plemente, sin hacer escándalo le perforó el c e -
rebro. lio que no se mira
lación, era una gran cosa. ¡Oh estupor! El aria de Fausto seguia siempre!
No nos ocuparemos de ennumerar las tentativas Aunque era aquello como para aterrorizar al mas ¡Cuánto se ha gritado contra los músicos! Y no solo
que hizo Caserini para resucitar su do. Contentémo- valiente, el americano se acercó y estendió la mano lo han hecho los privados de gusto musical, los que
nos con decir que,desesperado de reencontrarlo, con- hacia aquel hombre muerto, que cantaba. Al palpar consideran la música como un ruido bastante d e s -
trajo una enfermeead terrible y murió poco tiempo entre la camisa y el cuerpo un objeto duro, la r e t i - agradable, sino los amantes de ella, los que la llaman
después. ró. Era un fonógrafo miniatura de un modelo abso- idioma de los dioses.
Uno de los que parecieron sentir más la muerte de lutamente inédito. ¡Pobre de aquel que nace con facilidades para ha-
Caserini, fué su criado, un joven americano llamado cer sonar un instrumento! Ese está destinado á ser
Pscheeds, que un año hacia, habia llegado de Nueva presa de todas las desgracias.
Orleans con la intención de entrar al servicio del cé- Que Mozart fué casi un criado; que Beethoven
lebre tenor. Algunas esplícaciones rápidas pueden ser útiles. vivió rabiando; que Rossini fué silvado; que Verdí fué
Pscheed. era un mecánico de mucho talento y rechazado del Conservatorio; Que Wagner con todo
II su jénio tuvo que dedicarse a arreglar música e s -
habia fabricado bajo la dirección de Edisson algunos
Algunos dias después de los funerales de Caserini, fonógrafos, concibiendo entonces el modelo de un traña...
este Pscheeds se presentó á un empresario famoso. instrumento miniatura- que debia prestar á los Todo esto es nada. Sí sufrieron, también gozaron;
—Señor, le dijo: ¿conoció usted á Caserini.? tenores, que habían perdido la voz, los mas grandes y seguramente el gozo fué más que el sufrimiento.
— Hemos hecho juntos una jira por América. servicios. Para darse exacta cuenta de sus ventajas, Pero el músico instrumentista sufre continuamente y
—¿Que piensa usted de su voz? no trepidó, después de construir un centenar de apa- nunca goza, sin que nadie note los servicios que
—Era incomparablemente sublime ratos, en atravesar el Atlántico y ponerse al servicio presta, ó más bien dicho, que dá.
—Ahí muy bien. Yo tengo la voz de Caserini. del rey de los tenores. Vayan ustedes viendo
—¿Qué dice usted.?.,.. Ocho dias después de su llegada á casa de Caserini ;A que no se atreven ustedes á abrazar á una niña
—Tengo su voz; su do de pecho. consiguió hipnotizarle y por tal medio logró que el delante de todo el mundo?
El empresario tomó un aire de duda. gran tenor confiara á sus fonógrafos los mejores tro- ¡Qué esperanza, dirán ustedes! Ya lo creo, digo
—¿No me cree usted.? Agregaré que poseo, no zos de su repertorio. yo: inmediatamente la austera sociedad les tacharía de
tan solo su voz, sino su método. Oiga usted; ¿quiere Con ellos habia conseguido electrizar á los públicos desvergonzados y hasta inmorales. La niña les mira-
escucharme un momento? Colóq'uese al estremo de la de Paris y América gracias á la perfecta mímica con ría como á monstruos y les rechazaría con indignación;
pieza, cantaré un trozo de La Hebrea, en el cual era que acompañaba la voz de Caserini. se espondrían ustedes á un duelo; en fin, la mar de
Cuando el empresario supo el trájico fin de P c h e - disgustos.
incomparable.
J_0 DE S I E M P R E

ii>«M^x>*)lRy4to*3 '^towcM •ftuwivr'.Kijfr'inigiJ-iataw.'wvmujiMariM •roiiflflan¿t»i>i«iai«i<i»*>i<aat*Mf^<t«if'¡••iMt>wi* «'ti*!»»! nawnw^aiw*"."'^ i^«p»m»W» twMf**tn»n'.l¿ g.tMJ<Wittai{waS«W«»

Primicias de la época presente:


la santa ley hollada por la bota;
- el sable autoridad omnipotente;
roto el decreto y la galera rota.
Si sigue este país dando esas flores,
vamos frescos, señores. .-^^
tLlNA

-Calla, chico, que en todas te he vencido


y en esta j u r o qué
también te venceré
¿No'ves que para mi, nadie ha nacido?
190 CARAS Y CARETAS
Pues el músico les evita todo esto y les facilita
mucho más; mientras suene la música, pueden ustedes H volar!!,
estrechar su talle, decirla palabras tiernas al oido,
bañarse en el perfume que la rodea, enamorarla, ad-
mirar de cerca su belleza, sin que la Sociedad grite Conocidas las corrientes atmosféricas, y medidas
ni la mamá gruña, ni el primo les desnuque. su intensidad y dirección en diferentes elevaciones,
por medio do ingeniosos aparatos, han pensado los
Y en tanto, ¿quien piensa en el músico que con su
alemanes en utilizar tal conocimiento en beneficio de
arco májico ha hecho caer las vallas que á tal cosa se
la apetecida dirección del aereostato. '
oponían? Nadie:
Y el músico ¿en qué piensa? En la ingratitud de La expedición que proyectan, á guisa de prueba,
aquellos que se divierten gracias á él? No; ya está él es una nonada. Qiieda reducida á salvar la distancia
acostumbrado á eso. que les separa del.... Polo.
Solo piensa en irse á dormir cuanto antes. Asustan las consecuencias que pueden sobrevenir
de un viaje aereo; pero, en cambio, semejantes expe-
Pero no paran aquí los sinsabores. Vá á empezar
diciones están llamada^ á cambiar radicalmente el ac-
la orquesta. Mientras el músico distraído afina, lle-
tual modo de ser de la vida moderna.
gan una dama y un caballero.
Los sibaritas, sobretodo, están de enhorabuena:
—¡Qué se vá á tocar, profesor?
—¿Adonde va Vals?
— Una mazurca, caballero.
—A fumar un cigarro en Santiago de Cuba A mi
—Ay! dice la niña mirando al cielo. A mi que me
no me fastidian las adulteraciones. .. Por lo demás,
enloquecen los schottihs!
esta tarde nos veremos en el Prado... |Digo!...
—Se tocará schottihs, señorita. si no me ocurre comprar una pastillita de j abon en el
—Mil gracias. Congo.—
Pero al empezar se acerca otra pareja. Los ingleses quedarán anonadados, en cuanto la d i -
—¿Qué se vá á tocar? rección del globo sea un hecho.
—Schottihs, caballero. —¿Vive aquí don Fulano? Le traía la cuentecita. . .
—Y yo que habia prometido á esta señorita con- — ¡Ah! ... Pues siento mucho tener que decir á
seguir que tocase usted un vals... usted que está en el otro mundo.
—Y usted accederá ¿no es cierto? dice la niña —¡Cómo! . ¿ha muerto?
sonriendo con coquetería.
—¡Nada de eso!
—Señorita, pido á Vds. mil perdones, pero he pro- Hace veinte minutos que salió para Inglaterra..
metido ya un s c h o t t i h s . . .
Ya debe haber atravesado el trópico!...
—Muy bien, dice él con tono seco.
—A mi si que me h i atravesado de parte á parte—
—Que músico tan grosero! dice al alejarse la niña
pensará el misero acreedor.
con jesto desdeñoso.
Esto en el santuario del hogar; que donde tendrán
— P s t . . . esta jente es a s i . . .
que ver ios efectos de semejante locomoción será en
Luego, pasan todos al comedor, quedando solo en el orden político
el salón, una que otra mamá olvidada de despertarse. Por de pronto, las revoluciones serán imposibles
Entonces, llega algún miembro de la comisión e n - Al menos los pueblos en dia de motín han de estar salen de las fábricas de Lyon, más de cerca, una que-
cargada de la fiesta y dice ahuecando la voz: lo mismo que una balsa de aceite. da sorprendida al ver que esos tejidos lindísi-
—Señores profesores, pueden Vds. pasar á cenar. El ¡aleo tronará arriba. mos y seductores, pertenecen simplemente al gé-
Porallí, por allí. Todo lo mas que puede suceder abajo es que algún nero de hilo y algodón. Necesitaríanse volúmenes
Y va el músico á parar al último palio. honrado vecino, sin pretensiones, observe desde su enteros para describir todo lo que se vé y se ha pro-
Sobre una mesa cubierta con una sábana, é ilumina- azotea, provisto de un telescopio de diez mil diáme- ducido este año. Diremos antes que todo, que los
da por tres ó cuatro velas colocadas en botellas, está tros, el movimiento de los sediciosos. crespones y las batistas finas merecen el primer pre-
servida la cena Solo el afortunado mortal que posea aparatos de mio. Los crespones, de un precio sumamente módico,
Si el músico es previsor, habrá llevado ya una hacha tal alcance tendrá la satisfacción de seguir (como deci- son tal vez los más prácticos. Los colores son
ó cosa así, para romper el pan, sino quiere romperse mos ahora) los progresos ó retrocesos de la conjura- preciosos, y el tejido se receje, se apaña, se contor-
las quijadas. En cuanto á los manjares son dedicados á ción. na y se hace de él absolutamente lo que se quiere.
estómagos a prueba de veneno. El vulgo, lo más que ha de poder hacer será sacar Aconsejamos que se forren los corpinos de crespón y
Y luego, cuando algún invitado dice á cualquier consecuencias, más ó menos atinadas, de quiénes son que se coloquen las faldas sobre un fondo de perca-
miembro de la comisión; vencedores ó vencidos, por la detenida iijspeccion de lillo y lo mismo recomendamos para las batistas.
—Diga Vd. ¿que se ha hecho la orquesta? los miembros que caigan de lo alto. Las telas de Alsa-
—Ahí dice el otro La comisión le ha preparado —Me parece que aquella pierna que hay ensarta- cia, ios céfiros y los
una opípara cena y se encuentran los profesores en da en la veleta de la Matriz, es del general X. satíneles, c o m o no
ella La conozco en el contrafuerte déla bota. ¡Como que son telas tran paren-
¡Si los instrumentos hablaran, que cosas dirían al se las hizo (las botas) en casa de mi suegro!— tes, no necesitan forro
invitado! Y así y solo así podremos tener indicios del éxito de ni fondillo. En cuan-
Tal es la vida del músico. Después, cansado, so- la algarada. to á las formas, pue-
ñoliento, triste, va á su casa, pensando solo en echarse den consultar los gra-
en la cama. bados, descripcionesy
Esto, en el caso de que tenga casa, ó cuando me- Yo, ¡lo confieso ingenuamente! el dia que la direc- patrones de los perió-
nos cama. ción del aereostato sea un hecho.... aquel dia creeré dicos verán en ellos
Nadie podrá dudar luego, que está íntimamente en la independencia personal. que los adornos de
ligada la música á la vida del músico. Porque así como los humores se eliminan por ex- encajé, empleados de
En efecto; de lo dicho puede sacarse en conse- halación, nosotros nos e/¡míní7'"emos volando por el e s - todos modos, ocupan
cuencia que ésta tiene muchos, pero muchos bemoles. pacio y constituyendo en el éter la numerosa familia un puesto importante
granular del universo. en las modas de este
PIZZICATO
verano. Los volantes
B. M.
grandes ha! 1 a n t a n
buen empleo como los
encajes,por pequeños
que sean. Una guar-
nición muy elegante,
consiste en los bor-
dados de estilo Persa
ó Indiano con ligera .
mezcla de hilillo de
oro. Nada mas fácil
que hacer una misma
estos bordados, sir-
viéndose de los nu-
merosos dibujos y bor-
dándolos sobre tul con
sedas multicolores. Si
Soneto no quieren darse este
trabajo, tomen un en-
caje blanco, crema ó
Recibir de un gallego una patada
que le parta por medio una costilla: negro, que haya servido ya, y se sacarán todos ios
darle á uno, después, fiebre amarilla, contornos de los dibujos con hilos de seda de todos
con viruelas y tifus, complicada; Hé aquí una exposi- colores, mezclando el hilillo de laminado dorado, lo
tener toda la piel despellejada; ción rápida de los tejidos cual puede emplearse como entredós, cortando los
padecer de la gota en una silla; de honor para el verano picos del encaje, para los bajos de las faldas, como
de 1892. Se dice que es- canesú y guarnición paralas mangas. Para las telas
quebrarse de un tropiezo una canilla;
te verano será muy calu- ligeras se tomará tul grueso liso y se bordara una
recibir de cualquiera una estocada; guirnalda corriente ó un enramado ó cuajado de to-
ser mordido, además, por un rabioso roso. De seguro que sí la proporción es igual en calor
al frió que hemos soportado durante el invierno, po- pos. Sobre las telas de Alsacia se bordará con algodón
y tener que marchar al Manicomio plano, sobre la tela misma ó sobre tiras .isas.
por estar uno loco, muy furioso; demos prepararnos vestidos muy lijeros. Cuando-
entra una en las tiendas, en este momento, le da El sombrerito redondo se impone. Los trajes que se
todo esto es más horrible que el demonio... preparan para la Carrera Internacional son completa-
pero en cambio, es mil veces más hermoso como un deslumbramiento, turbación producida por
tanto color vivo, flores y guirnaldas á profusión, mente diferentes. Son vestidos medio largos, los otros
que hallarse sometido al matrimonio. son cortos, de sedas de Lyon tornasoladas con listas
destacándose sobre fondos con coloridos finísimos.
AíTER DE ANFÍPOLIS Se creería á primera vista que son maravillas que cortados por ramilletes. Los colores clarísimos, tor-
CARAS Y C A R E T A S 191
nasolados con listas cortadas por ramilletes. Los co- A todo el que se suscriba
lores clarísimos, tornasolados y vistosos, los encajes este mes al semanario,
verdaderos, los sombreros pequeños y grandes se le daremos de regalo
dan citas en la tribuna y en la esplanada Se verá el número estraordinarío
mucho el crespón de la China bordado en los matices Que apareció el domingo, y que, sin modestia, es
de color de rosa y azufre y tul bordado en relieve ma- muy bonito.
tiz sobre matiz. ¿Qué tal? Lo que es á pobres y á rumbosos, nadie
Las sombrillas son muy lujosas; la parte de enci- nos gana
ma se hace con encaje bordado de color y los mangos *
están adornados con cabujones de pedrerías En su- El «Concurso de bellezas» que inició CARAS Y C A -
ma, se verán aún este año los trajes mas seductores RETAS, ha sido clausurado el 31 con 35 inscripciones.
del mundo y Paris probará aún que, ahora más que Podemos asegurar á ustedes que nay niñas como
nunca, lleva el cetro real de la elegancia. soles, como estrellas, como luceros, en fin... un siste-
Necesitamos notar también que los mangos de las ma planetario.
sombrillas y antucas y hasta los de los paraguas para
señoras, son muy caprichosos y la mayoría están a a o r - «El veguero Cubano» conocida fábrica de cigarri-
nados con puños, que forman unos racimos de uvas, llos ha visitado nuestra redacción:
de cerezas y otras frutas de más bulto. ¿Les repetiremos que produce infinito goce al fu-
Vestido con corpino blusa—Materiales: 850 cent, batista marlo?
de á 80 cent —Este traje convendrá á las jóvenes y Algo más; si quieren Vds. abismarse en las abs-
las señoras jóvenes para toda clase de reuniones de tracciones del éxtasis, pruébenlo.
verano. Las blusas para vestir se arreglan sobre forro El cigarro de hoja habano
ajustado. Frúnzanse delanteros y espalda en los hom- Pierde su celebridad.
bros y en el talle. Si queréis gozar, probad
los de «El Veguero Cubano»
MADAME POLISSON

Hemos recibido un pequeño poema del Dr. P i -


ñeyro del Campo, titulado: El último gaucho.
Al felicitar al autor, agradecemos el envió de la
producción.
» »
En casa de Anacleta
¡Por Dios, por los santos, en se comió don Maximiano una chuleta
fin, por las once mil virjenes, Y en casa de Benito,
señor Director de Correos, oiga se comió don Maximiano un huevo frito.
Vd. nuestras quejas! No hay mejor cosa que ocupar el diente
Diga á sus empleados, que costando muy poco la en casa de un amigo ó de un pariente.
•i*
suscricion de CARAS Y CARETAS, es un pecado defrau- . .* *
dar á los suscrítores del esterior, para leerlo de Se ha dado ya principio á la matanza de perros.
arriba! Apropósito de esto, un vecino cuya casa sirve por
Porque no hay ejemplar que llegue á su destino; y la noche de local de reunión á gran cantidad de ga-
en atender á los reclamos, se nos agota la tirada, y
Fin aunque no parezca, cuesta mucha plata el aumentarla
tos, me preguntaba porqué solo mataban aquellos ani-
males, de|ando vivos á los gatos.
para solaz de los señores del Correo, Es menester Eso es natural y creo
que se arregle tal cosa. que el razonamiento es claro;
—¡Ya te vuelvo la espalda! Pues sí sigue eso así, señor Herrera muy malo es el gato, pero
—¡Ya no te miro! escribiremos, imitando al vate ¿Como habría diputados
—¡Ya no escucho tus ayes! sobre el paquete que viajar debiera: si envenenasen los gatos?
— ¡Ya no suspiro! —Lasciate ogni speranza, voi cli'entrate.
— ¡Ya todo entre nosotros ha terminado! ** Anteayer á las ocho de la mañana al desfilar .-ana
—¡Rabio! Lector, si no me equivoco numerosa columna de españoles por la plaza Indepen-
—¡Yo estoy furiosa! (lo cual no permita Dios), dencia, Francisco San Román, dueño como se sabe,
— ¡Me has insultado! hoy es e! primer domingo del lujoso café Tupí Nambd, saludó á sus compatriotas
—Tú que amor tan constante me promctias del año noventa y dos. lanzando á los aires dos hermosos globos con inscrip-
y que tanto jurabas que me querías, ciones, é infinidad de bombas.
fuiste ayer noche á casa de una prendera Según se nos dice, una de las pequeñas composi- Hemos oido decir que Francisco San Román lleva-
á bailar con Juanita la costurera, ciones poéticas que publicamos en el número 75, es do del entusiasmo se quiso prender de uno de los glo-
y alli sé que estuviste de buena gana ya conocida. bos, y hubiera conseguido su intento si varios de sus
hasta lastres ó cuatro de la mañ.ina. Como se comprenderá, no es nuestra la culpa de amigos no le hubieran cogido de las piernas.
—Falso; no estuve en casa de esa señora ello, pues no estamos obligados á conocer todo lo
—Cierto; que me lo ha dicho mi peinadora, que desde Adán hasta nuestros días se ha escrito;
que es amiga del chico de la portera En un ojo, Pepe Rojo
antes bien es ella de los que, de'nostrando poca d e - Tenia una rija fija,
Qel primo de Juanita, la costurera. licadeza y menos vergüenza, no trepidan en usurpar
—Ya sé con esos lios qué tf propones Y para cura'"se el ojo
obras ajenas, estampando al pié su nombre, que tal Ruje Rojo, y raja rija.
y doy por terminadas las relaciones. vez es lo único que escribir saben.
—Me parece que es justa mi amarga queja
Mas pundonor literario, señores colaboradores (¡!) Desde ahora quedan definitivamente instaladas las
no vuelvas á pararte ¡unto á mi reja;
no busque tu mirada jamás la mia; *. * . Oficinas de redacción de este semanario en la calle
no forje ya mas sueños mi fantasía, Según me asegura mi amigoGarcía 2; de Mayo número 20; (altos).
porque de mi persona te estás burlando un chusco una noche silvó La Gran vía. Allí estamos á disposición de ustedes. La única
y mi corazoncito lo estás matando. —¡Valiente alcornoque! incomodidad que ofrece la casa, es la de tener que
Ahí te entrego las cartas y este pañuelo. y ¿en qué se fundaba.? pagar al casero. Pero según nos lo ha asegurado un
—Pues bien; toma las tuyas, toma tu pelo. —No le chocaría facultativo que le asistió, no es un hombre sin entrañas,
—Guárdate esta sortija y esta pulsera; —Pues, Chicho, me choca que Chueca no choque. porque las tiene en perfecto estado.
que las use Juanita la costurera. Siempre es una seguridad.
Toma la poesía que me escribiste Según he leido, se ha inventado una materia desti-
—Quédate con la capa que me cosiste nada á las damas, que tiene la propiedad de dar al
—Toma este alfiletero que me compraste _ cutís gran suavidad y aspecto aporcelanado,
—Toma, pues, la camisa que me bordaste. CORRESPONDENCIA PARTICULAR
Se la recomendamos a don Juan Lindolfo Cuestas.
—Toma plumas del pavo que a tu morena Sancho—Montevideo.—
le regalaste el día de Noche Buena El Sancho que llevaba don Qui.¡ote
—Dame el perro de lanas que tanto quiero Sínforosa me ha jurado era muy ocuri'ente, ¡j'a !o creol
—Tómalo; mas te llevas mi compañero. Ruborosa y conmovida pero usted me parece que es un zote.
Que la pobre no ha besado Perico—ídem—Que no se !o publico
Y jpara su recuerdo nada me dejas? le vuelvo á repetir, señor Perico,
A nadie en toda su vida. aunque usted me amenace, seriamente,
—Corta y guarda las puntas de sus orejas Pero la he pedido un beso
Ahi tienes las flores que me arrojabas con pegarme diez tires en la frente.
Y me ha dicho Sínforosa: Col y Floi—ídem—Eso; sí, seOor,
cuando al balcón las horas por mi pasabas. —Pero, ¿qué sacáis con eso? Viene á ser su Doesia; un coliíior.
Tu retrato. (¡Qué confesión más hermosal) C. M- ifea—Ide"m—Pues... es muy bonito
Si, señor, C. M. Rea,
a Tal vez sea de usté el articuiito,
—Y el tuyo. * * .. Más no es suya la idea.
—Y adiós, mi Lola. El Rejimiento de .\rtílleria lijera destacado en la Casca-Jlfa-te—Florida ¡Disparate!
¡Solo quedo en el mundo! Sus versos no se pueden publicar.
Union estuvo el viernes haciendo ejercicio de tiro al M. H.—ídem—Se pueden comparar
—Yo quedo sola. blanco en el Buceo. á. los que me ha mandado Cascad-Mate.
—¡Adiós, adiós por siempre, felices días! Decididamente los blancos están destinados á servir T. S.—ídem—¿Usted dice que están buenos?
—¡Adiós tiempos de amores y de alegrías! Pues yo le digo á usted que están muy malos
de punto de mira al tal rejimiento. y por meterse á tonto,,por lo menos
— ¡Ya te vuelvo la espaldal merece que le den cincuenta palos.
—¡Ya no te miro! Tirteo -Canelones-
¡Atención, lectores! Si; es decir... con algunas correcciones.
—¡Ya no escucho tus ayes! R. P.—Maldonado.
¡Cuando decimos á ustedes que cualquier día, con
— ¡Ya no suspiro!
el afán de favorecer á todo el que nos favorezca, va- Calle, hombre; los he visto en otro lado.
Mas falta, pues rompemos tan tiernos lazos, J. R.P.—Coon—
mos á mandarles cuando menos un real, ó un mate
devolvernos los besos y los abrazos. En la primera y séptima cuarteta
cebado á cada suscritor!.... Hay que meterle alguna corrección.
R. T. S. Lean y mediten. jNo me permite usted que se la meta?
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realizar negocios buenos. porque lleva nuestro nombre.) todo esto tieue> señoreSj que dá con los atadillos.
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