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Sociedades Multiculturales Interculturalidad y Educacion Integral
Sociedades Multiculturales Interculturalidad y Educacion Integral
las culturas en relación del modo más seno familiar, y si la Escuela la reafir-
maduro y positivo: no subsumiendo o ma, los problemas derivados de la mul-
absorbiendo las culturas minoritarias en ticulturalidad para la educación no
la mayoritaria sino dando a luz, afloran- serán diferentes de los de cualquier otra
do, una nueva cultura, la resultante de manifestación de diversidad entre los
su interacción y de las decisiones de sus seres humanos de un estado, de un país,
miembros. de nuestro país.
persona, toda la persona37, todas las conmigo, para el grupo al que perte-
personas, lo de menos son sus diferen- nezco y con el que me identifico, y
cias en relación conmigo. Aceptada la para los demás grupos a los que no
persona diferente –y todas las personas pertenezco y con los que sólo com-
somos diferentes38– sus diferencias en parto algunos elementos accidentales
el modo de pensar, vestir, comer, vivir –edad, o sexo, o clase social, o ideas
en definitiva, deberían ser considera- políticas, o idioma, o raza, o etnia, o
das como algo accidental e, incluso, en patria, o religión.
muchos aspectos, enriquecedor. Con
un único límite: cuando esas diferen- 4.2. Dignidad intrínseca de
cias alcanzan unos ámbitos en los que la persona, identidad y per-
los diferentes no respetan mi dignidad tenencia
y mis inalienables derechos. “La justi-
cia no es negociable”, afirma tajante La dignidad de la persona está
V. Camps, añadiendo a continuación: antes y por encima de cualquier ele-
“Los demás bienes o fines que.,.. no mento adjetivo, desde su edad y con-
hacen daño ni impiden el ejercicio de dición sexual a su clase social, profe-
los derechos fundamentales, esos bie- sión, ideas políticas, raza, etnia, patria
nes que tienen como objetivo la felici- o religión.
dad individual, pueden y deben ser Sin embargo, el ser humano
perseguidos en la medida en que sean necesita un anclaje que le dé seguri-
objeto del deseo o de la voluntad” dad; ese anclaje, al menos en parte, se
(Camps, 1993, p. 90). Viendo aquí el lo da su pertenencia a diferentes gru-
primer criterio para combatir el relati- pos con los que se identifica. Así, se
vismo, aunque reconozca que es difícil siente niño y no adulto, varón o mujer
de aplicar. Y añade más adelante: y no al contrario, negro, amarillo o
“...esos derechos fundamentales obli- blanco, español, japonés, argentino,
gan tanto a tolerar y respetar otras egipcio o inglés, europeo o asiático,
ideas, otras costumbres y otras liberta- musulmán, budista, judío o cristiano.
des, como a castigar y reprimir las vio- Cada uno de los grupos de los
laciones de los mismos derechos” que se es miembro tiene sus propias
(Camps, 1993, p. 93). señas, y resulta positivo para las perso-
Pero, precisamente por ello, nas identificarse razonablemente bien
mantengo que la aceptación profunda con tales señas, tener una concreta
de ese gran principio de la dignidad identidad. Como afirmaba el Romano
es algo que predico para todas las per- Pontífice con motivo de la Jornada
sonas: para mi en relación con los Mundial de la Paz, celebrada en
demás, y para los demás en relación diciembre de 200039:
En relación con ellos, la profeso- ble con la valoración crítica de ésta sin
ra Camps mantiene: desmerecer aquélla, lo que permitía
“Y ninguno de ellos permite ser avanzar en la convivencia entre perso-
entendido como peculiar de un grupo o nas y culturas.
de un momento histórico. Son valores y Ahora bien: esto que se dice con
derechos históricamente reconocidos y tanta facilidad y en tan pocas líneas es
conquistados. Y por lo mismo, universa- el mayor desafío que enfrenta la educa-
lizables: quien reniegue de ellos o pre- ción, como lo evidencia el hecho de
tenda desarrollarse a sus espaldas lo que, hasta ahora, no se haya logrado. La
hace también a espaldas de la ética.”51 idea de dignidad y el reconocimiento de
los citados inalienables derechos, es
Particularmente creo que la
algo que, cognitiva e intelectualmente,
inclusión o no de alguno de tales valo-
puede aceptarse sin demasiadas dificul-
res puede ser objeto de discusión. Sin
tades52; pero la distancia de tal acepta-
embargo, y asumiendo la aportación de
ción cognitiva hasta su vivencia día a
Cortina, creo que uno de los que no
día es enorme. Estamos hablando de
puede estar ausente, por su propia natu-
comportamientos guiados por una Ética
raleza, en una educación orientada por
profundamente humana que, como fácil
la interculturalidad, es el de respeto,
pues es él el que sustenta las relaciones es comprobar, está muy lejos de hacer-
entre las culturas. se realidad en la vida de las personas y
de las comunidades, sean estas las gran-
des civilizaciones, los superestados, los
4.4. Formación intelectual, estados, las comunidades intermedias
afectiva y volitiva. La forma- –regiones, autonomías– e incluso las
ción integral ciudades y los pueblos.
Señalábamos más arriba la Podríamos decir que, aunque los
importancia de una auténtica formación intentos de hacer esto realidad en la
intelectual, necesaria para analizar refle- Escuela no han sido muchos, algunos
xiva y críticamente los componentes de de ellos no han tenido eficacia. Y es que
la propia y de las demás culturas, de en el mundo de las actitudes y de sus
forma que tanto cuando se asumen los valores asociados, los enfoques mera-
valores, como cuando se rechazan o se mente cognitivos tienen pocas probabi-
introducen los cambios pertinentes, se lidades de llegar a hacerse realidad.
haga desde la libertad personal utilizan- Hacen falta dos importantes componen-
do la autonomía en juicios y decisiones. tes, imprescindibles, en los que la
Reconocíamos que si se lograba Escuela ha trabajado muy poco y hasta
tal formación se abría camino el respe- diría, que ha tenido cierto rubor a traba-
to a la persona y a su cultura, compati- jarlos: en el mundo de los afectos y los
mera magnitud, pero sus previsibles del Grupo de Recerca en Educació Moral
resultados merecen la pena. Para tal (GREM) de la Universidad de Barcelona.
En Revista de Educación, extraordinario,
tarea, la formación y adecuada selec-
monográfico sobre ciudadanía y Educación,
ción del profesorado es fundamental. 407-424.
Gobernantes, sociedad, educadores 4 Baste recordar los movimientos anti-
deben trabajar sin descanso para lograr- sistema, cuya presencia es notoria en las
los. A la Pedagogía, a los pedagogos, cumbres de Jefes de Estado y de los
nos incumbe alumbrar e iluminar el Organismos económicos internacionales.
camino; a los profesores y demás edu- Junto a ello, defensores de su positiva
cadores, llevarlos a la práctica, contras- aportación. En este Congreso, el profesor
tarlos en el diario hacer educativo y Altarejos no sólo manifiesta una valora-
contribuir a su mejora continua. ción positiva sino que anima a utilizar la
inercia de la misma para obtener frutos
positivos para la Humanidad y, también,
7. BIBLIOGRAFÍA para la Educación.
5 La profesora V. Camps, aunque de
Véase texto original en la ver-
sión gallega. forma prudente, razona a favor de una
“homogeneización básica de las culturas”,
diciendo que tal “igualación hace posible
8. NOTAS algo tan constitutivo de nuestro ser como
1 Cabe destacar el ejemplo fructífero es la comunicación”. CAMPS, V. (1993)
de convivencia representado por la El derecho a la diferencia. En L. OLIVÉ
Escuela de Traductores de Toledo. Sabios (Comp.) Ética y diversidad cultural.
musulmanes, cristianos y judíos, atraídos México, Fondo de Cultura Económica,
por la tolerancia de Alfonso VI y sus suce- págs. 85-100, p. 96
sores, dan lugar a una producción cultural 6 Conviene señalar que uno de los ries-
que atrajo a las personas cultas de los con- gos que debe tratar de abordar la educación
fines de Europa. es la formación de las personas para ser
2 “Desde la primera guerra mundial, capaces de detectar y rechazar los plantea-
la sociedad de Occidente se halla carente mientos demagógicos por manipuladores.
de ideales firmes que den sentido a su 7 Hay autores que mantienen la com-
existencia y la impulsen hacia metas valio- patibilidad del compromiso con los valo-
sas”. En estos términos se manifiesta A. res humanos y la diversidad cultural.
da, dirigido por V. García Hoz. Madrid, da. Vol. 6 del Tratado de Educación Per-
Rialp, págs. 42-53, 40s. sonalizada. Madrid, Rialp, págs. 116.
50 CAMPS, V. (1993) El derecho a la 55 García Hoz habla de la “obra bien
diferencia. En L. OLIVÉ (Comp.) Ética y hecha”, indicando que “Sólo lo bien hecho
diversidad cultural. México, Fondo de educa”. Ídem, págs. 157 ss.
Cultura Económica, págs. 85-100. 56 MARTÍN, X. y PUIG, J. En
51 Idem, págs. 85s. MARTÍNEZ, M. (2003) Artículo citado en
52 Si bien de todos son conocidas Revista de Educación, nº extraordinario,
excepciones flagrantes en determinadas 412-413.
doctrinas y sistemas políticos, basados en 57 Recordemos la idea de diálogo
la superioridad de ciertos pueblos y razas. expuesta por A. Cortina: no se trata de
53 La propuesta de estos autores es la “negociar” sino de reconocer al otro como
siguiente: Recepción. Atención: Cons- un igual, por ser persona. “El diálogo ético
ciencia. Disposición para recibir. Aten- no es una negociación, sino que tiene
ción selectiva o controlada. Respuesta: como base el reconocimiento; el reconoci-
Consentimiento en la respuesta. Disposi- miento de que el otro es un igual... Si esto
ción para responder. Satisfacción en la es así, es cuando el diálogo es verdadera-
respuesta. Valoración: Aceptación de un mente humano”. Ibidem, p. 52.
58 Como afirma McLaughlin, “Un
valor. Preferencia por un valor. Compro-
miso. Organización: Concep-tualización ambiente personalizado no aparece sin más.
de un valor. Organización de un sistema Antes bien, es el producto de estrategias deli-
de valores. Caracterización por un valor beradas que configuran las estructuras orga-
o complejo de valores: Inclinación gene- nizativas y las rutinas del centro”. Vid.
ralizada. Caracterización. Vid. BLOOM, McLAUGHLIN, M.V. y Otros (1990). Cons-
B. S. y Otros (1981). Evaluación del tructing a Personalized School Environment.
aprendizaje. Vol. 1, tercera edición, Bue- Phi, Delta, Kappa, november, p. 232.
nos Aires, Troquel, págs. 410-415. 59 GARCIA HOZ, V. (1991) Ambiente,
54 García Hoz habla de “proyectos per- organización y diseño educativo. Vol. 8 del
sonales”. Vid. GARCÍA HOZ, V. (1998) Tratado de Educación Personalizada.
La práctica de la Educación personaliza- Madrid: Rialp, pág. 28s.