Se presenta en todo el territorio nacional, es difícil de entenderla y más aún
tratar de controlarla. Es así, como el problema de la contaminación ambiental ha estado ligado a la evolución de la humanidad, en todo su ámbito. El propio hombre ha ido destruyendo su hábitat a través de acciones depredadoras e inconscientes. En este contexto Pérez (2009) señala:
La actuación del hombre ha puesto en peligro el medio ambiente, ha
ocasionado que comiencen a agotarse los recursos naturales, aunque la atmósfera, las aguas, los suelos parecen tan vastos que resulta difícil creer que el comportamiento de los seres humanos pueda llegar a afectarlos. Sin embargo, la población aumenta constantemente; cada vez hay más edificios, más vehículos, más industrias, más polvo, más desperdicios, más ruido y, en peligroso contraste para la supervivencia del hombre a largo plazo, cada vez hay menos campos, menos árboles, menos animales; cada vez es más difícil encontrar el agua necesaria, alimentos frescos, combustibles o minerales (p. 86)
Es evidente que la contaminación ambiental está relacionada con el
acelerado proceso del deterioro del medio ambiente, en el afán de utilizar los recursos naturales para su beneficio, con los más altos adelantos tecnológicos. Ha destruido bosques, suelos, flora, fauna, alterando el curso de las aguas en gran parte del territorio, desarrollando un urbanismo concentra pobladores en ciudades inhóspitas con una gran cantidad de problemas, ocasionando malestar social y cultural a los seres que la habitan. Al respecto, la Fundación Bioma (2008) en cuanto a la situación ambiental de Venezuela señalan que uno de los problemas ambientales más acentuados es:
El inapropiado manejo de los residuos y desechos sólidos
(principalmente domésticos), tanto desde la fuente como en los sistemas de transporte, tratamiento y/o disposición final, en particular dentro de las grandes ciudades de Venezuela. Especial preocupación existe por la cantidad de vertederos y botaderos que proliferan en el país, manejados sin criterios sanitarios y ambientales, y la cantidad de desechos que pudieran estarse disponiendo sin el debido tratamiento. (102) Conociendo lo anterior, se consideró a Quintero (2015) quien expone: “Es a través de la Educación Ambiental que se le deben inculcar los conocimientos, la comprensión, los valores y las actitudes necesarias para formar la conducta positiva de los escolares” (p. 32). Así pues que, es indudable que entre estas actitudes ha de estar presente, aquella del respeto a la naturaleza, por la calidad del medio natural y socio- cultural, es decir, del entorno total. En el Estado Mérida, al igual que en el resto del país, también se sienten los efectos de las manos devastadoras de sus habitantes al utilizar la quema, la tala, uso de fertilizantes que provocan un alto y variado grado de contaminación. En tal sentido, la situación planteada conduce a pensar, que una posible solución radicaría en la programación y experimentación de acciones en materia de orientación sobre la enseñanza de la educación ambiental, que permita motivar a la población escolar, contribuyendo así a un mejor manejo y uso racional de los recursos que el ambiente proporciona y a generar acciones participativas en la solución del problema.