Está en la página 1de 14

Revista Médica del IMSS

Volumen Número Enero-Febrero


Volume 44 Number 1 January-February 2006

Artículo:

Las enfermedades crónicas y la


educación. La diabetes mellitus como
paradigma

Derechos reservados, Copyright © 2006:


Instituto Mexicano del Seguro Social

Otras secciones de Others sections in


este sitio: this web site:

☞ Índice de este número ☞ Contents of this number


☞ Más revistas ☞ More journals
☞ Búsqueda ☞ Search

edigraphic.com
Primera versión: 10 de agosto de 2005
Versión definitiva: 20 de septiembre de 2005
Aceptado: 27 de septiembre de 2005
Leonardo
Viniegra-Velázquez

Las enfermedades crónicas Coordinación


de Educación en Salud,
y la educación. Instituto Mexicano
del Seguro Social
La diabetes mellitus como paradigma
Comunicación con:
Leonardo
La enfermedad es una forma de ser que no podemos elegir; Viniegra Velázquez.
suele ser adversa a nuestros deseos y aspiraciones entrañables; Tel.: 5761 0747.
como tal debemos asumirla, entenderla y aprender a manejarla; Dirección electrónica:
leonardo.viniegra@imss.gob.mx
sólo así, a través de ella, seremos mejores, más dignos y solidarios.
EL AUTOR

RESUMEN SUMMARY
El propósito de este ensayo es cuestionar las The purpose of this essay is to controvert ideas
ideas prevalentes respecto a las enfermeda- that prevail about chronic illnesses, using type 2
des crónicas, utilizando como ejemplo la dia- diabetes mellitus as an example, and to propose
betes mellitus tipo 2, y proponer otra forma de another way of thinking, perceiving, and acting
pensarlas, percibirlas y actuar sobre ellas. Se towards them. Initially the dominant vision of the
confronta la visión dominante de la enferme- disease as a deviation from the health path is
dad como desviación del sendero de la salud, confronted with another one that considers it
con otra mirada que la considera una forma de as a specific way of being of certain groups of
ser específica de ciertos grupos de personas. persons. It brings out how the idea of deviation,
Se destaca cómo al privilegiar los aspectos téc- when favoring the technical aspects of medical
nicos de la práctica médica suele equipararse practice, often compares the organism with a
al organismo con una máquina. Por otro lado, machine. On the other hand, the idea of disease
la idea de enfermedad como forma de ser al as a way of being when rescuing the most
rescatar las cualidades más distintivas de la distinctive qualities of life, allows a more pene-
vida, permite un entendimiento penetrante del trating understanding of the patient and his
paciente y su padecer. Se propone el concepto illness. Trying to overcome the limitations that
de historia cultural de la enfermedad para in- the notion of natural history of disease impose,
tentar superar las limitaciones impuestas por the concept of cultural history of disease is
la noción de historia natural de la enfermedad. proposed, showing how culture has a determining
Se discute el tipo de educación y su lugar den- role in the expression of illnesses. The role and
tro de las estrategias de cuidado de la salud en type of education within the strategies of health
las enfermedades crónicas, y se propone a la care in chronic diseases are discussed. Partici-
Palabras clave
educación participativa —preferentemente den- patory education —particularly in the therapeutic
tro de las comunidades terapéuticas de pacien- communities of patients— is proposed as the  enfermedad crónica
tes— como el recurso más poderoso para la most powerful resource to bring the patient closer  diabetes mellitus
aproximación a mejores circunstancias de vida to better life circumstances and healthier habits  educación médica
y hábitos más saludables que permitan el that allow the self-control of the illness.  educación para la
autocontrol de la enfermedad. salud
 historia cultural de
la enfermedad

Introducción lado, en la época actual el sentido de la existen- Key words

Con el incremento de la esperanza de vida pro-


edigraphic.com
cia parece extraviarse conforme se generaliza la
pretensión de convertir todas las actividades hu-
 chronic illness
 diabetes mellitus
medio de la población, las enfermedades cróni- manas en negocios lucrativos bajo el supuesto  medical education
cas suelen ser “acompañantes” cada vez más de garantizar su viabilidad, circunstancia que  health education
habituales de los seres humanos en la edad ma- subyace a ese vacío de sentido, tan generalizado  cultural history of
dura y con mayor razón en la vejez. Por otro en nuestro tiempo, que aviva en las personas un disease

Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59 47


Leonardo deseo irrefrenable de consumir para no ser ex- es la causa principal de enfermedad coronaria,
Viniegra-Velázquez. cluidas del progreso en su versión más degrada- enfermedad vascular cerebral, ceguera, insufi-
Enfermedades crónicas
da. Tal situación histórica representa un enorme ciencia renal, amputaciones no traumáticas, neuro-
y educación
desafío para las instituciones encargadas de pre- patía periférica somática y autonómica.5-8
servar y cuidar la salud de la población, y cons- La diabetes mellitus, específicamente la tipo
tituye un formidable obstáculo para quienes 2, representa un paradigma de las enfermeda-
buscan afanosamente darle un sentido a su vida. des crónicas por su abrumadora presencia y por-
Mi propósito en este ensayo es trascender los que... 9
estrechos límites de la visión nosológica de las
enfermedades crónicas, para vincularlas con una a) Reúne, en una constelación expresiva com-
idea de sentido que implique una auténtica su- pleja, una considerable diversidad: factores
peración de la condición humana, basada en el predisponentes y de riesgo, altas tasas de
valor del autoconocimiento. morbilidad y comorbilidad (el síndrome
En principio, el tema amerita planteamientos metabólico), manifestaciones tempranas y
que nos lleven a conceptualizar las enfermedades tardías, complicaciones y secuelas.
crónicas de manera genérica y nos permitan con- b) La infinidad de investigaciones realizadas y
siderar su diversidad y entender su particulari- el desarrollo tecnológico aparejado, hacen
dad. En cuanto a la educación y su papel decisivo posible la disponibilidad creciente de estra-
en la consecución del sentido, entre las diversas tegias de prevención primarias y secundarias,
corrientes de pensamiento y acción será necesa- de procedimientos diagnósticos oportunos
rio distinguir las que impliquen la movilización y de seguimiento a largo plazo, así como de
de los pacientes crónicos para asumir lo que les recursos terapéuticos para el control de las
corresponde en la búsqueda de una vida más se- complicaciones y las secuelas.
rena y satisfactoria. c) Casi como ninguna otra enfermedad cróni-
Para desarrollar lo anterior, utilizaré a la dia- ca, requiere la participación decidida del
betes mellitus a manera de ejemplo tanto de lo paciente para que los distintos tipos de in-
genérico como de lo específico de las enfermeda- tervención alcancen cierta efectividad.
des crónicas y de su relación con la educación,
por las razones que a continuación se exponen: Para un observador externo, el acervo de
La diabetes mellitus constituye uno de los conocimientos con el que actualmente se cuen-
mayores retos para las diversas instituciones y or- ta para enfrentar a la diabetes mellitus tipo 2 es
ganizaciones que han asumido el encargo social vasto e impresionante, por lo que cabría supo-
del cuidado de la salud. De acuerdo a estima- ner que la “lucha” contra la enfermedad es
ciones prospectivas, se calcula que 170 millones exitosa y, sin embargo, no es el caso. Bien mira-
de personas en el mundo se encuentran afecta- das las cosas, “la epidemia de diabetes mellitus
das por la enfermedad, cifra que llegará a alre- tipo 2 se disemina sin control efectivo”, los servi-
dedor de 370 millones para el 2030.1 cios de atención han sido claramente rebasados y
En nuestro país, para 1999 la incidencia de son notoriamente insuficientes para afrontar un
nuevos casos se calculó en 2.9 por mil habitan- desafío de tal magnitud.
tes; la prevalencia en el año 2000 se estimó en ¿Por qué existe ese enorme desfase entre las
10.7 % y constituyó la principal causa de muer- potencialidades que entraña el conocimiento de
te. Además, se ha apreciado incremento en la la diabetes mellitus tipo 2 para dotar de efecti-
proporción de diabéticos menores de 40 años, vidad a las intervenciones del equipo de salud y
con alta prevalencia de factores de riesgo para el los escasos alcances de las acciones emprendidas
desarrollo de complicaciones crónicas.2,3 para disminuir su presencia y atenuar sus mani-
edigraphic.com
En el Instituto Mexicano del Seguro Social,
la mayor institución pública de servicios de sa-
festaciones? Entre las explicaciones que se suelen
dar se sostiene que el conocimiento es todavía
lud, en 2003 la diabetes mellitus ocupó el pri- insuficiente o que no se aplica adecuadamente;
mer lugar como motivo de consulta especializada otra, más socorrida, es que el paciente no atien-
y el tercero en la consulta de medicina familiar.4 de las indicaciones y no hace lo que le corres-
Como expresión de sus manifestaciones tardías ponde. En lo que sigue intentaré mostrar la

48 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59


debilidad y superficialidad de ambos argumen- restituir las funciones disminuidas o perdidas. Leonardo
tos, con extensión a la generalidad de las enfer- En todas estas acciones se trata de devolver esa Viniegra-Velázquez.
Enfermedades crónicas
medades crónicas. desviación, lo más que sea posible, al patrón de
y educación
referencia que llamamos salud.
Si, por otra parte, consideramos a las enfer-
Enfermedad, ¿naturaleza o cultura? medades crónicas como “formas de ser”10 parti-
culares y diferenciadas de ciertos grupos de
La mirada nosológica proyectada al campo del personas, debemos ir más allá del ámbito de lo
cuidado de la salud ha permitido un impresio- técnico de la enfermedad y de la salud para
nante desarrollo de la prevención, el diagnóstico, incursionar en el padecer, en la esfera psicosocial,
el tratamiento y la rehabilitación de las enferme- en las tradiciones, en las formas de vivir, en una
dades en beneficio de millones de personas. No palabra, en lo cultural. Bajo esta perspectiva, lo
obstante, las limitaciones de tal aproximación que caracteriza a estas formas de ser (las enfer-
se hacen ostensibles cuando nos acercamos más medades crónicas) respecto a otras que no con-
al ámbito de lo cultural: a los usos y costumbres, sideramos enfermedades, son los malestares, los
a los hábitos, tradiciones y creencias de las per- sufrimientos, los inconvenientes y las limitacio-
sonas, a sus condiciones y circunstancias de vida. nes de quienes las padecen.
Es aquí donde la visión centrada en la enferme- Pasaré ahora a analizar con cierto detalle las
dad resulta insuficiente y, con frecuencia, un obs- implicaciones de estas dos ideas divergentes —aun-
táculo para profundizar en otras facetas de la que no excluyentes— en cuanto a las enferme-
problemática que desafía a los servicios de salud. dades crónicas, que expresadas de manera sucinta
En multitud de enfermedades crónicas, y en corresponden en un caso a la forma objetivada
particular la diabetes mellitus tipo 2, lo cultural de ciertos tipos de desviación de la salud y en el
suele tener una influencia decisiva en su devenir, otro, a la forma de ser específica de ciertos gru-
como lo podrían atestiguar a diario los integran- pos de personas.
tes del equipo de salud en su ejercicio profesional;
empero, el predominio del enfoque nosológico
como la aproximación casi exclusiva del médico Desviación de la salud
en la atención de pacientes, obstaculiza o impide
tomar conciencia de todo lo que ocurre fuera de La enfermedad considerada como extravío de
dicho enfoque. lo que designamos normalidad, da sustento a la
Tal situación amerita replantearnos algo que se visión nosológico-técnica dominante en la prác-
da por sentado y se considera de sobra conocido: tica médica, donde las enfermedades son obje-
¿qué son las enfermedades crónico-degenerativas? tos de intervención y como tales llevan aparejada
Para responder a esta interrogante confrontaré dos una concepción mecanicista del propio organis-
concepciones. Una, de aceptación general, las mo: “se trata de identificar sus mecanismos alte-
piensa como desviaciones del sendero de la sa- rados para actuar sobre él a fin de restablecer el
lud; la otra, inusitada en la práctica médica, las funcionamiento adecuado”. El mecanicismo —de
considera “formas de ser particulares y diferen- herencia cartesiana— percibe la diversidad or-
ciadas” de los seres humanos. gánica (individuos, colectividades, instituciones,
Como desviaciones del sendero de la salud, las sociedades) como una máquina y actúa en con-
enfermedades crónicas constituyen propiamente secuencia.
objetos susceptibles de intervenciones directas o Esa idea mecanicista está presente en la divi-
indirectas con propósitos predeterminados: pre- sión del trabajo médico —se tenga o no con-
vención primaria, detección oportuna, limita- ciencia de ello—, el cual funciona a la vez como
ción del daño, rehabilitación. Es decir, los
conceptos salud-enfermedad permiten el desplie- edigraphic.com
causa y efecto de aquélla; causa porque atomiza
cada vez más el quehacer médico, y efecto por-
gue de acciones técnicas e instrumentales, de va- que esta atomización responde, en cierta medi-
riable complejidad, con potencialidad creciente da, a la concepción mecanicista del organismo
para evitar o retardar la aparición de cierta en- que aspiraba a identificar los componentes más
fermedad, detener o “silenciar” su evolución, y simples para proceder a reconstruir la compleji-

Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59 MG 49


Leonardo dad; si bien tal reconstrucción hace tiempo que dizaje, se refuerza constantemente por la avasallante
Viniegra-Velázquez. se dejó de lado. Así, los médicos inmersos en cantidad de información acerca del desarrollo
Enfermedades crónicas
una lógica de sobreespecialización de su activi- tecnológico y a las diversas técnicas aplicables a
y educación
dad donde su responsabilidad se limita a un pe- la prevención, diagnóstico o tratamiento de las
queño fragmento o función, tienden a equiparar enfermedades (el mundo de los hechos científi-
—sin darse cuenta— al organismo con una má- cos), lo cual contrasta con la escasez de reflexio-
quina. nes que nos permitan “mirar” a la medicina más
Al llevar estas reflexiones a la educación de allá de lo técnico-instrumental (el universo de
las nuevas generaciones de médicos, basada en las ideas). El problema no radica en que la vi-
el aprendizaje de las diversas disciplinas espe- sión técnica forme parte de la medicina —com-
cializadas, separadas, que conforman el currícu- ponente obligado e imprescindible—, sino en
lo, nos podemos percatar que a escala ampliada la reducción del ejercicio de la medicina a esa
reproduce esa mirada fragmentaria y mecani- visión que la despoja de una perspectiva inclu-
cista; de ahí lo infructuoso de los esfuerzos que yente de la vida humana donde participen y se
realizan algunas instituciones educativas por rei- entrelacen los aspectos filosóficos, históricos,
vindicar el humanismo como eje de la forma- sociales, económicos, antropológico y hasta bio-
ción del médico, porque éste presupone una lógicos (aproximación transdisciplinaria), lo cual
visión integradora de la vida humana que va en podría permitir una crítica fecunda de las limi-
dirección opuesta al derrotero actual del ejerci- taciones que tal reducción le impone a la propia
cio de la medicina; “la medicina que se aprende práctica médica y un entendimiento más pene-
es la medicina que se hace”. trante de las situaciones problema que debe
Recordemos: lo que define a una máquina es afrontar el equipo de salud, a fin de dotar a sus
estar compuesta de elementos básicos (partes sim- acciones de mayor efectividad y alcance.
ples) relacionados entre sí para constituir un sis-
tema mecánico. Las piezas del conjunto están
acopladas con suficiente precisión para operar y Una forma de ser...
cumplir con lo propio de toda máquina: reali-
zar determinado trabajo (funcionamiento) con Del aforismo “no hay enfermedades, sino enfer-
cierto grado de eficiencia y para fines predeter- mos” podemos derivar otra concepción de la
minados.11 enfermedad que se nos revela cuando actuamos
Esta metáfora de la máquina está presente como prestadores directos de los servicios de sa-
en la especialización actual del quehacer médi- lud, pues nuestra relación primaria no es con el
co, donde cada especialista privilegia en su acti- “objeto diabetes mellitus”: tenemos ante noso-
vidad un minúsculo fragmento del organismo y tros a ciertas personas que por su historia y cir-
centra sus esfuerzos en “repararlo”, aunque tal cunstancias llegaron a una forma de ser que les
reparación pueda significar, con frecuencia, un ocasiona inconvenientes, limitaciones, malesta-
perjuicio para otro fragmento orgánico o para el res y sufrimientos.
organismo en su conjunto. Así, la máquina tiene Cada vez es más evidente que el tratamiento
que ser controlada por operadores externos para de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y
que funcione adecuadamente, si esto no es posi- con otras enfermedades crónicas, para tener cier-
ble se requiere eliminar las piezas no necesarias o ta efectividad requiere cambios en el estilo de
cambiarlas. Observemos la clara similitud que vida de tales pacientes para lograr su control. Al
guarda la idea de máquina con la concepción respecto, las formas dominantes del ejercicio de
implícita del organismo que guía la práctica la medicina al proyectar su mirada mecanicista
médica actual y suele pasar desapercibida. Des- consideran que dichos cambios son componen-
edigraphic.com
tacaría, además, para quienes estén en desacuerdo
con tal equiparación, que lo importante no es lo
tes adicionales del tratamiento y forman parte
del listado de prescripciones que el paciente debe
que se dice, sino lo que se hace y cómo se hace. observar; subyace aquí la idea de que la posibili-
Respecto a la educación de los médicos, po- dad de modificar los hábitos y estilos de vida es
demos apreciar que la primacía asignada a los equivalente a la que supone la ingestión de un
aspectos técnicos e instrumentales en el apren- fármaco y sólo es necesario que el paciente sea

50 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59


obediente y disciplinado. En tal situación, el mé- en virtud de la aparición de otras formas de pen- Leonardo
dico suele informar al paciente acerca de la en- sar, de otras ideas, de otras formas de organiza- Viniegra-Velázquez.
Enfermedades crónicas
fermedad, que en el mejor de los casos incluye ción, de otros recursos técnicos y tecnológicos y
y educación
aclarar malentendidos para posteriormente, con de otras formas de acción que relevan a las pre-
base en lo que cabe esperar en el futuro si hace cedentes y dejarán su lugar a las que emerjan en
caso omiso de las indicaciones, formularle reco- el futuro.12 Bajo esta perspectiva, el concepto de
mendaciones —habitualmente un listado de pro- medio ambiente incluye al mundo inanimado
hibiciones y nuevas obligaciones— con la y sobre todo el viviente, en particular las rela-
pretensión de “ajustarlo” o “cambiarlo” y así lo- ciones con los miembros de la misma especie
grar el desiderátum de su intervención: el con- incluidas esas personas o sus obras, significati-
trol de la enfermedad. Son de todos conocidas vas en el plano afectivo o intelectual, tanto del
las escenas subsiguientes a ese primer encuentro orden material como del simbólico.
entre el médico y el paciente con diabetes me- Tal concepción de la vida nos plantea que lo
llitus tipo 2: descontrol metabólico persistente, que una persona es, o mejor dicho lo que ha
apego irregular al tratamiento, resistencia a mo- llegado a ser, en un proceso inexorable de modi-
dificar hábitos y costumbres “poco saludables”. ficación, resulta de una multitud de interacciones
Tal proceder del médico con escasa influencia (a través del tiempo que le ha tocado vivir), entre
sobre el devenir de la enfermedad, tiene sus raí- sus predisposiciones, facilitaciones e inhibicio-
ces en el mecanicismo que le hace creer que su nes congénitas y adquiridas con los diversos
papel es informar y dar instrucciones para que ambientes de los que ha formado parte a lo largo
“la máquina funcione adecuadamente”. de su existencia, es decir, donde ha desplegado su
Si el médico avanza hacia otras formas de experiencia. Derivado de lo anterior se compren-
percibir las situaciones problema cuestionando de que las personas no pueden, en sentido estric-
los presupuestos de su propia práctica, tomará to, controlarse mediante intervenciones directas
distancia de ese mecanicismo que le hace creer cual si se tratara de objetos (máquinas) —aten-
que el problema consiste en un perentorio recam- tando contra su naturaleza—; la forma como el
bio de componentes (unos hábitos por otros) y medio influye en ellas es provocando, inquie-
podrá aproximarse a un entendimiento más pe- tando, desafiando, dando impulsos o estímulos
netrante de la cualidad de la vida de la que es más que instrucciones u órdenes fuera de con-
portador y tiene ante sí. texto; además, como efecto de su historia, cada
Lo propio de la vida es: persona mostrará facilitaciones o inhibiciones que
le harán responder de manera diversa ante los
a) El movimiento. desafíos o provocaciones del medio ambiente.
b ) El acoplamiento recíproco y perpetuo entre Si consideramos las implicaciones de lo an-
el organismo y el medio ambiente (que defi- terior para nuestro planteamiento acerca de las
ne ese carácter indisociable de uno respecto enfermedades crónico-degenerativas como for-
al otro, porque no existe el uno sin el otro). mas de ser, podemos adelantar otro concepto
c ) El cambio constante (los organismos modifi- de lo que es un enfermo crónico: persona que
can su medio, el cambio del medio ambiente por su historia (herencia biológica y cultural,
modifica al organismo, que a su vez influye multiplicidad de ambientes de los que ha for-
en el ambiente y así sucesivamente). mado parte) y circunstancias (constelación ac-
d ) La emergencia incesante e inacabada de no- tual de sus relaciones con el medio ambiente),
vedad, que en el plano colectivo de los seres ha llegado a cierta forma de ser que le ocasiona
humanos adquiere la forma de cultura. limitaciones, malestares, sufrimientos y diver-
sos tipos de inconvenientes. Es necesario dar-
Aquí es preciso percatarnos que la cultura
toma las riendas de la evolución, de tal manera
edigraphic.com
nos cuenta que los “estilos de vida” no son
atributos de superficie, intercambiables y mani-
que ese surgimiento de novedad no supone pro- pulables, sino cualidades ancladas en las entra-
longados periodos evolutivos como en el mundo ñas; son formas de ser inveteradas que resistirán,
natural, se manifiesta por el cambio y la suce- en mayor o menor grado, cualquier tentativa de
sión interminables de los ambientes culturales modificación.

Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59 MG 51


Leonardo ¿Historia natural o historia cultural de inicio de la enfermedad y en su evolución.
Viniegra-Velázquez. de la enfermedad? Las diferentes culturas son, en lo fundamental,
Enfermedades crónicas
las manifestaciones colectivas de las formas de ser
y educación
Cabe ahora reflexionar acerca de lo que se de- de los grupos humanos a lo largo de la historia.
nomina “historia natural de la enfermedad”, En virtud de la cultura, numerosas enferme-
concepto que ha dirigido las acciones de cuidado dades han desaparecido en muchas poblaciones
de la salud durante numerosos decenios. Dicha como efecto de las vacunas, por la supresión de
noción alude a ciertos patrones de aparición y algún factor de riesgo o se mantienen sólo como
evolución propios de la enfermedad atribuibles amenazas latentes o en fase prepatogénica por
a sus cualidades inmanentes; la enfermedad se modificaciones en la dieta (galactosemia o fenil-
considera una entidad objetiva, independiente y cetonuria). Otras han incrementado vertiginosa-
diferenciada del organismo. Tal concepción de la mente su prevalencia, como la diabetes mellitus
enfermedad crónica y su devenir ha facilitado el tipo 2, la hipertensión arterial o ciertos tipos de
desarrollo de medios y procedimientos de inter- cáncer. Otras más han hecho su aparición, como
vención para la prevención primaria, la detección algunas enfermedades genéticas o el sida.* En
temprana y el tratamiento (curativo, de limitación suma, las formas de vivir —de ser— propias de
del daño, sustitutivo, paliativo o rehabilitatorio).13 las diversas culturas a través del tiempo, configuran
El enfoque propio de la historia natural de también ciertas formas de enfermar, de expre-
las enfermedades ha sido sin duda fructífero; no sión de la enfermedad, de percibir la enferme-
obstante, sus limitaciones se hacen más patentes dad, de actuar sobre ella y de morir. La historia
conforme nos aproximamos al entendimiento de cultural de la enfermedad, además de destacar la
ciertas enfermedades crónicas. La idea de enfer- influencia decisiva de la cultura, también preten-
medad como una entidad objetiva, autónoma, de llamar la atención y reivindicar todo lo que las
objeto de acciones técnicas e instrumentales, ha personas en tanto pacientes pueden y deben hacer
propiciado un reforzamiento de la centralidad de por sí mismas, papel crucial en ciertas enfermeda-
los médicos en todo lo relativo a la salud (iatro- des crónicas como la diabetes mellitus tipo 2.
centrismo), también ha facilitado que éstos per- La historia cultural de la enfermedad no re-
ciban la participación del paciente —en el mejor futa, excluye o desecha todo lo surgido desde la
de los casos— como algo secundario o comple- perspectiva de la historia natural de la enferme-
mentario. En el mismo sentido, la historia na- dad, como ciertos patrones de presentación y
*Un ejemplo significativo es tural de la enfermedad ha contribuido a la evolución de las enfermedades; empero, al poner
el de los indios pima, que
habitan a ambos lados de la
“medicalización” de la vida humana, haciendo el énfasis en la infinita variabilidad interindivi-
frontera entre México y cada vez más dependientes a las personas comu- dual de expresión de las enfermedades, así como
Estados Unidos. Actualmente nes y corrientes de un saber heterónomo cuya en su dependencia de la historia, las condicio-
una proporción alarmante de idea de vida plena no va más allá de la ausencia nes y circunstancias de existencia de cada perso-
la población sufre diabetes de enfermedad y donde el sentido de la vida ha na, proyecta luz sobre aspectos que bajo la idea
mellitus tipo 2; se considera
sido suplantado por una actitud ciega de sobre- de la historia natural de la enfermedad perma-
que la resistencia a la insulina,
principal factor de riesgo en vivencia a toda costa. necen en las sombras y son atribuidos a la natu-
este grupo étnico, es Si compartimos el planteamiento de que las raleza de la propia enfermedad.
consecuencia de otra enfermedades crónicas pueden ser mejor enten- El concepto de historia cultural de la enfer-
alteración que en tiempos didas como formas de ser diferenciadas de cier- medad puede aportar al personal involucrado
pretéritos representaba tos grupos de personas, también nos daremos en el cuidado de la salud, otra forma de percibir
ventajas para la sobrevivencia
cuenta que el concepto de historia natural de la y percibirse, de donde surjan ideas más pene-
en un medio con escasez de
alimentos. Aquí la cultura enfermedad se vuelve insostenible. Propongo el trantes sobre la salud y la enfermedad y un me-
(estrategias de organización, concepto de historia cultural de la enfermedad jor entendimiento de la cualidad de la vida, del
utilización de recursos
técnicos y tecnológicos que edigraphic.com
como alternativa que pone al descubierto lo an-
tes mencionado: la cultura ha tomado las rien-
sentido de la existencia, para ayudar mejor a los
pacientes y para comprenderse a sí mismo.
permiten mayor disponibi- das de la evolución humana desde sus albores, Son profundas las implicaciones que tiene
lidad de alimentos y hábitos
de consumo diferentes)
lo cual explica por qué todos los aconteceres son el concepto de historia cultural de la enferme-
provocó que una ventaja se dependientes de la cultura que, por lo mismo, dad para el tema del humanismo que tanto pre-
transformara en desventaja influye en el tiempo de aparición, en la forma ocupa en la actualidad; baste mencionar que

52 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59


habría que ir más allá del respeto a las atribu- tente penetrar en el conocimiento del mun- Leonardo
ciones del paciente, de la empatía, la beneficen- do circundante. Viniegra-Velázquez.
Enfermedades crónicas
cia o la compasión, por citar algunos componentes 3. La vida es, en lo fundamental, una experien-
y educación
relevantes del humanismo. Se trataría de reco- cia cognitiva consciente y deliberada, de al-
nocer la necesidad de reconstruir esa individua- cance progresivo e influencia creciente
lidad que acude a nuestra ayuda como supuesto (crítica de la experiencia).
imprescindible de nuestra actividad, y el deber 4. El desiderátum del conocimiento es el pro-
de persuadir al paciente a cambiar su forma de greso social de nuestra gran comunidad que
ser y participar en las comunidades terapéuti- habita el planeta (superación de las condi-
cas, como condición de toda acción técnica real- ciones espirituales, morales y materiales de
mente fructífera, como analizaré adelante. vida de nuestra especie).
Derivado de todo lo mencionado cabría pre-
guntarnos: ¿Cómo influir en los pacientes cró- El progreso social de acuerdo con la pers-
nicos para que modifiquen su forma de ser y pectiva participativa de la educación implica un
encuentren un mejor sentido para sus vidas? derrotero alternativo de la historia humana que
nos aproxime a:

La educación  Un fortalecimiento de los contrapesos a los


intereses dominantes (el poder del capital
La educación es, por antonomasia, la actividad transnacional), que conduzca a un retroceso
deliberada que pretende influir favorablemente de la desigualdad, sin lo cual no podemos acer-
en los demás; sin embargo, existen las más di- carnos a condiciones de equidad y justicia.
versas concepciones y prácticas educativas  La autodeterminación y la autogestión co-
Desde hace casi dos décadas,14 propusimos lectiva de condiciones y formas de existen-
una forma de entender la educación utilizando cia dignas y deliberadamente asumidas.
como hilo conductor la concepción de conoci-  Una convivencia plural, respetuosa, solida-
miento; dentro de la educación pasiva agrupamos ria y constructiva.
a las corrientes educativas cuya idea de conoci-  La armonía basada en el respeto del ecosis-
miento es la transmisión y el consumo de infor- tema planetario del que formamos parte y el
mación; designamos como educación participativa imperativo moral de cuidarlo.
o para la participación a aquella cuya idea de
conocimiento es la elaboración, esa actividad in- Si ahora derivamos algunas consecuencias de
sustituible del educando que lo lleva a desarro- las premisas de la perspectiva participativa para
llar aptitudes cognitivas de poder creciente y la educación de los médicos, teniendo como ho-
alcance progresivo, así como puntos de vista rizonte su proceder ante los enfermos crónicos,
propios, cada vez más penetrantes, sobre sí mis- en primer término destaca la necesidad ineludi-
mo y el mundo que le ha tocado vivir. ble de promover la reflexión y el cuestionamiento
La perspectiva de la educación participativa de la mirada nosológica, altamente tecnificada, que
la hemos caracterizado en diferentes escritos,15-17 domina abrumadoramente la práctica médica. Para
partiendo del supuesto que participar es prota- tal propósito se requeriría que el médico en for-
gonizar la aventura del propio conocimiento. De mación tenga acceso a otras concepciones rela-
manera muy resumida podemos decir que la tivas al quehacer del cuidado de la salud, que le
perspectiva de la educación participativa se sus- permita confrontarlas con la visión nosológica a
tenta en cuatro premisas: fin de valorar los alcances y limitaciones de unas
y otras. En la actualidad existen diversas situacio-
1. El conocimiento es, primariamente, produc-
to de la elaboración individual —por medio edigraphic.com
nes problemáticas que ameritarían incorporarse
al currículo oficial de las escuelas de medicina
de la crítica y la autocrítica— que necesaria- para su análisis y discusión como, por ejemplo,
mente precede a la elaboración colectiva. las raíces del abuso de la tecnología, de la
2. El autoconocimiento es un imperativo ine- deshumanización de la medicina, del debilita-
ludible de toda elaboración fecunda que in- miento de la práctica clínica o de la aceptación

Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59 MG 53


Leonardo acrítica de las ideas y técnicas que vienen del men a otra forma de ser que les permita una
Viniegra-Velázquez. extranjero; no obstante su relevancia, al ser co- existencia más serena y satisfactoria, llevará a cabo
Enfermedades crónicas
laterales a nuestro propósito no las consideraré su proceder con escasa trascendencia y sus reco-
y educación
aquí. Deseo referirme a puntos de vista relativos mendaciones serán, a menudo, contraproducen-
a la experiencia humana, derivados de la pers- tes. Superar estas limitaciones conlleva graves
pectiva de la educación participativa, que per- implicaciones para el quehacer clínico actual,
mitan confrontar al mecanicismo imperante y requiere replantearse en varios sentidos para es-
hacer patentes sus debilidades. capar a la extinción a la que parece condenado:
Cuando el médico vive su experiencia como
una aventura de conocimiento, cuestiona no sólo a) En primer lugar destaca la necesidad inapla-
quién es (autoconocimiento) en el contexto his- zable de su reivindicación —en los hechos—
tórico, social, político, económico y cultural que como el eje insustituible de la labor del médico
le tocó vivir, sino también lo que hace, cómo, genuinamente comprometido con su profesión
por qué y para qué lo hace; en ese camino am- y que aspira a la superación permanente. Para
plía y profundiza la perspectiva de su propia ex- aproximarse al conocimiento de la persona en-
periencia y da mayor alcance a sus acciones. ferma e influir favorablemente en ella, el médi-
Si, por otra parte, el médico no se ha forma- co requiere establecer una relación cercana,
do con una clara conciencia de la importancia provisto del conjunto de habilidades prácticas y
que tiene el autoconocimiento en la aventura metódicas necesarias. Dentro de las primeras
del conocer, difícilmente podrá considerarlo adquiere primacía la de educar, cuya base es sus-
cuando se esfuerza para que sus pacientes cróni- citar una motivación vigorosa, apelando al
cos cambien sus hábitos y estilos de vida. autoconocimiento del paciente, y cuyo sentido
Como decíamos antes, los seres vivos no pue- es encauzarlo hacia formas de ser más satisfac-
den controlarse desde el exterior con interven- torias y deliberadamente asumidas.
ciones directas cual si se tratara de objetos, se b) Otro aspecto es la primacía que debe tener
puede influir en ellos provocándolos, inquie- lo cognitivo sobre lo técnico e instrumental; la
tándolos, es decir, motivándolos. He aquí uno labor clínica fecunda implica un proceso de co-
de los aspectos clave que pierde de vista la edu- nocimiento (inacabado), de ahí que cuestionar
cación para la salud en su forma tradicional: no lo que se hace, cómo se hace, por qué se hace,
se trata de informar, sino de motivar al paciente idear nuevas formas de realizarlo, ponerlas a
a cambiar; se trata de impulsarlo y estimularlo prueba, valorar los alcances y limitaciones de lo
para iniciar o continuar su acercamiento hacia que se realiza, etc., son aspectos cognitivos de la
otra forma de ser que le permita sobrellevar de experiencia clínica sustentados en la autocrítica,
mejor manera su enfermedad. El aspecto decisivo que permiten un esclarecimiento progresivo de
para que ese acercamiento sea efectivo y fructífero la situación problema representada por cada pa-
es despertar un genuino deseo de autoconocimiento ciente y su contexto. También de lo cognitivo
de parte del paciente; es decir, que se formule depende no sólo alcanzar la pericia en la ejecu-
interrogantes como quién soy, cómo soy, por qué ción de procedimientos, sino que sean oportu-
soy de una manera y no de otra, por qué soy nos, cuidadosos, adecuados a las circunstancias,
diferente, cómo quiero ser, qué estoy dispuesto beneficiosos e individualizados a las caracterís-
a hacer para lograrlo, qué me gusta, qué me dis- ticas de cada paciente. Por nuestra parte, hemos
gusta, cuáles son mis preferencias, cuáles son mis propuesto el concepto de aptitud clínica para des-
razones profundas para vivir... tacar ese carácter cognitivo originario y funda-
mental con el que surgió la experiencia clínica,
que apela a la autocrítica y busca el desafío cons-
La práctica clínica
edigraphic.com tante, lo que hace posible su perfeccionamiento
incesante manifestado en la prestancia para en-
El médico que no ha desarrollado esa habilidad tablar una relación apropiada con el paciente,
versátil de motivar y encauzar —por la vía del que haga posible el proceso de indagación y el
autoconocimiento— a la diversidad de pacien- despliegue de las habilidades clínicas que crista-
tes que acuden a su consulta, para que se aproxi- licen en decisiones y acciones de efectividad cre-

54 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59


ciente, alcance progresivo y pertinencia cada vez ción de salud). Bien miradas las cosas, las co- Leonardo
mayor a las circunstancias y situaciones cambian- munidades terapéuticas que hayan avanzado Viniegra-Velázquez.
Enfermedades crónicas
tes de los pacientes.18 hacia formas de organización propias, donde las
y educación
c) Finalmente, el tercer aspecto a reconsiderar necesidades, inquietudes, preocupaciones, aspi-
se relaciona con algunas de las implicaciones que raciones, preferencias y deseos genuinos de los
tiene, para el quehacer clínico, el concepto de participantes encuentren salida, elaboración y
historia cultural de la enfermedad. De entrada atención, deberían constituirse en la estrategia
nos lleva a cuestionar la visión iatrocéntrica que primaria de intervención para los enfermos cró-
ha dominado el trabajo clínico hasta nuestros nicos, particularmente los que padecen diabe-
días; bajo esta mirada, las percepciones del mé- tes mellitus tipo 2.
dico acerca del paciente y su situación y de su La educación es el mejor recurso para favo-
propio papel, se sustentan en la idea de enfer- recer a los pacientes crónicos, pero no ese tipo
medad como objeto y en la de su protagonismo de educación que se centra en informarlo sobre
de experto como la mejor vía de solución al pro- su enfermedad y que emana de la institución de
blema. El iatrocentrismo suele excluir otras mi- salud, sino la que es propia de las comunidades
radas por considerarlas carentes de autoridad y terapéuticas maduras, donde se motiva, encauza
validez; en el mismo sentido, al erigir al médico y estimula a cambiar paso a paso, en aproxima-
como el depositario del saber relevante que pue- ciones sucesivas, apelando al autoconocimiento,
de beneficiar al paciente, tiende a subordinarlo que lo conduzca a un verdadero autocontrol de
a su parecer y suele desestimar o descalificar la ciertas facetas de sí mismo, condición necesaria
iniciativa de éste respecto a sus preocupaciones, para un autocuidado efectivo y pleno de sentido.
inquietudes o deseos. Si la práctica clínica aspi- Este tipo de educación centrada en la moti-
ra a mayor efectividad y alcance, es preciso que vación es precisamente la que explica el éxito de
avance hacia un “descentramiento” de la mira- ciertas comunidades terapéuticas. Es incompara-
da médica en la percepción del paciente y en el ble el poder motivacional que tiene el ejemplo
cuidado de la salud, que intente reconstruir las de “otro” aquejado por la misma enfermedad, que
condiciones y circunstancias de su existencia para ha logrado sobreponerse y alcanzar una situación
caracterizar de manera más penetrante el pro- de estabilidad, aceptación de sí mismo y satisfac-
blema clínico que tiene ante sí; que procure “po- ción. Hoy día, la participación de las comunida-
nerse en los zapatos del paciente” a la hora de des terapéuticas de los pacientes organizados se
formular sus recomendaciones y que se dé cuenta considera un complemento deseable en el trata-
que el paciente debe ser el protagonista en las miento de los pacientes crónicos y en especial los
decisiones relativas a su propia vida, tanto en la diabéticos; la mirada iatrocéntrica nos impide
enfermedad como en la salud, y que ese prota- apreciar que debería ser el eje en la búsqueda del
gonismo será efectivo cuando haya surgido su “control” de las enfermedades crónicas. En tanto
interés y motivación por el autoconocimiento. el paciente no se acepte como tal, no progrese
hacia otra idea de su propia vida que lo convenza
Como consecuencia de lo anterior, el médico de la necesidad y lo disponga a asumir nuevos
tendría que reconocer en las comunidades tera- hábitos en su vida cotidiana con el consenso y el
péuticas (grupos organizados de pacientes soli- apoyo de su núcleo familiar, los alcances de las
darios y de apoyo recíproco), también llamadas recomendaciones del médico serán escasos, por
grupos de autoayuda, los ambientes más propi- más que estén científicamente sustentadas.
cios para que los pacientes inicien o fortalezcan
su caminar en el autoconocimiento, cobren con-
ciencia de su nueva situación, elaboren los conflic- Lo social y la enfermedad crónica
tos suscitados por la aparición de la enfermedad,
se motiven a cambiar con el ejemplo de otros
edigraphic.com
En el intento por esclarecer la relación entre el
—sus pares—, se autoafirmen, adquieran ini- ambiente (sociocultural) y la expresión de las
ciativa para su autocuidado y valoren cómo sus enfermedades crónicas, recurriré, una vez más,
posibilidades de autodeterminación pueden ir al ejemplo que nos aporta la diabetes mellitus
en aumento (menor dependencia de la institu- tipo 2. Así, podemos apreciar que en la búsqueda

Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59 MG 55


Leonardo del control de los pacientes con diabetes mellitus yor riqueza y potencialidad como país, escindida
Viniegra-Velázquez. tipo 2 por parte del médico y las instituciones de ancestralmente por las relaciones desiguales, la
Enfermedades crónicas
salud, se suelen perder de vista las profundas di- intolerancia y la discriminación; subordinada a
y educación
ferencias de nuestra población —un abigarrado intereses foráneos que en cada época a partir de
mosaico de culturas y tradiciones— respecto a la conquista, saquean la riqueza socialmente crea-
las culturas de las que provienen las nuevas ideas da. En la actualidad, el predominio de los inte-
y las miríadas de hechos relativos a la causali- reses del capital transnacional acrecienta la
dad, diagnóstico, curso clínico, pronóstico, pre- desigualdad, la marginación y la pobreza. Tam-
vención y tratamiento de dicha enfermedad. Las bién como efecto de la subordinación impuesta
estrategias de prevención o tratamiento acepta- por ese “exterior” dominante y expoliador, y de
das y efectivas en ciertas comunidades, pueden la sucesión de gobiernos autoritarios y corruptos,
ser inaplicables o inaceptables para otras. son comunidades marcadamente pasivas, con-
Advirtamos cómo nuestra sociedad, surcada formistas y fatalistas.
por profundas desigualdades, donde vastas ma- b) Lo social: en virtud de esa pasividad acen-
yorías deben asegurar su sobrevivencia cada día, tuada de la abrumadora mayoría de la pobla-
está en gran medida imposibilitada para desa- ción —con profundas raíces históricas—, no
rrollar una visión y una actitud anticipatorias emergen los desafíos, las exigencias y las presio-
de su propia existencia; es decir, difícilmente nes a gran escala sobre las instituciones sociales.
puede reconocer y dar prioridad a las acciones De tal forma, éstas en su conjunto con múltiples
(individuales y colectivas) que realizadas en el matices, refuerzan su autonomía y su distancia-
presente apuntan a modificar favorablemente el miento de la sociedad civil, introduciéndose en
futuro previsible. Tal limitación con profundas una lógica organizativa que las degrada;19 ade-
raíces históricas que se encuentra en las entrañas más, sin contrapesos a su accionar, adolecen de
de nuestra cultura, es un formidable obstáculo anquilosamiento, obsolescencia, inefectividad y
para promover cambios en la forma de ser de los al desarrollar sus políticas y directrices para el
pacientes diabéticos cuando la enfermedad es corto plazo, poco inciden en los enormes rezagos
“silenciosa”, justamente cuando las modificacio- y contribuyen a agravar las manifestaciones de
nes en los hábitos y estilos de vida pueden tener la desigualdad imperante.
un efecto más beneficioso. Si los inconvenien- c ) Lo político: las relaciones de poder marca-
tes, las limitaciones, los malestares o los sufrimien- damente asimétricas ahondan las desigualdades;
tos atribuibles a la enfermedad están ausentes o grandes sectores de la población carecen de lo
son mínimos, ¿cómo esperar que nuestras reco- más elemental pues sus intereses permanecen en
mendaciones al paciente acerca de cambios en la sombra; por otro lado, el predominio abru-
sus hábitos de vida se cumplan? En estas condicio- mador de los intereses propios de las minorías
nes tales imposiciones o exhortaciones funcionan opulentas que pueden disponer sin límite de
como “dolorosas prohibiciones y nuevas obliga- bienes y servicios (cuyo papel es el de agentes
ciones” sin sentido. A escala social difícilmente encargados del acrecentamiento y concentración
podrá desarrollarse una actitud anticipatoria, del capital transnacional que domina el plane-
porque el mañana inmediato es incierto para la ta), condiciona la escasez presupuestaria de las
mayoría de los pacientes que sólo pueden ase- instituciones sociales que se debilitan o mueren
gurar su sobrevivencia en el corto plazo. de inanición. Esta escasez no es el destino inexo-
Al proyectar nuestra mirada a través del con- rable de tales instituciones, como se ha hecho
cepto de historia cultural de la enfermedad, po- creer, sino reveladora de que dentro de las priori-
demos darnos cuenta que las enfermedades dades de las políticas del Estado y del gobierno
crónicas reflejan la multiplicidad de las formas —a las que se destinan preferentemente los re-
edigraphic.com
de ser de las colectividades, que en nuestro país
adquieren expresiones variadas y peculiares como
cursos— las instituciones sociales tienen, en los
tiempos que corren, un lugar secundario.
efecto del entrelazamiento de: d ) Lo económico: la industrialización tardía, de-
pendiente y el intercambio desigual con las eco-
a) Lo histórico: una vasta colectividad multi- nomías dominantes, ha provocado la salida hacia
étnica y pluricultural donde subyace nuestra ma- el exterior —en forma de capital— de la riqueza

56 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59


creada por el trabajo colectivo. La “flaqueza” blema de salud”, sino de las manifestaciones de Leonardo
crónica de la economía requiere del endeudamien- un movimiento social donde se profundizan las Viniegra-Velázquez.
Enfermedades crónicas
to progresivo que agrava la situación, manifes- desigualdades que deriva en escasas oportuni-
y educación
tado por desempleo creciente que condiciona dades de progreso espiritual, moral y material
salarios castigados, un mercado interno débil con para las grandes mayorías de la población, ca-
la consecuente migración interna (del campo a racterizadas por rasgos acentuados de pasividad,
las ciudades) y externa, y la evasión hacia la de- conformismo e inmediatez en su proceder y con
lincuencia en todas sus formas “rentables”. Ade- tradiciones y costumbres arraigadas. Ningún sis-
más, la concentración de la riqueza cuyo efecto tema de salud podrá responder al gigantesco y
es la generalización de la pobreza, provoca que abrumador desafío de “controlar” a los pacien-
las llamadas clases medias sean cada vez más re- tes diabéticos, menos aún a compensar las limita-
ducidas. ciones inherentes al transcurrir de la enfermedad.
e) Lo cultural: un compendio de todo lo ante- Continuando con el ejemplo de la diabetes
rior se manifiesta en una gran diversidad en mellitus tipo 2, se comprende con lo antes di-
cuanto a creencias, valores, tradiciones, hábitos, cho que no es la educación tradicional que “ins-
usos, costumbres, actitudes, aspiraciones, saberes, truye” al paciente acerca de su enfermedad, la
expresiones colectivas, formas de organización, estrategia más promisoria para contender con
manifestaciones artísticas, dotación de recursos las necesidades de atención de los enfermos dia-
materiales, disponibilidad de bienes y servicios, béticos, sino esa educación que apelando al
utilización de recursos técnicos y tecnológicos autoconocimiento motiva, encauza y estimula
todo lo cual moldea, matiza y diversifica al infi- al paciente hacia formas de ser que impliquen el
nito las formas de ser individuales. Lo anterior, autocontrol. De hecho, el control exterior que
llevado al asunto motivo de nuestras reflexio- el médico procura y en ocasiones cree haber lo-
nes, podemos expresarlo con las siguientes pala- grado es en gran medida ilusorio, es en el pa-
bras: el movimiento social con las características ciente en quien recae la posibilidad de lograr
anotadas, es el principal generador de las for- hábitos que conduzcan al anhelado control que
mas de expresión —cuantitativa y cualitativa— tan afanosamente persigue el médico. Sin em-
de las enfermedades crónicas en nuestro país, bargo, no perdamos de vista que la educación
donde la diabetes mellitus es la más representa- logra sus efectos a mediano y largo plazos. La
tiva; de ahí que la afirmación “la epidemia de educación que infunde poderosas motivaciones
diabetes mellitus tipo 2 se disemina sin control para cambiar ocurre preferentemente al interior
efectivo” es reveladora de una epidemia cultural- de las comunidades terapéuticas de pacientes,
mente determinada. Tales aseveraciones no preten- consideradas como complemento de la labor de
den significar que las predisposiciones genéticas las instituciones de salud y que en no pocas oca-
no operan; subrayan que la forma de manifesta- siones ven obstaculizada su integración o su fun-
ción de tales predisposiciones depende de los cionamiento, por lo mismo, las comunidades
diferentes contextos sociales (culturales) con su terapéuticas no sólo son escasas, sino que suelen
enorme diversidad e intrincada complejidad. tener una autonomía muy acotada que restringe
su desarrollo y maduración. Así, resultan noto-
Si compartimos el punto de vista de que el riamente insuficientes ante la demanda poten-
concepto de historia cultural de la enfermedad cial de los pacientes crónicos, y las que se han
permite un entendimiento más penetrante de las configurado suelen tener vidas breves con serios
enfermedades a escala social, nos daremos cuenta problemas para desplegar todas sus potenciali-
que la tarea que el Estado y el gobierno asignan dades en beneficio de sus integrantes porque ge-
a las instituciones públicas de salud de atender neralmente nacen y permanecen supeditadas a la
con efectividad a la multitud de pacientes con
enfermedades crónicas, en particular los afecta-
edigraphic.com
institución de salud.20
Después de las consideraciones precedentes
dos por diabetes mellitus tipo 2, rebasa por com- resulta necesario enfatizar que la anticipación es
pleto las posibilidades de aquéllas—con mayor el verdadero sentido de la educación participa-
razón por las restricciones presupuestarias— tiva enfocada al ámbito de las enfermedades cró-
porque no se trata, en sentido estricto, de un “pro- nicas, es decir, el arribo a mejores formas de ser

Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59 MG 57


Leonardo sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
de las colectividades —que implica la supera- lo económico y lo propiamente cultural de FDP
:rop odarobale nues-
Viniegra-Velázquez. ción, en cierta medida, de las condiciones de
cihpargidemedodabor tro país, a fin de que nos aproxime al entendi-
Enfermedades crónicas
existencia— que impidan o retarden la apari- miento de nuestras diferencias
VC ed AS,respecto a otras
cidemihparG
y educación
ción de la enfermedad. De ahí que los esfuerzos culturas de las que solemos tomar acríticamente
educativos deben ir mucho más allá de los confi- ideas, formas de organización, técnicas o inno-
arap
nes de las instituciones de salud, incursionar en vaciones tecnológicas.
los espacios donde los grupos de niños, adoles- He destacado el papel de la educación en la
centes y jóvenes están en proceso de interiorizar problemática
acidémoiBde las enfermedades
arutaretiL crónicas, for-
:cihpargideM
formas de ser propiciadas por el medio ambiente mulé una crítica de la educación tradicional de
donde se desenvuelven. Es aquí donde las estra- corte instruccional e informativo por sus escasos
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
tegias educativas serán de mayor alcance precisa- alcances e intenté mostrar cómo la educación
mente porque los niños y jóvenes están poco participativa que motiva, encauza y estimula a
rigidizados en sus hábitos, son más maleables y las personas a cambiar, es superior por sus
susceptibles a las influencias educativas que pro- premisas, sus alcances en los espacios propiamente
muevan mejores hábitos de vida, sobre todo si se educativos y sus mayores potencialidades en el
les interesa, motiva y encauza; además, es bien ámbito que nos ocupa. Destaqué con especial
conocido el papel de “jueces insobornables e im- énfasis el lugar fundamental que tiene el autoco-
placables”, que suelen asumir los niños como nocimiento no sólo como premisa de la pers-
agentes de cambio de hábitos en el seno familiar pectiva participativa de la educación, también
cuando están convencidos de ello. para replantear la concepción misma de la edu-
cación para la salud. De los conceptos propues-
tos he derivado algunas implicaciones para la
Epílogo práctica clínica y esbozado el tipo de habilida-
des prioritarias a desarrollar en los médicos en
A lo largo de este ensayo he propuesto otra for- formación.
ma de aproximación y de percepción de las en- Mi propuesta de un “descentramiento” de
fermedades crónicas, utilizando la diabetes lo institucional en el cuidado de la salud, donde
mellitus tipo 2 como ejemplo ilustrativo. la iniciativa de los pacientes en pro de sus inte-
La enfermedad como forma de ser —más que reses y necesidades sea lo primordial, si bien no
desviación del sendero de la salud—, es uno de tiene factibilidad al corto plazo —por la extre-
los conceptos desarrollados en la búsqueda de ma pasividad social—, constituye otra forma de
un entendimiento más penetrante de las enfer- percibir la problemática de las enfermedades cró-
medades, que tiene como punto de partida obli- nicas, un horizonte de lo posible y puede orien-
gado a las características genéricas y particulares tar otra forma de actuar de los prestadores de
de las personas que las padecen. También he cri- los servicios de salud y de los propios pacientes.
ticado el mecanicismo como visión dominante El concepto de participación llevado al ám-
del organismo, destacando algunas de las cuali- bito de los pacientes crónicos implica el desplie-
dades más distintivas de la vida. gue de su iniciativa colectiva y la edificación
Al proponer el concepto de historia cultural paulatina de condiciones sociales más propicias
de la enfermedad pretendo configurar una al- para la vigencia de sus intereses y la satisfacción
ternativa al de historia natural de la enfermedad de sus necesidades. En esa progresión divergen-
que ha dominado y dirigido la práctica médica te de los usos y costumbres, que deja atrás al
*Preferentemente como
durante muchos decenios. Ubicar a la cultura iatrocentrismo, resultan imprescindibles las co-
integrante de comunidades
terapéuticas desarrolladas, —con todo lo que implica— como el hilo con- munidades terapéuticas como estrategia prima-
maduras, con elevado grado ductor para explicar las enfermedades crónicas ria de cuidado de la salud, siempre y cuando
de autonomía respecto
a las instituciones, garantes edigraphic.com
en su manifestación colectiva, pretende hacer evi-
dente cómo las condiciones y circunstancias de
representen, hagan valer y respondan a los inte-
reses de los participantes.
de los intereses de los vida de las personas son decisivas en las formas Conviene insistir en que el equipo cuyo en-
pacientes donde éstos
de expresión y evolución de las enfermedades cargo es el cuidado de la salud, debe priorizar
se organicen de acuerdo a
sus preferencias, inquietudes, crónicas. Para este propósito especifiqué lo más otro tipo de educación del paciente crónico,* capaz
preocupaciones y aspiraciones característico de lo histórico, lo social, lo político, de motivarlo y encauzarlo para el autoconoci-

58 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59


miento, estimularlo para que pueda aproximar- 8. King H, Aubert RE, Herman WH. Global burden Leonardo
se gradualmente hacia otras formas de ser, cuyo diabetes 1995-2025 prevalence, numerical Viniegra-Velázquez.
estimates, and projections. Diabetes Care 1998;21: Enfermedades crónicas
significado consista en mejores circunstancias de
1414-1431. y educación
existencia y hábitos de vida personal y familiar 9. Salcedo RA, García-de Alba GJ. Programa de
más saludables, lo cual le permitirá arribar a un atención integral al paciente diabético tipo 2.
auténtico autocontrol y asumir lo que le corres- México: IMSS/CONACYT/UISESS; 2004.
ponde en su autocuidado. Sólo así, las diversas 10. Viniegra VL. Acerca de la significación biológica.
estrategias de intervención que forman parte del El pensamiento teórico y el conocimiento médico.
México: UNAM, Coordinación de Humanidades;
cuidado de la salud estarán dotadas de sentido y 1988. p. 51-92.
podrán tener verdadera efectividad y alcance. 11. Capra F. Las conexiones ocultas. Barcelona: Ana-
Concluiré con una paráfrasis del epígrafe de grama; 2003. p. 138-143.
este ensayo: de lo que se trataría es de que la 12. Viniegra VL. El desafío de la educación en el IMSS:
enfermedad crónica —acompañante cada vez cómo constituirse en la avanzada de la superación
más habitual de los humanos— se constituya institucional. Rev Med IMSS 2005;43(4):305-321.
13. Leavell HR, Clark EG. Preventive medicine for
en un medio privilegiado para conferirle senti- the doctor in his community. An epidemiologic
do a la existencia, es decir, nos aproxime a una approach. New York: McGraw Hill; 1958. p. 13-
filosofía de la vida. 39, 205-259.
14. Viniegra VL. Los intereses académicos en la
educación médica. Rev Invest Clin 1987; 39:281-
Referencias 15.
290.
Viniegra VL. Educación y crítica. El proceso de
elaboración de conocimiento. México: Paidós;
1. World Health Organization. The Diabetes Program. 2002.
Geneva: World Health Organization; 2004. 16. Viniegra VL, Aguilar ME. Hacia otra concepción
2. Dirección General de Epidemiología. Encuesta del currículo. Un camino alternativo para la forma-
Nacional de Salud 2000. México: Secretaría de ción de docentes-investigadores. Segunda edición.
Salud, DGE; 2001. México: IMSS; 2003
3. Aguilar-Salinas C, Velázquez MO, Gómez-Pérez 17. Aguilar ME, Viniegra VL. Atando teoría y práctica
FJ, González CA, Lara EA. Characteristics of en la labor docente. México: Paidós; 2003.
patients with type 2 diabetes in México. Diabetes 18. Viniegra VL. La formación de especialistas en el
Care 2003;26:2021-2026. Instituto Mexicano del Seguro Social. Hacia un
4. IMSS. Información Estadística en Salud. México: nuevo sistema de evaluación. Rev Med IMSS
CodeIM; 2004. 2005;43:141-153.
5. Remuzzi G, Schieppati A, Ruggenenti P. Nephro- 19. Viniegra VL. Las gestiones de las instituciones
pathy in patients with type 2 diabetes. N Engl J privadas y públicas de salud, ¿por qué deben ser
Med 2002;346:1145-1157. distintas? Rev Med IMSS 2004;42:37-53.
6. England J, Asbury A. Peripheral neuropathy. 20. Newman S, Steed L, Mulligan K. Self-management
Lancet 2004;363:2151-2161. interventions for chronic illness. Lancet 2004;364:
7. Freeman Roy. Autonomic peripheral neuropathy. 1523-1537.
Lancet 2005;365:1259-1270.

edigraphic.com

Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2006; 44 (1): 47-59 MG 59

También podría gustarte