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El Castillo de cristal

Música y recitado: «El alma es como un castillo, todo un diamante o muy claro cristal Adonde
hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas… En el centro y mitad tiene la
más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho Secreto entre Dios y el alma… El alma
es como un castillo donde mora Dios».

El alma es de cristal, Castillo luminoso Perla oriental


Palacio real con inmensas moradas
Donde moran centro y mitad
Esta en medio del alma la principal

En ella pasan las cosas mas secretas De Dios y el alma uh uh uh uh

Es de cristal, castillo luminoso, perla oriental.


Siempre obligada, la oración es la puerta de las moradas, uh uh uh uh

Música y recitado: «Mira que estoy a la puerta llamando. Si alguno me oye y me abre, entraré
en su casa y cenaremos juntos. Le comunicaré todos mis secretos…». «Amén, Marana tha, ven,
Señor Jesús, tengo la puerta abierta para ti…»

El alma es de cristal, castillo luminoso, perla oriental.


Palacio real Con inmensas moradas
Donde moran centro y mitad
Esta en medio del alma la principal

En ella habita el rey que da a la esposa vida infinita, uh uh uh

Es de cristal, castillo luminoso, perla oriental.


Hay una fuente y el árbol de la vida y Dios viviente, uuuh, uuu, uuuuh.

Música y recitado: «Vi bajar del cielo, de junto a Dios, a la ciudad santa, la nueva Jerusalén,
ataviada como una novia que se adorna para su esposo Jesucristo…». «Esta es la morada de Dios
con los hombres»… «Brillaba como una piedra preciosísima, parecida a jaspe claro, como un
cristal… y las calles y la plaza de la ciudad son de oro puro, como vidrio transparente». Y toda la
ciudad…

es de cristal, castillo luminoso, perla oriental.


En ella pasan las cosas más secretas de Dios y el alma, uh uh uh
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda,

La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
Nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
Nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?


Es gloria vana;
nada tiene de estable,
Todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
Sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
Todo lo alcanza.

Del infierno acosado


aunque se viere,
burlará sus furores
Quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.

Id, pues, bienes del mundo;


id, dichas vanas,
aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.
Señor, el huerto aquel donde tú rezabas
con gran dolor se transformó,
ha dado frutos, ha dado amor
pues tú lo regaste con el sudor
que te provocó el beso del pecado
hasta dejarte a ti desangrado,
y allí tu muerte había comenzado
para salvar a la humanidad
y al mismo hombre que te ha matado
para que nazca tu gran verdad.

Señor que día a día te traicionamos,


perdónanos, perdónanos.
Perdona todos nuestros pecados
y todas nuestras faltas de amor
hacia el amigo, hacia el hermano,
hacia el que sufre por el dolor,
por todo nuestro género humano
sin distinción de edad ni color.
Perdona cuando no te escuchamos,
perdón por todo, perdón, Señor.

Señor, somos cobardes y te negamos


porque no tenemos valor,
pues no entendemos que ser cristianos
quiere decir morir por vos,
por el amigo, por el hermano,
por el que sufre por el dolor,
por todo nuestro género humano
sin distinción de edad ni color.
Perdón, pues nuestra cruz rechazamos,
perdón por todo, perdón, Señor.

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