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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SUR DEL LAGO

“JESUS MARIA SEMPRUM”


DIRECCION GENERAL SOCIOACADEMICA
PROGRAMA DE FORMACION DE GRADO
INGENIERIA DE LA PRODUCCION AGROPECUARIA

PROCESO DE COMERCIALIZAR

ALUMNO: Marisela Gutierrez


C.I: 23.302.459
SEDE: Casigua el Cubo
UNIDAD CURRICULAR: COMERCIALIZACION DE PRODUCTOS AGROPECUARIOS

Casigua, septiembre 2021


El comercio es una de las actividades de mayor importancia en la economía
venezolana, debido a que permite la distribución interna y externa de todos los
bienes y servicios producidos en los sectores primario y secundario. En las últimas
décadas, el desarrollo de nuevas tecnologías de información y comunicación, así
como la incorporación de algunos cambios en la legislación internacional, han
favorecido las transacciones de compra y venta a escala mundial.
La comercialización, a través del tiempo, ha pasado progresivamente de un
proceso pasivo a niveles dinámicos, y su evolución va, desde una economía de
subsistencia hasta un mercado moderno. El proceso de comercialización se
considera parte del sistema agroalimentario, determinado por dos componentes
importantes: el sistema de distribución física (tiempo y espacio), y el sistema de
transferencia de los alimentos desde el productor al consumidor final.
La comercialización incluye el conjunto de procesos o etapas que deben
superar los productos desde la producción hasta el consumo en forma
conveniente, en el momento y lugar oportuno; por lo tanto, engloba actividades
físicas y económicas bajo un marco legal e institucional.
En este sentido; la comercialización agrícola es un proceso que permite que
los productos lleguen a los consumidores localizados en zonas urbanas distantes
de las áreas de explotación agrícolas, de tal manera que, el número de
operaciones y funciones que se llevan a cabo, determinan el grado de complejidad
del proceso. De esta forma, se puede decir que la comercialización es el conjunto
de procesos o etapas que deben superar los productos en el flujo de traslado
desde el productor hasta el consumidor final.
Pero la búsqueda de instrumentos para apoyar la modernización del
sistema comercial agropecuario en Venezuela ha pasado por una revisión
profunda de las debilidades que históricamente han prevalecido en el sector
agropecuario, manteniendo en los últimos años una fuerte restricción para el
desarrollo de los mercados. Esta situación manifiesta claramente un impedimento
para que prevalezcan las condiciones de competitividad.
Por otro lado, el modelo seguido por los productores, en la mayoría de los
casos ha sido producir en función de la experiencia y disponibilidad de recursos
físicos, humanos y financieros, esta situación ha significado que casi nunca, el
modelo de producción ha tomado en cuenta al mercado como elemento orientador
en lo que respecta al qué, cómo, cuándo, dónde y a qué costo producir.
Con los cambios realizados en Venezuela en su política comercial para
formar parte de la economía globalizada, los productores en el corto plazo han
tenido que empezar a mirar al mercado y obtener de él las indicaciones de calidad,
cantidad, época y sobre todo, costos-metas de producción calculados a partir de
los precios de mercado, sin embargo la problemática radica al vender los
productos, ya que estos mercados se caracterizan por una estructura oligopsónica
o de oligopolio que distorsiona los precios al fijar las condiciones de compra,
manejar la información, suministrar los servicios de transporte, financiamiento,
almacenamiento y empaque a tarifas desproporcionadas, y en general conformado
por una amplia cadena de intermediarios que afecta la competitividad de los
productos en el mercado.
En relación a lo anteriormente descrito la comercialización de productos
agrícolas y sobre todo en los pequeños productores tiene muchas deficiencias
según como lo describen Rincón N, Segovia E, Aguilera G, López A, Zavarce E, y
Leal M (2004); en su investigación “Los pequeños productores y su participación
en el proceso de comercialización agrícola” concluyeron los productores limita su
participación en el proceso de comercialización al intercambio de productos con el
intermediario (camionero), mientras su mayor participación en la distribución,
comercializando ellos mismos sus productos sin necesidad de intermediarios
hasta el mercado mayorista. Además, los productores manifiestan recibir el pago
de inmediato, al momento de entregar su mercancía (de contado), mientras que
otros lo hacen una o dos semanas después de la entrega (crédito), el demás
restante lo deja a consignación. Entonces como lo definen estos autores muchos
productores comercializan su propia mercancía mientras que otros utilizan
intermediarios; esta etapa tan importante marca la diferencia en la venta de los
productos porque reciben más ingresos.
Otro aspecto resultó significativo fue la falta de liquidez financiera, la
situación problemática de la suplencia de agua; la información de precio, al igual
que con la forma de pago al vender sus productos; esto se explica porque los
productores que menos participan en el proceso de comercialización, son
precisamente los mismos que manifiestan tener problemas de financiación y agua,
los que no manejan información de precios y por si fuera poco; los que venden sus
productos a crédito y/o a consignación. Sometiéndolos a las exigencias
propuestas por los intermediarios, tanto en el precio como en los otros factores
relacionados con el mercado, llevándolos a situaciones desventajosas al momento
de realizar la negociación.
Estos resultados también demuestran que el contar con: experiencia,
poseer suficientes tierras, oportunidad de cultivar, no son elementos suficientes
para decidir intervenir en el proceso de comercialización. Pareciera entonces, que
los problemas que el productor presenta se convierten en verdaderas limitaciones
para lograr su participación efectiva en el proceso de desarrollo rural. Esto
coincide con los resultados obtenidos por Borges et al. y por Urdaneta et al.
donde señalan que los pequeños productores no alcanzan el desarrollo y se
mantienen en la pobreza; no por un problema económico, sino por un problema de
visión que los desmotiva y limita para buscar soluciones endógenas, realistas y
menos dependientes.
Muchos productores atribuyen la responsabilidad de sus problemas a los
bajos precios que reciben por sus productos y algunos consideran que se debe a
la especulación por parte de los intermediarios. Por otra parte, se visualiza como
solución que alguien o algo, venga y elimine a los intermediarios, pues en forma
individual no son capaces de crear o visualizar alternativas distintas a las
promovidas por el paternalismo. Borges et al., expone que este tipo de conducta
refleja el bajo nivel de auto confianza y la escasa participación comunitaria.
Los productores reconocen que no están organizados ni participan en las
asociaciones que existen en la parroquia, pero en ningún caso la visualizan como
una oportunidad que les permita hallar soluciones a los problemas para lograr
mejorar el ingreso, obteniendo una mayor remuneración por los productos. Esto
evidencia una clara conducta individualista que nada tiene que ver con los
recursos financieros, ni con la cantidad de tierra que posean.
Como determinaron en esta investigación los pequeños productores
muchas veces hacen el proceso de comercializar como lo hacen sus amigos, sus
familiares sin tener presente los pros y la contra de este proceso tan importante.
Por eso se recomienda a los productores se organicen para lograr mejorar los
ingresos producto de las ventas y colocar volúmenes comercializables
directamente hasta los mayoristas; la organización o asociación, que les permitiría,
a pesar de la superficie cultivada, enfrentar los problemas por ellos identificados.
Y esto pasa casi que con todos los productores pequeños, así cultiven ellos
cualquier rubro porqué ellos no prestan atención a la organización, limitado
desarrollo tecnológico en materia de empaques, que otorgan al producto una
condición marginal y genera pérdidas en los distintos niveles de la
comercialización, variaciones en peso por unidad y calidad del producto entre las
distintas zonas productoras, limitando la posibilidad de acceder a nuevos
mercados, fluctuación de precios entre las principales épocas de molienda por
escasez del producto y ausencia de infraestructura para almacenamiento.
Referencias Bibliográficas

Borges, E., N. Rincón y F. Urdaneta. 2003. Visión de la calidad de vida de


los habitantes de la comunidad La Estrella, municipio La Cañada de Urdaneta del
estado Zulia. Rev. Fac. Agron. (LUZ). 20: 238-252.
Morillo Moreno, Marysela Coromoto. (2007). Venezuela en el comercio
internacional y frente al desarrollo sustentable. Revista de Ciencias
Sociales, 13(1), 23-46. Recuperado en 25 de septiembre de 2021, de
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-
95182007000100003&lng=es&tlng=es.
Rincón, N, Segovia, E, Aguilera, G, López, A, Zavarce, E, & Leal, M. (2004).
Los pequeños productores y su participación en el proceso de comercialización
agrícola.. Revista de la Facultad de Agronomía, 21(2), 172-185. Recuperado en 25
de septiembre de 2021, de http://ve.scielo.org/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0378-78182004000200007&lng=es&tlng=es.
Urdaneta, F., N. Rincón y E. Borges. 2001. La pobreza rural... un problema
de visión. Rev. AGROTÉCNICO¹ 13. División de Extensión Agrícola. Facultad de
Agronomía. (LUZ). 13:35-36.

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