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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Ciencias Químicas


Licenciatura en Químico Farmacobiólogo

Laboratorio de Micología
Profesor: Escobedo López Ana Bertha
NRC: 18214

Actividad:
Reflexión Acción Fungicida

Integrantes:
Flores Castro Damariz
Santiago Guzmán Jesus
Torres Victoria Maria Pilar

Fecha de entrega: 17/11/2021


La acción fungicida es aquella capacidad en la que sustancias químicas inhiben el
crecimiento de los hongos, sin embargo, existe la resistencia, la cual puede ser a los
antimicóticos, que es cuando los hongos desarrollan la capacidad de sobrevivir y
crecer incluso cuando se exponen a los medicamentos antimicóticos diseñados para
matarlos.
Un ejemplo de estos hongos es Candida auris, que es una levadura emergente a
nivel mundial y que causa brotes en entornos de atención médica, y a menudo, es
resistente a una o más clases de medicamentos antimicóticos. En varios países se
han notificado casos de Candida auris con resistencia a las tres clases de fármacos
antimicóticos comúnmente recetados.
Cuando casos con este hongo son detectados es muy importante realizar una
investigación epidemiológica como lo son mantener vigilado al paciente, datos
clínicos, así como posibles viajes, contacto con más personas, y el hogar ó posible
área cualquiera de dónde pudo obtener contacto con este hongo, para mantener un
control, y así evitar mayor propagación del hongo, ya que es un hongo que presenta
un difícil tratamiento, pues como se mencionó anteriormente, presenta resistencia a
distintos antimicóticos como lo son el fluconazol que en un estudio realizado a
pacientes en New York, presentaron una resistencia del 99.6%, mientras que la
anfotericina B presentaron una resistencia de 61.3%, y ninguno era resistente a
equinocandinas.
Sin embargo, el que no se presente resistencia ayuda un poco, ya que puede ser un
posible tratamiento, pero de igual forma no representa una mejoría total para el
paciente, pues al ser un hongo resistente a los antimicóticos presenta decesos,
pues se ha visto en cultivos hechos posteriormente del tratamiento antimicótico que
las nuevas cepas del hongo presentan una resistencia a ese antimicótico con el que
es tratado como lo puede ser el caso de un paciente tratado con equinocandinas el
cual presentó resistencia a fluconazol o anfotericina B , de las cuales las cepas
anteriores se pudieron controlar con este antimicótico (equinocandinas), y al realizar
el cultivo post tratamiento estos ya no solo presentaron resistencia a fluconazol o
anfotericina B, sino que también la presentó en las equinocandinas. Aunque se
desconocen completamente las causas de los decesos se podría pensar que es a
consecuencia de la presencia de resistencia antimicótica por parte del hongo o bien
podrían ser secuelas por parte de la infección o daño causado por el hongo,
dependiendo distintos factores como lo pueden ser la edad, un sistema
inmunocomprometido, etc.
Es posible que las personas no tomen o utilicen los antimicóticos de una forma
adecuada ,como lo son las horas y dosis indicadas, así como el uso de un
antimicótico cuando no es necesario debido a una automedicación, ó simplemente
el hongo actúe de una forma distinta, es muy importante que a pesar de continuar
con el tratamiento antimicótico, cuando es a consecuencia de hongos resistentes
como es el caso de C. auris, es necesario que sean monitoreados para detectar una
mejoría clínica y asegurar que este no presente resistencia, ya sea mediante la
realización de distintos estudios diagnósticos como lo pueden ser los cultivos.
A su vez la resistencia antifúngica está surgiendo en un tipo de Arpergillus llamado
Aspergillus fumigatus, un moho común en el medio ambiente y la principal causa de
infecciones masivas por moho en las personas. A. fumigatus puede causar una
infección invasiva potencialmente mortal, llamada aspergilosis, en personas que
tienen sistemas inmunitarios debilitados. Los medicamentos antimicóticos triazoles,
comúnmente llamados azoles, son el tratamiento principal para la aspergilosis. Las
infecciones por A. fumigatus resistentes a los azoles son difíciles de tratar, y estos
pacientes tienen hasta un 33% más de probabilidades de morir que los pacientes
con infecciones que pueden tratarse con azoles. Existen dos maneras de que A.
fumigatus pueda desarrollar resistencia a los azoles.
1. Dentro del cuerpo: Las cepas de A. fumigatus en personas que toman
antifúngicos azoles durante un largo período de tiempo pueden volverse
resistentes, sobrevivir al tratamiento y continuar causando infecciones.
2. Fuera del cuerpo:Las cepas de A. fumigatus en plantas en descomposición
en el medio ambiente pueden estar expuestas a compuestos azoles
utilizados como fungicidas que son químicamente similares a los
medicamentos antimicóticos azoles.
Los fungicidas azoles se utilizan en todo el mundo para tratar infecciones de las
plantas, prevenir la pérdida de cultivos y aumentar la producción. Las infecciones
resistentes por Aspergillus también se encuentran en personas que no han tomado
antifúngicos azoles, lo que sugiere además que la resistencia es parcialmente
impulsada por fuentes ambientales. Si bien esto se está volviendo común en
Europa, hasta ahora solo se ha identificado un pequeño número de casos en los
Estados Unidos.
Los CDC están trabajando con la Agencia de Protección Ambiental, el
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y otras agencias para abordar
los problemas relacionados con el medio ambiente y la resistencia a los
antimicrobianos.
● Ampliación de las pruebas de resistencia para aislados clínicos de A.
fumigatus a través de la red de laboratorios de RA.
● Apoyo a la Universidad de California (UCLA) en un proyecto de dos años que
establece un sistema de vigilancia a nivel de instalación para las infecciones
por Aspergillus asociadas a la influenza
● Trabajar con el Grupo de Estudio de Micosis y varios centros médicos de los
Estados Unidos para identificar la aspergilosis pulmonar asociada a
COVID-19 y otras infecciones fúngicas secundarias.
● Apoyo a un proyecto de la Universidad de Georgia que prueba muestras
ambientales de sitios agrícolas en diferentes regiones de los Estados Unidos
para evaluar mejor la presencia de A. fumigatus resistente a los triazoles en
el medio ambiente.

Cualquier uso de antifúngicos puede contribuir al desarrollo de resistencia a los


antifúngicos. Garantizar el uso adecuado de los antifúngicos o antimicóticos en la
medicina humana, la agricultura y la industria será esencial para frenar la
propagación de la resistencia a los antifúngicos. En entornos clínicos, los
proveedores de atención médica pueden adoptar prácticas de administración
antifúngica y ordenar pruebas de susceptibilidad cuando se sospecha de
aspergilosis, candidiasis, o algún otro hongo considerado de importancia clínica. En
casos graves en los que las pruebas no están fácilmente disponibles, los
proveedores de atención médica deben consultar a su departamento de salud
estatal o local.

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