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DIOS TE NECESITA O NOSOTROS LE NECESITAMOS A EL

Alguna ves a aescuchado decir Dios te necesita


Yo creo que si verdad.
Estaba buscando en internet frases como esta xque me acordaba que en realidad yo si la había
escuchado.
Y no solo encontré esta frase dicha por un predicador si no que llego al extremo en decir DIOS
ESTARIA DISPUESTO A DEJAR DE EXISTIR CON NOSOTROS QUE EXISTIR SIN
NOSOTROS y esto lo decía un predicador muy reconocido y siempre digo esto porque a veces
tendemos a pensar y tu que nisiquiera eres pastor mira la trayectoria de ese hombre pero mira
quien es , como es posible que contradigas lo que el enseña… hermnaos no somos infalibles,
nos podemos equivocar. Pero pero la palabra si es infalible amen…HECHOS 17:24 25

Aprendí de esta simple afirmación. Dios es bueno con nosotros, pero El no nos necesita. Necesitamos
entender eso. "El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en Él hay, éste, como sea Señor del cielo y de
la tierra, no habita en templos hechos de manos, ni es honrado con manos de hombres, NECESITADO DE
ALGO; pues Él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas" (Hechos 17:24-25).

El hombre es vano—

Un hombre piensa que le hace un favor a Dios al ser salvado.

Otro piensa que hiere a Dios o hace menos su poder al blasfemarlo o rechazarlo.

Ambos están mal. Veamos el análisis. Cada uno encuentre en cuál de las dos categorías de abajo se ubica
mejor—

"Si fueres justo, ¿qué le darás á él? ¿O qué recibirá de tu mano? "(Job 35:7).

"Si pecares, ¿qué habrás hecho contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?" (Job 35:6).

El justo no aumenta el poder de Dios y el pecador no le quita nada al poder de Dios. Dios ha existido desde un
pasado eterno sin mi amor, y seguirá coronado en poder y gloria mucho después de que el más vil de los
blasfemos se esté consumiendo en el infierno. Él es autosuficiente y en ninguna manera dependiente del
hombre. Podemos herir a un hombre como nosotros, pero no podemos ayudar o herir a Dios.

Jesús, quien es Dios, no necesitó el testimonio del hombre. Aprendamos del evangelio de Juan. Cuando el
Señor Jesús estaba en Jerusalén en la pascua, en el día festivo, mucha gente creyó en su nombre cuando vieron
sus milagros. Pero ve la última parte del pasaje-

"Mas el mismo Jesús no se confiaba á sí mismo de ellos, porque Él conocía á todos, y NOTENIA
NECESIDAD QUE ALGUIEN LE DIESE TESTIMONIO DEL HOMBRE; porque Él sabía lo que había en
el hombre" (Juan 2:23-25).

Jesús no necesitó y no necesita al hombre. Cuando un hombre impío y destinado al infierno habla maldad
sobre Jesús, no significa nada ni hace ninguna diferencia.
Algunos de nosotros pensamos que le estamos haciendo un favor a Dios cuando vamos a la iglesia o leemos la
Biblia. Aún mas, pensamos que le hacemos un favor a Dios al hacerlo Señor de nuestras vidas. No mis
amigos, no le estamos haciendo ningún favor, NOS HACEMOS A NOSOTROS MISMOS UN FAVOR.
¡Dios no nos necesita, nosotros le necesitamos! Razonemos juntos para obtener un verdadero entendimiento
de esto.

Como mi madre diría: "Dios es Dios por sí mismo". Dios creó los cielos, la tierra y el mar y todo lo que mora
en ellos. Dios creó a Plutón, Saturno y a Júpiter y el Sol.. Ellos lo encienden y colocan en la vasija. Su dios los
necesita. ¿Porqué? Porque ellos lo crearon. Es pequeño. No salva. Es falso. Pero el Dios VERDADERO no
nos ! necesita a ti o a mí para ni una sola cosa. Entendamos esto.

Cuando leo el Salmo 50, pienso en la afirmación de mi abuelita. Dios no necesita la más mínima cosa de mí.
Él dijo en el Salmo 50:

"Si yo tuviese hambre, no te lo diría á ti: Porque mío es el mundo y su plenitud."

"Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco todas las aves de
los montes, Y en mi poder están las fieras del campo".

"¿Tengo de comer yo carne de toros, O de beber sangre de machos cabríos?"

"No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos".

(Salmo 50: 12, 10-11, 13, 9).

Dios no me pediría ni un sándwich si tuviera hambre. No me necesita para la más diminuta cosa. Dios no me
necesita—AUN ASÍ me extiendiende su hermosa mano (por medio del sacrificio que Su único Hijo hizo por
mí). Esto me lleva a meditar en el Salmo 8:4—

"...¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, que lo visites?"

Literalmente lloré cuando entendí este versículo. Me es sorprendente que el Señor Dios tenga memoria de este
sucio cuerpo. ¿Porqué se molestaría Él en pensar en mí? ¿Porqué dejaría Él su gloria para morir por mí en una
cruz Romana, mientras yo era una mala y vil pecadora que lo rechacé? ¿ Porqué?

.... por amor

 Esto nos lleva a porqué nos hizo Dios en primer lugar:

"Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud: porque tú criaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen
ser y fueron criadas" (Apocalipsis 4:11). Dios nos hizo para Su placer, no porque nos necesitara. Él hizo al
hombre con toda gentileza y buena voluntad--

"Mi pacto fué con él de vida y de paz, las cuales cosas yo le dí por el temor; porque me temió, y delante de mi
nombre estuvo humillado. La Ley de verdad estuvo en su boca, é iniquidad no fué hallada en sus labios: en
paz y en justicia anduvo conmigo, y á muchos hizo apartar de la iniquidad"

--EL DIOS TODOPODEROSO

.            LA NECESIDAD DE SU MISERICORDIA EN NUESTRA VIDA.


En los versículos anteriores el profeta Isaías entona un lamento que el mismo Dios hace sobre su pueblo
Israel. Si tan solo Israel hubiese atendido sus mandamientos entonces hubiesen gozado de todas las
benevolencias que tenía para ellos. Esto nos hace pensar en cuanta necesidad tenemos de experimentar la
misericordia de Dios. Algunas veces hemos pensado en lo frágiles que realmente somos, un virus
microscópico puede postrarnos en una cama, un simple accidente de segundos puede convertirse en una
terrible tragedia que afecte nuestro futuro, una sola noticia puede cambiar nuestra vida y mostrarnos nuestra
gran vulnerabilidad. Por eso el hombre necesita que Dios tenga misericordia de su vida, porque aunque se
esfuerce por sobrevivir en este terrible mundo de injusticia, sin Dios no prevalecerá ningún plan. Por eso
debemos sujetarnos a su soberanía porque solo entonces conoceremos la verdadera paz: Fuera entonces tu paz
como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de
tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia.

                            II.            LA NECESIDAD DE CONOCER A DIOS.

La segunda necesidad que el hombre tiene es conocer a Dios. Somos creación suya y por tanto en nosotros
existe una necesidad de conocer a nuestro Hacedor.  Muchos a través de las religiones buscan la forma de
conocer a la divinidad, pero ninguna de ellas lo lograran, ni siquiera Israel lo logro a través de su judaísmo ya
que al final rechazo al Mesías. Todos debemos conocer a Dios y la única manera es a través de Jesús:  “Felipe
le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y
no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el
Padre?”, (Juan 14:8-9). Solamente a través de Jesús podemos conocer a Dios ya que El mes la imagen del
Dios invisible y es completamente imposible conocer a Dios o acercarnos a su presencia sin conocer a su
Hijo: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas
las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios,
sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas,
y todas las cosas en él subsisten”, (Colosenses 1:15-17). Por tanto, todos necesitamos conocer a Jesús, porque
a través de El conoceremos al Padre.

                         III.            LA NECESIDAD DE ESCAPAR DE LA CONDENACIÓN ETERNA.

Finalmente, la tercera necesidad que el hombre tiene de Dios es salvar su propia alma. Aunque el hombre
lucha por salvar su alma debe comprender que ninguna obra puede ayudarlo a conseguirlo ya que aunque
logre cumplir 100 mandamientos, pero con uno en que falle quebranta toda la ley: “Porque cualquiera que
guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”, (Santiago 2:10).  Por eso Isaías
dice que nuestras mejores obras son tan desagradables como trapos de inmundicia: “Si bien todos nosotros
somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la
hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”, (Isaías 64:6). Por esta razón el hombre está bajo pena
de condenación eterna y necesita urgentemente la salvación que solo a través de Cristo puede obtener: “Por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la
fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados”, (Romanos 3:23-25).

CONCLUSIÓN.
Contrario a cualquier pensamiento de superioridad el hombre es el ser más necesitado de este mundo, pero si
pudiéramos priorizar en su lista de necesidades diríamos:
1.      Que el hombre necesita la misericordia de Dios en cada aspecto de su vida (Isaías 48:18-19).
2.      Necesita conocer a Dios por medio de Jesús (Juan 14:8-9).
3.      Necesita ser salvo del infierno por medio de Jesús (Romanos 3:23-25).

¿Por qué Dios creó la humanidad?

La Biblia nos dice que Dios creó todo, incluida la humanidad, porque le agradó crear para su
gloria (Romanos 11:36, Apocalipsis 4:11). Esto significa que le dio placer a Dios y le trajo
gloria crear al hombre y a la mujer
Dios no necesita nuestro trabajo.

Él tampoco necesita nuestro dinero. No pidió ayuda cuando creó las galaxias. Él puede llevarse bien sin
nuestras contribuciones al universo.

Él tampoco necesita nuestra adoración. No necesita nuestras alabanzas para reforzar su autoestima.

 El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, siendo el Señor del cielo y la tierra, no vive en templos
hechos por el hombre, ni es servido por manos humanas, como si necesitara algo, ya que él mismo da a toda la
humanidad vida, aliento y todo. ( Hechos 17: 24-25 )

Dios no necesita nada. Él no necesita nuestra adoración, nuestro trabajo o nuestro dinero. Entonces, ¿por qué
Dios nos ordena adorar, servir y darle nuestro dinero?

En primer lugar, para su gloria. Espera un segundo. Si Él no necesita nuestro trabajo o adoración, ¿cómo lo
glorifica? Ciertamente no agrega nada a su gloria. Sin embargo, muestra su gloria. Cuando cantamos sus
alabanzas juntos, nos mostramos mutuamente la grandeza, la bondad y el amor de Dios. Cuando escucho que
le das gracias a Dios, recuerdo de nuevo su bondad. Me muestras la gloria de Dios. Y construye mi fe y me
ayuda a amarlo y confiar más en Él. Y cuando cuando hacemos obras de amor, mostramos el carácter de
Cristo que Dios está formando en nosotros. 
Otra razón por la que Dios nos ordena adorar, servir, dar y obedecer es para nuestro gozo. 

Cuando Dios nos dice que cantemos y levantemos nuestras manos hacia Él, no es porque Él necesita nuestra
alabanza para sentirse bien consigo mismo. Es para nuestro placer en Él. Cuando expresamos nuestro aprecio
por Dios, mejora nuestro disfrute de Él. Como cuando expresamos aprecio por una gran pintura, o un gran
filete. Mejora y completa nuestro disfrute. Cuando Dios nos ordena dar, no es porque necesita el dinero. Es
dueño del ganado en mil colinas. Es para nuestro beneficio y bien. Cuando damos, Dios derrama bendiciones
sobre nosotros. Cuando sembramos, cosechamos. Todos los mandamientos de Dios son para nuestro beneficio
y gozo. Por eso debemos servirle alegremente: 
¡Sirve al Señor con alegría! ( Salmos 100: 2 )
No glorifica a Dios por servirle sin ánimo. No es suficiente servir al Señor, debemos servirle con
alegría. Padres, ¿alguna vez le pidieron a su hijo que haga algo por usted y él responde con tanto entusiasmo
como si le pidiera que tuviera un tratamiento de conducto? ¿Cómo te hace sentir eso? Él puede hacer la tarea,
pero si lo hace con refunfuños o ingratitud, no le agrada. Casi tienes ganas de decir “no te molestes”
La razón de nuestro servicio a Dios
El servicio a Dios no es para hacer algo que Él no puede hacer por sí mismo. Él puede levantar hijos de
Abraham de las piedras si quisiera, dijo Jesús.
Si Dios nos manda a servirle es para que, estableciendo nuestra satisfacción sobre Él, le adoremos alabando su
Gloria. No es que necesita ser servido; somos nosotros los que necesitamos servirle a Él.

Nosotros los cristianos no agregamos nada a la gloria de Dios ni tampoco le restamos nada, pero lo que sí

podemos hacer es exaltar su gloria y magnificarla, reconociéndola en adoración, así como también ignorarla y

menospreciarla.

Por tanto, el servicio aceptable a Dios no es el de manos trabajadoras sino el del corazón que brama por Dios.

El servicio aceptable es aquella obra que hacemos con nuestras manos  porque nuestra adoración a Dios nos

manda a obedecerle.

A través del profeta Amós, Dios le dice a los Israelitas que Él abomina sus solemnidades, que sus ofrendas no

las acepta, que sus cantos son ruido para sus oídos y que no escuchará los salmos que le canten (Amós 5:21-

23). ¿Por qué dice eso? En Amós 5:25-26 leemos:

“¿Acaso me ofrecisteis sacrificios y ofrendas de cereal por cuarenta años en el desierto, oh casa de Israel? Más

bien, llevasteis a Sicut, vuestro rey, y a Quiyún, vuestros ídolos, la estrella de vuestros dioses que hicisteis

para vosotros”.

El problema de los israelitas no era el servicio ministerial per sé — no eran las ofrendas que ceremonialmente

presentaban de forma correcta, ¡sino que el problema era el corazón de ellos!

Aunque hacían lo ordenado por Dios litúrgica y legalmente, al tener ídolos en su corazón demostraban que sus

sacrificios ofrecidos a Él no eran adoración sino religión superficial.


La obediencia como adoración

Toda obediencia a Dios necesariamente debe ser ofrecida como adoración. Deuteronomio 6:13 dice: “A

Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás” (RVR1960). La palabra servir en ese

versículo se traduce mejor como “adorar” (ver LBLA).

Esto significa que Dios no separa el carácter de la obra, porque la obra tiene su sentido en el carácter del

creyente que sirve. Hermano, Dios no quiere sus manos, sino su corazón, pero sus manos siempre revelarán de

alguna manera lo que hay en su corazón, quién lo gobierna y qué lo dirige.

Dios nunca ha evaluado el servicio cristiano por la calidad de la obra sino por la actitud del corazón del que le

sirve.

En Jeremías 7:17-18,22-24 leemos que aunque el pueblo de Dios preparaba con diligencia la ofrenda para el

holocausto, el problema era que ¡ellos la ofrecían para el dios equivocado! Qué peligroso es cuando un pastor

o un cristiano hace lo correcto, pero ante el dios incorrecto, cumple su servicio con verdadera excelencia pero

para un dios falso.

Después del reino de David, vemos que los Israelitas buscaban dirigir su vida por una ética independiente a la

Escritura pero no así su vida ceremonial. Al hacer esto, demostraban la ignorancia y menosprecio a la

demanda más preciosa de Dios para su pueblo: adoración por medio de la obediencia.

Por eso Juan Calvino en sus Institutos llama a este pecado “superstición”, la adoración a un dios fabricado por

el adorador, o al servicio a “Dios” pero por intereses personales y ocultos, mas no para adorarlo a Él.

Dios no evalúa nuestro servicio por la cantidad de obra que hagamos, ni por su alcance, influencia, impacto o

popularidad, sino por la sinceridad del culto de adoración que le rendimos mientras hacemos esas obras. Si

usted no comprende estas cosas, entonces terminará por dañar su propia vida y a la iglesia de Jesucristo.

Entonces, ¿qué es servir a Dios? Es la adoración y obediencia de corazón que acompaña a las obras de

nuestras manos.

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