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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N.° 02005-2019-PHC/TC


LIMA
JULIO CÉSAR VIDAL VELARDE,
representado por JUAN ALFONSO
MALLQUI LA BARRERA

VOTO DE LOS MAGISTRADOS MIRANDA CANALES Y RAMOS NÚÑEZ

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Juan Alfonso Mallqui la


Barrera a favor de don Julio César Vidal Velarde contra la resolución de fojas 126, de
fecha 27 de setiembre de 2018, expedida por la Segunda Sala Penal para Procesos con
Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la
demanda de habeas corpus de autos; y,

ATENDIENDO A QUE

I. Con fecha 19 de julio de 2018 (f. 1), don Juan Alfonso Mallqui la Barrera
interpone demanda de habeas corpus y la dirige contra la jueza doña Liliana
Amalia Chávez Berrios a cargo del Segundo Juzgado de Tránsito y Seguridad
Vial de Lima, así como contra los jueces superiores señores Jerí Cisneros,
Bendezú Gómez y Chamorro García, integrantes de la Primera Sala Penal para
Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima. Solicita la
nulidad de: (i) la sentencia, Resolución 47, de fecha 29 de noviembre de 2017
(f. 25), en el extremo que condenó al favorecido como autor por los delitos de
nes culposas agravadas, omisión de socorro y de fuga del lugar del accidente
tránsito y se le impone seis años de pena privativa de la libertad; y
sentencia de vista, de fecha 31 de mayo de 2018 (f. 58), que resolvió declarar
prescrita la acción penal en contra del favorecido como autor del delito de omisión
de socorro, confirmó la sentencia precitada en el extremo que lo condenó como
autor de los delitos de lesiones culposas agravadas y fuga del lugar del accidente
de tránsito, y revocó en el extremo que le impuso seis años de pena privativa de la
libertad y reformándola le impusieron cinco años de pena (Expediente 00247-
2013).

2. El recurrente refiere que el favorecido niega los cargos y es coherente en su


declaración e indica el nombre completo de la persona que estaría involucrada en
los hechos materia de imputación (Andrés Martínez Pérez), no obstante se ha
vulnerado el principio de presunción de inocencia al haber sido condenado
mediante prueba insuficiente; siendo condenado por ser propietario del vehículo
con el cual se cometió el delito; que no se valoraron las declaraciones de todos los
testigos, pues ninguno señala o reconoce a don Julio César Videla Velarde como
autor del delito; que la única imputación real y legal está dirigida contra don
Andrés Martínez Pérez (alias Fala); que no se ha tomado en cuenta la declaración
de doña Geraldine Zambrano Ortega; que en autos no se hizo referencia a todas
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las pruebas obrantes en el expediente; y cuestiona la determinación de la


reparación civil pues la Sala superior demandada emitió sentencia que incrementó
el quantum de la reparación civil sin haber justificado o motivado dicha decisión.

3. Arguye que se ha vulnerado el derecho a la prueba, por cuanto indicó el nombre


completo de la persona involucrada en los hechos materia de juzgamiento (Andrés
Martínez Pérez), no obstante, nunca lo citaron a declarar. Asimismo, solicitó que
se cite como testigo a don Luis Cornelio Guzmán Fano y tampoco accedió el
juzgado ni el representante del Ministerio Publico, a pesar de ser testigo
fundamental para el esclarecimiento de los hechos.

4. Refiere que el Ministerio Público en su dictamen acusatorio solicitó que se le


imponga la pena de 4 años de pena privativa de la libertad por el delito de lesiones
graves, 2 años de pena privativa de la libertad por el delito de omisión de socorro

/e
y 2 años de pena privativa de la libertad por fuga del lugar del accidente de
tránsito; sin embargo, el juzgado en la sentencia, Resolución 47, de fecha 29 de
noviembre de 2017, impuso una pena en total de 6 años, y la Sala superior
mediante sentencia de vista, de fecha 31 de mayo de 2018, impone una pena
mayor a la señalada por el juez, pese a que la fiscalía no presentó apelación al
respecto.

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uce que ha prescrito la acción penal por el delito de fuga del lugar de accidente
:e tránsito, pues el plazo extraordinario de prescripción habría concluido el 1 de
arzo de 2018, sin embargo la Sala superior toma en cuenta el informe de la
00 Coordinadora de los Centros de Control de Asistencia de la Corte Superior de
Justicia de Lima, en la cual se precisa que desde el 1 de marzo de 2012 hasta el 16
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de noviembre de 2017 las labores jurisdiccionales en dicha corte se vieron
interrumpidas durante cuatro meses y cinco días, por lo que la acción penal
prescribiría el 6 de julio de 2018, considera que la Sala aplica lo dispuesto por la
Corte Suprema de Justicia en la Ejecutoria Suprema 2622-2015, de fecha 31 de
marzo de 2016, en el fundamento 3.5, de forma errónea, pues esta debe ser
invocada de forma expresa por la parte afectada; empero, en el presente caso se
corrió traslado al Ministerio Público del pedido de prescripción, quien representa
a la parte agraviada y no se pronunció en mérito a la citada excepción.

6. Agrega que se ha vulnerado su derecho a la debida motivación de las resoluciones


judiciales, por cuanto en las cuestionadas sentencias no se ha descrito e
individualizado un hecho que se le pueda atribuir al favorecido como sustento de
su participación en los delitos que se le imputan y no se ha dado respuesta al
recurso de apelación en el extremo de la reparación civil.
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7. El Trigésimo Quinto Juzgado Penal con Reos Libres de Lima, con fecha 30 de
julio de 2018 (f. 77), declaró improcedente la demanda de habeas corpus, por
considerar que en un extremo de la demanda se pretende que el juez constitucional
realice una revaloración de los medios probatorios que sustentaron las sentencias
condenatorias; pues se arguye que no se ha encontrado prueba alguna que vincule
al favorecido con el delito imputado, que la única imputación real y legal está
dirigida contra don Andrés Martínez Pérez, así como que no se ha valorado lo
declarado por doña Geraldine Zambrano y que ha sido condenado sin pruebas,
entre otros cuestionamientos. En relación a la argumentación judicial de las
sentencias cuestionadas se precisa que estas no resultan inconstitucionales, en
tanto se sustenta de manera suficiente y razonada la graduación de la pena y se le
impone la pena dentro del marco legal, e incluso por debajo del impuesto en
primera instancia. Asimismo, con relación a la prescripción alegada, la sentencia
cuestionada se encuentra motivada.

8. El procurador público adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial,
a fojas 83 de autos, se apersona a la instancia.

9. La Segunda Sala Penal para Procesos con Reos Libres de la Corte Superior de
Justicia de Lima (f. 126) confirmó la apelada por estimar que las cuestionadas
sentencias se encuentran debidamente motivadas, pues no se advierte una decisión
• • diccional arbitraria ni injustificada, teniendo en cuenta que contó en todo
mento con la asesoría de un abogado, por lo que no se puede señalar que se
ntraba privado del derecho de defensa; por otro lado, el demandante alega
aspectos del proceso penal, que implicarían una revisión del fondo de la materia,
con lo cual se incurriría en una invasión en la esfera de la decisión jurisdiccional
autónoma e independiente del juez ordinario.

10. En reiterada jurisprudencia, ha señalado que los juicios de reproche penal de


culpabilidad o inculpabilidad, así como la valoración de las pruebas penales y de
su suficiencia, no están referidos en forma directa al contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la libertad personal, toda vez que son
aspectos propios de la jurisdicción ordinaria que no compete revisar a la
judicatura constitucional.

11. En ese sentido, consideramos que en el extremo de la demanda en que se


cuestiona la suficiencia, la valoración de las pruebas que determinaron la condena
de don Julio César Vidal Velarde y la determinación del monto por reparación
civil, no está referido en forma directa al contenido constitucionalmente protegido
del derecho a la libertad personal. Por ello, en este extremo de la demanda

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corresponde la aplicación del artículo 5, inciso 1 del Código Procesal


Constitucional.

12. En la Sentencia 06218-2007-PHC/TC, se ha sostenido que "el rechazo liminar es


una herramienta válida con la que cuenta el juez que conoce el habeas corpus en
primera instancia". Sin embargo, ello solo puede efectuarse cuando la
improcedencia sea manifiesta.

13. En el presente caso, el recurrente alega que indicó el nombre completo de la


persona involucrada en los hechos materia de juzgamiento (Andrés Martínez
Pérez), no obstante, nunca lo citaron a declarar. Asimismo, solicitó que se cite
como testigo a don Luis Cornelio Guzmán Fano y tampoco accedió el juzgado ni
el representante del Ministerio Público, a pesar de ser testigo fundamental para el
esclarecimiento de los hechos; que el Ministerio Público en su dictamen
acusatorio solicitó que se imponga la pena de 4 años de pena privativa de la
libertad por el delito de lesiones graves, 2 años de pena privativa de la libertad por
el delito de omisión de socorro y 2 años de pena privativa de la libertad por fuga
del lugar del accidente de tránsito; aun así, el juzgado en la sentencia, Resolución
47, de fecha 29 de noviembre de 2017, impuso una pena en total de 6 años, y la
Sala s erior mediante sentencia de vista, de fecha 31 de mayo de 2018, impone
la mayor a la señalada por el juez y la fiscalía, pese a que esta última no
tó apelación al respecto; y que uno de los delitos por el cual ha sido
nado habría prescrito.

Se ha señalado que el derecho a probar es un atributo que apareja la posibilidad de


postular, dentro de los límites y alcances que la ley reconoce, los medios
probatorios necesarios para justificar los argumentos que el justiciable esgrime a
su favor. En efecto, el derecho a probar es uno de los componentes elementales
del derecho a la tutela procesal efectiva (Sentencia 00010-2002-Al/TC).

15. Asimismo, se ha precisado que el contenido de este derecho está compuesto por
"el derecho a ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios, a que estos
sean admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure la producción o
conservación de la prueba a partir de la actuación anticipada de los medios
probatorios y que estos sean valorados de manera adecuada y con la motivación
debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en la sentencia. La
valoración de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con la
finalidad de que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido efectiva y
adecuadamente realizado" (Sentencia 06712-2005-PHC/TC).
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16. También ha destacado que uno de los contenidos del derecho al debido proceso es
el derecho de obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada
y congruente con las pretensiones oportunamente planteadas por las partes en
cualquier clase de procesos. En efecto, la necesidad de que las resoluciones
judiciales sean motivadas es un principio que informa el ejercicio de la función
jurisdiccional y, al mismo tiempo, es un derecho constitucional de los justiciables.
Mediante ella, por un lado, se garantiza que la administración de justicia se lleve a
cabo de conformidad con la Constitución y las leyes (artículo 138 de la
Constitución Política del Perú); y, por otro, que los justiciables puedan ejercer de
manera efectiva su derecho de defensa.

17. En la Sentencia 07717-2013-PHC/TC, se señaló que la autonomía e


independencia del Poder Judicial, al igual que la del Ministerio Público, también
está garantizada constitucionalmente. De ahí que las opiniones fiscales no
proyecten vinculación en los órganos jurisdiccionales. Sin embargo, cuando de
materia penal se trata, el Poder Judicial no puede actuar al margen de las
atribuciones constitucionales conferidas al Ministerio Público, por ser este el
titular de la acción penal. En ese sentido, corresponderá a la judicatura explicar las
s que sustentan una decisión que se aparta de la opinión fiscal, más aún,
do es claramente contradictoria, a fin de evitar una posible afectación en el
dio a la motivación de las resoluciones que en vía indirecta termine
opiciando la afectación de otros derechos fundamentales y principios
constitucionales.

18. De otro lado, la prescripción de la acción penal tiene relevancia constitucional,


dado que se encuentra vinculada con el contenido del derecho al plazo razonable
del proceso, el cual forma parte del derecho fundamental al debido proceso.

19. Se ha expresado que el principio de congruencia recursal forma parte del


contenido constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de las
decisiones judiciales, pues garantiza que el juzgador resuelva cada caso concreto,
sin omitir, alterar o exceder las peticiones formuladas por las partes (Sentencias
07022-2006-PA/TC, 08327-2005-PA/TC, entre otras).

20. Por ello, estimamos que la demanda ha sido rechazada liminarmente, sin que se
haya efectuado la investigación necesaria que permita determinar si se ha
producido o no la afectación alegada respecto a los derechos invocados. Por ello,
es necesario un pronunciamiento que se sustancie con mayores elementos de
prueba, por lo que resulta necesaria la admisión a trámite de la demanda.
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21. Lo que correspondería es que, en aplicación del artículo 20 del Código Procesal
Constitucional, debería anularse todo lo actuado y ordenar que se admita a trámite
la demanda, prosiguiéndose con el trámite de ley.

22. Sin embargo, no podemos ser ajenos a ciertos hechos que vivimos en el presente.
El país, a la fecha, atraviesa una grave crisis pandémica que ha calado también en
la efectividad de la actividad estatal, en todos los niveles. No puede ignorarse que
el brote de la COVID-19 ha afectado particularmente la operatividad de la
administración de justicia referido a los plazos que ya se manejaban. Esto, sumado
a la gran carga procesal, puede implicar un detrimento a la rapidez con la que se
administra justicia; a pesar de los grandes esfuerzos que las autoridades y los
trabajadores realizan para intentar combatir este problema. Si a esto se le suma lo
que implican los principios de dirección del proceso, economía procesal,
informalismo y celeridad procesal; podría generarse un grave perjuicio de
dilatarse el trámite de la presente causa.

23. En este sentido, excepcionalmente, debe admitirse a trámite la demanda, sobre los
extremos referidos supra.

Por estas consideraciones, estimamos que se debe,

1. ADMITIR a trámite la demanda de amparo y, en consecuencia, dispone conferir


a la parte emplazada un plazo de diez días hábiles para que, en ejercicio de su
derecho de defensa, alegue lo que juzgue conveniente previa notificación de la
demanda, sus anexos y del recurso de agravio constitucional.

2. Ejercido el derecho de defensa de la parte emplazada o vencido e plazo para ello,


y previa vista de la causa, esta edará expedita para su resolu n definitiva.

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VOTO DEL MAGISTRADO SARDÓN DE TABOADA

Coincido con los fundamentos y sentido resolutivo del voto emitido por los magistrados
Miranda Canales y Ramos Núñez en el Expediente 02005-2019-PHC/TC, quienes
opinan porque se ADMITA a trámite la demanda de habeas corpus y, en consecuencia,
se conceda a la parte emplazada un plazo de diez días hábiles para que, en ejercicio de
su derecho de defensa, alegue lo que juzgue conveniente previa notificación de la
demanda, sus anexos y del recurso de agravio constitucional, luego de lo cual, y previa
vista de la causa, esta quedará expedita para su resolución definitiva. Todo ello a efectos
de verificar si la condena impuesta al demandante afectó su derecho a probar, si se han
respetado las competencias del Ministerio Público, y si las resoluciones penales
cuestionadas se encuentran motivadas, entre otros supuestos agravios.

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VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA

Con el debido respeto, me aparto de lo resuelto por mis colegas por las razones que a
continuación expongo:

1. En primer lugar, aprecio que se está admitiendo a trámite la demanda sin tener en
cuenta que los hechos alegados por el recurrente no se refieren en forma directa al
contenido constitucionalmente protegido de los derechos a probar, a la debida
motivación de las resoluciones judiciales y el principio de congruencia, en
conexión con el derecho a la libertad personal.

2. Así, el recurrente señala que tanto el juzgado como el representante del Ministerio
Público rechazaron su pedido relacionado a la citación como testigo a don Luis
Cornelio Guzmán Fano, y que tampoco se citó a don Andrés Martínez Pérez, a
quien sindica como autor de los hechos materia de juzgamiento. No obstante, la
Sala emplazada precisó en su sentencia de vista, de fecha 31 de mayo de 2018,
que este medio probatorio no tiene carácter relevante para determinar la
responsabilidad penal del actor. Como vemos, estamos ante un asunto que le
corresponde analizar a la judicatura ordinaria y no a la judicatura constitucional.

3. Por otro lado, tanto la sentencia, Resolución 47, de fecha 29 de noviembre de


2017 como la sentencia de vista, de fecha 31 de mayo de 2018, no inciden en el
derecho al debido proceso, en su manifestación a la debida motivación de las
resoluciones judiciales, en tanto se encuentran suficientemente fundamentadas y
se expresan las razones de hecho y derecho por las cuales se condena al
recurrente.

4. Finalmente, en relación con el principio de congruencia, se aprecia que solo el


recurrente apeló la sentencia de fecha 29 de noviembre de 2017 y que la Sala
emplazada no impuso una pena mayor a la indicada en la sentencia precitada. En
concreto, mediante la sentencia de fecha 29 de noviembre de 2017 se condenó al
actor a 6 años de pena privativa de libertad por los delitos de lesiones culposas
agravadas, omisión de socorro y fuga del lugar del accidente de tránsito; mientras
que, la sentencia de vista lo condenó a 5 años de pena privativa de libertad por los
delitos de lesiones culposas agravadas y fuga del lugar del accidente de tránsito.
Asimismo, en dicha sentencia de vista se declaró prescrita la acción penal
respecto al delito de omisión de socorro.

Siendo así, considero que debe declararse IMPROCEDENTE la demanda, en


aplicación del inciso 1 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional.

S.

ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA

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