Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PROYECTO FINAL
Fecha: 3/octubre/2021
MI SISTEMA FAMILIAR
47 años
1994---2012
JESSI GIOVA
CA NNI
Edad: 26 años
Ocupación: Fisioterapeuta 24
Cursa diplomado Edad: 24 años
Ocupación: estudiante
de preparatoria,
Empleado
Somos una familia monoparental desde hace 9 años, anteriormente fuimos una
familia nuclear por 18 años. Mi familia está compuesta por tres miembros. Yo
Fabiola de 47 años, Desarrollista humana y estudiante de Maestría, Jessica de 26
años, fisioterapeuta y Giovanni 24 años, estudiante y empleado. Cada uno
entiende que somos un sistema familiar, pero también seres independientes y nos
respetamos en la toma de decisiones que creemos son favorables para nuestro
crecimiento personal, con creencias muy distintas a las que yo tenía de mi familia
de origen (tipo cerradas de religión católicas), no digo que todas sean
desfavorables, simplemente rescato las que considero factibles a nuestra vida
actual. considero que, aunque haya mejor resultado no ha sido fácil romper
paradigmas.
Considero que en la familia que forme con mis hijos y el papá de mis hijos. Mi
segundo hijo y el más pequeño, era el más enfermizo; ahora entiendo que era su
necesidad de mantener unida a la familia. Por otro lado, mi hija la primera, trataba
de ser correcta en todas las áreas de su vida, para no dar problemas, así papá y
mamá no se sentirían defraudados de ella. Consideraba que debía ser el ejemplo.
Y más tarde con el divorcio; quiso tomar el rol de mamá y mi hijo el rol de papá. Yo
no estaba de acuerdo con esa actitud ya que yo tendría que asumir el rol de hija.
Opté por hacerles ver que cada uno cumpliría el rol que le correspondía, y yo
tampoco iba a hacer la función de papá y mamá, ya que ellos tenían su padre.
Simplemente es respetar la jerarquía que a cada uno nos correspondía. En este
nuevo sistema familiar se formularon nuevas reglas con la finalidad de tener
mejores relaciones y tener una totalidad basada en nuestras necesidades
familiares.
Después de un divorcio, aunque haya sido doloroso nos dio la oportunidad de
vivenciar nuestra independencia practicando a la ves; libertad de expresión en
nuestro pensar, sentir y actuar. Fue un momento en el que nos permitimos
modificar roles muy distintos a los que practicábamos comúnmente. Queremos
estar más cerca a lo que es una familia funcional, ya que no existe familia
funcional en su totalidad. Ha sido algo complejo el aceptar errores y compartir
problemas personales para así apoyarnos y dar una solución o simplemente que
no afecte el saber que otro miembro de la familia lo sabe. Aceptar que se
experimenta el sentimiento de vergüenza al compartir algo que quizá por la misma
sociedad y vivencias se llega a creer que debe guardarse en secreto. Considero
que en este querer una transformación familiar hemos vivenciado el silencio tácito,
la sordera selectiva, la repetición, la desconfianza y las omisiones (secretos
abiertos). Ya que no se adquiere un cambio en tan poco tiempo.
Al pedir apoyo profesional, me di cuenta que mi niña herida estaba sufriendo las
consecuencias de lo no resuelto. Y para encontrar mi yo perdido tenía que
empezar rompiendo con el hechizo familiar, con esa pedagogía ponzoñosa que
había vivido y que en mis relaciones me afectaron, crear mi propio sistema de
valores, ahora bajo mi propio criterio. Inicie perdonando a mis padres: en primer
lugar, porque al perdonar me libero a mí misma de ese sentimiento destructor, y
en segundo lugar comprendí que mis padres también fueron heridos y que, con
todo y eso, ellos creyeron que hacían lo mejor para mi bien. Ahora me
corresponde solo a mí romper cadenas (reglas) para reencontrarme y continuar
educando a mis hijos con el ejemplo de que si se puede vivir de mejor manera. A
mis hijos acostumbro decirles “una transformación duele y mucho” pero dense
cuenta que duele más vivir en agonía (con problemas no resueltos y dándole
gusto a todos).
Virginia Satir